segunda-feira, 17 de agosto de 2020

Astrosofía parte 11

 


La naturaleza del mundo Planetario – : Marte 

En nuestra última carta hemos descrito en detalle la naturaleza del planeta Marte. Ahora intentaremos ilustrar este conocimiento a través de un número de natividades históricas. Para una consideración tal, necesitamos no sólo tener en cuenta el día de nacimiento, sino también el periodo del desarrollo prenatal. Porque si bien la posición de Marte en el momento de nacer nos da el cuadro decisivo sobre la naturaleza marciana del ser humano, los movimientos y gestos de este planeta durante el desarrollo embrionario son igualmente importantes.

Ellos nos muestran la evolución interior de las fuerzas anímicas hacia la manifestación final de la naturaleza de Marte. En pos de comprender la cualidad esencial de Marte en relación a las doce constelaciones del Zodiaco, hemos de empezar con la constelación de Virgo.

Marte en Virgo: al nacer Juana de Arco, 6 de Enero de 1412, Marte había dejado la constelación de Leo y estaba a punto de ingresar en Virgo. Este ejemplo nos da una impresión de como un ser humano tal percibe al mundo y como ese mundo genera consciencia en el alma. En este caso, Marte, sin haber ingresado aun en Virgo tras haber pasado desde la constelación de Piscis hasta la de Leo durante el desarrollo embrionario, aun estaba libre de las influencias de la Caída que se produjo durante la evolución de la Antigua Luna, que ha sido descrita en nuestra última carta. Aun posee una cualidad solar y no se ve impedido aún por el influjo oscureciente de los poderes “rebeldes” en el universo. El cuerpo anímico todavía se encontraba en un estadio de inocencia cósmica. Esto nos ayuda a entender el extraño poder que residía en Juana de Arco, el cual le permitió intervenir tan decisivamente en el curso de la historia. No era solamente entusiasmo lo que le dio semejante fuerza e intrepidez, sino la certeza inamovible del llamado espiritual. Ya que las fuerzas de su cuerpo anímico estaban más allá del obstáculo del poder de oscurecimiento y debilitamiento ocasionados por la Caída, la fuerza solar de su presencia ejercía una especie de milagro extraño e irresistible sobre la gente de su época.

Cuando nació Fiedrich Nietzsche, el famoso filosofo (15 de Octubre de 1844), Marte ya había ingresado en Virgo; había entrado en el reino del Zodiaco que refleja la entrada hacia la gran época cósmica durante la cual tuvo lugar la rebelión de la que hemos estado hablando. Este Marte de Nietzsche también paso desde la constelación de Piscis hasta Virgo. Esto indica que en el cuerpo anímico de Nietzsche también residía algo semejante a la inocencia cósmica que encontramos en Juana de Arco, si bien en su caso, esta inocencia cósmica fue víctima de poderes sobrehumanos destructivos. La vida de Nietzsche es una de las más grandes tragedias. En su paso desde Piscis a Virgo, Marte no pudo superar a la oposición de Saturno, que tuvo lugar en la segunda mitad de su desarrollo embrionario. El poder inocente, solar que se hallaba oculto en Nietzsche y que tímidamente intentó asomar en algunos de sus escritos -así como en su relación con Richard Wagner- no pudo descender desde la altura espiritual hasta la realidad del mundo terrenal. Con lo que su ser anímico quedo devastado y se volvió loco a los 44 años.

Marte en Libra: Marte ingreso en Libra cuando nacio Thomas More el 7 de Febrero de 1478. Marte ha dado aquí realmente un paso más dentro del reino cósmico que refleja a la Caída en la evolución de la Antigua Luna. De aquello que sabemos acerca de su destino, si intentamos ponernos en el lugar de Thomas More, encontramos que estaba rodeado por un mundo en el cual los impulsos oscuros ejercían oposición sobre la manifestación de la verdad espiritual. Como fuere, Thomas More se mantuvo erguido en el medio de esa oscuridad. Poseía un carácter grandioso y su alma o cuerpo de consciencia estaba tan compenetrado por las brillantes fuerzas solares, que finalmente fue capaz de triunfar en las pruebas del destino. Podemos hallar este poder anímico reflejado en los movimientos prenatales de Marte. Al momento de su concepción, Marte estaba en Tauro, pasando luego por las constelaciones de Géminis, Cáncer, Leo y Virgo hasta finalmente ingresar en Libra. Sin embargo, encontramos nuevamente aquí a la inocencia cósmica de las fuerzas de Marte que también hallamos en los dos ejemplos citados arriba. Esto le dio a Thomas More su gran fuerza de carácter.

Marte en Escorpio: Marte en Escorpio es el reflejo cósmico preciso de la Caída en la evolución de la Antigua Luna. Es una expresión de fuerzas anímicas sumidas de un modo u otro por las consecuencias del evento que hemos descrito, tras largos periodos de evolución, este evento logró que la Tierra pareciese puramente material.

Podemos encontrar a la influencia de Marte en Escorpio en tales natividades como la de Bacon de Verulam, nacido el 22 de Enero de 1561, y la del Archiduque de Austria, nacido el 21 de Agosto de 1858.

Bacon de Verulam, especialmente hacia el final de su vida, fue vencido por el impulso que condujo a la concepción moderna de la ciencia natural. El ha sido llamado el padre del empirismo que se volvió tan importante para el método científico. Este es un empirismo que no toma en cuenta la presencia de ningún espíritu en la naturaleza. Considera a los  fenómenos naturales simplemente como el resultado de reacciones mayor o menormente mecánicas de las substancias materiales. Sin embargo, estas fuerzas que tienen su origen en la Caída, llevo a la Humanidad hasta el punto más bajo de su evolución, ya que la humanidad llego a percibir al mundo como material.

El archiduque de Austria quedo tan insatisfecho con la vida materialista y estrecha que le fuere obligada vivir como heredero de la corona austro-húngara, que se suicidó. Esto señala que el impulso marciano de la Caída, de no ser asumido, puede incluso destruir una vida humana.

Marte en Sagitario: Marte en Sagitario refleja una condición del cuerpo astral, que aporta a los seres humanos una experiencia referida al conflicto del mundo material con la chispa del espíritu en el. Cuando nace Goethe, el 28 de Agosto de 1749, Marte había ingresado en la constelación de Sagitario. Al momento de la concepción se hallaba en Virgo. De allí se movió a través de Libra y Escorpio, y en los últimos meses de su desarrollo embrionario realiza un lazo entre Escorpio y Sagitario.

Gracias a la naturaleza individual del cuerpo anímico de Goethe, el efecto de la Caída podría observarse perfectamente en esta personalidad, y él reconoció en sí mismo el conflicto causado por este evento. El habla acerca de las dos almas que habitan en él. La una apunta a arrastrarlo hacia abajo dentro de un reino en el cual los sentidos están basados en la percepción de un mundo puramente material, y a la otra le llamaba al retorno del mundo celeste en donde viven aquellos espíritus como elevados ancestros del propio ser de la Humanidad. También podemos experimentar que Goethe, en su dilema entre estas dos fuerzas en su cuerpo anímico, supera a las consecuencias de la Caída. El purificó la consciencia de sus percepciones sensoriales. Pudo ver trabajar al espíritu en la naturaleza y lo describió en sus escritos sobre la planta arquetípica. Percibió esto como al arquetipo suprasensible de toda vida vegetal existente, que aparece modificada en las peculiaridades de los tipos visibles del mundo vegetal.

Otra personalidad que posee casi los mismos gestos de Marte en su natividad tanto como en su desarrollo prenatal es el conde Leo Tolstoy, nacido el 9 de Septiembre de 1928. Si leemos sus biografías, sus diarios y sus libros, muchos de los cuales revelan el dilema de su vida, podemos detectar en él esa discordia originada con la Caída, causada por el desarrollo del cuerpo astral humano. Se sentía a si mismo continuamente devastado al hallarse en un  mundo material que lo apresaba a través de los sentidos, y en un mundo que era la manifestación de la evolución espiritual de la humanidad y del universo. Sufrió severamente a causa de esta discordia, si bien también él supera la Caída sobradamente.

Esto no se revela tanto en sus obras y escritos, pero si en el modo en que se presenta como ser humano frente a la vida anímica de la humanidad. El simple pronunciar de su nombre posee un cierto peso en la vida cultural actual, y esto no puede dejarse de lado fácilmente.

Marte en Capricornio: Marte en Capricornio refleja una condición que permite superar las consecuencias de la Caída. Ahora, el ser humano puede finalmente redimir la dualidad creada por la tentación a través de las fuerzas de la gran Caída cósmica.

Al nacer Richard Wagner el 22 de Mayo de 1813, Marte había ingresado en la constelación de Capricornio. Al momento de su concepción se hallaba en Leo. Es decir que durante la época prenatal se movió a través de Leo, Virgo, Libra, Escorpio y Sagitario hasta ingresar en Capricornio. Digamos que esto significa un largo viaje de estas fuerzas antes de alcanzar su objetivo final. Esto podemos constatarlo en  la vida de Richard Wagner. Había algo en la naturaleza de su alma a modo de herencia de esa inocencia cósmica, proveniente de los estadios precedentes de la humanidad, cuando aun no había descendido tan profundamente en el abismo que separa del mundo espiritual. Esto lo encontramos reflejado en la posición de Marte en Leo. Luego lo vemos ingresar en las constelaciones que reflejan la Caída. Esto está conectado con un largo periodo de dilema interior y dificultades. Como fuere, más tarde en la vida logra alcanzar el objetivo al cual apuntaba. Halló lo que él llamaba la “paz de los poderes de la ilusión”, y desde esa paz anímica pudo crear la música de su último gran drama, Parsifal. Marte en Capricornio boga por la pacificación de las fuerzas anímicas que atravesaron el profundo valle de la negación del espíritu  y la soledad del mundo material, resultantes del desarrollo del cuerpo anímico humano desde la rebelión en la Antigua Luna.

Marte en Acuario: con Marte en Acuario surge el problema que consiste en si el alma humana no solo se esfuerza por purificar las fuerzas de Marte, sino incluso redimir la dualidad que se ha establecido en el alma como resultado de la Caída. El esfuerzo en pos de la redención de la discordia en el alma humana se ve mayormente (desde un punto de vista superficial) conectado a catástrofes en la vida humana. Desde un punto de vista más espiritual, se muestra mayormente como un dilema entre la cabeza y las fuerzas cardiacas. En la cabeza, estas fuerzas astrales activas son aptas de conectar muy fuertemente a la humanidad con el mundo de la materia por medio de los sentidos; mientras que aquellas fuerzas que trabajan a través del corazón desean establecer la conexión entre los seres humanos y el universo por medio del poder del amor. La cabeza y los sentidos están abiertos a la tentación de Ahriman; el corazón ha de ser resguardado de la tentación de Lucifer.

Esto puede llevar incluso a la malformación física bajo determinadas circunstancias. El astrologo Alan Leo el caso de un niño que había nacido “sin desarrollo craneano posterior o cerebro, meramente con una máscara frontal”. Al nacer este niño, Marte estaba en Acuario. Obviamente que este no era el único factor en la natividad que indicaba la causa de esta malformación. Tenemos como ejemplo histórico la natividad de Mary, reina de los escoceses. Cuando ella nació, el 7 de Diciembre de 1542, Marte ingresaba justamente en Acuario. Al momento de su concepción se hallaba entre Libra y Escorpio, en donde comenzó a formar un lazo o movimiento retrogrado. Con lo cual tenemos un muy buen ejemplo de una personalidad que a través de su organismo astral, estaba involucrada en la Caída. La posición de Marte en Acuario al momento de nacer indica que esto era tan solo un lado de su naturaleza. Su historia biográfica prueba que ella estaba continuamente absorbida por el dilema entre la consciencia de su cabeza y la de su corazón. Solamente de este modo podemos comprender el caos por el que ella debía pasar en determinados momentos. El último acto que ocurrió en su vida, la decapitación, es como un símbolo materializado del gigantesco dilema en su vida.

Desde un punto de vista externo puede semejar que ella fracasó en la reconciliación entre las fuerzas del corazón y de la cabeza, pues su cabeza fue separada del corazón. Sin embargo, durante su prolongado cautiverio, ella consiguió establecer  consigo misma la paz entre las fuerzas opuestas en su alma. Finalmente resulta espiritualmente victoriosa en el campo de batalla de su propio ser, y los detalles de su muerte son tan solo una lúgubre caricatura refleja, pintada por los poderes de los celos que se oponen a la espiritualidad.

Marte en Piscis: Marte en Piscis puede conducir a la realización de la paz como resultado de la reconciliación que describí arriba, es decir, entre los poderes del Cielo y la Tierra. Se puede arribar a esta realización solamente luego del dilema de por vida del atravesar el profundo valle de la Caída. La consideración de los movimientos prenatales son aquí de una importancia excesiva.

Tenemos  conocimiento de un ejemplo ideal de Marte en Piscis. Al nacer Novalis, el 2 de Mayo de 1772, Marte se hallaba en esta constelación. Cercano al momento de su concepción, Marte ingresaba en Virgo. Esto indica que en su cuerpo astral estaba presente la manifestación de los siete aspectos del cuerpo anímico sobre los cuales hemos hablado arriba, y que hemos descrito desde el punto de vista de Marte atravesando las constelaciones de Virgo hasta Piscis. En Novalis se hizo manifiesta la inocencia cósmica solar de las fuerzas astrales, así como la gran “Caída y Elevación”. Toda esta grandiosidad de poder astral fue acumulada finalmente en la posición de Marte en Piscis. Se volvió un poder de curación de paz y reconciliación, permeando a todos aquellos que vivieron en la cercanía de este maravilloso ser. Tenemos muchas pruebas de este hecho. Sus fuerzas astrales fueron traídas a la armonía y despertadas a la realidad del mundo espiritual tras haber vivido las experiencias anímicas mas agonizantes, que le trajeron a la realidad de la Caída en las vestiduras de la muerte, al confrontarse con esta tras la pérdida de uno de sus más preciados amigos.

Marte en Aries: indica a un cuerpo anímico que, si se lo asocia con ciertos otros hechos, provee una base adecuada para la cognición del mundo espiritual. Marte en la constelación de Virgo hasta la de Piscis está conectado con el desarrollo cósmico que conduce a la Caída y su redención. Las constelaciones de Aries hasta la de Leo, están opuestas a las descritas arriba. Por lo tanto, ellas reflejan a aquellos poderes que se retiraron gradualmente hacia regiones espirituales más elevadas al producirse la Caída.

Tenemos un ejemplo en la natividad de Swedenborg. Al momento de su nacimiento, el 29 de Enero de 1688, Marte se hallaba en Aries. Sabemos que el desarrolló la capacidad de clarividencia en lo postrero de su vida. En este caso necesitamos agregar varios hechos en favor de comprender esta clarividencia de Swedenborg, pero no podemos hacerlo en este momento. Quizás  se nos de mas tarde la oportunidad de elaborar los detalles de esta natividad.

Marte en Tauro: cuando nació Rafael Santi, el 26 de Marzo (o el 6 de Abril) de 1483, Marte había ingresado en la constelación de Tauro. Al momento de su concepción, se hallaba en Acuario en donde realizo un lazo en los primeros estadios del desarrollo prenatal de Rafael.

Marte indica una condición del cuerpo de consciencia que desde el principio, porta el impulso de reconciliación entre las fuerzas astrales de la cabeza y del corazón y también de la formación  de una relación consciente entre Cielo y Tierra. Ciertamente, si miramos sus retratos o leemos su biografía, podemos dar por confirmado que en esta amigable personalidad no existía una sombra de discordia entre Cielo y Tierra más bien un amor cálido y radiante por todo lo existente en el universo.

Finalmente, en su caso Marte ingresó en Tauro, que esta opuesto a Escorpio. Cuando Marte esta en Escorpio, tenemos a una imagen de la Caída escrita en su cuerpo astral. Si bien esta oposición marca el inicio del declive del desarrollo universal hacia la materia, marca asimismo para la humanidad la apertura de la belleza del mundo sensorio. La belleza del mundo de los sentidos es un último remanente de la manifestación del espíritu en el. Ella irradia desde Tauro y puede penetrar hasta la constelación opuesta. Por consiguiente, si Marte en una natividad se encuentra en Tauro, se manifiesta a sí mismo en el cuerpo astral de un ser humano tal como el poder de reconocimiento del espíritu en el mundo físico como belleza. Puede continuar como una inclinación por la poesía, pero en el caso de Rafael se revela a si mismo gracias al bello mundo de los colores. Si nos paramos frente a sus pinturas, como por ejemplo a aquellos en la “Stanza della Signatura”, podemos experimentar la condición anímica que ha de haber inspirado a Rafael. Allí, el mundo de los objetos materiales se transforma en la revelación del espíritu a través del lenguaje del color.

Marte en Géminis: el famoso filosofo Schopenhauer nació cuando Marte se hallaba en la constelación de Géminis, el 22 de Febrero de 1788. Comenzo su curso en Piscis alrededor del momento de su concepción. Durante los últimos meses de su desarrollo prenatal, realizó un lazo en Géminis.

Géminis esta opuesto a Sagitario; en el aspecto de Marte en Sagitario nos encontramos con una condición astral que puede hacer parecer a la existencia humana como una discordia entre el mundo material y el espiritual. Con Marte en Géminis, puede decirse que esta lucha está decidida en favor del mundo espiritual.

La filosofía de Schopenhauer, que hasta  cierto grado se ve conectada a la condición individual de su cuerpo anímico, es una expresión de esta tendencia. La experiencia humana del mundo es, acorde al concepto mundial de Schopenhauer, el resultado de la propia condición anímica. Por lo tanto, si experimentamos dolor y preocupación, es gracias al hecho de que nosotros mismos hemos creado ese mundo por medio de nuestra conexión anímica con él. Por el bien de la salvación del dolor y la angustia, debemos retirar nuestra vida espiritual de ese mundo. En esta visión aparece una vaga conexión con un budismo malinterpretado, es una especie de espiritualismo que no desea purificar a la percepción sensoria para que la luz del espíritu pueda nuevamente brillar a través de los objetos del mundo físico, sino que añora escapar del mundo rígido e incomodo y dejarle sin redimir.

Este es el peligro de Marte en Géminis, pero por supuesto que el objetivo que demanda es la realización de ese dilema en nosotros como asunto de importancia para el destino de todo el mundo.

Marte en Cáncer: cuando el poeta de la Divina Comedia, Dante, nació (Mayo de 1265), Marte se encontraba en Cáncer. Durante el desarrollo prenatal inicia un lazo en Tauro. Consiguientemente, recordemos lo dicho sobre Marte en Tauro; en este caso, el poeta derrama la luz del espíritu por sobre los eventos del mundo material que han sido oscuros y trágicos en la vida personal del poeta. En el aspecto de Marte en Cáncer encontramos entonces indicada otra capacidad grabada en el cuerpo anímico de Dante. Aquí, en el poema de Dante, ensombrecido por Marte en Cáncer, encontramos  la manifestación de esa grandeza cósmica del proceso de pacificación y purificación. Las gigantescas escenas del Infierno y del Purgatorio son los trasfondos cósmicos de aquellas experiencias a través de las cuales cada ser humano ha de pasar tras la muerte.

Marte en Leo: Leo esta opuesto a Acuario. Marte en Acuario indica el esfuerzo por la unión entre las fuerzas astrales que laboran en el corazón y la cabeza. Cuando Marte está en Leo podemos experimentar este esfuerzo por la realización cósmica, el logro espiritual de esta unión. Esto emerge como entusiasmo en la cabeza o reino del pensar y en el corazón, o reino de la voluntad.

Un tipo semejante de entusiasmo substanciado lo podemos detectar en el poeta Schiller. Cuando nació, el 10 de Noviembre de 1759, Marte había ingresado en Leo luego de haber comenzado su viaje en Acuario hacia el momento de su concepción. El entusiasmo y el esfuerzo por la unión entre la cabeza y el corazón consumió literalmente su cuerpo.

Al nacer Napoleon I, el 15 de Agosto de 1769, Marte también se hallaba en Leo pero en conjunción con Neptuno. Comenzó en Aries con un lazo y en conjunción a Urano. El poder del cuerpo anímico, indicado en el gesto de Marte, podría haberse tornado un entusiasmo realizado, digamos, en pos del ideal de la Revolución Francesa. De todos modos, fue separado del mundo físico y en su lugar, se convirtió en una especie de dinamismo espiritualista mecánico, que mas bien destruyo la unión entre el mundo físico y el espiritual. Esta tragedia se manifiesta a sí misma en la conjunción de Marte con Neptuno y Urano, que impusieron un tono suprahumano, incluso inhumano por sobre las cualidades de Marte.

Los eventos en el cielo

El planeta Saturno en la constelación de Géminis. Ingreso en esta constelación a mitad del verano del año pasado estando en conjunción al Sol; es decir que se hallaba directamente detrás del Sol. Durante la época navideña, el 29 de Diciembre, estaba en oposición al Sol. El sol se movió luego hacia la parte opuesta del Zodiaco y estuvo en la constelación de Sagitario. Desde el 24 de Octubre hasta el 6 de Marzo, Saturno realizo un lazo. Luego retrocedió o se movió en la dirección contraria de la que se mueven los cuerpos celestes de nuestro sistema planetario. Como sea, durante este movimiento retrogrado no abandono la constelación de Géminis.

Debemos mirar por sobre un evento semejante como si mirásemos los movimientos de las manecillas del reloj. No es el reloj el que determina nuestra vida, pero ordenamos nuestra vida de acuerdo al tiempo que indica el reloj. Entonces no podemos hablar de ninguna determinación de los eventos terrestres por causa de la influencia de los cuerpos celestes; por ejemplo, es el caso de Saturno en Géminis, pero podemos leer en este evento la “hora” cósmica en la cual ha ingresado la Humanidad. Se nos es dejado a nosotros el cumplimentar las necesidades de esta hora.

Saturno está reflejado en las profundidades de la vida anímica de la humanidad. Anuncia la hora de los más profundos impulsos históricos que encarnan en los reinos desconocidos de la voluntad humana. La última vez que Saturno estuvo en Géminis, la humanidad se encontraba sobre la mitad de la 1ª Guerra Mundial, ya que duró desde 1914 a 1917. Ahora nos encontramos en una posición similar y da la impresión de que todos los problemas insolubles de aquellos años pasados resurgieran e irguiesen frente al Umbral. Muy a menudo pareciera que se han vuelto incluso más grandes.

La constelación de Géminis refleja la antigua era dualista de los seres humanos cuando estos se experimentan a sí mismos como seres individuales. Por un lado experimentan mayor o menormente la claridad de la chispa divina en sí mismos, que conecta al mundo individual con el espiritual o cósmico por el otro lado se ven ubicados en el mundo terreno que experimentan por medio de los sentidos y que los encarcela rígidamente en su verdadera naturaleza “humana”.

No pareciera existir reconciliación alguna entre los dos mundos que se encuentran en la individualidad humana. Ambos mundos están enemistados y ese odio crece diariamente. Esta es la posición en la que se encuentra la humanidad hoy. Saturno en Géminis anuncia la “hora” del YO; estos problemas han de solucionarse durante el lapso de esta hora o la Humanidad será superada por una catástrofe aun mayor que la anterior.

Esta es la gran cuestión que aparece reflejada en la posición de Saturno en Géminis: ¿cómo puede el alma humana guiarse a si misma entre el espíritu y el cuerpo?. Las revelaciones del espíritu son muy poderosas y la voluntad se torna más poderosa aun. En nuestra época, estas revelaciones pueden resultar extrañas y casi pasmosas. Aquellos que están en el centro de los eventos y aquellos que deben luchar  en los diferentes escenarios de la guerra, saben esto demasiado bien. Todavía existe el peligro de que el ser humano no sea capaz de tomar suficientemente en serio estas experiencias por mucho tiempo más, o que sus almas sean extralimitadas y sus vidas llevadas al desorden. El espíritu de la humanidad y del mundo peligra de ser transformado en un fantasma de disturbio para la experiencia anímica de la humanidad.

El mundo al que las almas están aferradas gracias al cuerpo se torna más y más duro y doloroso. El odiar cada cosa conectada al espíritu o con el alma pareciera serle innato. A causa de este frio odio, el planeta Tierra corre el peligro de volverse completamente inadecuado para las almas humanas y solamente apto para los fantasmas mecanizados de los seres humanos. El problema en las profundidades del alma humana que refleja Saturno es este: ¿Cómo puede superar la humanidad este peligro dual?. Es en nosotros mismos que debemos superar el poder que lleva al mundo al que pertenecen nuestros cuerpos físicos, a darnos la sensación de ser  rígido, frio y odioso. Si purificamos nuestros sentidos del egoísmo innato a ese antiguo mundo, podemos aprender a percibir al mundo físico como una revelación del espíritu. La ciencia espiritual nos brinda el poder de mirar en la naturaleza y ver la luz del espíritu compenetrándola. Cuando el espíritu se revela a sí mismo, necesitamos reconocer que existe una brecha verdadera por la cual podemos obtener un conocimiento definitivo acerca de los mundos superiores. Tomar en cuenta este conocimiento y poder comunicarlo a quienes les es necesario, es la tarea de aquellos que ya han seguido el camino que la ciencia espiritual ha revelado. Sólo este conocimiento puede capacitar a los seres humanos a superar los peligros que surgen de experiencias espirituales para las cuales el alma no está preparada y que actúan como fantasmas turbadores.

Esta es la situación presente de la humanidad tal como se refleja en la posición de Saturno en Géminis; muestra el esquema general de las fuerzas que trabajan en lo profundo de las almas humanas a modo de destino mundial. Otras influencias son reflejadas por la posición y movimientos de los demás planetas, pero hablaremos de esto en las cartas subsiguientes.