MARTINISMO MODERNO
Se podrá haber visto que he dependido de documentos impresos, ninguna otra cosa ha sido válida para investigar en Inglaterra, pero que las fuentes de mucho de lo que hemos citado están en los archivos de la Orden Martinista. Estos parecen formar, sin embargo, una pequeña parte de aquellos que han sido certificados como extensivos a diferentes períodos. Hemos dicho que (1 a)(1) los archivos de los Sacerdotes Elegidos fueron depositados en 1781 con Savalette de Langes, quien fue el presidente de los "Philalethes"(2), los que después de su muerte fueron vendidos indiscriminadamente, junto a aquellos del "Philalethes" y el "Rito Filosófico Escocés" y fueron adquiridos por prácticamente nada por tres hermanos, quienes devolvieron dos a sus propios cuarteles, reteniendo los del Sacerdocio Elegido, como pertenecían al Rito; esta restitución tuvo lugar en 1806, luego dos custodios los entregaron a otro miembro, llamado Destigny, en 1809, en su regreso a Santo Domingo, éste siendo un heredero de Martínez de Pasqually y teniendo por otra parte derecho sobre ellos, Destigny también estaba en posesión de los Archivos Indios del Oeste sobrevivientes; que en 1812 fue enriquecido por los del Oriente de Avignon, que fueron recogidos en Italia antes de la revolución, que el total remanente que guardaba en 1868 fue transferido a M. Villarial, un año antes de su muerte, en cuya posesión continuaron hasta fines del año 1899. Ellos comprenden los registros de once Orientes -Logias de otro modo- de la Orden, aquellas de Leogana en las Indias Occidentales habían sido perdidas por el fuego y aquellas de Lyons habían llegado a las manos de Papús, en otras palabras a la Orden Martinista. Como observamos -los archivos de Lyons fue narrado por Papús como y donde las transcripciones fueron derivadas por él. Su informe ha sido resumido en el segundo capítulo. He especificado también los documentos en las manos de M. Mathers, he sido por mi mismo un descendiente de Rodolfo de Salzman, a quién mencioné previamente como uno de los del Círculo de Estrasburgo. Ellos han dicho incluir la correspondencia de Saint Martin con Salzman, con Mme. De Boecklin, el conde de Divonne y otros. Pero existen dueños de otras colecciones como D'Effinger, Tommyer, Munier (1 a)- quienes no siempre fueron mencionados a nosotros. De cada uno y de todos ha sido dicho que nada ha sido escuchado de ellos por sobre veinte años y que intervino la Gran Guerra. Nosotros hemos prometido para el mismo período una Historia General de la Orden de Ellus Cohens y un estudio de Willermoz basados en los archivos de Lyons, pero ellos no han aparecido y no se les ha visto. En vista de la salud del material bien puede decirse que aún faltan muchas cosas que decirse de la vida definitiva de Saint Martin, especialmente en su tiempo temprano y tardío. He presentado un mero bosquejo y en algún sentido un suplemento a un trabajo formal extendido.
Queda hablar brevemente de la Orden Martinista. Aprendimos de Camille Flammarion que entre 1860 y 1870 fue instruido por un literato llamado Henri Deelage, quien también es mencionado por Eliphas Levi; quien escucha mucho de Deelage relacionado con su abuelo M. Chaptal, quien conoció a Saint Martin aparentemente muy bien. Estos son los simples hechos que deben ser agregados, pero el principio de la vida oculta de Papús aparentemente tomado, conocido y recibido por Deelage algunos mese antes de su muerte, que está definido como una "pobre presentación" (pauvre depot) constituida por diez cartas y algunas cosas puntuales, el moderno Martinismo firma SI que se traduce como Silencioso Incógnito, otros dicen los Únicos Silenciosos Desconocidos. Deelage escribió en este tiempo dos o tres libros ocultos que fueron fantásticos en materia e imposibles en estilo. Ellos no sugieren conexión de él con otra sociedad para la exposición de las enseñanzas místicas de Saint Martin, ya se secreta o públicamente, y distinto a como Papús lo entiende, falla en explicar a los previos custodios el porque estos signos fueron firmados o cual era su significado. Esto llevó a Papús, sin embargo, a creer y proclamar en términos de certidumbre que Saint Martin inició por sí mismo a M. de Chaptal y estableció o reconstituyó la Orden Martinista en 1884. Entre 1887 y 1890 produjo rituales para la Orden, la estructuró en tres grados, que he alabado en muchas ocasiones por su sinceridad, simplicidad y reserva en cuanto a sus derechos. Ellos fueron definidos así: Asociado, Iniciado Martinista e Iniciador, el último implica por su título comunicar una licencia para la propagación de la Orden por todo aquel que llegue a ostentar este alto rango. Cualquier persona que detente este tercer grado puede construir un nuevo centro. El modo adoptado fue usualmente, lo que es conocido técnicamente como "comunicación", es decir se realizaba personalmente y no en Templo o Logia. A mi cierto entender, la recepción fue siempre dispuesta por correo. Es obvio que después de este modo una gran cantidad de miembros podían estar asegurados en un corto período de tiempo, asumiendo cualquier fervor razonable entre los participantes y cualquiera cosa pintoresca o atractiva en la que ellos pudieran actuar. Además no existieron pagos de ninguna especie. Por otra parte, no hubo honorarios de ninguna especie. Esta no es la cuestión que la Orden Martinista extiende rápidamente en Francia, y en suma a los delegados constituidos automáticamente por el tercer grado se constituyeron logias en varios pueblos. Existieron también en varios países, Inglaterra no fue una excepción, mientras que la Orden fue especialmente exitosa en América del Norte y del Sur. Hemos escuchado también de su propagación en Egipto y Asia. En 1891 un Consejo Supremo fue constituido en París y reguló la Orden en su totalidad. Deviene como un centro también para numerosos intereses colaterales, todo organizado cuidadosamente, incluyendo grupos esotéricos y facultades de ciencias y filosofía, que por lo visto tuvieron exámenes y se otorgaron grados a su mérito. Papús fue un infatigable trabajador y antes del término del siglo extrajo todo lo que puede ser conocido y así fue la cabeza de un movimiento que puede ser llamado colosal con respecto a su magnitud. Las razones de esto se pueden encontrar en: fue una forma de iniciación hecha sin demanda sobre la masonería; recibe a ambos sexos; posee aspectos religiosos distintos, sin dogmas y se sitúa ajena al sectarismo; fue en algún sentido una "cosa" cristiana. Como tal esto puede apelar a las multitudes en Francia, quienes habían perdido la fe en la Iglesia Latina y aún poseyendo interese espirituales. Además trajo los sellos y talismanes de las ciencias ocultas, que claman ser enseñadas y también reconciliarse con la ciencia reinante de hoy. Por tanto, estas aparentes justificaciones, si no estas garantías, fueron en espiritismo, investigación psíquica, las escuelas de Nancy y Salpetriere no a hablar de menor reconocimiento, aunque no menos trascendente la Escuela del Magnetismo Animal. Per habiendo entregado esta apreciación ha establecido virtualmente a la Orden Martinista en polo separado de Saint Martin el místico. En escritos tanto tempranos como posteriores, Papús afirma continuamente que cuando la disciplina de Pasqually siguió su propio camino, habiendo dejado a su propio maestro, él no sólo estableció un Rito masónico, como otros han dicho previamente, sino que una Orden propia que se difundió totalmente en Rusia. Ahora, teniendo las así llamadas evidencias fuera de la corte en muchos casos. Las he examinado a fondo desde hace tiempo y tomado estos totalmente aparte: no existe necesidad de retrasar el desarrollo. Los historiadores masónicos fueron desatinados sobre términos y títulos cuando ellos inventaron un Rito sobre Saint Martin, y Papús fue leído con un prisma mientras declaraba al místico a la cabeza de una Orden propalada como de su propiedad. Yo dejo esto hasta aquí, sin embargo, es difícil de entender como se fue a engañar a sí mismo. No se escapó a la dura crítica, pero a mi parecer tuvo una incapacidad constitucional para pronunciarse válidamente en cuestiones de evidencias y que se usaran cosas sesgadas para probar cosas respecto a él. Los hechos sostienen que en 1899 o aproximadamente, la Orden Martinista pudo decirse haber alcanzado su cenit, pero esto hace sembrar, pienso yo, las semillas de su propia destrucción. Se comienza a invadir el campo masónico y se acerca peligrosamente a la posición de un aspecto no autorizado del trabajo masónico. Prácticamente la rama entera de la Orden en Norteamérica, alcanzando a dos mil integrantes, rompe con el Supremo Consejo en París, y se reincorpora independientemente por su cuenta. Unos pocos continuaron bajo la antigua obediencia, entre otras la novelista Margaret B. Peeke, quien fue recompensada por Papús con el grado de Rosacruz. No hay estadísticas anteriores a mí, pero parece cierto que en Francia -cuando la francmasonería, como tal, puede ser llamada excesivamente fuerte la fuente tomada pudo haber sido escasamente menos que desastrosa, aún en consecuencia no siendo enmendado. Los años pasaron y pienso que "L'Initiation", una publicación oficial Martinista, llega a un final antes que la gran guerra. Pero esta gran conflagración llevó a la ruptura de cualquier cosa que pertenezca a los interese de organizaciones de tipo ocultistas. El Gran Maestro Papús, muere en el curso de la guerra en el heroísmo de un servicio físico. La paz de Versailles fue por fin firmada y no mucho tiempo después, por consiguiente, los viejos intereses comienzan a emerger: parece también como si la tensión recaída sobre sí misma dio nacimiento automáticamente a las nuevas aventuras por la huella de los pensamientos y los sueños. El ocultismo en París se caracterizó por actividades de cualquier tipo- nuevos movimientos, asociaciones, periódicos, incluyendo muchos órganos oficiales para una u otra dedicación, pero muchos de ellos de escaso desarrollo. Podemos imaginar que la Orden Martinista no permaneció en suspenso, pero ahora parece una sombra de lo que fue antes, está dividida por obediencias rivales y ha alcanzado uniones con desacreditados Ritos masónicos. Sea que osara emerger en una radiante luz y desde un centro nuevo, no remoto; pero todas las apariencias, al menos, sugieren que su tiempo terminó. Una vez a la cabeza de la mayoría de los movimientos franceses de tipo oculta, es ahora solo una de unos pocos, y yo no se en que forma el gracioso espíritu de Saint Martin puede decirse que hubiera defendido esto. Si siempre aquellos que se movían en este círculo y los que se regulaban en su centro hubieren realizado lo que el dejó para siempre en el Santuario Masónico Oculto por la Iglesia Mística de la Teosofía Cristiana hubieran encontrado esta luz brillando directamente a través del fin del Misticismo verdadero, pero nunca en los Orientes Menfis ni en los Mizraim o en ninguna sustituida forma de masonería que está sin Dios en el mundo. Mientras tanto tiendo a creer que los hombres y mujeres de mente espiritual en Francia, quienes no están bajo la obediencia de Roma, recordarán a Saint Martin como uno quien a su propio modo desarrolló una gran cadena que comienza en el mundo cristiano, con Dionisio de Aeropagite y unió a través de eslabón a eslabón a través de todas las edades siguientes.