segunda-feira, 17 de agosto de 2020

Astrosofía Parte 12


La naturaleza del mundo Planetario: El Sol I

En la carta XI indicamos la forma de lemniscata de nuestro sistema solar. Una concepción de esta visión del mundo ha sido puesta en la vigilia. Como ahora debemos hablar del Sol, sería de gran ayuda que  tratemos de imaginar la forma del Sol moviéndose en el curso de un año a través del espacio como una lemniscata, colocando a la Tierra detrás de él en la misma. Con lo cual esta forma constituiría el trayecto de ambos, del Sol y de la Tierra. Este cuadro puede ayudarnos a crear una comprensión para la esfera del Sol. Por sí solo, el sistema copernicano no puede aportarnos una imaginación de la esfera solar, pero la lemniscata del trayecto Sol-Tierra crea el cuadro de una forma espacial que podemos encontrar también inscrita en la forma humana, en conexión con las contradictorias actividades entre la cabeza y el cuerpo. Podemos encontrar esta forma en muchas otras conexiones. El movimiento lemniscatorio es solo el principio fundamental. El movimiento del Sol y de la Tierra es en realidad mucho más complicado, de un modo tal que el Sol se nos presenta, desde la Tierra, como moviéndose a través del circulo de la eclíptica en el curso de un año. Como sea, estos detalles no necesitan preocuparnos ahora, en este acercamiento hacia la naturaleza espiritual del Sol.

En nuestras descripciones previas vimos que Saturno es la esfera que reviste a los Espíritus de la Voluntad, Júpiter es la esfera de los Espíritus de la Sabiduría y Marte es la esfera de los Espíritus del Movimiento. En la esfera del Sol -la esfera que es la forma espacial indicada por el movimiento del Sol y que podemos imaginar fundamentalmente como lemniscata- podemos ver al reino de los Espíritus de la Forma, los Exusiai de los griegos y los Elohimnes de los hebreos según la enseñanza esotérica.

La biografía espiritual de los Espíritus de la Forma nos dará la impresión de las fuerzas que trabajan a través de la esfera del Sol. Podemos encontrar su actividad ya en el Antiguo Saturno; ellos irradiaban el impulso de individualización en el universo del Antiguo Saturno, si bien este planeta aun se hallaba lejos de estar capacitado para asimilarlo y desarrollar este impulso. Con lo cual solo quedo un reflejo del impulso de los Exusiai, que aparece como la división del hasta aquí planeta homogéneo en muchos cuerpos individuales, los predecesores del actual cuerpo físico humano (ver carta III).

Por lo tanto, los Espíritus de la Forma aparecen como aquellos espíritus que preparan el camino para la entrada final de la individualidad, el YO, en el mundo. Continuaron con esto durante todos los ciclos evolutivos siguientes hasta que llegó el tiempo del cumplimiento de su impulso, creando y refinando el recipiente del Yo, la forma física humana. Este impulso fundamental de los Espíritus de la Forma esta entretejido a su vestimenta cósmica, la esfera del Sol. Esta preservado allí y aun está conectado con la entrada de la individualidad humana en la forma corpórea a través del portal del nacimiento.

La posición del Sol en el momento del nacimiento muestra que parte del cuerpo humano está especialmente desarrollada al momento en que entra en la vida terrena. Esto es muy complicado, porque el desarrollo mayor o menormente unilateral del cuerpo puede ser un obstáculo o una mejora de ciertas capacidades derivadas de  encarnaciones pasadas. Este obstáculo ha de ser superado tanto como deben ser desarrolladas las capacidades durante la vida en la Tierra. Una investigación de los detalles de la natividad puede revelarnos estas peculiaridades.

Las posiciones del Sol en los signos de la eclíptica al momento de nacer, provee la base para formar un juicio sobre la relación particular del ser humano con su forma física. Aquí debemos distinguir claramente entre las constelaciones de las estrellas fijas del zodiaco y la eclíptica con sus doce “signos” (en la carta II ya hemos indicado esta diferencia). Las doce constelaciones del zodiaco están más allá de nuestro sistema solar, en las profundidades del universo de las estrellas fijas. Ellas representan la imagen visible del espíritu creativo original del orden jerárquico. Presente en él, también se halla la imagen astral arquetípica del Ser Individual, como fue planeado por los Dioses. En la eclíptica, que es el trayecto anual del Sol a través del espacio y que es logrado por el movimiento del Sol en lemniscata, debemos ver a esas formas que descienden como una especie de doble de la forma humana hasta el cuerpo físico, y que tratan de hacer de ellas una imagen de ese arquetipo astral. Son los poderes etéreos formativos.

Como arquetipo astral de la humanidad, manifiestamente visible en las doce constelaciones del zodiaco, es una entidad dodecamorfa; los poderes formativos de la eclíptica son asimismo dodecamorfos y están relacionados a las doce regiones principales del cuerpo humano. No obstante, debemos imaginar a esas doce regiones de la ecliptica separadamente de las del zodiaco de las estrellas fijas. Por ejemplo, la eclíptica comienza de otro modo; es un asunto basado totalmente en la relación entre el Sol y la Tierra. Esto se ve expresado en el cambio de las estaciones de la Tierra. El año de las estaciones se inicia con la primavera o en el momento en el que el Sol está sobre el punto vernal. Este es el punto donde comienza la eclíptica. En la forma humana se relaciona con la cabeza, o Aries, porque ese es el reino en la esfera del Sol en donde las sutiles fuerzas formativas que imprimen el arquetipo astral de la cabeza, están centralizadas. Con lo cual el Sol -así como la Tierra- atraviesa las doce regiones de la eclíptica a lo largo de un año, que corresponden a las doce regiones del cuerpo humano. El Sol ingresa en el signo de Aries el 21 de Marzo, en Tauro el 21 de Abril hasta el 21 de Mayo, cuando ingresa en Géminis, etc.

La posición del Sol en uno de los doce signos de la eclíptica en el momento del nacimiento, muestra la “forma” final que ha sido creada durante el desarrollo embrionario desde las consecuencias de encarnaciones pasadas. Durante todo el transcurso del desarrollo embrionario, el Sol recorre nueve signos de la eclíptica. Esta es una imagen de la metamorfosis evolutiva del cuerpo hasta la peculiar forma individual final, y que también se imprime en la forma humana de modo tal que surge como un cuadro de variados periodos en el desarrollo del cuerpo, durante la vida después del nacimiento.

Ahora daremos una breve descripción del Sol en los doce signos de la eclíptica, pero no debemos olvidar que todas estas descripciones son insuficientes para formar un juicio sobre la influencia del Sol en la natividad, ya que son muchos los factores individuales a ser considerados, además de la posición sobre la eclíptica. Consiguientemente, es imposible fijarles a reglas definitivas.

El Sol en el signo de Aries esta especialmente activo en la formación de la cabeza humana. Las sutiles fuerzas etéreas que construyen la cabeza son utilizadas con mucha más fuerza que en cualquier otro caso, para expresar las peculiaridades individuales de la personalidad. Estas fuerzas pueden convertirse luego en el vehículo  del despliegue de gran iniciativa y energía. Hace posible la introducción de ideas nuevas, nuevos métodos y nuevas visiones en cualquier rama de la vida. Una personalidad tal puede ser el portador de un impulso, la ejecución de lo que les es dado a otros. Si tal impulso es constructivo o destructivo, es otro tema. Tenemos ejemplos en Hahnemann -el fundador de la homeopatía, en Johann S. Bach -el compositor, y al príncipe Otto de Bismark, el fundador de la Alemania prusianizada.

El Sol en el signo de Tauro promueve una tendencia hacia una fuerte formación en la región de la laringe. La personalidad debe construir su vida terrenal casi por completo desde las fuerzas que encuentran su expresión en esta región del cuerpo. Esto puede aparecer en el uso predominante de las fuerzas del habla y del sonido, como en el caso del compositor Tchaikovsky o del poeta Shakespeare; pero esas fuerzas pueden también ser mal utilizadas a favor del poder, como Robespierre y Lenin, ya que la posición del Sol no otorga a la personalidad ningún juicio moral sobre la expresión de sus poderes.

El Sol en el signo de Géminis imprime sobre el cuerpo a las fuerzas formativas que se conectan especialmente con los brazos. Una personalidad en la cual se hallan activos estos poderes puede sentirse centrada en esta región y usar esas fuerzas etéreas sutiles a través de la auto-expresión en la vida. Ejemplos son el novelista Bulwer-Lytton, cuyos dones de expresión se muestran en la escritura y no en el habla, como también el pintor Albrecht Durero.

El Sol en el signo de Cáncer centra la capacidad de la personalidad en aquellas fuerzas que forman al tórax del cuerpo humano; por lo tanto brinda la tendencia de abarcar al mundo personal, sea extenso o pequeño. Desde esta tendencia, el amor puede brotar en la personalidad por aquello que le ha sido confiado por el destino bajo su cuidado, e incluso anhelar la conquista. Ejemplos son Alejandro Magno, Carlos XII de Suecia y Maximiliano de México.

El Sol en Leo fortalece a las fuerzas formativas que trabajan en la circulación de la sangre y de la respiración. Una personalidad así dotada puede ejercer una especie de actitud real en cualquier esfera de la vida, ya que las corrientes de vida fluyen desde lo más intimo del corazón. Pese a esto, puede volverse la fuente de un egoísmo extremo. Ejemplos son H.P.Blavatsky, Shelley, Napoleón I y Willi Sucher.

El Sol en el signo de Virgo concentra las habilidades del ser humano en aquellas fuerzas que se expresan a sí mismas en la región por debajo del diafragma. Tales individuos pueden, digamos, digerir al mundo, sea este placentero o difícil. Ejemplos son Goethe, la reina Isabel de Inglaterra, el cardinal Richelieu y Leo Tolstoy.

El Sol en el signo de Libra favorece el empleo de aquellas capacidades que son inherentes a las caderas o a los variados órganos de equilibrio en el cuerpo humano. Una persona que ha desarrollado esto puede convertirse un maestro en el balanceo de diferencias o alisando dificultades del mundo humano. Puede volverse un juez incorruptible así como un gambista inescrupuloso con el destino. Ejemplos son Savonarola y Cesar Borgia.

El Sol en el signo de Escorpio brinda el poder de emplear fuerzas que activan el progreso, y a menudo este progreso es ganado gracias a la destrucción de lo vetusto y reaccionario. El barrer con el prejuicio y la tradición puede abrir el camino al progreso humano, pero puede convertirse en la sola fuerza de destrucción. Ejemplos son Erasmus de Rotterdam -el humanista, Martin Lutero, y Friedrich Schiller -el poeta.

El Sol en el signo de Sagitario aporta la oportunidad en la vida de utilizar especialmente esas fuerzas que forman los muslos en el cuerpo humano. Lleva al ser humano hacia el oleaje de lo siempre-variable del mundo exterior. Tal personalidad puede ser muy espirituosa, pero si esta capacidad es muy unilateral, puede ser barrido por este poder. Ejemplos son la reina Mary de Escocia, el rey Carlos I de Inglaterra, Beethoven y Enrique Heine.

El Sol en el signo de Capricornio fortalece las fuerzas que forman las rodillas y los codos. Son fuerzas que establecen el puente entre el mundo exterior de los objetos y el mundo interior de la consciencia. Los órganos sensorios, en especial los ojos, conllevan una capacidad  similar. Aquellos que han nacido bajo el Sol en Capricornio, son confrontados con el problema de balancear la relación entre el mundo interior y exterior. Por un lado, se puede lograr una confianza absoluta en la realidad objetiva de las experiencias interiores propias; o por el otro, se puede sufrir la perdida de esta confianza y esforzarse en vano por obtener un cuadro objetivo y seguro del mundo, fuera de las ataduras de la experiencia anímica humana. Ejemplos son Juana de Arco, Nostradamus, famoso por sus profecías, e Isaac Newton.

El Sol en el signo de Acuario favorece el desarrollo de aquellas fuerzas que construyen a las pantorrillas; son aptas para portar  a la consciencia humana hasta el reino que va “mas allá de la piel”, hasta el vasto mar del éter cósmico. Para una personalidad así dotada, el problema decisivo es que el yo sea suficientemente fuerte para sostener y orientarse a si mismo dentro de este mar. Ejemplos son John Ruskin, Byron, Mozart y Swedenborg.

Finalmente, el Sol en el signo de Piscis está conectado con las fuerzas formativas de los pies. Una persona nacida bajo este signo experimenta a la Tierra por donde apoya su pie, “tasteandola”. De acuerdo al poder del yo individual, la Tierra es experimentada como un cuerpo caído o como carga pesada y deprimente, siendo la tarea de la humanidad transmutarla y redimirla. Ejemplos son Miguel Ángel, Víctor Hugo, Schopenhauer y el cardinal Newman.

Así que el Sol tiene el poder de portar al arquetipo astral del  ser individual, hasta la vida individual del hombre en la Tierra; los miembros de este ser arquetípico son arrojados en el remolino del destino individual humano. El Sol de nuestro sistema solar extrae esta substancia astral virginal, la cual es el origen de toda substancia física, desde las profundidades del mundo de las estrellas fijas hacia el centro de nuestro universo. Esta substancia arquetípica atraviesa varios grados de densificación antes de alcanzar el Sol. En la Tierra alcanza el estado de la materia y de la manifestación en la esfera de lo individual.

Pero este no es el paso final de la actividad del Sol. Sobre esto hablaremos en la carta siguiente y luego veremos que en realidad, el Sol es una entidad ternaria. Tocaremos entonces uno de los más grandes misterios del universo. En esta carta hemos sido solamente capaces de describir un lado de este problema.

EVENTOS EN EL CIELO

En el presente, el evento más importante en el cielo es el lazo de Venus en el signo de Aries y Piscis. Durante los pasados meses hemos visto a Venus como brillante estrella crepuscular en el cielo oeste, pero pronto desaparecerá completamente de vista. Retrocede por el zodiaco hacia el Sol, y el 25 de abril estará directamente sobre él. Debemos imaginar que en realidad Venus se halla entre el Sol y la Tierra. Solo el Angulo desde cual la vemos desde la Tierra, nos provoca la sensación de que estuviese por encima del Sol.

Estos lazos de Venus, que ocurren al hallarse por delante del Sol -es decir en el espacio entre el Sol y la Tierra- tiene lugar en intervalos de 19 meses, y se produce cada vez en constelaciones diferentes. Si dibujásemos una imagen del zodiaco en forma de circulo sobre un trozo de papel, y luego observásemos los movimientos de Venus en un lapso de 8 años, marcando los lazos -conjunciones inferiores cuando Venus esta por delante del Sol y superiores cuando están por detrás del Sol- haríamos un descubrimiento sorprendente. Encontraríamos que todas las conjunciones tienen lugar sobre las cinco esquinas de un pentagrama regular, dibujado dentro del círculo. En un intervalo de 8 años, siempre encontraríamos un lazo y una conjunción superior en cada esquina  de ese pentagrama.

El lazo actual de Venus tiene lugar en Aries y Piscis. Ahora debemos imaginar sobre este punto del zodiaco a una de las cinco puntas del enorme pentagrama suspendido en los cielos. Así que esta esquina en Aries y Piscis ha de ser  la escena de otra conjunción de Venus al Sol, así como eventos similares han de tener lugar en el futuro.

El ultimo lazo y a la vez evento culminante que fue una conjunción inferior, tuvo lugar en esta esquina hacia la Pascua de 1937. Cuatro años más tarde, hacia Pascua de 1941, se produjo una conjunción superior aproximadamente sobre la misma posición.

Una comparación entre ambas muestra que esta esquina del pentagrama se ha movido ligeramente hacia atrás desde 1937, en donde estaba exactamente entre la cabeza de Aries y uno de los peces. Ahora en 1945 ha ingresado completamente en Piscis y durante los próximos 100 a 120 años, esta esquina se moverá lentamente a través de Piscis. No solo se mueve esta esquina, sino que todo el pentagrama gira lentamente por el zodiaco, como los radios de una gigantesca rueda cósmica. Solamente tras unos 300 años, la Humanidad presenciara este evento nuevamente.

Al igual que el rostro humano traiciona sus emociones y experiencias interiores, este evento expresa la vida interior de los mundos espirituales. En la esfera de Venus, podemos encontrarnos que son los Guías o Guardianes de las comunidades humanas, por ejemplo, de las naciones. Con lo cual, si la “estrella de cinco puntas” de Venus (que es el pentagrama creado por la conjunción de Venus con el Sol), inicia un nuevo ciclo al ingresar en Piscis, debemos esperar que sea una expresión de una gran decisión en la esfera de los espíritus populares (almas de los pueblos). Observando los eventos en el cielo, podríamos decir que se percibe algo similar a un gran concilio de los espíritus populares a causa de la situación alarmante de la humanidad en la Tierra.

Un evento similar tuvo lugar a finales del S XVII cuando Pedro el Grande volviese zar de Rusia y occidentalizo su país con gran energía. Sería muy interesante estudiar la historia de aquellos días en estrecha conexión con los eventos actuales, y a través de un estudio tal hallaríamos una mejor comprensión de muchas de las tendencias que se han vuelto aparentes en Europa hoy día.

El lazo actual esta también conectado al año 1937, que fue la época de la así llamada “Guerra Civil” en España, y especialmente con el periodo precedente al rompimiento en guerra entre Alemania y Rusia en la primavera de 1941. Esto indica entonces a los problemas de la humanidad en tanto se revelan a sí mismos desde un punto de vista espiritual. El tránsito de Aries a Piscis apunta al problema Este-Oeste de la humanidad moderna, que está representado en Europa como una especie de camino en miniatura dentro de la polaridad entre Rusia y España. Así que si somos conscientes de este evento de Venus en el cielo, aprendemos a escuchar al Apocalipsis de los siguientes 50 o 100 años, que es el resultado necesario del juicio espiritual por sobre los eventos a nuestro alrededor.

La naturaleza del mundo Planetario : EL SOL II

La astronomía moderna considera al Sol mayor o menormente como una esfera de fuego gigante. Existen muchas teorías sobre la naturaleza y la fuente de su actividad, pero hasta ahora ninguna de ellas puede aportar una respuesta satisfactoria a los múltiples problemas conectados a los variados fenómenos del Sol.

Según todas estas teorías, el Sol es una esfera de materia gaseosa o incluso solida. Rudolf Steiner indico una concepción diferente a través de la cual podemos resolver muchos enigmas de la naturaleza del Sol y de todo el Universo. Nos brindó la concepción del espacio negativo o “anti-espacio”, y acorde a este “anti-espacio”, el Sol que vemos en el cielo existe gracias a que el espacio de nuestro universo desaparece y se crea el “anti-espacio”. Es por esto que el Sol es algo similar a un agujero en el espacio universal, y la actividad solar  tiene un carácter de poder succionador que lleva la substancia espacial hacia el anti-espacio. Se ha hecho referencia a esto cuando en la última carta dijimos que el Sol arrastra a la substancia astral hacia sí mismo.

Como fuere, antes de alcanzar el Sol, esta substancia astral atraviesa un proceso de densificación que naturalmente alcanza su culminación en la Tierra. Pero aquí no acaba la actividad del Sol, que puede ser comparada al proceso digestivo en el hombre. Para digerir, el hombre debe comer primeramente. Claro que no se puede decir que el objetivo primordial de la digestión es provocar que la gente coma. El objetivo primordial de la digestión es disolver y descomponer la comida. Para lograr esto, la gente debe ingerir el alimento que experimenta a través de los sentidos. De modo similar, el impulso del Sol es disolver la substancia universal en pos de crear la base eterizada para el progreso espiritual y la renovación de nuestro universo. El Sol es el órgano de la “digestión” del gran Ser cósmico universal en el cual vivimos. La Tierra es el reino dentro de ese universo en donde el “alimento” -la substancia- es ingerida y elaborada por los sentidos.

Por lo tanto, la Tierra así como la creación de la forma humana, tal como fue descrita en la 13ª carta, es solamente un resultado indirecto de la actividad solar. El objetivo final es la disolución de la forma humana en favor de transformar las fuerzas heredadas y las substancias en el germen etéreo de un universo futuro. Al proceso de la disolución de la forma humana, lo llamamos MUERTE. Consiguientemente, el Sol es el portal de los muertos o podemos decir también, es el portal hacia los muertos.

La posición del Sol al momento de la muerte es de gran importancia para la vida espiritual tras la muerte. Habremos de decir mucho más cuando estudiemos el “horóscopo de muerte”. La posición del Sol al nacer es también significativa, ya que muestra la conexión del ser humano con el mundo de los muertos de una forma muy peculiar.

Debemos acostumbrarnos al hecho de que los detalles particulares de una natividad, son los indicadores de eventos que tuvieron lugar durante la vida espiritual antes del nacimiento, o que pueden ser la llave para la comprensión de eventos espirituales o influencias que tendrán lugar despues del nacimiento. En pos de encontrar esta llave para la comprensión de lo que está oculto detrás del Sol de una natividad, debemos discutir algunas peculiaridades astronómicas acerca de los pasos del Sol y de la Luna.

Si pudiéramos marcar el paso del Sol como una línea blanca punteada sobre el trasfondo del cielo azul, detectaríamos que este paso forma un circulo completo en el curso de un año. Más aun, si pudiésemos observar el paso de la Luna del mismo modo durante un periodo de 28 días, y dibujásemos ese paso a manera de línea sobre el cielo, encontraríamos que también realiza un círculo alrededor de nuestro globo. Si ahora fuésemos mas precisos, descubriríamos que la Luna no se mueve en el mismo circulo en el que el Sol pareciera rotar, visto desde nuestro punto de observación terrestre. Son círculos diferentes uno dentro del otro, pero ligeramente desviados, con lo cual se interceptan en dos puntos opuestos entre sí. Estos puntos de intersección son llamados NODOS LUNARES. Por supuesto que no podemos verlos en el cielo, sería solamente posible si dibujásemos ambos círculos sobre el cielo. De todos modos podemos calcular su posición. Debemos imaginar al paso del Sol como un enorme círculo en torno a nuestro globo, dentro del cual se encuentra otro círculo: el de la Luna, con una desviación de 5º.

Ahora debemos imaginar además que los dos puntos opuestos de la intersección -los nodos- se mueven, o en otras palabras, el 2º círculo desviado se mueve lentamente en dirección a las agujas del reloj y es lo que produce el movimiento de los puntos de intersección o nodos, sobre el primer círculo del Sol. Una revolución completa del paso del círculo del nodo lunar es realizada en unos 18 años y 7 meses; entonces los nodos han retornado a su posición original sobre el círculo del paso solar. Dentro de este periodo de 18 años y 7 meses, los nodos se mueven a través del círculo solar completo, el cual es señalado gracias a la posición diaria del Sol en el curso de un año.


En los dos diagramas de arriba, el círculo solido representa el paso aparente del Sol alrededor de la Tierra, y el círculo punteado representa al de la Luna alrededor de la Tierra, en el centro. Los dibujos muestran a los dos círculos como vistos desde un punto de observación exterior y por encima de la esfera del movimiento del Sol y de la Luna. Si pudiésemos situarnos en el centro, donde está indicada la Tierra, daríamos con la imagen correspondiente. El diagrama I muestra la posición del paso de la Luna y los nodos en un momento determinado. Pasado algún tiempo (diagrama II), este círculo y los nodos se han movido hacia atrás y se ubican en una posición diferente.

Estos nodos tienen una gran importancia espiritual. Ellos muestran como están entrelazadas las esferas solar y lunar en un determinado momento. Los nodos son los puntos en donde la esfera del Sol toca a la de la Luna, creando una especie de portal entre una esfera y la otra. Como hemos dicho, el Sol representa una especie de actividad “digestiva” en nuestro universo. Cuando el alma abandona el cuerpo al morir, se ve dirigida hacia el Sol. La Luna y su esfera ejercen una actividad que podemos comparar con el inhalar y exhalar del cuerpo humano, aunque no es la función pulmonar que está basada en la respiración. Es una actividad que se sitúa entre la cabeza de nuestro universo -que está representada por la Tierra- y la “digestión” representada por el Sol. Es una actividad equilibradora entre la asimilación y la disolución  de las substancias cósmicas.

Con lo cual los nodos lunares -el portal del Sol a la Luna- proveen una conexión entre los muertos que están en la esfera del Sol y la Tierra. Entonces, si miramos la posición del Sol de la natividad, la reconoceremos como conexión individual con el reino de los muertos. En pos de que esta conexión sea efectiva dentro de la vida terrestre de un ser humano, es necesario establecer un portal desde el Sol hasta la Tierra a través de la Luna. Esto se hace posible gracias al movimiento de los nodos lunares.

Este ejemplo lo pondrá en claro: Goethe nació el 28 de Agosto de 1749. El Sol estaba en 5º del signo de Virgo; el primer aspecto de esta posición solar es lo que hemos expuesto en la 13ª carta. Además de esto, podemos reconocer la conexión de Goethe con el reino de los muertos en esta posición del Sol. Como sea, esta conexión solo podría realizarse al momento en que los nodos lunares abran al portal desde el reino de la esfera solar a la Tierra. No fue posible en el momento del nacimiento de Goethe, ya que los nodos no se encontraban donde estaba ubicado el Sol, pero sucedió un tiempo antes de su nacimiento, cuando su alma se hallaba aun en el mundo espiritual. En el año 1747, uno de los dos nodos en tránsito arriba a la posición del paso del Sol en donde se ubicara dos años más tarde, el 28 de Agosto de 1749. Es entonces cuando se estableció el lazo entre el Sol y la Tierra. No es de importancia que el Sol del nacimiento de Goethe se ubicara en este lugar más tarde. El portal entre el Sol, la Luna y la Tierra puede abrirse mucho antes del nacimiento e incluso después. En este territorio nos vemos confrontados con diferentes concepciones del tiempo a las que estamos acostumbrados en la Tierra.

La posición de los planetas al momento de abrirse el portal revela algo de la conexión individual que Goethe tuvo con los muertos en su vida postrera. En el año 1747, a comienzos de Marzo, encontramos por ejemplo a Saturno en la constelación de Virgo, exactamente en la misma posición que estaba en la muerte de Paracelso, el 23 de Septiembre de 1541.

Ahora debemos imaginar que es en esta posición de Saturno en Virgo donde fluyeron todos los esfuerzos de Paracelso, especialmente la esencia espiritual de sus logros, en tanto que concernían al progreso de toda la humanidad, doscientos años antes del nacimiento de Goethe. En el horóscopo del PORTAL SOLAR de Goethe, como podemos denominarlo, Saturno retornó a la misma posición que está conectada a Paracelso en el terreno de tales actos pasados.

¿Cuál es la esencia de los logros de Paracelso?. Fue un físico famoso del S.XVI, quien valientemente abrió el camino para la medicina moderna. Exigió, y el mismo cumplimento esta exigencia, que los físicos no deberían leer mas a los antiguos tratados de medicina, sino que debían hacerlo en el “gran libro de la naturaleza”, en pos de hallar las causas de la enfermedad y los remedios para su cura. Como fuere, el podía leer aun el “gran libro de la naturaleza” de manera diferente a como lo hace la ciencia natural moderna. Su esfuerzo consistió en hallar a través del encuentro con la naturaleza, el camino hacia las raíces de su existencia. Tal fue su gran logro para bien de la Humanidad. Se mantuvo como un guardián del umbral entre la antigua sabiduría y la nueva era científica, como alguien que nos recuerda al espíritu que labora en el reino de la naturaleza. Este aporte a la Humanidad fue tomado y desarrollado ampliamente por Goethe. El se esforzó por encontrar las raíces espirituales de la naturaleza y lo logró. La percepción suprasensible del vegetal arquetípico, como el ser materno espiritual de todo vegetal existente y sobre lo cual Goethe hablo específicamente, es la prueba de que estaba fuertemente conectado al gran impulso que vivía en Paracelso; consiguientemente, Rudolf Steiner fue capaz de llamar a Goethe el padre de la Ciencia Espiritual, es decir la ciencia que reconoce al espíritu activo detrás de los fenómenos del mundo sensorio.

 Podemos concebir que una personalidad de una época puede permitirse desarrollar una idea o impulso solo hasta cierto punto. Luego, otra individualidad puede tomar este impulso, mucho después de haber fallecido el primero y, a través de una conexión real con los muertos, seguir desarrollándola. En la biografía de Goethe encontramos que en un momento de profunda crisis interior en su vida, estudio intensivamente a Paracelso.

El famoso filosofo Spinoza nació el 24 de Noviembre de 1632; el Sol se hallaba entonces en Sagitario. Este “portal solar” fue abierto por los nodos lunares dos años antes del nacimiento de Spinoza, en 1630. Saturno se hallaba en la constelación de Libra. Eso nos conduce hacia atrás hasta Giordano Bruno quien fallece 30 años antes, el 17 de Febrero del año 1600, cuando Saturno también se encontraba en Libra.

Giordano Bruno fue quemado en la hoguera por la Inquisición. En sus años de juventud había sido monje, pero su entusiasmo por la verdad y su apego a la nueva visión científica, como se ilustra por ejemplo en el sistema copernicano, lo puso en conflicto con los superiores eclesiásticos. Huye del monasterio y realiza largos viajes por Europa, enseñando las nuevas ideas de la ciencia. Luego es apresado por los emisarios de la iglesia romana y, al no negar sus enseñanzas, fue quemado vivo.

En Spinoza también se hallaba presente, este espíritu de inamovible entusiasmo y devoción por la verdad y libertad de concepto filosófico. De él podemos decir verdaderamente, como Giordano Bruno, que fue un mártir de la lucha por la libertad espiritual. Toda su vida constituyo en una serie de persecuciones por parte de todo tipo de instituciones, que pretendían conservar tradiciones espirituales obsoletas. Murió en la miseria a edad temprana, víctima de la eterna incomprensión de su entorno.

Otro famoso filosofo y matemático, Gottfried Wilhelm Leibniz, nació el 21 de Junio de 1646 [calendario juliano]. El Sol se hallaba en el signo eclíptico de Cáncer; este portal solar fue abierto por los nodos lunares en el año 1647, un año después del nacimiento. Encontramos a Júpiter en la constelación de Leo, en donde había estado al fallecer el ya mencionado Giordano Bruno. Con lo cual podemos encontrar también una conexión entre Leibniz y Giordano Bruno, siendo Júpiter el que establece el lazo aquí. Por lo tanto, la cualidad que Leibniz hereda espiritualmente, digamos, fue de otra naturaleza. Fue el mundo del pensamiento de Bruno que emerge nuevamente en Leibniz, quien continúa con su desarrollo. El foco central de la enseñanza de Bruno es la idea sobre la monada como fundamento de toda la existencia del universo. La unidad universal original, que él denomina Monas Monadum, se divide a sí misma en una multiplicidad de seres únicos o monadas que son seres vivientes, siendo cada una de ellas un universo en si misma. El alma de un ser humano es una monada pensante; Leibniz fundamenta su enseñanza filosófica en su “monadología” y en la idea de la “armonía pre-establecida” (praestabilierte Harmonie). Como Giordano Bruno, imagina a Dios como Monas Monadum; las monadas individuales derivadas de la Monas Monadum poseen una variada graduación de consciencia. Ellas son, por así decirlo, las almas de las cosas y los seres, pero, también para Leibniz, cada monada en sí misma es la representación del universo en grados.

Los eventos en el cielo

Ya en Abril, el planeta Marte ha ingresado en la constelación de Piscis. Transitara por esta constelación durante todo el mes de Mayo. Un número inusual de personalidades históricas tienen a Marte en esta posición, bien al momento de nacer o de morir.

Si miramos más de cerca a esta congregación, podemos detectar que existen los más grandes contrastes entre esta gente. Semeja más bien a una lucha gigantesca entre gente que solamente es devota a la vida espiritual de la Humanidad, y otros que han descendido profundamente al mundo material y la acción política.

Entre ellos hay una gran personalidad que puede enseñarnos mucho acerca de esta lucha espiritual. Es el papa Nicolás I; al morir, el 13 de Noviembre de 867, Marte se hallaba en Piscis en la misma posición en donde estará a principios de Mayo. Este papa, que a veces se lo llama “el grande”, estuvo profundamente involucrado en las causas de la separación entre la iglesia del este y del oeste, surgiendo de esto. Condujeron al cisma entre la iglesia de Roma y la griega; su gran oponente fue el patriarca Photius en Constantinopla.

Este cisma es mucho más que una diferencia de opinión de unos pocos dignatarios eclesiásticos; es un problema de la Humanidad, y desde aquellos días su importancia no ha decrecido, sino aumentado. La humanidad actual ha de encontrar la solución correcta o enfrentar catástrofes tremendas, aun más grandes de aquellas que hemos tenido que soportar. Es por ello que la individualidad de la que hablamos puede enseñarnos una gran lección sobre estas gigantescas tareas.

Sabemos que este papa encarno nuevamente en un cuerpo físico durante el S.XIX y XX, y otra vez se vio confrontado con un problema para la humanidad, similar a aquel que surgió cuando fuera el papa de la iglesia romana. Pero esta vez se vio confrontado con la situación mundial que había evolucionado desde la separación y enemistad entre el este y el oeste.

El papa Nicolás I tuvo que enfrentar la situación de que en el este -en Grecia, Asia menor y Egipto- se continuo con una Cristiandad que estaba aun profundamente conectada  con los antiguos misterios y la sabiduría arcaica, que había sobrevivido a la caída de la cultura de los viejos templos. La iglesia griega era solamente un puesto de avanzada en el oeste y había muchas otras que habían sobrevivido a esos días. Detrás de esta espiritualidad se encontraba el enorme continente asiático, que estaba considerado como el misterioso dominio de los dioses. Las alturas del Tíbet aun son consideradas como un verdadero asentamiento de los dioses. La Cristiandad occidental corrió por un camino diferente, llegando a Roma en una fecha temprana. La política romana se opuso fuertemente a la fe cristiana en un principio. Luego de la era de las persecuciones, la Cristiandad romana y la vida estatal de Roma se fueron paulatinamente amalgando. Con lo cual se desarrollo la Cristiandad práctica y colonizadora que poseía la herencia del imperio romano. Avanzó hasta las espesuras del norte más allá de los Alpes y fundo los monasterios, que se tornan en centros de la agricultura y la enseñanza. Nicolás estaba fuertemente conectado con este desarrollo occidental; casi con la percepción de un vidente, advirtió la necesidad de la Cristiandad occidental de preparar el paso hacia el desarrollo cultural de occidente, en el cual deberá desarrollarse la era moderna de la ciencia natural, con sus grandes técnicas y descubrimientos. El oeste debe mirar abajo hacia la Tierra y tomarla en sus manos. El este no quiso descender de las alturas espirituales y prefirió renunciar a la conquista de la Tierra física. Entonces, el papa Nicolás I vio el gran cisma entre oriente y occidente surgiendo como una necesidad histórica. No pudo evitarla; tuvo que producirse en beneficio de la Humanidad.

De todos modos, este cisma siguió desarrollándose desde el S.IX hasta volverse un gigantesco problema para la humanidad. La humanidad occidental ha logrado casi una maestría completa sobre la materia muerta. En el curso de la evolución  histórica, el hombre se volvió un ser individual y emancipado. El individuo se ha emancipado tanto que puede dudar y hasta incluso negar la existencia del mundo espiritual; el ideal es la maquina. Por consiguiente, el ideal del organismo social seria más o menos como una maquinaria. El ser humano del este quedo por detrás. Allí, el centro de la vida es aun la labor de Dios, incluyendo la sumisión a la voluntad del mundo espiritual. La existencia individual no cuenta. La muerte es más o menos una transición bienvenida. El organismo social o vida estatal está construido según esta concepción espiritual, es guiada por impulsos religiosos; lo representativo del estado es considerado  incluso como de origen espiritual. Pero el miembro del organismo social no puede experimentarse a si mismo como un ser individual. El miembro individual es mayor o menormente una parte insignificante del todo.

Estas concepciones ampliamente opuestas de la existencia humana, conducirán tarde o temprano a un tremendo conflicto entre la humanidad de oriente y occidente, a menos que encontremos y llevemos a la practica la verdadera Imaginación de nuestro ser.

Ambos conceptos están lejos de esta Imaginación: en Occidente, la emancipación espiritual nos conduce a un punto en donde la existencia terrenal se torna fantasmal y carente de sentido; y en el Este, el ser humano individual es arrastrado por una avalancha incontrolable de religión o fanatismo racial. En ambos conceptos, la humanidad finalmente se elimina a sí misma. Ambos conceptos lucharan por su existencia, uno contra el otro, y la humanidad será destruida entre ellos si la verdadera Imagen de nuestro Ser, el Cristo Cósmico, permanece sin ser reconocido –no a solo a la persona de la tradición cristiana del S.XIX, sino al Dios que tomo una existencia corporal y que vino a recordarle a la Humanidad terrena sobre su ciudadanía cósmica. Cristo realizo la voluntad del Padre, representando al universo entero en la consciencia plena de un cuerpo anclado a la existencia terrenal, mostrando el paso  hacia el logro de esa representación del cumplimiento de la Voluntad del Padre.

Los primeros cristianos vivenciaron al Cristo al dibujar su  símbolo secreto, el pez. Con lo cual deberíamos encontrarlo nuevamente como lo representativo de la humanidad, el pez que es la imagen cósmica de la humanidad en el mar de las nubes etéreas en torno a la Tierra; entonces no nos encontraríamos confinados tan solo a la realidad terrenal ni estaríamos sumergidos en la dominación de lo anímico-grupal, sino que nos vivenciaremos como habiendo descendido desde alturas cósmicas en pos de transformar la Tierra en la Imagen del Hombre-Espíritu (esencia), como han hecho Novalis, Rudolf Steiner y otros. Este es el lenguaje de Marte en Piscis.

La naturaleza del mundo Planetario : El Sol III 

En las últimas dos cartas hemos hablado sobre el Sol y su actividad en conexión con el momento del nacimiento. Ahora observaremos al Sol desde el aspecto del desarrollo prenatal del ser humano.

Sabemos que el desarrollo prenatal del ser humano dura alrededor de nueve meses. Este tiempo es diferente, por supuesto, en cada caso individual. Si tomamos este lapso de nueve meses como promedio, veremos que el Sol se mueve a través de 3/4 del zodiaco, o a través de nueve constelaciones, mientras que atravesaría el zodiaco completo si el estadio embrional durase un año. Esta es la razón del hecho de que en cada horóscopo queden unas tres constelaciones por las cuales el Sol no ha pasado durante la evolución prenatal. Estas son aquellas que se hallan entre la posición del Sol en el momento de la concepción y el nacimiento. Son constelaciones diferentes según el día del nacimiento del ser humano. Por ejemplo, si alguien nace el 21 de Junio, cuando el Sol entra en la constelación de Géminis, entonces podemos asumir que el Sol no ha estado en las constelaciones de Géminis, Cáncer y Leo, pues comenzó su curso nueve meses antes partiendo de Virgo.

Si nos imaginásemos situados sobre el Sol, veríamos a la Tierra opuesta directamente a nuestra posición en el Sol. De todos modos, a mitad del desarrollo embrionario, desde el punto de vista del Sol, veríamos a la Tierra en esas constelaciones.

Debajo en la figura 1 podemos ver el trayecto del Sol durante los nueve meses del desarrollo embrionario. Comienza en la constelación de Virgo y se ubica en Géminis al ocurrir el supuesto nacimiento, con lo que quedan abiertas las constelaciones de Géminis, Cáncer y Leo.

La figura 2 muestra el trayecto de la Tierra durante el mismo tiempo. La Tierra puede ser vista desde el Sol en Géminis, Cáncer y Leo cuando este se halla en Sagitario, Capricornio y Piscis, es decir a mediados del desarrollo embrionario. Es por ello que estas tres constelaciones del “espacio abierto” están particularmente conectadas con el planeta Tierra y su especial significado en el universo.


Es en la Tierra, donde hemos descendido los seres humanos, donde buscaremos y quizás encontremos nuestro objetivo, donde nos esperan la alegría y la preocupación. Las tres constelaciones del “espacio abierto” del horóscopo prenatal indican la naturaleza de aquellas experiencias en la Tierra que nos están esperando.

Dijimos que esta posición de la Tierra puede ser observada desde el Sol hacia el periodo medio del desarrollo embrionario, durante el 4º, 5º y 6º mes; este periodo, más los eventos cósmicos que ocurren en el, es un reflejo de estadios importantes de la vida entre la muerte y el nuevo nacimiento. Es una especie de pronóstico de la mitad del periodo de la vida que se iniciará, especialmente en la época entre los 30 y 35 años de edad.

Hasta aquí da la sensación de que fuese una tarea de la Tierra, y que la conexión con el Sol pareciera ser indirecta. Pero aquí se oculta un profundo misterio relacionado con lo que se teje espiritualmente entre el Sol y la Tierra.

Desde la muerte en el Gólgota, el Cristo se ha unido a la Tierra y es el Espíritu Guía, la Individualidad Cósmica, digamos, de este planeta. Cristo descendió a la Tierra desde las alturas cósmicas y habitó en el cuerpo de Jesús. El descenso fue observado por los iniciados de las culturas pre-cristianas. Sabían que el Cristo era el Espíritu del Sol, el Guía de los Seres Solares que descendió en pos de salvaguardar y acobijar a la evolución terrestre. Fue el hecho fundamental que llegará lejos en el futuro, ya que a través de este evento, la condición presente de nuestro Universo cambiara completamente, y la Tierra se convertirá en un nuevo “Sol”. Con lo cual la Tierra es portada por el Espíritu del Sol, por el Cristo, y cuando el alma pasa a través de la esfera solar durante la vida entre la muerte y el nuevo nacimiento, ya no encuentra al Cristo en este reino.

Ahora podemos imaginar que tan pronto como el alma se ve penetrada por el deseo de descender a una nueva encarnación en la Tierra, mira hacia abajo a la Tierra como el único lugar en el universo que, desde la época del misterio del Gólgota, puede experimentar al Cristo; el ansia del alma por descender a ese lugar en donde se puede vivenciar al Cristo, halla su reflejo en esa parte del horóscopo que hemos denominado “espacio abierto”.

Podemos leer esto en los impulsos y decisiones que ha tomado el alma mientras aun se hallaba en el regazo del mundo espiritual. Muestra como a partir de las experiencias y los errores de vidas pasadas, el alma desea unirse a la Tierra en la gran labor de amor, en pos de transformarla en la vestidura brillante del Cristo.

Cuando el alma nace en la Tierra y habita su cuerpo, un velo de inconsciencia oculta todas esas experiencias prenatales. Y pese a ello, se hallan vivas en el esfuerzo del alma por la verdad, en los múltiples caminos por los cuales nos conduce el destino hasta que él o ella encuentran la verdad y la paz del alma. Quizás nunca lleguemos a conocer nuestras intenciones e impulsos prenatales, quizás hasta los traicionemos, pero tras la muerte nos daremos cuenta en donde hemos fallado, y ese conocimiento nos ayudará a construir los cimientos de nuestras futuras encarnaciones terrenas, para redimir nuestro propio pasado. Es posible que haya llegado el momento en el que cada uno de nosotros deba esforzarse por reconocer conscientemente nuestras propias resoluciones prenatales, y con este propósito podría permitírsenos mirar nuestra propia natividad, especialmente en este caso acerca del “espacio abierto” y su trasfondo de eventos espirituales.

Para ilustrar y elaborar lo dicho acerca de este tercer aspecto del Sol, consideraremos ahora algunas natividades de personalidades históricas.

En las cartas previas hemos hablado de Tomas Moro, quien nació el 4 de Febrero de 1478. El Sol se hallaba por entonces en la constelación de Acuario. Su concepción debe haber tenido lugar alrededor de comienzos de Mayo de 1477. El Sol ingresa después en la constelación de Tauro. Esto quiere decir que el Sol no estuvo en la constelación de Acuario (solo ingreso al momento de nacer), Piscis y Aries. Esto constituye el “espacio abierto”; en este “espacio abierto” Júpiter hizo un lazo en la transición de Piscis a Aries, durante el desarrollo embrionario de Tomas Moro. De haber sido capaces de presenciar desde el Sol el descenso de este alma hasta la encarnación, en un cierto momento hubiésemos visto —hacia el 5º mes de su desarrollo embrionario— a la Tierra en la constelación de Piscis y detrás de ella, a la brillante luz de Júpiter. La Tierra con Júpiter es la constelación que ilumino el empeño por el reconocimiento de lo divino en la vida terrena, pero también debemos considerar a las constelaciones de Acuario y Aries.

Tomas Moro aparece, quizás en contra de su voluntad, como una fuerte figura en la vida social y política de su época. Muchas veces estuvo a punto de desaparecer completamente de la esfera política para seguir una vida de estudio y devoción, pero el destino lo trajo una y otra vez de vuelta al escenario político. A los 37 años de edad escribe su UTOPIA, que le hizo famoso. Allí expone sus visiones acerca de cómo crear un estado ideal e hizo severos juicios sobre las instituciones social y culturalmente corruptas de su tiempo. De por sí, baso su ideal de un estado perfecto, enteramente sobre la soberanía de la religión, incluso la soberanía de la iglesia.

Por lo tanto, experimento la esencia de la existencia terrena en la esfera de la vida social. Así le exigió el destino una y otra vez, que buscase la experiencia de lo divino, no solamente en la paz anímica, sino también de cara a la humanidad, en el cuerpo social. Fue la esfera en donde buscó la presencia y la realización del Espíritu del Sol, que se ha unido a la Tierra tras el Misterio del Gólgota. La Tierra en la constelación de Piscis conlleva al empeño por la vivencia del Espíritu del Sol en el cuerpo de la Humanidad, ya que es la realización cristiana del Hombre Espíritu, que fue creado al principio de la evolución del mundo (véase 5ª Carta) y que labora por detrás de Piscis. Este vivenciar de lo divino desde la Tierra en la constelación de Piscis, continuó recibiendo ayuda en la vida de Tomas Moro de las otras dos constelaciones del “espacio abierto”, Acuario y Aries. Aries le brindo el poder de tomar consciencia de lo divino en la Humanidad por medio de un pensar purificado. Sabemos que fue un humanista y un discípulo devoto de Erasmo de Rotterdam; el aspecto de la Tierra en Acuario le brindo el poder de experimentar al Espíritu solar de la Tierra en su corazón, lo cual abrió su bondad y amor por todas las criaturas del universo. Su aprendizaje no fue materia de formalidad, sino que estaba conectado a una profunda reverencia y devoción por el Universo del Creador.

Otro ejemplo de significancia universal es Ralph Waldo Emerson. Nació el 25 de Mayo de 1803. El Sol se hallaba en Tauro; en el momento de su concepción se hallaba en Leo. Con lo cual el “espacio abierto” compromete a las constelaciones de Tauro, Géminis, Cáncer y una parte de Leo, con Géminis en el centro. La Tierra en Géminis indica una búsqueda del Espíritu Solar en la esfera del yo, en lo más intimo de la vida anímica. Y ciertamente encontramos esto realizado en el esfuerzo de Emerson, a tal grado que solo podemos mirar a esta personalidad con profunda admiración. A la edad de 30 años, a volver de su viaje por Italia, Francia, Escocia e Inglaterra escribió: “una persona contiene todo lo necesario para gobernarse a si misma… todo lo verdaderamente bueno y malo que pueda ocurrirle a uno ha de venir de uno mismo… existe una correspondencia entre el alma humana y todo lo que existe en el mundo; más exactamente, todo lo que se conoce. En lugar de estudiar las cosas fuera de uno mismo, los principios de cada cosa han de penetrar en uno… el propósito de la vida pareciera ser el poder informarse sobre sí mismo; la más alta revelación es que Dios se encuentra en cada uno”.

 Luego se traslado a Concord y desarrolló lo que usualmente se conoce como Trascendentalismo. Como fuere, en cada cosa que surgía de su enseñanza, se revelaba a sí mismo como un maestro de la independencia. “Es mi deseo decir que lo que hoy pienso y siento, con la advertencia de que quizás mañana lo contradiré todo”. Esta es la experiencia del Espíritu Solar en la individualidad humana o la Tierra en Géminis (sobre Géminis, ver Cartas 3ª y 5ª). Esto fue secundado por la Tierra en Tauro, que trajo la experiencia de la presencia de lo divino en la multiplicidad de las cosas creadas. Y aparece especialmente en las conferencias y ensayos de “Grandes hombres en la historia” y en “Filosofía  de la historia”. Pero su actitud interior frente a la historia y las grandes personalidades en ella, revela ahora otra experiencia del Espíritu Solar. Si leemos sus ensayos sobre Napoleón I, Swedenborg y otros, pronto notaremos que no juega un papel de crítico o juez, sino como un portador de un cáliz dentro del cual han fluido los hechos, los logros y los errores de esas personalidades. Fue un verdadero sacerdote que porto cuidadosa y devotamente la copa del empeño humano en la Tierra, y la ofreció en transubstanciación al Espíritu Divino que trabaja en la Humanidad. Esta es la búsqueda del Espíritu Solar que labora desde la Tierra en Cáncer o el cáliz.

El conde Leo Tolstoy nació el 9 de Septiembre de 1828 [calendario juliano]. Ese día, el Sol se hallaba en la constelación de Leo, muy cercano al punto de transición entre Leo y Virgo. En el momento de su concepción, el Sol estaba en Escorpio. Por lo tanto, el “espacio abierto” comprende las constelaciones de Virgo, Libra y parte de Escorpio, pero Virgo es la constelación dominante. Esta es la constelación opuesta a Piscis, que encontramos tan fuertemente conectada con Tomas Moro. Consiguientemente, el empeño por la vivencia del Espíritu Solar en la Tierra, en Tolstoy estaba vivo de una manera bastante diferente que en Tomas Moro, sin embargo estaban en un mismo nivel, pues también buscó al Espíritu Solar en el orden social.

Moro vivenció lo divino de la Tierra a través de la visión del estado ideal, dirigido completamente por la religión; el individuo humano es tomado por la influencia de  esta religión objetiva, la cual ordena su existencia en la comunidad.

Para Tolstoy, el empeño por una comunidad justa y armoniosa se revela como lo opuesto. No podía partir de una institución religiosa objetiva capaz de albergar en sus brazos guardianes y guiadores al ser humano. De hecho, en un cierto momento de su vida corto con los lazos que le unían con la iglesia ortodoxa. Tenía que partir desde su propio ser interior. Para él, la pregunta era: “¿Cómo puedo encontrar en mi mismo la ‘religio’ eterna, como puedo trasmutar mi ser imperfecto?”. Podemos hallar esta búsqueda del verdadero “humanismo” en los libros tempranos tales como “Los cosacos”; entonces arriba a la experiencia de lo divino en la vida comunitaria, en el interactuar de la humanidad inclusive hasta cuando raya extrañamente en lo caótico. Todas sus novelas muestran esto, especialmente su libro Resurrección.

En su visión de Utopía, Tomas Moro miro el rostro de lo divino como revelado dentro del orden social; Tolstoy ha de descender hasta lo insondable de la profundidad de la naturaleza humana en pos de hallar, más allá de la caricatura individual, la brillante imagen de lo divino realizada a través de la hermandad humana. Así encontró al Espíritu Solar de la Tierra o la Tierra en Virgo, la “revelación secreta” del enigma de la vida. Pero algo más le fue revelado del Divino Espíritu de la Tierra, que llevo la experiencia en Virgo a una culminación más elevada. A través de su propio destino, había llegado a la convicción de que el equilibrio del alma es la medicina que necesitamos para llegar a ser verdaderos seres humanos. En su juventud, había vivido la vida irrestingida y salvaje de un joven noble ruso, hasta que se percato del efecto ruinoso de ese tipo de vida sobre su verdadera humanidad. A partir de ese momento lo vemos esforzándose y luchando por el equilibrio, y en muchas figuras de sus novelas podemos ver realizado este balance de la vida, en bellas descripciones. Son los centros curativos dentro del alboroto de los eventos. Es la realización de la búsqueda del Divino Espíritu de la Tierra, que está indicado por la posición de la Tierra en Libra como tuvo lugar en el horóscopo de Tolstoy. Hubo de luchar duramente por el equilibrio de su alma; una y otra vez tuvo que atravesar crisis en donde cada cosa que había logrado, parecía quedar hecha pedazos volviéndose indigna. Pero una y otra vez se levanto y avanzo hasta altos estadios de la perfección humana. Estas continuas experiencias de muerte se tornaron en la fuente de su tremenda actividad y productividad. Esta es la vivencia de la Tierra en Escorpio; como constelación opuesta a Tauro, conlleva el empeño por la revelación de lo divino en la multiplicidad de la creación, y la Tierra en Escorpio enciende así el impulso de búsqueda de la manifestación del espíritu solar en el espíritu creativo inconquistable, que surge de la muerte y la destrucción.

El famoso astrologo Tycho de Brahe nació el 14 de Diciembre de 1546, cuando el Sol se hallaba en la constelación de Sagitario. En momento de su concepción acababa de ingresar en Piscis; por lo tanto, el Sol no había pasado por las constelaciones de Sagitario, Capricornio y Acuario, y forman el “espacio abierto” o el aspecto terrestre de esta natividad.

Tycho había nacido en el seno de una noble familia dinamarquesa; su padre quiso que realizara una carrera política, así que bajo la guía de un tutor, lo envió a la universidad para que estudiase jurisprudencia. Pero ni la severidad del tutor impidió que Tycho siguiera su camino; cuando el tutor dormía, el subía a la azotea de la casa y observaba las estrellas con instrumentos precarios. A la edad de 16 años hizo descubrimientos importantes. Nada impidió que deviniese matemático y astrónomo. Tras numerosos viajes, con la ayuda del rey de Dinamarca, se asentó en la pequeña isla de Hveen; a los 30 años construyo allí un observatorio y por un prolongado y pacifico tiempo, fue capaz de realizar extensivas observaciones astronómicas. Entre otras cosas, produjo un catalogo que contenía las posiciones exactas de unas mil estrellas que hasta entonces eran desconocidas. Esto fue un logro remarcable, si consideramos que tuvo que hacer sus observaciones a simple vista.

La determinación con la cual esta individualidad siguió su propio camino ya desde edad temprana, nos señala la dirección de su búsqueda del Espíritu Solar de la Tierra. Es la Tierra en Capricornio la que le penetró con el impulso de buscar en aquello donde su ojo pudiera revelarle la multitud estelar por encima suyo.

En Cáncer, la constelación opuesta, encontramos en conexión a Emerson a la experiencia del cáliz en donde fluyen los hechos humanos, pecados y esperanzas durante el curso de la historia. Tycho de Brahe observo y se volvió el alto sacerdote del otro cáliz, donde van las almas humanas al morir y de donde vienen cuando nacen. Es el cáliz del cosmos en el que descansa la Tierra. En la visión otorgada por medio de la actividad de su ojo, vivenció al Espíritu Divino de la Tierra. El Universo por encima de él no fue, con seguridad solo un mundo mecánico. Para él era un ser viviente gracias al cual pudo flotar a través del espacio cósmico, pudiendo comprender su pulso y su lenguaje. El no fue tan solo lo que podríamos llamar hoy un astrónomo, fue también un astrologo, si bien debemos imaginar que esto tenía otra implicación en su época, de la que se le da actualmente; predijo la muerte del emperador turco Solimán, muy cercana al día en que realmente sucedió. También predijo otros eventos que se volvieron realidad tras su muerte. En esta conexión interior con las estrellas y en la percepción de su lenguaje, detectamos ahora otra vivencia del espíritu solar de la Tierra, indicada por la Tierra en Acuario, pero esto no abarca totalmente el carácter universal de esta personalidad. Aun había más; su observatorio en la pequeña isla de Hveen era una construcción muy extraña. En la azotea, donde estaba instalado el observatorio, se encontraban los instrumentos para la medición de los ángulos de las posiciones estelares. Pero en el sótano de la casa había algo similar a un laboratorio alquimista, en donde se cocinaban las substancias terrestres que eran examinadas en relación a las estrellas. Este empeño en pos de un conocimiento de la naturaleza cósmica de las substancias terrestres, revela ahora otra relación con el Espíritu Solar que se unió mismo con la Tierra. Esto está indicado por la posición de la Tierra en Sagitario, cosa que tuvo lugar en el horóscopo de Tycho de Brahe del modo que explicamos anteriormente.

Estos son unos pocos ejemplos que pueden mostrar como experimenta a la Tierra un alma que desciende desde las alturas cósmicas, siendo ésta el único lugar en donde uno puede encontrarse con el Espíritu Solar de nuestro universo. Cuando el alma pasa a través del Sol durante la vida entre la muerte y el nuevo nacimiento, experimenta una situación preocupante. Encuentra que el Sol ha sido dejado por el Espíritu Guía que alguna vez estuvo allí, porque el Cristo se unió con la Tierra. Entonces el alma desarrolla el deseo de retornar a la Tierra para poder experimentar aquí al Espíritu Solar.

Las revelaciones del Espíritu Divino de la Tierra son múltiples, y el alma humana puede recibirlas según las condiciones de “percepción” adquiridas en encarnaciones pasadas; la dirección de esas posibilidades está indicada en el “espacio abierto” del horóscopo y en lo que allí ocurre. Esto abarca, por supuesto, solo una parte de las doce que constituyen la revelación del Cristo. Es la “dote” (o “talento”, según el proverbio de los evangelios) que nos fue dada por el Señor del destino, pero es tarea nuestra incrementar el regalo y debe volverse un ideal cristiano el vivenciar mas y mas la revelación del Espíritu Solar de manera comprehensiva.

Es innecesario mencionar que es imposible brindar ninguna regla definitiva sobre el carácter de la relación Tierra—Sol en las variadas constelaciones. Este es justamente el carácter distintivo del tercer misterio del Sol: que podemos acercárnosle a tanto nos tornemos activos y creativos en nuestras propias almas. Nada sucederá si nos limitamos a quedarnos sentados a la espera de que algo llegue a nosotros, excepto que la “dote” que hemos recibido nos sea arrebatada.

Si aprendemos a mirar a la natividad, al horóscopo, desde el punto de vista de nuestra propia actividad espiritual, y si logramos ver en ella al indicador hacia la perfección y cumplimiento de nuestra existencia como seres humanos, entonces podemos llegar a desarrollar una cognición completamente diferente del “horóscopo”. Entonces ya no será el oscuro, incluso cruel dominador de nuestras vidas, sino la mano guía de nuestro amigo en el cielo, quien nos muestra el camino hacia una Humanidad verdadera y cristiana.


LOS EVENTOS EN EL CIELO

En los últimos meses hemos atestiguado las escenas finales de un drama histórico que ya había comenzado doce años atrás. Si hemos mirado con ojos sapientes a los eventos que ocurrían en Europa central en el año 1933 y posteriores, entonces deberíamos haber visto que portaban en ellos las semillas de la destrucción. Los eventos de 1944 y 1945 fueron tan solo la revelación del gigantesco espacio hueco que ha sido creado en donde existió una vez Alemania. A menudo nos preguntamos: ¿Cómo fue posible esta destrucción, y que es lo que ha producido esta decadencia?.

La escritura estelar puede ayudarnos a encontrar la respuesta a estas preguntas. Pero no hemos de buscarla dentro de los eventos actuales en el cielo. Las causas reales se hallan bien atrás en el tiempo. Para decirlo claramente, la mayor parte de las tendencias que se originaron en 1933 tienen sus raíces en los sucesos conectados a la conquista de México a comienzos del S. XVI. No todo, pero gran parte tiene sus orígenes allí. La escritura estelar deja en claro esto.

Hernán Cortes deja la isla de Cuba  el 18 de Noviembre de 1518 en pos de conquistar México; desembarca en sus costas en Marzo de 1519 y funda la ciudad de Veracruz. En ese mismo momento, el planeta Saturno ingresa en la constelación de Capricornio. Cortes incendia los barcos en los cuales han cruzado el mar tanto él como sus hombres, con el fin de que nadie escapase a la contienda que venía. Pronto avistaron la hermosa ciudad de México, que estaba construida en el centro de un lago y en donde residía el emperador Montezuma. Tras numerosas aventuras y desesperadas empresas contra las tribus indígenas rojas, Cortes debe afrontar un levantamiento por parte del imperio mexicano. Derrota al enorme ejercito mexicanos el 7 de Julio de 1520, y si bien disponía de un pequeño grupo armado, tenía la ventaja de disponer de armas de fuego, a las que los indígenas rojos no estaban acostumbrados. Luego de la batalla, la ciudad de México fue derrotada y conquistada el 13 de Agosto de 1521. Esto condujo a una terrible exterminación de los indígenas; durante todo este tiempo, Saturno se hallaba en la constelación de Capricornio.

A finales de 1932 y comienzos de 1933, Saturno ingresa en la constelación de Capricornio. Con lo cual tenemos en aquellos sucesos un reflejo de la historia de los comienzos del S.XVI. Mas allá de esto, un estudio oculto nos mostraría que las amenazas kármicas de uno de los actores principales en el drama de 1933, nos llevan a los comienzos del S.XVI y a México.

Mucho ha sido dicho acerca de la crueldad de Cortes y sus hombres, con la cual quebraron y exterminaron al imperio mexicano. Aparentaban actuar a guisa de grupillo de aventureros que nada tenían que perder y que eran alentados por la más grande codicia por el oro y los tesoros de los mexicanos. Debemos también imaginarnos la situación confrontada por los españoles, pese a que fuesen en general poco morales de carácter.

Los últimos restos decadentes, que para la mente europea representaban el extremo de la crueldad humana, eran practicados en los templos mexicanos. No solo se practicaban sacrificios humanos allí, sino que se extraían los órganos de los cuerpos vivos, mayormente cautivos de otras tribus, y se ofrecían en sacrificio a las imágenes de los ídolos indígenas. Iríamos demasiado lejos si tratásemos de explicar el origen de estos ritos decadentes, que fueron el portal de la magia negra.

Los españoles, desde el punto de vista de su civilización europea, lo consideraron denigrante y destruyeron esas ceremonias, pero su Cristiandad era aun demasiado débil como para que enraizara en las profundas causas de estos signos de extrema decadencia, que estaban conectados con antiquísimos e insondables misterios de la sangre; desde el punto de vista de la Cristiandad, el actuar de los españoles fue un equívoco. ¿Y cuál ha sido el resultado?. En el S.XX, esas fuerzas oscuras de los misterios de la sangre resurgieron y ejercitaron su crueldad, estando plenos de odio por la civilización de la humanidad cristiana.

Es así como la escritura estelar nos puede enseñar y darnos la llave de la comprensión espiritual y la comprehensión de los eventos terrestres. Pero también puede ser un severo llamado de atención…