domingo, 23 de junho de 2024

LA INTEGRACIÓN DEL SER


—Los Esfuerzos Centrales. Los Doce Apóstoles. Los Veinti¬cuatro Ancianos. Los Cuatro Devarajas El Jesucristo Íntimo. El Padre de todas las Luces. El Guardián del Umbral. La Divina Madre Kundalini Shakti. El Policía del Karma. Anubis. Mitratón. Sandalphon. El Señor del Tiem¬po. Minerva. El Viejo de los Siglos. El Lucifer Interior. Integración del SER. Integración del Ego. El Sol Negro. Desintegración del Ego. La Comprensión. Los siete niveles de hombres. La Recordación de Sí Mismo. Las Tres Purifi¬caciones por el Hierro y por el Fuego. —


Ante todo es necesario llegar uno a conocer su propio Ser, pero cono¬cerlo desde el punto de vista exclusiva¬mente objetivo. Seria imposible conocer nuestro propio Ser Real Interno desde un punto de vista subjetivo. Eso es obvio.


En sicología oficial consideran que subjetivo es lo positivo, lo claro, lo real y que objetivo es lo secundario. Están equivocados los psicólogos, por que OBJETIVO es, en sicología real y revolucionaria lo espiritual, lo real, lo verdadero y SUBJETIVO es lo incoherente, lo vago, lo impreciso, lo material. Debemos tener pues en cuenta es¬tos factores.


Cuando digo que necesitamos cono¬cer al Ser en forma completamente ob¬jetiva, estoy afirmando una gran reali¬dad. Se precisa aprehender esto que estoy afirmando.


Nuestro Ser en el mundo de las doce leyes está condicionado por las minas y representado por el Sol, que es un mundo de doce leyes. También está condicionado por el mundo de las 24 leyes, es el mundo planetario, el sistema solar; o está condicionado por el mundo de 48 leyes que es el mundo físico; y en la forma más densa está condicio¬nado por el mundo de las 96 leyes.


De manera que nosotros necesita¬mos conocer el Ser, no sólo en el mundo de las doce leyes o en el de las 24, sino en todos los mundos. Esto requiere mu¬chos esfuerzos; No esfuerzos dijéramos indirectos, sino directos centrales. Necesitamos en verdad auto-conocernos. “Hombre conócete a tí mismo y conocerás el Universo y a los Dioses”. Porque sólo conociéndonos a sí mismos podremos trabajar directamente sobre sí mismos. Si nos conocemos a sí mismos, ¿cómo trabajaríamos sobre sí mismos?, Imposible, ¿verdad?


Lo que estamos buscando es un cambio, una transformación radical y esto solamente es posible auto-explorándonos, porque así podremos trabajar directa-mente sobre sí mismos. Cuando hablo de trabajar sobre nosotros mismos, debe saberse entender; podemos convertirnos en imitadores de alguien y en este caso no trabajaríamos en forma central; no serie esfuerzos centrales los que haría-mos, sino unilaterales.


Podríamos imitar al jefe de la familia o a la jefa o algún instructor, pero enton¬ces eso no seria un esfuerzo central directo.

Krishnamurti dice por ejemplo: “Yo no quiero secuaces ni seguidores, sino tan solo imitadora de mi ejemplo” me parece esto demasiado egoísta, porque si alguien se convierte en imitador de Krishnamurti, ya no está haciendo un esfuerzo central, no. Ya es un tra¬bajo de imitación y el trabajo de imitación no es un trabajo sobre sí mismo, en sí mismo, directamente, no; lo está haciendo desde un ángulo, lo está hacien¬do en forma unilateral. No es un trabajo central. No es un esfuerzo central. Yo no les digo a ustedes que me imiten.


Yo les digo que hagan un esfuerzo central, una serie de SÚPER ESFUERZOS CENTRALES, que trabajen sobre sí mismos, directamente. Sólo así es po¬sible producir un cambio dentro de nosotros mismos.


Pero obviamente cuando uno traba¬ja sobre si mismo en forma objetiva, cuando hace esfuerzos centrales, direc¬tos, para producir el cambio, sucede en¬tonces que nos atacan en forma intensiva el centro emocional inferior. Y puede decirse que el centro emocional inferior, es catastrófico, tenebroso, horrible; cuan¬do surge el ataque al centro emocional inferior se sufre realmente. Aparecen en nuestro camino gentes que nos hieren, que clavan el puñal en el centro emo¬cional inferior; sentimos que nos tortu¬ran el corazón.


Claro, hay la tendencia siempre a reaccionar contra aquellos que en una u otra forma nos hieren. Tenemos esa marcadísima tendencia a la reacción. Si reaccionamos se vigoriza el centro emocional inferior y eso es gravísimo.


Sin embargo la lucha contra las emociones inferiores tiene ciertas venta¬jas: una de ellas es precisamente la más importante y es que surge como resul¬tado del conflicto aquel contra las emo¬ciones, contra las palabras que nos hieren, nuestro SER DIVINAL, producto de la lucha, del esfuerzo.


Este Ser Individual surge vigoroso, viene a la manifestación y es obvio que purifica todas nuestras funciones; nues¬tros centros que antes marchaban dis-paratados, unos en contra de otros, se integran maravillosamente. Es mediante esa lucha contra las emociones inferio¬res y mediante esos Súper Esfuerzos objetivos y centrales, no indirectos ni unilaterales, como se consigue en verdad la Individualidad y la Integración del Ser.


Al citar esta palabra “Integración del Ser”, producto de los esfuerzos cen-trales sobre si mismos, debemos reflexio¬nar un poco. Realmente nuestro Ser in-terior profundo no está integrado; se compone de muchas partes autónomas y auto-conscientes En las sagradas escrituras se habla precisamente de Doce Apóstoles. Cuando las gentes leen la Biblia toman a los Doce Apóstoles a la letra muerta; se dice que eran pes¬cadores que seguían a Jesús de Nazaret, el Cristo. Pero el Iniciado que está traba¬jando sobre sí mismo, en forma directa, sobre su propio Ser, viene a descubrir a esos Doce Apóstoles, a esos Doce Pes-cadores; Y lo grave es que no les viene a descubrir fuera de sí mismo, sino DEN¬TRO DE SÍ MISMO; Viene con asombro a darse cuenta que esos Doce Apóstoles son Doce partes de su propio Ser. Se saldría un poquito fuera de la cuestión meramente histórica y atiende mejor al Evangelio sobre sí mismo.


Son las Doce Potestades que con la Iniciación Venusta penetran en el vientre de la Divina Madre Kundalini, para ve¬nir un poco más tarde a la existencia física. Y esto resulta importantísimo.


Cuando se habla de Veinticuatro Ancianos del Apocalipsis de San Juan que arrojan sus coronas a los pies del Cordero, hay que saberlo entender. Tampoco son personajes extraños a noso¬tros mismos. Son Veinticuatro partes autónomas y auto-conscientes de nues¬tro propio SER.


Y cuando se menciona a los Cuatro Santos, hay que saberlo entender. Los Cuatro Devarajas no están solamente allá en los cuatro puntos cardinales de la Tierra, están dentro de nosotros mis¬mos, y tienen poder sobre los Cuatro Elementos.


Y cuando se habla del Cordero In¬molado que lava los pecados del mundo, no pensemos en un personaje histórico de hace 1977 años. No niego la existencia del Gran Kabir Jeshua Ben Pandirá, seria absurdo negarlo puesto que El es el autor de la Pistis-Sophia. Es pues histórico. Pero pensemos en ese Jeshua interior, al cual hacía tanta alusión Pablo de Tarso, al JESUCRISTO INTIMO, AL LOGOS HUMANIZADO; el Rayo ese LOGOICO que cada uno de nosotros tiene, penetra en el vientre materno de la Divina Madre Kundalini Shak¬ti para devenir más tarde a la manifes¬tación por la Iniciación Venusta.


Debemos recordar que el Logos no es un individuo humano o Divino; se equivocan los que así piensan. El LOGOS ES UNIDAD MÚLTIPLE PERFECTA. Cada uno de nosotros tiene su Rayo Logoico, por decirlo así su CRISTO IN¬TIMO, que cuando se humaniza en el vientre Materno se convierte en el Je¬sús, el Cristo Intimo. Jesús significa “Salvador”. El Cristo, Christus o Vishnú u Osiris es nuestro Rayo Logoico. Como Pablo de Tarso habla tanto de Jesucristo, no se refería a Él como personaje histó¬rico, sino al Jesucristo interior de cada uno de nos. A ese mismo se refería siem¬pre sabiamente.


Aquel hombre maravilloso y Santo que escribiera su vía espiritual, aquel famoso hermano de Fray Molina; ob¬viamente ese hombre murió mal, en un calabozo de la inquisición; escribió “Imitación de Cristo” que Tiene más sabor dijéramos Nirvánico que Dogmá¬tico.


Así que, hermanos, ese Jesucristo Intimo es el que cuenta. Si un Iluminado invoca de verdad en los mundos de Con¬ciencia Cósmica a Jeshua Ben Pandirá, El le hará este saludo señalándole el co¬razón, diciendo “Búscame aquí aden¬tro”, “Busca al Cristo aquí adentro”. Porque Jeshua Ben Pandirá vino a traer la doctrina del Cristo Intimo, en la mis¬ma forma que Gautama el Buda Sak¬yamuni trajo la doctrina del Budha interior.


Así, mis queridos hermanos, quiero que reflexionen en lo que significa to¬do esto.


Cuando se habla también de un gran místico que se llama Santiago el Apóstol, se debe comprender el Mer¬curio de la Filosofía Secreta. El representante mismo del Mercurio es una de las doce potestades más importantes que llevamos en nuestro interior: es Santia¬go el Mayor, es el Bendito Patrón de la Gran Obra, es el que nos enseña a noso¬tros la ciencia maravillosa de la Gran Obra.


El Padre de todas las Luces es el Anciano de los Días (cada uno de noso¬tros tiene su Anciano) y por medio de Santiago El mayor, nos enseña la ciencia Bendita.


Cuando se habla de Felipe, no se piense sólo en Felipe el Apóstol aquel que bautizó el eunuco a la orilla de un río o de una fuente, aquel maravilloso personaje que aparecía y desaparecía como por encanto, que viajaba por los aires y que asombraba pues los pueblos. Piénsese también en el Felipe interior que cada uno de nosotros carga. Es obvio que si le invocamos con pureza de cora¬zón y le rogamos que nos saque del cuer¬po físico y nos lleve por la región supra¬sensible del eterno espacio, seremos asis¬tidos por Él.


Así que esas Doce Potestades están dentro de nosotros mismos; no fuera de nosotros mismos. Y no nos queda¬mos ahí; está el Guardián del Umbral del mundo astral, el Guardián del mundo mental, el Guardián del Umbral del mun¬do Causal. ¡He aquí tres guardianes!


¿Y qué diremos de la Divina Madre Kundalini Shakti?… Ella tiene 5 aspec¬tos:


El de la Inmanifestada, que es el más oculto y terrible de todos, Nephtys. En nombre de la verdad ni yo mismo he podido entrar por lo menos en esta reencarnación en el Templo de Nephtys, el Templo de la Inmanifestada; esa puerta es muy estrecha, aunque sea cris¬talina, obviamente manifestada; pero los Dioses también sufren mucho para po¬der entrar al Templo de Nephtys.


Luego viene el de la Manifestada, llamémosla Isis, llamémosle Adonía, Rea, Insoberta, Tonantzín, Cibeles, Diana, María o Marah; no importa el nombre que le demos. Ella está más cerca de no¬sotros, nos asiste con su Sabiduría, Amor y Poder y es parte de nuestro Ser también; es una parte de nuestro Ser pero DERIVADO.


Y hablemos también del tercer aspecto de la Madre Cósmica, como te¬nor de Amor y de Ley, que castiga a los Iniciados cuando estos merecen ser castigados: La Reina de los Infiernos y de la Muerte. No importa que le llame¬mos Proserpina o Coatlicue o Hécate… En todo caso nos castiga para nuestro bien y es una parte también de nuestro propio Ser.


¿Qué diremos también de la Madre Natura, el cuarto aspecto de nuestro Ser Madre, aquel que une perfectamente el zoospermo con el óvulo, aquel que en forma matemática diseña el cuerpo físico, aquel que pone exactamente cuarenta y ocho cromosomas en la cé¬lula germinal primitiva? Obviamente nuestra Madre Natura lo sabe ya por Naturaleza.


Por último tenemos el quinto as¬pecto: una Maga Elemental como Señora que nos da los impulsos instintivos, como Reina de los Elementos, como Maga Elemental repito. Es maravilloso.


Así pues si el Buda Gautama es el conductor de la Vaca Sagrada, algún día nosotros también cada uno de nos, tiene que convertirse en conductor de los cinco aspectos maravillosos de la Vaca de las cinco patas, de la Vaca Sagrada.


Por cierto que la Blavatsky vio por allá en el Indostán una de esas maravillas de la Naturaleza: Una Vaca blanca con cinco patas, la quinta la llevaba en la jiba y con ella espantaba las moscas, la condu¬cía un joven de la secta Sadhú y se ali¬mentaba con esa leche; De cuando en cuando aparece, y ha aparecido en la América también este caso curioso viva representación de las cinco fuerzas de la Divina Madre Kundalini, de los cinco aspectos de Kundalini Shakti.


Así van viendo Uds. los distintos aspectos de nuestro Ser. Él es el Dios León también el León de la Ley; Él es policía del Karma que en nuestro interior cargamos, que surge de aquellas regiones donde hayamos cometido algún error: el KAOM.


Tenemos nuestro Anubis particular, propio, que nos aplica también la Ley; y tenemos el Mitratón relacionado con el hombro derecho y a un Sandalphón relacionado con el hombro izquierdo y tenemos al Señor del Tiempo, que puede traernos la memoria de nuestras antiguas existencias, nuestros recuerdos. Todo eso tenemos en nuestro interior.


Y tenemos una Minerva, no sólo allá en el Macrocosmos, sino una parte de nuestro Ser, que tiene Sabiduría, que puede realizar dentro de nosotros opera-ciones extraordinarias.


Así pues mis queridos hermanos, nuestro Ser tiene muchas partes autónomas y auto-conscientes, independien¬tes. La parte superior de nuestro Ser es el Viejo de los Siglos.


No podríamos perfeccionar en nues¬tro interior las distintas partes del Ser, si no elimináramos de nosotros mismos los elementos inhumanos que siempre cargamos, todos esos agregados psíqui¬cos viva personificación de nuestros errores.


Así mis queridos hermanos que tal como es arriba es abajo. Si en la parte más elevada de nuestro Ser hay una mul¬tiplicidad también en la parte inferior está la multiplicidad del ego por oposi¬ción. No podríamos repito, purificar o perfeccionar el Rayo aquel oculto, (ya que las partes elevadas de nuestro Ser están ocultas), perfeccionar la parte más elevada del Ser, sin haber destruido hasta el último de los agregados psíqui¬cos.


Quien logre desarrollar la parte más elevada del Ser, quien logre purificarla, recibe el grado de “ISMECH”; es claro se conocen estos CUERNOS: El Lucifer interior de cada uno de nos que es una reflexión del Logos dentro de nosotros mismos y tiene cuernos; por el número de cuernos sabemos si está en el grado de desarrollo espiritual y perfección de la razón objetiva que he¬mos alcanzado. Quienes poseen los seis tridentes en los cuernos han realizado la GRAN OBRA, han logrado estable¬cerse en el Anc-Lad; pero quienes po¬seen los NUEVE tridentes en los Cuer¬nos se integran en el Padre Cósmico Común.


¡Ahora bien, por oposición, tenemos también una multiplicidad en el ego por oposición! ¡Debemos desintegrarlos!


Hay dos tipos de INTEGRACIÓN podemos integrar al Ser y esa es la Inte¬gración Cósmica, la CRISTALIZACIÓN CÓSMICA. Y hay otra integración mis queridos hermanos. LA INTEGRACIÓN NEGATIVA; quienes integran AL EGO se convierten en demonios terriblemente perversos; los hay: Los Magos Negros que han cristalizado… Los Magos Negros que rinden culto a todas las partes del EGO, que le han reunido en si mismos, que se han integrado totalmente. Esa es una integración negativa, la integra¬ción del ego.


Hay escuelas que rinden culto al ego y que no quieren desintegrar el ego, que lo veneran como ángeles… que con¬sideran a los distintos agregados psí¬quicos como valores positivos, mara¬villosos y que los cuidan. Esos equivo¬cados integran el ego y se convierten en ¡tenebrosos! ¡Sumamente fuertes! ¡Magos de las tinieblas!. Los hay en el Sol Negro, que es por oposición la antíte¬sis del Sol que nos ilumina; los hay entre las entrañas del sub-mundo; los hay en LILIT, la Luna Negra… Son cristaliza¬ciones equivocadas integraciones negati-vas.


Nosotros debemos hacemos concien¬tes de todo eso.


Así pues entre la lucha contra las emociones negativas surge EL SER. ¡Comienza poco a poco el proceso de INTEGRACIÓN DEL SER, pero por oposición se intensifica la DESINTEGRACIÓN DEL EGO, hasta su aniquila¬ción total!


En el camino de la investigación, no debemos olvidar que se hace necesario estudiar al Ser, no solamente, repito, en el mundo de las doce Leyes, sino en el de las veinticuatro, de las cuarenta y ocho y las Noventa y Seis Leyes; éste último está poblado por los distintos agregados psíquicos que llevamos en nues¬tro interior, eso es OBVIO.


Una vez que nosotros hemos com¬prendido esto comprendemos también la necesidad de COMPRENDER, a otros. Para poder comprender a otros en una forma real y verdadera, lo que se necesita es ponemos de acuerdo. No podríamos comprender a otros si no nos hemos com¬prendido así mismos.


Alguien dice por ahí: “bueno, yo comprendo a fulano pero no estoy de acuerdo con él”, lo cual es ¡absurdo! si se le comprendiera se estaría de acuer¬do con él. Precisamente por lo que no se le comprende no se está de acuerdo con él. Eso es obvio. ¿Cómo se puede comprender a alguien y no estar de acuerdo con ese alguien?

Esta cuestión es estrictamente mate¬mática: si sumamos veinte más veinte, ¿qué cantidad nos da? Cuarenta. ¿ver¬dad? Bien. Si dividimos a cuarenta entre dos, ¿qué queda? Veinte, eso es obvio; si lo partimos, ¿qué queda?, Pues veinte. Bien, ¿entonces veinte vendría a ser, qué? ¿Qué vendría a ser? Vendría a ser lo que podríamos decir la MEDIA MATEMÁTICA EXACTA ¿Por qué?, Porque sencillamente esa cantidad veinte es la Media Matemática exacta entre dos cantidades: veinte y cuarenta.


Luego esa cantidad matemática me¬dia entre dos cantidades, obviamente nos viene a dar el equilibrio entre EL SER Y EL SABER. Eso es claro. Debe haber un perfecto equilibrio entre el Ser y el Saber. Si no hay un equilibrio perfecto entre el Ser y el Saber pues sencillamente no hay comprensión.


Así pues si se comprende a alguien, pues se le debe COMPRENDER y si no, no se le comprende y eso es todo.


Podría ser que ese alguien que asu¬mimos haber comprendido tiene ideas diferentes a las nuestras y que digamos: si lo hemos comprendido pero no estoy de acuerdo con él. En este caso pues ¡no lo hemos comprendido! Sino, estaríamos de acuerdo con él. Lo que estoy diciendo es de difícil comprensión pero es Real, ese fulano es protestante y nosotros expresamos: que él es protestante y su punto de ver la realidad he¬mos comprendido pero no estoy de acuer¬do con su Iglesia Protestante, con sus ideas protestantes. Sencillamente no lo hemos comprendido.


Pero si realmente nosotros lo hemos comprendido, sabemos que está refi¬riendo determinadas palabras bíblicas y que las está repitiendo en forma dogmá¬tica. Si las está repitiendo en forma dogmática, entonces ¿qué sucede? Pues COMPRENDEMOS que las está repi¬tiendo en forma dogmática… si entendemos que este es un hombre número tres, un hombre meramente intelectual, enton¬ces decimos: “este hombre está repitien¬do lo que ha estudiado de la Biblia, lo que otros le han enseñado, es un hombre de tercer nivel, meramente intelectual, todavía no ha evolucionado, lo he com¬prendido. No le discuto, lo he entendido. Él es número tres, yo soy hombre nú¬mero cuatro o número cinco, etc., por lo tanto él está en su verdad, lo he com¬prendido y soy su amigo”. Eso se llama comprender realmente y estar de acuerdo.


Para comprender a alguien hay que estar de acuerdo con ese alguien. Si ese alguien habla por ejemplo en inglés y nosotros español, ¿cómo podríamos comprendernos?. Tenemos que estar de acuerdo en algo: en el lenguaje o en los símbolos, para podernos entender. De lo contrario, ¿cómo nos entenderíamos? No habría entendimiento alguno.


Así pues necesitamos entendernos.


Considerando estas cosas mis queri¬dos hermanos, la comprensión realmente resulta algo que hay que investigarlo. Aquí en nuestros estudios aprendemos a conocerlo; comprendiendo la enseñanza avanzamos en sentido de comprensión y es indispensable comprender. Noso¬tros necesitamos COMPRENDER LA GNOSIS, pero hay que equilibrar el Ser y el Saber.


Si el saber es mayor que el Ser no hay equilibrio, si el Ser es mayor que el Saber tampoco hay equilibrio. El Ser y el Saber necesitan equilibrarse, sólo así surge la Comprensión. ¡Es vital com¬prender!


Y a medida que avanzamos auto-explorando dijéramos, todas estas partes de nuestro Ser, la comprensión va sur¬giendo cada vez más, y más en nosotros; Eso es obvio. Esa comprensión nos lleva muy lejos, en nuestros estudios.


En todo caso, luchando por la In¬tegración del Ser; queremos la desinte¬gración del ego; por lo tanto urge traba¬jar profundamente sobre nosotros mismos para poder desintegrar al ego. Hay nece¬sidad de comprender cada agregado psíquico que vamos a desintegrar.


Por ejemplo la venganza: No confun¬dir la justicia con la venganza; justicia es una cosa y venganza es otra, Hay mu¬chos que dicen: “la venganza es dulce” y eso es un absurdo. Es un absurdo tomar la justicia por su propia mano; eso es venganza. La sagrada Ley se encar¬ga de cobrar las cuentas a cada cual, nosotros no tenemos porqué ocupar el puesto de la Gran Ley. Si descubrimos que somos vengativos, necesitamos COM¬PRENDER el proceso de la venganza.


Para comprender el proceso de la venganza por ejemplo, se hace necesario la MEDITACIÓN, la reflexión. Se con¬funde muy fácilmente el proceso de la venganza con el proceso de la justicia y tenemos siempre la marcada tendencia a tomar la justicia en nuestras propias manos. Eso es venganza. Somos vengativos si alguien nos hiere con la palabra, reaccionamos violentamente; eso es ven¬ganza.


No somos capaces de permanecer callados ante un insultador, ante alguien que nos está ofendiendo, siempre tene¬mos esa marcadísima tendencia a reaccionar por cualquier palabrita que nos di¬gan; siempre nos sentimos aludidos y aunque estamos en el Camino, una y otra vez respondemos y reaccionamos. Observen ustedes a todos los hermanitos del Movimiento Gnóstico en general: ¿hay alguno que acaso no reaccione en una o en otra forma, ya sea verbalizando sus reacciones o guardándolas en secreto? ¡Todos tienen esa marcada tendencia a res¬ponder ante la palabra que ofende, ante la sonrisa que hiere, ante los ojos que apuña¬lean! ¡Todos tienen la marcadísima tendencia a reaccionar!. Hay quienes ocupan por ejemplo el Ara. Esto, que es lo más sagrado del altar para dirigirse a los hermanos: los hieren y los hieren vengándose de éste, vengándose de es¬te otro, etc. No se ha dado eso aquí en nuestra sede Patriarcal afortunadamente, pero sí en otras latitudes de América. Hay Sacerdotes que se ponen su vestidu¬ra sagrada, ocupan dijéramos la tribuna de la elocuencia para dirigirse al público con segundas intenciones, dirigiéndose a fulana, a zutano, vengándose de peren¬cejo.


Hay esas gentes, gentes así, siempre reaccionarias, reaccionando. Así que hay siempre una marcada tendencia a confun¬dir la justicia con la venganza.


Cuando uno comprende pues el pro¬ceso de la venganza, puede darse el lujo de desintegrar al agregado psíquico de la misma, pero sólo COMPRENDIENDO; si no, ¿cómo podría desintegrarlo?


¿Y qué diremos por ejemplo de los celos?, Hay muchas clases de celos. No solamente pasionales, amorosos, no. Hay celos políticos, celos religiosos, hay ce¬los por amistades, etc., son múltiples los celos. ¿Y qué es eso que se llama celos? es el temor de perder lo que más se ama; resulta pues del Yo del apego.


Un hombre teme perder a su mujer y la cela horriblemente. Una novia teme perder a su novio y lo cela espantosa¬mente y allí resultan conflictos horribles: muertes, venganzas y cincuenta mil cosas por el estilo.


¿Cómo podríamos eliminar ese Yo de los celos si uno no sabe que es el fru¬to del terror? ¿Del temor de perder lo que más se quiere?


¿Cómo podría uno desintegrar ese Yo de los celos si no sabe que es el resultado del apego? ¿Si cree, equivocada¬mente, que es el pretexto del amor? ¿Cómo podría el amor tener celos? ¿Si el Amor es perfecto es divino?


Los celos no pueden venir del Amor porque el Amor todo lo entrega, nada quiere para sí… todo para el Ser que ama; no desea sino la felicidad del Ser que adora; sabe sacrificarse a sí mismo por el bien de quien ama. Entonces los celos no vienen del Amor. Vienen del EGO.

Pero si uno ignora eso, si uno se está justificando, ¿cómo podría eliminarlo? ¿De qué manera? Imposible.


Así que es necesario primero que todo descubrir el defecto que debemos desintegrar; Luego COMPRENDERLO a través de la reflexión evidente del Ser, a través de la MEDITACIÓN DE FONDO, y una vez comprendido se esta pre¬parado para la eliminación.


Así que, mis queridos hermanos, es necesario que ustedes reflexionen en todo esto. Mientras uno no ha desinte¬grado el ego esta expuesto a muy graves errores: A prejuzgar, a odiar, a sentir ven¬ganza, a vengarse, etc.


Comprender a otros es indispensable, pero ¿cómo podríamos comprenderlos si no nos comprendemos a sí mismos?


Hay siete niveles de hombres que uno debe conocer:


—Primero es el nivel meramente instintivo.


—El segundo es el nivel exclusiva¬mente emocional.


—El tercero el intelectual.


—Más allá de esos tres niveles existe el cuarto nivel: el del hombre equilibra¬do, el del hombre que ya equilibró los centros de su máquina orgánica.


—Luego viene el quinto nivel: el de aquellos que han fabricado el cuerpo astral, que pueden vivir en el mundo as¬tral conscientemente.


—El sexto nivel el de aquellos que pueden vivir en el mundo de la mente consciente, porque ya se fabricaron el cuerpo Mental.


—El séptimo el de aquellos que están establecidos en el mundo Causal, con cuerpo Causal, como hombres Causales.


Obviamente los hombres número uno, dos y tres son los que más daño causan, no se comprenden unos a otros. Los hombres número uno, dos y tres viven dentro del circulo de la Torre de Babel y existe la confusión de “lenguas”; allí nadie entiende a nadie. Ellos son los que han provocado la Primera y Segunda Guerra Mundial, ellos son los que tienen al mundo en tribulaciones.


Ni los hombres número cuatro, cinco, seis, o siete, harían lo que hacen los hombres número uno, dos y tres. Los hombres número cuatro, cinco, seis y siete, no provocan guerras, no tienen algún lujo. Son los hombres uno, dos y tres los que han traído tanta amargura sobre la faz de la Tierra.


Pero entre los hombres uno, dos y tres hay distintos grados de compren¬sión, eso es obvio, Entre los hombres número uno, dos y tres hay muchas clases de comprensión.


Así pues vean ustedes lo que signi¬fica la comprensión. Nosotros debemos COMPRENDER TODO, hacernos cons¬cientes de sí mismos, auto-explorarnos profundamente para auto-conocernos.


Ya les decía Yo en pasadas reunio¬nes que había dos aspectos capitales, dos factores decisivos en nuestros estu¬dios: el uno, la recordación de sí mismo y el otro la relajación del cuerpo: re¬cordarse de sí mismos, de su propio Ser interior profundo y relajarse en pro¬funda meditación. Así viene a nosotros lo nuevo, así poco a poco nos vamos auto-explorando y eso es FUNDAMEN¬TAL.


Ahora, al concluir esta plática, esta Tesis, doy oportunidad a los hermanos aquí presentes para que pregunten lo que no hayan entendido. Tienen la palabra los hermanos.


Pregunta. — Venerable Maestro, haciendo referencia a su plática pasada del relajamiento y del recuerdo de sí, ¿qué nos queda al recuerdo de sí: el equili¬brio de los tres cilindros de la máquina orgánica con el recuerdo de sí o es un recuerdo de sí que excluye los cilindros de la máquina orgánica?


Respuesta. — La recordación del pro¬pio Ser interior profundo; se produce o se coopera o se ayuda al surgimiento del Ser Individual en uno.


Obviamente cuando el Ser surge en uno, equilibra entonces los cinco centros de la máquina orgánica: el inte¬lecto, centro emocional, centro motor, centro instintivo y centro sexual; queda, viene el equilibrio de los cinco centros de la máquina.


Pregunta. — Entonces el recuerdo de sí ¿no puede surgir espontáneamente sino a través de un trabajo sobre la perso¬nalidad?


Respuestas— Es obvio que esa re¬cordación de sí mismo implica un trabajo. La personalidad se relaja para quedar en estado pasivo. Entonces los mensajes que vienen del Ser a través de los centros superiores llegan a la mente; eso trae pues orden y armonía.


Preguntas— Maestro, dice Usted que por el Ser se logra el equilibrio de los centros, pero ¿entre eso viene el juego de la personalidad y los conflictos de la mente para lograr la no-intervención de ella y la actuación verdadera del Ser para que llegue el equilibrio a nosotros?


Respuesta.— Pues cuando se habla de relajación hay que entenderlo íntegramente; porque si vamos a relajar exclusivamente los músculos que siempre están tensos, no hemos comprendido íntegramente el proceso de la relajación. Se trata de relajar no solamente los músculos y los nervios del cuerpo sino TAMBIÉN LA MENTE. Cuando la men¬te está quieta, cuando la mente está en silencio, cuando ya no proyecta, cuando está en estado receptivo, integral, en¬tonces adviene LO NUEVO.


Pero mientras exista una mente pro¬yectista y un cuerpo en tensión, no ad¬viene jamás lo Nuevo. De manera que pa¬ra que la mente pueda no estar en conflicto, durante unos instantes siquiera, debe haber relajación física y mental. Entonces estos conflictos desaparecen por un instante; por un instante surge el Ser en nosotros, a un momento de vacío que el Ser aprovecha para llenarlo y entonces adviene LO NUEVO.


Así poco a poco el Ser, lentamente, va produciendo la unión de todos los centros de la máquina orgánica; van de¬spareciendo los conflictos entre los tres cerebros: intelectual, emocional y motor. Así por segundos, por minutos, podremos recibir mensajes de los mundos superiores.


Pero se necesita constancia en el trabajo. Se precisa asiduidad.


Pregunta.— Maestro, cuando hablaba de las partes autónomas y auto-conscien¬tes del Ser, Usted citó algunos ejemplos; hablaba de los Apóstoles que carga cada uno de nos, ¿cuál parte autónoma y auto-consciente del Ser está relacionada con la aniquilación Budhista?


Respuesta.— Judas Iscariote. No pensemos solamente en el Judas aquel de ha¬ce 1977 años. Pensemos en el Judas in¬terior, en ese Apóstol interior, que es una de las Doce Potencias que en nuestro interior cargamos, una de las Doce partes del Ser. Él está vivamente interesado en la aniquilación Budhista, por eso es extraordinario.

No niego la existencia tampoco de aquel Apóstol de hace 1977 años que representara realmente a nuestro Judas íntimo. Él es una realidad; Él existe; Él es uno de los GRANDES; Él es el más exaltado Maestro, el más exaltado Adep-to que anduvo con Jesús de Nazaret; pero dentro de nosotros hay un Judas interior, fuera de aquel Judas realmente, fuera de los tres traidores del Hiram Abiff.


En nuestro Ser hay alguien que personifica al Iscariote que realmente esta interesado en la destrucción del ego.


Pregunta. — Maestro. ¿Cómo hemos de entender el trabajo de Tomás en nosotros?.


Respuesta. — Bien sabemos nosotros que Tomás indica un poco de escepticismo, de duda y de todo eso. Pero lleva¬do a fondo, aquel Tomás intimo que en nuestro interior cargamos, obviamente se relaciona con el discernimiento. Es ne¬cesario aprender a discernir. Es urgente usar el bisturí de la auto-crítica para abrir los valores, a ver que es lo que tienen de verdad. Así es como hay que entender al Tomás interior, al Tomás íntimo.


Cada uno de nosotros lleva pues a las Doce Potestades en su propio Ser. Y todas esas partes autónomas y auto-conscientes del Ser, en la Pistis Sophia son llamadas “LOS REGIDORES” de los Aeones y del Destino y de la Esfera. Ellos se mueven pues; ellos hacen su Obra, la Gran Obra, entre la escuadra, los triángulos y los octágonos… y todo esto hay que saberlo entender.


Pregunta. — Maestro, ¿y cuál será del Ser el encargado de Alquimia?


Respuesta.— Incuestionablemente hay uno que es encargado de Alquimia y se llama en Alquimia el Antimonio, pero éste no es una de las Doce Potestades.


Pregunta.— ¿Y en cuánto a una parte de nuestro Ser?


Respuesta.— Lo que sí hay es un especialista en Alquimia al cual, estoy seguro, le obedece el Antimonio, que es precisamente Santiago el Mayor, el Ben¬dito Patrón de la Gran Obra. A Él le obedece el Antimonio, en sentido que es el encargado trascendental de la Alquimia, de la Gran Obra.


Pregunta.— Maestro. ¿En qué sentido debernos entender a Pedro cuando negó al Cristo tres Veces?


Respuesta.— Hay tres purificaciones que hacer por el Hierro y por el Fuego. Quien no hace las tres purificaciones no consigue la Cristificación. Pedro con la cabeza hacia abajo, crucificado con la ca¬beza para abajo nos indica que hay que bajar a la Novena Esfera, a trabajar con el Fuego y el Agua, origen de mundos, bestias y Dioses. Toda auténtica Iniciación blanca comienza por ahí. Pedro eso nos está diciendo con su crucifixión.


Ahora bien, hay tres purificaciones que son las tres negaciones de Pedro:


—Primera purificación. — Primera Montaña, la de la Iniciación.

—Segunda purificación. — La Segun¬da Montaña, la de la Resurrec¬ción.

—Tercera purificación. — Cuando bri¬lla la estrella de las ocho puntas y el libro de Job sobre la cumbre de la Segunda Montaña.


No se podría llegar a la Resurrección del Cristo Intimo en nosotros, sin haber pasado previamente por las tres puri¬ficaciones a base de Hierro y Fuego.


Tres veces canta el Gallo, que es el mercurio de la filosofía secreta, porque eso representa el Gallo, el GAIO o IAO. “Y antes de que cante el Gallo por ter¬cera vez me habrás negado tres veces” porque tres veces tiene que bajar el Ini¬ciado a los Mundos Infiernos, a trabajar con el Fuego y el Agua. Son TRES puri¬ficaciones a base de Hierro y Fuego; por eso los TRES clavos de la Cruz; ¡por eso el INRI sobre la Cruz!


¡IGNIS NATURA RENOVATUR IN¬TEGRA! El Fuego renueva incesante¬mente la Naturaleza.


De manera que el Pedro Intimo, particular, de cada uno de nos, realiza ese trabajo de “negar el Cristo tres ve¬ces”. No es que lo niegue negando, sino que sencillamente tiene que bajar a trabajar en la “Forja de los Cíclopes”, en la Novena Esfera, antes de lograr la Resurrección. Tiene que ir entre los demonios en TRES épocas, antes de resuci¬tar de entre los muertos, antes de poder resucitar. Porque la resurrección se hace primero, AQUÍ Y AHORA.


Pregunta. — Maestro, ¿el demonio de los celos pasionales es un producto de la lujuria?


Respuesta. — Pues sí… los celos no existirían si no hubiese lujuria.


Pregunta. — Maestro, ¿cómo debemos entender a Juan?


Respuesta. — ¡Juan es el VERBO!, ¡LA PALABRA! El obviamente parlará en nosotros con el verbo de la vida. Es la Palabra. Es el Verbo. Así lo debemos entender.


Pregunta. — Venerable Maestro, como estoy más interesado en la muerte del ego, que todo, Usted nos dice en su plá¬tica que el Ser está condicionado por el mundo Solar y de todos los mundos, hasta del mundo de noventa y seis leyes. Los Mayas hablan en su mitología del in¬fra-mundo o del sub-mundo y nos citan algunas partes precisamente del Ser. Nosotros debido a cierta experiencia con relación al Guardián del Umbral, cual hermano terrible que toma diferentes fa-cetas en esa región del sub-mundo… ¿se puede considerar a esos tres Guardianes directamente como partes del Ser? ¿Se puede hablar de sus partes en el sub-mundo?


Respuesta.— Obviamente el Guardián del Umbral en sus tres aspectos, es: TRES ASPECTOS DEL SER.