quarta-feira, 26 de abril de 2023

Arthur Edward Waite - EL HOMBRE DE DESEOS

EL HOMBRE DE DESEOS 

Después de la publicación de "Le Tableau Naturel", Saint Martin permanece un tiempo en París y su intermitente correspondencia con Willermooz es escasamente inteligible en la ausencia de las comunicaciones posteriores. Willermooz evidentemente pasó a través de un período de gran esfuerzo, conectado quizás con consecuencias complicadas en la Convención masónica de Wilhemsbad en 1782 y el destino de la Estricta Observancia. No hay una alusión que sugiera vagamente la transformación histórica de este Rito al de prior de Lyons en 1778 y de este modo la creación de los Caballeros Beneficiarios de la Ciudad Santa. Pero no existe seguridad en el tema, y para el resto aprendemos sólo del breve interés de Saint Martin en el descubrimiento de Mesmer, su conexión con una sociedad instituida a través del cometa de una estación y su presencia en ciertas curas magnéticas operadas por Puysegur. Un sencillo informe destaca que él no había tomado parte en la convención de París, convocada por el Rito de los Philalethes, Nos remontamos de este modo al mes de abril de 1785, cuando Saint Martin recibió nuevas de Willermooz que en su respuesta del día 29 expresa su éxtasis en la enseñanza que le sol ha salido sobre Israel, afirma que el hombre esto para sí, de aquí en adelante, un hombre de Dios que vencerá como el ungido, el único salvador; suplica a él el perdón , mientras que los errores pueden ser pensados a estar conminados contra él sobre su propio ser, atribuye todas las diferencias que han surgido entre ellos debido a su propia ignorancia, se condena a si mismo por su temeridad al haber publicado muchas cosas; pregunta a Willermooz para interceder por él con algo que parece llamarse "La chose", cuyo lugar ha tomado sin preguntar, ora para ser iluminado sobre las faltas de su propio corazón los errores de su mente y de su trabajo, se sitúa a si mismo bajo las órdenes y términos de su maestro, amigo santo, padre Dios y Jesucristo. Se ve evidente en una palabra que Saint Martin estuvo listo a situarse al lado de todas sus visiones previas e inferencialmente a aquellas que siempre los han dispuesto hacia el camino interno de los místicos que hacía aquel de su primer maestro. Por lo tanto ¿qué había ocurrido? Se ha anticipado el evento inevitable en el tercer capítulo. De acuerdo con el Dr. Papús, los archivos en su poder muestran que antes de prolongar la ruptura con Willermoz consiguió el término de sus trabajos, que obtuvo "fenómenos de una gran importancia" que culminó en 1785, o "trece años después de la muerte de su iniciador Martínez de Pasqualli". Más explícitamente el ser quien es descrito por Willermoz como "el Agente Desconocido asumió el trabajo de la iniciación" - por otro lado, quizás "La chose"- se materializó en Lyons y dio instrucciones que- como hemos visto- fueran llevadas al escrito. Ocurrencias de esta especie son innumerables al día de hoy, supongo que nos estamos en posición de simpatizar con los éxtasis de Saint Martin, sus lágrimas o cambios bruscos. Su próxima carta, fechada en mayo 13, indicaba que había sido tranquilizado y consolado por Willermoz, por el cual él ruega a Dios. Espera ahora una citación a Lyons, que puede ser vista y oída por si mismo. Mientras tanto él y su correspondencia permanecían unidos a través del tiempo y la eternidad. El 30 de junio hace preparaciones para un viaje y encontrarse con Willermoz, inmediatamente después de escribir la carta con esta fecha. ¿Qué es lo que sigue?, sabemos poco o nada, excepto que quince meses después Saint Martin está en París lamentando su imprudencia de haber hablado libremente con respecto a ciertos hermanos y así también prejuiciar las funciones de sus amigos. En enero de 1787 se encuentra en Londres, donde permaneció por alrededor de seis meses, haciendo amistad con William Law, el astrónomo Herschel, Divonne y el príncipe ruso Galitzin, con quienes residió. Fue en Londres también, como nos explica, que escribió su tercer libro: "L´Homme de Desir", pensado en publicarse hasta 1790 en Lyons. Es importante no sólo por ser éste unos de los escritos más inspirados de Saint Martin, sino que también por mostrar más allá el debate que, por cuanto las experiencias que lo esperaban en Lyons, ellas entibian el ardor encendido a través de sus primeras indicaciones y ha retornado a su propia senda con un aumento del sentido de la dedicación. Sólo puedo decir que el hambre y la sed de Dios están en todas estas páginas. No es de sugerir, sin embargo, que esté desprovisto de todos los intereses de la fenoménica de Lyons: sólo sus cartas escritas a Willermoz mientras estaba en Inglaterra ofrece una indicación contraria; pero parece que el interés fue abandonado. En julio de 1787, Saint Martin pasaba por París camino a Amboise, cuando su padre es golpeado por la parálisis. En septiembre fue nuevamente a Lyons, pero no estaba presente Willermoz. Después hace una segunda visita a Italia, específicamente a Siena y Roma. 

En la primera parte de 1788, Papús reporta que las apariciones del Agente han cesado de acuerdo a una carta de Willermoz. En abril de ese año, Saint Martin estaba en París y alrededores para visitar, junto a su padre quien aún está vivo, el lugar de nacimiento de ambos. 

En junio se fue a Estrasburgo, donde residió por tres años, la etapa más feliz de toda su vida. Tiempo después dijo: "Estaba aquí bajo los auspicios de Rodolfo Selzmann, dispuesto místicamente, y de Madame de Boecklin, su más querida e íntima amiga mujer, donde hizo su primera instrucción sobre los escritos de Jacob Boehme, aquí comenzó a intimar con el Caballero de Silferhielm, un discípulo de Swedemborg, y todos sus horizontes se amplían bajo la influencia del teósofo teutónico. 

El 16 de diciembre de 1789 preguntó a Willermoz si podía participar en la "iniciación" adherida al Régimen Rectificado sin pertenecer a sus Logias Simbólicas. No creo que Papús supiera que significó esto, y por consiguiente no ofreció palabras o comentarios al respecto. Pero el Régimen Escocés Antiguo y Rectificado fue la Estricta Observancia, así transformada, en Lyons y rectificada en Wilhemsbad; más especialmente fueron estos los grados de trabajo de este Rito y su suplemento con el grado de San Andrés. Después de esto fue el noviciado y la Caballería de la Ciudad Santa, y aún más allá de ellos hubieron otros dos grados finales, que no es mi propósito especificar por su nombre, ya que estuvieron y aún están ocultos. Estas son las referencias que ofrece Saint Martin bajo el vago título de "iniciaciones". Aparentemente él no tuvo una exacta respuesta, y el 4 julio de 1790, pidió a Willermoz avisar al interior de la Orden su rescindimiento. -es decir, el noviciado y caballería- de todas las listas y registros en los que pudo haber estado inscrito su nombre desde 1785. Apunta a que él en espíritu nunca fue integrado. Su interior, aparentemente fue la permanecer entre los Cohens -i.e. sacerdote elegido- pero como nominalmente llamamos imaginación de su carta de total separación, las referencias a su simple modo de vida y sobretodo sus concluyentes palabras, en que registra una esperanza que ha sido separada siempre de su complicado camino que constantemente le han fatigado. Es un elocuente comentario sobre la manifestación de Lyons, las instrucciones dictadas por "la chose", los viajes astrales de D'Hauterive y las clarividencias de los "lúcido", quienes parecen haber asistido a las operaciones. No existen más cartas de Saint Martin a Willermoz, y previamente en este año en el mismo temprano mes, el Agente ha recibido "en demanda" y ha destruido "más de ochenta folios" de sus instrucciones dictadas, el mismo no haciendo no habiendo sido "publicado" como Willermoz sostenía en una carta citada por Papús. Prosigue que "el Agente Desconocido comanda el trabajo de iniciación"; habiendo desatado este trabajo, y sea si o no, como se sugiere -pero Papús parece dudarlo- las manifestaciones continuaron en intervalos hasta 1796, parece ser que no existe registro de los procedimientos y toda la cosa carece de enseñanza. El Sacerdote Elegido perdió sus marcas, con todo su ceremonial, todos su poderes ocultos, Pasqually marcó una falla y el maestro que emergió de lo oculto, llenado aquellas altas autorizaciones adscritas, se permitió a si mismo, por una neta carencia en recursos, ser engatusado por los emisarios de Robespierre. "Mientras tanto la estrella de Saint Martin creció en influencia más y más". El "Hombre de deseos" fue reimpreso muchas veces y en los altos círculos de la sociedad, en Estrasburgo y París, en el palacio de la duquesa de Bourbon, en medio de las convulsiones de la revolución, él enseñaba el camino de los místicos.