domingo, 23 de junho de 2024

EL CRISTO CÓSMICO Y LA SEMANA SANTA


— El cristo cósmico y el cristo histórico — Aelohim y Elohim — el INRI — La observación conciente — La bendita madre — Los tres y los siete pasos de la masonería — Los tres traidores — El significado de los doce apóstoles — Los misterios del Lingam Yoni —La piedra filosofal — Los diez Sephirotes — El yo de la sicología —


Ante todo, es necesario, comprender a fondo lo que es realmente el “Cristo Cósmico”.


Urge saber en nombre de la verdad, que Cristo, no es algo meramente histórico; las gentes están acostumbradas a pensar en Cristo, como un personaje histórico que existiera hace mil nove¬cientos setenta y siete años. Tal concepto resulta equivocado, porque el Cristo no es del tiempo, el Cristo es ¡atemporal! El Cristo se desenvuelve de instante en instante, de momento en momento. Cristo en sí mismo, es el Fuego Sagrado, el Fuego Cósmico Universal.


Si nosotros rastrillamos un cerillo, brotará el fuego; los científicos dirán que el fuego es el resultado de la com¬bustión, mas eso es falso, el fuego que brota dentro del cerillo, está contenido en el cerillo, solo que con la frotación liberamos su prisión y aparece. Podría¬mos decir, que el fuego en sí mismo, no es el resultado de la combustión, más bien, la combustión es el resultado del fuego.


Conviene entender mis caros her¬manos, que a nosotros lo que más nos in¬teresa, es el fuego del fuego, la llama de la llama, la signatura astral del fuego. La mano que mueve al cerillo para que aparezca la llama, tiene fuego, vida, o sino, no podía moverse; después de que el cerillo se apaga, la llama sigue exis¬tiendo en la Cuarta Vertical. Los cientí¬ficos no saben qué cosa es el fuego. Lo utilizan, pero lo desconocen.


Tampoco saben lo que es la electri¬cidad, la utilizan, pero no la conocen. Así mismo queridos hermanos, conviene que ustedes entiendan lo que es el fuego. Antes de que la Aurora de la Creación vibrara intensamente, el fuego hizo mí apa¬rición.


Recuerden mis queridos hermanos, que hay dos unos: El Primer Uno es ¡Aelohim!, El Segundo Uno es ¡Elohim! El Primer Uno es el ¡Inmanifestado!, El ¡Incognoscible!, La divinidad que no se puede pintar, ni simbolizar, ni burilar. El segundo Uno, brota del ¡Primer Uno! y es el Demiurgo Arquitecto del Universo, el Fuego.


Quiero que entiendan, que uno es el fuego que arde en la cocina, o en el altar, y otro es el fuego del espíritu como ¡Aelohim! o como ¡Elohim!. Elohim es pues el Demiurgo, el Ejército de la Voz, la Gran Palabra. Cada uno de los Constructores del Universo es llama viva, fuego vivo; escrito está que Dios es un fuego devorador.


El Fuego es el Cristo, el ¡Cristo Cósmico! Elohim, en sí mismo, ha bro¬tado de Aelohim; Elohim, en sí mismo se desdobla; dura para iniciar la mani¬festación cósmica, en el Dos, en su esposa, en la Madre Divina, y cuando el Uno se desdobla en Dos, surge el Tres, que es el fuego. Las criaturas del fuego hacen fecundo al Caos, para que surja la vida. Siempre que el Uno se des¬dobla en Dos, el Tercero aparece, el fuego. El fuego hace fecundas las aguas de la existencia; y entonces el Caos, se convierte en el “Andrógino Divino”.


Así conviene entender, que el Ejér¬cito de la Voz, el Ejército de la Palabra, es fuego, y que ese fuego vivo, ese fuego viviente y filosofal que hace fecunda a la materia caótica, es el ¡Cristo Cós¬mico!, el “Logos”, la Gran Palabra, pero para que el Logos aparezca, para que venga a la manifestación, el Uno, debe desdoblarse en el Dos, es decir: el Padre se desdobla en la Madre, y de la unión de los dos opuestos nace el Ter¬cero, el ¡Fuego! Ese Fuego, es el Logos, el Cristo que hace posible la existencia del Universo en la Aurora de cualesquier creación.


Conviene que entendamos mejor lo que es el Cristo. Que no nos conten¬temos con recordar la cuestión meramen¬te histórica. Porque el Cristo, es una rea¬lidad de instante en instante; de momen¬to en momento; de segundo en segundo; él es el Creador. El fuego tiene el poder de crear los átomos y de desintegrarlos; el poder para manejar las fuerzas cós¬micas universales, etc. El fuego tiene po¬der para unir todos los átomos, y crear universos; como el poder para desin¬tegrar universos. El mundo es una bola de fuego, que se enciende y apaga según leyes.


Así que el Cristo es el fuego; por eso sobre la cruz verán ustedes las cuatro letras: “INRI”, que significa: Ignis Natura Renovatur Integra, que equivale a “El Fuego renueva incesantemente la natu¬raleza”.


Ahora creo que ustedes van enten¬diendo por qué a nosotros nos interesa la Signatura Astral del fuego, la llama de la flama, lo oculto, el aspecto esoté-rico del fuego. Y es que en realidad el fuego es Crístico, tiene poder para trans¬formar todo lo que es, todo lo que ha sido, y todo lo que será. “INRI” es lo que nos interesa, sin “INRI” no es posible que nosotros nos cristifiquemos.


Les decía que el Cristo Intimo, el Cristo Cósmico, tiene que dar tres pasos: De arriba hacia abajo, a través de las Siete Regiones del Universo. Tam¬bién les he dicho, que el Cristo debe dar tres pasos, de abajo hacía arriba. — He ahí el misterio de los tres pasos y de los siete pasos de la Masonería. Es una lástima que los hermanos Masones hayan olvidado esto; en todo caso el Crestos — el Logos — resplandece en el Cenit de la Media Noche Espiritual. Como en el Ocaso o en el Oriente, y cada una de estas tres posiciones, es respetada en las Siete Regiones. El místico que se guía por la estrella de la Media Noche, por el Sol Espiritual, sabe lo que significan esos tres pasos, dentro de las Siete Regiones. Pensamos también en el Sol, en el rayo y en el fuego; he ahí las tres lum¬breras, los tres aspectos del Logos, en las Siete Regiones.


Cuando el Uno, se desdobla en el Dos, surge el Tercero, y este es fuego, que crea y vuelve nuevamente a crear. Este Tercero puede crear con el poder de la Palabra, con la Palabra Solar o la Palabra Mágica, o la Palabra del Sol Central, ¡así crea el Logos!


Es por medio del fuego que nosotros podemos cristificarnos; inútilmente habrá nacido el Cristo en Belén, sino nace en nuestro corazón también. Inútilmente ha¬brá sido crucificado y muerto, y resuci¬tado en la Tierra Santa, sino nace, muere y resucita también en nosotros.


Necesitamos encarnar al Crestos Cósmico, al espíritu del fuego, hacerlo carne en nosotros; en tanto que no lo hayamos hecho, estaremos muertos para las cosas del espíritu; porque él es la vida, es el Logos, es la Gran Palabra… ¡Heru Pakroat! Él es Vishnú. La palabra Vishnú viene de una raíz que es “Vish”, que significa: penetrar, él penetra en todo lo que es, ha sido y será. Necesitamos que penetre en nosotros, para que nos transforme radicalmente. Sólo por me¬dio del fuego lograremos nosotros aniqui¬lar al Ego. Quien pretenda aniquilar al Ego únicamente con el intelecto, marcha por el camino del error.


Obviamente, necesitamos auto-conocernos, si es que queremos cristificarnos, y si queremos auto-conocernos para lo¬grar la cristificación, necesitamos auto-observarnos, vernos a sí mismos, sólo por ese camino será posible llegar un día a la desintegración del Ego. El Ego es la suma total de todos nuestros defec¬tos: Ira, Codicia, Lujuria, Envidia, Orgullo, Pereza, Gula, etc., etc., etc. Aunque tuviéramos mil lenguas para hablar y paladar de acero, no alcanzaríamos a enumerar todos nuestros defectos cabal¬mente.


Decía que necesitamos auto-observarnos, para auto-conocernos por que si nos observamos así mismos, descubri¬remos nuestros defectos psicológicos, y podremos trabajar sobre ellos. Cuando alguien admite que tiene una sicología, comienza a observarse, esto le convierte de hecho en una criatura diferente.


Quiero que entiendan mis queridos hermanos gnósticos, la necesidad de aprender a observarse a sí mismos, a verse a sí mismos. Pero hay que saberse observar; porque una es la observación mecánica, y otra es la observación cons¬ciente.


Alguien que conociera por primera vez nuestras enseñanzas diría: ¿pero qué gano con observarme? ¡Esto es aburrido! He visto que tengo ira, he visto que tengo celos ¿Y qué? ¡Claro está, que así es la observación mecánica! ¡Nosotros necesitamos observar lo observado! repito, ¡necesitamos observar lo observado! Y esto ya es observación consciente de nosotros mismos.


La observación mecánica de sí mis¬mos, no nos conducirá jamás a nada; es absurda, inconsciente, estéril. Nece¬sitamos la auto-observación consciente de sí mismo. Sólo así verdaderamente podremos auto-conocernos, para trabajar sobre nuestros defectos.


Que sentimos ira en un instante dado, vamos a observar lo observado — la escena de ira —, no importa que lo hagamos más tarde, pero vamos a hacerlo, y al observar lo observado, lo que vimos en nosotros, sabremos realmente si fue ira o no fue, porque pudo haberse provocado algún síncope nervioso que tomamos por ira. Que de pronto fuimos inva¬didos por los celos, pues vamos a obser¬var lo observado; ¿Qué fue lo que obser¬vamos? ¡Tal vez que la mujer estaba con otro tipo! ¡Y si es mujer, tal vez vio a su hombre, con otra mujer! y sintió celos. En todo caso muy serenamente y en pro¬funda meditación, observaremos lo obser¬vado, para saber realmente, si existió o no existieron los celos. Al observar lo obser¬vado, lo haremos por medio de la medi¬tación, y la auto-reflexión evidente del Ser, así la observación se torna conscien¬te. Cuando uno se hace consciente de tal o cual defecto de tipo psicológico, puede trabajarlo con el fuego.


Tendría uno que concentrarse en Stella Maris, Tonantzín, Rea, Cibeles, Marah, etc. Ella es una parte de nuestro Ser pero derivado. Es la serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes; la Cobra Sagrada — fuego ardiente —; ella con sus poderes flamígeros, podrá desintegrar el defecto psicológico, el agregado psí-quico que nosotros hallamos auto-obser¬vado conscientemente. Y es obvio que a su vez la esencia o fuego embotellado en el agregado psíquico que desintegre-mos, resplandecerá — será liberado —y a medida que vayamos desintegrando los agregados, los porcentajes de esencia que es fuego Crístico, se multiplicarán; y un día, el fuego resplandecerá dentro de nosotros mismos, aquí y ahora.


Necesitamos que el fuego arda en nosotros, sólo INRI, nombre sagrado puesto sobre la cruz del Mártir del Cal¬vario, puede quebrantar los agregados psíquicos. Aquellos que pretenden de¬sintegrar todos esos agregados, sin tener en cuenta el fuego, marchan por el camino equivocado, y no solamente andan mal, sino que también extravían a los de¬más. Se dice que el Crestos, nació en la aldea de Belén, hace mil novecientos setenta y siete años, lo cual es ¡falso! porque la aldea de Belén no existía en aquella época. Belén tiene una raíz Caldea: Bel y Bel, es el fuego; la Torre de Fuego de los caldeos.

En nuestro cuerpo, la torre es la ca¬beza y el cuello, porque el resto del cuer¬po es el Templo. Quien ha logrado ele¬var el fuego sobre sí mismo; quien lo pueda levantar hasta la cabeza, hasta el cerebro, hasta el tope; de hecho podrá convertirse en el cuerpo del “Crestos” — el fuego —, el espíritu del fuego.


Y es, el espíritu original, primi¬genio, quien podrá cristificarnos totalmente. Es el fuego, “Fohat”, ardiendo dentro de nosotros mismos, quien nos transformará totalmente; una vez que el fuego arda dentro de nosotros, seremos cambiados totalmente, seremos converti¬dos en criaturas plenamente diferentes, seremos convertidos en seres distintos, y entonces gozaremos de la iluminación plena y de los poderes cósmicos. Así que entendido esto mis queridos hermanos debernos trabajar con el fuego.


Al que sabe, la palabra da poder, nadie la pronunció, nadie la pronuncia¬ra… sino, solamente aquel, que lo tiene encarnado.


El Cristo — el espíritu del fuego — no es un personaje meramente histórico, es el Ejército de la palabra, es una fuerza que está más allá de la personalidad, del Ego y de la individualidad. Es una fuer¬za, como la electricidad, como el magne¬tismo, un poder, un gran agente cósmico y universal. Es la fuerza eléctrica que puede originar nuevas manifestaciones. Ese fuego cósmico, entra en el hombre que esta debidamente preparado; en el hombre que tenga la Torre esa de Belén ardiendo.


Cuando el Cristo encarna en un hom¬bre éste se transforma radicalmente. Es el Niño Dios que debe nacer en cada criatura. Así como él nació en el Uni¬verso hace millones de años, para orga¬nizar totalmente este sistema solar, así también debe nacer en cada uno de nosotros. Él nace en el establo de Belén, es decir: entre los animales del deseo, entre los agregados psicológicos que ne-cesita quebrantar: porque sólo el fuego puede quebrantar tales agregados; así el fuego aparece donde están esos agre¬gados para destruirlos, para volverlos polvareda cósmica, y liberar el alma, la esencia. ¿Cómo podrá él libertar el alma, si no penetra profundamente en el organismo humano?


En el Oriente, Cristo es Vishnú, y repito: La raíz Vish, significa, penetrar; el fuego, Cristo, el Logos, puede penetrar profundamente en el organismo humano, para quemar las escorias que tenemos dentro: pero necesitamos amar al fuego, rendirle culto a la llama.


Ha llegado la hora de entender que sólo el “Fohat’, puede transformarnos radicalmente. Cristo dentro de nosotros opera quebrantando las raíces del mal, “INRI” quebrantando los agregados psíquicos es formidable, los reduce a ceni-zas. Pero necesitamos trabajar con el fuego.


Por eso en nuestros trabajos de concentración debemos invocar a la Serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes porque sólo con el fuego podremos quebrantar todos los elementos psíquicos indeseables que en nuestro interior cargamos. El frío lunar, nunca podrá quebrantar los agregados psíquicos, necesitamos de los poderes flamí¬geros del Logos. Necesitamos del “INRI” para transformarnos.


Mis caros hermanos, entiendan lo que es la Semana Santa: y la Semana Santa tiene siete días.


En los tiempos antiguos todo se regía por el calendario solar: Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter y Saturno.


Los días eran: Lunes, Miércoles, Viernes, Domingo, Martes, Jueves y Sábado. Desgraciadamente ese calendario fue alterado por las gentes fanáticas medioevales.


La Semana Santa es profundamente significativa. Recuerden los siete y los tres pasos de la Masonería. El Cristo debe arder primero que todo, en nuestro cuerpo humano. Más tarde la llama debe depositarse en el fondo del alma. Y por último, en el fondo del espíritu. Estos tres pasos a través de las Siete Esferas, son profundamente significati¬vos. Obviamente estos tres pasos, bási-cos, fundamentales, se hallan contenidos en las Siete Esferas del mundo y del Universo.


Incuestionablemente la Semana Santa tiene raíces esotéricas muy hondas, porque el iniciado debe trabajar sobre las fuerzas lunares, y sobre las fuerzas de Mercurio, y con las fuerzas de Venus y del Sol, y de Marte, de Júpiter y de Sa¬turno. El Logos, se desenvuelve en Siete Regiones y de acuerdo con los siete planetas del sistema solar.


La llama debe aparecer en el cuerpo físico, debe avanzar en el cuerpo vital, debe proseguir su camino por la senda astral, debe continuar su viaje por el mundo de la mente, debe llegar a la esfera de Venus en el mundo causal, debe continuar o proseguir su viaje por el mundo Búdhico o intuicional, y por último, en el séptimo día, habrá llegado al mundo de Atman, al mundo del espíritu; enton¬ces el Maestro recibirá el Bautismo del Fuego, que lo transformará radicalmente.


Obviamente todo el Drama Cósmico, tal como está escrito en los cuatro Evangelios, deberá ser vivido dentro de nosotros mismos, aquí y ahora. Eso no es algo meramente histórico, es algo para vivir ¡aquí y ahora!


Los tres traidores que crucificaron al Cristo, que lo llevan a la muerte, están dentro de nosotros mismos; los Masones los conocen, los Gnósticos también los conocemos: Judas, Pilatos y Caifás. Judas es el demonio del deseo, que nos atormenta. Pilatos es el demonio de la mente, que para todo tiene disculpas. Caifás, es el demonio de la mala voluntad, quien prostituye el altar.


Esos son los tres traidores que en¬tregan al Cristo por treinta monedas de plata. Las treinta monedas represen¬tan todos los vicios y pasiones de la humanidad… cambian al Cristo por las bo¬tellas en la cantina, cambian al Cristo por el prostíbulo, o por el lecho de pro¬custo, cambian al Cristo por el dinero, por las riquezas, por la vida sensual, lo venden por treinta monedas de plata.


Hermanos, recuerden que multitudes de personas, piden la crucifixión del Señor; todas esas multitudes gritan ¡Cru¬cifixia! ¡Crucifixia! No son las de hace mil novecientos setenta y siete años ¡no! Esas gentes que piden la cruci-fixión del Señor están dentro de noso¬tros mismo. Repito ¡aquí y ahora! Son los agregados psíquicos inhumanos que en nuestro interior cargamos, son todos esos elementos psíquicos indesea¬bles que llevamos dentro, los demonios rojos de “Seth”, viva personificación de todos nuestros defectos de tipo psi¬cológico. Son ellos los que gritan: ¡Cru¬cifixia! ¡Crucifixia! Y el Señor es entre¬gado a la muerte: ¿Quiénes le azotan?, No son acaso todas las multitudes que llevamos en nuestro interior ¿Quiénes le escupen? No son todos esos agregados psíquicos que personifican nuestros de¬fectos ¿Quiénes ponen sobre él la corona de espinas? No son acaso todos esos engendros del infierno que nosotros he¬mos creado.


El acontecimiento de la historia Crística no es de ayer, es de ahora, es presente; no meramente un pasado, como creen los ignorantes ilustrados. Pero aquellos que comprendan, traba¬jarán para la cristificación.


El Señor es elevado al Calvario y sobre las cumbres majestuosas del Cal¬vario dirá: “El que en mi cree nunca andará en tinieblas, mas tendrá la lum¬bre de La vida, yo soy el pan de la vida, yo soy el pan vivo, el que come mi carne y bebe mi sangre, tendrá la vida eterna, y yo le resucitaré en el día postrero. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mi mora y yo en él. El Señor no guar¬da rencores para nadie… ¡Padre mío, en tus manos encomiendo mi espíritu! Pronunciada esta gran palabra, no se es¬cucharán sino rayos y truenos en medio de grandes cataclismos interiores. Cum¬plida esta labor del espíritu en el cuer¬po, será depositado el Cristo o el “Krestos”, el Chistrus, Vishnú, el que penetra, en su sepulcro místico.


Y yo les digo en nombre de la Ver¬dad y de la Justicia, que al tercer día, después de esto, después del tercer ac¬to, será levantado, resucitado en el Ini¬ciado para transformar a éste en una cria¬tura perfecta. Quien lo logre se convertirá de hecho en un Dios, terriblemente divino, más allá del bien y del mal.


Así el Cristo, el Señor Nuestro, el Espíritu del Fuego, desciende; quiere entrar en cada uno de nosotros para transformarnos, para salvarnos, para quebrantar a esos agregados psíquicos que en nuestro interior llevamos, para hacer de nosotros algo distinto, para convertirnos en Dioses.


Tenemos que aprender a ver el Cristo, no desde el punto de vista meramente histórico, sino como el fuego, como una realidad presente, como “INRI”.


Tenía se dice, doce Apóstoles; esos doce Apóstoles están dentro de noso¬tros mismos, aquí y ahora. Son las doce partes fundamentales de nuestro propio Ser; las doce Potestades dentro de cada uno de ustedes, en su propio Ser Interior profundo… Hay un Pedro, que se entien¬de con los Misterios del Sexo. Hay un Juan, que representa el Verbo, a la Gran Palabra ¡Heru Pa Kro At! Hay también un Tomás, que nos enseña a manejar la mente. Hay un Pablo, que nos muestra el camino de la Sabiduría, de la filosofía, de la Gnosis.


Dentro de nosotros mismos está también Judas; no aquel Judas que en¬trega al Cristo por treinta monedas de plata ¡no! Un Judas diferente, un Judas que entiende a fondo la cuestión del Ego. Un Judas cuyo Evangelio nos lleva a la disolución del mí mismo, del si mismo.


Hay un Felipe que es capaz de en¬señarnos a viajar fuera del cuerpo físico, a través del espacio. Hay un Andrés, que nos indica con precisión meridiana lo que son los tres factores de la Revo¬lución de la Conciencia: Nacer, es decir, como se fabrican los cuerpos existenciales superiores del Ser. Morir, cómo se desintegran los factores particulares que se relacionan con nosotros, específicamente y con cada uno de nos. Sacrificarse por la humanidad, la cruz de San Andrés; indicando la mezcla del Azufre y el Mercurio tan indispensable para la crea¬ción de los cuerpos existenciales supe¬riores del Ser, mediante el cumplimiento del deber “Parlok”, es profundamente significativo.


Mateo, científico cuan ninguno, exis¬te en nosotros, nos enseña la ciencia pura, desconocida para los científicos que solo conocen todo ese podridero de teorías universitarias, que hoy están de moda y mañana pasan a la historia… ¡Ciencia pura, es completamente dife¬rente! Sólo Mateo puede instruirnos en ella.


Lucas, con su Evangelio Solar, es profeta, y nos indica lo que ha de ser la vida en la Edad de Oro.


Cada uno de los Doce, está dentro de nosotros mismos, porque nuestro Ser tiene doce partes fundamentales, los Doce Apóstoles, aquí y ahora. Así quienes quieran llegar a ser magos en el sen¬tido trascendental de la palabra, tienen que aprender a relacionarse consigo mis¬mo, con cada una de las doce partes del Ser; y esto sólo es posible quemando con el “INRI” los agregados psicológicos que en nuestro interior cargamos. En tanto el Ego exista en nosotros, las correctas relaciones con todas y cada una de las partes de nuestro Ser, resultará imposible.


Pero si nosotros incineramos el Ego, entonces si podremos establecer correctas relaciones consigo mismo, y con cada uno de los Doce, que en nuestro interior existen.


Así que quítense de la cabeza la idea de los Doce Apóstoles históricos… ¡Bús¬quenlos dentro de sí mismos, ahí están! Todo está dentro de nosotros mismos, aquí y ahora.


Ha llegado la hora de un Cristianis¬mo más esotérico, más puro, más real. Ha llegado la hora de salir de la cues¬tión meramente histórica y pasar a la realidad de los hechos.


La Cruz misma del Calvario, es hondamente significativa. Bien sabemos nosotros que el “Phalus” vertical, dentro del “Ecteis” formal, hacen cruz. En otras palabras enfatizaremos diciendo: “El Lingam-Yoni, correctamente conectado forma cruz.


Es con esa cruz que nosotros nece¬sitamos avanzar por el sendero que ha de conducirnos hasta el Gólgota del Padre; les invito a todos a entrar en el camino de la cristificación.


No olviden ustedes que cada vez el Señor de Compasión viene al mundo, es odiado por tres clases de hombres: Primero, por los Ancianos, las gentes llenas de experiencia que dicen ¡ese hom¬bre está loco, vean lo que trae, no oigan lo que está diciendo, no está de acuerdo con nosotros, con lo que pensamos, tenemos experiencia, este hombre perju¬dica, daña! Segundo, es rechazado por los Escribas, es decir por los intelectuales de la época. Cada vez que el Señor de Gloria ha venido al mundo, los intelec¬tuales han estado en contra de él, ¡lo odian mortalmente!, porque no encaja dentro de sus teorías, significa un peligro para su sistema, para sus sofismas, etc.


Tercero, por los Sacerdotes, porque todos ellos ven en él un peligro, para su respectiva secta.


Así que en nombre de la Verdad les digo, que el Cristo es ¡tremendamente revolucionario! ¡Rebelde! Es el fuego que viene a quemar todas las podredumbres que cargamos dentro. Es el fuego que viene a reducir a cenizas, nuestros prejuicios, nuestros preconceptos, nuestros intereses creados, nuestras abominaciones, y hasta nuestras experiencias de tipo personal.


¿Creen ustedes acaso, que el Cristo podría ser aceptado por tantos millones de seres humanos que pueblan el mundo? ¡Se equivocan! Cada vez que él viene al mundo, se levantan las multitudes contra él, es la cruda realidad de los hechos.


De Semana Santa estoy hablando; digo en nombre de la Verdad y de la Jus¬ticia que sólo el “Fohat” ardiendo dentro de nosotros, podrá salvarnos.


Ninguna teoría, ningún sistema podrá llevarnos a la liberación; quiénes preten¬dan quebrantar el Ego a base de puras teorías, con el frío intelecto ¡son seres meramente reaccionarios! ¡conservado¬res! ¡retardatarios! y marchan por el camino de la gran equivocación.


Esta Babilonia que llevamos dentro, esta ciudad psicológica que en nuestro interior cargamos, donde viven los demonios de la ira, de la codicia, de la lujuria, de la envidia, del orgullo, de la pereza, de la gula, etc., etc., debe ser destruida con el fuego.


Necesitamos levantar ahora dentro de sí mismos a la Jerusalém Celestial. Recuerden que los cimientos de la Jeru¬salém Celestial son doce.


Y que en cada uno de ellos, está escrito el nombre de algún Apóstol, los nombres de los Doce Apóstoles están en los doce cimientos. Esa Jerusalém debemos edificarla dentro de nosotros mismos. Mas solamente será posible algún día, en que con el fuego destruya¬mos a la Babilonia la Grande. La Madre de todas las fornicaciones y abominacio¬nes de la Tierra; la ciudad psicológica que en nuestro interior cargamos. Cuando lo logremos, edificaremos a la Jerusalén Celestial, aquí y ahora, dentro de sí mismos.


Repito, la base de esa Jerusalém Celestial son los Doce Apóstoles. No me estoy refiriendo a los que vivieron hace mil novecientos setenta y siete años, que son meramente simbólicos, ¡No! Estoy hablando de los Doce Após¬toles que existen dentro de nosotros mismos. Las doce Partes del Ser auto- concientes, e independientes, ellos son el fundamento de la Jerusalén que noso¬tros debemos edificar dentro de sí mis¬mos,


La ciudad de Jerusalén tiene doce puertas y en cada una de las doce puer¬tas, hay un ángel; que representa a cada uno de los Doce, dentro de nosotros mismos, Y las doce puertas son: Doce Perlas Preciosas, son Doce Puertas de Libertad, Doce Puertas de Luz y de Esplendor. Doce Poderes Cósmicos. Y la ciudad toda es oro puro. Sus calles y sus ave¬nidas y sus plazas. El oro del espíritu que nosotros debemos fabricar en la forja de los Cíclopes.


No tiene la ciudad necesidad de lum¬brera externa, o sol externo, o luna exter-na; porque el Señor es su lumbrera, es el fuego; y él arderá dentro de noso-tros mismos.


El muro de la gran ciudad tiene: ciento cuarenta y cuatro — 144 — co¬dos, si sumamos aquellas cifras entre sí: Uno, más cuatro, más cuatro, tendremos: Nueve — 9 — la Novena Esfera el Sexo, porque solo mediante la transmutación de la energía creadora, podrá arder el fuego en nosotros.


El tamaño de la ciudad es de doce mil — 12.000 — estadios y nos recuerda a los doce trabajos de Hércules, necesa¬rios para lograr la completa realización íntima del Ser. Y nos recuerda a los Doce Aeones, nos recuerda los Doce Apósto¬les.


Y en el centro de la ciudad está: El Árbol de la Vida, los Diez Sephirotes de la ¡Cábala Hebraica: Kether, Chomah y Binah, con la corona Sephirotica: Chesed, Geburah, Tiphereth, Netsah, Hod, Jesod y Malchut, las Siete Regiones del Universo. El Árbol de la Vida alegoriza a todas las Doce Grandes Regio¬nes Cósmicas, ¡Dichoso el que llegue al Aeón Trece! Donde debe estar siem¬pre Pistis Sophia. Dentro de la Jerusalén Celestial hallaremos también, a los Veinticuatro Ancianos, quien prosterna¬dos en Tierra depositan sus coronas a los pies del Cordero; ese Cordero in¬molado es el fuego que arde en este Universo, desde la Aurora de la Crea¬ción desde el amanecer de este Universo. Los Veinticuatro Ancianos son también veinticuatro partes de nuestro propio Ser; y el Cordero mismo, es el Ser de nuestro Ser.


Dichoso quien pueda alimentarse con los frutos del Árbol de la Vida ¡Porque ese será inmortal!, Dichoso aquel que puede alimentarse con cada uno de esos frutos. Aquel que pueda en verdad nutrirse con esa corriente de vida, que viene desde el Aeón Trece, hasta el cuerpo humano, porque jamás conocerá enfermedades, y se hará in¬mortal.


Pero para poder uno nutrirse con el Árbol de la Vida, necesitará antes que todo, haber eliminado los agregados Psíquicos; recuerden ustedes que los agregados Psíquicos viva personificación de nuestros errores, alteran al cuerpo vital, y éste alterado, daña al cuerpo físico; así surgen las enfermedades en nosotros.


¿Quién es el que produce las úlce¬ras, no es acaso la ira?


¿Quién produce el cáncer, no es aca¬so la lujuria?


¿Quién produce la parálisis, no es acaso la vida materialista, grosera, egoísta y fatal?


Las enfermedades son producidas por los agregados psíquicos o demonios rojos de Seth, viva personificación de nuestros errores. Cuando todos los demonios rojos de Seth hayan sido ani¬quilados con el fuego, cuando nuestra mismísima personalidad haya sido que¬mada, entonces nos nutriremos con el Árbol de la Vida. La Vida descendiendo desde el Absoluto a través de los Trece Aeones, penetrará en nuestro cuerno y nos hará inmortal, la salud será reco¬brada, jamás se volverá a tener enferme¬dades.


De nada sirven los científicos con to¬das sus ciencias para curar, si ellos curan el paciente se vuelve a enfermar. Es claro que el Ego mete el veneno de sus morbosidades y podredumbres, dentro de los órganos y los destruye ¡he aquí el origen de todas las enfermedades! Las gentes quieren una panacea para curarse, pero en tanto tengan el Ego vivo, vivirán enfermos.


Ha llegado la hora de entender que necesitamos quemar a la Babilonia, dentro de sí mismos, y edificar a la Je¬rusalén.


La Jerusalén Celestial vista desde lejos, es como una piedra de jaspe transparente, como el cristal, es la Piedra Fi¬losofal, ¡dichoso el que consiga la Piedra Filosofal, porque se transformará radicalmente y tendrá poderes sobre el fuego, sobre el aire, sobre las aguas y sobre la tierra!


Necesitamos un Cristianismo puro, esotérico; un Cristianismo vivo, no un Cristianismo muerto. Un Cristianismo Gnóstico, que pueda transformarnos radicalmente.


El Movimiento Gnóstico, (en su Escuela Iniciática de la DIRECTA) La Iglesia Gnóstica, (la Iglesia Trascendida, la del CRISTO INTIMO) nuestros Estu¬dios Gnósticos Antropológicos, (el desa¬rrollo del Hombre Interior), mostrarán a la humanidad la Senda de la Liberación.


Mas así como estamos con el Ego vivo, fuerte, robusto, marchamos por el camino del error.


¡Necesitamos aprender a amar el fuego, y a trabajar en realidad con los Misterios del Fuego!


LA PIEDRA FILOSOFAL


El bautismo y el matrimonio, El vaso hermético, La piedra filosofal


Espero que todos pongan el máximo de atención.


¬Hoy vamos a hacer un bautizo del niño… ¿cómo se va a llamar?


—Michael— respondió el padre carnal del niño.


—Michael, pues —, respondió el V. M. Samael Aun Weor.


Es necesario comprender lo que es el Bautismo en sí mismo. Obviamente el Bautismo es un Pacto de Magia Sexual. Se le va a bautizar el niño con mucho gusto. Si él cumple con ese pacto más tarde, el bautismo le quedará sirviendo. Si no cumple con ese pacto, ¿entonces en qué quedamos?


En la Iglesia de Oriente, el Bautismo en el día de Epifanía está asociado a las Bodas de Canaán.

En la Iglesia Occidental, consideran¬do la Epifanía, se asocia el Bautismo al Matrimonio de Jesús con mi Iglesia. De manera que tanto en el Oriente el Bautismo está asociado al Sexo, como en el occidente; en ambos casos se relacio¬na con el Matrimonio.


Es, pues, el Bautismo, UN PACTO DE MAGIA SEXUAL.


Si se cumple, el Bautismo queda sirviendo; si no se cumple, el Bautismo no sirve de nada. Esa es la cruda reali¬dad de los hechos.


Ilustro a ustedes sobre todo esto para que vayan comprendiendo lo que es la trascendencia Esotérica del Bautismo.


La Pila Bautismal, por ejemplo, en las Iglesias Cristianas representa precisa-mente a la PIEDRA FILOSOFAL, o a los Órganos Creadores.


En cuanto a las Aguas Magnetiza¬das o Aguas Lustrales contenidas en la Piedra, representan indubitablemente al ESPERMA SAGRADO. Con otros tér¬minos diríamos que el AGUA es el MERCURIO DE LA FILOSOFÍA SE¬CRETA. Que el FUEGO de las velado¬ras representa al AZUFRE DE LA AL¬QUIMIA.


Sólo mediante el Mercurio, o sea, la Entidad del Semen, y el Azufre, o sea, la Entidad del Fuego, es posible lograr entonces el Nacimiento Segundo.


¿Qué se entiende por Nacimiento Segundo?


Por Nacimiento Segundo se entien¬de el Nacimiento del Hombre Verdadero.


Recordemos las palabras de Jesús a Nicodemus:


“Hasta que no nazcas de nuevo, no podrás entrar en el Reino de los cielos”.


Lograr el Nacimiento Segundo, eso es lo fundamental. Pero ese Nacimiento Segundo no se logra si no se han fabri¬cado los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser. Y esos cuerpos no se pueden crear de la nada, porque de la nada, nada sale. Esos cuerpos hay que crear¬los a base de Mercurio y Azufre.


El Mercurio, o sea el Alma Metá¬lica del Esperma, está representado aquí en nuestros Rituales con el Pan de la Transubstanciación Y en cuanto al Azufre, o sea el Fuego de la Alquimia, está representado con el Vino Sagrado.


Así que el Mercurio y el Azufre tienen que combinarse incesantemente dentro de nosotros, a fin de crear por medio de ellos, los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser.


Comprendiendo todo esto, se darán cuenta ustedes del Misterio del Sello de Salomón: El Triángulo hacia arriba, el superior, indica al Azufre, el Fuego. El Triángulo inferior que se enlaza con el superior, indica el Mercurio, o sea, el Alma Metálica del Esperma Sagrado.


Cuando uno ha concluido La Gran Obra, recibe en los mundos superiores un Anillo maravilloso que es de materia Divinal. Es colocado siempre en el dedo anular de la mano derecha. ¿Qué aparece en ese anillo? El Sello de Salomón. ¿Qué indica tal Sello? Que el Iniciado ya logró mediante los cruces incesantes del Mer¬curio y del Azufre LA PIEDRA FILO¬SOFAL.


Así que mediante los cruces ince¬santes del Mercurio y del Azufre, se logra en primera medida crear el Cuer¬po Astral; como segunda medida, crear el Mental; como tercera, crear el Cau¬sal.


Quien posea un Cuerpo Físico, un Cuerno Astral, un Cuerpo Mental, y un Cuerpo Causal, recibe por tal motivo los Principios Anímicos Espirituales, y se convierte en un Hombre auténtico, en un Hombre Real, en un Hombre Ver¬dadero.


Así pues, quien llega a ser Hombre Verdadero se dice que ha llegado al Na-cimiento Segundo, porque si como ani¬mal intelectual nació con el nacimiento primero, como Hombre Verdadero viene a nacer con el Nacimiento Segundo. El Nacimiento Segundo es para los Hom¬bres Reales.


Todo eso se logra mediante los cru¬ces incesantes del Mercurio con el Azu¬fre.


En el Bautismo se alegoriza eso sa¬biamente: El Agua contenida en la Pie¬dra representa precisamente al Mercurio; el Fuego de las veladoras, al Azufre de la Alquimia.


Si quien se bautiza sabe combinar inteligentemente el Mercurio con el Azufre, pues logra el Nacimiento Se¬gundo, entra al Reino de los Cielos. Pero si quien se bautiza, jamás trabaja con el Mercurio y el Azufre, pues ese bautismo no le ha servido de nada.


Así pues, el Bautismo es un Pacto de Magia Sexual. Hay que entenderlo así y no de otro modo.


Se dice que en el Bautismo, la Paloma Blanca del Espíritu Santo flota sobre la cabeza del niño que se va a bau¬tizar. ¡Ciertamente! Es que el Espíritu Santo es el mismo Mercurio de la Filo¬sofía Secreta.


Cuando yo entré en la parte más importante de LA GRAN OBRA, fui presentado precisamente ante El Espejo de la Alquimia. Allí vi, en el Cristal, reflejado mi propio Mercurio. En nombre de la verdad debo decirles a ustedes, que el Mercurio da a los Grandes Inicia¬dos, precisamente ese aspecto trascenden¬tal del Gentil-Hombre. Veamos, si no, por ejemplo, a Hombres como Kout¬-Humi, esa sapiencia que demuestra como Hombre se la debe al Mercurio, que es el mismísimo Espíritu Santo en manifestación. Veamos, por ejemplo, a un Conde de Saint Germain, quien yo cito tantas veces como un ejemplo viviente de Súper-Hombre, alguien que maneja la política mundial tan formida¬blemente, alguien que conoce las psico¬-política, y que sabe de verdad manejarla, que sabe adaptarse a todas las condicio¬nes diplomáticas del mundo; esa carac¬terística se debe al Mercurio de los Sa¬bios.


Cuando yo vi reflejado mi Mercurio en el Espejo, quedé sencillamente asombrado. Fue cuando conocí cómo el Mercurio viene a darle a uno la característica trascendental del Gentil-Hombre; hace de uno un Sabio, en el sentido más completo de la palabra.


Así mis queridos hermanos, bien vale la pena comprender la trascendencia del Bautismo.


En cuanto al Azufre, es el Fuego; eso hay que entenderlo así; obviamente se relaciona con Lucifer. No tendría uno el impulso sexual, si no existiera la potencia Luciférica dentro de uno. Esa potencia Azufrada es extraordina¬ria.


El Mercurio sólo, nada podría ha¬cer. Pero el Mercurio es fecundado por el Azufre, o sea, por el Fuego, y de esa mezcla resultan los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser.


Es bueno ir entendiendo todas estas cosas para saber valorar el Bautismo. Y es bueno no olvidar por qué motivo las Iglesias Cristianas, tanto de oriente como de occidente, con la cuestión ésta de Epifanía, o sea, La Ascensión del Crestos Cósmico en nosotros, relacionan siempre el Bautismo con el Matrimonio.


Realmente una Iglesia, por muy santa que sea, si no enseñara las claves de la autorrealización, pues no lograría salvar a nadie; eso es obvio.


Cuando uno estudia a fondo, pues, todas estas cuestiones del Mercurio y del Azufre, sabe valorar el Bautismo como debe valorarse. El Bautismo es sagrado en el sentido más trascendental de la palabra.


No olviden también ustedes, que el Sagrado Sol Absoluto quiere cristalizar en nosotros las Tres Fuerzas Primarias de la naturaleza y del cosmos. Estas son: Santo Afirmar, Santo Negar, Santo Con¬ciliar.


Santo Afirmar es la fuerza positi¬va, la del Padre. Santo Negar es la fuerza negativa, la del Hijo. Santo Conciliar es la fuerza neutra, la del Espíritu Santo.


En el oriente, el Padre es Brahama, el Hijo es Vishnú, el Espíritu Santo es el Señor Shiva.


El Espíritu Santo, o sea, el Mer¬curio de la Filosofía Secreta, cristaliza en nosotros cuando trabajamos con el Azufre y el Mercurio. Este trabajo no se podría realizar fuera del Laboratorio. Hay que saber mezclar las distintas partes del Mercurio, con las distintas partes del Azufre, pero esto es dentro del Laboratorio, y ese Laboratorio es el organismo humano.


De manera que el Mercurio, o sea, el Alma Metálica del Esperma, se combina inteligentemente dentro de nuestro propio laboratorio; se combina con el Azufre. El resultado de esa combinación viene a ser formidable: El primer resul¬tado seria el Nacimiento del Cuerpo Astral en el hombre; el segundo resultado, es el Nacimiento del Cuerpo Mental en el hombre; el tercer resultado, es el Naci¬miento del Cuerpo Causal en el hombre. Cuando se ha conseguido esos vehículos, como ya les dije, entonces adviene el Nacimiento Segundo, o sea, nace el Hom¬bre Verdadero, nace del Mercurio y del Azufre, o sea, del Agua y del Fuego; así hay que entenderlo.


Por eso dijo el Cristo: “Si no nacieres de nuevo, no podréis entrar al Reino de los Cielos”.


Hay que Nacer de Nuevo. No basta haber nacido como animales intelec¬tuales; eso es muy relativo. Ahora nece¬sitamos nacer como Hombres, pero co¬mo Hombres Verdaderos, y el Hombre Verdadero nace del Azufre y del Mercu¬rio, tal como se enseña siempre en el Bautizo.


Si no se cumple con ese Sacramento, de nada sirve la Bautizada. ¿De qué sirve? ¡De nada!


Así mis queridos hermanos, es bue¬no que ustedes vayan entendiendo es¬tas cosas.


Ahora bien, en todo hay reglas y medidas. La Justicia es algo muy sa¬grado, y existe. Los antiguos Alquimistas representaron la Justicia por una cria¬tura inefable, una especie de Reina-Diosa con una balanza en su izquierda; en ella tiene algunos pesos, — son nece¬sarios para poder balancear la Balanza —, está parada sobre una Piedra Cúbica: Es la Piedra Filosofal, lleva natural¬mente, la Túnica Blanca; encima de la Túnica, está la Púrpura, el manto, y está tocada la cabeza con una Corona de Oro. En la izquierda lleva la Balanza, en la derecha lleva la Espada, la Espada de la Justicia. Pero lo interesante son los PESOS y MEDIDAS de la Balanza de la Justicia Cósmica. Es claro que el tra¬bajo que hay que realizar en el Labora¬torio, tiene que estar de acuerdo con La Ley.


¿Qué cantidades de Azufre, por ejemplo, se mezclan con qué cantidades de Mercurio? Eso no lo saben las gentes comunes y corrientes, ni aun siquiera los mismos Alquimistas. Esos son Secre¬tos de la Gran Naturaleza.


En todo caso, la Justicia rige los trabajos del Alquimista, y la Justicia es La Ley.


Si un Alquimista, por ejemplo, tiene Esposa-Sacerdotisa, y de pronto deja a la Esposa-Sacerdotisa, y estando en pleno rendimiento sexual va y se me¬te con otra mujer, pues adultera. ¿Por qué? Porque dos corrientes mezcladas dentro de la Espina Dorsal chocan entre sí. Un Alquimista carga una corriente eléctrica, y si luego se mete con otra mujer, entonces la corriente contraria se mezcla con la primera corriente, con la que cargaba en su organismo, y allí resulta un corto circuito, y entonces se quema un Hilo que es por donde su¬be La Serpiente Sagrada. Ese Hilo es el Nadi Chitra. De manera que si se quema el Nadi Chitra, entonces La Serpiente, o sea, el Fuego, — o sea, el Azufre mez-clado con el Mercurio, que tiene la figu¬ra de la Serpiente —, baja una o más vér¬tebras, según la magnitud de la falta.


Es, pues, muy grave el adulterio.


Otra cosa grave que es, la Forni¬cación. Si el Alquimista derrama el Vaso de Hermes Trimegisto, si pierde el Mer¬curio, incuestionablemente se quema el Nadi Chitra y baja la Serpiente Sagrada.


Para poder uno realizar la Gran Obra, tiene que estar sometido a la Diosa de la Justicia. Si viola la Ley de la Balanza, el trabajo Alquimista fracasa rotunda¬mente.


Téngase en cuenta que la fabricación de los Cuerpos Existenciales Superio¬res del Ser es una Obra de Alquimia, pero que esa Obra tiene que estar dentro de los Cánones del Derecho de la Jus¬ticia Cósmica, de lo contrario, hay fracaso inevitable.


Otro caso muy distinto, — y éste ya es de reflexiones —, es el caso en que el Alquimista, por ejemplo, no disponga de un VASO HERMÉTICO.


Supongamos que el Alquimista tiene, dijéramos, UN VASO HERMÉTICO destruido, que ya no sirve, que no fun¬ciona. El Laboratorio, en este caso estará detenido, no funcionará, porque no dis¬pone de UN VASO HERMÉTICO para la combinación del Azufre y del Mercurio.


Pero, ¿qué se entiende por VASO HERMÉTICO?


Son términos que los hermanos deben ir comprendiendo. VASO HERMÉTICO es lo que se denomina el CA¬LIZ, o el mismo Yoni femenino. Eso se entiende por VASO HERMÉTICO, el órgano sexual femenino.


¿Y qué se entiende por LINGAM?


Son términos con que deben familia¬rizarse los hermanos, sobre todo los misioneros, porque no va uno a hablarle al pueblo en lenguaje vulgar. Las cosas Sagradas del Sexo, se deben exponer con honestidad. Se entiende, pues, por LINGAM el órgano sexual masculino, el Phalus griego. Y observen ustedes la forma como explico los Misterios del Sexo, que no estoy utilizando ningún término vulgar, y lo hago a propósito para que los misioneros a su vez, cuando estén enseñando, sepan enseñar, eviten cuidadosamente los términos gro¬tescos, o dijéramos, inmodestos.


Si un VASO HERMÉTICO, — ya expliqué qué cosa es un Vaso Hermé¬tico — no sirve, si ha sido destruido, si ya no sirve para La Gran Obra, el Alquimista tiene pleno derecho, por Ley, a escoger UN NUEVO VASO HERMÉTICO, y en eso no hay delito. Más grave sería que la Gran Obra quedara estanca¬da y que el Alquimista fracasara. Ahí sí seria lo grave. Pero aún así, el Alquimista no debe hacer jamás su voluntad personal, porque si hace su voluntad personal, fracasa. El Alquimista tiene que obedecer la Voluntad del Padre.


Téngase en cuenta que uno no pue¬de entender la Ciencia de la Gran Obra, si antes no ha recibido EL DONUM DEI. El DONUM DEI es el Don de Dios para entender La Ciencia de la Gran Obra. Uno no podría entender esta Cien¬cia, si no ha recibido el Donum Dei, el Don de Dios que le permite entender; y ese Don, el único que puede dárselo a uno, es EL PADRE DE TODAS LAS LUCES. Sólo Él puede darle a uno el Do¬num Dei.


Así que la Ciencia de la Alquimia es muy sagrada.


Tomar un VASO HERMÉTICO para el Trabajo es loable, pero siempre y cuan¬do EL PADRE DE TODAS LAS LUCES sea el que ordene y no uno. Porque si uno hace su voluntad personal, si uno hace lo que le viene en gana, fracasa en la Gran Obra.


Son puntos muy importantes en re¬lación con la Alquimia, y puntos muy importantes en relación con el Bautismo, porque cuando se habla de Bautismo y de Alquimia, se habla de lo mismo. El Bautismo es un Pacto de Magia Sexual. Así pues, el Bautismo encierra en sí mismo una fórmula: la extraordinaria fórmula de la Alquimia.


En estos estudios lo que nos debe interesar a nosotros es La Gran Obra. Exclusivamente eso. Y en la realización de la Gran Obra, lo único que cuenta es la Ley de la Balanza, o sea, la Ley de la Justicia Cósmica. Esta, está por encima de todos los falsos códigos de moral que existen por ahí; por encima de todos los prejuicios y al margen de toda clase de sentimentalismos morbosos.


Aquellos que están esclavos únicamente de los prejuicios, del que dirán, de las máximas, dijéramos, de ética existentes en los distintos códigos mora¬les del mundo, se quedan con el mundo, pero no con La Gran Obra.


Si hemos de cumplir con el Bau¬tismo, tenemos que ser sinceros consigo mismos y trabajar de verdad para con¬seguir el Nacimiento Segundo. Y una vez conseguido el Nacimiento Segundo, en modo alguno podríamos detenernos. Quien ha logrado el Nacimiento Segun¬do debe luchar intensivamente para integrarse con la Divinidad. Si un Hombre no se integra con la Divinidad, tarde o temprano tendrá que involucionar entre las entrañas de la tierra. No se integran con la Divinidad los Hombres que no eli¬minan los agregados psíquicos inhumanos que en nuestro interior cargamos. Esos agregados psíquicos inhumanos, consti¬tuyen, son MERCURIO SECO.


Todo ser humano carga mucho MERCURIO SECO Y AZUFRE VE¬NENOSO O ARSENICADO¬.


El Mercurio Seco debe ser eliminado. Y, en cuanto al Azufre Venenoso, éste reside en los bajos fondos animales de cualquier ser viviente. Si no eliminamos ese Azufre Venenoso o Arsenicado, no progresamos y si no eliminamos tam¬bién el Mercurio Seco, no progresamos.


Cuando uno elimina Mercurio Seco y Azufre Venenoso, pues entonces consigue que el ORO se fije en el Mer¬curio.


Si consideramos que los Cuerpos Existenciales Superiores del Hombre son esencialmente condensaciones del Mercurio Azufrado con algo de Sal Su¬blimada, podremos entonces entender la relación que existe entre el ORO y el Mercurio. Aun en las minas vemos la íntima relación existente entre el oro y el mercurio. Los átomos de Oro deben ser fijados en el Mercurio. Nor¬malmente el Mercurio está asociado al Oro.


Dentro de nosotros existe el AN¬TIMONIO.


Este no es una mera sustancia quí¬mica como creen muchos. El ANTI¬MONIO ES UNA DE LAS PARTES AUTO CONCIENTES DEL SER. ESA PARTE ES UN ARTÍFICE QUE CAR¬GAMOS TODOS EN NUESTRO IN¬TERIOR. Todos llevamos Antimonio en lo más íntimo de nuestra psiquis. Esa parte auto-consciente, ESE ARTI¬FICE, ESE ALQUIMISTA, ES QUIEN FIJA LOS ÁTOMOS DE ORO EN EL MERCURIO, es decir, en nuestros Cuerpos Existenciales Superiores del Ser.


Cuando los Vehículos Existenciales Superiores del Hombre han quedado constituidos por Oro Puro, incuestio¬nablemente sirven para recubrir al ESPÍRITU METÁLICO que todos lleva¬mos dentro. Quiero referirme al CRISTO INTIMO, al MAGNES INTERIOR DE LA KÁBALA Y DE LA ALQUIMIA, al SEÑOR. Estos vehículos penetrándose y compenetrándose mutuamente y entre sí, son denominados en Alquimia EL TO-SOMA-HELIAKON, EL CUERPO DE ORO DEL HOMBRE SOLAR. Quien posea El To-Soma-Heliakon, obviamen¬te puede recubrir con el mismo al CRIS¬TO INTIMO. EL CRISTO INTIMO RECUBIERTO CON EL TO-SOMA-HELIAKON, CONSTITUYE LA PIEDRA FILOSOFAL.


Ya ven ustedes lo que es La PIEDRA FILOSOFAL


Se dice que esa Piedra puede vivir entre el Fuego, que es fusible como la manteca; pero, ¡ay del Alquimista que la arroje al Agua, porque se disuelve!


¿Qué quiere decirse o qué quiere expresarse con eso de arrojar la Piedra al Agua?


Sencillamente el que derrame el Va¬so de Hermes o el adúltero. Para esa clase de seres son las tinieblas exteriores donde no se oye sino el llanto y el cru-jir de dientes. Arrojar la Piedra Filosofal al Agua es eso. En ese caso, se funde un Metal y la Piedra se dice que se evapora, es decir, el Espíritu Metálico escapa, el CRISTO escapa, se pierde la Piedra, se disuelve. Puede atravesar la Piedra Filosofal a través de un cristal sin rom¬perlo ni manchado.


De la Piedra se puede sacar el ELIXIR DE LARGA VIDA. De la Piedra se puede sacar LOS POLVOS DE PROYECCIÓN, con los cuales se puede fabricar ORO, oro físico, efectivo, oro material.


Aclaro, porque si un Alquimista que ya logró, que ya tiene LA PIEDRA FILOSOFAL en su poder, en estado de éxtasis, deposita, por ejemplo, aquí en esta agua, SUS ÁTOMOS DE ORO, entonces esta agua se convierte por tal motivo en un licor extraordinario, en los mismos POLVOS DE PROYECCIÓN. Y si luego pone una gotita así entre un cri¬sol donde hubiere Plomo derretido ese Plomo se convertiría en Oro efecti¬vo, físico, material (aquí hay una laguna en el cassette) … y con ese Oro vive.


El Conde de SAINT GERMAIN por ejemplo, fabricaba ORO FÍSICO, pero invertía ese oro. ¿En qué lo inver¬tía? En distintos bienes materiales. Cuan¬do la policía francesa invadió la casa de Saint Germain para saber de dónde provenían sus riquezas, se quedaron asombrados al ver que todo estaba en perfecto orden; tenía sus libros de cuentas, los bienes que tenía, todos debidamente documentados, es decir, no se halló una sola falla. Nunca realizaba sus Transmutaciones Metálicas públi¬camente, siempre en secreto. De manera que, aparentemente, él vivía exclusiva¬mente de sus haciendas, de sus propie¬dades, fincas, bienes raíces, etc., y todo estaba debidamente documentado.


Así, mis queridos hermanos, por algo es que cuando uno concluye LA GRAN OBRA, se encuentra ante EL ÁRBOL DE LA VIDA, portando en su diestra EL CUERNO DE AMALTEA. ¿Cuál es ese Cuerno? El de la Abundan¬cia, el Cuerno de Amaltea.

En el Apocalipsis de San Juan se le dice a las gentes: “Te sientes grande, te sientes rico.” Bueno, eso seria muy largo citarlo, pero poco mas o menos les digo el sentido de las palabras “…, pe¬ro no te das cuenta que eres un cuitado, pobre, desnudo y miserable?”


Son palabras que no las entienden sino los Iniciados; nadie más.


¿En qué sentido se es pobre, o mi¬serable? Bueno, voy a hablarles algo que las distintas escuelas pues no entende¬rían a fondo: EL ORO ES EL QUE MANDA, mis queridos amigos; EL ORO Y NADA MAS QUE EL ORO.


En el mundo físico vemos que un individuo que tiene mucho dinero, man¬da con su dinero, así digamos lo que digamos, manda. Si nosotros no tuvié¬ramos con qué pagar esta casa, ¿qué sucedería? Nos ponen de patitas en la calle.


Bueno, total, que la cruda realidad de los hechos es ésa físicamente.


Pero, bueno, dirán ustedes: ¿Pero qué tiene que ver esto con lo Esotérico, con lo Espiritual, con lo Trascendental, con lo Divinal? ¿No es acaso que el Ma-estro está materializando o metalizan¬do la enseñanza?


No mis amigos, no es eso. La cruda realidad de los hechos es que si noso¬tros no tenemos ORO en nuestros Cuer¬pos Existenciales Superiores del Ser después de haberlos Fabricado, somos unos cuitados como nos trata el Apoca¬lipsis, de desnudos, de cuitados, de po¬bres, de miserables, y es verdad.


Saint Germain no hubiera podido hacer Oro si no hubiera tenido Oro adentro. ¿Dónde lo tenía? Pues, en sus Cuerpos, en su Aura; Oro de la mejor calidad; Oro cual ninguna de las minas de la Tierra puede producirlo.


ENTONCES, EN SÍNTESIS AL¬QUIMISTA, ¿QUÉ ES LO QUE QUEREMOS NOSOTROS?


Estamos reunidos aquí en Tercera Cámara. ¿QUE BUSCAMOS? Les voy a ser sincero: ¡FABRICAR ORO! ¡EL QUE NO SABE HACER ORO, NO SABE NADA, AUNQUE SE HAYA METIDO EN LA CABEZA MILLONES DE VOLÚMENES! SI NO SABE HACER ORO, ES UN IGNORANTE, NADA SABE.


¿FABRICAR ORO? ¿DE DONDE LO VAMOS A FABRICAR? ¡PUES, EN LOS CUERPOS EXISTENCIALES SUPERIORES DEL SER! ¡QUEREMOS VEHÍCULOS DE ORO PURO CON LOS CUALES PODER RECUBRIR LA PRESENCIA DEL LOGOS EN NO¬SOTROS! ¡ESO ES LO QUE QUERE¬MOS!


Cada uno en su interior carga un Templo. Ya vimos el caso de nuestra noble Madrecita Dolores. Bueno, ya platicábamos sobre el asunto de un Templo; ese Templo es de ella, lo carga; ese es su Templo; cualquiera puede visi¬tarlo.


Yo tengo mi Templo, también lo tengo, y ustedes en Astral si se proponen visitar mi Templo, pueden visitarlo; pero no se olviden que cuando ustedes entren en ese Templo, han entrado es en mi Conciencia. Yo cargo el Templo aquí, se proyecta en los Mundos Superiores. ¿En qué forma se proyecta? Co¬mo una Catedral, verdaderamente. Si les digo que en esa Catedral, pues, todos los objetos son de Oro, no estoy exage¬rando; obviamente así es. Pero PARA FABRICAR ESE ORO EN LA CATE¬DRAL ESA DEL ALMA, HE TENIDO QUE TRABAJAR EN LA FORJA DE LOS CÍCLOPES; ESO ES OBVIO; EN EL LABORATORIUM ORATORIUM DEL TERCER LOGOS. Digo del Tercer Logos, no lo olviden ustedes. ¿Por qué digo del Tercer Logos? ¿A ver, quién me responde?


Al Espíritu Santo. Alguien respondió.


Correcto, al Espíritu Santo, que tan asociado está al Bautismo; eso es indubitable. De manera que hay que saber entender eso.


Cualquiera de ustedes puede visitar en Cuerpo Astral la Catedral del Maes¬tro Samael Aun Weor; la hallará; ahí está. No falta, claro, sobre el Altar, EL CÁLIZ. Y no faltará JAMÁS sobre el Altar de un Maestro EL CÁLIZ QUE ES EL MISMO VASO HERMÉTICO. Si faltara, el Templo estaría triste, pobre, miserable. ¿Cómo ir a faltar sobre el Ara el SANTO GRIAL? ¡Eso seria un ab¬surdo! En ningún Templo de Misterios Mayores falta el Santo Grial; eso es in¬dubitable.


¿Ustedes saben cuál es el Santo Grial? Creo que sí saben algunos. Es el mismo VASO HERMÉTICO. Hasta en los Templos de los Dioses está el Santo Grial. En ese Vaso Hermético colocan los Judíos el Maná del Desierto, ese Maná con el que se alimentan los Israelitas entre las Arenas del Desierto, con el que se mantuvieron durante cuarenta años.


Pero, ¿por qué tenía que estar precisamente en el Gomor, la Copa, el Vaso Hermético, el Maná del Desierto con el que se alimentaban los Judíos? Ahora, téngase en cuenta que ese Vaso está a su vez colocado dentro del Arca de la Alianza. También está ahí LA VARA DE AARÓN, o sea, EL LINGAM GENERADOR Y LAS TABLAS DE LA LEY. Con esto, documento todo lo que he dicho.


En cuanto a los Querubines, la Bla¬vatsky dice que dos Querubines se toca¬ban con sus alas sobre EL ARCA DE LA CIENCIA, y que se hallaban en la acti¬tud del hombre y de la mujer durante la cópula. Eliphas Levi sostiene que son cuatro los Querubines que se toca¬ban con sus alas, masculino y femenino. De todas maneras, se coincide en que los Querubines, masculino y femenino, se to¬caban con sus alas y que se hallaban en la actitud de la Cópula Química en el SANCTUS SANCTORUM.


Los soldados de Nabucodonosor Rey, cuando invadieron el Templo de Sa¬lomón, lo destruyeron, y vieron antes, previamente, EL ARCA DE LA CIEN¬CIA. Dijeron: “¿Este era el Dios que vo¬sotros los Judíos adorabais tanto? ¿Este era el Dios de tanta castidad y santidad que vosotros mencionabais?” Claro, rápi¬damente acabaron con todo, destruyeron el Templo de Jerusalén.


Así mis queridos hermanos, no en¬tendieron.


Pero, bueno, no nos salgamos del te¬ma. ¿Por qué el Maná con el que se alimentaban los Judíos en el Desierto te¬nía que estar en La Copa o Gomor?


Les explico: sencillamente EL MA¬NA ES EL NÉCTAR DE LA INMORTA¬LIDAD. El Néctar Sagrado no está en otra parte, sino en el VASO HERMÉTICO, y EL VASO HERMÉTICO ESTA DENTRO DEL ARCA DE LA CIENCIA.


Si los Dioses no tuvieran el Maná del Desierto, — porque la vida es un desierto cuando se renuncia a la verda¬dera felicidad nirvánica —, pues hombre, teniendo cuerpos físicos, sus cuerpos físicos se envejecerían y morirían. Enton¬ces ellos necesitan de ese VASO HERMÉTICO en el cual está contenido EL MANA.


Quienes tengan entendimiento en¬tiendan, porque ahí hay Sabiduría. Hay que saber entender.


Incuestionablemente, el error más grave de los distintos grupos, de escue¬las seudo-esotéricas y seudo-ocultistas, estriba precisamente en creer que la Auto-Realización intima del Ser, se basa en teorías; se equivocan.


Pensemos por un momento en la forma como surgimos nosotros a la exis¬tencia, en esos Encantos del Viernes Santo. ¿Cuál es la raíz de nuestra vida? Un hombre, una mujer, una cópula química o metafísica; de allí salió nuestro cuerpo físico. ¿Qué precedió a esa concepción? ¿Qué instantes? Esto nos lleva a los Encantos del Viernes Santo. Incuestionablemente en todo eso hubo, pues, amor, estuvo Eros activo, etc. Estuvieron también las fuerzas cósmicas más pode¬rosas del universo, las que crearon pre¬cisamente al universo. Pero, y las teorías, ¿Dónde estuvieron? Todos esos millo¬nes de volúmenes, de escuelas, ¿dónde estaban? Nada de eso existía para noso¬tros. Entonces, ¿De dónde surgió, pues, este cuerpo que tenemos? ¿Por qué vino a la existencia?


Así también digo a ustedes, que sólo entendiendo esos Misterios del Viernes Santo, tan fundamentales para los Tra¬bajadores de la Gran Obra, se logra la Cristificación, la Auto-Realización Intima del Ser. Esto es cuestión de Sexo, de Fuerza Erótica, de Ondula¬ciones Cósmicas de Amor, de Emoción Trascendental y de GRAN VOLUNTAD.


Por ese camino, Trabajando, se hace ORO, y el que llega a tener ORO es inmensamente Rico. Mediante el ORO puede uno mandar a la Naturaleza, y la Naturaleza le obedece.


QUIEN TIENE VEHÍCULOS EXIS¬TENCIALES DE ORO ES EL AMO, REY Y SEÑOR DEL UNIVERSO, SE¬GÚN LA ORDEN DE MELQUISEDEC.


Mas, si uno no tiene Oro en su in¬terior, es un cuitado, un miserable, un desnudo, aunque se crea muy rico y po¬deroso.


ASÍ, PUES, EL OBJETIVO DE NUESTROS ESTUDIOS ES UNO: ¡FABRICAR ORO!


Se llega a Fabricar Oro cuando se conoce el Misterio del Bautismo, que como les he dicho, es un Pacto de Magia Sexual.


Bueno mis queridos hermanos, hasta aquí la plática de esta noche. Pero, eso si, tienen todos, perfecto derecho a pre¬guntar, porque no quiero que queden con dudas de ninguna especie, y lo que no hayan entendido, será explicado.


Pregunta. — Venerable Maestro, ¿có¬mo podría uno percatarse cuando se ha llegado a la destrucción del Lingan o del Vaso Hermético?


Respuesta. — Los hechos son hechos, y ante los hechos tenemos que rendir¬nos. Si por ejemplo, un hombre quiere Trabajar con su Esposa Sacerdotisa, y el estado de salud o el estado fisioló¬gico de ella no sirve para eso, si ya pasó sus funciones sexuales, si ya no puede Trabajar, se dice que el VASO HERMÉTICO ha sido destruido, y así se repre¬senta en Alquimia: Vaso Hermético Destruido. ¿Alguna otra pregunta?


Pregunta. — Venerable Maestro, ¿có¬mo se entendería, ya que usted dice que el Mercurio Seco son los yoes, y en el caso del Azufre Arsenicado, qué seria? ¿Cómo se logra destruir esto?


Respuesta. — El Azufre Arsenicado es el Fuego Venenoso Animal, que todo el mundo carga en sus infiernos atómicos, un fuego bestial, inmundo, abomina¬ble; todo ser humano lo carga. Y en ese tipo de fuego animal, hay muchos Agre¬gados Psíquicos vivientes, de tipo, dijé¬ramos, que pertenecen al mundo de noventa y seis leyes o mundo infernal. ¿Cómo se elimina ese Azufre Venenoso o Arsenicado? Pues, hombre, Trabajando en forma pura y limpia eliminando el mismo Mercurio Seco, por el mismo camino queda eliminado el Azufre Venenoso. Al eliminarse el Mercurio Seco, el Azufre Venenoso queda eliminado de hecho. Eso es todo.


Pregunta. — Venerable, el VASO HERMÉTICO destruido en una persona en que no puede ser ya reconstruido, si no puede ser reconstruido, ¿como hace esa persona? ¿Cómo puede Traba¬jar en La Gran Obra?


Respuesta. — Entiéndase por Vaso Hermético en este caso Alquimista, EL YONI, que como se sabe, no es el LINGAM.


— Me refiero al Yoni.


Un Yoni, — continúa el Maestro —, destruido no sirve para la Gran Obra. Si un Alquimista tiene en su Laborato¬rio un Vaso y se le rompe, pues tiene que conseguir un nuevo Vaso. Pero co¬mo quiera que las Leyes son muy Sagra¬das, sucede que el Primer Vaso está cargado de cierta fuerza, de cierta radiación, y esa radiación ha impregnado al Alquimista; se hace necesario que pase un tiempo no menor de tres años, para que el Alquimista pueda conseguir un Vaso Nuevo, si es que no quiere un corto circuito dentro de su sistema central espinal, porque un corto circui¬to puede quemarle un alambre del Labo¬ratorio. En ese caso, el Azufre y el Mer¬curio bajan, descienden y hay hasta una Reducción Metálica. En otros términos se diría que el Alquimista se ha ido de cabeza al abismo.


Pregunta. — Venerable Maestro, lle¬gado el caso específicamente, quien posea el elemento femenino, que tenga, pues, su Vaso dañado, ¿cómo puede Trabajar en La Gran Obra?


Respuesta— Repite con más claridad.


Pregunta— O sea, que el elemento femenino tiene sus órganos creadores, dijéramos dañados, pero entonces esa persona, ese elemento femenino está Trabajando en La Gran Obra, ¿cómo puede continuar si se le dañó, pues sus órganos?


Respuesta. — No es posible, no pue¬de, no puede continuar. Es como si el elemento masculino, el Alquimista, destruyen su Lingam generador. En este caso, tampoco puede Trabajar en La Gran Obra. ¿Cómo haría? Nece¬sitaría cambiar de cuerpo para Traba¬jar. Es decir, si el Lingam generador queda destruido, ¿cómo Trabaja? ¿Cómo Trabajaría, por ejemplo, un individuo a quien le castraran? En este caso, pues, hay un fracaso.


Pregunta. — Maestro, ¿por qué causas se daña el Vaso Hermético?


Respuesta. — Puede dañarse por acci¬dente; puede dañarse por la edad; puede dañarse por el Karma. Si no sirve ese Vaso para el Laboratorio, pues, el Alquimista tiene que utilizar un NUEVO VASO HERMÉTICO, y en eso NO HAY DELITO. Delito hubiese si el Alquimista, teniendo un Vaso Correcto Her¬mético, menosprecian tal Vaso y lo tirara fuera para tomar uno nuevo. En eso si habría delito.


Pregunta— Venerable Maestro, ¿en caso de que fuera lo contrario, que a la mujer se le dañan, por ejemplo, el Lingam para Trabajar?


Respuesta. — Pues en este caso, la mujer está Trabajando con un varón idóneo, todo marcha muy bien. Si el va¬rón no le sirve, todo marcha mal.


Pregunta— ¿Y se operaría igualmen¬te como operaría el Alquimista en el caso citado, no?


Respuesta— Pues la ley, la justicia hu¬mana misma, tiene sus postulados. Si un hombre, por ejemplo, es impotente, y la mujer se queja ante la ley, pues indubitablemente recibe carta de di¬vorcio; eso es obvio. Si un hombre no cumple sus deberes para con la mujer, sus deberes sexuales, y la mujer se queja, eso es motivo más que suficiente para el divorcio. Así pues, si una mujer está Trabajando en La Gran Obra y no sirve el Alquimista, no dispone ella de un Lingam generador, de una LANZA para los Misterios, de una Lanza con la cual pueda combatir a los Agregados Psíquicos, de una LANZA con la cual pueda herir el costado de LUCIFER, pues en ese caso, se encuentra ella ante un dilema: o ante el dilema de tener que desposarse nuevamente con un Alquimista idóneo, o ante el dilema de tener que aguardar hasta una futura existen¬cia. En tal caso, cualquiera de esas dos resoluciones resulta justa; eso es obvio.


— Gracias, Maestro.


Pregunta— En este caso, se presenta por Karma, Venerable Maestro, ¿se podría esperar hasta que alguna de esas personas cancelan las deudas?


Respuesta— Si, puede esperar perfectamente bien. También un Alquimista que ha perdido el Vaso Hermético puede esperarse si quiere, hasta La futura existencia, o aguardar cincuenta existencias hasta que encuentre un Vaso bueno, PERO ESO SERIA EL COLMO DE LOS COLMOS. LO MEJOR ES QUE EL INI¬CIADO DEJE TODA CLASE DE SENTIMENTALISMOS MORBOSOS Y TO¬ME UN VASO HERMÉTICO IDÓNEO PARA EL TRABAJO EN EL LABORA¬TORIO. Nosotros debemos dejar aquí las actitudes pesimistas, dijéramos, el Ta¬mas de la inercia, esa especie de flojera mental o espiritual que tanto abunda en las escuelas de tipo seudo-esotérico y seudo-ocultista; eso es claro.


Pregunta.— Maestro, y en el caso de que El Vaso hermético esté bueno, pero La dama no quiere colaborar en la Fragua, la dama no quiere Trabajar en la Fragua, y ya lleva determinado tiempo de cola¬borarle, ¿el esposo, en este caso, qué puede hacer?


Respuesta. — Pues hombre, el Vaso está bueno, pero si ella no quiere Traba¬jar en la Gran Obra, si no le da, ¡psss!, por Trabajar, — iba a decir un término más duro, pero se saldría del concepto cátedra —, naturalmente no le queda más remedio al Alquimista, sino buscar un Vaso Hermético idóneo que sirva, alguien que colabore, que coopere. Pero eso no podría hacerlo, sino después de varios años de duros megos y súplicas a la Es¬posa Sacerdotisa. Porque escrito está, que sólo por causa de fornicación, se le debe dar a la mujer, dijéramos, el divor¬cio; si hay fornicación. De manera que si la mujer fornica, hay derecho. Si una mujer quiere que el Alquimista fornique y el Alquimista quiere Auto-Realizarse, y ella quiere es fornicar, se le debe dar carta de divorcio inmediatamente para que fornique con otro, pero no con el Alquimista. Aquí en esto hay una de dos: o nos resolvemos a entrar al Reino por asalto, o fracasamos. El Reino se toma por asalto, los valientes lo han tomado. Si no se procede así, se fracasa.


Estando precisamente yo en los Mun¬dos Superiores de Conciencia Cósmica, hube de solicitar al Padre me mostrara la síntesis de mis Trabajos más recientes en la Fragua Encendida de Vulcano. Entonces el Padre me llevó a una Gran Ciudad, una de esas Ciudades Jinas, Ciudades Mágicas, de las cuales hay cuatro importantes en Europa. Nosotros tenemos una en Yucatán, fundada antiguamente por Los Tuatha de Danand, que fueron, entre otras cosas, grandes viajeros, viajeros Jinas.


Bien, allí encontré a muchos Adep¬tos de distintos grados de Esplendor. Hasta encontré Adeptus Exentus. ¿Ustedes saben lo que es Adeptus Exen¬tus? Significa, Adeptus Exentus ya de Karma, que no deben Karma. En Eso¬terismo se dice, “Adeptus Exentus”. Claro, entre todos organizamos una Ex¬cursión a la Cima de la Montaña del Ser. Grandiosa fue tal Excursión.


En los Mundos Superiores de Conciencia Cósmica se pasa por vivencias trascendentales divinales, formidables.


Cuando conseguimos llegar a la Cima con el ánimo de encontramos con IOD¬-HEVE, el ANCIANO DE LOS DÍAS. Entonces tuvimos la grata sorpresa de hallarle transformado en una palmera elevadísima. La Palma es el Símbolo de la Victoria del Crestos. Todos los Adeptos se prosternaron en Tierra para rendir culto a Iod-Heve. Sabía que esa Palmera era mi REAL SER, el Anciano de los Días, es decir, EL INTERIOR DE MI INTERIOR, para hablarles esta vez a ustedes en el lenguaje de la Pistis Sophia. Es un lenguaje Esotérico, simbólico, alegórico. Claro, yo avance. Como quiera que el Cuerpo Astral tiene cierta elasticidad, ductilidad, no me fue difícil aumentarle su tamaño para tomar aquella Palmera por aquí, como quien dice, por el cuello, y asirla con fuerza hacia mi pecho, y acariciar sus hojas, sus ramas.


Aquellos Adeptos Venerables, Ve¬nerabilísimos, me miraron con terror. No se oyó sino un clamor. Se asombra¬ron al ver cómo tomaba yo al Anciano de los Días, nada menos, en esa forma, Mas luego, la Palmera se transformó en una Gran Torre, en La Torre de Mi Templo Interior, de Mi Propia Catedral. Esa Torre corresponde a la Cabeza de lo Divinal.


Estaba tatuada, toda llena de Piedras Preciosas. Los ojos eran los de la mismísima Divinidad, y tenía brazos, como brazos de Hombre.


Jacques Bergier - Melquisedeque

  Melquisedeque aparece pela primeira vez no livro Gênese, na Bíblia. Lá está escrito: “E Melquisedeque, rei de Salem, trouxe pão e vinho. E...