domingo, 26 de novembro de 2017

El Mistério Del Ocultismo


El ocultismo, las ciencias ocultas o las artes ocultas es el estudio de diversos conocimientos y prácticas misteriosas de carácter dogmático, como la magia, la alquimia (como disciplina espiritual y filosófica), la adivinación, etc. que desde la antigüedad pretenden estudiar los secretos del universo. Estos conocimientos también pretenden desarrollar poderes latentes en el ser humano.

La palabra española «ocultismo» deriva de la voz latina occultus, que significa ‘oculto, clandestino, escondido, secreto’, y que proviene de occulere (‘ocultar’).

Lo oculto es todo aquello que no tiene explicación, cuyo conocimiento no está a disposición de los no iniciados. En el lenguaje común, tanto en inglés como en español, lo oculto se refiere al conocimiento de lo paranormal e inexplicable, en oposición del conocimiento de lo medible y explicable, usualmente referido como ciencia. El término a veces se utiliza para designar el conocimiento que está destinado a ciertas personas y que debe permanecer fuera de la vista de aquellos no iniciados en el tema. Para muchos estudiosos ocultistas, lo oculto es simplemente el estudio de la realidad espiritual subyacente y más profunda que va más allá de la razón pura y de las ciencias del conocimiento de lo sensible y físico. Los términos esotérico y arcano tienen un significado similar y en muchos contextos los tres términos son intercambiables.

El ocultismo también se refiere a cierto tipo de organizaciones u órdenes, sus enseñanzas y prácticas y a las corrientes literarias y de filosofía espiritual, presentes e históricas, relacionadas con este tema.

También puede entenderse por ciencias ocultas algún cierto tipo de literatura caracterizada por el gusto por el misterio, la trascendencia espiritual o las explicaciones alternativas.

A lo largo de la historia ―pero especialmente durante el auge de la Inquisición―, los cristianos han combatido estas prácticas, afirmando que fueron creadas por Satanás con el propósito de apartar a los seres humanos de la «fe verdadera». En todo caso, las ciencias ocultas tratan de responder a la curiosidad que los seres humanos sienten por buscar explicaciones espirituales a fenómenos físicos, la incertidumbre por lo desconocido. En este sentido, es importante recalcar que algunas de estas creencias están relacionadas con el paganismo, razón por la cual la Iglesia ha sido una de sus principales detractoras.

El ocultismo es el estudio de las artes, prácticas o ciencias ocultas como la magia, la alquimia, la percepción extrasensorial, la astrología, el espiritismo y la adivinación, entre otras.

Ejemplos de ciencias ocultas

Entre los ejemplos más importantes de ciencias ocultas desarrollados en la Antigüedad, se pueden mencionar las siguientes:

Adivinación (llamadas con el nombre de «artes inciertas» por el médico suizo Teofrasto Paracelso):

aeromancia
cartomancia 
fisiognomía
geomancia
hidromancia
horoscopía
litomancia
metoposcopia
necromancia o nigromancia
oniromancia
ornitomancia
presagio
quiromancia
tarot
alquimia.
espagiria
astrología
herbolaria
magia
brujería
mediumnidad
mitología
angelología
demonología
numerología
gematría
masonería
satanismo
magia del caos
exorcismo
budismo
hermetismo
espiritualidad
mentalismo
futurología
angelología
parapsicología
metafísica
vudú
luciferismo

La interpretación del ocultismo y sus conceptos puede encontrarse en las estructuras de creencias de ciertas filosofías y religiones como el gnosticismo, el hermetismo, la teosofía, la wicca, el thelema, el satanismo, el neopaganismo o ―en realidad― cualquier religión. El historiador británico Nicholas Goodrick-Clarke ofrece una definición más amplia:

El ocultismo tiene sus bases en una forma religiosa de pensar, cuyas raíces se remontan a la Antigüedad y pueden ser descritas como la tradición esotérica de Occidente. Sus principales ingredientes pueden identificarse como el gnosticismo, los tratados herméticos sobre alquimia y magia, el neoplatonismo y la cábala; todos ellos originarios del área del Mediterráneo oriental durante los primeros siglos de nuestra era.Nicholas Goodrick-Clarke.

Desarrollo histórico

La historia de las artes ocultas es muy ambigua, no se conoce a ciencia cierta su origen, pues muchas culturas alrededor del mundo tuvieron prácticas misteriosas y esotéricas desde el inicio de la humanidad. Históricamente ha tenido relaciones estrechas con ciertas religiones o doctrinas puesto que su concepto se ha confundido. Los ocultistas divulgan la noción de un sólo Dios, un sólo poder y energía. Esta energía, Dios, es el dador, el recibidor y el mismo don en sí.

Renacimiento

En el Renacimiento, el filósofo, médico, astrónomo, abogado, teólogo y mago alemán Cornelio Agrippa (1486-1535) realizó una obra ocultista y esotérica con influencias judeocristianas y cabalísticas. En su obra principal, De occulta philosophia libri tres (1531), recogió todo el conocimiento medieval sobre magia, astrología, alquimia, medicina y filosofía natural y lo respaldó teóricamente. Erudito de fama y protegido por distintas casas reinantes o nobles, fue amigo de gran parte de los filósofos y grandes figuras de su tiempo.

También en el ocultismo se ha mencionado a Leonardo Da Vinci,personaje que se vio involucrado por abrir cuerpos y realizar cosas que en este tiempo no debían ser realizadas.

Siglo XIX

Eliphas Levi

A mediados del siglo XIX el ocultismo tuvo un período de gran apogeo en Francia, de la mano del cabalista Eliphas Lévi, quien produjo una decena de obras esotéricas de importancia, entre las que se destaca Dogma y ritual de alta magia.

Sociedad Teosófica

Poco tiempo después (1875), Helena Blavatsky y Henry Olcott fundan la Sociedad Teosófica en Nueva York para el estudio de los fenómenos inexplicados de la naturaleza y de las religiones comparadas. Tras la publicación de Isis sin velo y La Doctrina Secreta, el ocultismo se difundió rápidamente por todo Occidente, reapareciendo escuelas de la rosacruz, herméticas y de magia.

Siglo XX

Tras la muerte de madame Blavatsky, el movimiento teosófico se fracturó y surgieron varios grupos, de la mano de Annie Besant, William Judge y posteriormente Rudolf Steiner (fundador de la antroposofía) y Alice Bailey.

La Escuela Arcana de Alice Bailey puede ser considerada el más inmediato antepasado del fenómeno de la Nueva Era y la supuesta canalización de entidades que enseñan las doctrinas del nuevo tiempo, como los maestros ascendidos, entre ellos Djwhal Khul. Del tronco teosófico también surgen otras sectas como Nueva Acrópolis.

Rosacruz

Aparecieron grupos de tendencia masónica, como el Fraternidad Rosacruz (de Max Heindel), la Fraternidad Rosacruz Antigua (de Arnold Krumm-Heller) y AMORC (sigla de la Antigua y Mística Orden Rosae Crucis, de Harvey Spencer Lewis).

Magia ritual

El moderno movimiento de la magia ritual se inspiró en las doctrinas del grupo esotérico Orden Hermética de la Aurora Dorada, el cual fue fundado por MacGregor Mathers, quien afirmaba que estaba continuando el legado de una orden rosacruz alemana conocida como Orden de la Rosa Oro Rubí y de la Cruz de Oro. Actualmente la magia ritual pone un particular énfasis en los continuadores del estafador británico Aleister Crowley.

sábado, 4 de novembro de 2017

El Pentagrama Esotérico


“...Vemos, en los brazos, varias letras hebreas. Aparece Iod He Vau He. Esa palabra "Iod", como principio masculino, o partícula divina, más bien como chispa virginal, es terrible. Iod, principio masculino-divino; He, principio femenino-divino; Vau, principio masculino-sexual (o sea el Lingam); He, el Yoni femenino.
Hay un modo de pronunciación de las letras hebraicas Iod He Vau He, pero es terriblemente divino y no en vano se deben cantar esos mantrams, porque esas cuatro letras hacen vibrar la divinidad interior (se dice que es el nombre del Eterno), y nunca en vano se deben pronunciar. Esto nos invita a la reflexión.
Aparecen otras letras hebraicas ahí, para recordarnos ciertos procesos de la divinidad, pero sobre ellos ahora guardaré silencio...”

Esa frase en rojo es la causa de que se vean tantas versiones diferentes del pentagrama.

El maestro no habló ni escribió públicamente en otra ocasión tan extensamente como en la conferencia citada sobre la descripción parte a parte de este símbolo, y creemos que el dato sobre las letras en hebreo no consta en su obra.

El símbolo del pentagrama esotérico descrito es bien conocido en toda la tradición ocultista, especialmente por el famoso libro de Eliphas Levi titulado: “Dogma y Ritual de Alta Magia”. En esa obra tampoco se explican satisfactoriamente los símbolos del “pentagrama de Fausto”, lo que sí queda claro es que en la forma en que ha llegado a nuestros días, debemos el emblema a uno de los 3 discípulos del abad Trithemius, el legendario doctor y mago: Fausto, de quien Goethe se ocupó en la conocida obra que lleva su nombre (los otros dos discípulos de Trithemius (Tritemo) son: Aureolo Paracelso y Cornelio Agrippa).

EL PENTAGRAMA ESOTÉRICO

El Pentagrama esotérico es un instrumento para practicar la Magia Ceremonial. Su uso obviamente es de cuidado máximo cuando no se conoce las fuerzas que genera. Está basado en los atributos kabalísticos del árbol de la vida en el mundo de Assiath.

La descripción es:

TE = Teos = Dios
TRA = Elevar o desarrollar
GRAM = Grabar, bulirar.
MA = Alma
TON = El Dios familiar “El desarrollo del alma para que nuestra Mónada se reintegre al absoluto”.
La correspondencia de la copa, bastos, espada y oros, se dan en el Tetragrama.

Las cuatro palabras en hebreo son:

ADAM = Hombre cósmico, el Adam Kadmon.
JEHOVÁ = Forma genérica en la Biblia para representar al Dios de la Creación, que es el que preside  la columna B en el árbol de la vida del mundo de Atziluth.
KAPHIR = grado sexto iniciático en los musulmanes que significa dominio físico, emocional y mental, le sucede el séptimo y último grado, el de los SUFFIS.
PACHAD = uno de los nombres asignados a Geburah Marte.

Estas cuatro palabras que también tienen una aplicación como nombres de poder, son para el Pentagrama un punto medular en la magia ceremonial.

Evítese su uso cuando se ignore el ritual. La Estrella de cinco puntas es el resultado simbólico de la operación psicológica en el iniciado, es el despertar de la autoconciencia. El aspecto alquímico como segundo grado de iniciación esta escrito en el pentagrama porque como es arriba es abajo y como es abajo es arriba.

En la esquina superior de la estrella se encuentra Júpiter o el ojo universal, el que todo lo ve, la presencia del absoluto. Esta parte corresponde a la cabeza.

En la parte inferior está Saturno que significa la gloria de la materia, es la piedra de los filósofos, Saturno esta representado por una cruz, es la operación de la gran obra, es el trabajo místico que se hace con el cuerpo físico, es Kabir.

En el brazo izquierdo esta Marte, rematado con una cruz, es la operación erótica marciana para la creación del nuevo Ser, el ADAM Kadmon.

En el brazo derecho esta Marte, simbolizando la voluntad por un lado y por otro el amor hacia todo lo grande y pequeño en el universo es JEHOVÁ.

En estos puntos vemos que Dios esta en nosotros cuando operamos a la materia, a nuestro cuerpo físico con la ayuda del amor y es obvio que la operación de la Gran Obra es manual.

En el centro inferior de la Estrella se encuentran varios símbolos:

El Omega, representa el fin de la gran Obra, base y sustento de toda perfección.

El caduceo de Mercurio, simboliza el equilibrio de todas las fuerzas del cuerpo humano.

Venus en forma invertida y mezclada con mercurio, esto es un secreto de secretos, es la base primordial para la elaboración de la piedra de los filósofos, es la unión del amor con el mercurio de los filósofos o dicho de otra manera es el mercurio procesado por la ley del amor esotérico.

Todo este conjunto de símbolos de esta parte central de la estrella se refiere a que la finalidad de la realización se basa en el control del cuerpo humano operando el mercurio esotéricamente.

El Pentagrama puede explicarse con toda su simbología tanto desde el punto de vista psicológico como alquímico.

El Sol y la Luna que están en ambos lados, representan simple y sencillamente, lo que dijo Hermes: “Por eso soy llamado Hermes TRIMEGISTO, porque tengo las tres partes de la filosofía del mundo entero, lo que tengo para decir es completo, concerniente  a la operación del sol”.

Siguiendo esta explicación vemos que las palabras en hebreo ahí citadas concuerdan perfectamente con el “Pentagrama de Fausto”.

La 1ª palabra, dibujada en el lado izquierdo del dibujo (en lo que sería brazo derecho) es la ya mencionada: Y-H-V-H (יהוה) que ya hemos visto que es Jehová. A la derecha de esta, en el otro brazo, se ve: A-D-M (אדמ) que significa: Adam (Adán).
Debajo de A-D-M se lee P-CH-D (פחד – PHE CHETH DALET), que concuerda con: Pachad.
Y debajo de Y-H-V-H se lee K-PH-R (כפר – COPH PHE RESCH) que concuerda con: Kaphir tal como explica el extracto anterior de la vieja revista gnóstica original.

Como puede verse estas letras concuerdan perfectamente con el más viejo dibujo conocido del símbolo del pentagrama.

Los demás símbolos están claros y pueden encontrarse bien referenciados fácilmente tanto en la conferencia citada como en la explicación aquí reproducida, pero este punto de las letras quedó oscuro porque no viene explicado con detalle en la obra del maestro.

Código Martinista

1) Creencia en Dios e invocación a Yeheshua. El Martinismo es esencialmente una Orden de Cristianismo Esotérico, y Yeheshua es invocado en cada reunión martinista, así como es mencionado en todo documento de la Orden. La creencia en una deidad es fundamental para la estructuración del cuerpo iniciático. Debemos aclarar que los Martinistas adherimos al Cristianismo Esotérico pero no de una manera dogmática, sino siendo verdaderamente reverentes al Misterio de la Encarnación del Logos en el Mundo Físico.

2) La Iniciación establecida por Louis Claude de Saint-Martin, a quien llamamos S:::I::: También podemos considerar que esa Iniciación proviene tanto de L.C. de Saint-Martin como de Martines de Pasqually. Conservamos y Veneramos la transmisión de la esencia espiritual que nos une como una familia inciática. Hay varios senderos por los cuales se accede a esa Iniciación en la actualidad. Algunos señalan diferencias entre la filiación Rusa, la de Papus o la de Chaboseau, pero lo importante es que todas ellas asciendan hasta Saint-Martin.

3) La Organización realizada por Papus. Que consiste en dos Grados preparatorios y un Grado propiamente dicho que es el de S:::I::: Todas las Ordenes Martinistas trabajan bajo la misma estructura, aunque pueda haber alguna variación en el nombre dado a los Grados. Usualmente encontramos: Iº - "Asociado"; IIº - "Iniciado" (o en el caso de la A.O.M. "Místico"); y IIIº - "Superior Inconnu" o "Serviteur Inconnu".

4) Correcta Transmisión de la Tradición. El iniciado debe vivir la experiencia de la Iniciación Martinista por medio de un Iniciador autorizado y frente a los Símbolos fundamentales del Martinismo. El Iniciador puede ser conocido bajo diferentes títulos: Initiateur Libre, Free Initiator, Unknown Philosopher, Libre Iniciador. En todos los casos significa lo mismo, el haber recibido de un Iniciador la calidad de poder Iniciar. Alcanzada determinada Jerarquía, el Iniciador es Libre y Autónomo. Queda en ese caso a la discreción del Iniciador el conferir la Iniciación Martinista, y al deseo y requerimiento de dar caridad intelectual y espiritual al Hombre de Voluntad que cumpla con los requisitos necesarios. El Iniciador nunca confiere la Iniciación Martinista a alguien motivado por la mera curiosidad, o a aquellos que buscan la Iniciación para satisfacer sus propios Egos o con fines mercenarios. En todo caso se debe tener en cuenta que el transmitir la Iniciación implica poner en las manos del nuevo miembro la responsabilidad de la Tradición.

5) Los Maestros del Pasado. Ellos son los que han creado, contribuido y enaltecido nuestra Tradición. Han pasado la filiación a cada uno de nosotros. Algunos son conocidos por todos nosotros, Papus, Sédir, Phaneg, Maìtre Philippe, otros son solamente conocidos por los miembros de una u otra línea de Filiación. Muchos de ellos han trabajado tan perfectamente detrás del antifaz que solamente son conocidos como grandes Almas. Nosotros invocamos su presencia en cada reunión, y buscamos su Guía y Protección.

6) La Libertad esencial del iniciado para seguir el camino de su Reintegración. La Orden Martinista ha tenido desde su días más antiguos, una instrucción y ciertos Símbolos Fundamentales. Cada Consejo Supremo ha tenido la libertad de instruir de acuerdo a su entendimiento. Eso da al Martinismo un carácter dinámico y no un rígido currículum. Se debe apuntar siempre a la Reintegración personal. Algunos trabajarán bajo los Auspicios de determinada Orden, mientras que otros bajos los de otra Orden, y algunos lo harán solos como Martinistas Libres. Es de esta manera que siempre ha sido.

7) Creencia en el proceso de Reintegración como necesario para salir de la Floresta de los Errores. La Orden Martinista desde sus más antiguos antecedentes en la Doctrina de De Pasqually siempre ha afirmado que el Hombre es un ser caído, y privado de los privilegios de su estado primigenio. La función de las Escuelas de Martines de Pasqually y L.C. de Saint-Martin siempre ha sido recordar al Hombre las glorias de sus orígenes e indicarle el Sendero de Regreso. Algunos preferirán un camino operativo, y otros la "Vía Cordial", pero cualquiera sea el camino elegido, el camino debe ser completado.

8) El uso del Manto, el Antifaz y el Cordel. Realmente no es importante si el manto es blanco, negro o rojo; o si el Cordel para el S:::I::: es blanco, rojo o dorado. Todos los Martinistas hacen uso de esos tres profundos símbolos, y el sentido esotérico de los mismos es en todos los casos igual.

9) El uso de tres lienzos: negro, rojo y blanco. Así como el Manto, el Antifaz y el Cordel, los lienzos son de uso universal, y su simbolismo es en todo lugar explicado de la misma manera.

10) El uso del "Trígono de Luminarias". En todo Altar Martinista hay tres candelabros dispuestos en forma de Triángulo. En algunas Logias son usadas solamente en dos Grados, en otras en los Tres. El simbolismo, sin embargo, es siempre el mismo, y puede ser comprendido por todos los Martinistas.

11) El uso del Pantáculo Martinista. En algunas Ordenes se halla en el piso, al Este, en otras sobre la Silla del Iniciador, en otras en ambos lugares. Se halla en todos los documentos Martinistas, y constituye un Símbolo Martinista universal.

12) La Estación de los Maestros del Pasado. En todo Templo Martinista, llamado de la forma que sea, hay un sitio, una Silla o un Altar, con una Luminaria, representando a los Maestros del Pasado de nuestra Orden, nuestra Familia Iniciática. Puede ser más decorado, pero la Vela siempre se halla presente, encendida en todas las ceremonias para representar nuestra Invocación a los Maestros del Pasado, para representar su presencia en nuestras Asambleas, y para representar nuestra aspiración para unirnos a ellos.

Yehoshua - G.·. A.·. D.·. U.·.

Papus tuvo el cuidado de colocar en el timbre de los documentos de la Orden Martinista la expresión modelo: A la Gloria de Yehoshua, Gran Arquitecto del Universo. Con esto dio al Martinismo una tonalidad especial. Es al propio Saint-Martin que la Orden debe, no sólo su sello, sino también el nombre místico del Cristo que orna todos los documentos oficiales del Martinismo - decía Papus. Aunque, Louis Claude de Saint-Martín nunca usa esa expresión en sus obras. Partiendo de este hecho, es interesante intentar analizar brevemente la fórmula usada por Papus, tratando de considerar los diferentes aspectos que ella evoca en la Tradición y, especialmente, en el Martinismo.

La Cábala Cristiana

Según la tradición judaica, el nombre del Dios Todo-Poderoso se escribe con cuatro letras o un Tetragrama compuesto por las letras Yod, He, Vav y He. en el siglo XV nació en Italia una corriente cabalística especial, la Cábala Cristiana. Los Cristianos veían en la Cábala un instrumento adecuado para demostrar la veracidad del cristianismo. Para ellos, el nombre de Dios, antes del cristianismo, estaba representado como un Tetragrama porque Dios no se había todavía manifestado totalmente a los hombres. Ellos consideraban que, con Jesucristo, Dios se reveló verdaderamente, y probaban esa demostración apoyando se en el nombre hebraico de Jesús, Yehoshua, que escribían añadiendo la letra Shin en el centro del Tetragrama. 

En el siglo XV, Pico de la Mirandola reconvirtió en promotor de esa teoría que fue popularizada por el libro de Johann Reuchlin, "De Verbo Mirifico". Papus, que era un apasionado por la Cábala, introdujo en el Martinismo del siglo XX la costumbre de llamar a Cristo por el nombre de Yehoshua. ¿Era consciente de las teorías que el Renacimiento había asociado a ese nombre? No hay certeza alguna al respecto, pues su libro, "La Cábala, Tradición Secreta del Occidente", no muestra interés por ese aspecto de la Cábala.

El Gran Arquitecto

Philibert Delorme, hablando de Dios en su tratado de arquitectura, usó en 1567 la siguiente expresión: ese Gran Arquitecto del Universo, Dios Todopoderoso. Parece haber sido el primero en usar el concepto del Gran Arquitecto del Universo. Esa idea de un Dios que ordenó el Universo como un Dios viene probablemente de los cabalistas cristianos como François Georges de Venise (Cf. De Harmonia Mundi), sin embargo esa noción no está ausente de los Evangelios. Otros después de Philibert Delorme retomaron esa teoría, notablemente Kepler en su Astronomía nueva. En el siglo XVIII, esa expresión fue adoptada por la Francmasonería, que de ella hizo un punto clave de su simbolismo. El Martinismo nació en la dependencia feudal masónica del siglo XVIII; es entonces normal que en el se encuentre la referencia al Grande Arquitecto del Universo. No obstante, esta expresión toma en el Martinismo una tonalidad particular que merece ser destacada.

Contrariamente a ciertas tradiciones que asocian el Grande Arquitecto del Universo con Dios, en el Martinismo y particularmente entre Martínez de Pasqually y sus discípulos, es al Cristo que esa denominación se refiere. La expresión Gran Arquitecto del Universo no aparece en el célebre tratado de Martínez, mas es encontrada en los rituales y "catecismos" de la Orden de los Elus Cohen. Cabe resaltar que, para el autor de "Tratado de la Reintegración de los Seres Creados", el Cristo no es Dios en el sentido específico que le atribuye la teología cristiana. En efecto, Martínez de Pasqually tenía una concepción particular de la naturaleza del Cristo.

L'Angelos-Christos

Martínez califica al Cristo como Espíritu doblemente fuerte y lo clasifica en una de las cuatro categorías de los primeros seres emanados, la de los espíritus octonarios. Leyendo a Martínez, nos podemos preguntar si el Cristo no constituye por si solo la categoría que él llama de espíritus octonarios. Esa postura que hace del Cristo una especie de ángel superior no es una innovación. Tuvo origen en el Cristianismo primitivo. En efecto, si estudiamos la historia del cristianismo y, especialmente, la que concierne a la Cristología, constataremos luego que los primeros cristianos no veían en el Cristo al propio Dios encarnándose en el mundo. En cambio, podemos constatar que el concepto de un Ángel-Mesías, de un Angelos-Christos, domina el pensamiento del cristianismo hasta la segunda mitad del siglo II. En la literatura cristiana de los primeros siglos, el Cristo recibe algunas veces el calificativo de ángel y los Padres de la Iglesia le dan el título de ángel del Gran Consejo, un concepto tomado de Isaías. Es preciso enfatizar que las divergencias de opinión de los primeros cristianos en cuanto a la naturaleza del Cristo eran importantes y dieron lugar a numerosas controversias. Fue sólo en el siglo IV, con el Concilio de Nicea, que el dogma de la divinidad del Cristo fue impuesto a todos los cristianos.

Los nombres del Cristo

Para designar al Cristo, Martínez usaba diversos nombres, cada cual destacando un aspecto del misterio divino. A veces lo llama el Mesías, nombre que Ronsard había empleado algunos siglos antes. A veces, como Bossuet, Pascal o Corneille, lo llama el Reparador. Usa también los términos, la Sabiduría, para designar al Cristo. Esas diversas expresiones son igualmente utilizadas por los discípulos de Martínez, ya se trate de Louis Claude de Saint-Martín, de Jean Baptiste Willermoz, o de los otros.

El nombre más enigmático que usa para designar al Cristo es el de Helí. Según Martínez, este nombre significa fuerza de Dios y receptáculo de la Divinidad. Lo que Martínez pretende enfatizar aquí es que el Cristo no es tan sólo un personaje nacido ha cerca de dos mil años, sino que Él es ante todo el Electo Universal, esto es, un ser que fue escogido para cumplir diversas misiones. Para él, ese Electo Universal se encarnó en varios momentos de la historia, para guiar la humanidad. Esta manera de considerar al Cristo como un profeta, un enviado de Dios, era corriente en el cristianismo judaico. Ella es reencontrada, por ejemplo, en las Homilías Clementinas, que hablan del Cristo como Verus Propheta, un enviado que vino varias veces de Adán hasta Jesús, pasando por Moisés, para guiar a la humanidad.

El Mesías Recurrente

Según Martínez de Pasqually, Helí, o sea, el Cristo, se manifestó a través de los profetas, de los guías de la humanidad, de aquellos que son llamados los Electos. Dentro de ellos, Martínez indica: Abel, Enoch, Noé, Melquisedec, José, Moisés, David, Salomón, Zorobabel y Jesucristo, todos canales de manifestación de Helí. No obstante, considera que fue a través de Jesucristo que Helí se manifestó en su mayor gloria.

Este aspecto particular de las enseñanzas de Martínez está relativamente en consonancia con los de los cristianos judaicos, los primeros cristianos. En esa época, la naturaleza del Cristo aun no había sido objeto de dogma. Algunos lo consideraban como un ángel, otros como un profeta y, otros ya, como el Mesías. De hecho, los primeros cristianos estaban más preocupados con el mensaje del Cristo que con el hecho de construir teorías intelectuales sobre los misterios de la naturaleza de Dios. El Cristo era entonces considerado como un enviado del Padre, mas generalmente no era asemejado a Dios. Pero es a las concepciones del cristianismo primitivo que Martínez se liga. La idea por él adoptada del Cristo como un enviado que vino varias veces y con diferentes nombres, para guiar a la humanidad errante, es particularmente interesante. Se ella fuese extendida al conjunto de las religiones, podría decirse que fue el mismo Dios quien se manifestó en los guías que están en el origen de todas as religiones y que, así, bajo aspectos aparentemente diferentes, es una misma luz la que brilla.

El Organizador del Caos

Según Martines de Pasqually, la primera intervención del Cristo en la historia se remonta al mismo origen del mundo, en el momento en que la creación aun estaba en estado de Caos. Como indica el Tratado, el mundo material fue creado por los espíritus ternarios, actuando bajo las órdenes de Dios. De su trabajo nació un mundo todavía en estado de Caos. La primera misión de Helí, consistió en poner en orden ese Caos inicial. Fue el descenso del Cristo al propio seno de ese Caos el que organizó la Creación y dio nacimiento al mundo material. En este sentido, puede decirse que el Cristo fue el Arquitecto de la Creación, el Verbo organizador. Era de ese modo que Martínez de Pasqually, así como Louis Claude de Saint-Martín y Jean Baptiste Willermoz, veían la función esencial del Cristo como Gran Arquitecto del Universo. 

El Instructor

En su Tratado de la Reintegración de los Seres Creados, Martínez nos indica que Adán, después de la caída, tomó conciencia de su error e imploró el perdón divino. Dada su sinceridad, Dios envió a Helí para "reconciliarlo". Estando en tanto Adán encarnado en el mundo de la materia, debía recibir una enseñanza sobre la manera de llevar de entonces en adelante una vida en consonancia con su misión. Su posición en el mundo material le impedía usar las facultades espirituales de que fuera otrora dotado. Helí fue entonces encargado de transmitir a los hombres una nueva enseñanza. Seth, el tercer hijo de Adán, fue escogido para recibir esos conocimientos secretos que, después de él, fueron transmitidos de generación en generación a los Hombres de Deseo.

El Reparador

Numerosos Elus (Elegidos) guiaron a la humanidad desde Adán hasta nuestros días, cada cual trayendo un mensaje y una enseñanza apropiados para el adelanto de la humanidad. Mientras tanto, según la Tradición Martinista, el hombre sólo puede tener acceso a cierto grado de evolución espiritual a partir de la venida del Cristo. En efecto, la misión del Cristo fue, no de salvar a los hombres, mas abrir el canal cósmico que permitiría a la humanidad traspasar ciertas esferas espirituales hasta entonces inaccesibles. Si el Cristo abrió el camino, cabe al ser humano trillar esa senda. El Cristo no salvó a la humanidad haciendo el trabajo en su lugar, sino abriéndole un camino y mostrándole como recorrerlo.

Para abrir ese camino, la misión del Cristo con su encarnación fue la de un Reparador. Él efectivamente hizo un trabajo de reparación de la Creación. Y operó esa recolocación en orden de purificación de la Creación. Y operó esa recolocación del orden en dos niveles de la creación universal: en el mundo terrestre y en la inmensidad celeste. Tocante al plano terrestre, regeneró las tres bases constitutivas del mundo material: el azufre, la sal y el mercurio, lavándolos de sus escorias. En el mundo celeste, regeneró los siete pilares del Templo universal. Esos pilares son los siete planetas del mundo celeste por medio de los cuales fluyen en el mundo temporal las virtudes divinas. Esa regeneración de las siete fuentes de la vida fue realizada en Pentecostés, esto es, siete semanas, o sea, cuarenta y nueve días después de la Pascua. Entonces, nos dice Saint-Martín, "abriose una quincuagésima puerta, de la cual todos los esclavos esperaban su liberación, y que se abrirá de nuevo en el fin de los tiempos".

El Reconciliador

Después de haber evocado la función "reparadora" del Cristo, veamos lo que caracteriza su función de Reconciliador. La reconciliación es la etapa preliminar que cada ser humano debe trasponer individualmente en su evolución hacia la reintegración que será la etapa final de la evolución colectiva de la humanidad. Según Saint-Martín, en ese proceso de regeneración el hombre vive una experiencia interior importante, en la cual reencuentra al Cristo. El Cristo es en realidad el intermediario cósmico indispensable en ese proceso de regeneración. Es por esta razón que la Tradición Martinista habla de Él como el Reconciliador. 

Saint-Martín expresó esa idea de manera velada en muchas de sus obras. Por ejemplo, en "De los Errores y de la Verdad", cuando afirma que la octava página del Libro del Hombre "trata del número temporal de aquel que es el único apoyo, la única fuerza y la única esperanza del hombre".

La Imitación del Cristo

Con su misión, el Cristo no sólo cumplió una purificación, abrió una senda. Mostró también al hombre el camino a seguir para tener acceso a la regeneración mística. Con su encarnación, quiso pintar para el hombre su propia situación, trazarle toda la historia de su ser y el camino de retorno a lo Divino. Para Saint-Martín, el proceso de la regeneración mística pasa por una imitación interior de la vida del Cristo. En su libro "El Hombre Nuevo", expone las etapas de ese proceso desde la Anunciación hasta la Resurrección, esto es, desde la visita del ángel, el amigo fiel que nos revela el nacimiento próximo de un nuevo hombre en nosotros, hasta la reconquista de nuestro cuerpo glorioso, que marca el comienzo de nuestra ascensión a las esferas superiores en donde nuestra regeneración debe encontrar su coronamiento.

Los diversos eventos de la vida del Cristo son los arquetipos que simbolizan las diversas etapas espirituales que podemos vivir interiormente incorporándonos al cuerpo místico del Cristo. Según el Filósofo Desconocido, el término de esa regeneración llevará al ser humano más allá del Cristo, pues él es llamado a una misión mayor que la del propio Cristo.

Andrew Michael Ramsay Discurso 2


Discurso pronunciado en la Recepción de los Francmasones por el Señor de Ramsay, Gran Orador de la Orden - 1737

Señores, 

El noble entusiasmo que ustedes demuestran para ingresar en la antigua y muy ilustre Orden de los francmasones es una prueba evidente de que ya poseen todas las cualidades necesarias para formar parte de ella. Estas cualidades son la filantropía prudente, la moral pura, el secreto inviolable y el gusto por las bellas artes. 

Licurgo, Solón, Numa y todos los demás legisladores políticos no lograron que sus instituciones perduraran; por muy sabias que hayan sido sus leyes, no han podido extenderse a todos los países ni adaptarse al gusto, al genio y a los intereses de todas las naciones. En efecto, no se fundamentaban en la filantropía. El amor por la patria mal entendido y llevado al exceso destruía a menudo en todas estas repúblicas guerreras el amor por la humanidad en general. Los hombres, fundamentalmente, no se diferencian por las lenguas que hablan, las ropas que llevan, los países que habitan ni por las dignidades de las que están investidos. El mundo entero no es más que una gran república, en la cual cada nación es una familia y cada individuo un niño. Nuestra sociedad se estableció para hacer revivir y para propagar las antiguas máximas tomadas de la naturaleza del hombre. Queremos reunir a todos los hombres de mente preclara y de humor agradable no sólo mediante el amor por las bellas artes, sino además mediante los grandes principios de la virtud; en ellos, el interés por la confraternidad se vuelve interés por todo el género humano, por su medio todas las naciones pueden obtener conocimientos sólidos y todos los súbditos de los diferentes reinos pueden cooperar sin celos, vivir sin discordia y quererse mutuamente sin renunciar a su patria. 

Nuestros ancestros, los Cruzados, procedentes de todos los lugares de la cristiandad y reunidos en Tierra santa, quisieron de esta forma agrupar a los súbditos de todas las naciones en una sola confraternidad. Qué no le debemos a estos hombres superiores quienes, sin intereses vulgares y sin escuchar el deseo natural de dominar, imaginaron una institución cuyo único fin es reunir las mentes y los corazones con el propósito de que sean mejores. Y, sin ir contra los deberes que los diferentes estados exigen, formar con el tiempo una nación espiritual en la cual se creará un pueblo nuevo que, al tener características de muchas naciones, las cimentará todas, por así decirlo, con los vínculos de la virtud y de la ciencia. 

La sana moral es el segundo requisito de nuestra sociedad. Las Órdenes religiosas se establecieron para que los hombres llegaran a ser cristianos perfectos; las Ordenes militares para inspirar el amor por la gloria noble; la Orden de los francmasones se estableció para formar hombres y hombres amables, buenos ciudadanos y buenos súbditos, inviolables en sus promesas, fieles adoradores del Dios de la amistad, más amantes de la virtud que de las recompensas.
Polliciti servare fidem, sanctumque vereri
Numen amicitiae, mores, non munera amare.
Sin embargo, no nos limitamos a las virtudes puramente civiles. Tenemos entre nosotros tres categorías de hermanos: principiantes o aprendices, compañeros o profesos, maestros o perfectos. A los primeros les damos a conocer las virtudes morales y filantrópicas, a los segundos las virtudes heroicas; a los últimos las virtudes sobrehumanas y divinas. De manera que nuestra institución encierra toda la filosofía de los sentimientos y toda la teología del corazón. Es por esta razón que uno de nuestros venerables hermanos, en una oda llena de noble entusiasmo, dijo:
Francmasones, ilustre Gran Maestro
Reciban mis primeros arrebatos
En mi corazón la orden los hace nacer;
¡Feliz ! si nobles esfuerzos
Me hacen merecedor de la estima de ustedes,
Me elevan a lo sublime verdadero
A la primera verdad
A la esencia pura y divina
Del alma celeste origen
Fuente de vida y de claridad.
Puesto que una filosofía severa, solitaria, triste y misantrópica les quita a los hombres el gusto por las virtudes, nuestros ancestros los Cruzados quisieron que ésta resultara amable con el atractivo de los placeres inocentes, de una música agradable, de un gozo puro y de una alegría moderada. Nuestros sentimientos no son lo que el mundo profano y el vulgo ignorante se imaginan. Todos los vicios del corazón y del espíritu están desterrados, así como la irreligión y el libertinaje, la incredulidad y el desenfreno. 

Es con este espíritu que uno de nuestros poetas dice:
Seguimos hoy senderos poco recorridos
Nos esforzamos por construir y 
todas nuestras construcciones
Son o cárceles para los vicios
O templos para las virtudes.
Nuestras cenas se parecen a los virtuosos banquetes de Horacio en los cuales uno se sustentaba de todo lo que podía iluminar el espíritu, perfeccionar el corazón e inspirar el gusto por lo verdadero, lo bueno y lo bello:
O! noctes, coenaeque Deum...
Sermo oritur non de regnis domibusve alienis;
...sed quod magis ad nos
Pertinet, et nescire malum est, agitamus; utrumne
Divitiis homines, an sint virtute beati;
Quidve ad amicitias usus rectumve trahat nos
Et quae sit natura boni, summumque quid ejus.
Aquí el amor por todos los anhelos se fortifica. Desterramos de nuestras logias toda disputa que podría alterar la tranquilidad del espíritu, la dulzura de las costumbres, los sentimientos de amistad y la armonía perfecta que tan sólo se encuentra en la eliminación de todos los excesos indebidos y de todas las pasiones discordantes. 

Por lo tanto, las obligaciones que la Orden les impone son: proteger a los hermanos por medio de la autoridad, esclarecerlos con sus conocimientos, edificarlos con las virtudes que ustedes poseen, socorrerlos en sus necesidades, sacrificar todo resentimiento personal y buscar todo lo que puede contribuir a la paz, a la concordia y a la unión de la sociedad. 

Tenemos secretos: son signos figurativos y palabras sagradas que constituyen un lenguaje a veces mudo y a veces muy elocuente, con el fin de transmitirlo a grandes distancias y reconocer a nuestros hermanos sin importar su lengua o país. Eran, aparentemente, palabras de guerra que los Cruzados se intercambiaban para protegerse de las sorpresas de los Sarracenos, que a menudo se infiltraban disfrazados para traicionarlos y asesinarlos. Estos signos y estas palabras nos recuerdan un aspecto de nuestra ciencia, una virtud moral o un misterio de la fe. 

Ocurrió con nosotros lo que muy difícilmente ha sucedido con otra sociedad. 

Nuestras logias se han constituido y se difunden hoy en todas las naciones civilizadas y sin embargo, a pesar de tanta multitud de hombres, nunca ningún hermano ha traicionado nuestros secretos. Las personas más frívolas, las más indiscretas y las menos instruidas a guardar silencio, aprenden esta gran ciencia tan pronto como entran en nuestra sociedad ¡ Tan grande es el poder que la idea de unión fraterna tiene sobre los espíritus! Este secreto inviolable contribuye de forma poderosa a vincular los súbditos de todos los países y a volver fácil y mutua la comunicación de las buenas acciones. Encontramos muchos ejemplos de lo anterior en los Anales de nuestra Orden: nuestros hermanos que viajaban a diferentes países de Europa, al encontrarse en una necesidad, se dieron a conocer a nuestras logias y enseguida fueron colmados de toda la ayuda necesaria. Incluso en la época de las guerras más sangrientas, algunos ilustres prisioneros encontraron hermanos donde no creían encontrar más que enemigos. Si alguien rompiera las promesas solemnes que nos vinculan, ustedes saben señores, que las penas más grandes son el remordimiento de la conciencia, la vergüenza por su perfidia y la exclusión de nuestra sociedad según las bellas palabras de Horacio:
Est et fideli tuta silentio
Merces; vetabo qui Cereris sacrum
Vulgarit arcanae, sub isdem
Sit trabibus, fragilemve mecum
Solvat phaselum...
Sí señores, las famosas fiestas de Ceres en Eleusis, de las que habla Horacio, así como aquellas de Isis en Egipto, de Minerva en Atenas, de Urania entre los Fenicios y de Diana en Escitia tenían relación con nuestras solemnidades. En estas fiestas se celebraban misterios donde se podían encontrar muchos vestigios de la antigua religión de Noé y de los patriarcas; luego se cerraban con banquetes y libaciones, pero sin los excesos, los desenfrenos y la intemperancia en que cayeron poco a poco los paganos. Admitir personas de uno y otro sexo en las asambleas nocturnas, oponiéndose así a la primitiva institución, fue la causa de todas las infamias. Es para prevenir semejantes abusos que las mujeres están excluidas de nuestra Orden. No es que somos injustos por considerar el sexo como incapaz de mantener un secreto, sino que su presencia podría alterar ligeramente la pureza de nuestras máximas y de nuestras costumbres:
Si el sexo está desterrado, que no haya alarma
No es un ultraje a su fidelidad
Sino que tememos que al entrar el amor con sus encantos
Produzca el olvido de la fraternidad.
Los nombres de hermano y amigo serían débiles armas
Para proteger los corazones contra la rivalidad.
La cuarta cualidad que se requiere para entrar en nuestra Orden es el gusto por las ciencias útiles y por las artes liberales de todo género; así la Orden exige de cada uno de ustedes contribuir con su protección, su liberalidad o su trabajo a una gran obra para la cual ninguna Academia y ninguna universidad pueden ser suficientes, porque todas las sociedades particulares, al estar compuestas de una cantidad muy pequeña de hombres, no pueden abarcar con su trabajo un objetivo tan inmenso. Todos los Grandes Maestros de Alemania, de Inglaterra, de Italia y de toda Europa exhortan a todos los eruditos y a todos los artistas de la confraternidad a unirse con el fin de proveer la documentación para un Diccionario universal de todas las artes liberales y de todas las ciencias útiles, con la única excepción de la teología y la política. Ya se ha comenzado la obra en Londres; pero con la unión de nuestros hermanos se podrá llevar a su perfección en pocos años. En ella se explicará no sólo el vocablo técnico y su etimología, sino que se presentará también la historia de la ciencia y del arte, sus grandes principios y la manera de trabajar con ellos. De este modo se reunirán las inteligencias de todas las naciones en una única obra, que será como un depósito general, y una biblioteca universal de todo lo bello, grande, luminoso, sólido y útil que existe en todas las ciencias naturales y en todas las artes nobles. Esta obra aumentará cada siglo, a medida que aumenten los conocimientos; es así como se difundirá una noble emulación en el gusto por las Bellas letras y por las Bellas artes en toda Europa. 

El nombre de francmasones no debe por lo tanto ser tomado en sentido literal, vulgar y material, como si nuestros instructores hubieran sido simples trabajadores de la piedra o del mármol, o simplemente genios curiosos que querían perfeccionar las artes. No sólo eran hábiles arquitectos que querían consagrar sus talentos y sus bienes a la construcción de los templos exteriores, sino también príncipes religiosos y guerreros que querían iluminar, edificar y proteger los templos vivos del Altísimo. Es lo que seguidamente daré a conocer desarrollando para ustedes el origen y la historia de la Orden. 

Toda familia, toda república y todo imperio cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos tienen su fábula y tiene su verdad, su leyenda y su historia, su ficción y su realidad. Algunos consideran que nuestra institución se remonta al tiempo de Salomón, de Moisés, de los patriarcas, de Noé mismo. Otros pretenden que nuestro fundador fue Enoc, el nieto del Protoplasta que construyó la primera ciudad y la llamó con su nombre. Mencioné brevemente este origen fabuloso antes de llegar a nuestra historia verdadera. He aquí, por lo tanto, lo que he podido recoger en los muy antiguos Anales de la historia de Gran Bretaña, en las actas del Parlamento de Inglaterra, que hablan a menudo de nuestros privilegios, y en la tradición viva de la nación británica que, desde el siglo once, ha sido el centro y la sede de nuestra confraternidad. 

Desde la época de las guerras santas en Palestina, muchos príncipes, señores y ciudadanos se unieron, hicieron voto de restablecer los templos de los cristianos en Tierra santa y, por medio de un juramento, se comprometieron a emplear sus talentos y sus bienes para devolver la arquitectura a su constitución primitiva. Adaptaron de común acuerdo varios antiguos signos, palabras simbólicas tomadas del fondo de la religión, para diferenciarse de los infieles y reconocerse con respecto a los Sarracenos. Estos signos y estas palabras sólo se comunicaban a los que prometían solemnemente, incluso con frecuencia a los pies del altar, no revelarlos nunca. Esta promesa sagrada ya no era entonces un juramento execrable, como se cuenta, sino un vínculo respetable para unir a los hombres de todas las naciones en una misma confraternidad. Tiempo después, nuestra Orden se unió íntimamente con los caballeros de San Juan de Jerusalén. Desde entonces nuestras logias llevaron el nombre de las logias de San Juan en todos los países. Esta unión se llevó a cabo a imitación de los israelitas cuando construyeron el segundo templo, mientras trabajaban con una mano con la llana y el mortero, llevaban en la otra la espada y el escudo (Esdras cap. IV, v. 16). 

Nuestra Orden por consiguiente no se debe considerar como una renovación de las bacanales y una fuente de excesivo derroche, de libertinaje desenfrenado y de intemperancia escandalosa, sino como una Orden moral, instituida por nuestros ancestros en Tierra santa para hacer recordar las verdades más sublimes, en medio de los inocentes placeres de la sociedad. 
Los reyes, los príncipes y los señores, regresando de Palestina a sus países, establecieron diferentes logias. Desde la época de las últimas cruzadas ya se observa la fundación de muchas de ellas en Alemania, Italia, España, Francia y de allí en Escocia, a causa de la íntima alianza que hubo entonces entre estas dos naciones. 

Jacobo Lord Estuardo de Escocia fue Gran Maestro de una logia que se estableció en Kilwinning en el oeste de Escocia en el año 1286, poco tiempo después de la muerte de Alejandro III rey de Escocia, y un año antes de que Jean Baliol subiera al trono. Este señor escocés inició en su logia a los condes de Gloucester y de Ulster, señores inglés e irlandés. 

Poco a poco nuestras logias, nuestras fiestas y nuestras solemnidades fueron descuidadas en la mayoría de los países en los que se habían establecido. Esta es la razón del silencio de los historiadores de casi todos los reinos con respecto a nuestra Orden, a excepción de los historiadores de Gran Bretaña. Sin embargo, éstas se conservaron con todo su esplendor entre los escoceses, a los que nuestros reyes confiaron durante muchos siglos la custodia de su sagrada persona. Después de los deplorables reveses de las cruzadas, la decadencia de las armadas cristianas y el triunfo de Bendocdar Sultán de Egipto, durante la octava y última cruzada, el hijo de Enrique III de Inglaterra, el gran príncipe Eduardo, viendo que ya no había seguridad para sus hermanos en Tierra santa los hizo regresar a todos cuando las tropas cristianas se retiraron, y fue así como se estableció en Inglaterra esta colonia de hermanos. Puesto que este príncipe estaba dotado de todas las cualidades del corazón y del espíritu que forman a los héroes, amó las bellas artes, se declaró protector de nuestra Orden, le otorgó muchos privilegios y franquicias y desde entonces los miembros de esta confraternidad tomaron el nombre de francmasones. 

Desde este momento Gran Bretaña se volvió la sede de nuestra ciencia, la conservadora de nuestras leyes y la depositaria de nuestros secretos. Las fatales discordias de religión que inflamaron y desgarraron Europa en el siglo dieciséis hicieron que nuestra Orden se desviara de la grandeza y nobleza de su origen. Se cambiaron, se disfrazaron o se suprimieron muchos de nuestros ritos y costumbres que eran contrarios a los prejuicios de la época. Es así como muchos de nuestros hermanos olvidaron, al igual que los judíos antiguos, el espíritu de nuestra ley y sólo conservaron su letra y su apariencia exterior. Nuestro Gran Maestro, cuyas cualidades respetables superan aún su nacimiento distinguido, quiere regresar todo a su constitución inicial, en un país en que la religión y el Estado no pueden más que favorecer nuestras leyes. 

Desde las islas británicas, la antigua ciencia comienza a pasar a Francia otra vez bajo el reino del más amable de los reyes, cuya humanidad es el alma de todas las virtudes, con la intervención de un Mentor que ha realizado todo lo fabuloso que se había imaginado. En este momento feliz en que el amor por la paz se vuelve la virtud de los héroes, la nación más espiritual de Europa llegará a ser el centro de la Orden; derramará sobre nuestras obras, nuestros estatutos y nuestras costumbres, las gracias, la delicadeza y el buen gusto, cualidades esenciales en una Orden cuya base es la sabiduría, la fuerza y la belleza del genio. Es en nuestras logias futuras, como en escuelas públicas, donde los franceses verán, sin viajar, las características de todas las naciones y es en estas mismas logias donde los extranjeros aprenderán por experiencia que Francia es la verdadera patria de todos los pueblos. 

Patria gentis humanae.

Discurso - 1736

Andrew Michael Ramsay Discurso 1



Discurso del Señor Caballero de Ramsay pronunciado en la Logia de San Juan el 26 de Diciembre de 1736

Señores, 

El noble entusiasmo que ustedes demuestran para ingresar en la antigua y muy ilustre Orden de los francmasones es una prueba evidente de que ya poseen todas las cualidades necesarias para convertirse en sus miembros. Estas cualidades son la filantropía, el secreto inviolable y el gusto por las bellas artes. 

Licurgo, Solón, Numa y todos los demás legisladores políticos no lograron que sus instituciones llegaran a ser duraderas: por muy sabias que hayan sido sus leyes, no han podido extenderse a todos los países y perdurar a través de los siglos. Puesto que se fundamentaban en las victorias y las conquistas, en la violencia militar y en el dominio de un pueblo sobre otro, no han podido llegar a ser universales ni adaptarse al gusto, al genio y a los intereses de todas las naciones. No se basaban en la filantropía: el falso amor por una parcela de hombres, quienes habitan una pequeña región del universo que se llama patria, destruía en todas estas repúblicas guerreras el amor por la humanidad en general. Los hombres, fundamentalmente, no se diferencian por las lenguas que hablan, las ropas que visten o los rincones de este hormiguero que habitan. El mundo entero no es más que una gran república, en la cual cada nación es una familia y cada individuo un niño. Señores, nuestra sociedad se estableció para hacer revivir y propagar las antiguas máximas tomadas de la naturaleza del ser humano. Queremos reunir a todos los hombres de gusto sublime y de humor agradable mediante el amor por las bellas artes, donde la ambición se vuelve una virtud y el sentimiento de benevolencia por la cofradía es el mismo que se tiene por todo el género humano, donde todas las naciones pueden obtener conocimientos sólidos y donde los súbditos de todos los reinos pueden cooperar sin celos, vivir sin discordia, y amarse mutuamente. Sin renunciar a sus principios, desterramos de nuestras leyes todas las disputas que pueden alterar la tranquilidad del espíritu, la delicadeza de las costumbres, los sentimientos afectuosos, la alegría legítima, y aquella armonía absoluta que sólo se encuentra en la eliminación de todos los excesos indebidos y de todas las pasiones discordantes. 

Asimismo tenemos nuestros misterios: son signos que representan nuestra ciencia, jeroglíficos muy antiguos y palabras que se tomaron de nuestro arte; todos ellos componen un lenguaje algunas veces mudo y otras muy elocuentes para comunicarse a grandes distancias, y para reconocer a nuestros hermanos sin importar su lengua o país. En un primer momento, a los que ingresan nada más se les da a conocer el sentido literal. Es sólo a los adeptos que se les revela el sentido sublime y simbólico de nuestros misterios. Es así como los orientales, los egipcios, los griegos y los sabios de todas las naciones ocultaban sus dogmas por medio de figuras, símbolos y jeroglíficos. A menudo, el sentido literal de nuestras leyes, de nuestros ritos y de nuestros secretos sólo ofrece a la razón un sinnúmero de palabras ininteligibles; sin embargo, los iniciados encuentran en ellos un manjar exquisito que alimenta, que eleva, y que le recuerda al espíritu las verdades más sublimes. Ha sucedido con nosotros lo que casi nunca ha sucedido con otra sociedad. Nuestras logias se han instaurado hace mucho tiempo y se difunden hoy por todas las naciones civilizadas del mundo; sin embargo, entre tan numerosa multitud de hombres ningún hermano jamás ha traicionado nuestro secreto. Desde el momento en que comienzan a formar parte de nuestra cofradía, las personas más frívolas, las más indiscretas y las menos instruidas aprenden a guardar para sí mismas esta gran ciencia: entonces, parecen transformarse y convertirse en hombres nuevos, impenetrables y penetrantes al mismo tiempo. Si alguien rompiera los juramentos que nos unen, no tenemos ninguna ley penal excepto el remordimiento de conciencia y la exclusión de nuestra sociedad, según las siguientes palabras de Horacio:
Est et fideli tuta silentio
Merces: vetabo, qui Cereris sacrum
Vulgarit arcanae, sub isdem
Sit trabibus, fragilemve mecum
Solvat phaselum.

Horacio, antiguamente, fue orador de una gran logia establecida en Roma por Augusto, mientras Mecenas y Agripa eran sus vigilantes. Las mejores odas de este poeta son himnos que compuso para que se cantaran en nuestras orgías. Sí, señores, las famosas fiestas de Ceres en Eleusis, de las cuales habla Horacio, así como las de Minerva en Atenas y las de Isis en Egipto no eran otra cosa que logias de nuestros iniciados, donde se celebraban nuestros misterios con las comidas y las libaciones pero sin los excesos, los desenfrenos y sin la intemperancia en que cayeron los paganos, después de haber abandonado la sabiduría de nuestros principios y la pureza de nuestras máximas. 

El gusto por las artes liberales es la tercera cualidad que se requiere para entrar en nuestra Orden, la perfección de este gusto es la esencia, el fin y el objeto de nuestra unión. De todas las ciencias matemáticas, la de la Arquitectura, ya sea civil, naval o militar es, sin duda, la más útil y la más antigua. Es a través de ella que nos defendemos contra las injurias del aire, contra la inestabilidad de las olas y sobre todo contra el furor de otros hombres. 

Es por medio de nuestro arte que los mortales han encontrado el secreto de construir casas y urbes con el propósito de reunir las grandes sociedades; el secreto de recorrer los océanos para llevar de uno a otro hemisferio las riquezas de la tierra y de los mares y en fin el secreto de construir murallas y máquinas contra un enemigo más terrible que los elementos y los animales, quiero decir contra el hombre mismo que no es más que una bestia feroz, a menos que su naturaleza sea templada con la dulzura, la paz y la filantropía de las máximas que reinan en nuestra sociedad. 

Tales son, señores, las cualidades que se requieren en nuestra Orden de la cual revelaremos ahora, en pocas palabras, el origen y la historia. 

Nuestra ciencia es tan antigua como el género humano, pero no se debe confundir la historia general del arte con la historia particular de nuestra sociedad. Han existido en todos los países y en todos los siglos arquitectos, pero todos estos arquitectos no eran francmasones iniciados en nuestros misterios. Cada familia, cada república y cada imperio cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos tienen su fábula y su verdad, su leyenda y su historia, su ficción y su realidad. La diferencia que hay entre nuestras tradiciones y aquellas de todas las demás sociedades humanas es que las nuestras están fundadas en los anales del pueblo más antiguo del universo, el único que hoy conserva el mismo nombre que tenía antiguamente, que no se confunde con las otras naciones aunque esté disperso por todas partes y en fin, el único que ha conservado sus libros antiguos, al contrario de casi todos los demás pueblos en los que éstos se han perdido. Por lo tanto, he aquí lo que he podido recopilar sobre nuestro origen en los antiquísimos archivos de nuestra Orden, en las actas del Parlamento de Inglaterra que hablan frecuentemente de nuestros privilegios, y en la jurisdicción actual de un país que ha sido el centro de nuestra ciencia arcana desde el siglo décimo. Señores, dígnense prestar más atención; hermanos vigilantes protejan la logia, aparten de este lugar la vulgaridad profana.
Procul oh procul este profani, 
odi profanum vulgus et arceo, 
favete linguis.
El gusto supremo por el orden, la simetría y la proyección sólo pueden ser inspirados por el Gran Geómetra, arquitecto del Universo, cuyas ideas eternas son los modelos de la belleza verdadera. Además, vemos en los anales sagrados del legislador de los judíos que Dios mismo fue el que enseñó al restaurador del género humano las proporciones de la construcción flotante que tenía como función preservar durante el diluvio los animales de todas las especies para que repoblaran nuestro globo, cuando saliera del seno de las aguas. Por consiguiente, Noé debe ser considerado como el autor y el inventor de la arquitectura naval así como el primer gran maestro de nuestra Orden. 

La ciencia arcana fue trasmitida por medio de una tradición oral desde Noé hasta Abraham y los patriarcas, el último de los cuales llevó nuestro arte sublime a Egipto. Fue José quien dio a los egipcios la primera idea para la construcción de los laberintos, de las pirámides y de los obeliscos que se han admirado en todas las épocas. Es por esta tradición patriarcal que nuestras leyes y nuestras máximas se difundieron en Asia, Egipto, Grecia y entre todos los Gentiles; sin embargo, rápidamente nuestros misterios fueron alterados, degradados, deformados y mezclados con supersticiones y la ciencia secreta sólo se conservó pura entre el pueblo de Dios. 

Moisés, inspirado por el Altísimo, hizo construir en el desierto un templo móvil de acuerdo con el modelo que se le había revelado en una visión celeste en la cumbre de la montaña sagrada, prueba evidente de que las leyes de nuestro arte se observan en el mundo invisible donde todo es armonía, orden y proporción. Este tabernáculo ambulante, copia del palacio invisible del Altísimo, que es el mundo superior, se convirtió después en modelo del famoso templo de Salomón el más sabio de los reyes y de los mortales. Este edificio soberbio sostenido por mil quinientas columnas de mármol de Paros, con más de dos mil ventanas, con capacidad para cuatrocientas mil personas, fue construido en siete años por más de tres mil príncipes o maestros masones que tenían por jefe a Hiram–Abif gran maestro de la logia de Tiro, a quién Salomón confió todos nuestros misterios. Fue el primer mártir de nuestra Orden… su fidelidad se debe conservar… su ilustre sacrificio. Después de su muerte, el rey Salomón escribió en jeroglíficos nuestro estatuto, nuestras máximas y nuestros misterios, y este libro antiguo es el código original de nuestra Orden. 

Después de la destrucción del primer templo y el cautiverio de la nación escogida, el ungido del Señor, el gran Ciro que se había iniciado en todos nuestros misterios designó a Zorobabel como gran maestro de la logia de Jerusalén, y le ordenó poner los cimientos del segundo templo donde fue depositado el misterioso Libro de Salomón. Durante doce siglos este Libro se conservó en el templo de los israelitas, pero después de la destrucción del segundo templo y la dispersión de este pueblo durante el imperio de Tito, el antiguo libro se extravió hasta el tiempo de las cruzadas, cuando se encontró parte de él después de la toma de Jerusalén. Se descifró este código sagrado y sin penetrar en el espíritu sublime de todos los jeroglíficos que se encontraron, se resucitó nuestra antigua Orden de la cual Noé, Abraham, los patriarcas, Moisés, Salomón y Ciro habían sido los primeros grandes maestros. He ahí, señores, nuestras antiguas tradiciones. He aquí ahora nuestra verdadera historia. 

Desde los tiempos de las guerras santas en Palestina, varios príncipes, señores y artistas se unieron, hicieron voto de restablecer los templos de los cristianos en Tierra santa, se comprometieron por medio de un juramento a emplear su ciencia y sus bienes para devolver la arquitectura a su primitiva constitución, rescataron todos los antiguos signos y las palabras misteriosas de Salomón, para distinguirse de los infieles y reconocerse mutuamente... (y decidieron) unirse íntimamente con.... Desde entonces y después, nuestras logias llevaron el nombre de logias de San Juan en todos los países. Esta unión se hizo a imitación de los israelitas cuando construyeron el segundo templo. Mientras unos usaban la paleta y el compás, los otros los defendían con la espada y el escudo. 

Después de los grandes reveses de las guerras sagradas, la decadencia de las armadas cristianas, y el triunfo de Bendocdor Sultán de Egipto durante la octava y última cruzada, el hijo de Enrique III de Inglaterra, el gran príncipe Eduardo, viendo que ya no había seguridad para sus hermanos masones en Tierra santa quiso que todos lo acompañaran cuando las tropas cristianas se retiraron y esta colonia de adeptos se estableció así en Inglaterra. Puesto que este príncipe estaba dotado de todas las cualidades del espíritu y del corazón que forman a los héroes, amó las bellas artes y sobre todo nuestra gran ciencia. Estando en el trono, se declaró gran maestro de la Orden, le otorgó varios privilegios y franquicias, y desde entonces los miembros de nuestra cofradía tomaron el nombre de francmasones. 

Desde esta época Gran Bretaña se convirtió en la sede de la ciencia arcana, en la conservadora de nuestros dogmas y en la depositaria de todos nuestros secretos. Desde las islas británicas la antigua ciencia comienza a pasar a Francia. La nación más espiritual de Europa se convertirá en el centro de la Orden y derramará en nuestros estatutos las gracias, la delicadeza y el buen gusto, cualidades esenciales en una Orden cuya base es la sabiduría, la fuerza y la belleza del genio. Es en nuestras logias que en lo sucesivo los franceses verán, sin viajar, como en una pintura sintetizada, las características de todas las naciones y es aquí donde los extranjeros aprenderán por experiencia que Francia es la verdadera patria de todos los pueblos.

Discurso - 1737

El Secreto Masónico

En una institución como la nuestra, donde lo que la caracteriza y distingue a las reuniones o tenidas logiales de las asambleas y reuniones profanas es el Ceremonial Especial según el cual han de desarrollarse las primeras, todo lo que se ve a su vez, confirmado en nuestro ritual cuando expresa que; “éste, constituye el conjunto de pasajes litúrgicos generales y supletorios de todas las tenidas del Gran Oriente.” Agregando además que; “Desde la apertura de los trabajos y hasta el cierre, este ritual no puede ser alterado ni modificado”. Resulta en consecuencia necesario interiorizarnos en el concepto real de:

¿Que es lo que hemos de entender por ritual?
¿Cuales son sus principales características? y
lo mas importante a mi entender,
¿Cual es el fin u objetivo perseguido con su realización, periódica, permanente e inmutable? Todo lo cual debiera contribuir a darnos un mayor grado de comprensión sobre la necesidad de una implementación respetuosa, regular e impecable de cada uno de los signos y gestos, pasajes y demás elementos del ritual masónico, por parte de todos los HH.·. y en especial por parte de los miembros de la oficialidad de las respectivas logias.

DESARROLLO

Para fines pedagógicos, lo primero que hemos de precisar es el real significado de la palabra ritual, para lo que deberemos además considerar algunas otras expresiones que habitualmente usamos como sinónimas de la primera, sin que necesariamente, deban significar lo mismo.

Así las cosas, la expresión Rito encuentra su raíz en el latín Ritus que a su vez significa; “Costumbre o Ceremonia” Al mismo tiempo que se refiere; “al conjunto de Reglas establecidas para el culto y ceremonias religiosas” Expresiones todas que ya nos dan una idea de sus principales características esto es:

Es un conjunto de reglas, es decir que son normas, lo que implica que su objetivo es el de determinar; un modo de comportarse o de hacer algo, son reglas de conducta y de procedimiento.

Son de orden consuetudinario y Tradicional, o dicho de otro modo, lo que hace que estas normas sean obligatorias, es por un lado la repetición constante de dichas conductas por un grupo de personas y por un periodo de tiempo considerable, todo lo cual se resume en el termino Tradición (la repetición y la gran cantidad de HH.·. que han practicado el rito, desde antiguas edades, han contribuido a cargar el procedimiento ritual con una especial energía que, luego se vuelca sobre nosotros cada vez que lo practicamos, tal y como veremos mas adelante).

Y por el otro, el convencimiento de ese grupo humano, de que hay una razón que justifica dichas normas o; que explica por que las situaciones reguladas por esas normas deben desarrollarse de esa manera y no de otra. Luego este ultimo aspecto, nos parece relevante pues, en el caso de nuestro rito, se hace imprescindible el estudio de sus elementos y sus respectivos significados, pues solo a través de su correcta comprensión podremos aspirar a su mantención a través del tiempo, o a contrario sensu; si ignoramos las enseñanzas que se ocultan detrás de nuestro rito, corremos el riesgo de que este se vaya deformando a través del tiempo por la practica mecánica e irreflexiva de sus distintas ceremonias.

Son reglas establecidas para el culto y ceremonias religiosas, es decir que el objetivo que persiguen es de tipo religioso. Entendemos por tal aquellas normas sobre prácticas rituales y de contenido moral y axiológico, con implicancias psicológicas y afectivas que se basan en determinadas creencias acerca de la divinidad y que pretenden Re-ligar o Re-unir, a los hombres entre si y a estos con la divinidad. Cabe aquí también aclarar que; tal y como lo ha dicho el Q.·.H.·.OSWALD WIRTH, en su versión del catecismo del Apr.·. “La Masonería no es una religión en el sentido estricto de la palabra pero, mejor que ninguna otra institución tiene por objeto unir a los hombres entre si (religare – unir). Por esto es una religión en el sentido mas amplio y elevado del termino.” Así si el objetivo de la Mas.·. es de tipo religioso (re- ligar), entonces sus ritos también lo serán, no obstante no ser una religión.

Por su parte el termino Ritual; es significativo de un conjunto de Ritos de una religión u oficio sagrado. Lo que deja claro que si un Rito es un conjunto de normas que rigen una practica o ceremonia religiosa en particular, un ritual será entonces aquel conjunto de normas que regulan respectivamente, la forma en que han de desarrollarse dos o mas ceremonias religiosas distintas.

Luego una Ceremonia; Es la acción o acto exterior, arreglado por la ley, estatuto o costumbre, para dar culto a las cosas divinas o reverencia y honor a las profanas. O; dicho en otros términos, es la puesta en escena o la realización material de los procedimientos establecidos por la costumbre o las normas escritas en el respectivo ritual, lo que se encuentra en estricta concordancia con lo señalado por nuestro código entre columnas, el que en su articulo 150, dispone que; “Las reuniones de los talleres (ya estas logias o triángulos) se denominan “Tenidas”, y se sujetaran a las formalidades del presente titulo y a las que establezcan los rituales del grado en que se trabaje y se verificaran entre medio día y media noche.”

Antes de abandonar este punto nos parece oportuno señalar la distinción entre el termino liturgia y el de teurgia, los cuales no obstante su similitud difieren principalmente en que; el primero, deriva de del latín liturgĭa, y este a su ves de una voz griega λειτουργία, cuyo significado es servicio público. Mientras que “La Teurgia; Es una ciencia que permite invocar a los seres inefables de los mundos superiores, para recibir de ellos sublimes enseñanzas” lo que viene a decirnos que si una ceremonia religiosa contempla la invocación de deidades de alguna clase jerárquica conforme a su doctrinas religiosas, con la convicción de que estas comparecerán a dicho llamado, estaremos entonces ante un acto teúrgico, tal y como ocurre con las tenidas ordinarias de primer grado.

ANÁLISIS FUNCIONAL DEL RITUAL MASÓNICO

De todo lo anteriormente dicho resultan innumerables correspondencias con lo que el autor del presente trabajo entiende por el Ritual Masónico, es por ello que intentaremos en este apartado desarrollar un sucinto análisis del aspecto funcional de ritual masónico en general, para lo cual distinguiremos por un lado las funciones que se cree que este desempeña, tanto como método de instrucción, tanto como proceso iniciatorio, al mismo tiempo que veremos como sé justifican ciertos pasajes de oscuro simbolismo e intrincados mecanismos metafísicos de las ceremonias masónicas, todos los cuales pasamos a analizar a continuación.

Es por todos vosotros sabido que; la máxima expresión de las ceremonias simbólicas de una logia azul, es sin lugar a dudas la de la Iniciación, luego y en relación a esto un autor nos ha dicho que:

Una observación de la naturaleza nos demuestra que… las energías de la transformación exhibidas dentro de la naturaleza están presentes en todo nuestro rededor (como por ejemplo las que causan la maravillosa transformación de una simple oruga en aquella hermosa mariposa). Es la creencia de las escuelas iniciaticas que hay una energía similar dentro de la naturaleza humana pero que se manifiesta en relación a las facultades más altas (emocionales, psíquicas y espirituales) más bien que del cuerpo físico. El intento de los ritos y de símbolos iniciaticos es estimular o activar de alguna manera estas energías. Uno cambia a partir de una naturaleza y alcanza otra naturaleza "más alta". O usando la expresión tradicional, este cambio es equivalente a morir al viejo ser.

La muerte por lo tanto es la puerta metafórica y muchos de los mitos iniciaticos se refieren así a un panorama de muerte en sentido simbólico. Luego agrega que: En la tradición de los misterios occidentales… hay un proceso que conduce a la muerte como tema central. Este proceso se divide en pasos, grados, pasillos, o senderos (nótese la curiosa coincidencia de términos con los treinta y dos senderos del árbol de la cabala, a través de los cuales se manifiesta la energía de Dios). Los grados que comienzan, preparan al iniciado para aquellos en los que más tarde será admitido, y los superiores completan, o realzan los primeros. Así, generalmente, podemos distinguir tres etapas principales:

Hay un rito de la inducción equivalente al de aprendiz en masonería, pues; es en este donde se expone primero y se admite al candidato a la fraternidad, con la consecuente activación de los primeros aspectos metafísicos o energéticos del proceso iniciatico.

Un rito o ritos de la incorporación e instrucción, y;

Un rito donde el misterio central de la escuela se comunica; aquí se presenta Finalmente el último paradigma o el modelo ideal.

Es así como el autor citado nos afirma que es bien sabido que en la Masonería hay niveles esotéricos y ocultos también. Los que dan lugar a dos tipos de iniciación esotérica:

A. Una transmisible: la que "puede ser recibida por el aspirante, siempre y cuando esta le sea transmitida de manos de personas debidamente iniciadas". y

B. Una de tipo no-transmisible: Esta debe ser lograda solamente por el esfuerzo y la realización individual. En muchas escuelas del misterio hay un grado que ningún rito confiere, pero que se incluye para reconocer el logro personal de terminar el proceso iniciatico. (Desconozco si en nuestra orden existe un titulo de tal naturaleza)

Luego este Q.·.H.·. insiste en afirmar que “Es innegable la verdad de que ningún proceso de iniciación puede impartir a una persona, cualquier energía o facultad que él o ella, por lo menos potencialmente, no posea ya. Es por lo mismo que; El propósito de la iniciación transmisible consiste en asistir al candidato para que realice por experiencia personal, las etapas propias de la evolución natural, tanto de las funciones como de las facultades de la psyche”... “La iniciación acelera el desarrollo espiritual del alma, pero puede hacerlo solo de una manera natural.” “El ritual iniciatico anima el crecimiento de las varias facultades que se desarrollan en virtud de dicho proceso.” Ello puesto que, si el ritual está hecho correcta y seriamente, afectara incluso aquellos niveles más profundos de la mente o en términos psicológicos, los complejos psicológicos o constelaciones, según la tesis jungiana, son gradual pero inevitablemente removidos, para dar paso a la manifestación de lo que ese psicólogo llamo “Arquetipos”, los que luego se manifiestan como fuerzas causantes del movimiento y desarrollo psíquico.

Para dar mayor claridad a lo anterior, es necesario explicar que la noción de Arquetipo puede ser entendida como; una entidad de tipo divino, así como; una idea en nuestra mente que representa algún aspecto de dicha divinidad y que mediante la pronunciación de su nombre tradicional, pone en actividad ciertos mecanismos psicológicos de gran influencia contribuyendo así a que aquellas características o virtudes asociadas con aquel arquetipo se activen y actúen en nuestro interior. Como ejemplo de lo anterior podemos citar a nuestra palabra sagrada, la que se nos dice representa esa actitud de reconocimiento por parte nuestra de que “todo manifestación de vida, energía vital, fuerza y voluntad, nace siempre en el G.·.A.·.D.·.U.·. es por lo mismo que los trabajos log.·. se abren a su gloria, con lo que estamos manifestando nuestro deseo de que esa energía divina venga en nuestro auxilio para poder así realizar nuestros trabajos lógiales en forma productiva y sin la cual nos seria sencillamente imposible realizarlos. Otro tanto se puede decir con respecto los signos y gestos rituales, marchas y tocamientos, los símbolos, baterías, palabras y aclamaciones etc. Todos los cuales están en estrecha relación con algún arquetipo o aspecto de la divinidad que esta siendo invocada por medio de la realización de dichos elementos.

Por ultimo no nos olvidemos del predominante papel que corresponde desempeñar al candidato mismo, por ello se ha dicho que, la primera preparación del candidato está en su corazón. Y como el sol necesita algo en que reflejar su luz para estimular el crecimiento, si nuestro corazón no refleja la luz que emana de nuestro V.·.M.·. interno entonces no creceremos tampoco. Como W. Wilmshurst escribió: “la luz se concede en proporción con el deseo de nuestros corazones...".

La "iniciación... significa un proceso por el que el hombre natural se transformara en espiritual o en hombre ultra-natural y para efectuar esto será necesario cambiar su sentido, para engranarlo a un nuevo y más elevado, y por eso, hará de él, a un nuevo hombre en el sentido de lograr un nuevo método de vida y de una nueva perspectiva sobre el universo." (significado de la albañilería, de Wilmshurst, de p. 185)

Así, lo anterior nos lleva a la reflexión en torno a ideas como, cual es la naturaleza de esas energías que habitan en el interior del hombre y como el ritual masónico es capaz de ponerlas en acción, luego esta interrogante puede ser contestada al menos a priori en base a las siguientes aseveraciones:

EL TODO ES UNO, EL UNIVERSO ES MENTAL: Lo que a su vez nos indica que todo esta echo en último término de energía densificada, o dicho de otro modo la materia es energía de baja vibración. Pero como su naturaleza es mental, quiere decir que dicha energía es susceptible de reaccionar a las radiaciones de nuestros pensamientos.

Luego esta energía, en la media que va acelerando su nivel de vibración, va perdiendo su apariencia física, HASTA QUE POR FIN LOS CUERPOS EN QUE ESTABA ATRAPADA SE DESTRUYEN Y LA ENERGÍA SE LIBERA Y SE INTEGRA A OTRAS ESTRUCTURAS MAS SUTILES E INVISIBLES. Se cree también que esta energía – mente, en la medida que acelera su vibración aumenta en grados de conciencia.

La mente humana reconoce una dimensión que esta bajo el umbral de la mente conciente, a la que se ha llamado subconsciente y la característica principal de esta, es que se expresa en imágenes o sea que utiliza un lenguaje simbólico, como el que se manifiesta en los sueños y en las alucinaciones, así como también en ciertos estados de éxtasis místico. Ahora esta dimensión subconsciente se alimenta de esa misma energía que alimenta al mundo físico, pero en nuestra mente se le llama energía psíquica, esta a su ves se organiza en base a dos grandes grupos de ideas, los complejos o constelaciones, que atrapan y retienen esta energía impidiendo su fluidez y libre manifestación y; las imágenes arquetípicas que son representaciones mentales de ciertas realidades metafísicas a las que en general se les conoce como los dioses.

El ritual masónico, como medio de docencia se encuentra pletórico de símbolos que; por un lado son capaces de conectar la mente subconsciente de los asistentes, con estas realidades arquetípicas que habitan en nuestro subconsciente y los ponen en movimiento, permitiendo así; la debilitación de nuestros complejos y; con la ayuda de las enseñanzas morales que los símbolos transmiten a nuestra mente conciente, pretenden la total eliminación de dichos complejos, lo que a su vez permite que la energía psíquica una vez liberada quede al servicio de nuestra voluntad, ampliando con ello las posibilidades de crecimiento y realización del individuo. Aquí adquieren gran relevancia por un lado; la función teúrgica del ritual masónico, toda vez que la invocación del G.·.A.·.D.·.U.·. gatilla la actividad de las ideas que tenemos en nuestra mente en relación a el, ejerciendo con ello una influencia inconmensurable y bienhechora en nuestro interior. Y por ultimo; el GNOTHI SE AUTON o CONÓCETE A TI MISMO, que se encuentra maravillosamente simbolizado en diversas alegorías del primer grado y que tienden a hacernos concientes de aquellos complejos hacinados en nuestra mente, para que una ves que hayan sido sacados a la luz de nuestra conciencia, vayan perdiendo cada vez mas las raíces energéticas que hasta ahora les mantenían activos y gobernando nuestras vidas.

CONCLUSIONES

De la presente investigación creo que han aparecido argumentos mas que suficientes, para comprender la verdadera importancia de la realidades trascendentales que se encuentran mas allá de la expresión material de nuestro ritual masónico, es por ello que me atrevo a concluir que solo en base al estudio y meditación profundo sobre nuestro simbolismo litúrgico y ornamental, podremos aprender a controlar y a servirnos de las energías con las que el mismo, nos pone en contacto, tanto al interior del templo físico como en nuestro propio templo interior. Se hace imprescindible en consecuencia empeñar nuestro mas grande esfuerzo en desentrañar el preciso significado, de cada gesto, palabra, símbolo y movimiento ritual, para poder así controlar utilizar a voluntad, esas energías que habitan en nuestro interior y que son la materia prima por excelencia y al mismo tiempo, la mejor herramienta de trabajo de todo aprendiz masón.

Anónimo