quarta-feira, 26 de abril de 2023

Christian Rebisse - La Creación de la Orden Martinista

La Creación de la Orden Martinista 

Por medio del encuentro de estos dos "descendientes" de Louis Claude de Saint-Martin, Augustin Chaboseau y Papus, es como va a nacer una orden iniciática que tomará el nombre de "Orden Martinista". Papus y Augustin Chaboseau eran dos estudiantes de medicina. Un amigo común, P. Gaëtan Leymarie, director de "la Revista Espiritista", conociendo el interés de cada uno de ellos por el esoterismo, se encargó de organizar su encuentro. Los dos estudiantes de medicina enseguida se hicieron amigos y no tardaron en darse cuenta de que ambos eran depositarios de una iniciación que remontaba a Louis Claude de Saint-Martin. En 1888 pusieron en común lo que habían recibido uno y otro y decidieron transmitir la iniciación de la que eran depositarios a algunos buscadores de la verdad. Para ello crearon una Orden iniciática y le dieron el nombre de "Orden Martinista". A partir de esa época es cuando podemos hablar realmente de una "Orden Martinista" (a continuación veremos cómo el nombre de Orden se transformará por la adición de diversos calificativos, Tradicional o Sinárquica…). Aunque la Orden en esa época no tenía una estructura propiamente dicha, el número de iniciados aumentó rápidamente. Entonces fue cuando Papus creó la Revista "La Iniciación". Papus no había terminado todavía sus escritos, y pronto tuvo que cumplir su servicio militar, y no fue hasta el día 7 de julio de 1892 cuando defendió con éxito su tesis de medicina. ¡Qué actividad!. 

Ya había fundado la "Escuela Hermética", había organizado la Orden Martinista, había creado las revistas "La Iniciación", "El Velo de Isis" y había escrito "El Tratado Elemental de las Ciencias Ocultas" (a los 23 años), y "El Tarot de los Bohemios" (a los 24 años). Sus 

colaboradores, aparte F. Ch. Barlet, tampoco eran mucho mayores que él. A partir de 1887 debe su interés por el esoterismo al descubrimiento de las obras de Louis Lucas, químico, alquimista y hermetista. Apasionado con el ocultismo, estudia los libros de Eliphas Levi. Entra en contacto con el dirigente de la revista Teosófica "El Loto Rojo", Félix Gaboriau, conoce a Barlet (Albert Faucheux) un erudito ocultista. En 1887, Papus se une a la Sociedad Teosófica, fundada algunos años antes por Madame Blavatsky y el Coronel Olcot.


El Consejo Supremo de 1891 

En poco tiempo, Papus comenzó a disonar de la Sociedad Teosófica. Esta organización tenía una concepción muy orientalista y budista del esoterismo; esa misma posición iba a disminuir, e incluso iba a suprimir toda perspectiva de un esoterismo occidental real. Esta actitud, que preconizaba una superioridad absoluta de la tradición oriental, escandalizó a Papus. Pero en el horizonte se delineaba un peligro más grave aún. Sin él, nos dice Papus, la tradición occidental habría podido continuar transmitiendo su antorcha de iniciado a iniciado en el silencio y en el incógnito. En efecto, según Papus y Stanislas de Guaita, ciertos ocultistas intentaron desplazar el eje de gravitación del esoterismo para colocarlo fuera de París, la tierra de elección; "Así pues se decidió en Haut Lieu (Lugar elevado), (aclara misteriosamente Papus), que debía emprenderse un movimiento de difusión para seleccionar a los verdaderos iniciados, capaces de adaptar la tradición occidental al siglo que empezaba". Su fin era el preservar la perennidad de esta tradición y contrarrestar la maquinación encaminada a conducir a los buscadores sinceros hacia una situación crucial. El Martinismo fue el crisol de esa transmutación. Papus dimitió de la Sociedad Teosófica en 1890, y desde ese momento el Martinismo se organizó de una manera más precisa. Las iniciaciones martinistas se hicieron más numerosas y al año siguiente, en julio de 1891, la Orden Martinista creó un Consejo Supremo compuesto por 21 miembros (4). Se procedió a la elección para designar al Gran Maestro de la Orden y allí fue elegido Papus para este cargo. Gracias al talento de Papus y a la ayuda material de Lucien Mauchel (Chamuel), la orden se extendió rápidamente. Se crearon las primeras logias: "La Esfinge", dirigida por Papus, donde se hacían los estudios generales, "Hermanubis", dirigida por Sédir, donde se estudiaba el misticismo y la tradición oriental. "Velleda", dirigida por Víctor Emile Michelet, que se dedicó al estudio del simbolismo. "Esfinge" quedó reservada a las adaptaciones artísticas. En varias ciudades francesas, e incluso en el extranjero, se formaron grupos martinistas. La Orden Martinista tomó una gran expansión en el extranjero: Bélgica, Alemania, Inglaterra, España, Italia, Egipto, Túnez, Estados Unidos, Argentina, Guatemala, Colombia. En el número del mes de Abril de 1898 de "La Iniciación" se explica que en 1897 existían 40 logias en el mundo y que en 1898 ese número aumentó a 113.