sábado, 7 de outubro de 2023

Lección XI Ley, Orden, y Secuencia

Vivimos en un Cosmos regido por Leyes existentes por razón del mismo ser del Cosmos y la existencia de La Ley. No hay ciega Casualidad, ni Arbitrario Decreto en el Cosmos. No hay lugar o espacio para estos porque Ley llena el campo total de Actividad Cósmica. No hay Desorden, o Desarmonía. Cada cosa está en Balance. Caos no existe. De La Leyproceden las Siete Leyes Cósmicas, las que en turno se subdividen en siete; y estas en siete; y así seguido, extendiéndose la división y subdivisión septenaria en lo Infinitesimal. 

Pero en grande y en pequeño-y ambos se parecen- hay siempre Ley y Orden, Continuidad y Secuencia, Manifestándose y en completa operación. Y, sobre todo está La Ley de LeyesAbsoluta-Sola! Como desaparecen las neblinas de la mañana ante los rayos del sol naciente, así serán disipadas las supersticiones, fábulas, y dogmas por el conocimiento de la ley natural universal y el orden.

En un universo regido por leyes eternas y orden Cósmico no hay lugar por las Fatalidades; los Destinos; los decretos arbitrarios; de las fábulas, folklore y leyendas, aunque ellas sean cubiertas por las togas de filosofía o teología. Ante la luz de la Razón, estas cosas deben desvanecerse, cuando la Verdad es vista, las medias verdades desaparecen. Fatalidad, Predestinación, y Casualidad-Error Triple- huyen ante la concepción de Ley y Orden en el Cosmos. Oigan al Aforismo: Aforismo xvii. Sabe tú que, bajo La Ley, el Cosmos está regido por Ley. Cada una y toda cosa, y todas las cosas, proceden en Tendencia Ordenada. En el Cosmos no hay Casualidad; ni Desorden; ni Desarmonía. Los Tres Principios-Substancia, Movimiento, y Consciencia-están igualmente bajo Ley. Quienes enseñen otra cosa, yerran. 

Este enunciado concuerda con el reporte de la razón de las mentes más avanzadas de la raza, pasada y presente. Cada concepción inteligente del Cosmos debe por necesidad incluir la concepción de Ley. Sin esta inherente Ley que mora dentro, el Cosmos no podría existir-el Cosmos sería Caos. El mismo origen del término “Cosmos” muestra el subyacente pensamiento en las mentes de los antiguos filósofos Griegos quienes primero lo usaron. La misma palabra se deriva de la palabra griega arcaica komeo, “cuidar de”, y los tempranos filósofos Griegos la usaron primero en el sentido de “orden”, y más tarde en el más amplio sentido de “el mundo o universo, desde su perfecto orden y arreglo, como opuesto a Caos”. Su uso como “el Alma-Mundo” vino después, e incluyó las más tempranas concepciones. Su antítesis, la palabra “Caos”-tiene dos significados, a saber: (1) 

“Un amplio espacio vacío”; y (2) “Confusión; o una masa de materia en confusión sin orden o leyes; una confusa mezcla, masa, sin orden o regularidad”. En ambos usos, Caos es absolutamente opuesto en significado a Cosmos. Cuando postulamos un Cosmos sin Ley y Orden, estamos simplemente aplicando el término a l que es realmente Caos-o un Nada, o también un Universo Desordenado. Orden siempre implica la existencia de Ley-los dos son inseparables.

No puede haber tal cosa como un universo mitad Cosmos y mitad Caos. Orden y Caos son contrarios. Ley y Casualidad son contrarias. Una anula a la otra-ellas no pueden existir al mismo tiempo. Los tres Axiomas Primarios de Lógica nos muestran el hecho. 

Considerémoslos por un momento:

I. El Axioma de Identidad: “La misma cualidad o cosa es siempre la misma cualidad o cosa, no importa cuán diferentes las condiciones en que ocurran”.

II. El Axioma de Contradicción: “Ninguna cosa puede al mismo tiempo y lugar ambos, estar y no estar”.

III. El Axioma del Medio Excluido: “Cada cosa debe o ser o no ser; no hay otra alternativa o mitad del recorrido”.

Estos son axiomas de Lógica establecidos. Una autoridad líder, Prof. Jevons, dice de ellos: 

“Estudiantes son rara vez capaces de ver al principio su completo significado e importancia. Todos los argumentos pueden ser explicados cuando estas leyes autoevidentes son asumidas; y no es demasiado decir que el todo de la lógica será sencillo a aquellos quienes constantemente usarán estas leyes como las claves”. Por tanto debemos o mantener que el Cosmos está bajo Ley y Orden, o si no, que no lo está. Y si no lo está, entonces Casualidad o Decreto Arbitrario rigen el universo-y el Cosmos no es sino Caos. No hay alternativa-no puede haber mitad y mitad sobre el asunto. ¿Qué es esto? Necesitamos apenas asegurar al estudiante que el más alto pensamiento científico moderno concuerda perfectamente con las enseñanzas de los antiguos ocultistas, a efectos de que el Cosmos está regido por Ley en cada detalle, y como un todo; y que hay orden universal, balance, y armonía manifestados a través de él. No solamente es eto así, sino que la mente humana ordinaria es capaz de descubrir la existencia de Ley en el universo, en cada una de sus fases de manifestación. El nacimiento del sol; el flujo delas mareas; la ley de gravedad; las leyes mecánicas; y la Ley Natural en todas sus fases; muestran la existencia de Ley en el Cosmos. La ciencia nos muestra que el universo entero se mantiene junto por la operación de Ley-que si el átomo más diminuto se liberara de la operación de Ley, el universo entero sería resuelto en Caos, así de interdependientes son sus partes, y así de incompatibles con Ley Universal sería la más ligera excepción a eso. Las Leyes del Universo nunca se pueden “romper”-si entramos en contacto con ellas y nos negamos a regirnos de acuerdo, sufrimos-pero la Ley permanece intacta. No “rompemos” la Ley de Gravedad cuando pisamos sobre un precipicio-solo probamos su existencia. Si pudiéramos “romper” la más mínima Ley del Cosmos, el Cosmos sería Caos. Y esas Leyes Cósmicas no son el resultado da la arbitraria orden o dictum de algún Ser. Ellas son inherentes en la misma naturaleza del Cosmos. Nunca ha habido un momento en la existencia del Cosmos en el que dos veces dos no sumen cuatro; nunca un momento en el que una línea recta no haya sido la distancia más corta entre dos puntos dados; nunca un momento en el que las leyes de matemáticas, geometría, y lógica no fueran tan verdad como son hoy día. Leyes Cósmicas no fueron hechas-ellas son inherentes en el Cosmos, e inseparables de él. Estas Leyes Cósmicas surgen del poder reflejado de La Ley misma-ellas son superpuestas sobre el Cosmos en la misma naturaleza del Cosmos.

El Aforismo continúa: “Cada una y toda cosa, y todas las cosas, proceden en Tendencia Ordenada”. Este es un enunciado de la Ley de Tendencia Ordenada, una de las Siete Leyes Cósmicas. “Ordenada” significa: “En orden; arreglada o dispuesta en orden; observante de orden o método; no desordenada; manteniendo orden; bien regulada; libre de desorden o confusión; caracterizada por buen orden; en acuerdo al orden o método establecido; de acuerdo al debido orden o método; debidamente; regularmente; etc.”, “Tendencia” es una palabra derivada de una vieja raíz que significa “un círculo; un anillo, redondo; etc.” y su presente significado aceptado es: “moverse alrededor o en torno; extender o extenderse en una dirección particular; correr; estirar; inclinación en una dirección particular”, o estrictamente: “proceder en una dirección particular”. Su uso en la Enseñanza Arcana implica un “proceder o mover hacia adelante”, y también (en el sentido esotérico) progresión cíclica. Así el Cosmos es forzado a “tender” en una manera “ordenada, regular, establecida”, de acuerdo a las Leyes Cósmicas, y bajo La Ley. 

Evolución es una manifestación de Tendencia Ordenada y Secuencia. El Aforismo continúa: “En el Cosmos no hay Casualidad; ni desorden; ni desarmonía”. Hemos visto que donde gobierna y rige Ley y Orden no puede haber Desorden ni Desarmonía. Armonía y Balance se mantienen donde Ley y Orden gobiernan y controlan. 

Deseamos añadir unas pocas palabras en relación la materia de Casualidad, debiéndose a la popular idea equivocada de la naturaleza y significado de esta tan usada palabra. “Casualidad” generalmente es tenida como ser: “un accidente; algo que sucede sin una causa; un supuesto agente o modo de actividad diferente a una fuerza, ley, o propósito”. 

La palabra fue derivada de la palabra latina cadentia, que significa “la caída del dado”. Un “accidente” es “algo que sucede de repente o inesperadamente”, pero la palabra es usada generalmente en el sentido de “algo que sucede sin debida causa, y así es generalmente usada. Pero con el avance del conocimiento de la prevalencia universal de causalidad, Azar en el sentido original del término ya no se considera como existente, posible, o razonable. 

La palabra es ahora empleada en el sentido científico de: “La desconocida, o imprevista causa o causas de un evento”. Como dice Benley: “Casualidad no es sino un mero nombre, y realmente nada en sí mismo; una concepción de nuestras mentes, y solamente una compendiosa forma de hablar, donde ciertamente, a través del cual expresaríamos, aquellos tales efectos como son comúnmente atribuidos al azar, fueran realmente producidos por sus verdaderas y propias causas”. El más alto moderno pensamiento filosófico concuerda con la Enseñanza Arcana en que: “En el Cosmos no hay Casualidad”. Donde Ley y Orden reinan, no puede haber Azar; ni “accidentes” ni “sucesos”, en el sentido de “sin Causa”. Aun el lanzamiento del dado es visto ahora como que es así el resultado de Ley y Orden y Secuencia como en el movimiento del sol, planetas y mareas. 

Casualidad ha sido reemplazado por Causalidad en pensamiento filosófico. Aforismo xviii. Sabe tú que cada uno y todo evento, y todos los eventos, proceden en Secuencia Ordenada y Lógica. Siempre hay un Algo Antes y un Algo Después, a lo que los hombres equivocadamente llaman Causa y Efecto, pero los que, en verdad, no son sino etapas relativas de la Secuencia Cósmica.

El Aforismo xviii nos informa que “cada uno y todo evento, y todos los eventos proceden en secuencia ordenada y lógica”. Este Aforismo declara el principio de lo que el pensamiento filosófico moderno ha llamado la Ley de Continuidad, por lo que significa ese principio o ley universal, en virtud de lo que siempre se ha mantenido una relación de precedente subsecuente-causa y efecto-entre todos los eventos; siendo la idea diametralmente opuesta a aquella que mantiene que los eventos son independientes y no relacionados a otros eventos. En el Aforismo la palabra “ordenada” es usada en el sentido definido un poco antes. La palabra “lógica” es usada en su sentido general de “de acuerdo con la razón natural”; y por lo tanto, es empleada en el Aforismo, en el sentido de “en una manera que es aceptada por la razón humana como natural, ordenada, de acuerdo a ley, y razonable-y la que por tanto podría ser razonablemente esperada de conocerse los eventos precedentes”. La palabra “Secuencia” es usada en el sentido de: “Una sucesión, o que sigue después, en arreglo ordenado y uniformidad; una serie de cosas que siguen en un cierto orden de sucesión”. La palabra misma surge de palabra latina, sequens, que significa “seguir”, y la idea de seguir en orden regular o procesión constituye el significado esencial del término.

La Ley de Secuencia hace que todas las cosas procedan en una corriente continua o procesión de eventos. “Continua” significa “intacta; ininterrumpida; conectada; sin espacio intermedio”. Un “evento” es un “suceso; algo que ocurre; lo subsecuente o resultado de cualquier acción”. De aquí que la Ley de Secuencia hace que todos los sucesos, incidencias, o eventos fluyan, procedan, y se desarrollen de previos eventos, sucesos o incidencias; y así mismo que conlleva a subsecuentes eventos, sucesos o incidencias, los que fluyen, proceden, y se desarrollen de ellos. Siempre hay un “algo antes” y un “algo después” de cada evento, suceso, o incidente. Cada evento tiene razones, y es en sí mismo una de las razones por aquello que debe seguir después. Así como ningún eslabón en una cadena continua puede escapar de tener un eslabón precedente y un eslabón sucesivo, igual ningún evento puede dejar de tener eventos precedentes y subsecuentes conectados con y relacionados a él. Ningún evento puede ser aislado de la Cadena Cósmica de Secuencia, o la Corriente Cósmica de Eventos. Ningún evento, y ninguna cosa, puede ser independiente en el Cosmos. Cada cosa y cada evento es interdependiente, desde la misma naturaleza del Cosmos mismo. Así vemos que no puede haber tal cosa como “Casualidad” o “accidentes” en el Cosmos. Nunca nada “meramente sucede”, en el sentido usual de la frase. Todo, cada evento, casa suceso, tiene sus causas precedentes, y de ellas emergen los efectos consiguientes-siendo todos eslabones en la cadena continua de Secuencia. Reconocemos estas cosas, vagamente, en la vida diaria, y las llamamos el trabajo de Causa y Efecto. Pero el Aforismo hace una distinción aquí y nos informa que eso que los hombres equivocadamente llaman Causa y Efecto, “en verdad”, no son sino etapas relativas de la Secuencia Cósmica. Procedamos a una consideración de esta verdad.

El enunciado de este Aforismo aparentemente discrepa con la concepción filosófica y científica aceptada de la Ley de Causación, pero la diferencia es en gran parte una cuestión de expresión, y la Enseñanza Arcana está en completa armonía con las avanzadas concepciones de Causación, como son interpretadas por las más altas autoridades. La Ley de Causación, como adelanta el moderno pensamiento científico, puede enunciarse generalmente como la concepción de que cada cosa es un efecto de Causas precedentes y, al mismo tiempo, la Causa de los efectos que surgen de la misma-así cada cosa es un eslabón en una cadena interminable de Causa y Efecto. Otra manera de exponer esta concepción es que cada evento en tiempo, o cosa en espacio, tiene Causas; y al mismo tiempo es la Causa de efectos posteriores en la forma de eventos en tiempo, o cosas en espacio. Esta concepción de la Cadena Sin Comienzo y Sin Fin de Causa y Efecto se ve muy similar a la Cadena de Secuencia de la Enseñanza Arcana. Pero aquí está la diferencia. La Enseñanza Arcana no sostiene que la Cadena de Secuencia sea Sin Comienzo y Sin Fin. Por el contrario, mantiene que el Cosmos emergió de la Infinitud de La Nada en la Aurora del Día Cósmico-por tanto, este particular Cosmos tuvo un comienzo real en tiempo; y así mismo, tendrá un final en tiempo, cuando sea de nuevo resuelto en la Infinitud de La Nada.

La Ley se mantiene como la única Eterna, usando el término en su sentido absoluto. Las Actividades Cósmicas proceden de acuerdo a Ley, Orden y Secuencia. Lo que Ud es hoy-lo que sucede en este momento-es el lógico resultado de todo lo que ha ido antes en la Cadena de Secuencia. Lo que es, no es por Casualidad-sino de acuerdo con Ley, Orden y Secuencia. Lo que será mañana-dentro de un año-dentro de un millón de años-será el lógico resultado de todas las cosas y eventos se están manifestando en este momento. No hay ruptura en la Cadena. Cada cosa, y cada evento, procede de lo que ha ido antes. Y de cada cosa, y cada evento se desarrollan las semillas de futuros eventos y cosas. Cada cosa, y cada evento, es una flor, y contiene dentro las semillas de futuras flores. Cada evento no es sino una etapa en el Evento Completo del Cosmos. Cada cosa no es sino una parte de la Cosa Completa del Cosmos. El Cosmos es la Cosa Completa, esforzándose, moviéndose, pensando, y haciendo, en miríadas de formas y manifestaciones-actuando en las incontables series de eventos que juntos constituyen el Evento Completo. En cualquier momento en particular en el Día Cósmico-en este preciso momento que Ud lee estas líneas-ciertas cosas están en ciertos lugares, bajo ciertas condiciones, actuando de una cierta manera-ciertos eventos están ocurriendo bajo ciertas condiciones. Todo esto es el resultado de Causas Cósmicas operando desde el primer destello de la Aurora Cósmica. Y, así mismo, en cualquier momento imaginado del futuro-dentro de un año-dentro de un siglo-dentro de un millón de años-en cualquier dado momento habrá ciertas cosas en ciertos lugares, bajo ciertas condiciones, actuando de una cierta manera-ciertos eventos estarán ocurriendo bajo ciertas condiciones. Y esto también será el resultado de las Causas Cósmicas, operando desde el comienzo-operando y en existencia de algunas etapas de Secuencia, hoy día-en este momento. Todo lo que es procede de todo lo que ha ido antes. Y de todo lo que es fluirá, procederá y se desarrollará todo lo que será aun hasta el mismo fin. Y estas cosas y eventos son “ciertas”, no debido a Fatalidad, Destino o Decreto Arbitrario, sino debido a la operación de leyes fijas y ciertas leyes naturales, constantes, invariables e inmutables. No hay Fatalidad, ni Casualidad, ni Accidentes. Causa produce Efecto. Cada cosa tiene su precedente, y tendrá su subsecuente. Las semillas del futuro existen en el presente. Las semillas del presente existieron en el pasado. Ninguna cosa o evento es arbitrario, separado, desconectado, independiente. Todos somos partes de un Total Cósmico, tomando parte en un Evento Cósmico. ¿Puede imaginar una sola cosa o evento sin causas precedentes? ¿Puede imaginar una Ley Cósmica que sea rota? Las partes son condicionadas por el Total. Esto no es Fatalidad, sino Ley, Orden, y Secuencia.

Deseo Dominante; Voluntad Soberana El aforismo xvii nos informa que “Los Tres Principios—Substancia, Movimiento y Consciencia—están igualmente bajo Ley.” 
Las destacadas mentes científicas del día mantienen que el Reino de La Ley es operativo no solamente sobre la materia y movimiento, sino también sobre la mente. Sólo hay pocos psicólogos que mantienen otra cosa, aunque unos pocos son renuentes a admitir que las operaciones volitivas humanas son causadas, y estos por tanto se aferran al viejo dogma de lo “sin causa” aunque cándidamente admiten que la única otra alternativa es la teoría de Casualidad. Esta reticencia puede explicarse por la influencia de la vieja teología que mantiene que la admisión de causa en volición anularía la doctrina de “libre albedrío” (en el sentido de libre escogencia), y destruiría la responsabilidad moral del hombre.
Los teólogos, sin embargo, no aceptan la alternativa de la Casualidad, sino que murmuran algo sobre “provisiones especiales de la Providencia”, sin explicar lo que quieren decir con esto. Pero toda negación de la operación de la ley universal en el plano mental está en directo desafío del moderno conocimiento científico de las leyes de psicología, y la común experiencia de la raza que nos informa que la gente actúa y escoge debido a motivos y razones. Y toda educación humana se basa sobre este entender y principio. El problema con los teólogos es que ellos confunden Ley, Orden, y Secuencia, con el viejo fetiche de Fatalidad, Destino, y Predestinación. Ellos reconocen la absurda lógica de sostener una moralidad responsable por hacer lo que por toda la eternidad ha sido predestinada, predeterminada, o fatalizada que uno debería hacer. Cuando la Determinación se divorcia de la Pre-determinación, se ve una nueva luz. A pesar de la reluctancia teológica, sus defensores sin embargo actúan como si las leyes psicológicas fueran verdad, al defender el “entrenamiento” de la mente, y al ofrecer los “motivos” de recompensas y castigos por acciones. Si la volición es libre, cómo pueden estos “motivos” influenciar o afectarla. Toda educación y entrenamiento de la mente implica la existencia de leyes mentales de escogencia y acción. La “Ley de Asociación” no es sino la Ley de Secuencia. Sin Ley en el reino mental, no hay sino la alternativa de la Casualidad-teología al contrario, no obstante.
All education and training of the mind implies the existence of mental laws of choice and action. The “Law of Association” is but the Law of Sequence. Without Law in the mental realm, there is but the alternative of Chance—theology to the contrary, notwithstanding. Aforismo xix. El hombre en el plano personal siempre actúa y escoge estrictamente de acuerdo con la naturaleza de su carácter personal. Su carácter personal es determinado por la naturaleza de su organismo psíquico que resulta de herencia, ambiente, y experiencia, y consiste en una colección de estados mentales cuyo motivo principal es el Deseo (incluyendo el Temor, lo que no es sino una forma de Deseo). El hombre personal, como las formas más bajas de vida, siempre actúa y escoge: de acuerdo a la suma o promedio de sus deseos y temores, estando siempre los motivos más fuertes dominando y determinando la escogencia y la acción. Cada hombre tiene un carácter personal-así como cada actor en una obra asume un “carácter”. Cada carácter, como establece el Aforismo, es “una colección de estados mentales”. Estos estados mentales se manifiestan como rasgos, tendencias, temperamento, naturaleza, disposición, personalidad-lo que conocemos como “la naturaleza de la persona”, de hecho. Personas diferentes son atraídas por cosas diferentes, en grados diferentes, y responden en formas diferentes y en grados diferentes. No hay dos personas que sean exactamente parecidas. Cada persona tiene su propia naturaleza, disposición y carácter. Los diccionarios dicen que Carácter es: “las cualidades o atributos personales de una persona”. Cada carácter tiene su personal colección de sensaciones, deseos, querencias, inclinaciones, gustos y disgustos, hábitos de pensamiento, capacidad de pensamiento, grado y carácter de voluntad, etc. cada uno tiene sus colección subconsciente de almacenadas impresiones, memorias, rasgos heredados, etc. también como sus facultades mentales conscientes-de hecho, nueve décimos de las actividades mentales surgen de esta región subconsciente. Cada carácter tiene su colección de pensamientos-semilla que constituye su parte de la experiencia de la raza-las experiencias de sus ancestros. Y cada uno tiene su almacén de impresiones y experiencias que lo han modificado en consecuencia. El resultado de la herencia, ambiente, y experiencia crea una personalidad y carácter de acuerdo a los que uno acciona y escoge. Este carácter, en cualquier momento particular, es justamente lo que un hombre es en ese momento particular. Y como es, así actuará y escogerá. Él siempre actúa y escoge por razón de lo que es. En el plano personal, no puede actuar diferentemente. Y lo que él es-su carácter en el momento-siempre tiene como su poder motivo la suma o promedio de sus deseos y temores. Este es el punto en el que debemos considerar las objeciones del “libre albedrío” de teólogos quienes no admitirán que el hombre actúa y escoge de acuerdo a la suma y promedio de sus deseos y temores. Esta gente ponen delante las tres destacadas “pruebas” de que el hombre no actúa y escoge así. 
Considerémoslas, brevemente, en detalle. Ellas son las siguientes:
I. Que uno puede negarse a actuar por un deseo o temor, por fuerte que sea. Él puede oponer su voluntad al deseo o temor y derrotar su poder. Este enunciado es incuestionablemente verdad, pero la explicación es que al así disponerse a no actuar sobre el deseo, él está realmente actuando sobre otros y más fuertes deseos o temores que les obligan a no hacer el asunto en cuestión. Cada deseo es un motivo-y el motivo más fuerte domina y decide. Antes que pueda disponerse a no actuar, debe primero desear o “querer” abstenerse de actuar, o temer para actuar. En resumen él debe querer más no hacer de lo que quiere hacer. En vez de desaprobar la acción del Deseo, debe ofrecer una muy buena prueba. Él escoge hacer lo que “quiere hacer” más fuertemente.
II. Que uno debe escoger actuar sobre un deseo superior más bien que sobre uno inferior-actuar desde un motivo superior que desde uno inferior. 
Esto también es incuestionablemente verdad-pero qué es el “deseo superior” y el “motivo superior” sino otra forma de Deseo. Si el “superior” es más fuerte, vence-si el “inferior” es más fuerte, vence. Lo que sea que sienta el hombre que sea lo más deseable de acuerdo a su razón, experiencia y sentir es el motivo más fuerte. Algunas veces las escalas son muy uniformemente balanceadas, y no se requiere sino una partícula de polvo mental para inclinar hacia un lado o el otro. Pero esto no desaprueba la regla-sólo la enfatiza.
III. Que uno tiene la evidencia de su consciencia de que es libre de actuar como le plazca-o escoger entre dos o más cursos diferentes de acción. Uno siente más fuertemente que tiene la libertad de escoger y actuar. 
Esta es la “prueba” considerada incontestable por los teólogos. Es indudablemente verdad, hasta donde vamos, pero una consideración de momento nos mostrará que esto no añade sino una prueba más a la verdad del poder del Deseo, y la Ley de Causa y Efecto. 
Tejiendo enteramente la contestación de que el sentir o consciencia de libertad no tiene relación causal al acto, vemos que el hombre meramente siente y es consciente del hecho de que puede actuar y escoger como le plazca. Ciertamente él puede, nadie disputa eso-¿pero por qué él “se complace”? ¿Por qué él quiere hacer una cosa de preferencia a otra?¿Y por qué él finalmente escoge hacer una cosa en vez de la otra?¿Es meramente Casualidad?¿No hay razón o causa?¿No es verdad que él encuentra más deseable o más satisfactorio, hacer esa cosa? ¿No pesa los motivos, razones, sensaciones, y deseos, por la luz de su propia razón, experiencia, naturaleza y carácter, y entonces decide a favor del curso más deseable? Su voluntad es libre, por supuesto, pero sus deseos, sensaciones, “placer para” y “escoger para” depende sobre elementos de su carácter-y el motivo más fuerte, consciente o subconsciente, gana el día. Entre dos cosas u objetos, uno escoge aquel que le atrae como el “más deseable”-el que “quiere” más, o teme menos. Muchos objetarán que si esto es verdad, es injusto castigar a uno por hacer lo que debe hacer de acuerdo a su carácter. Esta objeción surge de la vieja concepción de Fatalidad y Predestinación, lo que sostiene que un hombre debe hacer una cierta cosa, a pesar de todo lo que podría tender a prevenirla. Esto por supuesto haría todo “castigo” una total injusticia, y un absurdo proceder. Pero la doctrina de Causa y Efecto no sostiene esto. Por el contrario sostiene que el carácter de uno puede ser, y es, cambiado, modificado y alterado por las restricciones colocadas sobre ciertas acciones. Estas dan nuevos motivos para la acción o no acción.
La teoría de la Ley humana, al menos, no es que uno sería “castigado” por delinquir en el espíritu de ira o venganza, sino que el “castigo” actuaría como un freno, advertencia, y motivo de restricción para prevenir la recurrencia del acto en la parte del criminal, y para prevenir que otros cometan la misma equivocación. Es un método de la sociedad de protegerse a sí misma-no un sistema de venganza. El solo hecho de que las penalidades de la ley sirvan para disuadir a algunos de cometer delitos no es sino una prueba de que el motivo más fuerte domina. La palmeta previene al estudiante de mal comportamiento, aunque lo desee mucho. Él teme provocar un castigo, más de lo que desea portarse mal. 
Podemos culpar a la gente por actuar erróneamente, porque lamentamos que sus caracteres no estuvieran mejor desarrollados, o que su juicio no fuera más perfecto. A menudo cometemos la equivocación de culpar los efectos, en vez de las causas. ¿Sería justo “culpar” o “castigar” si nuestros actos resultaron de Casualidad? De la misma manera, remordimiento y lamento significan que aceptamos que lo que hicimos o escogimos no fue sensato o deseable, vistos a la luz de subsecuentes eventos-lamentamos que los motivos más altos, más nobles, o más sensatos no fueran dominantes; o sentimos tristeza ante los resultados de nuestras acciones. Estas últimas sensaciones son a menudo citadas por aquellos quienes niegan Causa y Efecto en el Plano Mental. Pero que, ciertamente, ¿sería la razón para lamentar o arrepentirse si nuestras acciones hubieran sido decididas por Casualidad en vez de por causas? Si quitamos las Causas, estamos en manos de la Casualidad-¿sería ese un cambio deseable? ¡Si negamos la Ley, debemos atribuir todas las acciones a la Casualidad!
Resumiendo el hecho del Deseo Dominante, se podría decir que la gente actúa de acuerdo con la línea de la Mayor Satisfacción. Esta Mayor Satisfacción depende enteramente de la naturaleza de la persona-su carácter-el cual es regulado por sus tendencias, disposición, cualidades heredadas, resultados de su experiencia, ambiente, educación, entrenamiento, historia, etc., todas ellas, por supuesto, tienen otras causas detrás. Lo que sea que dé a la persona la Mayor Satisfacción evidente al momento de acción o escogencia, eso decidirá hacer o escoger. Esta es la regla-pruébela más rígidamente aplicándola a nuestros propios actos y decisiones, y los de otros. Pero al probar esto, no omita el efecto del hábito como Deseo cristalizado; ni el efecto del Temor como Deseo negativo. Cuando dos deseos son de otra manera iguales, el más habitual ganará el día. El elemento de Temor, o Aversión, no es sino un Deseo “no hacer”, o “evitar, o alejarse de algo”. Compulsión por otros puede resultar en acción a través del Miedo. Y a menudo uno se abstiene de manifestar un deseo porque se teme “pagar el precio”.
¿Alguna vez hizo Ud una escogencia, realizado un acto que le diera la Menor Satisfacción, o que Ud supiera que fuera la más indeseable bajo todas las circunstancias del caso? Si así fue-¿Por qué lo hizo? Si Ud cedió a las sugerencias, deseos, razón o voluntad de otra persona, contra su propia inclinación y juicio-¿qué es esto sino la “línea de la menor resistencia”, que le dio el menor problema o insatisfacción al momento, y en donde el Deseo de Temor negativo tuvo su efecto? En el caso de influencia hipnótica, o el dominio de la voluntad de uno por otro por cualquier medio, la regla no se rompe, porque la voluntad de la persona más fuerte influencia y despierta el Deseo de la persona más débil. 
Aun en este caso, deseo o temor es el motive de acción o escogencia. Al considerar esta materia, recuerde que el Aforismo dice “la suma y promedio de sus deseos-los motivos más fuertes siempre dominando y decidiendo la elección y acción”.
A menudo somos forzados a “encontrar un promedio” entre nuestros deseos en conflicto. 
Y entonces de nuevo, sabiduría, experiencia e inteligencia nos capacitan para discriminar entre la deseabilidad de objetos y actos, y así jugar una parte importante en la elección. Y la imaginación nos da un más amplio intervalo de escogencia, presentando un mayor número de objetos ante nosotros para escoger. Pero la sabiduría, experiencia, inteligencia e imaginación resultan de Causas.
Un Deseo Dominante siempre tiene por su motivo el alcance de algo que traerá la Mayor Satisfacción, inmediata o remota, o la prevención de algo que traerá insatisfacción, inmediata o remota-a la persona misma, o a otros en quien él esté interesado. Aversión, temor, o la tendencia de alejarse de personas o cosas, son meramente las fases negativas del Deseo, y caen bajo la misma regla.
La cosa “más deseable”, de acuerdo al juicio del momento, es siempre escogida-la cosa “más indeseable” del momento es siempre evitada. Algunas veces esto necesita “encontrar un promedio”. Así al final hacemos lo que “nos gusta hacer”-hacemos lo que más “queremos hacer”. El “querer hacer” y “gustar hacer” surgen de una Causa, y y están bajo la Ley de Secuencia-eslabones en la Cadena Cósmica de Eventualidad.
Y así, la naturaleza de del carácter de uno determina sus actos. Esto explica muchas acciones de una manera extraña. Por ejemplo, un hombre es amable porque esto da a su naturaleza la mayor satisfacción; tal como otro gana la mayor satisfacción al ser de otra manera. Uno encuentra satisfacción en hacer su “deber”; mientras que otro encuentra satisfacción en escapar de él. Uno encuentra satisfacción en la virtud; otro en el vicio. Uno la encuentra en el egoísmo; otro en hacer y dar a otros. Uno encuentra más satisfacción en dar su vida por su país; otro la encuentra en huir y esconderse. Uno encuentra la mayor satisfacción en dar; otro, en recibir. Uno encuentra la mayor satisfacción en ser moral; otro en lo contrario. Uno siente el mayor placer en ser un buen ciudadano; otro encuentra su satisfacción en lo opuesto. 
Cada uno actúa de acuerdo a su naturaleza y carácter-así como un gato y perro actúan de acuerdo a su naturaleza. Pero el hombre puede cambiar su naturaleza, si así lo desea. Y a menudo lo desea, mientras que el animal inferior no lo hace-ese es el principal punto de diferencia.
Hemos puesto mucho énfasis en este tema del Deseo Dominante, porque deseamos que Ud despierte a una realización, tal vez por primera vez, de lo que el Deseo juega una parte importante en la escogencia y acciones del hombre en el plano personal de vida-cuánto en esclavitud a eso está la raza. Cuando uno se da cuenta de sus ataduras, está en una posición de trabajar para deshacerse de ellas. Es solamente cuando el esclavo se da cuenta que es un esclavo, que pensamientos de libertad vienen a él. Hay un plano por encima de aquello de Personalidad-un plano en el que la Voluntad Positiva toma el lugar del Deseo. La Voluntad Soberana por encima del Deseo Dominante. Escucha el Aforismo: Aforismo xx. Cuando el hombre alcanza la Individualidad- Egoidad-entra en el plano de la Voluntad, y sube por encima del plano del Deseo. Deseo y Voluntad son los polos opuestos del mismo Principio-siendo la Razón el Centro de Balance. En el plano de la Voluntad, aunque uno aun permanece balo la Ley, todavía puede aprender a usar la Ley en vez de permanecer pasivo a ella. Puede aprender a oponer Ley a leyes. Puede aprender a crear Deseo por Voluntad, también como a reprimir y dominar el Deseo por Voluntad. Además-y esto es lo más grande de todo-puede aprender a hacer Voluntad a Voluntad. 
Puede aprender a completar el Círculo de Voluntad. Puede aprender el Secreto del Medio Excluido. Cuando este último Secreto se aprende, el hombre va bien encaminado a la Maestría. 
Al escalar al plano de la Voluntad, sobre y por encima del plano del Deseo, ascendemos por encima de las leyes inferiores, y reconocemos supremacía sólo a las leyes superiores. 
Podemos entonces oponer la Ley a leyes, y contrarrestarlas y usarlas. Deseo y Voluntad no son sino los polos opuestos del mismo principio-siendo la Razón el Centro de Balance, como enuncia el Aforismo. La mayoría de la raza permanece centrada en el polo negativopocos alcanzan el centro-y aun muchos menos aprenden el secreto de pasar el centro hacia el lado opuesto. En el plano negativo no puede hacer más que Desear la Voluntad. En el plano positivo puede aprender a Voluntad a Voluntad. Quien haya aprendido el secreto puede transmutar sus deseos, y transformar sus inclinaciones, tendencias, y gustos. Ese es el Amo del Deseo, en vez de su esclavo.
El arte de Querer a Voluntad es una de las grandes proezas del ocultismo-uno de los grandes logros de las Enseñanzas Arcanas. En él yace también el secreto del Poder de la Voluntad en sus manifestaciones externas, porque aquel que puede cambiar, y crear deseos en sí mismo, puede producir similares resultados en la mente-deseo de otros. Al alcanzar el plano de la Voluntad Positiva, uno entra al campo de toda Realización y Poder Oculto- el resto es toda una cuestión de progreso, práctica, ejercicio y dominio. Cuando uno agarra el Secreto de Voluntad, ha puesto manos sobre la Espada de Poder.
Yendo atrás de causa a causa anterior, y aun a más remotas causas precedentes de sus deseos, el Individuo se encuentra a sí mismo finalmente confrontando la Voluntad Cósmica. Repasando el camino desde atrás hasta el presente, se encuentra a sí mismo confrontando su Voluntad Personal, la cual se mueve por el Deseo. En otras palabras, encuentra una Cadena de Deseos extendiéndose desde la Voluntad Cósmica hasta la Voluntad Personal-una cadena de incontables eslabones, pero teniendo un principio en Voluntad, y un final en Voluntad-una Interminable Cadena, porque es un Círculo.
A continuación aprende las primeras lecciones del Secreto Arcano del Medio Excluido, y en adelante se esfuerza para alcanzar la unión de los dos extremos de la Voluntad. De la realización de esta Unión surge la Voluntad Individual-la Voluntad Positiva del Ego. En este proceso la Ley de Causa y Efecto no es violada, sino la Voluntad es hecha la Causa de Voluntad-la Causa y Efecto se unen. Cuando esto se logra-¡entonces el Hombre ciertamente se convierte en el Amo!