domingo, 23 de junho de 2024

EL GÉNESIS Y LA SEMANA SANTA


La Semana Santa tenemos que vivirla dentro de nosotros mismos aquí y ahora, en La Gran Obra.


El Génesis de Moisés y el Apoca¬lipsis de San Juan se complementan. Conviene que echemos un vistazo a La Biblia y que leamos la coordinación del Génesis y del Apocalipsis. Vamos a abrir aquí Las Sagradas Escrituras. En el Génesis dice:


“En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordena¬da y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz: y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena: y separó Dios la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó noche: y fue la tarde y la mañana un día”.


Es el Primer Día del gran trabajo de la Semana Santa en que hay que separar a la luz de las tinieblas. El Iniciado tiene que bajar entonces a los mundos infiernos y conocer el secreto del abismo, el secreto de Malchut, el secreto de los Kliphos, de la Muerte Segunda.


“Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que esta¬ban sobre la expansión. Y fue así. Y lla¬mó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo”.


Ese es el segundo trabajo que hay que hacer; es el segundo trabajo Alkí¬mico, y hay que separar las aguas de las aguas.


Téngase en cuenta que cuando se habla de aguas, se está refiriendo el Génesis a esas aguas espermáticas del primer instante, al caos metálico de la Alquimia. Es claro que en ese Esperma está, dijéramos, el Alma, el Alma del mis¬mo semen, el Alma del Caos. El Alma es el Mercurio de la filosofía secreta.


Hay que separar las aguas de las aguas. Mejor dicho: Las aguas superio¬res, la Leche de la Virgen, como se dice en Alquimia, el Mercurio de la filosofía secreta, el Alma Metálica del Azogue, deben ser separada de la parte bruta mediante la transmutación; eso es obvio.


Son tres tipos de Mercurio:


Mercurio en bruto, o Esperma; el Alma Metálica del mercurio, que son, dijéramos, las corrientes sexuales se¬minales subiendo por Idá y Pingalá, es el segundo Mercurio; y el tercer Mercurio, aclaro, es cuando los átomos solares y lunares del Mercurio que hacen contacto con el Triveni, cerca del Coxis, despier¬tan el Kundalini, el Fuego Sagrado, el Azufre, y entonces se fecunda el Mer¬curio y se forma el Tercer Mercurio, que viene a penetrar por Susumná, es decir, a ascender por la columna espinal hasta el cerebro, y es con ese Tercer Mercu¬rio, con el excedente de ese Tercer Mer¬curio, con el que viene a cristalizar el Cuerpo Astral.


Mucho más tarde, en una octava su¬perior, el Mental, y después el Causal.


Así pues, separar las aguas de las aguas es indispensable mediante la transmutación; ese es el segundo día de la creación.


“Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase la seca. Y fue así. Y llamó Dios a la seca Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno. Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla es¬té en él, sobre la tierra. Y fue así. Produ¬jo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bue¬no. Y fue la tarde y la mañana del día tercero”.

He ahí pues el tercer trabajo; la crea¬ción en un día del Cuerpo Astral, del vehículo Sideral, el cual debe llegar a tener fruto. ¿Cuándo tiene fruto? Cuando ya es un vehículo, pues, de Oro Puro es cuando ya ha tenido fruto el Cuerpo Astral, donde está, dijéramos, la vida. Tercer vehículo.


“Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para sepa¬rar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años, y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas. Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alum¬brar sobre la tierra, y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana del día cuarto”.


Es cuando ya uno viene, pues, a dar¬le forma propiamente dicha a la Inicia¬ción Cuarta. Cuando ya viene, pues, propiamente dicho, a poseerse ese ve¬hículo de la mente, cuando viene a Crístificar en la Gran Obra; eso es importantísimo. Entonces esas señales que se ven arriba: Sol, Luna, Estrellas y toda esa cuestión, son aquellas de la Sabiduría Hermética; porque el mundo de Netsah es el mundo de la Sabiduría Hermé¬tica; allí es donde encuentra uno el Conocimiento Hermético. De manera que resulta muy Interesante eso del Cuarto Día que tiene que ver con la Cuarta Iniciación.


Continuando veremos lo siguiente:


“Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos, Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su es¬pecie. Y vio Dios que era bueno. Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y mul¬tiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra. Y fue la tarde y la mañana del día quin¬to”.


Bien se sabe que en la Quinta iniciación, que corresponde al Mundo Causal, tiene uno que hacerse amo de los ele¬mentos, aprender a manejar todo aquello que tenga vida; hacerse Señor del fuego, de los aires, de las aguas, de la tierra, aprender a manejar los poderes de la natu¬raleza. Eso solamente es posible traba¬jando uno sobre sí mismo. Por eso de¬cía que antes de intentar manejar los elementos de la naturaleza: elementa¬les del fuego, del aire, del agua y de la tierra, tiene uno que manejar los pro¬pios; Aprender a manejar los elementa¬les atómicos del Esperma; aprender a manejar los elementales atómicos del fuego sexual; aprender a manejar los Sil¬fos de la propia mente, Silfos atómicos de la mente, eso se llama hacerse amos de su propia mente; y aprender a manejar también los Gnomos atómicos que for¬man la carne y los huesos; Hacerse amo de los elementales atómicos dentro de sí mis¬mo. Tiene uno que hacerse amo de su propio cuerpo, para hacerse amo de la na¬turaleza. No podría uno llegar a manejar los Elementales del universo, si no ha ma¬nejado sus propios elementales atómicos, los de su cuerpo. Todo eso se aprende en el Quinto Día de la Creación.


“Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así, E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno. Entonces dijo Dios: Hagamos al hom¬bre a nuestra imagen, conforme a nues¬tra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; VARÓN y HEMBRA LOS CREO. (Es muy importante es¬to, indudablemente que es bastante importante.) Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cie¬los, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así. Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran mane-ra. Y fue la tarde y la mañana el día sexto”.


De manera que Dios, VARÓN Y HEMBRA LOS CREO. Pero, ¿cuándo es que pasa verdaderamente a ser VARÓN Y HEMBRA? ¿Cuándo es que se fusio¬nan los principios masculinos y femeninos de la Seidad? Téngase en cuenta que ese es el Trabajo del Sexto Día (…), o sea, el Sexto Trabajo en que BUDHI, la WALKIRIA, después de haberse despo¬sado con el CABALLERO, con el ALMA HUMANA, se fusionan mediante el fue¬go integralmente. Entonces queda el Hombre Andrógino Perfecto, VARÓN Y HEMBRA, con poderes sobre el fuego, sobre los aires, sobre las aguas, sobre la tierra, sobre todo lo que es, ha sido y será. Es el último Día de la Creación.


“Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación”.


Cuando se hace el Séptimo Trabajo, el Séptimo Día de la Semana Santa, la Obra queda consumada: ¡Consumatum Est! ¡Todo se ha consumado! Entonces es la suprema entrega del Espíritu al Pa¬dre.


Más tarde, en el Octavo Día, el Pa¬dre en el Hijo, en el Hijo resucitado, se levanta de entre su Sepulcro de Cristal después de la Resurrección de los Muer¬tos. Pero ese Trabajo, todo en sí, forma La Semana Santa.


Hemos mirado esto desde el ángulo del Génesis, porque con las mismas Leyes que El Logos (Unidad Múltiple Perfecta) usó para crear este sistema so¬lar, esas mismas tiene que usar el Alquimista para crear su Universo Interior, para llegar a tener realidad, para crear su Universo propio; son las mismas Le¬yes. Al Trabajar uno con la Alquimia está trabajando con las mismas Leyes con las que el creador creó el Universo; aún más, está ampliando la Obra del Crea¬dor, porque la Obra del Creador queda ampliada cuando nace un nuevo Maes¬tro. De manera, pues, que se consuma la Obra y se llega a lo que se quiere.


El Creador Logos quiere en última instancia que de todo eso resulten diferentes auto-realizados, hombres resurrec¬tos, Dioses; es la consumación de ese hombre.


Ese Génesis está íntimamente relacio¬nado con el Apocalipsis de San Juan, con los Siete Sellos, como con las Siete Trompetas que cada ángel va a tocar.


El Iniciado, cuando recibe la Inicia¬ción de Malchut, incuestionablemente rompe el Primer Sello; cuando pasa por la de Jesod, rompe el Segundo Sello del Libro Sagrado que es el hombre; cuando pasa por la Tercera Iniciación, rompe el Tercer Sello; cuando pasa por la Cuarta, rompe el Cuarto Sello; cuando pasa por la Quinta, rompe el Quinto Sello; cuando pasa por la Sexta, rompe el Sexto Sello, y se ha consumado la Obra, porque el Séptimo es de descanso, de oración, de meditación, de súplicas como se ve allí en el Apocalipsis de San Juan.


Es claro que al romperse el Sépti¬mo Sello, la Obra está ya consumada. El Octavo Día es siempre para resucitar.


Uno tiene que vivir el Génesis en lo individual o en lo colectivo. Lo vive en lo colectivo con la creación del Uni¬verso, como partícula divina que viene a esta creación.

Ahora, el Apocalipsis, uno tiene que vivirlo individualmente o lo vive colectivamente. Colectivamente es el Libro de la Vida, el Libro de la Sabiduría. A través de la historia se va rompiendo cada sello. Por estos tiempos está ya para romperse, por lo menos el sexto sello, el penúltimo. Es decir, la humanidad está viviendo el Apocalipsis colectiva¬mente.


Si el Alquimista tiene que hacer Oro, no solamente crear los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, sino que además tiene que convertir esos cuerpos en Oro Puro, antes de que puedan ser tragados por la Serpiente, así también el Logos tiene una Edad de Oro; y para poder tener el Logos una Edad de Oro, tiene que hacer lo mismo que hace el Alqui¬mista en su laboratorio, arrancando se¬llo por sello.


El Logos tiene que hacerlo vivir a la humanidad en toda la naturaleza, de¬be ir arrancando cada sello.


Claro que cuando termina o se rom¬pe ya el sexto sello, la Obra queda prácticamente terminada, viene la catástrofe final.


Con la ruptura del séptimo sello, ya no queda nada de todo lo que había.


Por último viene la resurrección del Logos en todo lo creado, en toda la naturaleza; es cuando es la Nueva Edad, la Edad de Oro.


Así como el Hombre para poder hacer Oro, hablando en sentido Alqui¬mista, necesita romper los Siete Sellos, así también el Logos para poder hacer una Edad de Oro, necesita que toda la humanidad rompa los siete sellos, que toda la naturaleza los rompa, y en¬tonces se hace la Edad de Oro; Pero tie¬ne que todo esto pasar por un Apocalip¬sis tremendo y espantoso.


De manera que, o vivimos el Apo¬calipsis individualmente, o nos toca vivirlo colectivamente. Mejor vivirlo indi¬vidualmente, que nos da el triunfo, y fijamos el Oro en nosotros mismos, y logramos nosotros conseguir, pues, el Vellocino de Oro de los Antiguos, o nos toca vivirlo colectivamente con el gran Apocalipsis Mundial, a los mundos infiernos, a pasar por la Muerte Segunda para tener el derecho más tarde de vivir en la Edad de Oro como esencias puras de una nueva humanidad. Pero, de todas maneras, tenemos que” vivir el Gran Libro y romper sus sellos.


La Semana Santa es la más Santa de todas las semanas, porque es la Semana que uno tiene que vivir, y cada día de esos equivale a largos períodos de Trabajo. Pero al fin y al cabo, La GRAN OBRA, se resume siempre simbólicamente en El Libro de Job. Los ocho años de Job, son el Sumun, el extracto en sí, pero, en conjunto, La GRAN OBRA, pues, aunque se resuma en OCHO DÍAS, en OCHO AÑOS totalmente, junto con resurrección y todo, es decir, en la Se¬mana Santa, pues, puede durar muchos años.


En todo caso, cada cual tiene que vi¬vir su Semana Santa. El Hijo del Hombre vive la suya. Cuando El Hijo del Hombre nace en el pesebre, él debe vivir su Se¬mana Santa, hacer todo el Trabajo en su Semana Santa.


Al pueblo no se le puede explicar esto, porque el pueblo no lo entiende; al pueblo se le da la corteza, la cáscara de la enseñanza, pero a los Iniciados se les enseña “La Carne” de la Doctrina, a comer la Doctrina.


De manera que el Cristianismo tiene dos aspectos: El cristianismo exotérico o público, para el pueblo; el Cristianismo Esotérico, Sagrado, para los Iniciados.


Pregunta, — Venerable Maestro, para hacer conciencia de nuestro trabajo quiero preguntar. ¿El Bodhisattva, aunque sea caído, tiene que formar el Cuerpo de la Voluntad Consciente, o sea, el Cuerpo Causal, para que entre Tiphereth?


Respuesta.— Bueno, el Bodhisat¬tva, siendo Bodhisattva, pues no tiene por qué entrar a crear el Cuerpo Causal, puesto que se sabe que es un Bodhisattva; es decir, el Alma Humana, dijé¬ramos, de un Maestro; ya se entiende que esos vehículos los creó en el pasado. Empero, tiene que encender el Fuego en sus vehículos, restaurar el Fuego en cada uno de sus vehículos, y después, regenerar el Oro en sus cuerpos. Conse¬guido eso, pues el Bodhisattva se levanta. Pero bien, no se logra eso sino empe¬zando por la base. Diríamos que después de haberse encendido el Fuego en cada uno de los vehículos; después de haberse restaurado, dijéramos, el principio Ígneo en los cuerpos físico, vital, astral, mental, y causal, y así el Padre, si es su voluntad, puede enviar a Tiphereth a nacer en el Es¬tablo Interior. Pero, entiendo que esto es una gracia del Altísimo, porque alguien puede haber alcanzado, repito, la Quinta Iniciación del Fuego, y sin embargo, no por eso el Niño que lleva la Divina Madre en sus brazos haya de penetrar en sus ve¬hículos, en el Establo. Empero, si se le an¬hela de verdad, si se quiere trabajar por la humanidad, pues se puede conseguir que El Hijo del Hombre venga al mundo. Eso es Voluntad del Padre.


Pregunta.— Venerable Maestro, cuan¬do un Iniciado tiene formado el Cuerpo Causal, entonces ¿Logra la formación del Alma Humana, o Tiphereth es el Alma Humana?


Respuesta.— Pues el Alma Humana propiamente está en el mismo Causal. Una fracción del Causal es lo que consti¬tuye el Budhata, la esencia. En el Bodhisattva, pues, es el Budhata, la esencia, es el Embrión Áureo ya organizado.


En todo caso, debemos tener en cuenta lo que ya dije al principio, y es demasiado sutil que fácilmente se presta a la confusión la cuestión aquella del Cuerpo Causal y el Tiphereth Crístico. Es tan sutil esto que puede uno equivocarse, puede uno confundir la gimnasia con la magnesia.


El Tiphereth, o sea ya la expresión viva del Cristo Intimo, se halla muy correlacionada pues con el Causal, con el Alma Humana. Viene a formar parte íntegra con el Alma Humana, pero cuan¬do es Voluntad del Padre, cuando El Hijo del Hombre viene al mundo.


Creo que ya me van entendiendo us¬tedes; esto es muy fino; se necesita tener una mente muy elástica, muy dúctil, muy receptiva para poder entender esto.


Pregunta.— Maestro, ¿para lograr la Iniciación de Tiphereth hay que tener los Vehículos Solares?


Respuesta. — Pues, incuestionable¬mente, si uno no posee los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, no podría jamás alcanzar la Iniciación de Tiphereth.


Pregunta.— ¿Cuál es el origen de nuestra esencia Maestro? Y si nosotros deseamos levantarnos, ¿por qué no lo hemos hecho antes?


Respuesta.— Bueno, con el mayor gusto voy a dar respuesta a todo eso. La esencia viene de la Vía Láctea, (estoy hablando en síntesis), llega al Sol, y lue¬go, por último, penetra en la naturaleza. En principio, se manifiesta como un sim¬ple elemental primigenio; asciende a través de las etapas mineral, vegetal y ani¬mal, hasta penetrar por último en el cuer¬po del humanoide, o del mamífero racional. Es claro que la esencia necesita convertirse en el Embrión Áureo; nece¬sita trabajar para crearse los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser y trans¬formarse en Bodhisattva. Cuando la esencia no logra, pues, su cometido en el primer ciclo de manifestación que es de ciento ocho vidas, entonces tiene que descender dentro de las entra¬ñas de la tierra en procesos involutivos, con el propósito de eliminar los elemen¬tos inhumanos o agregados psíquicos en que vino a quedar embotellada debido a los errores. Una vez que se ha pasado por la Muerte Segunda, ella asciende otra vez a la superficie del mundo, para reiniciar nuevos procesos evolutivos desde el mineral. Incuestionablemente, esos nuevos procesos tienen como punto de partida una espira más alta dentro de la gran espiral de la vida.


Empezará, o retornará, o reiniciará sus procesos evolutivos a partir del mineral, pero en una octava superior; ya no como un simple elemental inferior, sino como un Gnomo superior, hasta reconquistar otra vez el estado humanoi¬de, después de haber pasado por las esca¬las vegetal y animal.


Se le asignan, como ya sabemos, las ciento ocho existencias. Si no logra el triunfo, el proceso se seguirá repitien¬do así durante tres mil ciclos, o ruedas de manifestación, o edades.


Bien, ustedes pues, los que no son Bodhisattvas todavía, se debe a que no trabajaron en ese sentido, no llegaron a esas alturas en pasados ciclos de mani¬festación; Pero ahora mismo pueden convertirse en Bodhisattvas si se lo proponen.


En todo caso, no olviden el origen de la esencia: viene de la Vía Láctea, pasa al Sol y por último entra aquí en nuestra naturaleza, en nuestro mun¬do.


Claro, si pensamos en que la Vía Láctea tiene como capital central a Si¬rio, no están equivocados esos esoteristas que piensan que nosotros vamos ha¬cia Sirio; es verdad, hacia Sirio vamos.


Pregunta.— ¿Y, cuando salió de la Vía Láctea nuestra esencia?


Respuesta.— Pues eso fue ya en el amanecer de la vida. Pensemos en que esas esencias tuvieron que involucionar y luego descender hasta el mineral, formando parte de muchos principios, dijéramos, en los Mundos Superiores; al llegar al estado mineral, reiniciaron un ascenso evolutivo; comenzaron como esencias primitivas.


Obviamente ustedes han hecho el ciclo ya varias veces, han pasado no solamente por las ruedas del molino, sino también por cada una de las muelas de las ruedas del molino varias veces. Eso es obvio. Ahora, naturalmente tienen que aprovechar este ciclo de manifesta¬ción para su auto-realización, y sobre todo en momentos en que estamos viviendo las partes finales del Apocalip¬sis colectivo o mundial. Sería lamentable que ustedes en estos momentos no se auto-realizaran. Tendrían que descender a las entrañas de la tierra y en muy mala hora, junto con toda esta catástrofe mundial.


Yo les aconsejo, pues, que de una vez se conviertan en Bodhisattvas.


Pregunta.— ¿podría usted explicar¬nos en forma más o menos breve, cómo se originó el gobierno de este Sistema Solar de Ors, y quién lo gobierna?


Respuesta.— “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Por él todas las cosas fueron hechas, y sin él nada de lo que es hecho, hubiera sido hecho”.


Así pues, el Universo está gobernado por el Verbo. El Verbo es el Ejército de la Voz, la Gran Palabra, el Demiurgo Arquitecto, el Archeus. Cada uno de los Verbos, hablando ya por separado, pues¬to que el Logos es Unidad Múltiple Perfecta, tiene su misión, su labor, su minis¬terio, en relación con este Sistema Solar de Ors. Y todo el conjunto de los Eloim, o ELOHIM, para hablar más claro, que forman el Ejército de la Gran Palabra, el HERUPA KROAT, -constituyen en sí mismos, el gobierno de nuestro Sistema Solar de Ors. Esa es, pues, mi respuesta.


LA GRAN OBRA


– El Laberinto. El Hilo de Ariadna. El Macho Cabrío de Mendes. Los Misterios de la Cruz. Santiago de Compostela. Jacques de Molai. La Cruz de San Andrés. El Patrono de los Fabrican¬tes de Oro. Maestro Perfecto y Gran Elegido. Lucifer. La Piedra Filosofal. La Resurrección de Hiram Abiff.—


Hoy nos encontramos aquí reunidos con el propósito de investigar, estudiar y definir sobre el camino que ha de con¬ducirnos a la liberación.


Los antiguos Alquimistas medievales hablaban sobre la Gran Obra y eso es bastante importante.


En el suelo, en el piso de las anti¬guas catedrales góticas, se veían multi¬tud de círculos concéntricos formando un verdadero laberinto que llegaba del centro a la periferia y de la periferia al centro; mucho es lo que se ha dicho so¬bre los laberintos. También habla la tradición sobre el Laberinto de Creta y sobre el famoso Minotauro Cretense. Ciertamente en Creta se encontró recientemen¬te un laberinto, lo llamaban Absolín, Absolum, como quien dice Absoluto. Abso¬luto es el término que utilizaban los Alquimistas medievales para designar a la Pie¬dra Filosofal. He aquí pues, un gran misterio. Nosotros necesitamos como Teseo, el Hilo de Ariadna para salir de aquel laberinto; en el centro se encon¬traba siempre el Minotauro; Teseo logró vencerlo; he allí la tradición griega. Nosotros también necesitamos vencerlo, necesitamos destruir al ego animal; para llegar al centro del laberinto donde está el Minotauro, hay que luchar muchísimo. Hay innumerables teorías, escuelas de toda especie, organizaciones de todo; unos dicen que el camino es por allá, otros que por aquí, otros que acullá, y nosotros tenemos que orientarnos en medio de ese gran laberinto de teorías y de conceptos antitéticos si es que que¬remos de verdad llegar hasta el centro viviente del mismo, porque es precisa¬mente en el centro donde podemos hallar al Minotauro.


Cuando uno ha logrado llegar al centro del laberinto, tiene que ingeniárselas para salir de él, Teseo, mediante un hilo misterioso, el Hilo de Ariadna, se nos parece a Hiram, el Maestro Se¬creto de que habla la masonería oculta y que todos debemos resucitar dentro de nosotros aquí y ahora. Ariadna tam¬bién nos indica a la araña, símbolo del Alma que teje el telar del destino incesantemente.


Así pues hermanos, ha llegado la hora de reflexionar. ¿Pero cuál es en realidad ese Hilo de Ariadna?, ¿Cuál es ese Hilo que salva el Alma, que le permite salir de ese misterioso laberinto, para llegar hasta su Real Ser Interior? Mucho se ha hablado sobre el particular; los gran¬des Alquimistas pensaban que era la Piedra Filosofal. Nosotros estamos de acuerdo con eso, pero vamos un poquito más le¬jos de acuerdo con nuestras disquisicio¬nes.


Pues es verdad que la Piedra Filo¬sofal está simbolizada en la Catedral de Notre Dame de Paris por Lucifer, ahora comprenderemos que la Piedra Filosofal está en el sexo mismo, enton¬ces descubrimos en el sexo a Lucifer.


Es Lucifer pues el Hilo de Ariadna que ha de conducirnos hasta la liberación. Esto parece así como dijéramos antitético o paradójico, porque todos han conceptuado que Lucifer, el Diablo, Satanás, es el mal. Necesitamos de la auto-reflexión evidente si es que quere¬mos ahondar en el Gran Arcano. Ese Lucifer que encontramos en el sexo, es la viva piedra cabecera del ángulo, la Piedra Maestra, la Piedra del Rincon¬cito en la Catedral de Notre Dame de Paris, la Piedra de la Verdad. Descender un poco pues en estos misterios, es indispensable cuando se trata de conocer el Hilo de Ariadna.


Vuelvo a recordarles a Uds., a los famosos Santuarios Sagrados de los auténticos Rosacruces Gnósticos esoteristas de la Edad Media; cuando el neófito era conducido hasta el centro del Lumisial, llevaba los ojos vendados; alguien le arran¬caba de improviso la venda, y entonces atónito y perplejo contemplaba una figura insólita, allí estaba ante su pre¬sencia el Macho Cabrío de Mendes, figura extraña, el diablo; en su frente lucían los cuernos, sobre su cabeza una antorcha de fuego; sin embargo algo indicaba que se trataba de un símbolo. En el Lumisial de la Iniciación se hallaba ante la figura de Tiphón Bafometo, la tenebrosa figura del Arcano 15 de la Kábala, La antorcha ardiente sobre su cabeza brillaba, además sobre su frente la estrella flamígera de las cinco puntas, con el ángulo superior hacia arriba y los dos ángulos inferiores hacia abajo. Esto nos indicaba que no se trataba de una figura tenebrosa. Se le ordenaba al neófito besar el trasero del Diablo; si el neófito desobedecía, se le ponía otra vez la venda en los ojos y se le sacaba por una puerta secreta; todo esto suce¬día a la medía noche, jamás el neófito sabría por donde habría entrado ni por donde había salido, porque los ini-ciados se reunían siempre a la media noche, teniendo sumo cuidado de no ser víctimas de la Inquisición; mas si el neófito obedecía, entonces de aquel cubo sobre el cual estaba sentada la fi¬gura del Bafometo, se abría una puerta, por allí salía una Isis que recibía al Ini¬ciado con los brazos abiertos, dándole enseguida el ósculo santo en la frente. Desde ese momento aquel neófito era un nuevo Hermano Iniciado de la Orden.


Ese Macho Cabrío, ese Tiphón Ba¬fometo, ese Lucifer, resulta bastante interesante, pues es la Energía Sexual, energía que hay que saber utilizar si es que queremos realizar la Gran Obra. Ahora sabrán Uds., por qué Tiphón Bafometo, el Macho Cabrío de Mendes, representa a la Piedra Filosofal, al Sexo, es con esa fuerza tremenda con la que hay que trabajar.


Recordemos que el Arca de la Alian¬za en los antiguos tiempos tenía cuatro cuernos de Macho Cabrío en las cuatro esquinas correspondientes a los cuatro puntos cardinales de la Tierra, y cuando era transportada se le asía o agarraba siempre por esos cuatro cuernos. Moisés en el Sinaí se transformó, cuando bajó le vieron los clarividentes con dos rayos de luz en la frente, semejantes a los del Macho Cabrio de Mendes; por eso fue que Miguel Ángel al cincelarlo en la piedra viva, puso en su cabeza aquellos simbólicos cuernos. Es que el Macho Cabrío representa a la fuerza sexual, mas también al Diablo, pero ese Diablo o Lucifer es la misma potencia de vida que debidamente transformada nos per¬mite la Auto-realización Intima del Ser; por eso se ha dicho que Lucifer es el Príncipe de los Cielos, de la Tierra y de los Infiernos.


En las antiguas catedrales góticas todo estaba previsto, hasta la planta de los templos estaba organizada en forma de cruz y esto nos recuerda al crucis, crux, crisol, etc.


Ya sabemos que el palo vertical es masculino y el horizontal es femeni¬no; en el cruce de ambos se halla la cla¬ve de todos los misterios, el cruce de am¬bos es el Crisol de los Alquimistas medie¬vales, en el cual hay que cocer y recocer y volver a cocer la Materia Prima de la Gran Obra; Esa Materia Prima es el Es-perma Sagrado que transformado se con¬vierte en energía; Es con esa sutilísima energía con la que podemos nosotros abrir un chacra, despertar todos los poderes ocultos mágicos, crear los Cuer¬pos Existenciales Superiores del Ser, etc., etc. Esto es bastante importante, bastante interesante.


La cruz en si misma es un símbolo sexual, en la cruz está el Lingam-Yoni del Gran Arcano. En los dos maderos atravesados de la cruz están las huellas de los tres clavos, esos tres clavos si bien es cierto que permiten abrir los estig¬mas del Iniciado, o sea, los chacras de las palmas de las manos y de los pies, etc., también simbolizan en sí mismos las Tres Purificaciones del Cristo en sustancia, he ahí otro misterio trascenden¬tal; en todo caso mis caros hermanos, realizar la Gran Obra es para lo único que vale la pena vivir.


Pedro, el amado discípulo de Nuestro Señor el Cristo, tiene como evangelio el Gran Arcano, los misterios del sexo; por eso fue que Jesús lo llamó Petrus, Piedra, “Tú eres Piedra y sobre esa Pie¬dra edificaré mi Iglesia”. Es pues el sexo la Piedra Básica, la Piedra Cúbica, la Pie¬dra Filosofal que nosotros debemos cincelar basándonos en cincel y martillo para transformarla en la Piedra Cúbica perfec¬ta, Esa piedra sin cincelar, la Piedra Bruta en si misma, es Lucifer; ya cince¬lada es nuestro Logos Interior, el Arché de los griegos. Lo importante es pues cincelaría, trabajar con ella, elaborarla, darle la forma cúbica perfecta.


Entre los discípulos del Cristo hay verdaderos prodigios y maravillas. Recordemos por un momento a Santiago, ese gran Maestro. Dicen que es el que más se parecía al Gran Kabir Jesús; lo llamaban el hermano del Señor y es obvio que disponía de grandes poderes psíquicos mágicos. Santiago fue el primero que después de la muerte del Gran Kabir ofició la Misa Gnóstica en Jerusalén. Cuentan las tradiciones que tuvo que enfrentarse al mago negro Hermóge¬nes en Judea; Santiago, como quiera que conocía la Alta Magia, combatía sabiamente al tenebroso: así que aquél usaba un sudario por ej. de maravillas, éste lo usaba para contrarrestarlo; Y si Hermógenes usaba el bastón mágico, Santiago usaba otro similar, y al fin derrotó al tenebroso en las tierras de Ju¬dea. Sin embargo se le consideró mago (y lo era fuera de toda duda) y fue con¬denado a pena de muerte. Mas algo in¬sólito sucede, según cuentan las leyendas: Se da el caso de que el sarcófago de San¬tiago se suspendió en los aires, como di¬cen, y fue transportado a la antigua España; cierto es que allí se habla de San¬tiago de la Compostela y dicen del mis¬mo que resucitó de entre los muertos y que en aquella tierra fue atacado por los demonios con figura de toro, por fuego vivo, en fin, se hablan muchas cosas sobre Santiago.


Nicolás Flamel, el gran Alquimista medieval, tuvo a Santiago de la Compos¬tela por patrón de la Gran Obra. En el camino de Santiago de la Compostela hay una calle que la llaman de Santiago y allí hay una caverna que llaman la Cue¬va de la Salud. Por la época en que la gente peregrina hacia donde está Santia¬go de la Compostela, por esa época se reúnen los Alquimistas en tal cueva, los que están trabajando en la Gran Obra, los que admiran no solamente a Santiago de la Compostela, al cual tienen por patrono bendito, sino también a Jacques de Molai, allí se reúnen siempre por las épocas de la peregrinación. Así pues, mientras las gentes están rindiendo un culto, di¬jéramos exotérico a Santiago de la Com¬postela, los Alquimistas y Kabalistas están reunidos en mística asamblea, para es¬tudiar la Kábala, la Alquimia, y todos los misterios de la Gran Obra. Vean Uds. los dos aspectos exotéricos y esotéricos del Cristianismo; indudablemente, todo eso nos invita a la reflexión.


Jacques de Molai, quien fuera quema¬do vivo durante la inquisición, es tenido entre aquellos Alquimistas y Kabalistas que se reúnen en La Cueva de la Salud, en la misma forma en que se tiene a Hiram Abiff, el Maestro Secreto que ha de re¬sucitar en cada uno de nos, y a Santiago como el verdadero patrón de la Gran Obra, y esto es bastante interesante pues es la Gran Obra lo que nos interesa a nosotros realizar, y es, creo y con toda seguridad afirmo, lo único por lo cual vale la pena vivir, lo demás no tiene la menor importancia.


Nicolás Flamel indudablemente lo¬gró la Auto-realización Intima del Ser. Dicen que el patrono Santiago de la Com¬postela aparece a los peregrinos: som¬brero echado hacia arriba, su bastón en el cual luce el Caduceo de Mercurio, una concha de tortuga en el pecho como para simbolizar a la estrella flamígera. Les aconsejo que estudien la Epístola Universal de Santiago en la Biblia, indu¬dablemente es maravillosa, está dirigida a todos aquellos que trabajamos en la Gran Obra. Dice Santiago que la fe sin obras nada vale. Uds. pueden escuchar aquí, de mis labios, toda la doctrina del Gran Arcano, todas las explicaciones que damos sobre los Alquimistas y sobre la Gran Obra, pero si Uds. no realizan esa Gran Obra, si no trabajan en la Gran Obra, si sólo tienen la fe y nada más y no trabajan, se parecerían, dice Santiago y repito “al hombre que mira un espejo, que ve su rostro en el vidrio, da la espal¬da y se va”, olvidándose del incidente. Si Uds. escuchan todas las explicacio¬nes que damos y no trabajan en la Forja de los Cíclopes, no fabrican los Cuer¬pos Existenciales Superiores del Ser, se parecen a ese hombre que se mira en el espejo, da vuelta y se va; porque la fe sin obras de nada vale, se necesita que la obra respalde a la fe, la fe debe hablar por las obras.


Dice Santiago que necesitamos ser misericordiosos, es claro, porque si nosotros somos misericordiosos los Se¬ñores del Karma nos juzgarán con misericordia; pero si nosotros somos des¬piadados, los Señores del Karma nos juz¬garán en forma despiadada, y como quiera que la misericordia tiene más poder que la justicia es seguro que si so¬mos misericordiosos podremos eliminar mucho Karma. Todo esto nos invita a la reflexión.


Dice Santiago que nosotros tene¬mos que aprender a refrenar la lengua; aquél que sabe refrenar la lengua, puede refrenar todo el cuerpo, y nos pone co¬mo ejemplo el caso del caballo: al caba¬llo se le pone el freno en la boca, en el hocico, y así es como logramos dominarlo, manejarlo; lo mismo sucede si nosotros refrenamos la lengua, nos ha¬cemos dueños de todo nuestro cuerpo.


Dice Santiago: “Miremos los barcos, cuán grandes son y sin embargo lo que los gobierna, el timón, es verdaderamente pequeño en comparación del enorme tamaño que tienen los buques, la len¬gua es muy pequeña, sí, pero qué gran¬des incendios forma”.


Se nos enseña en esa epístola a no jactamos jamás de nada, aquel que es jactancioso de sí mismo o de sus obras, de lo que ha hecho, indudablemente es soberbio, pedante, y fracasa en la Gran Obra. Necesitamos humillarnos ante la Divinidad, ser cada día más y más humildes si es que queremos tra¬bajar con éxito en la Gran Obra, no pre¬sumir jamás de nada, ser sencillos siem¬pre, eso es vital cuando se quiere triun¬far en la Gran Obra, en el Magnus Opus. Aquella epístola está escrita con un doble sentido, si Uds. la leen literalmente no la entenderían; así le han leí¬do los protestantes, los adventistas, los católicos, y no la han entendido; esa epístola tiene un doble sentido y está dirigida exclusivamente a los que trabajan en la Gran Obra.


En cuanto a la fe es necesario tenerla, claro, todo Alquimista debe tener fe, todo kabalista debe tener fe, pero la fe no es algo empírico, algo que se nos dé regalado, no, la fe hay que fabricarla, no podemos exigirle a nadie que tenga fe, hay que fabricarla, elaborarla. ¿Có¬mo se fabrica? Basándose en estudio y experiencia. ¿Podría alguien tener fe de eso que estamos nosotros diciendo aquí, si no estudia y experimenta por sí mismo? Obviamente que no, ¿verdad? Mas conforme vayamos estudiando y ex¬perimentando, vamos comprendiendo, y de esa comprensión creadora deviene la fe verdadera; así pues, la fe no es algo empírico, no; nosotros necesitamos fabri¬carla; más tarde, sí, mucho más tarde, el Espíritu Santo, el Tercer Logos, podría consolidarla en nosotros, fortificamos y robustecernos, mas nosotros debemos fabricarla.


Otro apóstol bastante interesante que cuenta para nosotros en este camino angosto, estrecho y difícil que llevamos, es Andrés. Se dice que en Nicea conjuró a siete demonios perversos y que los hizo aparecer ante las multitudes en forma de siete perros y huyeron despavoridos; mucho se ha hablado sobre Andrés y no hay duda de que fue extraordinario, estaba cargado de un gran poder. La rea¬lidad es que Andrés, el Gran Maestro discípulo del Cristo, fue condenado a muerte y torturado; la Cruz de San An¬drés nos invita a la reflexión, es una X, sí, una equis, con sus dos brazos exten¬didos a derecha e izquierda y sus dos piernas abiertas de lado y lado, forman equis, y sobre esa equis fue crucificado; esa equis es muy simbólica; en el griego equivale a una K, que nos recuerda al Krestos. Incuestionablemente fue magníficamente simbolizado el drama de An¬drés por el gran monje iniciado Bacón; este último en su libro más extraordina¬rio que ha escrito, denominado “El Azoth”, pone una lámina en la que se ve claramente a un hombre muerto; sin embargo trata como de levantar la cabeza, como de esperanzarse, como de resucitar, mientras dos cuervos negros le van quitando sus carnes en el acerado piso, el Alma y el Espíritu se alzan del cadáver; esto viene a recordarnos la frase de todos los Iniciados que dice: “La carne abandona a los huesos”. Eso, San Andrés muriendo en una cruz en for¬ma de equis, nos está hablando precisa¬mente de la desintegración del Ego, que hay que reducirlo a polvareda cósmica, que hay que descuartizarlo. “La carne abandona los huesos”, sólo así es posible que el Maestro Secreto Hiram Abiff, resucite dentro de nosotros mismos, aquí y ahora, de lo contrario seria completamente imposible. En la Gran Obra debemos morir de instante en instante, de momento en momento.


¿Y qué diríamos de Juan? Él es fuera de toda duda el patrono de los Fabricantes de Oro. ¿Habrá alguien que haga Oro? Sí, recordemos a Raimundo Lulio, lo hizo, enriqueció las arcas de Fe¬lipe el Hermoso de Francia y del rey de Inglaterra. Todavía se recuerdan cartas de Raimundo Lulio; una de ellas había de un hermoso diamante, con el cual obse¬quiara nada menos que al rey de Ingla¬terra; disolvió un cristal ante el crisol, y luego poniendo agua de mercurio en aquel cristal, lo transformó en un gigan¬tesco diamante extraordinariamente fino, con él obsequió al rey de Inglaterra; en cuanto a la transmutación del plomo en oro, lo hacía gracias al mercurio filosofal, enriqueció a toda Europa con sus fundiciones y sin embargo él permanecía pobre, viajero extraordinario por todos los países del mundo, así al fin murió lapidado en una de esas tie¬rras; reflexionen ustedes en esto. Así Juan el apóstol de Jesús es el patrono de los Fabricantes de Oro.


Se dice que en alguna ocasión encon¬tró en su camino de un pueblo por ahí, en el Oriente, a un filósofo que trataba de convencer a las gentes y demostrarles lo que él podía con la palabra y con el Verbo, pues dos jóvenes que habían escuchado sus enseñanzas, abandonaban sus riquezas, las vendían, y con ellas ha¬bían comprado un gran diamante; pusie¬ron en presencia del honorable público el diamante y en manos del filósofo, éste se los regresó y luego con una piedra destruyeron la gema. Juan protestó diciendo: “Con tal gema se le podría dar de comer a los pobres”. Dicen que an¬te las multitudes reconstruyó la gema, luego la vendió para dar de comer a las multitudes; mas los jóvenes arrepentidos protestaban y se dijeron a sí mismos: “¡Qué tontos fuimos en haber salido de todas nuestras riquezas para comprar un diamante que ahora se vuelve peda¬zos y luego lo reconstruyen para repar¬tirlo entre las gentes!” Pero Juan que veía todas las cosas del cielo y de la tierra y sabía transmutar el plomo en oro, hizo traer de orillas del mar, por allí cerca, unas piedras y unas cañas (piedra símbolo de la Piedra Filosofal, el sexo, y la caña símbolo de la Espina Dorsal, pues allí está el poder para transmutar el plomo en oro) y después de conver¬tir aquellas cañas y piedras en oro, les devolvió las riquezas a los jóvenes, pero les dijo: “Habéis perdido lo mejor, os devuelvo lo que disteis, pero perdisteis lo que habíais logrado en los mundos superiores”. Luego, acercándose a una mujer que había muerto, la resucitó, ella entonces contó lo que había visto fuera del cuerpo y también se dirigió a aquellos jóvenes diciendo que había visto sus ángeles guardianes llorando y en grande amargura, porque ellos habían perdido lo mejor, por las vanas cosas perecederas, Es claro que los jóvenes se arrepintieron, devolvieron el oro a Juan y Juan volvió a trocar ese oro en lo que era, cañas y piedras; se convirtieron en sus discípu¬los.


Así pues, Juan y la Orden de San Juan nos invita a pensar; Juan es patrono de los que hacen Oro. Nosotros nece¬sitamos transmutar el plomo de la personalidad en el oro vivísimo del Espíritu, por algo es que se llama a los grandes Maestros de la Logia Blanca: “Herma¬nos de la Orden de San Juan.


Muchos creen que Juan el apóstol del Maestro Jesús, desencarnó, mas él no desencarnó; viejas tradiciones dicen que hizo cavar su fosa sepulcral, se acostó en ella, resplandeció en Luz y desapareció, la fosa quedó vacía. Nosotros sabemos que Juan, el apóstol de Cristo, vive con el mismo cuerpo que tuvo en la Tierra Santa y que vi¬ve precisamente en Agarta, en el rei¬no subterráneo, allí donde está la Or¬den de Melquisedec, y acompaña al Rey del Mundo; Vean Uds. cuán inte¬resante es. Entrando pues en el Magisterio del Fuego, debemos definir algo para aclarar; se hace necesario, como les digo a Uds., transmutar el esperma sagrado en energía; cuando esto se logra, deviene el fuego que sube por la espina dorsal y comienza a realizarse la Gran Obra. Necesitamos crear los Cuerpos Existen¬ciales Superiores del Ser, mas eso no es suficiente, es necesario, es indispensable, es urgente, recubrir esos vehículos des¬pués con las distintas partes del Ser; mas para recubrirlos hay que perfeccio¬narlos, convertirlos en Oro puro, oro es¬piritual de verdad. No se extrañen pues que Juan o que Santiago tengan un cuer¬po Astral de oro puro, un Mental del mis¬mo metal o el Causal o el Búdhico o el Atmico; Ellos lograron realizar la Gran Obra. Si por algo el Conde Saint Germain podía transmutar el plomo en oro, es por¬que él mismo era oro, el aura del Conde Saint Germain es de oro puro, los átomos que forman esa aura son de oro, los Cuer¬pos Existenciales Superiores son de Oro de la mejor calidad; en esas condiciones él puede echar una moneda en el crisol, sí, derretiría, y luego con el poder mismo que lleva dentro, transmutaría en oro pu¬ro, porque él es oro. Eso es lo que se lla¬ma realizar la Gran Obra, en esto hay gra¬dos y grados; Primero hay que alcanzar la Maestría, después tenemos que convertirnos en Maestros Perfectos y mucho más tarde alcanzar el grado de Gran Elegido. Gran Elegido y Maestro Perfecto es todo el que ha realizado la Gran Obra. Así co¬mo nos encontramos realmente estamos mal, nosotros necesitamos pasar por la Transformación Radical y eso solamente es posible de verdad, destruyendo los ele¬mentos inhumanos y creando los huma¬nos, sólo así marcharemos hacia la libera¬ción final.


En la Catedral de Notre Dame de París, como les digo, en un rincon¬cito está la Piedra Maestra o la Piedra del Angulo, que los edificadores de todas las sectas, escuelas, religiones y demás, rechazaron. Piedra escogida, pre¬ciosa, pero tiene la figura de Lucifer; esto asustaría a los profanos; incuestionable¬mente, mis caros hermanos, sólo allí en el sexo, podremos encontrar ese principio Luciferino que será la base misma para la Auto-realización. Pero, ¿por qué Lucifer es el Hilo de Ariadna?, ¿Por qué es precisamente él quien ha de conducirnos hasta la liberación final, cuando en ver¬dad se le ha tenido por el enemigo? He dicho muchas veces, y lo he afirmado enfáticamente en esta cátedra, que es la reflexión del Logos Interior dentro de nosotros mismos, la sombra de nuestro Intimo Dios en nosotros y para nuestro bien, pues es el entrenador. Dios no puede tentarnos, nos tientan nuestras propias concupiscencias, así lo enseña Santiago el patrono de la Alquimia, el pa¬trono de la Gran Obra.


¿Entonces qué es lo que hace Luci¬fer? El se vale de nuestras propias concupiscencias, las hace pasar por la panta¬lla del entendimiento, con el propósito de entrenamos psicológicamente, de hacernos fuertes; mas si fallamos, fraca¬samos en la Gran Obra; sin embargo podemos fallar y rectificar, si rectifica¬mos triunfamos en la Gran Obra; cual¬quiera puede fallar, por sus fallas sabe que tiene delitos que corregir, que elimi¬nar; así Lucifer nos entrena, nos educa, nos forma y a fuerza de tanto entrena¬miento nos libera, nos va conduciendo de esfera en esfera hasta nuestro Hiram Abiff. Lucifer es pues el Hilo de Ariadna que nos lleva hacia nuestro Dios Interior, que nos saca de este doloroso laberinto de la vida mediante el trabajo esotérico, una y otra vez hace pasar por la panta¬lla de nuestro entendimiento, nuestras propias concupiscencias, no son otras sino las nuestras; vencerlas, eliminarías, desintegrarlas, volverlas polvo, es lo in¬dicado, así da cada vez más pasos y pasos avanzados, así vamos partiendo del cen¬tro del laberinto hacia la periferia para llegar un día hasta nuestro Dios. Esa es la labor de Lucifer, él es el Hilo de Ariadna, él es la Piedra Filosofal; por algo es que peregrinos de la Catedral de Notre Dame de Paris apagan sus veladoras en las fauces pétreas de Lucifer, en la Piedra del Rinconcito, como se dice por allí.


Se ha hablado de poderes mágicos, sí, podemos llegar a tenerlos, pero necesitamos incuestionablemente crear mucho dentro de nosotros y destruir demasiado, hay mucho que nos sobra y mucho que nos falta; todo el mundo cree que posee¬mos los Cuerpos Existenciales Superio¬res del Ser y eso no es así, se hace nece¬sario crearlos y no es posible crearlos sino en la Forja de los Cíclopes, es decir, mediante el trabajo sexual.


Se nos dirá que somos fanáticos del sexo, se equivocan, lo que pasa es que tenemos un laboratorio y es nuestro propio cuerpo, y un hornillo del laboratorio, el fuego del Alquimista, y un crisol que está en el sexo, he allí la Materia Prima de la Gran Obra, el esperma sa¬grado; transmutarlo es indispensable, convertirlo en energía y para poder luego con esa energía y con lo que ella contiene, crear los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, eso es lo vital, lo in¬dispensable.


Llegará un día en que habremos de pasar más allá del sexo; sin haber llegado a la meta, eso sería tanto co¬mo querer bajamos del tren antes de llegar a la estación, como querer bajarnos del autobús o camión donde vamos, antes de llegar a la meta que nos hemos trazado. En el sexo hay que crear y hay que destruir. Crear los Vehículos Solares es necesario para que nuestro Dios interior pueda resucitar en nosotros y eli¬minar los elementos inhumanos que lle¬vamos dentro. Todos reunidos aquí debemos comprender, no basta con que ustedes escuchen lo que estoy diciendo, es necesario que lo realicen, porque la fe sin obras es fe muerta, se necesita que la fe vaya acompañada de la obra.


Hay que realizar la Gran Obra, mas no basta con tener fe en la Gran Obra, hay que realizar la Gran Obra. Y el re¬sultado final de la Gran Obra, ¿cuál será? Que cada uno de nosotros se con¬vierta en un gran Dios con poder sobre los cielos, sobre la tierra y sobre los in¬fiernos, eso es el resultado final de la Gran Obra, cada uno de nos convertido en una majestad, en una criatura terri-blemente Divina. Mas hoy por hoy de¬bemos reconocer que ni siquiera somos humanos, únicamente somos Humanoides, en forma más cruda diría que somos mamíferos intelectuales y nada más, pero podemos salir de este estado en que nos encontramos mediante la Gran Obra. Hiram Abiff es el Maestro Secreto, el Tercer Logos, Shiva, el Primogénito de la Creación, nuestro Real Ser Inte¬rior Divino, nuestra Mónada verdadera e individual, necesitamos resucitarla por¬que está muerta dentro de nosotros, aunque esté viva para los Mundos ine¬fables.


Raimundo Lulio realizó la Gran Obra, recibió en el Mundo Astral el Gran Arcano, y fue con esa llave maestra como pudo trabajar en la Gran Obra. Raimundo Lulio indudablemente conoció fuera de1 cuerpo físico lo que es la Sagrada Concepción de la Madre Divina Kundalini Shakti; al conocer como se realizaba esa Sagrada Concepción, se pro¬puso materializar desde lo alto la Sagrada Concepción en si mismo, hasta que lo logró. Indudablemente la Madre Divina debe concebir por obra y gracia del Ter¬cer Logos al Hijo. Ella permanece virgen antes del parto, en el parto y después del parto. Ese niño que Ella concibe debe materializarse, cristalizar en noso¬tros desde arriba, desde lo alto, hasta quedar revestido completamente con nuestro cuerpo físico, con nuestro cuerpo planetario. Al llegar a ese grado, puede decirse que la Gran Obra se ha realizado; en otros términos, debemos resucitar a Hiram Abiff dentro de nosotros. He dicho.


ALQUIMIA DEVELADA


— El Agnostos Theos. El Alma Metálica del Esperma. El Lucifer Intimo y Particular. La Creación de los Cuerpos. Elimina¬ción del Mercurio Seco y de la Sal Roja. Las Tres Partes del Trabajo, o las Tres Cocciones. El Antimonio. El Elíxir y la Medicina Universal.—


Ha llegado la hora de comprender lo que es realmente el Ser, lo que son nuestros estudios, lo que es la Gnosis. Ante todo tenemos que rendir culto al Agnostos Theos del Espacio Abstracto Absoluto Incondicionado y Eterno. Indubitablemente la Divinidad incógnita y des¬conocida es Eso que no tiene nombre, Aquello, lo Innominado, lo Inefable.


El Absoluto está más allá de todo lo que tenga forma y figura, lado por la¬do, cantidad, cualidad, número, medi¬da, peso. Es lo que no Es, lo que no tiene forma, lo Real. Al llegar a esta cla¬se de término, deben Uds. saber enten¬der que cuando digo: “Es lo que no Es”, hay que aprehender su honda significación.


Una forma sería lo que tenemos en nuestro intelecto, por eso digo: “Es lo que no Es” Ese “no Es”, es el Real Ser. Sólo así podemos entender algo, puesto que Aquello está más allá de toda comprensión.


El Inmanifestado inevitablemente pertenece al aspecto negativo de la Luz; estamos acostumbrados a pensar en Luz en su aspecto positivo, pero el aspecto negativo de la Gran Vida está más allá de lo que podemos entender, mucho más allá de los Sephirotes de la Kábala, mu¬cho más allá del Silencio y del Sonido, mucho más allá del Pensamiento, del Verbo y del Alma. Cuando se habla de exis-tencia negativa, debemos entender Aque¬llo que no Es y sin embargo Es. La Luz Increada es pues, el aspecto negativo de la Luz, la acepción negativa; tomé-mosla en el sentido de que no es mani¬festado, de que se oculta tras los velos de la manifestación.


El Anciano de los Días, por ej. En cada uno de nosotros, resulta siendo el Malchut, es decir, el aspecto inferior del Absoluto. Así como Malchut es la manifestación Cósmica en el mundo físico, es el aspecto inferior de todos los Diez Sephirotes; así también el An¬ciano de los Días con todo y su gran¬deza, su majestad y señorío, es el Malchut para el Absoluto. De esa Divinidad incógnita, desconocida, que se halla latente en todo lo que es, ha sido, y será, surge en toda la emanación los Inefables, el Ejército de la Voz, la Gran Palabra, los Dioses Santos, los Gobernadores de todo el Universo; ellos no son sino manifestaciones de la Divinidad incóg¬nita y desconocida, el Agnostos Theos.


Bien, mis caros hermanos, no olvi¬demos pues al Jehová, al IOD-HEVE. Cuando hablo en esta forma, no quiero referirme en modo alguno al Jehová aquel Antropomórfico de la Iglesia de Roma y de Jerusalén y de todas las gen¬tes dogmáticas en general; No, el Jehová al que me refiero, al que hago alusión, es el Jehová Intimo de cada cual. Es obvio que cada uno de nos, trae dentro su pro¬pio IOD-Heve. IOD es el principio mascu¬lino, HEVE es el principio femenino. IOD es nuestro Padre que está en secreto, HEVE es nuestra Madre Divina Kunda-lini.


Jesús de Nazaret rechazó al Jehová aquel antropomórfico de los Judíos, a ese Jehová Bíblico, al de la Ley del Ta¬lión, al de la Venganza. Jesús de Nazaret amó a su Padre que está en secreto y a su Divina Madre Kundalini. Al pie de la cruz le vemos clamando al Padre, vemos al Divino Rabí de Galilea crucificado, clamando con gran voz: “Padre, en tus manos encomiendo mi Espíritu”. Su Divina Madre Kundalini está ahí, ella le asiste en todo, ella es Ram-IO. Ram, Mantram de fuego, Mantram del Tatwa Tejas. IO recuerda a los misterios Isíacos; IO es el punto céntrico, es el Lingam Yoni. Así pues, es un rechazo definitivamente al dogmático, Jehová, a ese que fundamentaba toda su doctrina en la venganza de Ojo por Ojo y Diente por Diente. El Jehová auténtico hay que buscarlo íntimamente en cada uno de nosotros. Llevamos más allá de nuestra conciencia al Padre que está en secreto y a la Divina Madre, el Espacio Abstracto Absoluto de donde emanó el Ejército de la Voz, de donde brotó nuestro Jehová particular, el Divino Macho Hembra; luego pues, Él está en nuestro Altar particu¬lar. El Ser de Nuestro Ser, el Dios desco¬nocido ante el cual se prosterna todo el Ejército de la Voz, la Verdad que no tiene nombre, la Existencia Negativa, aquello que no Es y sin embargo Es, de donde ha brotado nuestro Ser Interior, habíamos sabido que emanó de entre las entrañas del Espacio Abstracto incondicionado y Eterno. Ante todo se hace indispensable que nuestro Padre y Madre interior sean Auto-Realizados en nosotros, eso es posi-ble si nos comprendemos a sí mismos, si logramos eliminar de nuestra naturaleza los elementos inhumanos que cargamos dentro.


Si nosotros transmutamos esa mate¬ria-energía, podremos crear los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser. Ante todo, hay que comprender diversos procesos alquímicos.


Les he dicho que para la Gran Obra con una sola sustancia tenemos suficiente. ¿Cuál será esa sustancia? Es el mercu¬rio de la filosofía secreta. ¿Dónde está ese mercurio?. Pues bien, es el Alma Me¬tálica del Esperma; es claro que al no gas¬tar el licor seminal, se transmuta en ener¬gía, y esa energía es el mercurio de la filosofía secreta, es decir, el Alma Metá¬lica del Esperma. Esa Alma Metálica está representada por Lucifer.


Al citar este personaje no debemos escandalizarnos; y no pensemos en un Gran Arcángel Antropomórfico, pues Lucifer es muy individual. Cada uno de nosotros tiene su propio Lucifer parti¬cular, individual. Lucifer es uno de los aspectos de nuestro Ser interior y es la parte más importante, es — por decirlo así — el doble de nuestro Logos Interior, el duplicado del Tercer Logos en noso¬tros, la sombra de Shiva, el Archi-hiero¬fante y Archi-mago que resplandecía abrasadoramente como arcángel Inefable; era un Santo Kummara, pero cuando caímos en la generación animal y dege¬neramos la raíz de nuestro sexo (es uno de los aspectos más importantes de nues¬tro Ser, duplicado de nuestro Dios In-timo), cayó de hecho en las tinieblas y se convirtió en el Diablo.


Hay tantos diablos en la tierra, cuantos seres humanos. Cada uno de no¬sotros tiene su propio Diablo, y este Dia¬blo particular en cada uno de nos, es ne¬gro como el carbón, y exhala por el órgano Kundartiguador el fohat negati¬vo, el carbón de la fatalidad, el fuego Luciferino, después de ser la criatura más excelente. No hay poder en él, sino en nosotros; debernos blanquearlo y esto es sencillo.


Los Alquimistas medievales dijeron: “Quema tus libros y blanquea el Latón”. Se sabe que el Latón es de cobre, y el cobre está relacionado con Venus, la es-trella de la mañana. Blanquear el Latón significa blanquear nuestro propio Diablo interior para libertarlo. El es el Prometeo encadenado, un buitre le devora las en¬trañas incansablemente, es el Buitre del Deseo. Es un coloso; tiene potestad sobre la tierra, sobre los Cielos y sobre los Infiernos; pero lo tenemos en des¬gracia. Si lo blanqueamos se nos recom¬pensará y con creces; mas, ¿cómo blan¬quearlo? Eliminando el Ego y creando en nosotros los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser y sacrificándonos por la Humanidad. Cuando lo despejamos, el Lucifer parece lanzándose de cabeza al fondo del abismo, símbolo de nuestra caída sexual.


Hay algo novedoso en la Doctrina Azteca; Lucifer figura en el Cordón del penitente y anacoreta, Lucifer haciendo penitencia, ¿habrán visto algo más ex-traordinario?. El Príncipe y — digamos —la representación de nuestra Piedra Fi¬losofal; en el fondo resulta la misma Pie¬dra Filosofal; pero está tan relacionado íntimamente con el Mercurio de la Filo¬sofía Secreta, que parece como si hubié¬ramos nosotros pasado por una digresión al hacer nuestra disertación; mas no hemos pasado por ninguna digresión.


Se necesita saber mucha ciencia. Ya dije que el Alma Metálica del Es¬perma es la Piedra Filosofal; ya dije que el Lucifer es la Piedra Filosofal. Al fin, ¿cuál de los dos es la Piedra Filosofal?. En verdad, tanto Lucifer como el Alma Metálica del Esperma constituyen la Piedra Filosofal; esa Piedra está velada por Lucifer. Bien, en la Catedral de Paris aparece un ave, un cuervo, con la vista dirigida hacia la Piedrecita del rincón; ¿qué hay en la Piedrecita del rincón? una figura, el Diablo. ¿Qué significa el Cuervo de la Putrefacción?. La muerte. Necesitamos eliminar, matar, destruir el Ego animal; sólo así es posible blanquear al Diablo que está en el rincón del Tem¬plo y que desea su liberación, pues quie¬re volver a ser el Arcángel luminoso de otros tiempos.


Esa Alma Metálica del Esperma es extraordinaria, ha emanado del Padre, de las Aguas Seminales de la Vida; ha sido esa Alma Metálica mediante todo el tiem¬po contenida en la Tercera Agua; es el fluido Angélico Creador que sube por los canales de Idá y Pingalá hasta el cere¬bro. Es el Fuego, el Azufre, el que fecun¬da al Fuego mientras que estamos en el proceso maravilloso de la Iniciación. En ella se encuentran los Cuerpos pe¬sados del Mercurio. Esa agua, fluido aquel maravilloso que sube por los ca¬nales de Idá y Pingalá hasta el cerebro; esa Alma, ese Tercer aspecto, ese fluido sexual ascendiendo por los canales de Idá y Pingalá, será fecundado por el Fue¬go Solar. Todos esos procesos Esotéri¬cos en nosotros, se fundamentan en los cruces incesantes del Mercurio con el Azufre. El Hidrógeno sexual Si-12 del cual nos hablan los mejores ocultis¬tas del mundo, es algo que corresponde al Mercurio vivo, al Tercer aspecto, a la Tercera Agua Mercurial. Ese Mercu¬rio cristaliza en su primer vehículo que es el Astral, ese Astral maravilloso; pero para que ese Mercurio tome las formas del Cuerpo Astral hay que trabajar me¬diante la transmutación; llegará el mo¬mento en que ese Mercurio es perfecto. Ya por fin con el Cuerpo Astral, podemos viajar con él en el espacio infinito. Mucho más tarde ese Mercurio va a cristalizar en la forma del Cuerpo Mental; de allí, muchísimo más tarde en la forma del Cuerpo Causal. Vean Uds. las tres formas de la cristalización del Mercurio. Cuando eso sucede, esos Cuerpos Existenciales han quedado formados.


Pero no basta crear con el Mercurio los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser.


Debemos saber que el Mercurio está llamado a encarnar el Logos, el Cristo Cósmico dentro de sí. La Virgen cargando al niño, esa Madre cargando su bebé, es una alegoría de esta verdad que esté en nosotros. Cada uno de los que están aquí entre Uds., debe preparar su cuer¬po; una vez preparado, no olvidar que en su interior deben desarrollar ese niño de Oro. Así pues, la magia sexual sin goce, debe estar acorde con el mismo Mercurio. Cuando subimos el Mercurio, el Oro se desarrolla dentro de nuestro interior, esa clase de Oro del que se forma — repito — el Oro Crístico que reviste ese Logos.


Dentro de nuestros cuerpos el Mer¬curio debe formarse en Oro, (el Oro mercúrico), es decir, debe el Logos tomar forma; ese es el traje de nuestra Alma. No basta crear los Cuerpos Exis¬tenciales Superiores del Ser, hay que nacer, perfeccionarnos para que puedan ser recubiertos más tarde con el vestido Escolástico del Ser (y que lo comprueben los aquí presentes y los que me escu¬chan) El Mercurio es la materia funda¬mental de la Gran Obra.


Uds. ya vieron los 3 aspectos, y lo repito y lo aclaro: Primer aspecto, el Ca-os, propiamente de los Tantras, que es una secreción lúcida, sencilla, sin sol, de la glándula sexual; esto se da no so¬lamente en el hombre, sino en la mujer, porque si bien es cierto que el hombre durante un orgasmo gasta su esperma, la mujer también tiene su esperma, y cuando pasa por el orgasmo lo pierde miserablemente. Que los médicos no quieren llamar a la secreción sexual fe¬menina esperma, es otra cosa; pero los Alquimistas sí le damos el nombre de esperma, porque es esperma. Estoy hablando en términos de Alquimia ri¬gurosa, no en términos químicos, mé¬dicos; y esto debe ser aclarado en estas clases.


Contiene 3 aspectos en su interior (y si estoy repitiendo es para que sea entendido) El 1er, aspecto — ya lo dije —es el mismo esperma. El 2o. aspecto resulta de la transmutación, la parte tetradimensional del esperma, la parte sutil y etérica, el Alma — dijéramos —de ese esperma, el Alma Metálica; ese es el Mercurio en su 2o. aspecto. El ter¬cer aspecto deviene del 2o. es la energía ya ascendiendo por los Cordones de Idá y Pingalá hasta el cerebro.


Dicen los Alquimistas que el Mercu¬rio debe ser fecundado por el Azufre; es claro que cuando los átomos Solares y Lunares del Mercurio hacen contacto en el Triveni, cerca del coxis, ponen en ac¬ción esa tercera fuerza que es el Azufre, el fuego que asciende misterioso por el Canal de Susumná, es decir, por el canal medular, hacia la espina dorsal, hasta el cerebro; y en su ascenso va abriendo los Chacras o Centros maravi¬llosos del Cuerpo Vital; entonces se dice que el Mercurio ha sido fecundado por el Azufre.


Es claro que ese Mercurio fecundado por el Azufre reviste nuevos aspectos, da origen a una primera reacción de orden trascendental, me refiero al Cuerpo Astral, que no es más que el Mercurio fecundado por el Azufre; el resultado: se forma el Cuerpo Astral; podemos movernos con él consciente y positiva¬mente a través del espacio infinito. Uno sabe que tiene Cuerpo Astral cuando puede usarlo. ¿Cómo sabe uno que tiene pies? Porque puede caminar; o dos manos porque puede usarlas; así también uno sabe cuando tiene Cuerpo Astral cuando puede viajar con él.


En el mundo de las 24 Leyes, en el mundo Astral, una persona que no ha fabricado el Cuerpo Astral, no es inmor¬tal; A la hora de la muerte su Cuerpo Físico se vuelve nada, y lo que continúa en ese mundo Astral son los distintos elementos que forman el Yo, el mi mismo, el si mismo, los elementos sub-humanos, infra-humanos, in-humanos, bes¬tiales; que retornan esos elementos más tarde, es verdad. La gente desafortuna¬damente no sabe ni cómo se nace, ni có¬mo se muere. Creado el Cuerpo Astral —repito — habrá que crear un Mental Individual, un vehículo Mental. ¿Con qué se va a crear?. Pues con el mismo Mercurio es como se va a crear el Mental, es decir, el Mental Superior. Creado el Mental, con el mismo Mercurio (en una tercera octava) se creará el Cuerpo de la Voluntad Consciente. Así pues, vean Uds. cómo el Mercurio viene a for¬mar los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser.


Dentro de ese Mercurio viene a apa¬recer el Oro, no el Oro meramente mate¬rial, sino el Oro Espiritual. Pero para ha¬cerme más comprensible diré que hay que hacer el Oro más Oro, es decir, llevar el Mercurio hasta convertirlo en Oro. El Cuerpo Astral debe volverse en Oro, y después el Mental, y después el Causal. Eso es lo que se quiere especificar cuando se dice que dentro del Mercurio debe formarse el Oro; claro, una vez que es¬tos Cuerpos han quedado en Oro puro, pueden ser instrumentos del Ser, devo¬rados por la Serpiente, esto es lo que queremos aclarar cuando decimos que los Cuerpos hay que perfeccionarlos y luego hay que recubrirlos con las dis¬tintas partes del Ser.


Claro, el primer Cuerpo que habrá de devorar la Serpiente Ígnea de Nuestros Mágicos Poderes, es el Astral; el segundo Cuerpo que la Serpiente Sagrada debe devorar, es el Mental; el tercer Cuerpo que la Serpiente Sagrada debe devorar-se, es el Causal. Mucho más tarde, la Ser¬piente Ígnea de Nuestros Mágicos Poderes habrá de tragarse el Alma Espiritual y el Íntimo. Cuando la Serpiente se haya tra¬gado los Cuerpos que hemos creado, será Ella y nada más que Ella, sin em¬bargo, el “Consumatum est”, trae carac¬terísticas trascendentales insospechadas, pues a la Serpiente la devora el Águila; por eso en el Pabellón Nacional aparece siempre el águila tragándose a la serpiente. Cuando el Águila se devora a la Serpiente, queda dueña de la situación el Águila; en otros términos, queda la Serpiente Emplumada de Quetzalcoatl, el Maestro Resurrecto, el Maestro Per¬fecto, el Kummara; antes de esto, el Luci¬fer habrá sido emancipado, y mezclán¬dose él con el Alma, con el Espíritu, penetrando en sus Cuerpos de Oro puro al Alma y al Espíritu, vendrá a ser algo diferente con el Oro Inmortal y penetran¬do dentro de ese inefable factor. El Dios Interno al penetrar en su interior den¬tro de la superficie inefable, y así al pene¬trar la Superficie inefable habrá penetrado sus corpúsculos ígneos y queda un Autorrealizado Perfecto. Lucifer carga los poderes, mide, nos da la verdadera feli¬cidad perfecta y el poder sobre todo lo que es, lo que ha sido y lo que será.


La Divina Madre Kundalini, pues, necesita devorarse los Cuerpos Existen¬ciales Superiores del Ser, pero para que Ella pueda hacer eso, todos los Cuerpos deben haber sido transformados en Oro puro, porque Ella no traga nada inmundo. Así es pues, mis caros hermanos, nosotros debemos quedar dentro de la Serpiente y la Serpiente dentro de noso¬tros. Así es como el Águila viene a que¬dar dentro de nosotros y nosotros den¬tro del Águila. En unas palabras, así es como el Padre-Madre, el Elohim inmortal bienamado, se levantará de su sepulcro de cristal para venir al mundo y ver con los ojos de nuestro rostro, y parlar con nuestra laringe creadora; así es como cada uno de nosotros está llamado a convertirse en un Kummara, el Elohim primordial, en un gran Maestro; pero eso sí, el fundamento en el cual descansa la Piedra es el Mercurio.


Para que la Obra se realice hay que darle oportunidades a la Naturaleza, la Naturaleza ayuda a la Naturaleza; vamos a crear Oro, vamos a crear los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser. ¿Cómo lo hacemos?. Imitemos a la Natu¬raleza.


Si echamos los huevos de la gallina a la luz del sol se pierden, no salen los polluelos; y si algunos salen, duran poco tiempo, mueren; esos huevos deben estar en las tinieblas para que sean fecundados. La reproducción se realiza siempre en tinieblas. Debido a la disposición de los órganos creadores, la criatura se forma entre las tinieblas.

El trabajo con el Mercurio hay que hacerlo en la noche, no en el día. Los cuerpos deben tomar forma poco a poco, son la cristalización misma del Mercurio, pero están llamados a perfeccionarse; sólo perfectos se convertirán en Oro puro, cuando todos los elementos inhumanos han sido aniquilados, reducidos a ceniza. ¿Entienden cómo traer al Elohim Sagrado?, ¿Cómo recubrirlo con nuestra presencia? El Intimo, el Elohim del Espacio Incondicionado y Eterno, debe venir al mundo; cada uno de nosotros debe hacerlo; cada uno de nosotros debe convertirse en un Elohim. Esta es la Gran Obra, y la Gran Obra es trabajar con el Mercurio de la Filosofía Secreta.


Entendido esto, mis caros hermanos, hemos develado todos los misterios de la Alquimia, para que la Humanidad la conozca. Les estoy hablando sobre la ba¬se de la experiencia, de lo contrario no sabría explicarles, no les estoy hablando con vanas palabrerías, tampoco estoy verbalizando, ni lanzando al aire nuevas historias, sencillamente estoy diciendo, revelando lo que he vivido, repito, por ex¬periencia, por eso puedo darles estas ex¬plicaciones. Trabajen con el Mercurio, que es lo importante, así lograremos to¬dos recubrir con nuestra presencia al Gran Padre-Madre.


(ANEXO DEL MISMO TEMA):


Así pues debemos comprender la ne¬cesidad de elaborar el mercurio, todos los Alquimistas de la edad Media guardaron silencio del secreto que contiene el Macho Cabrio de Mendes. Cuando en La Edad Media, los Iniciados Neófitos eran lleva¬dos a la media noche, a las cuevas de la Iniciación, en el Santuario Secreto se le vendaban los ojos, se encontraba el neófi¬to ante el macho cabrío de Mendes, el Diablo, pero en la frente de aquel resplan¬decía el pentagrama, la Estrella flamígera; no a la inversa como lo usan los tántricos negros, sino con el ángulo superior ha¬cia arriba, con los dos ángulos inferiores hacia abajo. Se le ordenaba al Neófito besarle el trasero al Diablo, si se negaba, se le ponía nuevamente la venda en los ojos, y se le sacaba por una puerta desco¬nocida donde jamás podría entrar.


Allí a los hermanos se les advertía sobre los peligros de la Santa Inquisición. De entre aquella piedra cúbica so¬bre la cual estaba sentado el Diablo, salía entonces desde una puerta, una Isis del Templo; se necesita ser sufi¬cientemente inteligente para darse cuenta de la honda significación de la ceremonia. De hecho se entregaba al trabajo en la Gran Obra. Lo fundamental mis queri¬dos hermanos es hacer la Gran Obra.


¿De qué nos servirá que nosotros nos volviéramos eruditos si no hiciéramos la Gran Obra?


Es obvio que al empezar debemos fabricar el mercurio. El secreto de la elaboración del mercurio nunca lo reveló nadie. Ustedes lo saben: en el Arcano A. Z. F. está la clave. ¿Con qué objeto preparamos el mercurio? Y ¿para qué?. Para hacer toda la Gran Obra; es claro, debemos transmutar en el Sahaja Mai-thuna. Pero esa energía en sí misma ya es un mercurio, el Alma Metálica del Azo¬gue en bruto del Esperma; que después esa energía suba por los canales de Idá y Pingalá, de la unión de átomos solares y lunares nazca el fuego, es verdad, y ese fuego hace fecundas todas sus mani¬festaciones.


Ese fuego es el Azufre, el Mercurio fecundado por el Azufre. Vamos a hacer todo el trabajo, Pero ¿cuál es el trabajo?. Necesitamos comprender cuál es el tra¬bajo que vamos a hacer, tenemos que aca¬bar con nuestros conceptos equivocados.


Dicen las distintas organizaciones de tipo seudo-esotérico y seudo-ocultistas que el hombre tiene 7 cuerpos: el físico, el etérico, el astral, el mental, el causal, el búdico, el Atman. Ellos citan a tales cuerpos con otros nombres: Físico, al vital lo llaman Lingam Sarira, al astral le dicen Kamas o principio del deseo, al Mental se le dice Manas Inferior, al causal se le dice Manas Superior, al Intuicional se le dice cuerpo búdico, y Atman.


Pero lo curioso del caso es que to¬dos los seudo-esoteristas y seudo-ocultistas creen que todos los humanos o mejor dijéramos, Humanoides, que cubren la faz de la tierra poseen ya los 7 cuerpos. Naturalmente que esto es completamente falso. El animal intelectual equivocada¬mente llamado hombre, solamente tiene el cuerpo físico y su asiento vital orgánico no tiene más; Astral, mental, eso no tiene, causal menos, lo que tiene después del cuerpo físico y el vital es el Ego, el Yo, el mí mismo, el sí mismo, que hace las veces de astral, que hace las veces de mental, pero que no es el cuerpo astral ni el mental. En los mundos inter¬nos pude vivenciarlo fácilmente.


En nombre de la verdad y con gran énfasis les digo a ustedes: cuando me muevo en el mundo astral, con entera claridad meridiana veo quienes tienen astral y quienes no tienen tal cuerpo. Multitudes encarnadas van y vienen y no saben por qué no tienen astral y esos son míseras sombras, fantasmas inconscientes. Parecen verdaderos sonámbulos en la región del Averno. Si se tiene cuer¬po astral son diferentes, se ven allí co¬mo hombres, son distintos. Cualquiera puede hacer allí la diferenciación entre alguien que tiene el astral y alguien que no lo tiene. Un ejemplo muy duro que podemos poner aquí, una persona vestida y otra desvestida, a simple vista se ve quien lleva ropa y quién no lleva. Así también quienes no tienen cuerpo astral, se les ve allí como pobres fantasmas. Así pues, vamos creando en nosotros y a fabricar el Mercurio; es un propósito crear los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser, perfeccionarlos, etc.


Hermanos, quiero que ustedes entien¬dan lo que van a hacer, que entiendan que es el trabajo que vamos a realizar con el Mercurio. En primer lugar el Mercurio fecundado por el Azufre toma forma en el cuerpo astral. Cuando uno ya posee el cuerpo astral sabe que lo tiene porque puede usarlo. Sabemos que tenemos pies porque podemos caminar con ellos, sabemos que tenemos manos porque po¬demos usarlas, sabemos que tenemos los ojos porque podemos ver; así tam¬bién sabemos que poseemos un cuerpo Astral porque podemos usarlo, mover¬nos con él concientemente y positiva¬mente a través de los mundos suprasen¬sibles. ¿Y de qué está hecho el cuerpo astral? De Mercurio. ¿Por qué el Mer¬curio toma la forma del Cuerpo Astral? Gracias a que ha sido el Mercurio fecun¬dado por el Azufre. El Mercurio fecun¬dado por el Azufre toma la forma de cuerpo astral y se convierte en cuerpo astral.


Una vez que nosotros hemos creado el cuerpo astral mediante el Mercurio, ya no seremos míseros fantasmas en el mundo de los muertos, sombras abisma¬les, no.


Me viene a mí en estos momentos a la memoria, el recuerdo de Homero, cuando dijo: “Mas vale ser un mendigo sobre la tierra y no un Rey en el Imperio de las sombras”. Quien tiene cuerpo as¬tral ya no es un fantasma, se destaca como Dios de la Tierra y como Dios de la Mente, aquí figura como hombre sagrado en cada uno de nosotros, tiene allí su nombre; El nombre que yo uso es SAMAEL AUN WEOR; No es un nom¬bre caprichoso que yo me haya puesto al azar, no; yo no me he puesto ese nom¬bre, yo quedé llamado así a través de toda la Eternidad.


De Edad en Edad, de Mahanvantara en Mahanvantara, siempre he sido Samael Aun Weor, eso nombre es de Él, de mi Mónada Divina, es un nombre que viene a representar el Rey del Fuego, de los Volcanes. Como dijera Mahoma: “Alá es Alá y Mahoma es su nombre”. Él es perfecto, yo no soy, no entiendo que su hijo es perfecto porque perfecto no hay sino uno, es el Padre que está en secreto. Ninguno de nosotros es per¬fecto. Así pues hermanos, en el mundo de la Mente quien posee su Cuerpo As¬tral sabe su nombre y después de muerto continúa allí con la Personalidad As¬tral viviendo, ya no es una criatura mortal.


Mas si alguien fabricara el Cuerpo Astral por ejemplo, y luego se estancara, no continuara trabajando con el Mercu¬rio, en nuevas existencias se degenerará. Después habría que someterlos a reincor¬poración en organismos inferiores de ani¬males, hay que eliminar los que de Hanas¬mussen tuviera.


Mis queridos hermanos, hay dis¬tintos reinos, como los hay aquí, y sus reinos están gobernados por Devas o Jerarquías. Una vez que ha conseguido la fabricación del Cuerpo Astral mediante el fuego, el Mercurio de la Filosofía Secreta, puede entonces dedicarse a trabajar en la fabricación del Cuerpo Mental.


Todo el mundo cree que tiene un Cuerpo Mental propio, y eso es falso, la gente no tiene una Mente propia, la gente tiene muchas mentes. Piensen ustedes que el Yo es múltiple, que el Yo es un conjunto de personas que uno lleva adentro, que el cuerpo es una máquina y que a través de esa máquina, de pronto se expresa un Yo, es decir, una persona, pero esa persona se sale y se mete otra; después esa otra se sale y se mete otra; pero esa otra se sale y se mete otra, y así sucesivamente. Total, el animal intelectual no tiene individua¬lidad definida, es una máquina contro¬lada por muchas personas pero cada una de esas personas llamadas Yoes tiene una mente diferente.


Como quiera que los yoes son tan¬tos, las mentes son muchas, cada yo tiene su mente y sus ideas, su criterio propio. Entonces, mis queridos hermanos, ¿Dónde está la mente individual del pobre animal intelectual? ¿Dónde está la men¬te de ese pobre mamífero racional? ¿Cuál de ellas es?.


Debemos darnos cuenta desgracia¬damente de lo que somos, si es que que¬remos una transformación radical. Des¬pués de que se ha conseguido ya la fabricación del Astral, hay que fabri¬car un Cuerpo Mental. ¿Lo haremos con qué? Con el Mercurio. Este mercurio cristalizará en el cuerpo de la mente. ¿Cuándo venimos a saber que poseemos mente individual? Cuando podemos usar¬la, cuando somos capaces de viajar con el cuerpo Mental a través de todo el universo, de planeta en planeta, enton¬ces, solo entonces venimos a saber que poseemos cuerpo mental de carne y hueso.


¬Cuando ya poseemos verdaderamente Cuerpo Mental, entonces marchamos a hacer un trabajo más avanzado, marcha¬mos a crear el cuerpo de la voluntad conciente, el Cuerpo Causal, usando el Mercurio siempre fecundado por el Azufre; pero el trabajo es ordenado. Pri¬mero se fabrica el Cuerpo Astral, luego el cuerpo de la Razón Objetiva o Cuer¬po Mental y luego el Cuerpo de la Vo¬luntad Conciente o Cuerpo Causal. Cada uno de estos cuerpos tiene sus leyes. El cuerpo físico está gobernado por 48 leyes, el Astral está gobernado por 24, el Mental por 12 el Causal por 6 leyes.


Vean ustedes las maravillas de los cuerpos ya fabricados. Esos cuerpos Astral, Mental, Causal de hecho tienen su principio; su Alma Humana, se convierte en todo un Hombre Real, verda¬dero, gracias al Mercurio de la Filoso¬fía Secreta fecundado por el Azufre. Un hombre Real en el sentido mas com¬pleto de la palabra. Creernos nosotros Hombres, en estos momentos, es una falsedad, es claro. Si colocamos un hom¬bre y un animal intelectual, sencillamen¬te se parecen los dos, tienen una simi¬litud. Si observamos sus costumbres son diferentes; las costumbres del Hombre verdadero son tan distintas a las del ani¬mal intelectual como las del hombre culto son diferentes completamente a las del caníbal de la selva.


Observen ustedes en detalle a un Hombre y a un animal intelectual. Ob¬serven sus comportamientos. Sus formas son radicalmente distintas. Últimamente no se parecen en nada aunque aparentemente y físicamente se parezcan. En los animales intelectuales existe la posibilidad de convertirse en Hombres, allí están los gérmenes de los Cuerpos Superiores Existenciales del Ser. Gér¬menes emanaciones del Sagrado Sol Absoluto que pueden vivificar mediante el trabajo con la alquimia sexual y esto es importantísimo.

Ahora bien, una vez que hemos recibido ya el Principio anímico, lo que se llamaría en Gnosis el Neuma o Espí¬ritu, viene la segunda parte del trabajo mucho mas profundo: se trata de refinar mas el Mercurio y de intensificar la eliminación del Mercurio Seco y de la Sal Roja. ¿Cuál es el Mercurio Seco? Hemos dicho que está formado o representado por los yoes que cargamos dentro. ¿Y cuál es la sal roja o el azufre arsenicado? Es el fuego Infrasexual, el fuego que emana del abominable órgano Kundar¬tiguador. Para la creación de los Cuerpos Superiores Existenciales del Ser se ne¬cesita también eliminación. La elimina¬ción se intensifica aún mas en la segunda parte del trabajo, eliminación de los ele¬mentos indeseables, del Mercurio Seco y de la Sal Roja o Azufre arsenicado.


En el tercer trabajo, mis estimados hermanos, en la tercera cocción, porque son tres cocciones o tres purificaciones por el hierro, y por el fuego, hay que con¬vertir los cuerpos existenciales del ser, en vehículos de oro puro. ¿De dónde va a salir ese oro puro? Lo porta el mer¬curio; Así como San Cristóbal lleva el niño, así también el mercurio lleva en sí el oro, pero se necesita de un artífice que sea capaz de unir los átomos del oro con el Mercurio, ese artífice lo tenemos todos dentro de sí mismos, es una de las partes de nuestro ser, el Alquimista parti¬cular de cada uno de nosotros, se le de¬nomina antimonio. ¿Qué podríamos hacer nosotros sin esa parte? ¿Sin ese alquimista? Afortunadamente Él conoce el Arte, es un gran Artista, Él sabe cómo va a lograr la unión de los átomos del Oro con el Mercurio. Así pues en la tercera parte del trabajo se necesita que el Cuer¬po Astral se convierta en Oro puro, en vehículo de Oro, sólo así podrá ser recubierto por las partes superiores del Ser o por las distintas partes del Ser. El cuerpo Mental debe convertirse en un vehículo de Oro, sólo así podrá ser re¬cubierto por las distintas partes del Ser. El cuerpo Causal tendrá que convertirse en oro puro para que pueda ser recubierto por las distintas partes del Ser. Luego el Alma Espíritu deberá transformarse en Alma de Oro y por último lo más precioso que podemos tener, el Atman de que hablan los Indostaníes, tiene que convertirse en Oro puro, se ha logrado eso cuando todos los vehículos se han recubierto por las distintas partes del Ser, cuando se ha eliminado todos los mercurios secos, y la sal roja, entonces viene nuestro Rey, El se levanta de su sepulcro, entra en su envoltorio, resucita en nosotros y nosotros en él. Se ha llega¬do a la Maestría. Quien llega a esas al¬turas, tiene el Elíxir de larga vida; sólo así podrá conservar su Cuerpo Físico durante millones de años. Quien llega a esas alturas recibe la medicina Universal y se ha de erradicar de su organismo las enfermedades. Quien llega a esas altu¬ras podrá transmutar el plomo físico en Oro puro, como lo hacía el Conde San Germán, como lo hacía Cagliostro, como lo hacía Raimundo, Nicolás y otros.


Pero tácitamente Lucifer entró. ¿Qué tiene que ver Lucifer con el macho cabrío de Mendes en esta cuestión? ¿Por qué Moisés llevaba los cuernos del macho cabrío en su frente, con rayos de luz? Mis hermanos, ese Lucifer es, dijéramos la mina de donde Minos extrae el Mercurio. Muchas veces hemos dicho que el Caba¬llero tiene que enfrentarse al Dragón. Muchas veces hemos dicho aquí en tercera cámara que Miguel pelea contra el Dragón y San Jorge también contra el Dragón Rojo. Muchas veces hemos dicho que el Caballero toma algo del Dragón y el Dragón algo del Caballero para nacer de allí una extraña criatura. Muchas veces hemos afirmado que esa extraña criatura a su vez, por desdoblamiento resulta como síntesis el Mercurio, que está simbolizado por el pez, que el pescador con sus redes saca del Lago.


Así pues de ese Lucifer extraemos todo el Mercurio y a medida que va pa¬sando el tiempo, Lucifer se va convirtiendo en todo el Mercurio, hasta que al fin lo único que queda en nosotros es el Mer¬curio.


¿QUE ES UN MAESTRO RESURRECTO? Mercurio ya purificado. Con¬vertido en Oro. Por eso se le representa con el Vaso de Alabastro, con el Ala¬bastro vivo, con la Rosa Eléctrica que se espera. Hay algunos Caballeros de la Orden Superior Resurrectos, no tienen organización física visible en ninguna parte.