terça-feira, 5 de novembro de 2024

Manly Palmer Hall - Definiciones de la Magia


Magia es el arte de operar con las fuerzas invisibles de la Naturaleza.

Mago es aquél capaz de prestidigitar los cuatro elementos de los cuerpos.

Mago es aquél capaz de moldear conscientemente las substancias de tres y medio mundos de sustancia material.

19.- Mago blanco es aquél que labora a fin de ganarse la confianza, ante los poderes que son, y probar, con la pureza de su vida y la sinceridad de sus motivos, que se le puede confiar el gran arcano (la vara del Mago).

Mago negro es aquél que busca obtener dominio sobre los poderes espirituales más

por la fuerza que por merecimientos. En otras palabras: es aquél que trata de tomar por asalto los portales del cielo, que anda tras el poder espiritual y el dominio oculto con intenciones inconfesadas.

La divisa del mago negro es: “el poder es el derecho” (supervivencia del más apto).

La divisa del mago blanco es: “el derecho es el poder” (supervivencia de todos).

Magia gris es la perversión inconsciente o subconsciente del poder. 

Magia amarilla es el fracaso en el aprendizaje de cómo prevenir la perversión del poder.

Magia negra es el uso de los poderes espirituales para satisfacer inclinaciones

animales o egoístas. Magia blanca es el uso correcto, objetivo y consciente de los poderes espirituales.

20.- Todos los hombres pertenecen a alguna de estas cuatro clases de magia, y es importante que cada cual se analice a sí mismo y trate de ver en cual de ellas está. Nada hay en el universo más sutil que las fuerzas de la falsa oscuridad. Constantemente debemos examinar y vigilar nuestra vida diaria, porque nunca nadie está en lugar seguro. Cuanto mayor sean el poder y la luz de que se dispone, mayores serán las tentaciones para abusar de ellos o de emplearlos con fines egoístas. También ha de saberse que cuanto mayor sea el conocimiento, tanto más grande es el castigo por abusar de él. El pecado que es perdonable en el niño es imperdonable en el hombre.


Motivos


21.- La finalidad que se proponga es la clave para el problema de la magia. Aun el

más grande de los magos blancos podría transformarse en un degenerado si sus motivos, por un solo instante, fuesen indignos. El mago blanco está al servicio de la humanidad; el mago negro sólo aspira a servirse a sí mismo.

22.- La magia negra del pasado - la oscuridad que fue la causa de la inmersión de la

Atlántida, cuando el hombre esclavizó a los demonios de los elementos y los obligó a cumplir sus mandatos - todavía perdura. La magia negra de la Edad Media, con sus hechicerías y orgías no ha muerto; tan sólo su forma ha variado, como cambian otras formas en la Naturaleza. Ha encarnado en nuestra época con toda su furia y todo su poder, y está carcomiendo, como ayer, el corazón mismo de nuestra civilización, y si continúa así terminará por derrumbar y aniquilar nuestra raza. Bajo una apariencia externa de justicia se disfraza de enviado del Altísimo, y tras el manto de palabras promisorias acecha constantemente la amenaza del demonio cabrío de Mendes. En sus falsas sombras ocúltanse las furias del infierno y los vampiros del plano astral.

23.- Como el mago negro no tiene medios legítimos para mantener su poderío, no habiendo pasado por la escuela del perfeccionamiento, vaga errante por la tierra como los primitivos hombres lobos, vampirizando a la humanidad a fin de conseguir la vitalidad que necesitan para seguir actuando.

24.- Todos cuantos no se han afirmado conscientemente en el sendero de la derecha son víctimas posibles de esos monstruos de iniquidad; todos cuantos no estén

conscientemente en el sendero blanco y firmemente establecidos en el camino de la verdad y de la sinceridad están permanentemente bajo las amenazas de esas arpías que se mantienen al margen del curso de la evolución como espectadores desalmados. Tienen el poder de invocar a los demonios que les sirven de instrumento, en tanto que la imparcial ley natural es constantemente violada a fin de poder ellos perpetuarse. En sus manos, el poder de la luz se convierte en cetro de muerte, pues muchos que esgrimen poderes espirituales tienen yerto el corazón. Sus mentes son muladares de iniquidad y sus almas hace tiempo que se han extraviado. Están condenados hasta la próxima oleada de vida, pues en ésta han anulado dentro de ellos mismos todo germen de bien. Sin embargo, luchan desesperadamente, apegándose a la vida a todo precio, al darse perfecta cuenta de que la eternidad nada les reserva.