Carpocraciano es el nombre dado a los seguidores de un movimiento gnóstico del siglo II que profesaban la doctrina de Carpócrates de Alejandría.
Reyes, hijo de Carpócrates y su esposa Marcelina organizó la secta en Roma bajo el pontificado del papa Aniceto.
Rechazó el Antiguo Testamento, y afirmó que José es el padre carnal de Jesús. Defendió la preexistencia de las almas para explicar las imperfecciones del hombre y decir que nuestro objetivo último es unir a la Divinidad.
Ireneo de Lyon acusó de practicar la magia y la reprendió severamente. Son considerados herejes por la Iglesia cristiana.
Carpócrates de Alexandría fue el fundador de una secta gnóstica temprana, de la primera mitad del siglo II.
Como de muchas sectas gnósticas, sabemos de los Carpocracianos por las escrituras de los padres de la iglesia y de Carpócrates principalmente por Ireneo de Lyon y por Clemente de Alejandría, pues estos escritores se opusieron fuertemente a la doctrina gnóstica y hay una considerable negativa a usar estas fuentes. Sin embargo, mientras que las diferentes referencias a los Carpocracianos varían en algunos detalles, hay unanimidad en cuanto a designar libertinaje a la secta.
Filósofo y teólogo del siglo II, uno de los alejandrinos, sus opiniones son una mezcla de cristianismo y platonismo. Carpócrates sostenía que el mundo era una creación de ángeles caídos privados de su pureza originaria. Por ello, esta creación era mala, y sólo podía el hombre liberarse de ella profesando la gnosis o ciencia de lo divino.