segunda-feira, 17 de agosto de 2020

Astrosofía Parte 12


La naturaleza del mundo Planetario: El Sol I

En la carta XI indicamos la forma de lemniscata de nuestro sistema solar. Una concepción de esta visión del mundo ha sido puesta en la vigilia. Como ahora debemos hablar del Sol, sería de gran ayuda que  tratemos de imaginar la forma del Sol moviéndose en el curso de un año a través del espacio como una lemniscata, colocando a la Tierra detrás de él en la misma. Con lo cual esta forma constituiría el trayecto de ambos, del Sol y de la Tierra. Este cuadro puede ayudarnos a crear una comprensión para la esfera del Sol. Por sí solo, el sistema copernicano no puede aportarnos una imaginación de la esfera solar, pero la lemniscata del trayecto Sol-Tierra crea el cuadro de una forma espacial que podemos encontrar también inscrita en la forma humana, en conexión con las contradictorias actividades entre la cabeza y el cuerpo. Podemos encontrar esta forma en muchas otras conexiones. El movimiento lemniscatorio es solo el principio fundamental. El movimiento del Sol y de la Tierra es en realidad mucho más complicado, de un modo tal que el Sol se nos presenta, desde la Tierra, como moviéndose a través del circulo de la eclíptica en el curso de un año. Como sea, estos detalles no necesitan preocuparnos ahora, en este acercamiento hacia la naturaleza espiritual del Sol.

En nuestras descripciones previas vimos que Saturno es la esfera que reviste a los Espíritus de la Voluntad, Júpiter es la esfera de los Espíritus de la Sabiduría y Marte es la esfera de los Espíritus del Movimiento. En la esfera del Sol -la esfera que es la forma espacial indicada por el movimiento del Sol y que podemos imaginar fundamentalmente como lemniscata- podemos ver al reino de los Espíritus de la Forma, los Exusiai de los griegos y los Elohimnes de los hebreos según la enseñanza esotérica.

La biografía espiritual de los Espíritus de la Forma nos dará la impresión de las fuerzas que trabajan a través de la esfera del Sol. Podemos encontrar su actividad ya en el Antiguo Saturno; ellos irradiaban el impulso de individualización en el universo del Antiguo Saturno, si bien este planeta aun se hallaba lejos de estar capacitado para asimilarlo y desarrollar este impulso. Con lo cual solo quedo un reflejo del impulso de los Exusiai, que aparece como la división del hasta aquí planeta homogéneo en muchos cuerpos individuales, los predecesores del actual cuerpo físico humano (ver carta III).

Por lo tanto, los Espíritus de la Forma aparecen como aquellos espíritus que preparan el camino para la entrada final de la individualidad, el YO, en el mundo. Continuaron con esto durante todos los ciclos evolutivos siguientes hasta que llegó el tiempo del cumplimiento de su impulso, creando y refinando el recipiente del Yo, la forma física humana. Este impulso fundamental de los Espíritus de la Forma esta entretejido a su vestimenta cósmica, la esfera del Sol. Esta preservado allí y aun está conectado con la entrada de la individualidad humana en la forma corpórea a través del portal del nacimiento.

La posición del Sol en el momento del nacimiento muestra que parte del cuerpo humano está especialmente desarrollada al momento en que entra en la vida terrena. Esto es muy complicado, porque el desarrollo mayor o menormente unilateral del cuerpo puede ser un obstáculo o una mejora de ciertas capacidades derivadas de  encarnaciones pasadas. Este obstáculo ha de ser superado tanto como deben ser desarrolladas las capacidades durante la vida en la Tierra. Una investigación de los detalles de la natividad puede revelarnos estas peculiaridades.

Las posiciones del Sol en los signos de la eclíptica al momento de nacer, provee la base para formar un juicio sobre la relación particular del ser humano con su forma física. Aquí debemos distinguir claramente entre las constelaciones de las estrellas fijas del zodiaco y la eclíptica con sus doce “signos” (en la carta II ya hemos indicado esta diferencia). Las doce constelaciones del zodiaco están más allá de nuestro sistema solar, en las profundidades del universo de las estrellas fijas. Ellas representan la imagen visible del espíritu creativo original del orden jerárquico. Presente en él, también se halla la imagen astral arquetípica del Ser Individual, como fue planeado por los Dioses. En la eclíptica, que es el trayecto anual del Sol a través del espacio y que es logrado por el movimiento del Sol en lemniscata, debemos ver a esas formas que descienden como una especie de doble de la forma humana hasta el cuerpo físico, y que tratan de hacer de ellas una imagen de ese arquetipo astral. Son los poderes etéreos formativos.

Como arquetipo astral de la humanidad, manifiestamente visible en las doce constelaciones del zodiaco, es una entidad dodecamorfa; los poderes formativos de la eclíptica son asimismo dodecamorfos y están relacionados a las doce regiones principales del cuerpo humano. No obstante, debemos imaginar a esas doce regiones de la ecliptica separadamente de las del zodiaco de las estrellas fijas. Por ejemplo, la eclíptica comienza de otro modo; es un asunto basado totalmente en la relación entre el Sol y la Tierra. Esto se ve expresado en el cambio de las estaciones de la Tierra. El año de las estaciones se inicia con la primavera o en el momento en el que el Sol está sobre el punto vernal. Este es el punto donde comienza la eclíptica. En la forma humana se relaciona con la cabeza, o Aries, porque ese es el reino en la esfera del Sol en donde las sutiles fuerzas formativas que imprimen el arquetipo astral de la cabeza, están centralizadas. Con lo cual el Sol -así como la Tierra- atraviesa las doce regiones de la eclíptica a lo largo de un año, que corresponden a las doce regiones del cuerpo humano. El Sol ingresa en el signo de Aries el 21 de Marzo, en Tauro el 21 de Abril hasta el 21 de Mayo, cuando ingresa en Géminis, etc.

La posición del Sol en uno de los doce signos de la eclíptica en el momento del nacimiento, muestra la “forma” final que ha sido creada durante el desarrollo embrionario desde las consecuencias de encarnaciones pasadas. Durante todo el transcurso del desarrollo embrionario, el Sol recorre nueve signos de la eclíptica. Esta es una imagen de la metamorfosis evolutiva del cuerpo hasta la peculiar forma individual final, y que también se imprime en la forma humana de modo tal que surge como un cuadro de variados periodos en el desarrollo del cuerpo, durante la vida después del nacimiento.

Ahora daremos una breve descripción del Sol en los doce signos de la eclíptica, pero no debemos olvidar que todas estas descripciones son insuficientes para formar un juicio sobre la influencia del Sol en la natividad, ya que son muchos los factores individuales a ser considerados, además de la posición sobre la eclíptica. Consiguientemente, es imposible fijarles a reglas definitivas.

El Sol en el signo de Aries esta especialmente activo en la formación de la cabeza humana. Las sutiles fuerzas etéreas que construyen la cabeza son utilizadas con mucha más fuerza que en cualquier otro caso, para expresar las peculiaridades individuales de la personalidad. Estas fuerzas pueden convertirse luego en el vehículo  del despliegue de gran iniciativa y energía. Hace posible la introducción de ideas nuevas, nuevos métodos y nuevas visiones en cualquier rama de la vida. Una personalidad tal puede ser el portador de un impulso, la ejecución de lo que les es dado a otros. Si tal impulso es constructivo o destructivo, es otro tema. Tenemos ejemplos en Hahnemann -el fundador de la homeopatía, en Johann S. Bach -el compositor, y al príncipe Otto de Bismark, el fundador de la Alemania prusianizada.

El Sol en el signo de Tauro promueve una tendencia hacia una fuerte formación en la región de la laringe. La personalidad debe construir su vida terrenal casi por completo desde las fuerzas que encuentran su expresión en esta región del cuerpo. Esto puede aparecer en el uso predominante de las fuerzas del habla y del sonido, como en el caso del compositor Tchaikovsky o del poeta Shakespeare; pero esas fuerzas pueden también ser mal utilizadas a favor del poder, como Robespierre y Lenin, ya que la posición del Sol no otorga a la personalidad ningún juicio moral sobre la expresión de sus poderes.

El Sol en el signo de Géminis imprime sobre el cuerpo a las fuerzas formativas que se conectan especialmente con los brazos. Una personalidad en la cual se hallan activos estos poderes puede sentirse centrada en esta región y usar esas fuerzas etéreas sutiles a través de la auto-expresión en la vida. Ejemplos son el novelista Bulwer-Lytton, cuyos dones de expresión se muestran en la escritura y no en el habla, como también el pintor Albrecht Durero.

El Sol en el signo de Cáncer centra la capacidad de la personalidad en aquellas fuerzas que forman al tórax del cuerpo humano; por lo tanto brinda la tendencia de abarcar al mundo personal, sea extenso o pequeño. Desde esta tendencia, el amor puede brotar en la personalidad por aquello que le ha sido confiado por el destino bajo su cuidado, e incluso anhelar la conquista. Ejemplos son Alejandro Magno, Carlos XII de Suecia y Maximiliano de México.

El Sol en Leo fortalece a las fuerzas formativas que trabajan en la circulación de la sangre y de la respiración. Una personalidad así dotada puede ejercer una especie de actitud real en cualquier esfera de la vida, ya que las corrientes de vida fluyen desde lo más intimo del corazón. Pese a esto, puede volverse la fuente de un egoísmo extremo. Ejemplos son H.P.Blavatsky, Shelley, Napoleón I y Willi Sucher.

El Sol en el signo de Virgo concentra las habilidades del ser humano en aquellas fuerzas que se expresan a sí mismas en la región por debajo del diafragma. Tales individuos pueden, digamos, digerir al mundo, sea este placentero o difícil. Ejemplos son Goethe, la reina Isabel de Inglaterra, el cardinal Richelieu y Leo Tolstoy.

El Sol en el signo de Libra favorece el empleo de aquellas capacidades que son inherentes a las caderas o a los variados órganos de equilibrio en el cuerpo humano. Una persona que ha desarrollado esto puede convertirse un maestro en el balanceo de diferencias o alisando dificultades del mundo humano. Puede volverse un juez incorruptible así como un gambista inescrupuloso con el destino. Ejemplos son Savonarola y Cesar Borgia.

El Sol en el signo de Escorpio brinda el poder de emplear fuerzas que activan el progreso, y a menudo este progreso es ganado gracias a la destrucción de lo vetusto y reaccionario. El barrer con el prejuicio y la tradición puede abrir el camino al progreso humano, pero puede convertirse en la sola fuerza de destrucción. Ejemplos son Erasmus de Rotterdam -el humanista, Martin Lutero, y Friedrich Schiller -el poeta.

El Sol en el signo de Sagitario aporta la oportunidad en la vida de utilizar especialmente esas fuerzas que forman los muslos en el cuerpo humano. Lleva al ser humano hacia el oleaje de lo siempre-variable del mundo exterior. Tal personalidad puede ser muy espirituosa, pero si esta capacidad es muy unilateral, puede ser barrido por este poder. Ejemplos son la reina Mary de Escocia, el rey Carlos I de Inglaterra, Beethoven y Enrique Heine.

El Sol en el signo de Capricornio fortalece las fuerzas que forman las rodillas y los codos. Son fuerzas que establecen el puente entre el mundo exterior de los objetos y el mundo interior de la consciencia. Los órganos sensorios, en especial los ojos, conllevan una capacidad  similar. Aquellos que han nacido bajo el Sol en Capricornio, son confrontados con el problema de balancear la relación entre el mundo interior y exterior. Por un lado, se puede lograr una confianza absoluta en la realidad objetiva de las experiencias interiores propias; o por el otro, se puede sufrir la perdida de esta confianza y esforzarse en vano por obtener un cuadro objetivo y seguro del mundo, fuera de las ataduras de la experiencia anímica humana. Ejemplos son Juana de Arco, Nostradamus, famoso por sus profecías, e Isaac Newton.

El Sol en el signo de Acuario favorece el desarrollo de aquellas fuerzas que construyen a las pantorrillas; son aptas para portar  a la consciencia humana hasta el reino que va “mas allá de la piel”, hasta el vasto mar del éter cósmico. Para una personalidad así dotada, el problema decisivo es que el yo sea suficientemente fuerte para sostener y orientarse a si mismo dentro de este mar. Ejemplos son John Ruskin, Byron, Mozart y Swedenborg.

Finalmente, el Sol en el signo de Piscis está conectado con las fuerzas formativas de los pies. Una persona nacida bajo este signo experimenta a la Tierra por donde apoya su pie, “tasteandola”. De acuerdo al poder del yo individual, la Tierra es experimentada como un cuerpo caído o como carga pesada y deprimente, siendo la tarea de la humanidad transmutarla y redimirla. Ejemplos son Miguel Ángel, Víctor Hugo, Schopenhauer y el cardinal Newman.

Así que el Sol tiene el poder de portar al arquetipo astral del  ser individual, hasta la vida individual del hombre en la Tierra; los miembros de este ser arquetípico son arrojados en el remolino del destino individual humano. El Sol de nuestro sistema solar extrae esta substancia astral virginal, la cual es el origen de toda substancia física, desde las profundidades del mundo de las estrellas fijas hacia el centro de nuestro universo. Esta substancia arquetípica atraviesa varios grados de densificación antes de alcanzar el Sol. En la Tierra alcanza el estado de la materia y de la manifestación en la esfera de lo individual.

Pero este no es el paso final de la actividad del Sol. Sobre esto hablaremos en la carta siguiente y luego veremos que en realidad, el Sol es una entidad ternaria. Tocaremos entonces uno de los más grandes misterios del universo. En esta carta hemos sido solamente capaces de describir un lado de este problema.

EVENTOS EN EL CIELO

En el presente, el evento más importante en el cielo es el lazo de Venus en el signo de Aries y Piscis. Durante los pasados meses hemos visto a Venus como brillante estrella crepuscular en el cielo oeste, pero pronto desaparecerá completamente de vista. Retrocede por el zodiaco hacia el Sol, y el 25 de abril estará directamente sobre él. Debemos imaginar que en realidad Venus se halla entre el Sol y la Tierra. Solo el Angulo desde cual la vemos desde la Tierra, nos provoca la sensación de que estuviese por encima del Sol.

Estos lazos de Venus, que ocurren al hallarse por delante del Sol -es decir en el espacio entre el Sol y la Tierra- tiene lugar en intervalos de 19 meses, y se produce cada vez en constelaciones diferentes. Si dibujásemos una imagen del zodiaco en forma de circulo sobre un trozo de papel, y luego observásemos los movimientos de Venus en un lapso de 8 años, marcando los lazos -conjunciones inferiores cuando Venus esta por delante del Sol y superiores cuando están por detrás del Sol- haríamos un descubrimiento sorprendente. Encontraríamos que todas las conjunciones tienen lugar sobre las cinco esquinas de un pentagrama regular, dibujado dentro del círculo. En un intervalo de 8 años, siempre encontraríamos un lazo y una conjunción superior en cada esquina  de ese pentagrama.

El lazo actual de Venus tiene lugar en Aries y Piscis. Ahora debemos imaginar sobre este punto del zodiaco a una de las cinco puntas del enorme pentagrama suspendido en los cielos. Así que esta esquina en Aries y Piscis ha de ser  la escena de otra conjunción de Venus al Sol, así como eventos similares han de tener lugar en el futuro.

El ultimo lazo y a la vez evento culminante que fue una conjunción inferior, tuvo lugar en esta esquina hacia la Pascua de 1937. Cuatro años más tarde, hacia Pascua de 1941, se produjo una conjunción superior aproximadamente sobre la misma posición.

Una comparación entre ambas muestra que esta esquina del pentagrama se ha movido ligeramente hacia atrás desde 1937, en donde estaba exactamente entre la cabeza de Aries y uno de los peces. Ahora en 1945 ha ingresado completamente en Piscis y durante los próximos 100 a 120 años, esta esquina se moverá lentamente a través de Piscis. No solo se mueve esta esquina, sino que todo el pentagrama gira lentamente por el zodiaco, como los radios de una gigantesca rueda cósmica. Solamente tras unos 300 años, la Humanidad presenciara este evento nuevamente.

Al igual que el rostro humano traiciona sus emociones y experiencias interiores, este evento expresa la vida interior de los mundos espirituales. En la esfera de Venus, podemos encontrarnos que son los Guías o Guardianes de las comunidades humanas, por ejemplo, de las naciones. Con lo cual, si la “estrella de cinco puntas” de Venus (que es el pentagrama creado por la conjunción de Venus con el Sol), inicia un nuevo ciclo al ingresar en Piscis, debemos esperar que sea una expresión de una gran decisión en la esfera de los espíritus populares (almas de los pueblos). Observando los eventos en el cielo, podríamos decir que se percibe algo similar a un gran concilio de los espíritus populares a causa de la situación alarmante de la humanidad en la Tierra.

Un evento similar tuvo lugar a finales del S XVII cuando Pedro el Grande volviese zar de Rusia y occidentalizo su país con gran energía. Sería muy interesante estudiar la historia de aquellos días en estrecha conexión con los eventos actuales, y a través de un estudio tal hallaríamos una mejor comprensión de muchas de las tendencias que se han vuelto aparentes en Europa hoy día.

El lazo actual esta también conectado al año 1937, que fue la época de la así llamada “Guerra Civil” en España, y especialmente con el periodo precedente al rompimiento en guerra entre Alemania y Rusia en la primavera de 1941. Esto indica entonces a los problemas de la humanidad en tanto se revelan a sí mismos desde un punto de vista espiritual. El tránsito de Aries a Piscis apunta al problema Este-Oeste de la humanidad moderna, que está representado en Europa como una especie de camino en miniatura dentro de la polaridad entre Rusia y España. Así que si somos conscientes de este evento de Venus en el cielo, aprendemos a escuchar al Apocalipsis de los siguientes 50 o 100 años, que es el resultado necesario del juicio espiritual por sobre los eventos a nuestro alrededor.

La naturaleza del mundo Planetario : EL SOL II

La astronomía moderna considera al Sol mayor o menormente como una esfera de fuego gigante. Existen muchas teorías sobre la naturaleza y la fuente de su actividad, pero hasta ahora ninguna de ellas puede aportar una respuesta satisfactoria a los múltiples problemas conectados a los variados fenómenos del Sol.

Según todas estas teorías, el Sol es una esfera de materia gaseosa o incluso solida. Rudolf Steiner indico una concepción diferente a través de la cual podemos resolver muchos enigmas de la naturaleza del Sol y de todo el Universo. Nos brindó la concepción del espacio negativo o “anti-espacio”, y acorde a este “anti-espacio”, el Sol que vemos en el cielo existe gracias a que el espacio de nuestro universo desaparece y se crea el “anti-espacio”. Es por esto que el Sol es algo similar a un agujero en el espacio universal, y la actividad solar  tiene un carácter de poder succionador que lleva la substancia espacial hacia el anti-espacio. Se ha hecho referencia a esto cuando en la última carta dijimos que el Sol arrastra a la substancia astral hacia sí mismo.

Como fuere, antes de alcanzar el Sol, esta substancia astral atraviesa un proceso de densificación que naturalmente alcanza su culminación en la Tierra. Pero aquí no acaba la actividad del Sol, que puede ser comparada al proceso digestivo en el hombre. Para digerir, el hombre debe comer primeramente. Claro que no se puede decir que el objetivo primordial de la digestión es provocar que la gente coma. El objetivo primordial de la digestión es disolver y descomponer la comida. Para lograr esto, la gente debe ingerir el alimento que experimenta a través de los sentidos. De modo similar, el impulso del Sol es disolver la substancia universal en pos de crear la base eterizada para el progreso espiritual y la renovación de nuestro universo. El Sol es el órgano de la “digestión” del gran Ser cósmico universal en el cual vivimos. La Tierra es el reino dentro de ese universo en donde el “alimento” -la substancia- es ingerida y elaborada por los sentidos.

Por lo tanto, la Tierra así como la creación de la forma humana, tal como fue descrita en la 13ª carta, es solamente un resultado indirecto de la actividad solar. El objetivo final es la disolución de la forma humana en favor de transformar las fuerzas heredadas y las substancias en el germen etéreo de un universo futuro. Al proceso de la disolución de la forma humana, lo llamamos MUERTE. Consiguientemente, el Sol es el portal de los muertos o podemos decir también, es el portal hacia los muertos.

La posición del Sol al momento de la muerte es de gran importancia para la vida espiritual tras la muerte. Habremos de decir mucho más cuando estudiemos el “horóscopo de muerte”. La posición del Sol al nacer es también significativa, ya que muestra la conexión del ser humano con el mundo de los muertos de una forma muy peculiar.

Debemos acostumbrarnos al hecho de que los detalles particulares de una natividad, son los indicadores de eventos que tuvieron lugar durante la vida espiritual antes del nacimiento, o que pueden ser la llave para la comprensión de eventos espirituales o influencias que tendrán lugar despues del nacimiento. En pos de encontrar esta llave para la comprensión de lo que está oculto detrás del Sol de una natividad, debemos discutir algunas peculiaridades astronómicas acerca de los pasos del Sol y de la Luna.

Si pudiéramos marcar el paso del Sol como una línea blanca punteada sobre el trasfondo del cielo azul, detectaríamos que este paso forma un circulo completo en el curso de un año. Más aun, si pudiésemos observar el paso de la Luna del mismo modo durante un periodo de 28 días, y dibujásemos ese paso a manera de línea sobre el cielo, encontraríamos que también realiza un círculo alrededor de nuestro globo. Si ahora fuésemos mas precisos, descubriríamos que la Luna no se mueve en el mismo circulo en el que el Sol pareciera rotar, visto desde nuestro punto de observación terrestre. Son círculos diferentes uno dentro del otro, pero ligeramente desviados, con lo cual se interceptan en dos puntos opuestos entre sí. Estos puntos de intersección son llamados NODOS LUNARES. Por supuesto que no podemos verlos en el cielo, sería solamente posible si dibujásemos ambos círculos sobre el cielo. De todos modos podemos calcular su posición. Debemos imaginar al paso del Sol como un enorme círculo en torno a nuestro globo, dentro del cual se encuentra otro círculo: el de la Luna, con una desviación de 5º.

Ahora debemos imaginar además que los dos puntos opuestos de la intersección -los nodos- se mueven, o en otras palabras, el 2º círculo desviado se mueve lentamente en dirección a las agujas del reloj y es lo que produce el movimiento de los puntos de intersección o nodos, sobre el primer círculo del Sol. Una revolución completa del paso del círculo del nodo lunar es realizada en unos 18 años y 7 meses; entonces los nodos han retornado a su posición original sobre el círculo del paso solar. Dentro de este periodo de 18 años y 7 meses, los nodos se mueven a través del círculo solar completo, el cual es señalado gracias a la posición diaria del Sol en el curso de un año.


En los dos diagramas de arriba, el círculo solido representa el paso aparente del Sol alrededor de la Tierra, y el círculo punteado representa al de la Luna alrededor de la Tierra, en el centro. Los dibujos muestran a los dos círculos como vistos desde un punto de observación exterior y por encima de la esfera del movimiento del Sol y de la Luna. Si pudiésemos situarnos en el centro, donde está indicada la Tierra, daríamos con la imagen correspondiente. El diagrama I muestra la posición del paso de la Luna y los nodos en un momento determinado. Pasado algún tiempo (diagrama II), este círculo y los nodos se han movido hacia atrás y se ubican en una posición diferente.

Estos nodos tienen una gran importancia espiritual. Ellos muestran como están entrelazadas las esferas solar y lunar en un determinado momento. Los nodos son los puntos en donde la esfera del Sol toca a la de la Luna, creando una especie de portal entre una esfera y la otra. Como hemos dicho, el Sol representa una especie de actividad “digestiva” en nuestro universo. Cuando el alma abandona el cuerpo al morir, se ve dirigida hacia el Sol. La Luna y su esfera ejercen una actividad que podemos comparar con el inhalar y exhalar del cuerpo humano, aunque no es la función pulmonar que está basada en la respiración. Es una actividad que se sitúa entre la cabeza de nuestro universo -que está representada por la Tierra- y la “digestión” representada por el Sol. Es una actividad equilibradora entre la asimilación y la disolución  de las substancias cósmicas.

Con lo cual los nodos lunares -el portal del Sol a la Luna- proveen una conexión entre los muertos que están en la esfera del Sol y la Tierra. Entonces, si miramos la posición del Sol de la natividad, la reconoceremos como conexión individual con el reino de los muertos. En pos de que esta conexión sea efectiva dentro de la vida terrestre de un ser humano, es necesario establecer un portal desde el Sol hasta la Tierra a través de la Luna. Esto se hace posible gracias al movimiento de los nodos lunares.

Este ejemplo lo pondrá en claro: Goethe nació el 28 de Agosto de 1749. El Sol estaba en 5º del signo de Virgo; el primer aspecto de esta posición solar es lo que hemos expuesto en la 13ª carta. Además de esto, podemos reconocer la conexión de Goethe con el reino de los muertos en esta posición del Sol. Como sea, esta conexión solo podría realizarse al momento en que los nodos lunares abran al portal desde el reino de la esfera solar a la Tierra. No fue posible en el momento del nacimiento de Goethe, ya que los nodos no se encontraban donde estaba ubicado el Sol, pero sucedió un tiempo antes de su nacimiento, cuando su alma se hallaba aun en el mundo espiritual. En el año 1747, uno de los dos nodos en tránsito arriba a la posición del paso del Sol en donde se ubicara dos años más tarde, el 28 de Agosto de 1749. Es entonces cuando se estableció el lazo entre el Sol y la Tierra. No es de importancia que el Sol del nacimiento de Goethe se ubicara en este lugar más tarde. El portal entre el Sol, la Luna y la Tierra puede abrirse mucho antes del nacimiento e incluso después. En este territorio nos vemos confrontados con diferentes concepciones del tiempo a las que estamos acostumbrados en la Tierra.

La posición de los planetas al momento de abrirse el portal revela algo de la conexión individual que Goethe tuvo con los muertos en su vida postrera. En el año 1747, a comienzos de Marzo, encontramos por ejemplo a Saturno en la constelación de Virgo, exactamente en la misma posición que estaba en la muerte de Paracelso, el 23 de Septiembre de 1541.

Ahora debemos imaginar que es en esta posición de Saturno en Virgo donde fluyeron todos los esfuerzos de Paracelso, especialmente la esencia espiritual de sus logros, en tanto que concernían al progreso de toda la humanidad, doscientos años antes del nacimiento de Goethe. En el horóscopo del PORTAL SOLAR de Goethe, como podemos denominarlo, Saturno retornó a la misma posición que está conectada a Paracelso en el terreno de tales actos pasados.

¿Cuál es la esencia de los logros de Paracelso?. Fue un físico famoso del S.XVI, quien valientemente abrió el camino para la medicina moderna. Exigió, y el mismo cumplimento esta exigencia, que los físicos no deberían leer mas a los antiguos tratados de medicina, sino que debían hacerlo en el “gran libro de la naturaleza”, en pos de hallar las causas de la enfermedad y los remedios para su cura. Como fuere, el podía leer aun el “gran libro de la naturaleza” de manera diferente a como lo hace la ciencia natural moderna. Su esfuerzo consistió en hallar a través del encuentro con la naturaleza, el camino hacia las raíces de su existencia. Tal fue su gran logro para bien de la Humanidad. Se mantuvo como un guardián del umbral entre la antigua sabiduría y la nueva era científica, como alguien que nos recuerda al espíritu que labora en el reino de la naturaleza. Este aporte a la Humanidad fue tomado y desarrollado ampliamente por Goethe. El se esforzó por encontrar las raíces espirituales de la naturaleza y lo logró. La percepción suprasensible del vegetal arquetípico, como el ser materno espiritual de todo vegetal existente y sobre lo cual Goethe hablo específicamente, es la prueba de que estaba fuertemente conectado al gran impulso que vivía en Paracelso; consiguientemente, Rudolf Steiner fue capaz de llamar a Goethe el padre de la Ciencia Espiritual, es decir la ciencia que reconoce al espíritu activo detrás de los fenómenos del mundo sensorio.

 Podemos concebir que una personalidad de una época puede permitirse desarrollar una idea o impulso solo hasta cierto punto. Luego, otra individualidad puede tomar este impulso, mucho después de haber fallecido el primero y, a través de una conexión real con los muertos, seguir desarrollándola. En la biografía de Goethe encontramos que en un momento de profunda crisis interior en su vida, estudio intensivamente a Paracelso.

El famoso filosofo Spinoza nació el 24 de Noviembre de 1632; el Sol se hallaba entonces en Sagitario. Este “portal solar” fue abierto por los nodos lunares dos años antes del nacimiento de Spinoza, en 1630. Saturno se hallaba en la constelación de Libra. Eso nos conduce hacia atrás hasta Giordano Bruno quien fallece 30 años antes, el 17 de Febrero del año 1600, cuando Saturno también se encontraba en Libra.

Giordano Bruno fue quemado en la hoguera por la Inquisición. En sus años de juventud había sido monje, pero su entusiasmo por la verdad y su apego a la nueva visión científica, como se ilustra por ejemplo en el sistema copernicano, lo puso en conflicto con los superiores eclesiásticos. Huye del monasterio y realiza largos viajes por Europa, enseñando las nuevas ideas de la ciencia. Luego es apresado por los emisarios de la iglesia romana y, al no negar sus enseñanzas, fue quemado vivo.

En Spinoza también se hallaba presente, este espíritu de inamovible entusiasmo y devoción por la verdad y libertad de concepto filosófico. De él podemos decir verdaderamente, como Giordano Bruno, que fue un mártir de la lucha por la libertad espiritual. Toda su vida constituyo en una serie de persecuciones por parte de todo tipo de instituciones, que pretendían conservar tradiciones espirituales obsoletas. Murió en la miseria a edad temprana, víctima de la eterna incomprensión de su entorno.

Otro famoso filosofo y matemático, Gottfried Wilhelm Leibniz, nació el 21 de Junio de 1646 [calendario juliano]. El Sol se hallaba en el signo eclíptico de Cáncer; este portal solar fue abierto por los nodos lunares en el año 1647, un año después del nacimiento. Encontramos a Júpiter en la constelación de Leo, en donde había estado al fallecer el ya mencionado Giordano Bruno. Con lo cual podemos encontrar también una conexión entre Leibniz y Giordano Bruno, siendo Júpiter el que establece el lazo aquí. Por lo tanto, la cualidad que Leibniz hereda espiritualmente, digamos, fue de otra naturaleza. Fue el mundo del pensamiento de Bruno que emerge nuevamente en Leibniz, quien continúa con su desarrollo. El foco central de la enseñanza de Bruno es la idea sobre la monada como fundamento de toda la existencia del universo. La unidad universal original, que él denomina Monas Monadum, se divide a sí misma en una multiplicidad de seres únicos o monadas que son seres vivientes, siendo cada una de ellas un universo en si misma. El alma de un ser humano es una monada pensante; Leibniz fundamenta su enseñanza filosófica en su “monadología” y en la idea de la “armonía pre-establecida” (praestabilierte Harmonie). Como Giordano Bruno, imagina a Dios como Monas Monadum; las monadas individuales derivadas de la Monas Monadum poseen una variada graduación de consciencia. Ellas son, por así decirlo, las almas de las cosas y los seres, pero, también para Leibniz, cada monada en sí misma es la representación del universo en grados.

Los eventos en el cielo

Ya en Abril, el planeta Marte ha ingresado en la constelación de Piscis. Transitara por esta constelación durante todo el mes de Mayo. Un número inusual de personalidades históricas tienen a Marte en esta posición, bien al momento de nacer o de morir.

Si miramos más de cerca a esta congregación, podemos detectar que existen los más grandes contrastes entre esta gente. Semeja más bien a una lucha gigantesca entre gente que solamente es devota a la vida espiritual de la Humanidad, y otros que han descendido profundamente al mundo material y la acción política.

Entre ellos hay una gran personalidad que puede enseñarnos mucho acerca de esta lucha espiritual. Es el papa Nicolás I; al morir, el 13 de Noviembre de 867, Marte se hallaba en Piscis en la misma posición en donde estará a principios de Mayo. Este papa, que a veces se lo llama “el grande”, estuvo profundamente involucrado en las causas de la separación entre la iglesia del este y del oeste, surgiendo de esto. Condujeron al cisma entre la iglesia de Roma y la griega; su gran oponente fue el patriarca Photius en Constantinopla.

Este cisma es mucho más que una diferencia de opinión de unos pocos dignatarios eclesiásticos; es un problema de la Humanidad, y desde aquellos días su importancia no ha decrecido, sino aumentado. La humanidad actual ha de encontrar la solución correcta o enfrentar catástrofes tremendas, aun más grandes de aquellas que hemos tenido que soportar. Es por ello que la individualidad de la que hablamos puede enseñarnos una gran lección sobre estas gigantescas tareas.

Sabemos que este papa encarno nuevamente en un cuerpo físico durante el S.XIX y XX, y otra vez se vio confrontado con un problema para la humanidad, similar a aquel que surgió cuando fuera el papa de la iglesia romana. Pero esta vez se vio confrontado con la situación mundial que había evolucionado desde la separación y enemistad entre el este y el oeste.

El papa Nicolás I tuvo que enfrentar la situación de que en el este -en Grecia, Asia menor y Egipto- se continuo con una Cristiandad que estaba aun profundamente conectada  con los antiguos misterios y la sabiduría arcaica, que había sobrevivido a la caída de la cultura de los viejos templos. La iglesia griega era solamente un puesto de avanzada en el oeste y había muchas otras que habían sobrevivido a esos días. Detrás de esta espiritualidad se encontraba el enorme continente asiático, que estaba considerado como el misterioso dominio de los dioses. Las alturas del Tíbet aun son consideradas como un verdadero asentamiento de los dioses. La Cristiandad occidental corrió por un camino diferente, llegando a Roma en una fecha temprana. La política romana se opuso fuertemente a la fe cristiana en un principio. Luego de la era de las persecuciones, la Cristiandad romana y la vida estatal de Roma se fueron paulatinamente amalgando. Con lo cual se desarrollo la Cristiandad práctica y colonizadora que poseía la herencia del imperio romano. Avanzó hasta las espesuras del norte más allá de los Alpes y fundo los monasterios, que se tornan en centros de la agricultura y la enseñanza. Nicolás estaba fuertemente conectado con este desarrollo occidental; casi con la percepción de un vidente, advirtió la necesidad de la Cristiandad occidental de preparar el paso hacia el desarrollo cultural de occidente, en el cual deberá desarrollarse la era moderna de la ciencia natural, con sus grandes técnicas y descubrimientos. El oeste debe mirar abajo hacia la Tierra y tomarla en sus manos. El este no quiso descender de las alturas espirituales y prefirió renunciar a la conquista de la Tierra física. Entonces, el papa Nicolás I vio el gran cisma entre oriente y occidente surgiendo como una necesidad histórica. No pudo evitarla; tuvo que producirse en beneficio de la Humanidad.

De todos modos, este cisma siguió desarrollándose desde el S.IX hasta volverse un gigantesco problema para la humanidad. La humanidad occidental ha logrado casi una maestría completa sobre la materia muerta. En el curso de la evolución  histórica, el hombre se volvió un ser individual y emancipado. El individuo se ha emancipado tanto que puede dudar y hasta incluso negar la existencia del mundo espiritual; el ideal es la maquina. Por consiguiente, el ideal del organismo social seria más o menos como una maquinaria. El ser humano del este quedo por detrás. Allí, el centro de la vida es aun la labor de Dios, incluyendo la sumisión a la voluntad del mundo espiritual. La existencia individual no cuenta. La muerte es más o menos una transición bienvenida. El organismo social o vida estatal está construido según esta concepción espiritual, es guiada por impulsos religiosos; lo representativo del estado es considerado  incluso como de origen espiritual. Pero el miembro del organismo social no puede experimentarse a si mismo como un ser individual. El miembro individual es mayor o menormente una parte insignificante del todo.

Estas concepciones ampliamente opuestas de la existencia humana, conducirán tarde o temprano a un tremendo conflicto entre la humanidad de oriente y occidente, a menos que encontremos y llevemos a la practica la verdadera Imaginación de nuestro ser.

Ambos conceptos están lejos de esta Imaginación: en Occidente, la emancipación espiritual nos conduce a un punto en donde la existencia terrenal se torna fantasmal y carente de sentido; y en el Este, el ser humano individual es arrastrado por una avalancha incontrolable de religión o fanatismo racial. En ambos conceptos, la humanidad finalmente se elimina a sí misma. Ambos conceptos lucharan por su existencia, uno contra el otro, y la humanidad será destruida entre ellos si la verdadera Imagen de nuestro Ser, el Cristo Cósmico, permanece sin ser reconocido –no a solo a la persona de la tradición cristiana del S.XIX, sino al Dios que tomo una existencia corporal y que vino a recordarle a la Humanidad terrena sobre su ciudadanía cósmica. Cristo realizo la voluntad del Padre, representando al universo entero en la consciencia plena de un cuerpo anclado a la existencia terrenal, mostrando el paso  hacia el logro de esa representación del cumplimiento de la Voluntad del Padre.

Los primeros cristianos vivenciaron al Cristo al dibujar su  símbolo secreto, el pez. Con lo cual deberíamos encontrarlo nuevamente como lo representativo de la humanidad, el pez que es la imagen cósmica de la humanidad en el mar de las nubes etéreas en torno a la Tierra; entonces no nos encontraríamos confinados tan solo a la realidad terrenal ni estaríamos sumergidos en la dominación de lo anímico-grupal, sino que nos vivenciaremos como habiendo descendido desde alturas cósmicas en pos de transformar la Tierra en la Imagen del Hombre-Espíritu (esencia), como han hecho Novalis, Rudolf Steiner y otros. Este es el lenguaje de Marte en Piscis.

La naturaleza del mundo Planetario : El Sol III 

En las últimas dos cartas hemos hablado sobre el Sol y su actividad en conexión con el momento del nacimiento. Ahora observaremos al Sol desde el aspecto del desarrollo prenatal del ser humano.

Sabemos que el desarrollo prenatal del ser humano dura alrededor de nueve meses. Este tiempo es diferente, por supuesto, en cada caso individual. Si tomamos este lapso de nueve meses como promedio, veremos que el Sol se mueve a través de 3/4 del zodiaco, o a través de nueve constelaciones, mientras que atravesaría el zodiaco completo si el estadio embrional durase un año. Esta es la razón del hecho de que en cada horóscopo queden unas tres constelaciones por las cuales el Sol no ha pasado durante la evolución prenatal. Estas son aquellas que se hallan entre la posición del Sol en el momento de la concepción y el nacimiento. Son constelaciones diferentes según el día del nacimiento del ser humano. Por ejemplo, si alguien nace el 21 de Junio, cuando el Sol entra en la constelación de Géminis, entonces podemos asumir que el Sol no ha estado en las constelaciones de Géminis, Cáncer y Leo, pues comenzó su curso nueve meses antes partiendo de Virgo.

Si nos imaginásemos situados sobre el Sol, veríamos a la Tierra opuesta directamente a nuestra posición en el Sol. De todos modos, a mitad del desarrollo embrionario, desde el punto de vista del Sol, veríamos a la Tierra en esas constelaciones.

Debajo en la figura 1 podemos ver el trayecto del Sol durante los nueve meses del desarrollo embrionario. Comienza en la constelación de Virgo y se ubica en Géminis al ocurrir el supuesto nacimiento, con lo que quedan abiertas las constelaciones de Géminis, Cáncer y Leo.

La figura 2 muestra el trayecto de la Tierra durante el mismo tiempo. La Tierra puede ser vista desde el Sol en Géminis, Cáncer y Leo cuando este se halla en Sagitario, Capricornio y Piscis, es decir a mediados del desarrollo embrionario. Es por ello que estas tres constelaciones del “espacio abierto” están particularmente conectadas con el planeta Tierra y su especial significado en el universo.


Es en la Tierra, donde hemos descendido los seres humanos, donde buscaremos y quizás encontremos nuestro objetivo, donde nos esperan la alegría y la preocupación. Las tres constelaciones del “espacio abierto” del horóscopo prenatal indican la naturaleza de aquellas experiencias en la Tierra que nos están esperando.

Dijimos que esta posición de la Tierra puede ser observada desde el Sol hacia el periodo medio del desarrollo embrionario, durante el 4º, 5º y 6º mes; este periodo, más los eventos cósmicos que ocurren en el, es un reflejo de estadios importantes de la vida entre la muerte y el nuevo nacimiento. Es una especie de pronóstico de la mitad del periodo de la vida que se iniciará, especialmente en la época entre los 30 y 35 años de edad.

Hasta aquí da la sensación de que fuese una tarea de la Tierra, y que la conexión con el Sol pareciera ser indirecta. Pero aquí se oculta un profundo misterio relacionado con lo que se teje espiritualmente entre el Sol y la Tierra.

Desde la muerte en el Gólgota, el Cristo se ha unido a la Tierra y es el Espíritu Guía, la Individualidad Cósmica, digamos, de este planeta. Cristo descendió a la Tierra desde las alturas cósmicas y habitó en el cuerpo de Jesús. El descenso fue observado por los iniciados de las culturas pre-cristianas. Sabían que el Cristo era el Espíritu del Sol, el Guía de los Seres Solares que descendió en pos de salvaguardar y acobijar a la evolución terrestre. Fue el hecho fundamental que llegará lejos en el futuro, ya que a través de este evento, la condición presente de nuestro Universo cambiara completamente, y la Tierra se convertirá en un nuevo “Sol”. Con lo cual la Tierra es portada por el Espíritu del Sol, por el Cristo, y cuando el alma pasa a través de la esfera solar durante la vida entre la muerte y el nuevo nacimiento, ya no encuentra al Cristo en este reino.

Ahora podemos imaginar que tan pronto como el alma se ve penetrada por el deseo de descender a una nueva encarnación en la Tierra, mira hacia abajo a la Tierra como el único lugar en el universo que, desde la época del misterio del Gólgota, puede experimentar al Cristo; el ansia del alma por descender a ese lugar en donde se puede vivenciar al Cristo, halla su reflejo en esa parte del horóscopo que hemos denominado “espacio abierto”.

Podemos leer esto en los impulsos y decisiones que ha tomado el alma mientras aun se hallaba en el regazo del mundo espiritual. Muestra como a partir de las experiencias y los errores de vidas pasadas, el alma desea unirse a la Tierra en la gran labor de amor, en pos de transformarla en la vestidura brillante del Cristo.

Cuando el alma nace en la Tierra y habita su cuerpo, un velo de inconsciencia oculta todas esas experiencias prenatales. Y pese a ello, se hallan vivas en el esfuerzo del alma por la verdad, en los múltiples caminos por los cuales nos conduce el destino hasta que él o ella encuentran la verdad y la paz del alma. Quizás nunca lleguemos a conocer nuestras intenciones e impulsos prenatales, quizás hasta los traicionemos, pero tras la muerte nos daremos cuenta en donde hemos fallado, y ese conocimiento nos ayudará a construir los cimientos de nuestras futuras encarnaciones terrenas, para redimir nuestro propio pasado. Es posible que haya llegado el momento en el que cada uno de nosotros deba esforzarse por reconocer conscientemente nuestras propias resoluciones prenatales, y con este propósito podría permitírsenos mirar nuestra propia natividad, especialmente en este caso acerca del “espacio abierto” y su trasfondo de eventos espirituales.

Para ilustrar y elaborar lo dicho acerca de este tercer aspecto del Sol, consideraremos ahora algunas natividades de personalidades históricas.

En las cartas previas hemos hablado de Tomas Moro, quien nació el 4 de Febrero de 1478. El Sol se hallaba por entonces en la constelación de Acuario. Su concepción debe haber tenido lugar alrededor de comienzos de Mayo de 1477. El Sol ingresa después en la constelación de Tauro. Esto quiere decir que el Sol no estuvo en la constelación de Acuario (solo ingreso al momento de nacer), Piscis y Aries. Esto constituye el “espacio abierto”; en este “espacio abierto” Júpiter hizo un lazo en la transición de Piscis a Aries, durante el desarrollo embrionario de Tomas Moro. De haber sido capaces de presenciar desde el Sol el descenso de este alma hasta la encarnación, en un cierto momento hubiésemos visto —hacia el 5º mes de su desarrollo embrionario— a la Tierra en la constelación de Piscis y detrás de ella, a la brillante luz de Júpiter. La Tierra con Júpiter es la constelación que ilumino el empeño por el reconocimiento de lo divino en la vida terrena, pero también debemos considerar a las constelaciones de Acuario y Aries.

Tomas Moro aparece, quizás en contra de su voluntad, como una fuerte figura en la vida social y política de su época. Muchas veces estuvo a punto de desaparecer completamente de la esfera política para seguir una vida de estudio y devoción, pero el destino lo trajo una y otra vez de vuelta al escenario político. A los 37 años de edad escribe su UTOPIA, que le hizo famoso. Allí expone sus visiones acerca de cómo crear un estado ideal e hizo severos juicios sobre las instituciones social y culturalmente corruptas de su tiempo. De por sí, baso su ideal de un estado perfecto, enteramente sobre la soberanía de la religión, incluso la soberanía de la iglesia.

Por lo tanto, experimento la esencia de la existencia terrena en la esfera de la vida social. Así le exigió el destino una y otra vez, que buscase la experiencia de lo divino, no solamente en la paz anímica, sino también de cara a la humanidad, en el cuerpo social. Fue la esfera en donde buscó la presencia y la realización del Espíritu del Sol, que se ha unido a la Tierra tras el Misterio del Gólgota. La Tierra en la constelación de Piscis conlleva al empeño por la vivencia del Espíritu del Sol en el cuerpo de la Humanidad, ya que es la realización cristiana del Hombre Espíritu, que fue creado al principio de la evolución del mundo (véase 5ª Carta) y que labora por detrás de Piscis. Este vivenciar de lo divino desde la Tierra en la constelación de Piscis, continuó recibiendo ayuda en la vida de Tomas Moro de las otras dos constelaciones del “espacio abierto”, Acuario y Aries. Aries le brindo el poder de tomar consciencia de lo divino en la Humanidad por medio de un pensar purificado. Sabemos que fue un humanista y un discípulo devoto de Erasmo de Rotterdam; el aspecto de la Tierra en Acuario le brindo el poder de experimentar al Espíritu solar de la Tierra en su corazón, lo cual abrió su bondad y amor por todas las criaturas del universo. Su aprendizaje no fue materia de formalidad, sino que estaba conectado a una profunda reverencia y devoción por el Universo del Creador.

Otro ejemplo de significancia universal es Ralph Waldo Emerson. Nació el 25 de Mayo de 1803. El Sol se hallaba en Tauro; en el momento de su concepción se hallaba en Leo. Con lo cual el “espacio abierto” compromete a las constelaciones de Tauro, Géminis, Cáncer y una parte de Leo, con Géminis en el centro. La Tierra en Géminis indica una búsqueda del Espíritu Solar en la esfera del yo, en lo más intimo de la vida anímica. Y ciertamente encontramos esto realizado en el esfuerzo de Emerson, a tal grado que solo podemos mirar a esta personalidad con profunda admiración. A la edad de 30 años, a volver de su viaje por Italia, Francia, Escocia e Inglaterra escribió: “una persona contiene todo lo necesario para gobernarse a si misma… todo lo verdaderamente bueno y malo que pueda ocurrirle a uno ha de venir de uno mismo… existe una correspondencia entre el alma humana y todo lo que existe en el mundo; más exactamente, todo lo que se conoce. En lugar de estudiar las cosas fuera de uno mismo, los principios de cada cosa han de penetrar en uno… el propósito de la vida pareciera ser el poder informarse sobre sí mismo; la más alta revelación es que Dios se encuentra en cada uno”.

 Luego se traslado a Concord y desarrolló lo que usualmente se conoce como Trascendentalismo. Como fuere, en cada cosa que surgía de su enseñanza, se revelaba a sí mismo como un maestro de la independencia. “Es mi deseo decir que lo que hoy pienso y siento, con la advertencia de que quizás mañana lo contradiré todo”. Esta es la experiencia del Espíritu Solar en la individualidad humana o la Tierra en Géminis (sobre Géminis, ver Cartas 3ª y 5ª). Esto fue secundado por la Tierra en Tauro, que trajo la experiencia de la presencia de lo divino en la multiplicidad de las cosas creadas. Y aparece especialmente en las conferencias y ensayos de “Grandes hombres en la historia” y en “Filosofía  de la historia”. Pero su actitud interior frente a la historia y las grandes personalidades en ella, revela ahora otra experiencia del Espíritu Solar. Si leemos sus ensayos sobre Napoleón I, Swedenborg y otros, pronto notaremos que no juega un papel de crítico o juez, sino como un portador de un cáliz dentro del cual han fluido los hechos, los logros y los errores de esas personalidades. Fue un verdadero sacerdote que porto cuidadosa y devotamente la copa del empeño humano en la Tierra, y la ofreció en transubstanciación al Espíritu Divino que trabaja en la Humanidad. Esta es la búsqueda del Espíritu Solar que labora desde la Tierra en Cáncer o el cáliz.

El conde Leo Tolstoy nació el 9 de Septiembre de 1828 [calendario juliano]. Ese día, el Sol se hallaba en la constelación de Leo, muy cercano al punto de transición entre Leo y Virgo. En el momento de su concepción, el Sol estaba en Escorpio. Por lo tanto, el “espacio abierto” comprende las constelaciones de Virgo, Libra y parte de Escorpio, pero Virgo es la constelación dominante. Esta es la constelación opuesta a Piscis, que encontramos tan fuertemente conectada con Tomas Moro. Consiguientemente, el empeño por la vivencia del Espíritu Solar en la Tierra, en Tolstoy estaba vivo de una manera bastante diferente que en Tomas Moro, sin embargo estaban en un mismo nivel, pues también buscó al Espíritu Solar en el orden social.

Moro vivenció lo divino de la Tierra a través de la visión del estado ideal, dirigido completamente por la religión; el individuo humano es tomado por la influencia de  esta religión objetiva, la cual ordena su existencia en la comunidad.

Para Tolstoy, el empeño por una comunidad justa y armoniosa se revela como lo opuesto. No podía partir de una institución religiosa objetiva capaz de albergar en sus brazos guardianes y guiadores al ser humano. De hecho, en un cierto momento de su vida corto con los lazos que le unían con la iglesia ortodoxa. Tenía que partir desde su propio ser interior. Para él, la pregunta era: “¿Cómo puedo encontrar en mi mismo la ‘religio’ eterna, como puedo trasmutar mi ser imperfecto?”. Podemos hallar esta búsqueda del verdadero “humanismo” en los libros tempranos tales como “Los cosacos”; entonces arriba a la experiencia de lo divino en la vida comunitaria, en el interactuar de la humanidad inclusive hasta cuando raya extrañamente en lo caótico. Todas sus novelas muestran esto, especialmente su libro Resurrección.

En su visión de Utopía, Tomas Moro miro el rostro de lo divino como revelado dentro del orden social; Tolstoy ha de descender hasta lo insondable de la profundidad de la naturaleza humana en pos de hallar, más allá de la caricatura individual, la brillante imagen de lo divino realizada a través de la hermandad humana. Así encontró al Espíritu Solar de la Tierra o la Tierra en Virgo, la “revelación secreta” del enigma de la vida. Pero algo más le fue revelado del Divino Espíritu de la Tierra, que llevo la experiencia en Virgo a una culminación más elevada. A través de su propio destino, había llegado a la convicción de que el equilibrio del alma es la medicina que necesitamos para llegar a ser verdaderos seres humanos. En su juventud, había vivido la vida irrestingida y salvaje de un joven noble ruso, hasta que se percato del efecto ruinoso de ese tipo de vida sobre su verdadera humanidad. A partir de ese momento lo vemos esforzándose y luchando por el equilibrio, y en muchas figuras de sus novelas podemos ver realizado este balance de la vida, en bellas descripciones. Son los centros curativos dentro del alboroto de los eventos. Es la realización de la búsqueda del Divino Espíritu de la Tierra, que está indicado por la posición de la Tierra en Libra como tuvo lugar en el horóscopo de Tolstoy. Hubo de luchar duramente por el equilibrio de su alma; una y otra vez tuvo que atravesar crisis en donde cada cosa que había logrado, parecía quedar hecha pedazos volviéndose indigna. Pero una y otra vez se levanto y avanzo hasta altos estadios de la perfección humana. Estas continuas experiencias de muerte se tornaron en la fuente de su tremenda actividad y productividad. Esta es la vivencia de la Tierra en Escorpio; como constelación opuesta a Tauro, conlleva el empeño por la revelación de lo divino en la multiplicidad de la creación, y la Tierra en Escorpio enciende así el impulso de búsqueda de la manifestación del espíritu solar en el espíritu creativo inconquistable, que surge de la muerte y la destrucción.

El famoso astrologo Tycho de Brahe nació el 14 de Diciembre de 1546, cuando el Sol se hallaba en la constelación de Sagitario. En momento de su concepción acababa de ingresar en Piscis; por lo tanto, el Sol no había pasado por las constelaciones de Sagitario, Capricornio y Acuario, y forman el “espacio abierto” o el aspecto terrestre de esta natividad.

Tycho había nacido en el seno de una noble familia dinamarquesa; su padre quiso que realizara una carrera política, así que bajo la guía de un tutor, lo envió a la universidad para que estudiase jurisprudencia. Pero ni la severidad del tutor impidió que Tycho siguiera su camino; cuando el tutor dormía, el subía a la azotea de la casa y observaba las estrellas con instrumentos precarios. A la edad de 16 años hizo descubrimientos importantes. Nada impidió que deviniese matemático y astrónomo. Tras numerosos viajes, con la ayuda del rey de Dinamarca, se asentó en la pequeña isla de Hveen; a los 30 años construyo allí un observatorio y por un prolongado y pacifico tiempo, fue capaz de realizar extensivas observaciones astronómicas. Entre otras cosas, produjo un catalogo que contenía las posiciones exactas de unas mil estrellas que hasta entonces eran desconocidas. Esto fue un logro remarcable, si consideramos que tuvo que hacer sus observaciones a simple vista.

La determinación con la cual esta individualidad siguió su propio camino ya desde edad temprana, nos señala la dirección de su búsqueda del Espíritu Solar de la Tierra. Es la Tierra en Capricornio la que le penetró con el impulso de buscar en aquello donde su ojo pudiera revelarle la multitud estelar por encima suyo.

En Cáncer, la constelación opuesta, encontramos en conexión a Emerson a la experiencia del cáliz en donde fluyen los hechos humanos, pecados y esperanzas durante el curso de la historia. Tycho de Brahe observo y se volvió el alto sacerdote del otro cáliz, donde van las almas humanas al morir y de donde vienen cuando nacen. Es el cáliz del cosmos en el que descansa la Tierra. En la visión otorgada por medio de la actividad de su ojo, vivenció al Espíritu Divino de la Tierra. El Universo por encima de él no fue, con seguridad solo un mundo mecánico. Para él era un ser viviente gracias al cual pudo flotar a través del espacio cósmico, pudiendo comprender su pulso y su lenguaje. El no fue tan solo lo que podríamos llamar hoy un astrónomo, fue también un astrologo, si bien debemos imaginar que esto tenía otra implicación en su época, de la que se le da actualmente; predijo la muerte del emperador turco Solimán, muy cercana al día en que realmente sucedió. También predijo otros eventos que se volvieron realidad tras su muerte. En esta conexión interior con las estrellas y en la percepción de su lenguaje, detectamos ahora otra vivencia del espíritu solar de la Tierra, indicada por la Tierra en Acuario, pero esto no abarca totalmente el carácter universal de esta personalidad. Aun había más; su observatorio en la pequeña isla de Hveen era una construcción muy extraña. En la azotea, donde estaba instalado el observatorio, se encontraban los instrumentos para la medición de los ángulos de las posiciones estelares. Pero en el sótano de la casa había algo similar a un laboratorio alquimista, en donde se cocinaban las substancias terrestres que eran examinadas en relación a las estrellas. Este empeño en pos de un conocimiento de la naturaleza cósmica de las substancias terrestres, revela ahora otra relación con el Espíritu Solar que se unió mismo con la Tierra. Esto está indicado por la posición de la Tierra en Sagitario, cosa que tuvo lugar en el horóscopo de Tycho de Brahe del modo que explicamos anteriormente.

Estos son unos pocos ejemplos que pueden mostrar como experimenta a la Tierra un alma que desciende desde las alturas cósmicas, siendo ésta el único lugar en donde uno puede encontrarse con el Espíritu Solar de nuestro universo. Cuando el alma pasa a través del Sol durante la vida entre la muerte y el nuevo nacimiento, experimenta una situación preocupante. Encuentra que el Sol ha sido dejado por el Espíritu Guía que alguna vez estuvo allí, porque el Cristo se unió con la Tierra. Entonces el alma desarrolla el deseo de retornar a la Tierra para poder experimentar aquí al Espíritu Solar.

Las revelaciones del Espíritu Divino de la Tierra son múltiples, y el alma humana puede recibirlas según las condiciones de “percepción” adquiridas en encarnaciones pasadas; la dirección de esas posibilidades está indicada en el “espacio abierto” del horóscopo y en lo que allí ocurre. Esto abarca, por supuesto, solo una parte de las doce que constituyen la revelación del Cristo. Es la “dote” (o “talento”, según el proverbio de los evangelios) que nos fue dada por el Señor del destino, pero es tarea nuestra incrementar el regalo y debe volverse un ideal cristiano el vivenciar mas y mas la revelación del Espíritu Solar de manera comprehensiva.

Es innecesario mencionar que es imposible brindar ninguna regla definitiva sobre el carácter de la relación Tierra—Sol en las variadas constelaciones. Este es justamente el carácter distintivo del tercer misterio del Sol: que podemos acercárnosle a tanto nos tornemos activos y creativos en nuestras propias almas. Nada sucederá si nos limitamos a quedarnos sentados a la espera de que algo llegue a nosotros, excepto que la “dote” que hemos recibido nos sea arrebatada.

Si aprendemos a mirar a la natividad, al horóscopo, desde el punto de vista de nuestra propia actividad espiritual, y si logramos ver en ella al indicador hacia la perfección y cumplimiento de nuestra existencia como seres humanos, entonces podemos llegar a desarrollar una cognición completamente diferente del “horóscopo”. Entonces ya no será el oscuro, incluso cruel dominador de nuestras vidas, sino la mano guía de nuestro amigo en el cielo, quien nos muestra el camino hacia una Humanidad verdadera y cristiana.


LOS EVENTOS EN EL CIELO

En los últimos meses hemos atestiguado las escenas finales de un drama histórico que ya había comenzado doce años atrás. Si hemos mirado con ojos sapientes a los eventos que ocurrían en Europa central en el año 1933 y posteriores, entonces deberíamos haber visto que portaban en ellos las semillas de la destrucción. Los eventos de 1944 y 1945 fueron tan solo la revelación del gigantesco espacio hueco que ha sido creado en donde existió una vez Alemania. A menudo nos preguntamos: ¿Cómo fue posible esta destrucción, y que es lo que ha producido esta decadencia?.

La escritura estelar puede ayudarnos a encontrar la respuesta a estas preguntas. Pero no hemos de buscarla dentro de los eventos actuales en el cielo. Las causas reales se hallan bien atrás en el tiempo. Para decirlo claramente, la mayor parte de las tendencias que se originaron en 1933 tienen sus raíces en los sucesos conectados a la conquista de México a comienzos del S. XVI. No todo, pero gran parte tiene sus orígenes allí. La escritura estelar deja en claro esto.

Hernán Cortes deja la isla de Cuba  el 18 de Noviembre de 1518 en pos de conquistar México; desembarca en sus costas en Marzo de 1519 y funda la ciudad de Veracruz. En ese mismo momento, el planeta Saturno ingresa en la constelación de Capricornio. Cortes incendia los barcos en los cuales han cruzado el mar tanto él como sus hombres, con el fin de que nadie escapase a la contienda que venía. Pronto avistaron la hermosa ciudad de México, que estaba construida en el centro de un lago y en donde residía el emperador Montezuma. Tras numerosas aventuras y desesperadas empresas contra las tribus indígenas rojas, Cortes debe afrontar un levantamiento por parte del imperio mexicano. Derrota al enorme ejercito mexicanos el 7 de Julio de 1520, y si bien disponía de un pequeño grupo armado, tenía la ventaja de disponer de armas de fuego, a las que los indígenas rojos no estaban acostumbrados. Luego de la batalla, la ciudad de México fue derrotada y conquistada el 13 de Agosto de 1521. Esto condujo a una terrible exterminación de los indígenas; durante todo este tiempo, Saturno se hallaba en la constelación de Capricornio.

A finales de 1932 y comienzos de 1933, Saturno ingresa en la constelación de Capricornio. Con lo cual tenemos en aquellos sucesos un reflejo de la historia de los comienzos del S.XVI. Mas allá de esto, un estudio oculto nos mostraría que las amenazas kármicas de uno de los actores principales en el drama de 1933, nos llevan a los comienzos del S.XVI y a México.

Mucho ha sido dicho acerca de la crueldad de Cortes y sus hombres, con la cual quebraron y exterminaron al imperio mexicano. Aparentaban actuar a guisa de grupillo de aventureros que nada tenían que perder y que eran alentados por la más grande codicia por el oro y los tesoros de los mexicanos. Debemos también imaginarnos la situación confrontada por los españoles, pese a que fuesen en general poco morales de carácter.

Los últimos restos decadentes, que para la mente europea representaban el extremo de la crueldad humana, eran practicados en los templos mexicanos. No solo se practicaban sacrificios humanos allí, sino que se extraían los órganos de los cuerpos vivos, mayormente cautivos de otras tribus, y se ofrecían en sacrificio a las imágenes de los ídolos indígenas. Iríamos demasiado lejos si tratásemos de explicar el origen de estos ritos decadentes, que fueron el portal de la magia negra.

Los españoles, desde el punto de vista de su civilización europea, lo consideraron denigrante y destruyeron esas ceremonias, pero su Cristiandad era aun demasiado débil como para que enraizara en las profundas causas de estos signos de extrema decadencia, que estaban conectados con antiquísimos e insondables misterios de la sangre; desde el punto de vista de la Cristiandad, el actuar de los españoles fue un equívoco. ¿Y cuál ha sido el resultado?. En el S.XX, esas fuerzas oscuras de los misterios de la sangre resurgieron y ejercitaron su crueldad, estando plenos de odio por la civilización de la humanidad cristiana.

Es así como la escritura estelar nos puede enseñar y darnos la llave de la comprensión espiritual y la comprehensión de los eventos terrestres. Pero también puede ser un severo llamado de atención…




 

Astrosofía parte 11

 


La naturaleza del mundo Planetario – : Marte 

En nuestra última carta hemos descrito en detalle la naturaleza del planeta Marte. Ahora intentaremos ilustrar este conocimiento a través de un número de natividades históricas. Para una consideración tal, necesitamos no sólo tener en cuenta el día de nacimiento, sino también el periodo del desarrollo prenatal. Porque si bien la posición de Marte en el momento de nacer nos da el cuadro decisivo sobre la naturaleza marciana del ser humano, los movimientos y gestos de este planeta durante el desarrollo embrionario son igualmente importantes.

Ellos nos muestran la evolución interior de las fuerzas anímicas hacia la manifestación final de la naturaleza de Marte. En pos de comprender la cualidad esencial de Marte en relación a las doce constelaciones del Zodiaco, hemos de empezar con la constelación de Virgo.

Marte en Virgo: al nacer Juana de Arco, 6 de Enero de 1412, Marte había dejado la constelación de Leo y estaba a punto de ingresar en Virgo. Este ejemplo nos da una impresión de como un ser humano tal percibe al mundo y como ese mundo genera consciencia en el alma. En este caso, Marte, sin haber ingresado aun en Virgo tras haber pasado desde la constelación de Piscis hasta la de Leo durante el desarrollo embrionario, aun estaba libre de las influencias de la Caída que se produjo durante la evolución de la Antigua Luna, que ha sido descrita en nuestra última carta. Aun posee una cualidad solar y no se ve impedido aún por el influjo oscureciente de los poderes “rebeldes” en el universo. El cuerpo anímico todavía se encontraba en un estadio de inocencia cósmica. Esto nos ayuda a entender el extraño poder que residía en Juana de Arco, el cual le permitió intervenir tan decisivamente en el curso de la historia. No era solamente entusiasmo lo que le dio semejante fuerza e intrepidez, sino la certeza inamovible del llamado espiritual. Ya que las fuerzas de su cuerpo anímico estaban más allá del obstáculo del poder de oscurecimiento y debilitamiento ocasionados por la Caída, la fuerza solar de su presencia ejercía una especie de milagro extraño e irresistible sobre la gente de su época.

Cuando nació Fiedrich Nietzsche, el famoso filosofo (15 de Octubre de 1844), Marte ya había ingresado en Virgo; había entrado en el reino del Zodiaco que refleja la entrada hacia la gran época cósmica durante la cual tuvo lugar la rebelión de la que hemos estado hablando. Este Marte de Nietzsche también paso desde la constelación de Piscis hasta Virgo. Esto indica que en el cuerpo anímico de Nietzsche también residía algo semejante a la inocencia cósmica que encontramos en Juana de Arco, si bien en su caso, esta inocencia cósmica fue víctima de poderes sobrehumanos destructivos. La vida de Nietzsche es una de las más grandes tragedias. En su paso desde Piscis a Virgo, Marte no pudo superar a la oposición de Saturno, que tuvo lugar en la segunda mitad de su desarrollo embrionario. El poder inocente, solar que se hallaba oculto en Nietzsche y que tímidamente intentó asomar en algunos de sus escritos -así como en su relación con Richard Wagner- no pudo descender desde la altura espiritual hasta la realidad del mundo terrenal. Con lo que su ser anímico quedo devastado y se volvió loco a los 44 años.

Marte en Libra: Marte ingreso en Libra cuando nacio Thomas More el 7 de Febrero de 1478. Marte ha dado aquí realmente un paso más dentro del reino cósmico que refleja a la Caída en la evolución de la Antigua Luna. De aquello que sabemos acerca de su destino, si intentamos ponernos en el lugar de Thomas More, encontramos que estaba rodeado por un mundo en el cual los impulsos oscuros ejercían oposición sobre la manifestación de la verdad espiritual. Como fuere, Thomas More se mantuvo erguido en el medio de esa oscuridad. Poseía un carácter grandioso y su alma o cuerpo de consciencia estaba tan compenetrado por las brillantes fuerzas solares, que finalmente fue capaz de triunfar en las pruebas del destino. Podemos hallar este poder anímico reflejado en los movimientos prenatales de Marte. Al momento de su concepción, Marte estaba en Tauro, pasando luego por las constelaciones de Géminis, Cáncer, Leo y Virgo hasta finalmente ingresar en Libra. Sin embargo, encontramos nuevamente aquí a la inocencia cósmica de las fuerzas de Marte que también hallamos en los dos ejemplos citados arriba. Esto le dio a Thomas More su gran fuerza de carácter.

Marte en Escorpio: Marte en Escorpio es el reflejo cósmico preciso de la Caída en la evolución de la Antigua Luna. Es una expresión de fuerzas anímicas sumidas de un modo u otro por las consecuencias del evento que hemos descrito, tras largos periodos de evolución, este evento logró que la Tierra pareciese puramente material.

Podemos encontrar a la influencia de Marte en Escorpio en tales natividades como la de Bacon de Verulam, nacido el 22 de Enero de 1561, y la del Archiduque de Austria, nacido el 21 de Agosto de 1858.

Bacon de Verulam, especialmente hacia el final de su vida, fue vencido por el impulso que condujo a la concepción moderna de la ciencia natural. El ha sido llamado el padre del empirismo que se volvió tan importante para el método científico. Este es un empirismo que no toma en cuenta la presencia de ningún espíritu en la naturaleza. Considera a los  fenómenos naturales simplemente como el resultado de reacciones mayor o menormente mecánicas de las substancias materiales. Sin embargo, estas fuerzas que tienen su origen en la Caída, llevo a la Humanidad hasta el punto más bajo de su evolución, ya que la humanidad llego a percibir al mundo como material.

El archiduque de Austria quedo tan insatisfecho con la vida materialista y estrecha que le fuere obligada vivir como heredero de la corona austro-húngara, que se suicidó. Esto señala que el impulso marciano de la Caída, de no ser asumido, puede incluso destruir una vida humana.

Marte en Sagitario: Marte en Sagitario refleja una condición del cuerpo astral, que aporta a los seres humanos una experiencia referida al conflicto del mundo material con la chispa del espíritu en el. Cuando nace Goethe, el 28 de Agosto de 1749, Marte había ingresado en la constelación de Sagitario. Al momento de la concepción se hallaba en Virgo. De allí se movió a través de Libra y Escorpio, y en los últimos meses de su desarrollo embrionario realiza un lazo entre Escorpio y Sagitario.

Gracias a la naturaleza individual del cuerpo anímico de Goethe, el efecto de la Caída podría observarse perfectamente en esta personalidad, y él reconoció en sí mismo el conflicto causado por este evento. El habla acerca de las dos almas que habitan en él. La una apunta a arrastrarlo hacia abajo dentro de un reino en el cual los sentidos están basados en la percepción de un mundo puramente material, y a la otra le llamaba al retorno del mundo celeste en donde viven aquellos espíritus como elevados ancestros del propio ser de la Humanidad. También podemos experimentar que Goethe, en su dilema entre estas dos fuerzas en su cuerpo anímico, supera a las consecuencias de la Caída. El purificó la consciencia de sus percepciones sensoriales. Pudo ver trabajar al espíritu en la naturaleza y lo describió en sus escritos sobre la planta arquetípica. Percibió esto como al arquetipo suprasensible de toda vida vegetal existente, que aparece modificada en las peculiaridades de los tipos visibles del mundo vegetal.

Otra personalidad que posee casi los mismos gestos de Marte en su natividad tanto como en su desarrollo prenatal es el conde Leo Tolstoy, nacido el 9 de Septiembre de 1928. Si leemos sus biografías, sus diarios y sus libros, muchos de los cuales revelan el dilema de su vida, podemos detectar en él esa discordia originada con la Caída, causada por el desarrollo del cuerpo astral humano. Se sentía a si mismo continuamente devastado al hallarse en un  mundo material que lo apresaba a través de los sentidos, y en un mundo que era la manifestación de la evolución espiritual de la humanidad y del universo. Sufrió severamente a causa de esta discordia, si bien también él supera la Caída sobradamente.

Esto no se revela tanto en sus obras y escritos, pero si en el modo en que se presenta como ser humano frente a la vida anímica de la humanidad. El simple pronunciar de su nombre posee un cierto peso en la vida cultural actual, y esto no puede dejarse de lado fácilmente.

Marte en Capricornio: Marte en Capricornio refleja una condición que permite superar las consecuencias de la Caída. Ahora, el ser humano puede finalmente redimir la dualidad creada por la tentación a través de las fuerzas de la gran Caída cósmica.

Al nacer Richard Wagner el 22 de Mayo de 1813, Marte había ingresado en la constelación de Capricornio. Al momento de su concepción se hallaba en Leo. Es decir que durante la época prenatal se movió a través de Leo, Virgo, Libra, Escorpio y Sagitario hasta ingresar en Capricornio. Digamos que esto significa un largo viaje de estas fuerzas antes de alcanzar su objetivo final. Esto podemos constatarlo en  la vida de Richard Wagner. Había algo en la naturaleza de su alma a modo de herencia de esa inocencia cósmica, proveniente de los estadios precedentes de la humanidad, cuando aun no había descendido tan profundamente en el abismo que separa del mundo espiritual. Esto lo encontramos reflejado en la posición de Marte en Leo. Luego lo vemos ingresar en las constelaciones que reflejan la Caída. Esto está conectado con un largo periodo de dilema interior y dificultades. Como fuere, más tarde en la vida logra alcanzar el objetivo al cual apuntaba. Halló lo que él llamaba la “paz de los poderes de la ilusión”, y desde esa paz anímica pudo crear la música de su último gran drama, Parsifal. Marte en Capricornio boga por la pacificación de las fuerzas anímicas que atravesaron el profundo valle de la negación del espíritu  y la soledad del mundo material, resultantes del desarrollo del cuerpo anímico humano desde la rebelión en la Antigua Luna.

Marte en Acuario: con Marte en Acuario surge el problema que consiste en si el alma humana no solo se esfuerza por purificar las fuerzas de Marte, sino incluso redimir la dualidad que se ha establecido en el alma como resultado de la Caída. El esfuerzo en pos de la redención de la discordia en el alma humana se ve mayormente (desde un punto de vista superficial) conectado a catástrofes en la vida humana. Desde un punto de vista más espiritual, se muestra mayormente como un dilema entre la cabeza y las fuerzas cardiacas. En la cabeza, estas fuerzas astrales activas son aptas de conectar muy fuertemente a la humanidad con el mundo de la materia por medio de los sentidos; mientras que aquellas fuerzas que trabajan a través del corazón desean establecer la conexión entre los seres humanos y el universo por medio del poder del amor. La cabeza y los sentidos están abiertos a la tentación de Ahriman; el corazón ha de ser resguardado de la tentación de Lucifer.

Esto puede llevar incluso a la malformación física bajo determinadas circunstancias. El astrologo Alan Leo el caso de un niño que había nacido “sin desarrollo craneano posterior o cerebro, meramente con una máscara frontal”. Al nacer este niño, Marte estaba en Acuario. Obviamente que este no era el único factor en la natividad que indicaba la causa de esta malformación. Tenemos como ejemplo histórico la natividad de Mary, reina de los escoceses. Cuando ella nació, el 7 de Diciembre de 1542, Marte ingresaba justamente en Acuario. Al momento de su concepción se hallaba entre Libra y Escorpio, en donde comenzó a formar un lazo o movimiento retrogrado. Con lo cual tenemos un muy buen ejemplo de una personalidad que a través de su organismo astral, estaba involucrada en la Caída. La posición de Marte en Acuario al momento de nacer indica que esto era tan solo un lado de su naturaleza. Su historia biográfica prueba que ella estaba continuamente absorbida por el dilema entre la consciencia de su cabeza y la de su corazón. Solamente de este modo podemos comprender el caos por el que ella debía pasar en determinados momentos. El último acto que ocurrió en su vida, la decapitación, es como un símbolo materializado del gigantesco dilema en su vida.

Desde un punto de vista externo puede semejar que ella fracasó en la reconciliación entre las fuerzas del corazón y de la cabeza, pues su cabeza fue separada del corazón. Sin embargo, durante su prolongado cautiverio, ella consiguió establecer  consigo misma la paz entre las fuerzas opuestas en su alma. Finalmente resulta espiritualmente victoriosa en el campo de batalla de su propio ser, y los detalles de su muerte son tan solo una lúgubre caricatura refleja, pintada por los poderes de los celos que se oponen a la espiritualidad.

Marte en Piscis: Marte en Piscis puede conducir a la realización de la paz como resultado de la reconciliación que describí arriba, es decir, entre los poderes del Cielo y la Tierra. Se puede arribar a esta realización solamente luego del dilema de por vida del atravesar el profundo valle de la Caída. La consideración de los movimientos prenatales son aquí de una importancia excesiva.

Tenemos  conocimiento de un ejemplo ideal de Marte en Piscis. Al nacer Novalis, el 2 de Mayo de 1772, Marte se hallaba en esta constelación. Cercano al momento de su concepción, Marte ingresaba en Virgo. Esto indica que en su cuerpo astral estaba presente la manifestación de los siete aspectos del cuerpo anímico sobre los cuales hemos hablado arriba, y que hemos descrito desde el punto de vista de Marte atravesando las constelaciones de Virgo hasta Piscis. En Novalis se hizo manifiesta la inocencia cósmica solar de las fuerzas astrales, así como la gran “Caída y Elevación”. Toda esta grandiosidad de poder astral fue acumulada finalmente en la posición de Marte en Piscis. Se volvió un poder de curación de paz y reconciliación, permeando a todos aquellos que vivieron en la cercanía de este maravilloso ser. Tenemos muchas pruebas de este hecho. Sus fuerzas astrales fueron traídas a la armonía y despertadas a la realidad del mundo espiritual tras haber vivido las experiencias anímicas mas agonizantes, que le trajeron a la realidad de la Caída en las vestiduras de la muerte, al confrontarse con esta tras la pérdida de uno de sus más preciados amigos.

Marte en Aries: indica a un cuerpo anímico que, si se lo asocia con ciertos otros hechos, provee una base adecuada para la cognición del mundo espiritual. Marte en la constelación de Virgo hasta la de Piscis está conectado con el desarrollo cósmico que conduce a la Caída y su redención. Las constelaciones de Aries hasta la de Leo, están opuestas a las descritas arriba. Por lo tanto, ellas reflejan a aquellos poderes que se retiraron gradualmente hacia regiones espirituales más elevadas al producirse la Caída.

Tenemos un ejemplo en la natividad de Swedenborg. Al momento de su nacimiento, el 29 de Enero de 1688, Marte se hallaba en Aries. Sabemos que el desarrolló la capacidad de clarividencia en lo postrero de su vida. En este caso necesitamos agregar varios hechos en favor de comprender esta clarividencia de Swedenborg, pero no podemos hacerlo en este momento. Quizás  se nos de mas tarde la oportunidad de elaborar los detalles de esta natividad.

Marte en Tauro: cuando nació Rafael Santi, el 26 de Marzo (o el 6 de Abril) de 1483, Marte había ingresado en la constelación de Tauro. Al momento de su concepción, se hallaba en Acuario en donde realizo un lazo en los primeros estadios del desarrollo prenatal de Rafael.

Marte indica una condición del cuerpo de consciencia que desde el principio, porta el impulso de reconciliación entre las fuerzas astrales de la cabeza y del corazón y también de la formación  de una relación consciente entre Cielo y Tierra. Ciertamente, si miramos sus retratos o leemos su biografía, podemos dar por confirmado que en esta amigable personalidad no existía una sombra de discordia entre Cielo y Tierra más bien un amor cálido y radiante por todo lo existente en el universo.

Finalmente, en su caso Marte ingresó en Tauro, que esta opuesto a Escorpio. Cuando Marte esta en Escorpio, tenemos a una imagen de la Caída escrita en su cuerpo astral. Si bien esta oposición marca el inicio del declive del desarrollo universal hacia la materia, marca asimismo para la humanidad la apertura de la belleza del mundo sensorio. La belleza del mundo de los sentidos es un último remanente de la manifestación del espíritu en el. Ella irradia desde Tauro y puede penetrar hasta la constelación opuesta. Por consiguiente, si Marte en una natividad se encuentra en Tauro, se manifiesta a sí mismo en el cuerpo astral de un ser humano tal como el poder de reconocimiento del espíritu en el mundo físico como belleza. Puede continuar como una inclinación por la poesía, pero en el caso de Rafael se revela a si mismo gracias al bello mundo de los colores. Si nos paramos frente a sus pinturas, como por ejemplo a aquellos en la “Stanza della Signatura”, podemos experimentar la condición anímica que ha de haber inspirado a Rafael. Allí, el mundo de los objetos materiales se transforma en la revelación del espíritu a través del lenguaje del color.

Marte en Géminis: el famoso filosofo Schopenhauer nació cuando Marte se hallaba en la constelación de Géminis, el 22 de Febrero de 1788. Comenzo su curso en Piscis alrededor del momento de su concepción. Durante los últimos meses de su desarrollo prenatal, realizó un lazo en Géminis.

Géminis esta opuesto a Sagitario; en el aspecto de Marte en Sagitario nos encontramos con una condición astral que puede hacer parecer a la existencia humana como una discordia entre el mundo material y el espiritual. Con Marte en Géminis, puede decirse que esta lucha está decidida en favor del mundo espiritual.

La filosofía de Schopenhauer, que hasta  cierto grado se ve conectada a la condición individual de su cuerpo anímico, es una expresión de esta tendencia. La experiencia humana del mundo es, acorde al concepto mundial de Schopenhauer, el resultado de la propia condición anímica. Por lo tanto, si experimentamos dolor y preocupación, es gracias al hecho de que nosotros mismos hemos creado ese mundo por medio de nuestra conexión anímica con él. Por el bien de la salvación del dolor y la angustia, debemos retirar nuestra vida espiritual de ese mundo. En esta visión aparece una vaga conexión con un budismo malinterpretado, es una especie de espiritualismo que no desea purificar a la percepción sensoria para que la luz del espíritu pueda nuevamente brillar a través de los objetos del mundo físico, sino que añora escapar del mundo rígido e incomodo y dejarle sin redimir.

Este es el peligro de Marte en Géminis, pero por supuesto que el objetivo que demanda es la realización de ese dilema en nosotros como asunto de importancia para el destino de todo el mundo.

Marte en Cáncer: cuando el poeta de la Divina Comedia, Dante, nació (Mayo de 1265), Marte se encontraba en Cáncer. Durante el desarrollo prenatal inicia un lazo en Tauro. Consiguientemente, recordemos lo dicho sobre Marte en Tauro; en este caso, el poeta derrama la luz del espíritu por sobre los eventos del mundo material que han sido oscuros y trágicos en la vida personal del poeta. En el aspecto de Marte en Cáncer encontramos entonces indicada otra capacidad grabada en el cuerpo anímico de Dante. Aquí, en el poema de Dante, ensombrecido por Marte en Cáncer, encontramos  la manifestación de esa grandeza cósmica del proceso de pacificación y purificación. Las gigantescas escenas del Infierno y del Purgatorio son los trasfondos cósmicos de aquellas experiencias a través de las cuales cada ser humano ha de pasar tras la muerte.

Marte en Leo: Leo esta opuesto a Acuario. Marte en Acuario indica el esfuerzo por la unión entre las fuerzas astrales que laboran en el corazón y la cabeza. Cuando Marte está en Leo podemos experimentar este esfuerzo por la realización cósmica, el logro espiritual de esta unión. Esto emerge como entusiasmo en la cabeza o reino del pensar y en el corazón, o reino de la voluntad.

Un tipo semejante de entusiasmo substanciado lo podemos detectar en el poeta Schiller. Cuando nació, el 10 de Noviembre de 1759, Marte había ingresado en Leo luego de haber comenzado su viaje en Acuario hacia el momento de su concepción. El entusiasmo y el esfuerzo por la unión entre la cabeza y el corazón consumió literalmente su cuerpo.

Al nacer Napoleon I, el 15 de Agosto de 1769, Marte también se hallaba en Leo pero en conjunción con Neptuno. Comenzó en Aries con un lazo y en conjunción a Urano. El poder del cuerpo anímico, indicado en el gesto de Marte, podría haberse tornado un entusiasmo realizado, digamos, en pos del ideal de la Revolución Francesa. De todos modos, fue separado del mundo físico y en su lugar, se convirtió en una especie de dinamismo espiritualista mecánico, que mas bien destruyo la unión entre el mundo físico y el espiritual. Esta tragedia se manifiesta a sí misma en la conjunción de Marte con Neptuno y Urano, que impusieron un tono suprahumano, incluso inhumano por sobre las cualidades de Marte.

Los eventos en el cielo

El planeta Saturno en la constelación de Géminis. Ingreso en esta constelación a mitad del verano del año pasado estando en conjunción al Sol; es decir que se hallaba directamente detrás del Sol. Durante la época navideña, el 29 de Diciembre, estaba en oposición al Sol. El sol se movió luego hacia la parte opuesta del Zodiaco y estuvo en la constelación de Sagitario. Desde el 24 de Octubre hasta el 6 de Marzo, Saturno realizo un lazo. Luego retrocedió o se movió en la dirección contraria de la que se mueven los cuerpos celestes de nuestro sistema planetario. Como sea, durante este movimiento retrogrado no abandono la constelación de Géminis.

Debemos mirar por sobre un evento semejante como si mirásemos los movimientos de las manecillas del reloj. No es el reloj el que determina nuestra vida, pero ordenamos nuestra vida de acuerdo al tiempo que indica el reloj. Entonces no podemos hablar de ninguna determinación de los eventos terrestres por causa de la influencia de los cuerpos celestes; por ejemplo, es el caso de Saturno en Géminis, pero podemos leer en este evento la “hora” cósmica en la cual ha ingresado la Humanidad. Se nos es dejado a nosotros el cumplimentar las necesidades de esta hora.

Saturno está reflejado en las profundidades de la vida anímica de la humanidad. Anuncia la hora de los más profundos impulsos históricos que encarnan en los reinos desconocidos de la voluntad humana. La última vez que Saturno estuvo en Géminis, la humanidad se encontraba sobre la mitad de la 1ª Guerra Mundial, ya que duró desde 1914 a 1917. Ahora nos encontramos en una posición similar y da la impresión de que todos los problemas insolubles de aquellos años pasados resurgieran e irguiesen frente al Umbral. Muy a menudo pareciera que se han vuelto incluso más grandes.

La constelación de Géminis refleja la antigua era dualista de los seres humanos cuando estos se experimentan a sí mismos como seres individuales. Por un lado experimentan mayor o menormente la claridad de la chispa divina en sí mismos, que conecta al mundo individual con el espiritual o cósmico por el otro lado se ven ubicados en el mundo terreno que experimentan por medio de los sentidos y que los encarcela rígidamente en su verdadera naturaleza “humana”.

No pareciera existir reconciliación alguna entre los dos mundos que se encuentran en la individualidad humana. Ambos mundos están enemistados y ese odio crece diariamente. Esta es la posición en la que se encuentra la humanidad hoy. Saturno en Géminis anuncia la “hora” del YO; estos problemas han de solucionarse durante el lapso de esta hora o la Humanidad será superada por una catástrofe aun mayor que la anterior.

Esta es la gran cuestión que aparece reflejada en la posición de Saturno en Géminis: ¿cómo puede el alma humana guiarse a si misma entre el espíritu y el cuerpo?. Las revelaciones del espíritu son muy poderosas y la voluntad se torna más poderosa aun. En nuestra época, estas revelaciones pueden resultar extrañas y casi pasmosas. Aquellos que están en el centro de los eventos y aquellos que deben luchar  en los diferentes escenarios de la guerra, saben esto demasiado bien. Todavía existe el peligro de que el ser humano no sea capaz de tomar suficientemente en serio estas experiencias por mucho tiempo más, o que sus almas sean extralimitadas y sus vidas llevadas al desorden. El espíritu de la humanidad y del mundo peligra de ser transformado en un fantasma de disturbio para la experiencia anímica de la humanidad.

El mundo al que las almas están aferradas gracias al cuerpo se torna más y más duro y doloroso. El odiar cada cosa conectada al espíritu o con el alma pareciera serle innato. A causa de este frio odio, el planeta Tierra corre el peligro de volverse completamente inadecuado para las almas humanas y solamente apto para los fantasmas mecanizados de los seres humanos. El problema en las profundidades del alma humana que refleja Saturno es este: ¿Cómo puede superar la humanidad este peligro dual?. Es en nosotros mismos que debemos superar el poder que lleva al mundo al que pertenecen nuestros cuerpos físicos, a darnos la sensación de ser  rígido, frio y odioso. Si purificamos nuestros sentidos del egoísmo innato a ese antiguo mundo, podemos aprender a percibir al mundo físico como una revelación del espíritu. La ciencia espiritual nos brinda el poder de mirar en la naturaleza y ver la luz del espíritu compenetrándola. Cuando el espíritu se revela a sí mismo, necesitamos reconocer que existe una brecha verdadera por la cual podemos obtener un conocimiento definitivo acerca de los mundos superiores. Tomar en cuenta este conocimiento y poder comunicarlo a quienes les es necesario, es la tarea de aquellos que ya han seguido el camino que la ciencia espiritual ha revelado. Sólo este conocimiento puede capacitar a los seres humanos a superar los peligros que surgen de experiencias espirituales para las cuales el alma no está preparada y que actúan como fantasmas turbadores.

Esta es la situación presente de la humanidad tal como se refleja en la posición de Saturno en Géminis; muestra el esquema general de las fuerzas que trabajan en lo profundo de las almas humanas a modo de destino mundial. Otras influencias son reflejadas por la posición y movimientos de los demás planetas, pero hablaremos de esto en las cartas subsiguientes.

Astrosofía Parte 10

 


La naturaleza del mundo Planetario – : Júpiter/Marte 

Con la siguiente carta (XII) llega a su fin el 1er año de las Cartas Astronómicas Mensuales. A tanto se pueda juzgar en estos difíciles años, debería de ser posible darles continuación un año más. Como fuere, pretendemos modificar su contenido en ese segundo año. La introducción a la Astrosofía, si bien no ha sido terminada, ha alcanzado un punto en el cual podemos arriesgarnos a llevar el conocimiento que hemos adquirido a un paso más cercano de las realidades de la vida. Por consiguiente, trataremos ahora de aportar algunas ideas-guía sobre los sucesos actuales en el mundo estelar. Además de esto y de la introducción, daremos también inicio a una serie de descripciones de los eventos en el mundo durante la vida de Cristo en la Tierra. Luego seremos capaces de entrar en detalles acerca de algunas de las natividades históricas.

W.SUCHER
 

Continuaremos ahora con los ejemplos dados sobre natividades históricas en referencia a la naturaleza de Júpiter.

Conde Leo Tolstoy: al momento del nacimiento de Tolstoy, 9 de Septiembre de 1828, Júpiter se encontraba en Libra en donde había hecho un bucle durante el desarrollo prenatal. Estaba en una posición muy prominente. Marte se hallaba en conjunción con Júpiter en Libra hacia el momento de la concepción. Al momento de su muerte, Júpiter estaba a punto de ingresar en Libra, nuevamente en conjunción a Marte.

En esta posición tenemos la indicación de que el cuerpo etéreo poseía una fuerte tendencia a establecer paz y balance en el organismo, el cual de otra manera podría haber sido abrumado y sacudido por emociones agresivas y otras fuerzas anímicas. De hecho, toda la vida de Tolstoy es un ejemplo de esta tendencia. Todos sus trabajos y actividades y especialmente sus diarios hablan de su dramática lucha contra las fuerzas que son siempre adversas a la paz, a la manifestación de la justicia y la buena voluntad en la Tierra; este es el lenguaje de Libra expresado a través de Júpiter.

Maximilien Robespierre (nacido el 6 de Mayo de 1758): durante el desarrollo embrionario de Robespierre, Júpiter pasaba de Libra a Escorpio, donde se hallaba al momento de nacer, probablemente sobre el Medio Cielo.

Desde el principio, según esta posición, el aura etérea de Robespierre se ve dirigida mayormente por los impulsos provenientes de Libra. Fue esto lo que le llevo a la posición de liderazgo durante la Revolución Francesa. En él, los dioses trataron de dar vida a una actitud similar frente a los objetivos de la evolución humana a como lo harían más tarde con Tolstoy. Luego vemos a Júpiter ingresar en Escorpio. Esto se asemeja a una puesta a prueba de los impulsos primarios, ya que se hallan expuestos a una poderosa oleada de fuerzas anímicas -en ocultismo las denominamos fuerzas astrales- que provienen de la región de Escorpio. La pregunta que siempre surge es si la constitución y las fuerzas positivas del ser humano pueden resistir frente a esta tormenta. De lograrlo, entonces puede desarrollarse el más positivo de los poderes, una fuerza en pos del logro de hechos únicos para la Humanidad. Ya que el peligroso escorpión puede ser trasmutado en el águila avizora que, con el ojo del Espíritu Santo, puede mirar hacia estadios futuros del desarrollo universal. Siempre existe el peligro de que una personalidad tal quede reducida a pedazos a causa de tareas e impulsos que están más allá de sus capacidades vitales. Algo similar ocurrió con Robespierre. Su ser, que era bueno y noble en sus impulsos primarios, quedo destrozado por la tormenta de la Revolución Francesa. No pudo dominar a las fuerzas astrales que trabajaban en los trasfondos de los eventos en ese tiempo, y no pudo ligarlas a un cuerpo social que estaba basado en la libertad, igualdad y fraternidad.

Friedrich Schiller: nació el 10 de Noviembre de 1759, estando Júpiter en Sagitario. Estuvo en esta posición durante todo el periodo del desarrollo embrionario. Esto indica que su cuerpo etéreo estaba penetrado por impulsos arquetípicos que dotaban al portador con la facultad de  experimentar y percibir estadios pasados tanto de la evolución humana como cósmica. Este tipo de cuerpo etéreo puede volverse un órgano para la comprensión de los más profundos impulsos y leyes en la historia humana. Schiller tenía esta facultad, como se muestra en sus dramas y en su fuerte conexión con la historia. Fue por algún tiempo conferenciante de historia en la Universidad de Jena. Con estas fuerzas no solo se implanta una relación respecto de la historia humana en el cuerpo astral, sino que también pueden volverse un órgano para la comprensión de las fuerzas primaverales que han dejado rastros de sus actividades pasadas, en la configuración de los variados reinos de la Naturaleza y en  el Universo.

El historicismo de Schiller también está conectado con Saturno, pero sería demasiado difícil entrar ahora en detalles acerca de la relación entre Júpiter y Saturno en esta natividad. Quizás más adelante se dé la posibilidad.

Novalis (nacido el 2 de Mayo de 1772): durante su desarrollo embrionario, Júpiter paso desde Sagitario, a través de Capricornio hasta Acuario. Aquí tenemos un ejemplo que nos muestra que un organismo etéreo tal, es capaz de expandirse hacia todo el universo. En la constelación opuesta, la de Cáncer, encontramos la tendencia hacia la forma estricta. Aquí tenemos casi al opuesto, a la superación de la forma y a la tendencia de desligar a las fuerzas etéreas para que vuelen a través de los espacios universales. Podemos experimentar esto en los escritos de Novalis, especialmente en los Fragmentos. No hay allí una región de la vida, arte, ciencia o religión sobre la que no dé, con pocas palabras, las sugerencias mas inspiradoras y misteriosas, las cuales sólo entenderemos al imaginar que ellas derivan de una organización etérica que se ha entregado a las alturas y profundidades del universo entero. Más aun, sabemos que durante los últimos años de su vida, se fue literalmente esfumando dentro del reino de los muertos. Tenía una profunda conexión y una nostalgia consumidora para con aquellos amigos que habían atravesado el umbral de la muerte antes que él. Sus Himnos a la Noche revelan este estado, así como sus diarios de esa época. Esta era la fuente de sus observaciones intuitivas sobre todas las ramas de la vida y del conocimiento humano. Es un ejemplo excelente de la influencia de Júpiter en la constelación de Capricornio.

Johannes Kepler: Kepler ya ha sido mencionado en cartas anteriores. Durante su estadio prenatal (25 de Diciembre de 1571) así como al momento de su muerte (15 de Noviembre de 1630), Júpiter se hallaba en Acuario. Esto indica una condición del cuerpo etéreo que permitía a su portador el crear una fuerte conexión con el universo estelar. En el caso de Kepler es obvio ya que fue matemático y astrónomo de profesión. Este ejemplo revela que la conexión no es necesariamente una abstracción. Kepler estaba inspirado por la idea sobre la armonía  del universo estelar. El escuchaba las “armonía de las esferas”; incluso compuso partituras de la música producida por los planetas (Harmonices Mundi), según su percepción. Por lo tanto, semejante formación de la organización etérea no requiere tender a la astronomía como profesión. Puede revelarse a si misma simplemente como la capacidad de adaptar la vida terrena de modo tal que esté en armonía con los ritmos cósmicos, a veces incluso sin ser consciente de ello. Otro ejemplo es Goethe, cuyo Júpiter estuvo en Acuario durante casi todo su desarrollo prenatal. También Watterman, el famoso general de la Guerra de los 30 Años, intento acomodar sus actividades según el curso de las estrellas. Tenía a Júpiter en Acuario en su horóscopo prenatal.

Virgilio, el famoso poeta de la Eneida, poseía una fuerte conexión a través de Júpiter en la constelación de Piscis, ya que cuando murió (22 de Septiembre de 19 AC), Júpiter estaba allí. Una posición tal al momento de la muerte, no sólo muestra los dones primarios de un  ser humano que encarna, sino que muestra aun más. Durante la vida en la Tierra, todos los hechos de un ser humano se imprimen en su cuerpo etéreo. Tras la muerte, el cuerpo etéreo se disuelve en los espacios etéreos del universo. La posición de Júpiter indica entonces aquello que fluye desde el alma humana como logro fundamentalmente importante, que se acoge en las regiones cósmicas y por ende, es preservado para su desarrollo ulterior en el futuro.

En esta posición de Júpiter en Piscis, podemos encontrar expresados los logros humanos que fluyen hacia los reinos etéreos del universo como una comprensión de las fuerzas universales del Padre. En la Eneida, Virgilio describe las aventuras de Eneas, el padre mitológico de Roma. Y con una frase revela su profunda conexión con las fuerzas universales del Padre. Él llama a Júpiter ” Omnipotente Padre Etérico”. Así es como expresa lo que ha experimentado en las profundidades de su esforzada alma como Júpiter en Piscis, el cual aparece justamente en el cielo al momento de su muerte. El describió al planeta Júpiter como la fuente de los arquetipos de vida y a Piscis como el reino de las Fuerzas Universales del Padre.

MARTE
 
La órbita del planeta Marte encierra en ella a la de la Tierra. Marte es por lo tanto, el primero de los planetas superiores que se encuentra mas allá de la órbita terrestre, mientras que los planetas inferiores se hallan dentro de esta orbita. A través del aspecto del sistema copernicano del universo, estamos habituados a mirar a la Tierra como si girase alrededor del Sol. La Tierra como planeta ciertamente se mueve, pero ha de llegar el momento en que consideremos asimismo al movimiento del Sol y que de hecho ambos, Sol y Tierra, no se mueven en círculos sino en forma de lemniscata, dibujándose uno por detrás de la otra. No ha llegado aun el tiempo de que este punto de vista sea expuesto, y tampoco es este el lugar donde ha de ser llevado a detalle. En este punto, si imaginamos tan solo que Sol y Tierra se mueven a manera de lemniscata y que esta lemniscata se ve, por decirlo así, envuelta por el paso del planeta Marte, entonces tendremos el cuadro necesario para nuestra investigación en estas cartas. Aun más, la astronomía nos dice que el planeta Marte es más pequeño que el globo terrestre. Es natural que esperemos lo contrario, pero su diámetro es apenas solamente un poco menos de la mitad del de la Tierra. Durante el correr de este siglo y del pasado, hemos encontrado un gran número de pequeños cuerpos planetarios, tan pequeños que no es posible divisarlos a simple vista y que se mueven dentro de la órbita de Marte. Algunos de ellos van mas allá de esta orbita, alcanzando la de Júpiter. Con lo cual tenemos en Marte a un planeta que es más pequeño que la Tierra, así como un gran número de planetas minúsculos -los planetoides- que también orbitan allí. Desde un cierto punto de vista podemos considerar a Marte como a un cuerpo celeste que consta de un planeta principal y de una multitud de pequeños cuerpos que poseen el carácter de planetas, dentro de todo el sistema solar.

¿Cómo podemos aproximarnos a este planeta Marte y su esfera desde un punto de vista espiritual?. En la última carta hemos hablado de Saturno como el cuadro de la memoria cósmica del periodo evolutivo del Antiguo Saturno y de Júpiter como la herencia del Antiguo Sol. Esto sugiere un mirar a Marte como una especie de recapitulación de la Antigua Luna, la cual precede a la evolución terrestre -es decir, que precede a la evolución de nuestro sistema solar actual. En nuestras cartas no hemos descrito aun a la Antigua Luna en detalle; habremos de hacerlo ciertamente en algún momento futuro, pero de momento nos reduciremos a dar algunos pocos comentarios a guisa de guía. Por supuesto que se pueden encontrar detalles en la “Ciencia Oculta” de R. Steiner.

La evolución del Antiguo Sol había tocado final hacia un cierto punto de su evolución. Entonces, todas las substancias y seres físicos que habían sido creados, desaparecieron. Le sucedió una “Noche Cósmica” durante la cual todos los seres jerárquicos y sus creaciones ascendieron hasta planos más elevados de la pura existencia espiritual. Luego de que esta “Noche Cósmica” finalizase, un nuevo “planeta” devino a la existencia. Ante todo, cada cosa que ya ha existido requiere de ser creada nuevamente a partir del Antiguo Saturno y Antiguo Sol. Con lo que esas evoluciones pasadas se repitieron en ciclos de evolución más breves del recientemente nuevo “planeta”, el cual es denominado por el ocultismo como “Antigua Luna”. Allí se densifico aun más la substancia y en parte devino “agua”. Además de esto, todavía existían calor y “aire” o luz, como remanentes de los ciclos previos de los Antiguos Saturno y Sol.

Los siguientes hechos acerca de la Antigua Luna son esenciales para nuestras investigaciones: conjuntamente con la densificación que tuvo lugar en las substancias físicas y con la cual se dio realmente un paso en el avance en pos del alejamiento del origen divino, los ancestros de la raza humana se vieron ahora dotados con el poder de la consciencia. Debemos recordar que en la precedente evolución del Antiguo Sol, el ancestro de la humanidad se convirtió en el portador de un cuerpo etéreo o vital. Aun no había alcanzado la capacidad  de experimentar eventos a su alrededor ni de percibirse en relación a sí mismo como una entidad separada que pudiera sentir estos eventos como placenteros, desagradables o retrotraerlos para sí, etc. A tanto las plantas devienen a la existencia con el surgir del Sol en la primavera y el verano, y se marchitan con el declinar del calor y la luz veraniegas, de este modo en el Antiguo Sol, el ancestro de la Humanidad, se sumerge en sí mismo por completo en los eventos que lo rodean sin relacionarlos consigo como lo haría un ser que posee una existencia interior separada.

Esta capacidad fue implantada en el ancestro de la humanidad en un cierto momento de la evolución de la Antigua Luna gracias a la actividad de los Espíritus del Movimiento, quienes sacrificaron parte de su propio Ser. Conectado a la implantación del cuerpo de consciencia o “cuerpo astral”, tenemos allí a un evento que modificó el curso completo de la evolución. Ciertos seres espirituales produjeron una revolución en la Antigua Luna, contraria al curso normal del desarrollo. Puede que suene extraño que en el mundo de los Dioses tenga cabida una rebelión. Desde un cierto punto o nivel de la experiencia jerárquica, dará la impresión de ser un acto opositor contrario al curso normal; como fuere, desde un “plan” aun más elevado de la evolución cósmica, puede ser visto como una necesidad que los más altos Seres del Orden Jerárquico dieron inicio en favor de la ejecución necesaria de sus “planes” Divinos.

A tanto nuestros ancestros humanos fueron dotados con la facultad de experimentar los eventos de su medio ambiente y a estos como sus propias satisfacciones y penares, los poderes rebeldes ingresaron e hicieron uso de esta facultad para llevarlos a la tentación de creer que ese mundo interior, creado por las sensaciones del cuerpo astral, era una “realidad” en sí mismo, separado de la existencia del resto del Universo. Es así como se produce una escisión en todo el universo de la Antigua Luna.

 Allí tenemos por un lado a los seres espirituales con sus hechos objetivos, los cuales formaban parte de todo lo que existía, considerándolo como algo que les pertenecía a ellos mismos, y por el otro lado está ese mundo interior de experiencias al cual nuestros ancestros se vieron arrastrados gradualmente por aquellos poderosos pero rebeldes espíritus de aquel “origen”. Estos espíritus rebeldes comenzaron a convivir dentro de la humanidad como otra “realidad”, separada de aquella del mundo exterior.

Este desarrollo fue acompañado por una densificación de la substancia física. Podemos comprender que esto haya sido quizás uno de los pasos más decisivos del ser humano hacia su independencia y hacia la adquisición del poder del Yo, si bien se alejaba del origen espiritual -de los Dioses. Como ser humano de la Antigua Luna no podía realizar esto solo, porque aún no había alcanzado el estado de la autoconsciencia, poderosos pero rebeldes espíritus lo hicieron a través del ser humano.

Podemos comprender mejor este evento si modificamos la expresión “fue creada otra realidad en el mundo de las experiencias internas de la humanidad” por “esta realidad interior fue paulatinamente considerada como la única realidad del universo y la otra fue olvidada”. Esto sucedió desde el momento de aquel evento en la Antigua Luna, comprendiendo luego largas eras de la evolución, y como seres humanos de la “era histórica” hemos, de hecho, alcanzado el punto más bajo del descenso en la separación del origen divino. Este es el evento principal de la evolución del la Antigua Luna. Modifico muchas cosas; por ejemplo, la relación entre el mundo espiritual y el físico y el carácter del reino humano así como el de los reinos que se sucedieron por debajo de este. Un estudio sobre la “Ciencia Oculta un esquema” contribuiría inmensamente en pos de una comprensión de lo que ha sido indicado tan brevemente en esta descripción. Toda la evolución de la Antigua Luna es “recordada” en la esfera de Marte. El espacio que está incluido dentro de la órbita de Marte, es equivalente al espacio que ocupaba la Antigua Luna; además, la esfera de Marte que es el espacio que abarca la órbita del planeta, es el dominio de los Espíritus del Movimiento. Es justamente esta Jerarquía la que dota al ancestro de la raza humana del cuerpo astral, que en un principio no conllevaba la intención de desprenderse tanto de su origen pero que luego se convierte en el vehículo de la rebelión en la Antigua Luna. Por tanto, hemos llegado a las siguientes conclusiones:

Marte y su esfera son el cuadro de memoria de la Antigua Luna y la actividad de los Espíritus del Movimiento y está conectada con la otorgación del cuerpo astral del ser humano.
Al ser utilizadas esas fuerzas astrales a través de los espíritus rebeldes para sus fines en el mundo, ha de haber una “memoria” presente en nuestro Marte, acerca de este hecho y sus consecuencias. Esta es la creación de los impulsos del egoísmo y de la agresividad así como también de una auto-actividad en el cuerpo astral humano a través de Marte y de sus habitantes, antes de que ingresemos a la vida terrestre.
El impulso de crear un mundo interior e independiente, compuesto por sensaciones, sentimientos y emociones, que sin embargo es causado por los eventos externos y sus seres aun cuando se distingan de él, tiene un profundo significado. Ya que hemos dicho que esta “realidad” interior se torna en la “única realidad” para la consciencia del ser humano de nuestra época.
Por consiguiente, nuestra percepción actual del mundo al considerarlo substancialmente material, se debe a la actividad de Marte en el ser humano, especialmente sobre el cuerpo astral en el momento de la encarnación. Puede que suene fantasioso, pero no por ello menos verdadero, el hecho de que experimentemos al mundo como material gracias a la historia evolutiva del cuerpo astral humano. Nosotros mismos hemos creado el mundo de la materia dura y solida; nosotros mismos hemos creado el materialismo, ya que los espíritus rebeldes nos han enseñado, le han hablado a nuestro cuerpo astral a lo largo de largas eras de la evolución cósmica acerca de como nuestras propias sensaciones y las experiencias anímicas del universo en torno nuestro, son realidades en sí mismas y que componen la única realidad. Ellos enseñaron al ser humano a olvidar su origen divino, a confiar solamente en nuestras experiencias anímicas. Originalmente, el cuerpo astral o anímico pretendía volver conscientes las percepciones sensorias, de modo tal que los sentidos fuesen un claro y puro espejo del Universo. Los sentidos humanos son aun hoy día un claro espejo del universo en sí mismos, pero la consciencia -el cuerpo anímico- que vuelve a la percepción consciente, porta la heredad del egoísmo y de la auto preservación. Y el “gran egoísmo”, habitando el cuerpo astral como una inyección de veneno, culminó por desear el tener para sí mismo lo ofrecido por el amplio espectro de los sentidos.

Ni un rastro de cualquier acción exterior proveniente del mundo espiritual permaneció en él. Esto es lo que hemos logrado, en suma. En nuestra consciencia hemos creado realmente un mundo en el cual ya no se manifiesta el espíritu. Se nos hace consciente un mundo a través de nuestros sentidos, el cual es una imagen de nuestro propio, frío egoísmo. El impulso que fue inyectado en nuestro cuerpo astral, de escindirse de los Dioses y de ser independientes, nos lleva a interpretar las percepciones sensorias como si proviniesen de un mundo desertado por los Dioses; es tan solo un mecanismo, una imagen de nuestra propia capacidad de percibir la vida y el espíritu.

Esta capacidad de crear nuestro propio mundo a través de las fuerzas del cuerpo astral se ve expresada en la posición de Marte en la natividad del ser humano y en los gestos y movimientos de Marte durante el desarrollo embrionario prenatal. Esto lo presentaremos ilustrativamente con ejemplos.

La capacidad inherente al cuerpo astral de crear “el mundo de los sentidos” solo pudo ser llevada a cabo por medio de los impulsos de rebelión en contra de la Buena Voluntad del Universo. Si imaginamos que estos impulsos podrían no haber laborado o pudiesen haber sido vencidos, percibiríamos un mundo bien diferente a nuestro alrededor. Los impulsos rebeldes nos condujeron hacia un mundo en el cual solo nosotros estamos rodeados por un universo que en su frialdad y carencia de vida espiritual, nos deja libres. Como sea, tras haber logrado la autoconsciencia -el YO- los impulsos rebeldes han perdido su justificación cósmica. Ahora, y aun mas en el futuro, el cuerpo astral ha de transformarse en el vehículo para la creación de una consciencia que interprete a las percepciones como provenientes desde el mundo de “origen” -desde el mundo espiritual. La Ciencia Espiritual apunta a las percepciones del mundo espiritual que  trabajan y se manifiestan detrás de las cortinas de las experiencias sensorias. Por lo tanto, ha de aceptar el método científico contemporáneo, pero no puede aceptar las teorías de una época que sufre severamente gracias a ese gran “impulso de rebelión”.

Estando Marte en conexión con el cuerpo astral, seguramente estará conectado al gran “impulso rebelde” que hemos descrito, pero también hallamos en él una expresión de aquellas fuerzas del alma humana que apuntan a vencer las actividades negativas y destructivas del cuerpo astral o anímico. El cuerpo astral ha sido penetrado por el impulso del egoísmo y la agresividad. Ese impulso solo puede ser vencido por un poder que es su opuesto -el poder del amor y la compasión. Cuando en las cartas precedentes hemos hablado sobre Saturno en la constelación de Escorpio, mencionamos el hecho -revelado por R.Steiner-  que Buda, el maestro del amor y la compasión, en cierto momento se dirigió hacia Marte para superar el declive de este planeta. La decadencia de Marte fue causada por ese impulso de rebelión que creo egoísmo y agresividad. Así que podemos ver en Marte al guerrero -el originador de guerras- como fue experimentado en tiempos antiguos. Pero desde que Buda esta en Marte, hay allí otro impulso que apunta a donar amor y compasión directamente aquí abajo, en la percepción humana del mundo objetivo. Este es el impulso que intenta liberar al mundo del hechizo de la ilusión de la existencia de la materia. Esta ilusión se crea donde las percepciones sensorias se encuentran con la actividad del cuerpo astral y es allí donde debe ser vencida. El cuerpo astral ya ha sido creado antes del nacimiento; consiguientemente, el acto de redención puede ser de lo más efectivo tan solo en el “status nascendus” del cuerpo anímico. Esto tiene lugar en la esfera de Marte y allí es donde ahora está activo el Buda. La enseñanza de Buda bien puede ser vista como la enseñanza de la purificación de la percepción sensoria. Si imaginamos este impulso transferido a la esfera de Marte, donde está grabada  la “gran rebelión”, podemos comprender muy bien que en el tiempo venidero esto crecerá hasta ser un poder que vencerá al mundo de la Maya o ilusión y cambiara la naturaleza de Marte.

El alma humana también pasa a través de la esfera de Marte en la vida tras la muerte. Si tomamos las descripciones de Rudolf Steiner en su “Teosofía” acerca de la vida después de la muerte, hallaremos una confirmación de lo que ha sido dicho arriba. La esfera de Marte corresponde a la Primera Región del Mundo Espiritual descrito en la Teosofía. En esta Primera Región, el alma se encuentra con los arquetipos del mundo físico, de los objetos físicos. El Dr. Steiner dice: “en la primera región del mundo espiritual nos vemos rodeados por los arquetipos de las cosas terrestres. Durante la vida en la Tierra aprendemos a conocer tan solo a las sombras de esos arquetipos que comprendemos con nuestros pensamientos… nos movemos entre pensamientos, pero estos pensamientos son seres reales… nosotros estamos, digamos, en el taller del pensar en donde los objetos terrestres son formados y construidos”. Los seres humanos experimentan, en esta esfera, cómo pertenecemos a la realidad corpórea física a modo de unidad, cómo estamos entretejidos en la existencia de las cosas físicas. El Dr. Steiner habla acerca de uno de los pensamientos fundamentales de la antigua sabiduría Vedanta hindú: “el sabio adquiere, durante su vida terrenal, lo que otros experimentan tras la muerte, es decir la habilidad de comprender el pensamiento de que él mismo está relacionado con todas las cosas; el pensamiento “tu eres eso”. Es el hecho de que el ser humano está relacionado con el Ser Primordial en quien todos los seres tienen su origen”. Si los seres humanos portan consigo el poder del Ser Primordial, Todo-Creador, entonces debemos ser responsables de la aparición del mundo físico a través de nuestra naturaleza marciana, que nos ha ligado al mundo físico por medio de nuestras percepciones sensorias y nuestra consciencia de ellas. Aquí nos encontramos con el mismo hecho que hemos elaborado más arriba, solo que desde un ángulo diferente. Tras la muerte, el alma humana experimenta en la esfera de Marte a los arquetipos de los objetos físicos en el mundo.

Podemos experimentarlos en esta esfera porque antes de ingresar en ella hemos sido liberados y purificados en nuestra alma de las fuerzas de tal egoísmo y agresividad. Ahora somos capaces de experimentar la teoría de los objetos materiales como una ilusión. Nos volvemos seguidores de Buda, quien ha superado la decepción causada por los sentidos terrestres. Antes de nacer, en la esfera de Marte adquirimos la capacidad de percibir con nuestros sentidos corpóreos al mundo terrestre en el cual ingresamos, y seremos capaces bien de crear un mundo de ilusión -o materia- a través de nuestras percepciones sensorias, o bien un mundo que es la manifestación de los arquetipos, de los pensamientos de los Dioses.

Gracias a Marte estamos capacitados para hacer una o la otra cosa; esto nos es dado libremente. Siempre será un dilema para el alma individual hacia dónde dirigirse individualmente: el camino de la nueva creación o el del mundo declinante. Este dilema individual aparece en los movimientos de Marte previos al nacimiento. Expone las posibilidades que el ser humano ha traído consigo a la Tierra, pero no muestra la decisión, puesto que la decisión a de ser tomada dentro del reino de la libertad humana.

Retornando a los comienzos de esta descripción sobre la naturaleza de Marte, ahora podemos comprender mejor por qué consiste de un cuerpo principal, que astronómicamente llamamos Marte, así como de una multitud de esos “asteroides”.

La región de Marte es la región de la lucha cósmica donde un viejo y rígido mundo combate contra un joven, iluminado universo que está allí solo a manera de un germen de la evolución futura del mundo. Así que podemos imaginar que el planeta central fue destrozado en múltiples y pequeños planetas por causa de una lucha que tuvo lugar en el Universo. En la próxima carta elaboraremos las posiciones de Marte en los horóscopos de un número de personalidades históricas, que nos permitirá verificar mucho de lo que ha sido dicho hoy en esta carta sobre Marte.

Astrosofía Parte 9

 

La naturaleza del mundo Planetario – Júpiter

Con el fin de entender la actividad del planeta Júpiter, vamos a retomar de nuevo nuestras investigaciones sobre las indicaciones de Rudolf Steiner en sus libros “La Ciencia Oculta, un Esquema” y “Teosofía”.

Hemos llegado a la conclusión de que el planeta Saturno de nuestro sistema solar, es una especie de repetición o memoria de la evolución del Antiguo Saturno. La pregunta que surge ahora es si las esferas de los demás planetas llevan en sí, de manera similar, los recuerdos de los posteriores ciclos de la evolución del mundo. Por ejemplo, la esfera de Júpiter, es decir el espacio que está contenido en la órbita de este planeta, que sigue a Saturno, y podemos imaginar que se conecta con el segundo gran ciclo de la evolución, llamado en el lenguaje de la Ciencia Oculta, la evolución del Antiguo Sol.

En estas Cartas hasta el momento, no hemos entrado en detalle, sobre los ciclos evolutivos que siguieron a la evolución del Antiguo Saturno; Por lo tanto, ahora vamos a tratar de dar una breve caracterización de la evolución del Antiguo Sol, que se describe detalladamente en un “La Ciencia Oculta, un Esquema”. [Ver también al autor, en Isis Sophia II].

En el Antiguo Saturno fue creada la imagen física de la humanidad. Todavía no tenía vida o consciencia. Era como un autómata o un espejo que reflejaba las actividades de los seres superiores a su alrededor. Después de que se hubiera creado este primer ancestro de la humanidad y llevado a una cierta conclusión, el planeta se disolvió de nuevo en un estado de existencia puramente espiritual. Todos los seres jerárquicos se retiraron a las regiones del mundo espiritual. Sobrevino una especie de “noche cósmica” durante la cual nada de naturaleza física puede ser reconocido por la percepción clarividente. Después de que este intervalo de “reposo cósmico” llegara a su fin, comenzó un nuevo ciclo de evolución llamado Antiguo Sol.

En las primeras etapas, tuvo lugar una especie de repetición de la evolución del Antiguo Saturno hasta que la imagen física de la Humanidad se vigorizo en las Formas que ya existían en el Antiguo Saturno. Entonces, un nuevo impulso alteró el curso de la evolución. La forma física del ancestro de la raza humana, fue penetrada por las fuerzas de la vida. A través de esta afluencia, provocada por los Espíritus de la Sabiduría o Kyriótetes, todo cambió, incluida la sustancia del propio planeta.

Hasta ahora todo había consistido en calidez. Ahora, en el momento en que penetran las fuerzas de la vida, una parte de la calidez se condensa en “aire” o luz. (En los siguientes ciclos de esta evolución planetaria, otras Jerarquías, además de los Espíritus de la Sabiduría trabajan sobre el ancestro humano, que ahora consiste en un cuerpo físico y un cuerpo etérico o de vida). Debemos tener en cuenta que el impulso decisivo de éste ciclo lo tomaron los Espíritus de la Sabiduría o Kyriótetes, quienes entregando una parte de su propio Ser crearon el éter de vida en el cuerpo de la Humanidad.

Ahora volvamos a la descripción que el Dr. Steiner da en su “Teosofía” sobre las experiencias del alma humana en la vida después de la muerte. En la última Carta hablamos de la Tercera Región, la llamada Región del Espíritu en relación con la esfera de Saturno, donde el alma experimenta los arquetipos del mundo anímico.

En la Segunda Región que le precede, el alma experimenta los arquetipos de la vida. Rudolf Steiner dice de esta región [en la página 99] de Teosofía: “La siguiente región es aquella en la que la vida común del mundo Terrestre fluye como un Ser-pensamiento; como un elemento fluido, por así decirlo, en la Región del Espíritu. Mientras observamos el mundo durante la encarnación física, la vida parece estar confinada dentro de los seres como algo independiente. En la Región del Espíritu se libera de esa independencia y, como sangre viviente, fluye a través de toda la Región. Allí, es la unidad viviente que está presente en todo”.

De esta Región, Rudolf Steiner, en el ciclo de conferencias “La vida entre la muerte y el renacimiento” (Berlín 1912 a 1913), dice que es la esfera del planeta Júpiter. Así que tenemos dos puntos de vista: la esfera en la que el alma experimenta los arquetipos de la vida después de la muerte, que es la esfera de Júpiter, y el momento en que en la vida cósmica entró y penetró las formas físicas durante la evolución del Antiguo Sol. Más adelante el Dr. Steiner indica que la esfera de Júpiter de nuestro sistema solar es la morada de los Kyriótetes que dotaron a la existencia física con las fuerzas de la vida.

Ahora podemos ver claramente el planeta Júpiter y su esfera, como la fuente de las fuerzas de la vida de la Humanidad y del Universo. Este hecho volveremos a exponerlo en las páginas siguientes.

Actualmente estamos viviendo en una época que ha ganado un elaborado conocimiento del mundo físico material. Es el mundo del reino mineral, la sustancia sin vida que la ciencia moderna ha investigado a fondo. Pero el mundo de la vida sigue siendo un gran misterio. Podemos experimentar sus huellas y expresiones por doquier en la naturaleza, pero no sabemos de dónde viene. Todavía no podemos controlar las fuerzas que, en todos los organismos vivos, elevan la materia de sus reacciones puramente minerales a la actividad química. Esto no puede ser percibido con los sentidos físicos, ya que les están ocultos. Los métodos que utilizamos, hasta el momento, en la ciencia moderna no son suficientes para penetrar en el reino de estas fuerzas, sin embargo, la Ciencia Espiritual habla de ello como una realidad suprasensible que puede ser percibida por las capacidades clarividentes.

Incluso se habla del cuerpo etérico o de vida del organismo, como la entidad viva activa. Por lo tanto, ciertamente no podemos decir que esta aquí o está allí; sólo podemos preparar nuestro propio ser de acuerdo con las instrucciones de la Ciencia Espiritual, para que se convierta en un instrumento con el que podamos percibir las fuerzas de la vida. Sin embargo, podemos tratar de entender la actividad de estas fuerzas de la vida con nuestra capacidad de pensar. Este es el primer paso para la preparación del camino hacia el conocimiento superior.

La pregunta es: ¿qué es la vida? ¿Qué es el éter o cuerpo de la vida?. Rudolf Steiner lo llama el arquitecto del cuerpo físico, lo que amolda el cuerpo físico de acuerdo con un plan preconcebido. Ahora podemos preguntarnos: ¿por qué el cuerpo físico necesita la actividad de otro miembro superior que porta el plan de su forma?.  De acuerdo con lo que leemos acerca de la creación del cuerpo físico en el Antiguo Saturno, podemos tener la impresión de que este cuerpo es la imagen completa o el espejo de las actividades e intenciones de los Dioses. Así podemos imaginar que tiene en su propia existencia la impronta del plan de su forma. Puede parecer difícil de entender por qué otro “cuerpo” debería estar activo para crear esta forma. Todavía no podemos resolver este enigma, si no entendemos el sentido y el objetivo espiritual de toda la evolución de nuestro universo a través de las etapas ya descritas como Antiguo Saturno, Antiguo Sol, Antigua Luna, la Tierra, y así sucesivamente.

En el principio del Antiguo Saturno, los Dioses crearon la imagen física del Ser Humano. Esta imagen era una semejanza de su propio ser. Así, el significado más profundo de toda la creación se revela como la creación de un Ser en el universo que es una imagen de la Jerarquía, o de Dios. Pero los Dioses no querían crear sólo una especie de autómata o un espejo que sólo fuera capaz de reflejar los seres del mundo espiritual “mecánicamente”. Querían crear un ser que fuera capaz, en un momento determinado, de alcanzar la autoconciencia. Este ser también estaría capacitado para ascender desde el estado de criatura que refleja, el estado del creador, al estado de ser una imagen de los mundos espirituales que luego se combinaría con el estado de autoconciencia.

El universo espiritual, —que lo componen todos los Seres de las Jerarquías— completa y eleva entonces su propia existencia a través de la Humanidad, que no sólo es su imagen, sino que también es autoconsciente de ello. Por lo tanto la creación completa en sí, la auto-percepción; el coro de los seres en el mundo espiritual experimenta así su propia existencia y actividad.

El ser que fue creado como el antepasado de la humanidad de Saturno estaba destinado a convertirse en un vehículo hacia la auto-conciencia. Sin embargo, esta autoconsciencia, está en principio, en contradicción con la conciencia cósmica, con la conciencia de los Dioses.

Por lo tanto, este ser de Saturno, que llegó a la existencia, tuvo que iniciar un largo viaje hacia su “yo”. Esto significó una caída, una progresiva distanciación de los Dioses. Y esas medidas ya se indican en los ciclos menores del Antiguo Saturno; por ejemplo, la división en el planeta Saturno en muchos Seres de calor, que dio origen a los cuerpos físicos humanos actuales, fue un paso en el largo camino que conduce a la soledad del ser. Aquí tenemos que hacer una distinción muy clara entre el cuerpo físico que es la imagen de la existencia y la actividad de las Jerarquías.

Como imagen, nunca puede alejarse de los Dioses, porque es parte de su propio ser. Pero este cuerpo es invisible a los sentidos terrenales; él es, por así decirlo, la idea arquetípica más alta de la Humanidad, que habita en el reino de los Dioses. El cuerpo que se convirtió en el vehículo del camino hacia la autoconciencia o conciencia del Yo, es el cuerpo material que se compone de lo sólido, lo líquido, lo gaseoso y la sustancia de calor de la Tierra. Lleva la impronta del cuerpo físico, del Arquetipo de la Humanidad, pero se ha alejado de su origen, incluso del origen arquetípico —de los Dioses— con el fin de convertirse en un “yo”.

Esto fue necesario. Alejarse de los Dioses significa que nos volvemos más y más defectuosos, que nos hundimos paulatinamente en el cuerpo de la materia. Se requiere la experiencia de la enfermedad y la muerte, y este es el destino del cuerpo material de la Humanidad. No hubiéramos podido experimentar la enfermedad y la muerte, si en algún lugar no viviera dentro de nosotros la realidad de la salud y la vida eterna. A medida que la humanidad se va alejando de su origen Divino, la enfermedad y la muerte van superado una escala mucho más amplia de la que suele medirse en general.

Toda la miseria de la existencia terrenal, toda la imperfección y la incapacidad de dominar nuestra tarea terrenal es sólo una parte de la enfermedad que ha sobrepasado a la Humanidad en su camino de lo Divino a la individualidad. Si después de haber alcanzado la autoconsciencia-el “yo” podemos ganar de nuevo en el futuro la imagen divina de nuestra propia evolución y con ella la imagen del universo espiritual de las Jerarquías y el mundo físico, entonces podemos redimir nuestra gran enfermedad. Entonces los Dioses, que no conocen la enfermedad, vivirán en nosotros y a través de nosotros. Ellos nos darán su juventud y la vida eterna, y nosotros podremos darles la autoconsciencia de su propia existencia.

Hay un solo mediador entre lo que ha caído en el abismo de la imperfección y los arquetipos cósmicos. Este es el cuerpo etérico. Este cuerpo recibió y recibe continuamente, durante la vida en la Tierra, las imágenes divinas de la forma cósmica de la humanidad y las trabaja en el cuerpo terrenal. Así resiste a las fuerzas de la decadencia y a la enfermedad. Desde el mismo momento en que la vida entra en el embrión, este cuerpo acumula enormes recursos de la memoria cósmica. En el desarrollo del embrión, que se llama la ontogenia —el curso de la filogenia— se repite la historia del desarrollo de toda la raza humana.

El cuerpo etérico puede hacer esto, ya que abarca la historia de las etapas más antiguas del desarrollo del Ser Humano. Por lo tanto, desafía las fuerzas de Dios, negando que habiten en el ser humano, que tienden a llevarle aún más lejos de su origen espiritual. El cuerpo etérico no puede producir la forma humana haciendo caer el arquetipo espiritual a la vez. Sólo puede hacerlo paso a paso, una y otra vez, hasta llegar a superar las fuerzas de la enfermedad y de la muerte. Cada noche, el cuerpo etérico recibe de nuevo, las formas arquetípicas cósmicas y los impulsos que se impresionan una y otra vez en el cuerpo material. Nos aparece entonces como portador de la salud y las fuerzas refrescantes después del sueño. Así, el cuerpo etérico sólo puede cumplir su tarea de mediación en el tiempo; por lo tanto, también podemos llamarlo el cuerpo del tiempo, porque sólo en el tiempo puede lograr la redención de la materia caída y restaurar a la imagen arquetípica.

La paciencia y el poder de la memoria del cuerpo etérico, indican que existe en él un gigantesco mundo de Sabiduría Universal. Podemos entender esto si imaginamos que el cuerpo etérico fue creado por los Espíritus de la Sabiduría. Es la sabiduría que lleva en sí misma el pensamiento de los Dioses desde el comienzo del Universo, y los pensamientos sobre el objetivo final de este Universo. Como los pensamientos de los Dioses viven en las fuerzas etéreas como una especie de reflexión, también podemos imaginar que están vivos en el pensamiento humano. Lo que vive en el ser humano como el impulso, la capacidad de pensar, es sólo el otro aspecto del cuerpo etérico además de su-reedificación y actividad de regeneración.

Durante el gran ciclo de la evolución de la Tierra, el cuerpo etéreo se dedica principalmente a salvaguardar el cuerpo del declive y de un alejamiento demasiado fuerte de su origen cósmico. Pero el desarrollo del pensamiento, que no es tan antiguo en la Humanidad, indica que el cuerpo etérico —o ahora podemos decir, las fuerzas derivadas de la esfera de Júpiter— no sólo preserva el pasado, sino que también pertenece al futuro del Universo.

En la actualidad el cuerpo etéreo está completamente incorporado o sumergido en el cuerpo material. En la antigüedad esto era diferente, ya que el cuerpo etérico estaba en parte fuera del cuerpo físico, y a través de él, el ser humano era capaz de percibir las elevadas regiones espirituales del Universo. Sin embargo, sólo podía hacerlo de una manera onírica porque aún no había alcanzado plenamente la autoconciencia. De nuevo llegará un momento en que las fuerzas etéricas serán liberadas del cuerpo material y ya no solamente se dedicarán a construir sino que desarrollarán su brillante resplandor a la luz de la memoria cósmica y la previsión.

Entonces será penetrado por la propia consciencia, por las fuerzas del “yo”, y después se revelará no sólo la capacidad reflexiva, sino una facultad creativa capaz de construir un nuevo Universo de acuerdo con las grandes Imaginaciones de los Dioses. Esta es la verdadera Imagen Espiritual de la Humanidad. En el lenguaje del Apocalipsis de San Juan, esto se llama la Nueva Jerusalén.

Ahora podemos entender cuando Rudolf Steiner dice en “La Ciencia Oculta” que el presente Júpiter es la morada de los seres que están demasiado avanzados para tomar parte en la evolución de la Tierra como planeta, y que serán capaces de desplegar su actividad en el futuro gran ciclo de evolución, que la Ciencia Oculta llama “Nuevo Júpiter”. Estos seres solo “tocan” o “flotan por encima” la existencia de la Tierra en la actualidad haciendo que las fuerzas etéricas trabajen como fuerzas sanadoras y refrescantes durante toda la vida, evitando que el organismo caiga en la descomposición natural.

Ahora vamos a tratar de reconocer la actividad de Júpiter en una serie de natividades históricas, y mostrar que aparece como una indicación de la naturaleza arquetípica de las fuerzas etéricas de estas personalidades, como su aura etérea, por así decirlo. También veremos cómo aparece Júpiter en todo aquello que no es sólo una cuestión de destino personal en la vida humana, sino que está conectado con el esfuerzo y el progreso de la Humanidad en su conjunto; lo que es útil y valioso para la vida espiritual de la humanidad, aunque la personalidad que ha creado este tipo de obras de sanación espiritual haya cruzado ya el umbral de la muerte.

Júpiter siempre se revela como la esfera de la cual el Dr. Steiner dice, en relación con la vida después de la muerte, en su libro Teosofía, “… allí es una unidad viviente que está presente en todo. Por esto también, sólo aparece como un reflejo del ser humano durante la vida terrenal. Esta reflexión se expresa en todas las formas de reverencia que el ser humano dona a la Totalidad, a la Unidad y la Armonía del Universo. La vida religiosa de la humanidad se deriva de esta reflexión. Los seres humanos se hacen conscientes de hasta qué punto el sentido que abarca toda la existencia no subyace en lo que es transitorio y está separado. Consideran lo no transitorio como una “semejanza”, una imagen de una unidad eterna y armoniosa. Admiran esta unidad con reverencia y adoración. Ofrecen ante si los ritos religiosos y ceremonias… Los frutos de la vida religiosa y todo lo conectado con ella hacen su aparición en esta Región… Ahí se desarrolla la capacidad de conocerse a sí mismo como miembro de la totalidad”.

Tomás Moro (nacido el 07 de febrero 1478): En la natividad de Tomás Moro, Júpiter acababa de ingresar en la constelación de Aries. Durante todo el período de su desarrollo embrionario hizo un bucle en esa parte del zodiaco donde la imagen de Piscis se da la mano con Aries. En conjunto es una posición muy prominente.

Esta posición de Júpiter indica las condiciones principales del organismo etérico de Tomás Moro. Júpiter agrupa, en este momento, los impulsos de Aries detrás de los cuales está la actividad de los Espíritus de la Sabiduría. Por lo tanto la sabiduría cósmica y las fuerzas de la vida creativa de Júpiter están aún más exaltadas en la esfera que abarca todo el pensamiento cósmico. Podemos experimentar esto en la actitud ante la vida de Moro así como su lucha por el conocimiento. Con una vitalidad tal como se indica en este Júpiter, no podía hacer otra cosa que dedicarse y ordenar su vida de acuerdo a la Sabiduría Universal.

Por lo tanto, no es sorprendente que se convirtiera en un discípulo del “humanismo” cuando tenía sólo diecinueve años de edad y Erasmo de Rotterdam llegó a Inglaterra. Más tarde en su vida, vemos cómo decidió todas sus acciones desde el punto de vista de esta Sabiduría Universal. Él no era un fanático, de hecho fue todo lo contrario, ya que desarrolló una actitud de absoluta calma y dominio de sí mismo acerca de lo que sucedía a su alrededor. Él era firme e inquebrantable en sus conceptos y convicciones, como un Aries, con sus poderosos cuernos. Incluso la amenaza de muerte no lo pudo cambiar. El podía morir por sus ideas sin ser un fanático o temerario. La actitud ante la vida de Tomas Moro es la descripción ideal de Júpiter en Aries.

Dante (nacido en Mayo de 1265): cuando Dante nació, Júpiter se hallaba en Tauro en conjunción con Saturno. Si bien se encuentra en una posición prominente, el peso de un destino turbulento (Saturno) ejerce presión sobre él. Tauro es una expresión de los  seres y actividades de los Espíritus del Movimiento. Podemos leer en esta indicación que las tendencias primarias de la vida de Dante estaban fuertemente dirigidas hacia la Palabra, la Palabra creativa de los Dioses, así como la palabra humana que tiene su origen en esta constelación o en el reino espiritual que se encuentra detrás de ella.

No se requieren mayores explicaciones para mostrar cómo estaba presente en Dante esta Palabra Universal a modo de poder vital. Cómo el poeta de la Divina Comedia, sabía realmente el “nombre eterno de todas las cosas y seres” – estaban escritas en su cuerpo etéreo. El trágico destino de Dante, en conexión con la constelación política de su época, esta expresado por Saturno en Tauro. Aquí, la Palabra creadora desciende hasta la esfera de la voluntad y forja con golpes poderosos la multiplicidad de formas de la condición terrena que -desde un punto de vista supraindividual- les son necesarias a toda la Humanidad.

Gotthold Lessing (nacido el 22 de Enero de 1729): Júpiter se hallaba entre las constelaciones de Tauro y Géminis al nacer Lessing. Durante la mayor parte del tiempo de su desarrollo embrionario, realiza un lazo en las estrellas sobre el comienzo de Géminis. Géminis es la expresión cósmica de las fuerzas de individualización en el universo.


En su trasfondo espiritual, encontramos a los Espíritus de la Forma que prepararon la forma humana hasta hacerla capaz de convertirse en un recipiente para el “yo”. El Júpiter de Lessing fue penetrado por estos impulsos, y de nuevo podemos encontrar esto manifestado en la actitud ante la vida de esta personalidad. Podemos decir que él fue el primer periodista, pero le faltaba un conocimiento amplio e integral de la vida espiritual y cultural de su época. Su impulso vital más fuerte fue su lucha por la libertad individual. Fue una de las pocas personalidades modernas que, a través del pensamiento lógico y un verdadero impulso para la educación, llegó a la idea de la reencarnación. En su último drama, “Nathan el Sabio”, expresó su convicción en la unificación de todas las religiones, confesiones y razas en un solo Cristianismo Universal. En su cuerpo etéreo, heredó del mundo de los arquetipos de la vida, el don de reconocer el núcleo eterno de la humanidad, a pesar de las apariencias engañosas de la existencia terrena.

Richard Wagner (nacido el 22 de mayo 1813): cuando Wagner nació Júpiter estaba en Cáncer, pero en oposición a Marte, que entonces estaba en Capricornio. Júpiter en Cáncer indica una fuerte tendencia formativa. Este caso es muy interesante porque la oposición de Marte crea una contradicción en esta personalidad. Las fuerzas anímicas, indicadas por Marte, no estaban completamente formadas, al menos no durante su vida temprana; eran fuerzas casi explosivas y sanguíneas. Pero las fuerzas arquetípicas de su cuerpo  etéreo apuntaban a la forma estricta, algo que logró en sus obras musicales. Sin embargo, tuvo que luchar casi una vida entera hasta que venció a las fuerzas anímicas, que eran demasiado fuertes, al vivir en esferas cósmicas, y no se transformaron fácilmente en formas terrestres. Júpiter en Cáncer también indica una conexión especial con la esfera de los Arcángeles, los Espíritus del Pueblo.

Esto también se expresa en los poemas musicales de Richard Wagner, que ocupan el hilo de las grandes imaginaciones de la mitología nórdica. De hecho, el trabajo de su vida fue formar el drama del nacimiento de la individualidad desde la matriz del Espíritu del Pueblo.

Rudolf Steiner (nacido el 27 de febrero 1861): Durante la primera mitad del desarrollo embrionario de Rudolf Steiner, Júpiter estaba en Cáncer; más tarde  hizo un lazo en Leo y  quedó en Leo al momento de su nacimiento. Aquí nos encontramos de nuevo a Júpiter en Cáncer. Ya hemos dicho que esto indica un fuerte poder formativo del cuerpo etéreo. Podemos encontrar fácilmente esta tendencia en la vida del Dr. Steiner. Es en la primera mitad de su vida que fue dirigido por su particular destino al desarrollo de una fuerte disciplina de su capacidad de pensamiento, como la única manera de ser capaz de llevar a la Humanidad un nuevo y moderno método para el conocimiento de los mundos superiores. Esto se refleja en su obra fundamental La Filosofía de la Libertad. [Re-titulado El Pensamiento Intuitivo como  camino espiritual.]

Más adelante en su vida, este pensamiento disciplinado se convirtió en el portador de un mensaje gigantesco y global de los mundos superiores que brindo a la Humanidad moderna como Antroposofía. En ella emergió un fiel reflejo humano  -una realización microcósmica del alma más intima del macrocosmos. Esto se indica por Júpiter en Leo, y en la vida terrenal del Dr. Steiner tenemos una representación ideal de tales fuerzas arquetípicas etéricas, ya que este contenido divino fluyó en el recipiente de un pensamiento disciplinado.

Rafael Sanzio (nacido el 26 de marzo 1483): En la vida prenatal de Rafael, Júpiter se movió a través de las últimas estrellas de Leo, pero pronto entró en Virgo donde estaba en el momento de su nacimiento. Con respecto a Júpiter en Leo tenemos que dar una descripción similar a la dada para el caso de Rudolf Steiner. Rafael fue también uno de los pocos que habían escuchado los latidos del corazón del Universo. Esto fue impreso en su cuerpo etéreo como una gran capacidad de amar.

El carácter de sus fuerzas  etéreas se transformó en el estado de ánimo de Virgo después de su infancia. Este cambio encontró la expresión más pura posible en la vida de Rafael, en el mundo de sus  múltiples e incontables cuadros de la “Madonna con el Niño”. La constelación de Virgo fue capaz de encontrar, a través de él, una manifestación terrenal tan fuerte, porque como pintor vivió sobre todo en la esfera de la conciencia pictórica e imaginativa que se relaciona con el mundo de los arquetipos de la vida, cuya fuente es Júpiter.

Los cuadros de Rafael sobre la Madonna no son sólo representaciones del nacimiento del niño Jesús; tienen un significado mucho más profundo. Revelan la experiencia del nacimiento del Hijo de Dios, el Señor de la Vida Eterna en el mundo del alma, incluso en el mundo de la creación. Este es el verdadero significado de la constelación de Virgo.