sábado, 7 de outubro de 2023

Lección XIII Planos Astrales Inferiores

Hay tres grandes planos de manifestación en el Cosmos-el Plano Material; el Plano Astral; y el Plano Espiritual: hay mucha confusión en el uso del término “plano” en las escrituras ocultas, porque es empleado en varias maneras, por necesidad y en la ausencia de otras palabras con las cuales expresar los hechos no familiares del caso. Por ejemplo, muchos ocultistas muy apropiadamente hablan de “el plano físico; el plano mental; y el plano espiritual, del Pensamiento”, queriendo decir respectivamente lo siguiente: (1) el plano de pensamiento conectado con las sensaciones del cuerpo, los deseos físicos, etc.; (2) el plano de intelecto, razón, etc.; y finalmente, (3) el plano de las actividades y manifestaciones mentales superiores, familiarmente conocidas como el Plano Espiritual del Pensamiento. El principiante en el estudio del ocultismo está en condiciones de confundir los usos enunciados del término con los empleados al hablar o escribir sobre los Tres Grandes Planos del Cosmos, el Plano Material; el Plano Astral; y el Plano Espiritual; el segundo de los cuales, el Plano Astral, formará el objeto de consideración de la presente lección, y las dos que le siguen inmediatamente en secuencia. La palabra “plano” ha sido apropiada por escritores ocultistas, por necesidad, y se le ha dado un significado aparentemente en conflicto con los usos aceptados. En lenguaje ordinario un “plano” es una “superficie perfectamente nivelada, plana, y lisa”. En geometría y astronomía es usada algunas veces en un sentido abstracto o ideal, para indicar “una superficie ideal que supuestamente corta o pasa a través de un cuerpo sólido o en varias direcciones; como el plano de una eclíptica, el plano de la órbita de un planeta, etc.” También se usa en sentido figurado, queriendo decir “un nivel, o campo” como “en el plano de la razón; en el plano del sentido común, etc.” Generalmente hablando, su uso figurado implica una capa, estrato, o nivel, y se usa en fraseología oculta en el sentido figurado de un nivel, o estrato de actividad o manifestación Cósmica. Pero se advierte al estudiante en no confundir el término “plano” con cualquier concepción de “lugar”. Un plano no es un lugar. Un lugar en particular puede incluir varios planos, y sub-planos; porque los planos se interpenetran uno al otro. Un plano no tiene dimensiones en el espacio, y se asemeja más bien a un estado o condición. No puede medirse en las tres dimensiones, y sin embargo es capaz de medirse por grados en la Escala de Vibraciones. Estos estados o grados de vibración se interpenetran uno al otro, sin interferencia, en las que peculiarmente tienen correspondencias o analogías en fenómenos físicos. Por ejemplo, una docena o más corrientes de electricidad pueden pasar a lo largo del mismo alambre, al mismo tiempo sin interferirse uno al otro, y pueden entonces registrarse cada uno en instrumentos especiales, siempre que la velocidad de tensión o vibración sea diferente en cada caso. O, de nuevo, vibraciones de luz, vibraciones de calor, vibraciones de electricidad y magnetismo de varios grados, vibraciones de Rayos-X, vibraciones de sonido, etc., pueden manifestarse y permanecer presente en el espacio de una habitación, al mismo tiempo.

Los varios planos de manifestación se mezclan uno con el otro, y cada uno de los tres planos tiene siete sub-planos, los que a su vez están subdivididos en siete planos menores, y así sucesivamente, hasta que siete veces se hayan hecho siete actos de subdivisión. 

En el Plano Físico del Cosmos se dan las varias manifestaciones del mundo físico-el mundo de materia y energía. Es el plano que mejor conocemos, porque todas nuestras actividades físicas se llevan a cabo en alguno de sus sub-planos. En estos planos hay manifestaciones de materia en grados no identificados por los sentidos del hombre, tan bien como las familiares formas y grados. Igualmente hay fuerzas y energías en las que el hombre de hoy día es totalmente ignorante, con la excepción de unas pocas almas avanzadas quienes se han elevado por encima de las limitaciones ordinarias de la raza. No es nuestro propósito entrar en consideración del Plano Físico en esta lección. Tampoco es nuestro propósito entrar en consideración del Plano Espiritual, cuya concepción está más allá de la comprensión del humano ordinario, y del cual las palabras del plano ordinario de vida serían completamente inadecuadas para expresarlo. Nuestro tema a considerar aquí es simplemente el segundo plano del Cosmos-el Plano Astral.

El término “astral” (de la palabra griega que significa “una estrella”) es de antiguo uso en las enseñanzas ocultas. “Regiones” Astrales y “seres” Astrales, fueron tenidas como lugares y seres de un más etéreo y más fino orden y grado que nuestro mundo y seres materiales-hasta donde los cuerpos del último concernía, al menos. En las regiones Astrales las entidades desincorporadas y los seres sobrenaturales se suponían que existían. El término fue a menudo usado libremente y de manera que tendía a confundir al estudiante. De hecho, aun hoy día el término se usa con varias sombras de significado, por las diferentes escuelas de ocultismo, y aparece la confusión por esas razones. Algunas escuelas usan el término “Plano Astral” para designar solamente el sub-plano inferior del Astral, usando otros términos para designar los planos superiores, los que luego a menudo confunden con aquellos del Plano Espiritual. Otros incluyen la serie entera de los planos sobre el Material, inferior y superior Astral y Espiritual por igual, bajo el término general de Plano astral.

La Enseñanza Arcana sigue el más aprobado uso antiguo, y aplica el término “Plano Astral” al plano intermedio del Cosmos-el plano que yace entre Material y el Espiritualincluyendo, sin embargo, el sub-plano Astral superior también como el inferior. Tal ha sido siempre la costumbre de los Maestros Arcanos, y está, además, de acuerdo con la más antigua y acreditada práctica. 

Hay muchos sub-planos en el Plano Astral, muchos de los cuales tienen cercanas analogías a planos correspondientes conocidos por nosotros en el Plano Material. Hay también subplanos que contienen actividades de vida, las que son diferentes de las más familiares, y que tienen la misma relación al último que las teclas negras en el teclado del piano tienen a las teclas blancas. En estos sub-planos de “tecla negra” habitan entidades extrañas a la vista y pensamiento humanos, pero que, sin embargo, forman una parte de la manifestación universal de vida. Estas entidades no son humanas-nunca fueron humanas, y nunca serán humanas. Su evolución ha sido, y continuará, a lo largo de líneas totalmente diferentes. Los ocultistas agrupan estas entidades bajo el término general de “elementales”, aunque sus grados y características varían grandemente, una de otra. Consideraremos estas entidades en la siguiente lección.

Comenzando nuestra consideración del Plano Astral no debemos dejar de notar uno de los sub-planos más cercano al material-el sub-plano en el que las Corrientes de Pensamiento operan, y también en el que los Cuerpos Astrales de los encarnados, y los Colores Áuricos son visibles. En este sub-plano se manifiesta el fenómeno de Mentalismo. Este sub-plano es el más cercano al Plano Material ordinario, y a menudo es penetrado, sin querer, por personas cuyas facultades psíquicas se han agudizado y quienes han desarrollado las cualidades de Clarividencia, Percepción Astral, etc.

Es escasamente necesario explicar en detalle los hechos relacionados al Cuerpo Astral de los seres humanos, porque se supone que el estudiante haya tenido alguna familiarización preliminar con el tema general del ocultismo. Notaremos meramente los hechos generales de pasada. El Cuerpo Astral de la persona es el cuerpo más fino, o cubierta interna, de la entidad o alma. Este Cuerpo Astral ha sido conocido hace tiempo en la tradición de la raza, y ha sido llamado por varios nombres, tal como, el “cuerpo etéreo”; el “cuerpo fluido”; el “doble”; el “espectro”; el “doppelganger”, etc. está compuesto de substancia astral, la que es mucho más fina que la materia con la cual estamos familiarizados. Tiene la misma relación a la materia ordinaria de la que el vapor tiene al hielo. El Cuerpo Astral deja la cobertura material, o cuerpo ordinario de la persona, a la muerte de esta. También a menudo deambula lejos del cuerpo físico cuesto este está durmiendo. Bajo ciertas condiciones puede abandonar el cuerpo físico durante horas de vigilia, y proyectarse a puntos distantes en el espacio. Las familiares “apariciones del viviente” son instancias de este viaje en lo Astral, y el fenómeno de Clarividencia se debe en gran parte a esta forma de manifestación Astral. El Cuerpo Astral es invisible a los sentidos físicos ordinarios, aunque aquellos que poseen poder de Clarividencia, o Sentidos Astrales bien desarrollados pueden verlo claramente. Puede también bajar sus vibraciones y “materializarse”, como se dijo antes, en cuyo momento aparece visible como una aparente forma borrosa a los sentidos físicos ordinarios. Durante la vida del cuerpo físico, sin embargo, el Cuerpo Astral está siempre conectado a este por un delgado, fino filamento, que si se rompe provoca la muerte del cuerpo físico. Contrario a la enseñanza ordinaria, el Cuerpo Astral está compuesto por siete “vainas“ o “capas” de substancia, de las que la más grosera se desintegra o “muda” cuando la entidad sube a sub-planos Astrales superiores, y que debe de nuevo “materializarse” cuando vuelve a visitar los planos inferiores. 

El Aura y Colores Áuricos del Cuerpo Astral están en la naturaleza de emanaciones o radiaciones del Cuerpo Astral, las que se manifiestan en algún grado por cada persona, y las que recientes investigaciones científicas han comprobado concluyentemente, por medio de fotografías, etc. El Cuerpo Físico, aun, tiene su aura de vibraciones de vitalidad, o “Vril”, las que fluyen libremente de él, particularmente cuando la vitalidad de la persona es fuerte. Este “Vril” es el “magnetismo humano” de los sanadores magnéticos, y otros, y que sirve para despertar fuerza y vigor a aquellos a quienes se aplica. El aura Astral, por el contrario, es más bien una emanación de los estados mentales, sensaciones y emociones de la mente de las personas. Tiene forma de huevo, y se extiende hacia todos los lados de la persona a una distancia de unos 90 cm. Manifiesta varios colores, particularmente alrededor de la cabeza, correspondiendo los colores al carácter de los estados mentales que se estén manifestando, o aquellos habituales a la persona. Por ejemplo: Rojo indica las pasiones animales, lujuria, ira, etc. Azul representa emoción religiosa, etc.-luz azul denota lo que generalmente se llama “espiritualidad”, pero que en realidad no es sino una forma etérea refinada de sensación religiosa. Espiritualidad es más una cuestión de conocimiento y desarrollo de vida, más que sensación o emoción. Verde denota celos, y, en uno de sus matices, lo que generalmente se llama “tacto”, “simpatía”, “diplomacia”, o en sus formas inferiores, “engaño”. Gris denota egoísmo. Amarillo, intelectualidad en sus varios grados y formas. Negro es el color astral del odio, malicia y emoción vengativa. 

Personas en quienes la facultad de Sensación Astral está bien desarrollada pueden ver estos colores áuricos claramente, y son de ese modo informados sobre las características mentales de la persona bajo observación. En este sub-plano inferior del Astral también se manifiestan las ondas de pensamiento, corrientes de pensamiento, formas de pensamiento, etc., las que se manifiestan en el fenómeno de Mantalismo. Pensamientos y estados mentales se manifiestan en forma objetiva. La persona que manifiesta pensamientos o sensaciones activas, emanan ondas y corrientes de fuerza de pensamiento que se desparraman alrededor de él en constante ampliación circular en toda dirección. De esta manera grandes nubes de pensamiento se forman que flotan alrededor de lugares a los que son atraídas. Las nubes de pensamiento del mismo carácter general tienen una tendencia a coalescer y relacionarse y mezclarse una con la otra, y a moverse hacia personas, lugares y localidades en donde similares pensamientos o sensaciones se manifiesten. La Ley de Atracción opera en esta dirección de dirigir influencias de pensamiento hacia aquellos quienes están manifestando similares vibraciones de pensamiento. Ciudades, pueblos y lugares más pequeños-aun lugares de negocios, edificios de oficinas, casas, y habitaciones tienen su propia particular atmósfera de pensamiento, que puede ser percibida por aquellos sensibles a tales influencias, y vista por aquellos que poseen la facultad de Sensación Astral.

Similar a estas nubes de pensamiento son las que se conocen como formas de pensamiento, las que son nubes de pensamiento de mayor densidad y poder de cohesión, las que también están cargadas con la fuerte Voluntad o ardiente Deseo de las personas que las emanan-y las que son a menudo prácticamente vitalizadas por el “Vril”, o vitalidad de la persona, que han sido infundidas en ellas. Tales formas de pensamiento a menudo ejercen algo muy cercanamente a un gran poder psíquico sobre aquellos con quienes entran en contacto como lo haría el mismo emisor, en persona. Son similares a los elementales de deseo mencionados en la siguiente lección. Estas nubes de pensamiento y formas de pensamiento quedan en los sub-planos inferiores del Astral hasta que finalmente se desintegran. Tienden a coalescer y reunirse alrededor de lugares en los que las vibraciones están en armonía con las suyas. Algunos lugares tienen sus atmósferas mentales de vicio, otras de codicia, otros de diligencia, otros a lo opuesto. En resumen las atmósferas de pensamiento existen en todas partes en este sub-plano Astral inferior, así como existe la atmósfera material en todas partes en el plano material. Uno es tan real como es el otro. Ellos tienen todas las correspondencias que uno pudiera esperar. Aquellos que son capaces de viajar en el Cuerpo Astral encuentran este fenómeno atmosférico de pensamiento como una fuente de nunca perder interés, aunque a veces uno se alegra de alejarse voluntariamente de algunas de las escenas, tan groseras y vulgares son las emociones y sensaciones que se manifiestan en la oscuridad, pesadas nubes sofocantes de fuerza de pensamiento-tan horribles algunas de las formas de pensamiento. Pero aun estas pueden alejarse por un ejercicio de la Voluntad, y las vibraciones de pensamiento de una naturaleza contraria tienden a repelerlas y dispersarlas de la vecindad de uno.

En un sub-plano de clase diferente de la que acabamos de mencionar, se encuentran las manifestaciones de lo que se ha llamado la “pila de restos del Astral”, y, ciertamente, ese término del taller muy acertadamente lo expresa. En este sub-plano se encuentran los materiales Astrales desechados de los Cuerpos Astrales que han sido “desprendidos” por entidades que los han descartado cuando se han mudado más alto. También, los cuerpos Astrales en desintegración de entidades que han fracasado en sobrevivir y cuyas almas que han sido resueltas en sus elementos originales y aparecen difundidas en el principio general de Consciencia, como se describe en una lección previa. Recuerde, por favor, que estos remanentes de los cuerpos Astrales así descartados y en desintegración no están de ninguna manera relacionados a las almas que al principio las habitaban. Son simples cáscaras, sin alma o mente, y aun así preservando un ligero grado de vitalidad, o “Vril”. 

Son cadáveres astrales, tanto como es un cadáver en el cuerpo físico descartado. Pero, así como cadáver físico puede ser excitado y aparentar actividad de vida por una fuerte corriente galvánica, y tornará sus ojos, moverá sus extremidades, y hasta emitirá gemidosasí pueden estos cadáveres astrales ser “galvanizados” por el “Vril” de un médium (incoscientemente por el último), si las condiciones son favorables, y pueden ser materializados como para aparecer como una forma borrosa, actuando, moviéndose y aun hablando, sin embargo, la única alma en eso, es suplida por la del médium o las personas presentes en la sesión espiritista. Estos cadáveres astrales también aparecen visible bajo ciertas condiciones, a menudo alrededor de tumbas, campos de batalla, etc., y se supone que sean fantasmas, o “espíritus” de aquellos que inicialmente los habitaron. Ellos, sin embargo, generalmente no son sino las más groseras coberturas del cuerpo Astral.-su “caparazón” por así decir, y no son más para considerarlas como las personas mismas muertas de lo que es el cuerpo físico que yace en la sepultura, ambos son cubiertas descartadas, o “cadáveres”. 

Un psíquico quien, por medio de desarrollos psíquicos sin entrenamiento o mal dirigidos, pasa deambulando en este plano del Astral experimente una vista de lo más desagradable. No es placentero deambular en este osario del Astral, esta tumba de la Tierra. Un viejo sabio egipcio documentó así sus impresiones sobre esto: “Qué forma de lugar es este que veo. No tiene agua. No tiene aire. No tiene luz. No tiene fundación. Es inconmensurablemente profundo. Es tan negra como la más negra noche”. Un investigador moderno ha dicho de esta región-este Gólgota del Astral: “la mayoría de los estudiantes hallan en la investigación de esta sección una tarea extremadamente desagradable, porque parece ser una sensación de densidad y grosera materialidad sobre eso, lo que es indescriptiblemente repugnante al Cuerpo Astral liberado, dando la sensación de empujar su camino a través de algún fluido negro viscoso, mientras los habitantes e influencias que se encuentran allí son usualmente indeseables”. “¿Y hay habitantes en tal lugar? Uno se pregunta naturalmente. ! Pues, sí! Hay moradores en este repugnante lugar-habitantes de esta horrible morada. Entidades, sin embargo, no colocadas allí como castigo, porque ningún Ser conllevaría tal fatalidad sobre el más miserable y más depravado-o inventaría tal Infierno. Ellos están allí debido a sus propios deseos y tendencias anormales, lo que no los hace aptos para los planos de aun las más bajas de las entidades humanas desincorporadas, y los que también los vuelve no aptos para asociación con las formas astrales desincorporadas de las bestias, las que luego persisten por un corto tiempo después de la muerte física.”Entonces, ¿Qué forma de criaturas deben ser estas? Pregunta Ud. “no cabe ni para hombre ni bestias. ¿Serían humanos?” Y uno es forzado a responder, “!Si!” Sujeto a las leyes de la raza humana no se les permite el privilegio de aniquilación rápida otorgado a las bestias-deben pasar el resto de su peculiar vida hasta el fin. Ellos son los parias, escoria parecida a demonios de la raza humana, quienes se han removido de la fatalidad de la raza y han conllevado sobre ellos mismos una fatalidad propia. Su fatalidad es una Muerte Viviente-una vida consciente en un cuerpo como cadáver, entre cadáveres del Astral. Estas criaturas son las entidades desincorporadas de aquellos quienes degeneraron a lo largo de líneas anormales de sexoquienes intentaron invertir la Ley Cósmica de la Polaridad del Sexo, y así atrajeron hacia sí el Retroceso de las Fuerzas de la Vida. Ellos fueron lo más bajo de los Sátiros humanos. La Naturaleza finalmente echa sobre ellos el hechizo de un dormir profundo, del que nunca despiertan, y del que pasan a desintegración y aniquilación. Ellos contaminaron el Altar Sagrado. Ellos robaron el Fuego Divino para ritos diabólicos. Ellos cometieron el Pecado Imperdonable. Ellos se apartaron de la tendencia de la Evolución Cósmica. Su propio deseo fue su Fatalidad. Desearíamos que fuera posible hablar más sencillo-pero el tiempo aun no ha llegado.