Hace algunos años, antes de la Guerra, hubo un suceso que fue alentado en los diarios,por extensas columnas y muchas cartas, respecto del hallazgo de un supuesto Cáliz en Glastonbury en circunstancias misteriosas. Se decía que una muchacha virgen, llevada por un sueño, había descubierto en un pozo sagrado una copa antigua que se creía que era el Grial. Este extraordinario incidente ya llevaba nueve días de debate en los medios, cuando llegó una carta escrita por un respetable caballero diciendo que la copa era de su propiedad, y que él mismo la había colocado donde había sido encontrada. Así que todo el asunto se desinfló, y los diarios que se ocupaban de exagerarlo cambiaron rápidamente de tema.
Los verdaderos acontecimientos de este incidente, en la medida en que pudieron ser comprobados -pues la gente es muy reservada con estas cosas-, son muy interesantes y curiosos. La historia comienza con la visita de cierto hombre a Génova durante sus vacaciones. Su padre era un experto en cristales, y el hijo tenía la costumbre de comprar objetos de este tipo para él, y de enviarlos a su casa desde el extranjero. Al visitar a un anticuario, este le mostró una especie de plato de diseño arcaico, y le dijo que había sido descubierto recientemente dentro de la mampostería de la capilla de un convento de monjas que había sido demolido. El hombre compró el plato a un precio muy razonable, y lo despachó a Inglaterra. A vuelta de correo una carta de su padre le decía: "Realmente no te imaginas lo que me has enviado".
La muerte del padre ocurrió, sin embargo, antes de que el: comprador de la misteriosa fuente volviera a Inglaterra, así que nunca supo lo que el viejo experto en cristales podría haberle dicho al respecto.
No obstante, poco después de su regreso empezó a sentirse perturbado por un sueño recurrente que lo instaba, e incluso le ordenaba, bajo amenazas, a que llevara esa antigua pieza de cristal a Glastonbury y la colocara en un cierto pozo que le sería indicado. Finalmente, tan profundo fue el efecto que este sueño le produjo que hizo lo que se le pedía. Tomó el tren a Glastonbury, colocó el plato debajo del nivel del agua en un viejo canal en el campo cerca de la estación donde, bajo un antiguo espino. viene a beber el ganado, y volvió a su casa con el corazón aliviado, sin contárselo a nadie, Pero el asunto no termina aquí. Poco después, otro hombre -que se dedicaba a la búsqueda de conocimiento místico- empezó a tener un sueño recurrente en que se le decía que llevara a una virgen pura a Avalon, y que en un lugar que le sería revelado ella iba a encontrar el Santo Grial. Obedeciendo esta indicación, persuadió a su prima a que lo acompañara y, como se lo habían señal do, fueron directamente al pozo de Santa Brígida, el pequeño manantial protegido por una construcción. de piedra cerca de la ermita de Beckary, el viejo montículo en medio del pantano. Allí buscaron la alberca, pero no laencontraron.
Desilusionados y desalentados, volvieron para pasar la noche en la posada, con la intención de regresar a la ciudad al día siguiente. Esa noche, la joven tuvo un sueño. Se levantó en la oscuridad, antes del amanecer y fue nuevamente hasta el pozo. Después de sacarse la ropa al abrigo de los espinos, se introdujo en la alberca y tanteó en el Iodo,buscando lo que había sido prometido. Casi al primer intento su pie dio con algo, y del barro extrajo un plato de aspecto extraño, de un vidrio tosco y de color azulado, con pequeñas cruces incrustadas en la materia. Este curioso plato fue mostrado luego a las autoridades en cristal antiguo, y estas afirmaron que era un cristal hecho en Siria al comienzo de la era cristiana, o una muestra de las reproducciones de este cristal sirio hecha en Venecia en el siglo XIV. En cualquier caso, se trataba de un objeto raro y precioso.
La mala suerte quiso que los medios se enteraran de este incidente, lo alteraran de modo que quedó "patas para arriba", y lo proclamaran a los cuatro vientos; la credulidad prematura y la mucha exageración fueron seguidas por un rechazo y un escepticismo igualmente prematuros.
Sin embargo, cuando reunimos las dos partes de este curioso episodio y lo ponemos al derecho, algo que los medios nunca lograron, nos preguntamos, ¿qué sentido tiene? Personas cuya buena fe está más allá de toda duda han sido testigos y garantes de estos hechos.En estos días, el misterioso Plato es venerado en un pequeño santuario hecho en su honor por quienes hoy son sus dueños.