quarta-feira, 26 de abril de 2023

Christian Rebisse - Martinismo y F.U.D.O.S.I.

En Agosto de 1934, se celebraron en Bruselas las primeras reuniones de la F.U.D.O.S.I. (13). En esta ocasión se reunieron las diferentes Ordenes iniciáticas para aunar sus esfuerzos. Victor Blanchard, gracias a la F.U.D.O.S.I., esperaba reconstituir la unidad mundial del Martinismo bajo su dirección. Sin embargo, muchos Martinistas estuvieron ausentes. La Orden Martinista Tradicional no estuvo representada y no parecía haber sido invitada. En cuanto a Jean Bricaud, temiendo sin duda que su título fuera discutido, prefirió abstenerse. El 9 de Agosto, en el curso de una reunión martinista, Víctor Blanchard fue reconocido como Soberano Gran Maestro por los Martinistas presentes (14). 

Georges Lagrèze fue nombrado sustituto del Gran Maestro de esta Orden. Víctor Blanchard autorizó a Harvey Spencer Lewis a crear logias de la Orden Martinista Sinárquica en Estados Unidos, pero no tuvo condiciones de dar los documentos necesarios para ello, tanto a Spencer Lewis, como a Emile Dantinne, Edouard Bertholet y a los otros. Por prudencia, H. Spencer Lewis prefirió esperar a tener las directrices precisas antes de lanzarse a la ventura. Los Martinistas de las otras jurisdicciones adoptaron la misma actitud. De hecho, las actividades de la Orden Martinista Sinárquica se limitaron a transmitir iniciaciones a los distintos grados martinistas, y la Orden no tuvo existencia real. En aquella época no había ninguna Logia Martinista en París y Víctor Blanchard confería las iniciaciones en el templo de la “Fraternidad de los Polares”. 

Con el tiempo, la situación no se arregló e incluso cinco años más tarde las cosas seguían igual. Ante esta situación, en 1939 la F.U.D.O.S.I. decidió retirar a Víctor Blanchard la confianza que le había otorgado. Georges Lagrèze informó a los miembros de la 

F.U.D.O.S.I. que un Martinista, de cuya existencia Víctor Blanchard, bien por negligencia o voluntariamente, no había dicho nada, estaba totalmente cualificado para dirigir la Orden. Ese Martinista, Augustin Chaboseau, antiguo colaborador de Papus y el último superviviente del Consejo Supremo de 1891, era legalmente el único con derecho para dirigir los destinos del Martinismo. Se envió una delegación para entrar en contacto con él. Este, después de examinar la situación, aceptó dirigir el Martinismo. Durante el curso de la reunión especial de la F.U.D.O.S.I. la totalidad de los Martinistas presentes decidieron organizarse bajo la autoridad del Gran Maestro de la Orden Martinista Tradicional. Así pues, en Julio de 1939, la Orden Martinista Tradicional hizo su entrada en la F.U.D.O.S.I., de la que había estado ausente hasta entonces, mientras que la Orden Martinista Sinárquica era abandonada por sus miembros que se unieron a la O.M.T. 

Augustin Chaboseau, que acababa de tomar la dirección del Martinismo, reemplazó igualmente a Víctor Blanchard en el cargo de Imperator de la F.U.D.O.S.I. Se convierte en miembro del triángulo de dirección de esta organización compuesta por tres imperators: A. Chaboseau, Sar Hyeronymus y Ralph M. Lewis (que sucedió a su padre, fallecido el 2 de Agosto de 1939). Unos días más tarde, una carta del Consejo Supremo Internacional de la Orden Martinista Tradicional confirmó el nombramiento de Ralph M. Lewis como Gran Maestro Regional para Estados Unidos y miembro del Consejo Supremo Internacional. 


La Guerra de 1939-1945 

La Tradición Martinista se instaló de nuevo al otro lado del Océano Atlántico. Fue un buen momento, ya que unos meses más tarde los Martinistas europeos iban a conocer una nueva prueba, la segunda guerra mundial. Esta tendría fuertes consecuencias, pues numerosos Martinistas perderían la vida en los campos de batalla o en los campos de concentración. Poco después del comienzo de las hostilidades, el 14 de Agosto de 1940, el periódico oficial publicó un decreto gubernamental de Vichy prohibiendo en Francia todas las organizaciones secretas. La mayoría de los responsables de esas organizaciones fueron arrestados. La Orden Martinista Tradicional pasó oficialmente a estar durmiente en Francia, pero de hecho el verdadero trabajo no cesó, y las Logias “Athanor” y “Brocéliande” permanecieron secretamente activas. Augustin Chaboseau refugiado en Bretaña, no inquietó demasiado, pero el Dr. Béliard tuvo algunos contratiempos con la Gestapo. Georges Lagrèze se vio obligado a ocultarse en Normandía, después en Angers y, a pesar de las incesantes indagaciones en su domicilio, permaneció en contacto con Ralph M. Lewis por mediación de Jeanne Guesdon. 

Después de la guerra, en 1945, no quedaban más que algunos supervivientes. Bajo la dirección de Augustin Chaboseau, la Orden Martinista Tradicional se recobró oficialmente. Pero, Augustin Chaboseau pasó la transición el 2 de Enero de 1946 y Georges Lagrèze falleció en Angers el 16 de Abril de 1946. Con ellos, la Orden en Francia perdió los elementos esenciales. Jean Chaboseau fue elegido como sucesor de su padre. Jean Chaboseau era un Martinista de valor, pero no tenía sentido de organización. No tuvo éxito en reorganizar la Orden en Francia. Los miembros del Consejo Supremo le retiraron poco a poco su confianza y le dimitieron. Aquí es necesario aclarar que algunos Martinistas hicieron todo lo posible para hacerle difícil su tarea, y harto de querellas, él prefirió dejar a la Orden durmiente. Los Martinistas belgas, bajo la dirección de Sar Renatus (René Rosart) intentaron continuar el trabajo de la Orden bajo el nombre de “Orden Martinista Universal”. Víctor Blanchard aprobó esta Decisión, pero la muerte de René Rosart en Octubre de 1948 puso freno a la evolución de la Orden Martinista Universal. El hermano Heb Ailghim Si, (el Dr. E. Bertholet), sucedió a René Rosart, pero dejó extinguirse una Orden que jamás tuvo actividad alguna. El Dr. Bertholet murió el 13 de Mayo de 1965 sin haber nombrado sucesor. 

A pesar de ello, la Orden Martinista Tradicional no había sufrido ningún daño en Estados Unidos y trabajaba modestamente, esperando que las cosas se apaciguaran en Europa. Ralph M. Lewis conservó su título de Gran Maestro Regional. Unos diez años más tarde, cuando la Orden Martinista Tradicional se volvió a implantar en Francia y en otros países desde Estados Unidos, Ralph M. Lewis tomó el título de Gran Maestro Soberano. Durante 48 años dirigió la Orden Martinista Tradicional, es decir, hasta su transición el 12 de Enero de 1987. Gary Stewart le sucedió, después en Abril de 1990 fue elegido Christian Bernard para dirigir la Orden Martinista Tradicional. 


La Orden Martinista Tradicional hoy 

Como puede observarse, la Orden Martinista, a pesar de las adversidades, siempre ha logrado transmitir su luz a través de los tiempos. Si bien existen actualmente en algunas partes del mundo diversas “obediencias” martinistas, la Orden Martinista Tradicional es la que cuenta con el mayor número de miembros, esforzándose en mantener la luz que los Maestros del pasado le han confiado. Desde hace algunos años, el Gran Maestro Soberano de la Orden Martinista Tradicional, el hermano Christian Bernard, ha estado trabajando pacientemente para reorganizar la Orden. Cien años después de la creación del Consejo Supremo de 1891, y sesenta años después de la creación de la Orden Martinista Tradicional, quiere volver a centrar la Orden sobre sus valores y prácticas tradicionales, y adaptarla al mundo moderno. Así pues, la Orden está conociendo, bajo su dirección, un renacimiento. 

Cien años después de la Revolución francesa, los Martinistas, bajo la dirección de Papus, habían querido contribuir a la espiritualización de su época. Con la esperanza de participar en esta gran misión, habían propagado al mundo los “Servidores Desconocidos”, para que la Obra pudiese llevarse a cabo. Las circunstancias de esa época eran importantes: las amenazas que pesaban sobre el esoterismo occidental y el desarrollo de la civilización industrial, el advenimiento del “reinado de la cantidad”. Nuestra época presenta numerosas similitudes con ese periodo, y cada uno de nosotros puede comprobar que, aunque hemos celebrado, hace poco, el bicentenario de la Revolución francesa, todavía queda mucho por hacer. Víctor Hugo decía: “La revolución cambia todo, excepto el corazón humano”. El hombre, como en la época del resurgimiento del Martinismo, está en peligro por el progreso y no es por casualidad que Organizaciones Iniciáticas, tales como la Orden Martinista Tradicional, vuelvan a estar de nuevo activas, pues nos enseñan que no es en el exterior donde se produce la revolución, sino en el corazón de cada uno de nosotros; esto es lo que los Martinistas llaman la “Vía Cordial”. 


NOTAS: 

(1) No todos los historiadores del Martinismo están de acuerdo sobre este punto. Algunos consideran que Saint-Martin no ha transmitido iniciaciones en el sentido en el que se entiende habitualmente. Según ellos, es a Papus a quien hay que considerar como el creador de la Iniciación Martinista. Sobre esto, ver “Le Martinisme” de Robert Amadou, ed. De l’Ascèse 1979, Chap. IV. Hasta ahora, ningún elemento permite aportar un juicio definitivo en un sentido o en otro. 

(2) “Le Lys dans la Vallée”, H. De Balzac, Nelson 1957, pág. 64. 

(3) Sobre las circunstancias de esta iniciación, ver el artículo “Un Serviteur Inconnu Pierre Augustin Chaboseau”, en otro artículo de la revista El Rosacruz, enero/febrero/marzo 1993. 

(4) Esta creación fue anunciada en “La Iniciación”: n° 10 de Julio de 1891, pág. 83-84; n° 11 de Agosto 1891, pág. 182 y n° 12 septiembre, pág. 277 1891. 

(5) “Essais de Sciences Maudites, I, “Au Seuil du Mystère”, G. Carré, París 1890, pág. 158. 

(6) “Esai de Synthèse des Sciences Ocultes”, F. Olivet Castelot, E. Nourry, París 1928, pág. 189. 

(7) y (8) “Tutti gli Uomini del Martinismo” Gastone Ventura, Editrice Atanor, Roma 1978, pág. 52. 

(9) “Le Martinisme”, Robert Amberlain, Niclaus, París 1946, pág. 151-155. 

(10) Jean Bricaud tuvo sucesores de los que es imposible hablar aquí por falta de espacio. Para más información sobre este punto, ver el estudio “Le Martinisme, son histoire et sa philosophie”, Christian Rebisse. 

(11) “Papus, sa Vie, son Oeuvre”, Philippe Encause, ed. Pythagore, Paris 1932. Jean Reyor en el “Voile d’Isis” de Diciembre 1932, pág. 793-794, fue el primero en señalar este aspecto sobre el hijo de Papus: “Parece que se haya dejado de lado sistemáticamente todo lo que ha podido ser verdaderamente interesante en la carrera tan activa de ese asombroso Papus... ni una palabra sobre la constitución y sobre la vida de esta Orden Martinista de la cual Papus fue el animador ...” Philippe Encausse corregirá ese defecto en las edciones sucesivas de esa obra. 

(12) “Le Martinisme”. Robert Amberlain, Niclaus, Paris 1946, pág. 174. 

(13) F.U.D.O.S.I. abreviatura de “Fédération Universelle Des Ordres et Sociétés Initiatiques”. 

(14) Este acontecimiento fue anunciado en el número de Agosto-Septiembre de 1934 de la revista “Adonhiram”, pág. 6.