quarta-feira, 1 de fevereiro de 2023

Manly Palmer Hall - La Teoría y la Práctica de la Magia Negra

 

A partir de un breve análisis de sus premisas básicas, podemos aclarar un poco la complejidad de la teoría y la práctica de la magia ceremonial.
Primera. El universo visible tiene una contrapartida invisible, cuyos planos superiores están poblados por espíritus buenos y hermosos, mientras que los planos inferiores, oscuros y ominosos, son la morada de los malos espíritus y los demonios dirigidos por el ángel caído y sus diez príncipes.
Segunda. Mediante los procesos secretos de la magia ceremonial es posible ponerse en contacto con estas criaturas invisibles y obtener su ayuda para algunas tareas humanas. Los espíritus buenos prestan ayuda de buen grado para cualquier empresa respetable; en cambio, los espíritus del mal solo sirven a aquellos que viven para corromper y destruir.
Tercera. Es posible establecer pactos con los espíritus, en virtud de los cuales el mago se convierte, por un tiempo determinado, en amo de un ser elemental.
Cuarta. La magia negra se celebra con la colaboración de un espíritu demoníaco, que sirve al hechicero durante toda su vida terrenal, con la condición de que, después de su muerte, el mago se convierta en siervo de su propio demonio. Por este motivo, el mago negro hará lo imposible por prolongar su existencia física, puesto que no le espera nada más allá de la tumba.
La forma más peligrosa de magia negra es la perversión científica del poder oculto para satisfacer un deseo personal. Su forma menos compleja y más universal es el egoísmo humano, porque el egoísmo es la causa fundamental de todo el mal terrenal. Un hombre es capaz de entregar su alma eterna a cambio del poder temporal y a lo largo de los siglos ha evolucionado un proceso misterioso que en realidad le permite hacer este intercambio. En sus diversas ramas, el arte negro incluye casi todas las formas de la magia ceremonial, la nigromancia, la brujería, la hechicería y el vampirismo. Dentro de la misma categoría general se incluyen también el mesmerismo y el hipnotismo, salvo cuando se utilizan exclusivamente con fines médicos, aunque incluso entonces existe un elemento de riesgo para todas las partes implicadas. Aunque parecería que el demonismo medieval ha desaparecido, existen pruebas en abundancia de que en muchas formas del pensamiento moderno —sobre todo en las llamadas psicología de la prosperidad, metafísica del fortalecimiento de la fuerza de voluntad y tácticas de venta agresiva— la magia negra no ha hecho más que experimentar una metamorfosis y, por más que su nombre haya cambiado, su naturaleza sigue siendo la misma. Un mago medieval muy famoso fue el doctor Johannes Faustus, más conocido como el doctor Fausto, que, mediante el estudio de obras mágicas, logró someter a su servicio a un elemental que le sirvió durante muchos años de diversas formas. Se cuentan extrañas leyendas acerca de los poderes mágicos del doctor Fausto. En una ocasión en la que, aparentemente, el filósofo estaba juguetón, arrojó su manto sobre un montón de huevos que había en la cesta de una vendedora en el mercado y de inmediato salieron de ellos los polluelos. En otra ocasión, después de haber caído por la borda de una barca, fue rescatado y devuelto a la embarcación con la ropa todavía seca. Sin embargo, como casi todos los demás magos, el doctor Fausto acabó finalmente en desastre: lo hallaron una mañana con un cuchillo clavado en la espalda y la opinión extendida fue que su espíritu familiar lo había asesinado. Si bien en general se considera que el doctor Fausto de Goethe no es más que un personaje ficticio, en realidad aquel viejo mago vivió durante el siglo XVI. El doctor Fausto escribió un libro en el cual describe sus experiencias con los espíritus, del cual copiamos a continuación un trozo.

Extracto del libro del Dr. Fausto, Wittenberg, 1524

Desde mi juventud he seguido las artes y las ciencias y he sido un lector de libros infatigable. Entre los que cayeron en mis manos figura un volumen que contenía todo tipo de invocaciones y fórmulas mágicas. Hallé en él información sobre la manera de obligar a un espíritu, ya sea de fuego, agua, tierra o aire, a cumplir la voluntad de un mago que sea capaz de controlarlo. Descubrí también que, como algunos espíritus son más poderosos que otros, cada uno se adapta para hacer algo diferente y cada uno es capaz de producir determinados efectos sobrenaturales. Después de leer aquel libro extraordinario, hice varios experimentos, porque deseaba poner a prueba la veracidad de sus afirmaciones. Al principio, tenía escasa fe en que se produjera lo prometido, pero, con la primera invocación que probé, se manifestó ante mí un espíritu poderoso, que quiso saber por qué lo había invocado. Su advenimiento me dejó tan atónito que casi no supe qué decir, aunque al final le pedí que me ayudara en mis investigaciones mágicas Respondió que lo haría si se cumplían determinadas condiciones. Las condiciones eran que hiciera un pacto con él. Yo no deseaba hacerlo, pero, como en mi ignorancia no me había protegido con un círculo, sino que estaba a merced del espíritu, no me atreví a rechazar su petición y me resigné a lo inevitable, pensando que lo más prudente era dejarme llevar por la corriente. Entonces le dije que, si se mostraba servicial conmigo, según mis deseos y necesidades, durante cierto tiempo, me pondría a su disposición. Una vez acordado el pacto, aquel espíritu poderoso, cuyo nombre era Astaroth, me presentó a otro espíritu, llamado Marbuel, que fue puesto a mi servicio. Interrogué a Marbuel, para ver si era adecuado para mis necesidades Le pregunté si era rápido y me respondió:
«Tan rápido como el viento». Su respuesta no me satisfizo, de modo que le repliqué: «No puedes ser mi siervo. Vuelve por donde has venido». No tardó en manifestarse otro espíritu, cuyo nombre era Aniguel. Le formulé la misma pregunta y me respondió que era rápido como las aves en el aire, de modo que le dije: «Tú también eres demasiado lento para mí. Vuelve por donde has venido». En el mismo instante se manifestó otro espíritu, de nombre Aziel. Por tercera vez formulé mi pregunta y él respondió: «Soy tan rápido como el pensamiento humano». «Me servirás», le dije, y aquel espíritu me fue fiel durante mucho tiempo, aunque no se puede contar cómo me sirvió en un documento de este tamaño y aquí me limitaré a indicar la manera de invocar a los espíritus y de preparar los círculos de protección. Hay muchos tipos de espíritus que se dejan invocar por el hombre y se convierten en siervos suyos De estos mencionaré algunos:
Aziel: el más poderoso de los que sirven al hombre. Se manifiesta con una forma humana agradable, de unos noventa centímetros de altura. Hay que invocarlo tres veces para que aparezca en el círculo que se ha preparado para él. Proporciona riquezas y trae cosas al instante desde grandes distancias, según la voluntad del mago. Es tan rápido como el pensamiento humano. 
Aniguel: servicial y sumamente útil, se presenta con la forma de un niño de diez años. Hay que invocarlo tres veces Está capacitado especialmente para descubrir tesoros y minerales ocultos en el suelo, que proporcionará al mago.
Marbuel: verdadero señor de las montañas y tan rápido como un pájaro volando. Es un espíritu hostil y problemático, difícil de controlar. Hay que invocarlo cuatro veces. Aparece en la persona de Marte [un guerrero con una armadura pesada]. Presentará al mago aquellas cosas que crecen por encima y por debajo de la tierra. Es en particular el señor de la raíz de primavera. [La raíz de primavera es una planta misteriosa, probablemente de color rojizo, que, según los magos medievales, tenía la propiedad de hacer salir o abrir todo lo que tocase. Si la ponían contra una puerta cerrada con llave, la puerta se abría. Los herméticos creían que el pájaro carpintero de cabeza roja estaba dotado especialmente de la facultad de descubrir la raíz de primavera, de modo que lo seguían hasta el nido y obturaban el agujero del árbol donde estaban sus crías. Entonces el pájaro carpintero partía enseguida a buscar la planta y, cuando la descubría, la llevaba hasta el árbol y con ella retiraba el tapón que obstruía la entrada al nido. Entonces el mago le quitaba la planta al ave. También se afirmaba que, debido a la estructura de la planta, algunos espíritus elementales que se manifestaban mediante la propensión a hacer salir o abrir cosas utilizaban el cuerpo etéreo de la raíz de primavera como medio de expresión.]
Azabel: un señor del mar poderoso, que controla lo que está tanto por encima como por debajo del agua. Recupera cosas que se han perdido o hundido en ríos, lagos y océanoa como barcos y tesoros hundidos. Cuanto más enérgica sea la invocación, más prisa se dará para cumplir su misión.
Machiel: se presenta en forma de una hermosa doncella y con su ayuda el mago consigue honor y dignidad. Ella convierte a aquellos a quienes sirve en dignos y nobles, refinados y gentiles y colabora en todo lo relacionado con los litigios y la justicia. No se presenta a menos que se la invoque dos veces.
Baruel: el maestro de todas las artes. Se manifiesta como un trabajador cualificado y se presenta con delantal. Puede enseñar más a un mago en un instante que todos los trabajadores cualificados del mundo juntos en veinte años. Hay que invocarlo tres veces. Estos son los espíritus más serviciales para el hombre, pero hay muchísimos más que, por falta de espacio, no puedo describir. Ahora bien, si alguien desea la ayuda de un espíritu para conseguir algo, primero tiene que dibujar el signo del espíritu al que desea invocar. El dibujo se tiene que trazar justo delante de un círculo hecho antes de la salida del sol, en el que se han de colocar el interesado y sus ayudantes. Si uno desea ayuda financiera, debe invocar al espíritu Aziel. Hay que dibujar su signo delante del círculo. Si uno quiere otras cosas, tiene que trazar el signo del espíritu capaz de proporcionarlas. En el lugar donde se va a trazar el círculo, primero hay que dibujar una cruz enorme con una espada grande con la que nadie haya sido herido. A continuación, hay que hacer tres círculos concéntricos. El central se hace con una tira larga de pergamino sin usar y se debe colgar encima de doce cruces hechas de madera de espino de la cruz. En el pergamino hay que escribir los nombres y los símbolos acordes con la figura que sigue. Por fuera de este primer círculo hay que trazar el segundo de esta forma: Primero se sujeta un hilo de seda roja que se haya hilado o retorcido hacia la izquierda, en lugar de hacia la derecha. A continuación se ponen en el suelo doce cruces hechas de hojas de laurel y también se prepara una tira larga de papel blanco intacto. Se escriben con una pluma sin usar los caracteres y los símbolos que se ven en el segundo círculo. Se enrolla esta tira de papel con el hilo de seda roja y se clava sobre las doce cruces de hojas de laurel. Por fuera de este segundo círculo se hace otro, también con pergamino sin usar, y se clava sobre doce cruces de palmera consagrada.
Después de hacer estos tres círculos, uno se introduce en ellos hasta quedar de pie en el centro sobre un pentáculo trazado en el medio de la gran cruz dibujada en primer lugar. Para que salga bien, hay que hacer todo según la descripción y, después de leer toda la invocación sagrada, se pronuncia el nombre del espíritu que uno desea que aparezca. Es fundamental que el nombre se pronuncie con toda claridad. También hay que tener en cuenta el día y la hora, porque cada espíritu solo puede ser invocado en determinados momentos.
Si bien en el momento de firmar su pacto con el demonio elemental es posible que el mago negro esté totalmente convencido de que tiene la fuerza suficiente para controlar de forma indefinida los poderes que se ponen a su disposición, no tarda mucho en desengañarse. Antes de que hayan transcurrido muchos años, tiene que volcar todas sus energías al problema de la autopreservación. Un mundo de horrores al que su propia codicia lo ha ido adaptando se le va acercando cada vez más, hasta que existe al borde de una vorágine, esperando ser arrastrado a sus turbias profundidades de un momento a otro. Con miedo a morir, porque entonces se convertirá en siervo de su propio demonio, el mago comete un delito tras otro para prolongar su desdichada existencia terrenal. Al darse cuenta de que la vida se mantiene gracias a una misteriosa fuerza vital universal que es común a todas las criaturas, el mago negro se convierte a menudo en un vampiro oculto que roba esta energía a los demás. Según la superstición medieval, los magos negros se convertían en hombres lobo que vagaban por la tierra durante la noche y atacaban a víctimas indefensas para conseguir la fuerza vital que contenía su sangre.

El modus operandi para la invocación de espíritus

El siguiente fragmento condensado, extraído de un manuscrito antiguo, se reproduce a continuación como ejemplo del ritualismo de la magia ceremonial.

Plegaria inicial

“Dios omnipotente y eterno que habéis ordenado toda la creación para vuestra gloria y alabanza y para la salvación del hombre, os suplico de todo corazón que enviéis a uno de vuestros espíritus de la orden de Júpiter, uno de los mensajeros de Zadkiel, a quien habéis designado gobernador de vuestro firmamento en este momento, para que fielmente, de buen grado y de inmediato me enseñe todo aquello que le pida, ordene o requiera. No obstante, oh, Santísimo Dios, que no se haga mi voluntad sino la vuestra, por medio de Jesucristo, vuestro único Hijo, nuestro Señor. Amén.
La invocación
[Después de consagrar como corresponde sus vestiduras y sus utensilios y de protegerse con su círculo, el mago invoca ahora a los espíritus para que aparezcan y accedan a sus demandas].
Espíritus cuya asistencia requiero, observad el signo y los nombres sagrados del Dios todopoderoso. Obedeced el poder de este pentáculo nuestro; salid de vuestras cavernas y de los lugares oscuros en los que os escondéis: interrumpid la ocupación dolorosa de los infelices mortales a los que torturáis sin cesar: venid a este lugar donde la bondad divina nos ha reunido; prestad atención a nuestras órdenes y conoced nuestras demandas justas; no penséis que vuestra resistencia nos hará cejar en nuestro empeño. Nada nos hará prescindir de vuestra obediencia. Os lo ordenamos por los nombres misteriosos de Elohe Agla Elohim Adonay Gibort. Amén. Apelo a vos Zadkiel, en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, la Santísima Trinidad, unidad inefable. Os invoco y os suplico, Zadkiel, que ahora atendáis las palabras y los conjuros que utilizaré en este día por los nombres sagrados de Dios Elohe El Elohim Elion Zebaoth Escerehie lah Adonay Tetragrammaton.
Os conjuro, os exorcizo, oh, espíritu de Zadkiel, por estos nombres sagrados Hagios O Theos Iscyros Athanatos Paracletus Agla orí Alpha el Omega lolh Aglanbroth Abiel Anathiel Tetragrammaton y por todos los demás nombres de Dios grandes y gloriosos, sagrados e inefables, misteriosos, poderosos e incomprensibles, para que escuchéis las palabras de mi boca y me enviéis a Pabiel o a algún otro de los espíritus que os sirven y velan por vos para que me enseñe lo que le pida en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Os suplico, Pabiel, por todos los espíritus del cielo, los serafines, querubines, tronos, dominaciones, principados, potestades, virtudes, arcángeles y ángeles, por los sagrados grandes y gloriosos ángeles Orphaniel Tetra-Oagiel Salamla Acimoy pastor poti, que os presentéis de inmediato, que os mostréis enseguida para que podamos veros y oíros, que nos habléis y cumpláis nuestros deseos y que por vuestra estrella, Júpiter, y por todas las constelaciones del cielo y por lo que sea que obedezcáis y por vuestro carácter que habéis dado, propuesto y confirmado, que me atendáis de acuerdo con la plegaria y las peticiones que he hecho a Dios Todopoderoso y que de inmediato me enviéis a uno de los espíritus que velan por vos para que de buen grado, de verdad y fielmente cumpla todos mis deseos y que le ordenéis que comparezca ante mí en la forma de un hermoso ángel, que se ponga en comunicación conmigo con delicadeza, cortesía, amabilidad y docilidad y que no permita que ningún espíritu maligno me ocasione ningún tipo de daño, me asuste ni me espante de ningún modo ni que me engañe en modo alguno. En virtud de Nuestro Señor Jesucristo, en cuyo nombre atiendo, espero y aguardo vuestra aparición. Que así sea, que así sea, que así sea. Amén, amén, amén. Interrogatorios [Después de convocar el espíritu a su presencia, el mago lo interroga de la siguiente manera:]
—¿Venís en paz en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo?
—Sí —responderá el espíritu.
—Me alegro de que estéis aquí, noble espíritu. ¿Cuál es vuestro nombre? —Pabiel. — responderá el espíritu.
—Os he invocado en el nombre de Jesús de Nazaret, ante cuyo nombre todos se arrodillan en el cielo, la tierra y el infierno y todas las bocas reconocen que no hay ningún nombre como el suyo, que ha dado poder a los hombres para atado y para desalarlo todo en su Santísimo Nombre, incluso a los que confían en su salvación. ¿Sois el mensajero de Zadkiel?
—Sí —responderá el espíritu.
—¿Me confirmáis que a partir de este momento me revelaréis todo lo que deseo saber y me enseñaréis a aumentar mi saber y mis conocimientos y me mostraréis todos los secretos de la magia y de todas las ciencias liberales para que así pueda manifestar la gloria de Dios Todopoderoso?
—Sí —responderá el espíritu.
—Entonces os suplico que vengáis a mí cada vez que os invoque y que me prestéis juramento y yo cumpliré religiosamente mi promesa y mi pacto con Dios Todopoderoso y os recibiré con amabilidad cada vez que comparezcáis ante mí.
Autorización para partir —Puesto que venís en paz y sosiego y habéis respondido a mis peticionea doy humildes y abundantes gracias a Dios Todopoderoso, en cuyo nombre os he invocado y habéis venido y ahora podéis partir en paz a cumplir vuestras órdenes para regresar a mí cada vez que os invoque por vuestro juramento o por vuestro nombre o por vuestra orden o por vuestro oficio, que os ha sido concedido por el Creador, y que el poder de Dios sea conmigo y con vos y con todos los hijos de Dios, amén. —Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Es conveniente que el invocador permanezca en el círculo unos cuantos minutos después de recitar la autorización y, si el lugar donde se ha llevado a cabo está al aire libre, que destruya todo rastro del círculo, etcétera, y que regrese tranquilamente a su casa. En cambio, si la invocación se desarrolla en un lugar apartado de una vivienda, etcétera, el círculo puede quedar, ya que puede servir para una invocación futura, aunque la habitación o el edificio se tiene que cerrar con llave, para que no entren extraños. El acuerdo que se acaba de presentar es pura magia ceremonial. En el caso de la magia negra, es el mago el que tiene que firmar el pacto, en lugar del demonio. Cuando el mago negro somete a un elemental a su servicio, se entabla una lucha de ingenios que acaba ganando el demonio. El mago firma el pacto entre él y el demonio con su propia sangre, porque en el arcano de la magia se declara que «quien controla la sangre de otro controla su alma». Mientras el mago no falle, el elemental cumplirá al pie de la letra su obligación en virtud del pacto, pero el demonio hará todo lo posible para que el mago no pueda cumplir su parte del acuerdo. Cuando el mago, situado dentro de su círculo, haya invocado el espíritu que desea controlar y le haya transmitido su intención, el espíritu responderá algo así como: «No puedo acceder a tu pedido ni satisfacerlo, a menos que dentro de cincuenta años te entregues a mí en cuerpo y alma, para que yo haga lo que me plazca».
Si el mago se niega, se discutirán otras condiciones. Es posible que el espíritu diga: «Estaré a tu servicio mientras todos los viernes por la mañana salgas a la calle a dar limosna en nombre de Lucifer. Serás mío la primera vez que dejes de hacerlo». Si el mago se sigue negando, porque se da cuenta de que el demonio hará que le resulte imposible atenerse al contrato, se discutirán otros términos, hasta llegar finalmente a un pacto, que podría ser como sigue: «Por el presente me comprometo ante el Gran Espíritu Lucífugo, príncipe de los demonios, a que todos los años le entregaré un alma humana para que haga con ella lo que le plazca y a cambio Lucífugo se compromete a otorgarme los tesoros de la tierra y a cumplir todos mis deseos mientras dure mi vida natural. Si no consigo entregarle todos los años la ofrenda mencionada, le entregaré mi propia alma. Firmado:…». [El invocador firma el pacto con su propia sangre.]