quinta-feira, 4 de maio de 2023

Astrologia de Dante Alighieri

 


La Divina Comedia

Esperanza Seco

Dante ha concebido su Divina Comedia como “la Enciclopedia del saber medieval; su Alegoría Didactica es a la vez, moral, política y religiosa; un poema de vasta erudición en la que entra la Astrología, Filosofia, Historia, considerado como un tratado científico, atesorando la imaginación con el cultivo de elementos mitológicos”.


La Divina Comedia


Estructura


La Divina Comedia, consta de tres partes: Il Inferno, Il Purgatorio, Il Paradiso.


El Inferno 34 cantos

El Purgatorio 33 cantos

El Paraíso 33 cantos


La obra, un gran poema, está escrita en tercetos, cosa que no se hacía en aquellos tiempos, sometida además a las reglas del arte, Unidad de Objeto, Unidad de Desarrollo. El autor demuestra ser un gênio poderoso, que comprende al mismo tiempo el todo y sus partes, que dispone con facilidad las mayores dimensiones y que planifica una verdadera Simetría, sin ver jamás obstáculo alguno. Sin embargo estaba fuera de las antiguas reglas del arte poético, no pertenecía propiamente a ningún género y Dante ni podía ser juzgado ni comparado, estaba conforme consigo mismo. Ningún poeta había conmovido las almas, ningún filósofo había penetrado en las profundidades del pensamiento y del sentimiento.


Una obra genial puede no ser original. En este caso está la Divina Comedia de Dante. Sin embargo, el poeta glorificó y perfeccionó aquello que por su gran amor a la lectura había acumulado en su mente. Aurelio Prudencio Clemente, poeta latino-cristiano, (348), escribe por primera vez en la poesía occidental del “mal de Satanás”, dando uma pintura de las penas infernales, que tienen mucha relación con El Infierno de Dante en su obra.


Arquitetura


La misma unidad en la concepción arquitectónica y el mismo prurito de simetría fisica y ética está presente en ambas descripciones, islámica y dantesca. Jerusalén es el quicio sobre el que gira el cosmos ultraterreno; bajo la corteza terrestre de su emplazamiento desciende el infierno, en cuyo último piso está encarcelado Lucifer. Sobre Jerusalén en posición vertical, se abre el Cielo teológico, morada de la Divinidad y de los elegidos. El número de las mansiones es igual en el reino de las penas que en el reino de la bienaventuranza e idéntico criterio moral sirve para subdividir unas y otras mansiones, de forma que cada lugar infernal viene a ser la antítesis de su correspondiente celestial. Recordemos el punto anterior, en que se habla de los tres círculos esféricos semejando conos invertidos para cada uno de las sedes ultraterrenas, que con idéntica simetría arquitectónica van ascendiendo hasta llegar a la cúspide, morada de Dios.


A todas estas semejanzas en el escenario se añaden muchísimas analogias en episodios y escenas, que a veces son literalmente idénticas, y de entre las cuales resaltan por su mayor relieve las siguientes: la clasificación de los habitantes del Limbo y la condición de su suplicio moral, análogas a las del Aaraf islámico; la negra borrasca de los adúlteros, que es el viento alcoránico de “Ad”; la lluvia ígnea que cae sobre los sodomitas, obligados a marchar circularmente; el suplicio de los adivinos, que llevan su cabeza vuelta hacia el Occipudio; Caifás crucificado en tierra y pisoteado por las gentes; los ladrones devorados por culebras; los autores de cismas y divisiones; la densa humareda que castiga a los iracundos en el Purgatorio, identica a la que anuncia el Alcorán para el día del juicio; la doble ablución en los dos ríos del Paraíso terrenal y el Encuentro de Dante con Beatriz, episodio nada cristiano y que es idéntico en conjunto y en pormenores a la escena de la entrada del alma en al paraíso islámico, después de su ablución en dos ríos y del encuentro con su prometida celestial y, finalmente, la descripción espiritualísima de la visión betífica mediante un lumen divino que produce un brillo exterior, claridad intelectual y deleite estático. El resto del poema dantesco, es decir, aquel que por no ser análogo al ‘Fotuhat‘ de Abanarabí de Murcia, los comentaristas de Dante han juzgado como producto de la inventiva del poeta, tampoco es original. En las leyendas medievales se encuentran absolutamente todos los elementos de que Dante se valió para la construcción del poema.


A dos categorías generales podemos reducir todos los elementos musulmanes descubiertos en las leyendas cristianas medievales, precursores de La Divina Comedia. Integran la primera categoría, cuantos elementos islámicos aparecen en ellas y reaparecen después en el poema dantesco, ya desarrollados, ya simplemente esbozados o implícitos. Alguno de estos elementos los citamos a manera de ejemplo, porque daría fe de los mayores y más desagradables suplicios que se describen en el infierno, dando cita, además de las leyendas cristianas en que han aparecido: Topografla infernal, dividida en siete zonas, según San Macario, Edda, o en ocho pisos, según Cantor de Regio Emilia. Suplicios infernales entre otros aún más horribles y macabros, las túnicas ígneas, dato atribuido a San Patricio, los sepulcros idem, al mismo autor, etc.