sábado, 9 de abril de 2016

Causalidad (filosofía)

La causalidad es la eventualidad que expresa la efectividad como consecuencia de la potencialidad para un acto.

Condiciones

Para que un suceso A sea la causa de un suceso B se tienen que cumplir tres condiciones:

Que A preceda a B.
Que siempre que suceda A suceda B.
Que A y B estén próximos en el espacio y en el tiempo, relativamente.

El observador, tras varias observaciones, llega a generalizar que puesto que hasta ahora siempre que ocurrió A se ha dado B, en el futuro ocurrirá lo mismo. Así se establece una ley.

La idea de causa ha suscitado un buen número de debates filosóficos desde los primeros intentos filosóficos. Aristóteles concluye el libro de los Segundos analíticos con el modo en que la mente humana llega a conocer las verdades básicas o premisas primarias o primeros principios que no son innatas, ya que es posible desconocerlas durante gran parte de nuestra vida. Tampoco pueden deducirse a partir de ningún conocimiento anterior, o no serían primeros principios. Afirma que los primeros principios se derivan por inducción, de la percepción sensorial, que implanta los verdaderos universales en la mente humana. De esta idea proviene la máxima escolástica «nada hay en el intelecto que no haya estado antes en los sentidos» (Nihil est in intellectu, quod prius non fuerit in sensu). Al mantener que «conocer la naturaleza de una cosa es conocer por qué es», Aristóteles postuló cuatro tipos mayores de causa como los términos medios más buscados de demostración: «la forma definible; un antecedente que necesita un consecuente; la causa eficiente; la causa final». En Kant, de quien su desacuerdo con el pensamiento de Hume se cita como una motivación para escribir una teoría filosófica, la causalidad es una de las categorías a priori del entendimiento, y entonces no proviene de la costumbre (como decía Hume) sino que tiene un carácter necesario y universal. Esto permite que la ciencia se apoye sobre el principio de causalidad sin dejar de ser necesaria y universal.

Historia

La noción de causalidad ha suscitado debate desde los inicios de la filosofía. Aristóteles concluye el libro de los Segundos analíticos con el modo en que la mente humana llega a conocer las verdades básicas o premisas primarias o primeros principios, que no son innatos, ya que es posible desconocerlos durante gran parte de nuestra vida. Tampoco se pueden deducir a partir de ningún conocimiento anterior, o no serían primeros principios. Afirma que los primeros principios se derivan por inducción, de la percepción sensorial, que implanta los verdaderos universales en la mente humana. De esta idea proviene la máxima escolástica «nada hay en el intelecto que no haya estado antes en los sentidos» (Nihil est in intellectu, quod prius non fuerit in sensu). Al mantener que «conocer la naturaleza de una cosa es conocer, ¿por qué es?» y que «poseemos conocimiento científico de una cosa sólo cuando conocemos su causa». Aristóteles distinguió cuatro tipos de causas:

Causa material
Causa formal
Causa eficiente
Causa final

La noción de causalidad sufrió una dura crítica por parte de David Hume.

Principio de causalidad

El principio de causalidad es un principio clásico de la filosofía y la ciencia, que afirma que todo evento tiene una causa.

Las cosas no ocurren de manera aislada, sino que unas están ligadas a otras en un proceso de interacción. Unas cosas suceden a otras, y con frecuencia en el mismo orden. A los primeros sucesos en una relación los llamamos causas, y a los segundos efectos.

No se debe confundir al principio de causalidad con el Principio de razón suficiente.

El principio de causalidad es un principio fundamental de la investigación científica, suponiendo que la mejor forma de entender y explicar es conocer las causas, porque por un lado podemos prevenir y por otro controlar los efectos, en definitiva dominar los sucesos naturales.

La causalidad en la ciencia

La noción de causalidad es parte integral de muchas ciencias:

En física, en la mecánica newtoniana se admite además que la causa precede siempre al efecto.
En estadística donde es analizada por la estadística inferencial.
En ciencias sociales suele aparecer ligada a un análisis estadístico de variables observadas.
En ciencias naturales diferentes de la física y en procesos en los que no podemos reducir la concurrencia de eventos a un mecanismo físico simple, la idea de causa aparece en procesos complejos entre los que hemos observado una relación causal. Así tras las ecuaciones empíricas se supone hay un proceso físico causal que lleva a una conexión necesaria entre ciertos eventos.