1) Creencia en Dios e invocación a Yeheshua. El Martinismo es esencialmente una Orden de Cristianismo Esotérico, y Yeheshua es invocado en cada reunión martinista, así como es mencionado en todo documento de la Orden. La creencia en una deidad es fundamental para la estructuración del cuerpo iniciático. Debemos aclarar que los Martinistas adherimos al Cristianismo Esotérico pero no de una manera dogmática, sino siendo verdaderamente reverentes al Misterio de la Encarnación del Logos en el Mundo Físico.
2) La Iniciación establecida por Louis Claude de Saint-Martin, a quien llamamos S:::I::: También podemos considerar que esa Iniciación proviene tanto de L.C. de Saint-Martin como de Martines de Pasqually. Conservamos y Veneramos la transmisión de la esencia espiritual que nos une como una familia inciática. Hay varios senderos por los cuales se accede a esa Iniciación en la actualidad. Algunos señalan diferencias entre la filiación Rusa, la de Papus o la de Chaboseau, pero lo importante es que todas ellas asciendan hasta Saint-Martin.
3) La Organización realizada por Papus. Que consiste en dos Grados preparatorios y un Grado propiamente dicho que es el de S:::I::: Todas las Ordenes Martinistas trabajan bajo la misma estructura, aunque pueda haber alguna variación en el nombre dado a los Grados. Usualmente encontramos: Iº - "Asociado"; IIº - "Iniciado" (o en el caso de la A.O.M. "Místico"); y IIIº - "Superior Inconnu" o "Serviteur Inconnu".
4) Correcta Transmisión de la Tradición. El iniciado debe vivir la experiencia de la Iniciación Martinista por medio de un Iniciador autorizado y frente a los Símbolos fundamentales del Martinismo. El Iniciador puede ser conocido bajo diferentes títulos: Initiateur Libre, Free Initiator, Unknown Philosopher, Libre Iniciador. En todos los casos significa lo mismo, el haber recibido de un Iniciador la calidad de poder Iniciar. Alcanzada determinada Jerarquía, el Iniciador es Libre y Autónomo. Queda en ese caso a la discreción del Iniciador el conferir la Iniciación Martinista, y al deseo y requerimiento de dar caridad intelectual y espiritual al Hombre de Voluntad que cumpla con los requisitos necesarios. El Iniciador nunca confiere la Iniciación Martinista a alguien motivado por la mera curiosidad, o a aquellos que buscan la Iniciación para satisfacer sus propios Egos o con fines mercenarios. En todo caso se debe tener en cuenta que el transmitir la Iniciación implica poner en las manos del nuevo miembro la responsabilidad de la Tradición.
5) Los Maestros del Pasado. Ellos son los que han creado, contribuido y enaltecido nuestra Tradición. Han pasado la filiación a cada uno de nosotros. Algunos son conocidos por todos nosotros, Papus, Sédir, Phaneg, Maìtre Philippe, otros son solamente conocidos por los miembros de una u otra línea de Filiación. Muchos de ellos han trabajado tan perfectamente detrás del antifaz que solamente son conocidos como grandes Almas. Nosotros invocamos su presencia en cada reunión, y buscamos su Guía y Protección.
6) La Libertad esencial del iniciado para seguir el camino de su Reintegración. La Orden Martinista ha tenido desde su días más antiguos, una instrucción y ciertos Símbolos Fundamentales. Cada Consejo Supremo ha tenido la libertad de instruir de acuerdo a su entendimiento. Eso da al Martinismo un carácter dinámico y no un rígido currículum. Se debe apuntar siempre a la Reintegración personal. Algunos trabajarán bajo los Auspicios de determinada Orden, mientras que otros bajos los de otra Orden, y algunos lo harán solos como Martinistas Libres. Es de esta manera que siempre ha sido.
7) Creencia en el proceso de Reintegración como necesario para salir de la Floresta de los Errores. La Orden Martinista desde sus más antiguos antecedentes en la Doctrina de De Pasqually siempre ha afirmado que el Hombre es un ser caído, y privado de los privilegios de su estado primigenio. La función de las Escuelas de Martines de Pasqually y L.C. de Saint-Martin siempre ha sido recordar al Hombre las glorias de sus orígenes e indicarle el Sendero de Regreso. Algunos preferirán un camino operativo, y otros la "Vía Cordial", pero cualquiera sea el camino elegido, el camino debe ser completado.
8) El uso del Manto, el Antifaz y el Cordel. Realmente no es importante si el manto es blanco, negro o rojo; o si el Cordel para el S:::I::: es blanco, rojo o dorado. Todos los Martinistas hacen uso de esos tres profundos símbolos, y el sentido esotérico de los mismos es en todos los casos igual.
9) El uso de tres lienzos: negro, rojo y blanco. Así como el Manto, el Antifaz y el Cordel, los lienzos son de uso universal, y su simbolismo es en todo lugar explicado de la misma manera.
10) El uso del "Trígono de Luminarias". En todo Altar Martinista hay tres candelabros dispuestos en forma de Triángulo. En algunas Logias son usadas solamente en dos Grados, en otras en los Tres. El simbolismo, sin embargo, es siempre el mismo, y puede ser comprendido por todos los Martinistas.
11) El uso del Pantáculo Martinista. En algunas Ordenes se halla en el piso, al Este, en otras sobre la Silla del Iniciador, en otras en ambos lugares. Se halla en todos los documentos Martinistas, y constituye un Símbolo Martinista universal.
12) La Estación de los Maestros del Pasado. En todo Templo Martinista, llamado de la forma que sea, hay un sitio, una Silla o un Altar, con una Luminaria, representando a los Maestros del Pasado de nuestra Orden, nuestra Familia Iniciática. Puede ser más decorado, pero la Vela siempre se halla presente, encendida en todas las ceremonias para representar nuestra Invocación a los Maestros del Pasado, para representar su presencia en nuestras Asambleas, y para representar nuestra aspiración para unirnos a ellos.