segunda-feira, 4 de junho de 2018

Superhombre

El Superhombre, Suprahombre o Sobrehombre (en alemán: Übermensch) según Friedrich Nietzsche, es una persona capaz de generar su propio sistema de valores identificando como bueno todo lo que procede de su genuina Voluntad de Poder. Este concepto parece proceder de la lectura de Nietzsche en la década de 1870 del ensayo El Único y su Propiedad, publicado por Max Stirner en 1844 (en 1874 Nietzsche prestó a su alumno, Baumgartner, la obra de Stirner, sacada de la Biblioteca de Basilea).

Forjador de nuevos valores
Una de las ideas que ha defendido con mayor interés, es que los valores tradicionales representados por el cristianismo someten a las personas más débiles a una "moralidad esclava", que no provocan en ellos más que un estado de resignación y conformismo hacia todo lo que sucede a su alrededor. Para él, esos valores tienen que desaparecer para que aparezcan otros nuevos que representen su prototipo de hombre ideal, al que él mismo llamó superhombre. Combate la moral impuesta por las religiones e impulsa una moral que surja desde lo más profundo de las personas.
Según Nietzsche, ese superhombre es seguro, independiente e individualista, y no se deja llevar por la multitud; al contrario de las personas débiles, que sólo se dejan llevar por las tradiciones y las reglas establecidas.

"El superhombre es el sentido de la tierra. Que vuestra voluntad diga: que el superhombre sea el sentido de la tierra."
Nietzsche.

El último hombre
Este superhombre no cree en las cosas que prometen las religiones después de la muerte, él sólo cree en lo real y en lo que puede ver. Es un ser que, ante todo, razona; aunque eso no quiere decir que no sienta. Este superhombre se deja llevar por sus pasiones y sus sentimientos, pero a su vez, se domina a sí mismo; no busca sólo el placer, esa sería la diferencia con "el último hombre" el último peldaño hacia el superhombre.

Rebaño
Nietzsche contradice en esto totalmente a Platón y a Sócrates, los cuales consideraban totalmente necesario el control de las pasiones. Nietzsche considera a Sócrates como el primer culpable de la moral de rebaño de la sociedad occidental, seguido del cristianismo.
Nietzsche expone las ideas del superhombre en su libro Así habló Zaratustra. El repudio del superhombre a la moral de rebaño fue expuesto en los libros Ecce homo y El Anticristo. Maldición sobre el cristianismo.

sexta-feira, 1 de junho de 2018

Adapa

Adapa, el primero de los Siete Sabios mesopotámicos, fue una figura mítica que, sin saberlo, se negó a recibir el don de la inmortalidad. La historia está atestiguada por primera vez en el período casita (Siglo XIV A.N.E.) en tabletas fragmentarias de Tell el-Amarna y de Aššur, de finales del segundo milenio de nuestra era. El mito mesopotámico habla de siete sabios antediluvianos que fueron enviados por Ea, el sabio dios de Eridu, para traer las artes de la civilización a la humanidad. El primero de ellos, Adapa, también conocido como Uan, el nombre presentado como Oannes por Berosso, introdujo la práctica de los correctos ritos religiosos como sacerdote del templo Éapsu en Eridu.

Los sabios se describen en la literatura mesopotámica como peces-parādu, probablemente la carpa, cuyos huesos se han encontrado asociados con la primera capilla, y aún se conserva como un deber sagrado en el recinto de las mezquitas de Oriente Próximo y monasterios. Adapa como pescador fue retratado iconográficamente como un compuesto de pescado-hombre. La palabra Abgallu, sabio (Ab = agua, Gal = grande, Lu = hombre, en sumerio) sobrevivió hasta tiempos nabateos, alrededor del siglo primero, como apkallum, utilizados para describir la profesión de un cierto tipo de sacerdote.

Papel
Adapa era un hombre mortal descendiente de los dioses, un hijo de Ea (Enki para los sumerios), el dios del conocimiento y de la sabiduría de la ciudad de Eridu, que trajo las artes de la civilización a esa ciudad (desde Dilmun, de acuerdo con algunas versiones). Adapa rompió las alas de Ninlil el Viento del Sur, que había volcado su barca de pesca, y fue llamado por ello a la presencia de Anu, el padre de los dioses. Ea, su dios patrón, le advirtió que tenía que disculparse humildemente por sus acciones, pero no tomar ninguna bebida ni comida mientras estuviese en los cielos o esa comida le provocaría la muerte. Anu, impresionado por la sinceridad de Adapa, en vez de ofrecerle la comida de la muerte, le ofreció la comida de la inmortalidad, pero Adapa, haciendo caso del consejo de Ea, la rechazó y así perdió la oportunidad de haber alcanzado la inmortalidad.

Paralelos vagos pueden ser hallados con la historia del Génesis, donde Adán y Eva fueron expulsados del Jardín del Edén por Yahweh, después de que comieran del Árbol del conocimiento del bien y del mal, así que se hicieron mortales. Sin embargo estos paralelos han sido sintemáticamente rechazados por algunos historiadores (como Mario Liverani), aduciendo que los parecidos simplemente provienen de un fondo cultural y un mito no es descendiente genéticamente del otro.

Los paralelos son también aparentes (e incluso mayores) con la historia de Perséfone cuando visitó el Hades, que fue advertida de que no tomase comida de ese reino (sin embargo, a dicha historia se le puede encontrar un paralelo mucho más próximo en la propia mitología acadia con el mito de Nergal y Ereshkigal. Adapa es frecuentemente identificado como tutor del mítico primer rey antideluviano de Eridu Eridu, Alulim. Además de sus funciones de asesoramiento, se desempeñó como un sacerdote y exorcista, y después de su muerte ocupó su lugar entre los siete sabios o Apkallū (Apkallu", "sabio", viene del sumerio "AB.GAL.LU" (Ab=agua, Gal=grande, Lu=hombre, una referencia a la asociación del primer sabio Adapa con el agua)

Como Oannes
Oannes (Ὡάννης) fue el nombre dado por el escritor babilonio Berosso en el III Siglo Antes de nuestra Era al ser mítico que enseñó a la humanidad la sabiduría. Berosso describe a Oannes como mitad pez mitad hombre. Es descrito viviendo en el Golfo Persa y alzándose de sus aguas durante el día y suministrando las instrucciones a la humanidad de la escritura, las artes y diversas ciencias. Oannes y el semítico dios Dagon son considerados idénticos.

El nombre "Oannes" fue considerado anteriormente como un derivado del antiguo dios babilonio Ea, pero ahora sabemos que el nombre es la forma griega del babilonio Uanna (o Uan, un nombre usado para representar a Adapa en los textos de la librería de Aššurbanipal. Los textos asirios intentan conectar esta palabra a la palabra acadia "ummanu" (artesano) pero esto no es más que un juego de palabras.

Eudocus

En la mitología de Mesopotamia, Eudocus, Eneugamus, Eneuboulus y Anemeutus eran criaturas que emergían del mar en el Golfo Pérsico para instruir a los humanos en buenos modales, civismo y arquitectura.
Según el sacerdote, filósofo e historiador babilonio Beroso, los últimos Apkallu o Annedoti aparecieron en el Golfo Pérsico por el año 2.780 a. C..
Según Apolodoro, sin embargo, más tarde, en el año 2.450 a. C. y bajo el reinado de Euedörachos (Enmenduranki), apareció el último de estos seres al que se le llamó Anodaphus.

Ifrit


Ilustración de 1648, obra de un artista de Bujará, para un manuscrito iluminado del poema Hamsa, de Nezamí Ganyaví: Maján, que se halla en un jardín encantado, es abrazada por un efrit.

El ifrit o efrit (en lengua árabe, عفريت) es un ser de la mitología popular árabe. Generalmente se considera que es un tipo de genio dotado de gran poder y capaz de realizar tanto acciones benignas como malignas, con lo que presenta un carácter dual que no comparten los otros genios.

Conceptos básicos de los ifrits
Llamados «la semilla de Iblís» en Las mil y una noches, estos monstruosos genios reciben este nombre (que significa literalmente, «poderosos») porque según la tradición árabe fueron los primeros en ser creados. Se consideran superiores a la raza humana porque, a diferencia del ser humano, creado de arcilla, ellos provenían «del mismísimo vaho de Dios». El más emblemático entre todos ellos es Eblís o Iblís, «El Mentiroso» (después conocido como Shaitan), quien se negó a postrarse frente a Adán cuando lo ordenó Alá, porque consideraba al hombre ulterior e inferior, por haber sido creado de la tierra:

Entonces, cuando el Creador lo creó y le dio forma, Él ordenó a los ángeles postrarse ante Adán; y se postraron, pero no Iblís. (Allah) Dijo : “¿Qué te retiene de postrarte cuando te lo ordeno?” Él contestó: “No es mejor que yo: Tú me creaste del fuego, y a él de la arcilla”.

Corán, 7:10-12
Según el folclore, los que no están sienten especial resentimiento hacia los humanos, a quienes desean destruir a toda costa, ya que consideraron una gran ofensa el que se les obligara a postrarse ante la obra máxima de Allah (ante Adán), y que algunos mortales como Suleymán (Salomón) encontraran medios mágicos para controlarlos. Incluso cuando están esclavizados y se les mandan tareas, son difíciles de tratar y muestran una actitud irónica y maligna, tratando de tergiversar las órdenes que se les da cada vez que pueden. Pueden tener muchas apariencias, pero suelen tomar la de un hombre bello o una mujer hermosa. Es muy complicado tratar con ellos. Hay ifrits de los dos sexos, y al igual que los Nefilim en la tradición del judaísmo, también pueden sentir atracción por los seres humanos, especialmente los ifrits masculinos, los que suelen secuestrar y/o violar a las mujeres que desean.

En Las mil y una noches, Sulaymán (Salomón), hijo de Daud (David), es considerado el Señor de los ifrit; y se indica que castigó a los ifrit rebeldes que se negaron a seguir la religión de Alah y someterse a su obediencia, encerrándolos en jarrones que tenían un sello de plomo, en el que figura impreso el nombre del Altísimo. La tradición sobre el poder de Salomón sobre los espíritus aparece también en Occidente, dentro del Ars Goetia.

En sus más benignas formas de comportamiento, suelen ser bromistas y embaucadores. Tienen una miríada de atributos, debido al efecto aglutinante que tuvo la extensión del islam respecto a las leyendas y supersticiones locales de los pueblos islamizados.

Pueden ser invisibles o cambiar a voluntad de forma, haciéndose pasar por animales o presentándose con la apariencia de una mujer hermosa para visitar a los hombres por la noche, hacerles el amor y robarles la energía, como si se tratara de súcubos. Pueden también ser dominados a través de un objeto (como la lámpara maravillosa de Aladino) y convertirse así en esclavos de quien posea dicho objeto.

Los genios pueden ser causantes de ciertas formas de locura. La palabra árabe que designa al «loco» es maynun, que etimológicamente significa poseído por los genios. Pueden atravesar sólidas paredes sin dejar de tocar lo material y a los vivos, desplazarse a grandes velocidades, transfigurarse en seres humanos y suplantar a familiares y conocidos. El estado normal de un genio es el de invisible para los humanos, ya que Dios les proporcionó muchas habilidades, pero dificultó de esta forma que pudiéramos relacionarnos normalmente con ellos. Cuenta la tradición que al final de los días esta situación se invertirá y seremos nosotros quienes podamos verlos, obteniendo la ventaja que desde el principio del mundo atesoraron.

Otros ifrits son musulmanes, ayudan a los creyentes ocasionalmente y se comportan justamente para no tener que dar cuenta de malas acciones en el día de la Retribución. En el cuento árabe de Aladino y la lámpara maravillosa se menciona que el ifrit servidor de la lámpara es esclavo del gran ave rokh. En el mismo cuento se habla de un ifrit servidor de un anillo, menos poderoso que el servidor de la lámpara.

Ifrits en la ficción y el folclore actuales
Aunque como figura mitológica ha perdido gran parte de su identidad fuera del Islam, la figura del ifrit ha pasado a tomar fuerza en el folclore actual a través de los medios de comunicación.


Anu

En la mitología sumeria, An (en sumerio *An = "cielo") o Anu (en acadio) era el dios del cielo, señor de las constelaciones, rey de los dioses, que vivía con su esposa, la diosa Ki (en sumerio, "tierra" o Antu en acadio), en las regiones más altas del cielo.
Se creía que tenía el poder de juzgar a los que habían cometido delitos, y que había creado las estrellas como soldados para destruir a los malvados. Su atributo era la tiara real. Su sirviente y ministro era el dios Ilabrat.
Fue uno de los más antiguos dioses del panteón sumerio, y formaba parte de una tríada de grandes dioses, junto a Enlil, dios del aire y la atmósfera y a Enki (también conocido, en acadio, como Ea), dios de la tierra o de los "cimientos". Era considerado como el padre y primer rey de los dioses. Anu es asociado con el templo E-anna de la ciudad de Uruk (la Erech bíblica), en el sur de Babilonia y hay buenas razones para creer que este lugar sería la sede original del culto a Anu. Si esto fuese correcto, entonces la diosa Inanna (o, en acadio, Ishtar) de Uruk puede, en algún momento, haber sido su consorte.
Fue posteriormente asimilado por el dios Assur (asirio-babilónico), y el dios Marduk (kasita-babilónico).
Su templo de Uruk se llamaba E-an-na (‘casa del cielo’). «En el cielo está Anu sobre su trono, revestido de todos los atributos de la soberanía: el cetro, la diadema, el tocado, el báculo». Las estrellas constituían su ejército.​ Simbólicamente, el rey recibía su poder directamente de Anu.​ Por eso le invocaban solo los soberanos y no el resto de los mortales.

Era el «padre de los dioses» (abû ilâni),
«padre de los cielos» (ab shamê),
«rey del cielo» (il shamê).

El equivalente semítico occidental de Anu sería el dios Ël. Y también parece tener equivalencia con el dios Dagón de los filisteos y fenicios.
Pero al igual que los demás dioses celestes, con el tiempo, Anu dejaría de desempeñar un papel capital y entraría en el denominado síndrome del deus otiosus.
Se supone que en un principio (antes del 2500 a. C.) era el dios más importante del panteón sumerio, y de la "Tríada Sumeria" de dioses principales, pero luego en tiempos acadios y babilonios, fue perdiendo relevancia y fue sustituido por Enlil o Enki en este papel, y luego por los distintos dioses regionales (Marduk, Assur, etc). Pese a esto, siempre tuvo un papel preponderante en todos los panteones como demiurgo o dios original del Universo, aunque sus características concretas nunca estuvieron muy definidas.
La leyenda cuenta, que era hijo de Anshar y Kishar y él fue quien dio el "poder de los cuatro vientos" o el "poder de Anu" a Marduk para poder enfrentar a Tiamat (véase Enuma Elish), luego de ser enviado por Anshar en una misión de paz, en la que fracasó. Su lugar de culto se centró en Uruk y sus seguidores eran principalmente los Annunaki o Anunna. Junto a Enlil, dan a varios dioses sus regiones terrenales de influencia.
Nota: Con el establecimiento de los nuevos imperios asirio y babilónico, los roles de los primitivos dioses son supeditados tanto al Assur asirio-babilónico, como al Marduk kasita-babilónico - aunque es muy posible que ambos sean el mismo dios – donde éstos aparecen como herederos-reinantes de los antiguos dioses mesopotámicos, quedando Anu/Dagan, ya asimilado entre ellos.
En las inscripciones reales de finales del II milenio y principios del I milenio a. C., tanto en Asiria como en Babilonia, aparecen como los electores de los reyes. Hacia el 883-859 a. C., Assurnasirpal II de Asiria (del imperio neoasirio), se declara el Amado de Anum y Dagan (como entes divinos primigenios creadores del mundo). Estas teogonías continuarán en el tiempo en Oriente Próximo y Mesopotamia, con pequeños cambios, hasta la llegada del periodo helénico y seléucida.

Mitología

Inicialmente, según la leyenda, estaban mezcladas el agua del mar, el agua de los ríos y la niebla, en un solo cuerpo y cada una personificada por tres dioses: la madre Tiamat, el padre Apsu y el visir Mummu. El agua del mar y el agua de los ríos engendraron a Lahmu y Lahamu, dioses que representaban el sedimento (suelo, lodo), y éstos a su vez engendraron a Anshar y Kishar (aunque no está del todo claro, si son hijos de Lahmu y Lahamu o de Apsu y Tiamat), los dos horizontes, límites de Todo el Cielo y de Toda la Tierra, y éstos a su vez engendraron a An. En un principio la Tierra y el Cielo estaban unidos y fueron una montaña que emergió del Océano primitivo. El pico de la montaña, que tenía su base en la Tierra, tocó el Cielo. An, era el Cielo y Ki/Ninhursag la Tierra. Nammu, madre de Ki, era el Océano primigenio que rodeaba a la Tierra, el caos original. An y Ki engendraron un hijo, Enlil (En significa 'Señor', y lil 'del aire'), que al nacer, separó a sus padres, el Cielo y la Tierra, y así se creó el día (el alba).

Mito del trigo
En este mito sumerio, An bajó el trigo, la cebada y el cáñamo de su reino de los cielos a la tierra, pero su hijo Enlil procedió a amontonarlo todo y ocultarlo en una montaña, cerrada con una gran puerta.
Compadecidos de los sumerios, el dios secundario del inframundo, Ninazu, junto a la diosa Ninmah decidieron hacer conocer el trigo a Sumeria, "el país que no lo conocía".9​

Sus hijos
Según parece, junto a su consorte Ki (luego, para los acadios, Antu), eran los antepasados de la mayor parte de los Anunnaki, siendo Enlil el más conocido. Los textos relatan que junto a Nammu, dio vida a Enki (otro gran dios y patrón) y a Ningikuga y que junto a Uras, engendró a Nin'insinna. También aparecen como hijos suyos y de su consorte Ki (Antu): Enlil, los Igigi, los Sebitti, Gulu, Gibil, Nusku y Martu.

Astronomía
Astronómicamente estaba asociado con el Camino de An (o Sendero de An), región de la bóveda celeste coincidente con el ecuador. Posteriormente se definiría dicha región como el espacio entre los dos trópicos. Tenía asociado el número 60, cifra sagrada para los sumerios. Su ideograma en caracteres cuneiformes también servía para describir la palabra «dios», Dingir en idioma sumerio, e Ilum en idioma acadio. Se le representaba mediante una estrella o, más frecuentemente, a partir de la época de los casitas, mediante la corona de siete pares de cuernos propia de los grandes dioses.

Diosa celta Anu
En la mitología celta igualmente existe una diosa de nombre Anu. Se trata de la forma de doncella de la diosa Dana o Danu, siendo Danu la forma de madre y Badb la forma de anciana. Anu es diosa de la fertilidad, la abundancia y la prosperidad. Uno de sus símbolos es la Luna creciente. A veces, se la vincula o confunde con otras diosas, tales como Ainé.

Uanna

Oannes o Uanna, fue un ser mitológico probablemente un Apkallu (creados por Enki), un semidiós mitad pez mitad humano, que existió en las culturas sumeria, caldea y babilonia. Hizo su aparición en el golfo Pérsico, y solía hablar con los humanos y enseñarles buenos modales, letras, matemáticas, arquitectura, etc. Se dice que, para los babilonios Oannes era el mismo Ea o Enki, otros lo identificaron con Adapa. Según Beroso, bajo el reinado de Dahös aproximadamente en el año 2780 a.C, aparecieron otros Annedoti, descritos con forma anfibia, mezcla de humano y pez, sus nombres fueron: Eudocus, Eneugamus, Eneuboulus y Anemeutus. Más tarde, según Apolodoro, por el año 2450 a.C y bajo el reinado de En-men-dur-ana, apareció el último de estos seres al que se le llamó Anodaphus. Cabe resaltar que para Beroso estas entidades, se llamaban Musarus (traducción: seres repulsivos).

Abgal

Los Apkallu o Abgal, (Ab-gal-lu "barquero", "gran hombre-pez") en mitología mesopotámica, eran siete espíritus sabios, creados por Ea en el Apsu (morada de Ea en el fondo del mar). Tenían forma de hombre-pez o triton y se dice que Oannes, creador de las leyes y la civilización babilónica, era uno de ellos.

Orden de aparición
Aunque el orden de aparición de los sabios no es acordada exactamente, Conrad y Newing dan una orden de aparición:

El primero es Uanna, "quien terminó los planes para el cielo y la tierra",
El segundo es Uannedugga "que estaba dotado de una inteligencia global",
En tercer lugar llegó Enmedugga "que se le asignó un buen destino",
El siguiente fue Enmegalamma "que nació en una casa",
El quinto fue Enmebulugga "que creció en los pastos",
El sexto es An-Enlilda "el mago de la ciudad de Eridu",
y por último llegó Utuabzu "que ascendió al cielo."

Conrad y Newing identifican Utuabzu como la legendaria figura mítica Babilonia, Adapa, mientras que otros identifican Uanna con Adapa.

Presencia antes y después del diluvio
Estos siete eran cada uno asesores a siete reyes diferentes y por lo tanto resultan en dos listas diferentes, uno de los reyes y una de Apkallu. Los Apkallu y los seres humanos eran probablemente capaces de relaciones conyugales ya que después de la inundación, el mito afirma que aparecieron cuatro Apkallu. Eran parte humana y parte Apkallu, e incluyeron Nungalpirriggaldim, Pirriggalnungal, Pirriggalabsu y Lu-nana que era sólo dos tercios Apkallu. Estos Apkallus se dice que cometieron diversos delitos que enfurecieron a los dioses. Estos actos negativos aparentes del Apkallu más tarde y su papel de sabios consejeros ha llevado a algunos estudiosos a equipararlos con los Nefilim de Génesis 06:04.

Después de estos cuatro Apkallus post-diluvianos llegaron los primeros asesores completamente humanos, que fueron llamados Ummanu. Gilgamesh, el rey mítico de Uruk, se dice que es el primer rey que tuvo un asesor completamente humano. En tiempos recientes, los estudiosos han sugerido también que los Apkallu son el modelo de Enoc, el antepasado de Noé.