domingo, 8 de março de 2020

Árboles De Eternidad (Kenneth Grant)


El Árbol de la Vida es una clave para el poder oculto en ambos sentidos, místico y mágico. Numerosos libros han sido escritos acerca de los Diez Sephiroth y los Veintidós Senderos desarrollados por la consciencia humana en su intento de comprender los poderes macrocósmicos en términos de valores microcósmicos. El ocultismo Occidental, sin embargo, ha estado dominado por interpretaciones que toman en cuenta sólo el aspecto positivo de este gran símbolo. El otro Lado, el negativo o la parte de atrás del Árbol ha estado oculto a la vista y asiduamente ignorado. Pero no existe día sin noche, y el Ser mismo no puede estar sin referencia al No-Ser del cual es la manifestación inevitable.
Cualquier alusión a este aspecto del Árbol y sus ramas, han estado ocultas bajo sus oprobiosas cabezas o relacionadas con el Reino Infernal de los Qliphoth, el mundo de los cascarones o sombras, que no es otro que nuestro mundo tal y como lo conocemos sin la luz transformante de la consciencia mágica.
La iniciación mágica completa no es posible sin un entendimiento de los así llamados senderos qliphóticos, que son en la práctica tan reales como las sombras de cualquier objeto iluminado por el Sol. En otras palabras, los bien iluminados caminos de Horus, los senderos que el hombre ha proyectado para conectar las Zonas de Poder cósmicas (Sephiroth) con su propia consciencia, tienen su contraparte en los Túneles de Set, un velo oscuro o enrejado de Senderos nocturnos, la verdadera existencia de los cuales es negada o ignorada por los que son incapaces de sentir la realidad total del Árbol, y validada por aquellos que han podido escalar regularmente sus ramas inferiores.
La mente es engañada con promesas de "consciencia cósmica" y los sentidos son aquietados hasta dormir, o embrujados por la reiteración constante de que si desplegamos nuestras alas y volamos, llegaremos hasta las ramas mas altas en el espacio del simple periodo de una vida. Pero quienes hablan tan volublemente de iluminación, y rechazan con aparente facilidad la parte de atrás de las Zonas de Poder, de las que ellos alardean de familiaridad, ¿realmente, imaginan que sólo existe una cara? Es fútil y falso imaginar una moneda con una sola cara.
Es sólo después de alcanzar la maestría del mundo de las sombras en el interior de uno mismo, en la forma de archidemonios, cólera, lujuria, orgullo, que el hombre puede verdaderamente clamar ser el Señor de las Ruedas Relampagueantes o Discos. (1)
Fue particularmente debido al trabajo sobre e Árbol de Frater Achad (2) , que yo comprendí por primera vez la naturaleza multidimensional de sus muchos aspectos.
Entonces asumió para mí una forma totalmente diferente; ya no era más un mero diagrama simbolizando un preciso aunque complejo sistema de consecución espiritual; cobró vida, se llenó, y apareció tan diferente de un diagrama como un país de su mapa. Llegué a darme cuenta que el Árbol no tenía un tope superior y otro inferior solamente, sino una parte frontal y una parte de atrás, y aunque Achad no desarrolló su tesis totalmente en la forma en que yo comencé a ver el asunto, él no era consciente de sus implicaciones de la parte de atrás. Este hecho puede ser apreciado por un estudio de su Fórmula de Reversión en conexión con las palabras mágicas de poder y su interpretación de ciertos versículos del Libro de la Ley (3). Observé en este tiempo (4) que si los sephiroth eran vistos como globos en vez de como ruedas o discos, los senderos se oscurecían en consecuencia y no aparecían como áridas llanuras entre las Zonas de Poder, sino como túneles excavados profundamente en el espacio, porque el Árbol como una totalidad está enraizado en el vacío interno y místico de la consciencia multidimensional la cual no puede estar representada adecuadamente por un diagrama bidimensional.
Soy totalmente consciente de que las regiones de atrás de la Zonas de poder son territorio peligroso, y en principio yo avisaría a aquellos que sienten que tal exploración sería mejor no hacerla, que uno no puede comenzar esta iniciación o viaje interno, hasta que comienza su ascenso desde Malkuth (5), porque sólo proyectando la consciencia a través de Daath (6), la Puerta del Abismo, puede uno entrar en el Reino de los Espacios Infernales que están bajo el dominio de Choronzón(7). Por lo tanto, uno tiene que familiarizarse con estos Senderos antes de poder entrar en el Profundo Lugar donde ellos continúan, no como bien iluminados caminos de Horus llanamente señalizados en la luz del día, sino como los Túneles de Set que cambian y giran como una serpiente, o como las entrañas de ese desconocido Dios del Abismo cuya oscuridad hace posible, por contraste, sus contrapartes luminosas. Si esto nace en la mente no será necesario cargarme con irresponsabilidad hacia aquellos que pueden ser tentados, incluso contra su voluntad, de comenzar un viaje para el que ellos están inapropiadamente equipados y que por lo tanto puede resultar fatal.
Otra observación parece relevante. Durante el tiempo en que escribí los tres volúmenes que constituyen mi "Trilogía Tiphoniana" (8), un Adepto llamado Michael Bertiaux me escribió desde Chicago. Su carta fue el comienzo de una fructífera correspondencia durante la cual, él me ha enviado las Cartas-cursos de su Sociedad Secreta (9).
Me sorprendí de que él tuviera una concepción del Árbol de la Vida, totalmente independiente de mis propias investigaciones, que comportaba entre sus muchas facetas los Senderos Posteriores que yo aquí llamo los Túneles de Seto Aunque no hay una precisa alineación de nuestras respectivas teorías, es quizás interesante notar, cómo las dos concepciones se confirman y suplementan la una a la otra. Por lo tanto aprovecho esta oportunidad para atraer la atención del lector hacia el tratamiento del tema de Michael Bertiaux.
Esto me conduce al punto final: A menos que el ocultismo llegue a ser creativo en el sentido de estar abierto a las nuevas aproximaciones, modificando y desarrollando los conceptos tradicionales y generalmente revelando un poco más de esa Diosa Suprema cuya identidad está oculta tras el velo de Isis, Kali, Nuit o Shotis, habrá estancamiento en el pantano de las creencias inertes, por la reciente aceleración de la consciencia de la humanidad, lo cual es una especie de pequeño milagro.
La ciencia de lo inmanifestado no debe permanecer fundamentada en la etapa prepubescente, mientras las ciencias manifestadas se elevan en el espacio. El ocultista maduro debe apartar los instrumentos de superstición y encarar intrépidamente los Árboles de Eternidad cuyos troncos y ramas resplandecen con fuego solar, pero cuyas raíces se nutren en la oscuridad.

NOTAS

(1) I.E. el décimo sephirah (Ver diagrama del Árbol)
(2) LA ANATOMIA DEL CUERPO DE DIOS, Siendo La Suprema Revelación de la Consciencia Cósmica, por Fr. Achad (Charles Stansfeld Jones) Chicago, 1925. Recientemente reeditado por Samuel Weiser, N.Y.
(3) Un libro recibido por transmisión directa en 1.904 por Aleister Crowley. Ver Aleister Crowley y el Dios Oculto, Muller
(4) En el año 1952 ev., cuando yo fui reformando la O.T.O. y componiendo los rituales mas usados en la Logia Nu-Isis. Ver El Renacimiento Mágico, Muller 1972.
(5) El procedimiento habitual es ascender en el Árbol desde Malkuth a Kether vía el pilar Medio (ver diagrama).
(6) La onceava zona de poder.
(7) Ver Glosario para una definición de este término el cual es usado aquí en sentido diferente del que le dieron A.C. y otros.
(8) Ver bibliografía.
(9) El Monasterio de los siete Rayos, el cual incluye el culto a la Serpiente Negra (La Culebra Negra). Ver particularmente las Lecciones del 4º año del Curso.