sábado, 11 de janeiro de 2025

Clarividencia


La clarividencia es la capacidad de obtener información sobre un objeto, una persona, un lugar o un acontecimiento físico mediante la percepción extrasensorial.​ Cualquier persona que afirme tener esta capacidad se considera clarividente.

Las afirmaciones sobre la existencia de habilidades paranormales y psíquicas, como la clarividencia, no han sido respaldadas por pruebas científicas. La parapsicología explora esta posibilidad, pero la comunidad científica no acepta la existencia de lo paranormal basándose en su ausencia de evidencia.6​ La comunidad científica considera ampliamente que la parapsicología, incluido el estudio de la clarividencia, es una pseudociencia.

Los intentos de comunicarse con los muertos o espíritus, se han documentado desde la historia temprana, habitualmente a través de mitos religiosos o paganos. Esta hipotética capacidad se ha relacionado, en muchos casos, con la clarividencia. La historia de la Bruja de Endor habla de alguien que levantó el espíritu del profeta fallecido Samuel para permitir que el rey hebreo Saúl cuestione a su antiguo mentor sobre una próxima batalla, como se relata en los Libros de Samuel.

El concepto de médium se hizo bastante popular en los Estados Unidos del siglo XIX y en Reino Unido después del surgimiento del espiritismo como movimiento religioso. Se dice que el espiritismo moderno data de prácticas y conferencias de las hermanas Fox en el estado Nueva York en 1848. Los médiums en trance Pascual Beverly Randolph y Emma Hardinge Britten estaban entre los conferencistas y autores más célebres sobre el tema a mediados del siglo XIX.

Allan Kardec acuñó el término Espiritismo alrededor de 1860. Kardec afirmó que las conversaciones con espíritus por médiums seleccionados fueron la base de su "El libro de los espíritus" y más tarde, su colección de cinco libros, "Codificación de los espíritus.


Clarividente

Uno de los significados más populares de clarividente lo describe como aquella persona que ha desarrollado la videncia, clarividencia o adivinación de hechos pasados o futuros. Sin embargo, un clarividente es una persona con la capacidad de poseer una percepción que va más allá del potencial común. El clarividente obtiene información usando métodos de percepción extrasensorial.

Otro nombre habitual con el que se relaciona a un clarividente es el de vidente. Las personas que desarrollan las capacidades de clarividencia pueden utilizar, aunque no siempre como requisito indispensable, herramientas complementarias como cartas de tarot, oráculos, bolas de cristal o variados artefactos que, supuestamente, actuarían como canales que les permitirían expresar su capacidad innata.

Es importante señalar que los conceptos de clarividente y vidente suelen presentarse, en algunos casos, como distintos. A veces, señalando que uno de ellos tiene capacidades superiores al otro. Sin embargo, estas discusiones no tienen base racional ni empírica, considerando que ambos conceptos refieren de manera general y popular a personas que pueden ver más allá de lo aparente. También a personas que pueden prever situaciones de futuro y que también pueden intuir aspectos del pasado de una persona, sin necesidad de conocerla previamente.

Otra definición muy unida al concepto de clarividente es la de oráculo, aunque este concepto tiene una connotación histórica más clara, relacionada con los conceptos de adivinación y profecía en la antigua Grecia. En este caso, la función del oráculo es la de transmitir el mensaje de los dioses a personas que requieren de dicha información. El mensaje recibido podía o no tener características predictivas. En la mayoría de los casos, los mensajes del oráculo eran inconexos y necesitaban ser interpretados para su correcta aplicación.

Desde esta perspectiva, la función de la Pitonisa, canal humano del oráculo, representaría el vestigio más antiguo de lo que hoy se define de manera popular vidente o clarividente. Cabe recordar, además, que estos conceptos suelen estar muy conectados con la parapsicología, que desarrolla la idea de la percepción extrasensorial como explicación al tipo de fenómenos referidos con cualidades de la mente que aún se encuentran en proceso de investigación.


Problemas Físicos

Existen numerosos argumentos físicos que sugieren que la clarividencia es muy poco plausible:

Medio de transmisión, de acuerdo con el principio de causalidad, para que un evento sea observado se requiere que algún tipo de entidad material sea transmitida desde la fuente al observador. La clarividencia requeriría que algún tipo de partícula material o señal fuese propagada desde el futuro hacia el presente. Ese tipo de partículas tendrían una componente temporal de su vector cuadrimomento negativa, y de acuerdo con el teorema CPT de ser partículas másicas serían de tipo antipartículas que sufrirían aniquilación con partículas del mismo tipo, impidiéndose su propagación al pasado. Naturalmente el argumento no se aplica a partículas sin masa como fotones moviéndose hacia el pasado.

Medio de percepción, aun asumiendo que algún tipo de partícula o entidad material se propagase en el espacio-tiempo hacia el pasado, queda el problema de como detectar dicha partícula y de como reconstruir esas señales de manera coherente. La vista y el olfato han evolucionado para detectar partículas materiales y traducirlas a señales nerviosas mediante órganos sensoriales complejos. Ninguna estructura cerebral o de otro tipo parece que pudiera detectar partículas o señales que se mueven hacia atrás en el tiempo. Tampoco existe ninguna estructura cerebral que se parezca lo más mínimo a un órgano sensorial complejo capaz de convertir señales de ese tipo en corrientes nerviosas interpretables por el cerebro.


terça-feira, 31 de dezembro de 2024

Alquimia III


Alquimia (do árabe الخيمياء al -khimia) é uma disciplina relacionada ao ocultismo que relaciona uma filosofia e uma práxis que visa alcançar a sabedoria última, a imortalidade ou o domínio do mundo material, segundo cada autor. As operações físicas praticadas pelos alquimistas têm sido entendidas como a base da química inorgânica, embora isso só seja verdade para certos procedimentos, seus equipamentos rudimentares de laboratório e seu uso de substâncias inorgânicas. Os fundamentos da alquimia remontam ao Império Persa. A prática, em diversas variantes, foi identificada na Mesopotâmia, Antigo Egito, Pérsia, Irã, Índia, Japão, Coreia e China, e no Ocidente na Grécia e Roma. No Renascimento , a Europa recuperou os conhecimentos alquímicos “perdidos” na Idade Média graças ao trabalho de estudiosos árabes, despertando grande interesse que sobreviveu no continente até a chegada do  século XX. A alquimia é, portanto, um dos sistemas de conhecimento mais universais e duráveis que a humanidade aprendeu.

A alquimia era considerada uma arte espagírica, em homenagem às palavras gregas usadas para expressar “separação” e “reunião”. O primeiro ditame da alquimia (transmitido em latim, como todo conhecimento científico medieval) foi efetivamente resolver et coagula, em espanhol “dissolver e coagular”. A imagem típica dos alquimistas os retrata em laboratórios sombrios, esforçando-se furiosamente para converter minerais comuns em preciosos, como o ouro (crisopoeia) ou a prata. Também lhes é frequentemente atribuída uma convicção ingênua em produzir artesanalmente remédios milagrosos para todos os males (panacéia), o elixir da juventude eterna, ou o solvente universal (álcalis). Esta imagem pitoresca baseia-se nos numerosos documentos preservados desde a Idade Média, e que estudiosos árabes ou europeus escreveram para divulgar, esclarecer ou defender a sua ocupação. Nestes tratados é comumente explicitado o objetivo de seus esforços: a conquista da chamada pedra filosofal , cuja geração concederia ao seu criador um conhecimento supremo que chegava até a alteração da matéria. No entanto, esta visão se deve a um erro de interpretação. Embora seja verdade que existiam variantes da alquimia de natureza mágica, os autores dos textos preservados referiam-se à sua doutrina em linguagem metafórica. Esta perspectiva é reforçada por inúmeras declarações feitas pelos próprios alquimistas ao longo da sua história. Assim, um estudioso grego, Zósimo de Panópolis, interpretou este ramo do conhecimento como um "caminho" metafísico, e ao longo da Idade Média estaria associado à arte. As substâncias orgânicas e inorgânicas utilizadas, os processos físicos descritos e os resultados de seus exercícios passaram a significar entidades espirituais, impulsos da alma e, em última análise, um rigoroso manual de autodisciplina. Assim, a transmutação dos metais em ouro veio explicar a passagem de uma natureza desordenada e corrompida para a iluminação e o equilíbrio; Esta mudança teria que ocorrer no espírito do alquimista, embora o uso de uma linguagem figurativa repleta de fornos, dragões verdes e gêmeos siameses levasse a pensar numa prática puramente física. Em qualquer caso, a natureza clandestina do alquimismo – devido à sua natureza pagã e à sua origem pré-cristã – favoreceu as acusações das autoridades religiosas, que desencadearam uma intensa campanha em que foram executados milhares de inocentes acusados ​​de bruxaria. Assim, os textos alquímicos, repletos de diagramas enigmáticos, imagens sombrias e reviravoltas metafóricas destinadas a proteger e preservar uma mensagem, foram justamente a principal prova de uma acusação injusta, que não se quis dar ao trabalho de descobrir o seu verdadeiro significado. Alguns alquimistas ilustres, porém, gozavam de uma determinada posição que lhes permitiu, como Paracelso, esclarecer o uso dos metais como símbolo:

"Pergunta: Quando o Filósofo fala de ouro ou prata, dos quais extrai sua matéria, devemos supor que ele se refere ao ouro e à prata comuns? Resposta: De forma alguma, a prata e o ouro comuns estão mortos, enquanto os do Filósofo estão cheios de vida".

Catecismo Alquímico, c. 1550


No entanto, o mal-entendido não foi resolvido. A alquimia hoje é comumente considerada um ancestral pré-científico da química, apesar do fato de que o uso de refinarias, pólvora, corantes, cosméticos, extratos, cerâmicas e licores pouco tem a ver com suas verdadeiras intenções. A alquimia no Ocidente e em outros lugares onde era amplamente praticada estava (e em muitos casos ainda é) intimamente relacionada e entrelaçada com a astrologia tradicional greco - babilônica. Em muitos aspectos, elas foram desenvolvidas para se complementarem na busca do conhecimento oculto. Os astrólogos e alquimistas acreditam ou acreditaram que, nos processos alquímicos, os diferentes aspectos planetários influenciaram muito a preparação das diferentes transmutações, bem como as fases da Lua.


Corpos Celestes e Metais

Tradicionalmente, cada um dos sete corpos celestes do sistema solar conhecidos pelos antigos estava associado a um determinado metal sobre o qual governava.

A lista de governos era a seguinte:

O Sol governou o Ouro

A Lua , a Prata

Mercúrio , mercúrio

Vênus , cobre

Marte , ferro

Júpiter , estanho

Saturno , o líder


Alguns alquimistas/astrólogos modernos obviamente associam:

Urano com urânio

Netuno, netúnio

Plutão, plutônio

Como estes últimos planetas e metais mencionados só foram descobertos há relativamente pouco tempo, não existe uma base clássica ou tradicional para estas associações, ao contrário do que acontece com os corpos celestes e metais já conhecidos desde a antiguidade.


Influência das Fases Lunares

A Alquimia consiste ou consistiu em diversas etapas para se conseguir a transmutação: o Nigredo , onde a matéria a ser transmutada estava em pleno derretimento , onde era preta, o Albedo , onde se tornava branca e se fundia completamente e o Rubedo , onde era uma cor vermelha profunda. observado. Cada transmutação foi afetada pelas fases lunares cuja duração total foi de 40 dias.

Na lua minguante, iniciou-se o trabalho alquímico, com o Nigredo.

Na lua nova, ocorreu o Albedo.

No crescente, chegou a vez do Rubedo.

Na lua cheia, a matéria já deve ter sido transmutada em ouro.

Alquimia II


Na história da ciência, a alquimia (do árabe الخيمياء al-khīmiyā) é uma antiga prática protocientífica e disciplina filosófica que combina elementos da química, metalurgia, física , medicina, astrologia, semiótica, misticismo, espiritismo e arte. A alquimia foi praticada na Mesopotâmia, no Antigo Egito, na Pérsia, na Índia e na China, na Grécia Antiga e no Império Romano, no Império Islâmico e depois na Europa até o  século XVIII, em uma complexa rede de escolas e sistemas filosóficos. abrangendo pelo menos 2.500 anos. Seus objetivos eram a compreensão da constituição e do funcionamento do cosmos, e, visto a partir de um quadro filosófico, a aplicação de princípios naturais primordiais que conduziriam a matéria imperfeita à perfeição.

A alquimia ocidental sempre esteve intimamente relacionada com o hermetismo, um sistema filosófico e espiritual que tem suas raízes em Hermes Trismegisto, uma divindade sincrética greco-egípcia e alquimista lendário. Estas duas disciplinas influenciaram o nascimento do Rosacrucianismo, um importante movimento esotérico do  século XVII . No início da era moderna, a alquimia dominante evoluiu para a química de hoje. Atualmente interessa aos historiadores da ciência e da filosofia, bem como pelos seus aspectos místicos, esotéricos e artísticos. A alquimia foi um dos principais precursores das ciências modernas, e muitas das substâncias, ferramentas e processos da antiga alquimia serviram como pilares fundamentais das modernas indústrias química e metalúrgica. No plano espiritual da alquimia, os alquimistas tiveram que transmutar a sua própria alma antes de transmutar os metais . Isto significa que eles tiveram que se purificar, preparar-se através da oração e do jejum. A percepção popular e recente dos alquimistas é que eles eram charlatões que tentavam transformar chumbo em ouro e que passavam a maior parte do tempo inventando remédios milagrosos, venenos e poções mágicas. Basearam a sua ciência no facto de o universo ser composto por quatro elementos clássicos, aos quais chamavam pelo nome comum das substâncias que os representam, a saber: terra, ar, fogo e água, e com eles pretendiam preparar um quinto elemento que conteria o poder dos quatro em sua máxima exaltação e equilíbrio.

A maioria eram pesquisadores educados, inteligentes e bem-intencionados, e até mesmo cientistas ilustres, como Isaac Newton e Robert Boyle . Esses inovadores tentaram explorar e investigar a própria natureza. A base é um conhecimento do regime do fogo e das substâncias elementares que, após profunda meditação, é posto em prática, começando pela construção de um atanor ou fornalha alquímica . Muitas vezes, as deficiências tiveram que ser supridas com experimentação , tradições e muita especulação para aprofundar sua arte. Para os alquimistas, toda substância era composta por três partes: mercúrio, enxofre e sal, sendo estes os nomes vulgares que eram comumente usados ​​para designar o espírito, a alma e o corpo. Essas três partes foram chamadas de princípios. Manipulando as substâncias e através de diferentes operações, separaram cada uma das três partes que depois tiveram que ser purificadas individualmente, cada uma de acordo com o regime de fogo que lhe é favorável: sal com fogo de fusão e mercúrio e enxofre com fogo recorrente e suave. destilações. Após a purificação das três partes, numa tarefa que normalmente demorava muito tempo, e durante a qual era necessário monitorar os aspectos planetários, as três partes tiveram que ser unidas para formar novamente a substância inicial. Feito tudo isso, a substância adquiriu certos poderes. Ao longo da história desta disciplina, os alquimistas aprendizes esforçaram-se por compreender a natureza destes princípios e encontraram alguma ordem e significado nos resultados das suas experiências alquímicas, embora muitas vezes fossem minados por reagentes impuros ou mal caracterizados, falta de medidas quantitativas e nomenclatura hermética. . Isto significou que, após anos de esforços intensos, muitos acabaram falindo e amaldiçoando a alquimia. Os aprendizes geralmente tinham que começar trabalhando no reino vegetal até dominarem o regime do fogo, as diversas operações e o regime do tempo.

Para diferenciar as substâncias vulgares daquelas fabricadas pela sua arte, os alquimistas designaram-nas pelo mesmo nome de acordo com algumas de suas propriedades, embora tenham acrescentado o nome "filosófico" ou "nosso". Assim, falavam da “nossa água” para diferenciá-la da água comum. Porém, ao longo dos textos alquímicos supõe-se que o aprendiz já saiba diferenciar uma da outra e, às vezes, não é utilizado explicitamente, pois segundo a arte hermética “pérolas não devem ser dadas a porcos”, razão pela qual muitos não conseguiu seguir as diferentes receitas à risca. A " iluminação " só foi alcançada após árduos anos de rigorosos estudos e experimentações. Uma vez que o aprendiz conseguisse controlar o fogo, o tempo dos processos e os próprios processos no reino vegetal, ele estava pronto para acessar os arcanos maiores , ou seja, os mesmos trabalhos no reino animal e mineral. Afirmavam que a potência dos remédios era proporcional a cada natureza. Os trabalhos dos alquimistas baseavam-se na natureza, portanto cada reino tinha um objetivo: ao reino mineral a transmutação dos metais vulgares em ouro ou prata , ao reino animal a criação de uma " panacéia ", um remédio que curaria supostamente todas as doenças e prolongaria a vida indefinidamente. Todos eles foram resultado das mesmas operações. O que mudou foi a matéria-prima , a duração dos processos e a vigilância e força do fogo. Um objetivo intermediário era criar o que ficou conhecido como menstruum e o que oferecia era uma multiplicação de si mesmo pela imersão de outras substâncias semelhantes em fusão/dissolução de acordo com sua natureza com elas. Para que tanto a geração quanto a regeneração de substâncias elementares fossem alcançadas. Estas não são as únicas utilizações desta ciência, embora sejam as mais conhecidas e documentadas. Desde a Idade Média , os alquimistas europeus investiram muito esforço e dinheiro na busca pela pedra filosofal.


Alquimia como Disciplina Espiritual e Filosófica

Os alquimistas sustentavam que a pedra filosofal ampliava misticamente o conhecimento do usuário sobre alquimia, tanto quanto possível. Muitos aprendizes e falsos alquimistas, considerados alquimistas autênticos, gozaram de prestígio e apoio durante séculos, embora não pela prossecução destes objectivos nem pela especulação mística e filosófica que emergiu da sua literatura, mas pelas suas contribuições mundanas para as indústrias artesanais da época. : produção de pólvora, análise e refinamento de minerais, metalurgia, produção de tintas, corantes, tintas e cosméticos, curtimento de couro, fabricação de cerâmica e vidro, preparação de extratos e licores, etc. A preparação da aqua vitae , a “água da vida”, foi uma experiência bastante popular entre os alquimistas europeus. Os alquimistas nunca estiveram dispostos a separar os aspectos físicos das interpretações metafísicas da sua arte. A falta de vocabulário comum para processos e conceitos químicos, bem como a necessidade de sigilo, levaram os alquimistas a emprestar termos e símbolos da mitologia bíblica e pagã , da astrologia, da cabala. e de outros campos místicos e esotéricos, de modo que até mesmo a mais simples receita química acabou. parecendo um feitiço mágico obtuso. Além disso, os alquimistas procuraram nestes campos os quadros teóricos nos quais a sua crescente colecção de factos experimentais desconexos pudesse caber. A partir da Idade Média , alguns alquimistas começaram cada vez mais a ver estes aspectos metafísicos como os verdadeiros fundamentos da alquimia e das substâncias químicas, dos estados físicos e dos processos materiais como meras metáforas para entidades, estados e transformações espirituais. Desta forma, tanto a transmutação dos metais comuns em ouro como a panacéia universal simbolizavam a evolução de um estado imperfeito, doente, corruptível e efêmero para um estado perfeito, saudável, incorruptível e eterno; e a pedra filosofal representava então alguma chave mística que tornaria possível essa evolução. Aplicado ao próprio alquimista, esse objetivo duplo simbolizava sua evolução da ignorância à iluminação, e a pedra representava alguma verdade ou poder espiritual oculto que levaria a esse objetivo. Em textos escritos de acordo com esta visão, os símbolos alquímicos enigmáticos , diagramas e imagens textuais de obras alquímicas tardias normalmente contêm múltiplas camadas de significados, alegorias e referências a outras obras igualmente enigmáticas; e devem ser laboriosamente “decodificados” para descobrir seu verdadeiro significado.


Alquimia e Astrologia

A alquimia no Ocidente e em outros lugares onde era amplamente praticada estava intimamente relacionada e entrelaçada com a astrologia tradicional de estilo grego - babilônico. De muitas maneiras, eles foram desenvolvidos para se complementarem na busca de conhecimento oculto. Tradicionalmente, cada um dos sete corpos celestes do sistema solar conhecidos pelos antigos estava associado, exercia domínio e governava um determinado metal. No Hermetismo está relacionado tanto com a astrologia quanto com a teurgia.


Alquimia na Era Científica

A ciência moderna emerge da alquimia ocidental. Os alquimistas usaram muitas das ferramentas usadas hoje. Essas ferramentas muitas vezes eram feitas por eles próprios e podiam estar em boas condições, especialmente durante o início da Idade Média. Muitas tentativas de transmutação falharam quando os aprendizes de alquimia produziram compostos instáveis ​​sem conhecimento, o que foi agravado pelas precárias condições de segurança. Até o  século XVII , a alquimia era na verdade considerada uma ciência séria na Europa: por exemplo, Isaac Newton dedicou muito mais tempo e escritos ao estudo da alquimia do que à óptica ou à física, pelas quais é famoso. Outros alquimistas eminentes do mundo ocidental são Roger Bacon, São Tomás de Aquino, Tycho Brahe, Thomas Browne, Ramon Llull e Parmigianino. O nascimento da química moderna surgiu com aprendizes alquímicos desencantados com a falta de progresso alquímico e com críticos ressentidos da alquimia; ambos alcançaram progressos em vários campos da natureza no  século XVIII, com os quais forneceram uma estrutura mais precisa e confiável para as elaborações industriais e a medicina, livre do hermetismo típico da alquimia (já que a alquimia nunca foi esbanjada como uma ciência de multidões) e entrando em um novo design geral de conhecimento baseado no racionalismo. A partir de então, qualquer personagem que estivesse ligado à alquimia ou que “ofuscasse” seus textos era desprezado pelo nascente movimento científico moderno. Tal é o caso, por exemplo, do Barão Carl Reichenbach , conhecido químico da primeira metade do  século XIX , que trabalhou em conceitos semelhantes à alquimia antiga, como a força ódica , mas o seu trabalho não entrou no mainstream. da discussão científica. A transmutação da matéria teve seu auge no  século XX, quando os físicos conseguiram transformar átomos de chumbo em átomos de ouro através de reações nucleares . Contudo, os novos átomos de ouro, sendo isótopos muito instáveis, duraram menos de cinco segundos antes de se desintegrarem. Mais recentemente, relatos de transmutação de elementos pesados ​​– através de eletrólise ou cavitação sónica – foram a fonte da controvérsia sobre a fusão a frio em 1989. Nenhuma destas descobertas foi ainda capaz de ser reproduzida de forma fiável. O simbolismo alquímico foi usado ocasionalmente no  século 20 por psicólogos e filósofos. Carl Jung revisou o simbolismo e a teoria alquímica e começou a conceber o significado mais profundo do trabalho alquímico como um caminho espiritual . A filosofia, os símbolos e os métodos alquímicos desfrutaram de uma espécie de renascimento em contextos pós-modernos, como o movimento da Nova Era. 

A palavra alquimia vem do árabe al-khīmiyaˀ (الخيمياء), que poderia ser formado pelo artigo al- e da palavra grega khumeia (χυμεία), que significa "fundir junto", "derramar junto", "soldar", "para ligar". (de khumatos, "o que é derramado", "lingote", ou do persa kimia, "ouro"). Um decreto de Diocleciano, escrito em grego por volta do ano 300, ordenou a queima dos "antigos escritos dos egípcios, que tratavam da arte de fabricar ouro e prata" a transmutação khēmia. A palavra árabe kīmiyaˀ , sem o artigo, deu origem a "química" em espanhol e outras línguas, e al-kīmiyaˀ significa, em árabe moderno, "química".

Foi sugerido que a palavra árabe al-kīmiya na verdade significava originalmente "ciência egípcia", emprestada da palavra copta kēme , "Egito", então a alquimia era a "arte de Keme" (ou seu equivalente no dialeto bohairico medieval do copta, kheme). A palavra copta deriva do demótico kmỉ, e este por sua vez do antigo egípcio kmt. Esta última palavra designava tanto o país como a cor «preto» (o Egito era a «terra negra», em contraste com a «terra vermelha», o deserto circundante), pelo que esta etimologia também poderia explicar o apelido de «magia negra egípcia». No entanto, esta teoria pode ser apenas um exemplo de etimologia popular. Na Idade Média, a expressão ars chimica era frequentemente usada para se referir à alquimia. Às vezes, a palavra crisopéia é considerada sinônimo de alquimia, mas isso é muito mais do que a mera busca pelo método de fazer ouro. A palavra crisopéia vem do grego χρυσoσ, “ouro”, e πoιεω, “fazer”. O prefixo criso entra na formação de palavras em que intervém o ouro, como a crisoterapia (tratamento de certas doenças com sais de ouro).


Alquimia na História

A alquimia compreende várias tradições filosóficas que abrangem quase quatro milênios e três continentes. A predileção geral destas tradições pela linguagem enigmática e simbólica torna difícil traçar as suas influências mútuas e relações “genéticas”.Podem distinguir-se pelo menos duas tendências principais, que parecem ser em grande parte independentes, pelo menos nas suas fases iniciais: a alquimia chinesa, centrada na China e na sua área de influência cultural, e a alquimia ocidental, cujo centro se deslocou ao longo do tempo entre o Egipto , Grécia e Roma , o mundo islâmico e, finalmente, novamente a Europa . A alquimia chinesa estava intimamente relacionada com o taoísmo , enquanto a alquimia ocidental desenvolveu o seu próprio sistema filosófico, com relações apenas superficiais com as principais religiões ocidentais. Ainda é uma questão em aberto se estes dois ramos partilham uma origem comum ou até que ponto se influenciaram mutuamente.


Alquimia no Antigo Egito

A origem da alquimia ocidental pode ser localizada no Antigo Egito , a partir da confluência da ciência sacerdotal com a filosofia helenística na era ptolomaica . 5​ Porém, embora o corpus simbólico clássico pertença a esta última etapa, a cosmogonia e a ideia de natureza do antigo Egito estão na origem de muitas ideias alquímicas, uma vez que a metalurgia e o misticismo estavam inexoravelmente ligados no mundo antigo. A alquimia, a medicina e até a magia eram aspectos da religião no Antigo Egito​ e, portanto, domínio da classe sacerdotal. Segundo a tradição egípcia, o Faraó Khufu foi o alquimista mais antigo e autor do primeiro tratado de alquimia. A alquimia egípcia é conhecida principalmente através dos escritos dos antigos filósofos gregos (helênicos), que por sua vez sobreviveram frequentemente apenas em traduções islâmicas. Praticamente nenhum documento egípcio original sobre alquimia sobreviveu. Esses escritos, se existiram, provavelmente foram perdidos quando o imperador Diocleciano ordenou a queima de livros alquímicos após reprimir uma revolta em Alexandria (292), que havia sido um centro da alquimia egípcia. No entanto, expedições arqueológicas recentes desenterraram evidências de análises químicas durante os períodos Naqada . Por exemplo, uma ferramenta de cobre datada desta época apresenta vestígios de ter sido utilizada desta forma. 8​ Além disso, o processo de curtimento de peles de animais já era conhecido no Egito pré-dinástico já no 6º milênio aC. c. Outras evidências indicam claramente que os primeiros alquimistas do Antigo Egito criaram pastas de gesso já em 4.000 aC. C., argamassas de fundação por volta de 2500 a.C. C. e vidro em 1500 AC. C. A reação química envolvida na produção do óxido de cálcio é uma das mais antigas conhecidas: CaCO 3 + calor ⇒ CaO + CO 2 No Antigo Egito eram produzidos cosméticos , faiança e também peixes para construção naval . O papiro também foi inventado por volta de 3.000 aC. C. 

Diz a lenda que o fundador da alquimia egípcia foi o deus Thoth , chamado de Hermes-Tot ou Hermes Trismegisto ("Três vezes grande") pelos gregos. Segundo a lenda, ele escreveu os chamados quarenta e dois Livros do Conhecimento, cobrindo todos os campos do conhecimento, inclusive a alquimia. O símbolo de Hermes era o caduceu ou bastão com cobras, que se tornou um dos principais símbolos da alquimia. A Tábua Esmeralda ou Hermética de Hermes Trismegisto, conhecida apenas por traduções gregas e árabes , é normalmente considerada a base da filosofia e prática alquímica ocidental, chamada de filosofia hermética por seus primeiros seguidores. No segundo preceito da Tábua de Esmeralda ele conta o propósito da ciência hermética: “verdadeiramente, certamente e sem dúvida, tudo o que está abaixo é como o que está acima, e tudo o que está acima é como o que está abaixo, para realizar os milagres de uma coisa»​. Esta é a principal crença do macrocosmo - microcosmo para a filosofia hermética. Em outras palavras, o corpo humano (o microcosmo) é afetado pelo mundo exterior (o macrocosmo), que inclui os céus através da astrologia e a terra através dos elementos , embora quando se alcança o domínio sobre o mundo interior, começa a ser capaz de controlar o mundo exterior de maneiras não convencionais. Especulou-se que um enigma da Tábua de Esmeralda ("foi carregado na barriga pelo vento") alude à destilação do oxigênio do salitre , processo desconhecido na Europa até sua (re)descoberta por Sendivogius no  século XVII. No  século 4  aC. C., os macedônios de língua grega conquistaram o Egito e fundaram a cidade de Alexandria em 332. Isso os colocou em contato com as ideias egípcias.


Alquimia Chinesa

A alquimia chinesa está relacionada ao taoísmo, consequentemente, seus praticantes utilizam conceitos como: os cinco elementos; o Tao, a relação entre Yin e Yang; o Qi; o I Ching; astrologia chinesa; os princípios do Feng Shui, Medicina Tradicional Chinesa, etc. Enquanto a alquimia ocidental acabou se concentrando na transmutação de metais comuns em metais nobres, a alquimia chinesa tinha uma ligação mais óbvia com a medicina. A pedra filosofal dos alquimistas europeus pode ser comparada ao grande elixir da imortalidade perseguido pelos alquimistas chineses. Contudo, na visão hermética, esses dois objetivos não estavam desconectados e a pedra filosofal era muitas vezes equiparada à panacéia universal . Portanto, as duas tradições podem ter tido mais em comum do que parece inicialmente.

A pólvora pode ter sido uma importante invenção dos alquimistas chineses. Descrita em textos do  século IX e utilizada em fogos de artifício no  século X , foi utilizada em canhões por volta de 1290. Da China, o uso da pólvora se espalhou para o Japão , os mongóis , o mundo árabe e a Europa. A pólvora foi usada pelos mongóis contra os húngaros em 1241 e na Europa a partir do  século XIV. A alquimia chinesa estava intimamente relacionada com formas taoístas da medicina tradicional chinesa , como a acupuntura e a moxabustão , e com artes marciais como o Tai Chi Chuan e o Kung Fu (embora algumas escolas de Tai Chi acreditem que sua arte deriva dos ramos filosóficos ou higiênicos do Taoísmo, não o alquímico). De facto, no início da dinastia Song , os seguidores desta ideia taoísta (principalmente a elite e a classe alta) ingeriam cinábrio , que, embora tolerável em baixas doses, levou muitos à morte devido ao seu elevado teor de mercúrio (85%), que induziu envenenamento. Acreditando que essas mortes levariam à liberdade e ao acesso aos céus taoístas, as mortes que se seguiram encorajaram as pessoas a evitar esta forma de alquimia em favor de fontes externas (o já mencionado Tai Chi Chuan, domínio de Qi, etc.).


Alquimia Indiana

Pouco se sabe no Ocidente sobre o caráter e a história da alquimia indiana. Um alquimista persa do século  XI chamado al-Biruni relatou que "eles têm uma ciência semelhante à alquimia que é bastante característica deles, a qual chamam de Rasayāna, em persa Rasavātam. Significa a arte de obter e manipular Rasa , néctar, mercúrio, suco. Esta arte está restrita a determinadas operações, metais, drogas, compostos e medicamentos, muitos dos quais têm o mercúrio como ingrediente principal. Seus princípios restauram a saúde dos doentes desesperados e a juventude dos idosos debilitados. Contudo, é certo que a alquimia indiana, como toda a sua ciência, se concentra em alcançar mokṣa: perfeição, imortalidade, libertação. Assim, ele concentra seus esforços em tornar o corpo humano imortal. Existem muitas histórias tradicionais de alquimistas que ainda vivem desde tempos imemoriais graças aos efeitos de seus experimentos. Os textos da medicina ayurvédica apresentam aspectos relacionados à alquimia, como curas para todas as doenças conhecidas e métodos de tratamento dos enfermos por meio de óleos de unção. O melhor exemplo de texto baseado nesta ciência é o Vaisheshika de Kanada (entre 200 a.C. e 200 d.C. ), que descreve uma teoria atômica semelhante à do Demócrito grego.

Como a alquimia acabaria integrada ao vasto campo da erudição indiana, as influências de outras doutrinas metafísicas como o samkhya , o yoga , o vaisheshika e o ayurveda foram inevitáveis. No entanto, a maioria dos textos Rasayāna tem suas raízes nas escolas tântricas Kaula relacionadas aos ensinamentos da personalidade de Matsyendranath. Rasayāna era compreendido por muito poucas pessoas naquela época. Dois exemplos famosos foram Nagarjunacharya e Nityanadhiya. O primeiro foi um monge budista que, nos tempos antigos, dirigiu a grande universidade de Nagarjuna Sagar. Seu conhecido livro, Rasaratanakaram, é um famoso exemplo da antiga medicina indiana. Na terminologia médica tradicional indiana, rasa é traduzido como "mercúrio", e diz-se que Nagarjunacharya desenvolveu um método para transformá-lo em ouro. A maioria de suas obras originais foram perdidas, mas seus ensinamentos ainda têm forte influência na medicina tradicional indiana (Āyurveda).


Alquimia no Mundo Grego

A cidade grega de Alexandria, no Egito, foi um centro de aprendizagem alquímica que manteve sua preeminência durante a maior parte das eras grega e romana. Os gregos se apropriaram das crenças herméticas egípcias e as uniram às filosofias pitagórica, ionista e gnóstica . A filosofia pitagórica é, essencialmente, a crença de que os números governam o universo, surgindo de observações de sons, estrelas e formas geométricas como triângulos ou qualquer outra da qual uma razão possa ser derivada. O pensamento ionista baseava-se na crença de que o universo poderia ser explicado concentrando-se nos fenômenos naturais; Acredita-se que esta filosofia tenha sido iniciada por Tales de Mileto e seu aluno Anaximandro e posteriormente desenvolvida por Platão e Aristóteles, cujas obras se tornaram parte integrante da alquimia. De acordo com esta crença, o universo pode ser descrito por algumas leis unificadas que só podem ser determinadas através de explorações filosóficas cuidadosas, meticulosas e árduas. O terceiro componente introduzido na filosofia hermética pelos gregos foi o gnosticismo, uma crença, difundida no Império Romano Cristão , de que o mundo é imperfeito porque foi criado de forma imperfeita e que aprender sobre a natureza da substância espiritual levaria à salvação. Eles até acreditavam que Deus não “criou” o universo no sentido clássico, mas que o universo foi criado “a partir” dele, mas foi corrompido no processo (em vez de ser corrompido pelas transgressões de Adão e Eva, ou seja, pelo pecado original). De acordo com as crenças gnósticas, ao adorar o cosmos, a natureza ou as criaturas do mundo, adora-se o Deus Verdadeiro. Muitas seitas gnósticas até sustentavam que a divindade bíblica seria má e deveria ser vista como uma emanação caída do Deus Supremo a quem procuravam adorar e com quem se unir. No entanto, o aspecto do deus abraâmico como um ser maligno não desempenhou realmente nenhum papel na alquimia, mas o aspecto da ascensão ao Deus Supremo provavelmente teve muita influência. As teorias platônicas e neoplatônicas sobre os universais e a onipotência de Deus também foram absorvidas (suas principais crenças veem o aspecto físico do mundo como imperfeito e acreditam em Deus como uma mente cósmica transcendente).

Um conceito muito importante introduzido nesta época, concebido por Empédocles e desenvolvido por Aristóteles , era o de que todas as coisas do universo eram constituídas por apenas quatro elementos : terra , ar , água e fogo . Segundo Aristóteles, cada elemento tinha uma esfera à qual pertencia e para a qual retornaria se fosse deixada intacta. Os quatro elementos dos gregos eram principalmente aspectos qualitativos da matéria e não quantitativos como são os nossos elementos modernos. «... A alquimia autêntica nunca tratou a terra, o ar, a água e o fogo como substâncias corpóreas ou químicas no sentido atual da palavra. Os quatro elementos eram simplesmente as qualidades primárias e mais gerais por meio das quais a substância amorfa e puramente quantitativa de todos os corpos foi apresentada pela primeira vez de forma diferenciada. Alquimistas posteriores desenvolveram extensivamente os aspectos místicos deste conceito.

Aristóteles acreditava que a combinação de cada elemento explica a variedade de coisas no mundo. As substâncias pesadas, como os metais, eram consideradas compostas principalmente pelo elemento terra, com uma quantidade reduzida de matéria dos demais elementos. Ele acreditava que quando os raios do sol incidiam sobre a água, produziam uma exalação de vapor úmido e frio. Esta exalação foi envolta em terra seca, comprimida e finalmente convertida em metal. Segundo Aristóteles, todos os metais fusíveis ou maleáveis, como o ferro , o cobre ou o ouro , foram formados desta forma. Já a formação dos minerais ocorria quando os raios solares incidiam sobre a terra firme. Produziam uma exalação de fumaça quente e seca, e a ação do calor produzia os minerais. Nesta categoria, Aristóteles incluiu substâncias que não podem ser fundidas, bem como substâncias como o enxofre.


Alquimia no Império Romano

Os romanos adotaram a alquimia e a metafísica gregas, assim como adotaram grande parte de seu conhecimento e filosofia. No final do Império Romano, a filosofia alquímica juntou-se às filosofias dos egípcios, criando o culto do Hermetismo. Contudo, o desenvolvimento do cristianismo no Império trouxe uma linha de pensamento oposta, vinda de Agostinho de Hipona (354-430), um dos primeiros filósofos cristãos que escreveu sobre suas crenças pouco antes da queda do Império Romano . Em essência, Agostinho sentiu que a razão e a fé poderiam ser usadas para compreender Deus, mas que a filosofia experimental era prejudicial: “Também está presente na alma, por meio desses mesmos sentidos corporais, uma espécie de anseio vazio e curiosidade que visa não para alcançar o prazer da carne, mas para adquirir experiência através dela, e esta curiosidade vazia é dignificada com os nomes de conhecimento e ciência. 

As ideias agostinianas eram decididamente anti-experimentais, embora as técnicas experimentais aristotélicas não tenham sido rejeitadas quando se tornaram disponíveis no Ocidente. Mesmo assim, o pensamento agostiniano tinha fortes raízes na sociedade medieval e foi usado para mostrar a alquimia como contrária a Deus. Muito do conhecimento alquímico romano, como o dos gregos e egípcios, foi perdido. Em Alexandria, centro de estudos alquímicos no Império Romano, a arte era principalmente oral e, no interesse do sigilo, pouco era confiado ao papel. (Daí o uso de “hermético” para indicar “reservado”). É possível que alguma obra tenha sido escrita em Alexandria e posteriormente perdida ou queimada nos períodos turbulentos que se seguiram.


Alquimia no Mundo Islâmico

Após a queda do Império Romano, o foco do desenvolvimento alquímico mudou-se para o mundo islâmico. Sabe-se muito mais sobre a alquimia islâmica porque foi melhor documentada: na verdade, a maioria dos primeiros escritos que sobreviveram ao longo dos anos o fizeram como traduções islâmicas. O mundo islâmico era um cadinho para a alquimia. O pensamento platônico e aristotélico, que já havia sido incluído até certo ponto na ciência hermética, continuou a ser assimilado. Alquimistas islâmicos como al-Razi (latim Rasis) e Jabir ibn Hayyan (latim Geber) contribuíram com suas próprias descobertas químicas importantes, como a técnica de destilação (as palavras alambique e álcool são de origem árabe), ácidos muriáticos (clorídricos), sulfúrico e nítrico , refrigerante , potássio e muito mais. (Dos nomes árabes destas duas últimas substâncias, al-natrun e al-qalīy, latinizados como Natrium e Kalium, vêm os símbolos modernos para sódio e potássio). A descoberta de que a água régia, uma mistura de ácido nítrico e ácido clorídrico, pudesse dissolver o metal mais nobre – o ouro – alimentaria a imaginação dos alquimistas no próximo milênio.

Os filósofos islâmicos também fizeram grandes contribuições ao hermetismo alquímico. O autor mais influente neste aspecto foi possivelmente Abu Musa Jabir ibn Hayyan (em árabe جابر إبن حيان, em latim Geberus, geralmente escrito em espanhol como Geber). O objetivo principal de Jabir era takwin, a criação artificial de vida no laboratório alquímico, incluindo a vida humana. Jabir analisou cada elemento aristotélico em termos das quatro qualidades básicas de calor, frio, secura e umidade. Segundo ele, em cada metal duas dessas qualidades eram interiores e duas exteriores. Por exemplo, o chumbo era externamente frio e seco, enquanto o ouro era quente e úmido. Dessa forma, Jabir teorizou, ao reorganizar as qualidades de um metal, um diferente poderia ser obtido. Com esse raciocínio, a busca pela pedra filosofal foi introduzida na alquimia ocidental. Jabir desenvolveu uma numerologia elaborada pela qual as iniciais do nome de uma substância em árabe, quando diversas transformações eram aplicadas, correspondiam às propriedades físicas do elemento.


Alquimia na Europa Medieval

Devido às suas fortes ligações com as culturas grega e romana, a alquimia foi facilmente aceita pela filosofia cristã e os alquimistas europeus medievais absorveram extensivamente o conhecimento alquímico islâmico. Gerberto de Aurillac (falecido em 1003), que mais tarde se tornou o Papa Silvestre II , foi um dos primeiros a trazer a ciência islâmica da Espanha para a Europa . Mais tarde, homens como Adelardo de Bath , que viveu no  século XII , trouxeram ensinamentos adicionais. Mas até o  século XIII os movimentos eram principalmente assimilativos. Neste período surgiram alguns desvios dos princípios agostinianos dos primeiros pensadores cristãos. Santo Anselmo (1033-1109) foi um beneditino que acreditava que a fé deveria preceder a razão, como Agostinho e a maioria dos teólogos antes dele acreditavam, embora tenha acrescentado a visão de que a fé e a razão eram compatíveis e encorajasse esta última num contexto cristão. Suas opiniões lançaram as bases para a explosão filosófica que iria ocorrer. Pedro Abelardo deu continuidade ao trabalho de Anselmo, lançando as bases para a aceitação do pensamento aristotélico antes que as primeiras obras de Aristóteles chegassem ao Ocidente. Sua principal influência na alquimia foi sua crença de que os universais platônicos não tinham existência separada fora da consciência do homem. Abelardo também sistematizou a análise das contradições filosóficas.

Robert Grosseteste (1170-1253) foi um pioneiro da teoria científica que mais tarde seria usada e refinada pelos alquimistas. Grosseteste pegou os métodos de análise de Abelardo e acrescentou o uso de observações, experimentação e conclusões na hora de fazer avaliações científicas. Ele também trabalhou duro para preencher a lacuna entre o pensamento platônico e o aristotélico.

Albertus Magnus (1193-1280) e Tomás de Aquino (1225-1274) foram dois dominicanos que estudaram Aristóteles e trabalharam para reconciliar as diferenças entre a filosofia e o cristianismo. Tomás de Aquino também trabalhou intensamente para desenvolver o método científico . Chegou mesmo ao ponto de afirmar que os universais só poderiam ser descobertos através do raciocínio lógico e, como a razão não pode se opor a Deus, deve, portanto, ser compatível com a teologia. Isto contradiz a crença platónica comummente aceite de que os universais só foram encontrados através da iluminação divina. Ambos estiveram entre os primeiros a empreender o exame da teoria alquímica e poderiam eles próprios ser considerados alquimistas, excepto pelo facto de terem feito pouco em termos de experimentação.

O primeiro alquimista autêntico da Europa medieval foi Roger Bacon . Seu trabalho significou tanto para a alquimia quanto o de Robert Boyle para a química e o de Galileu Galilei para a astronomia e a física . Bacon (1214-1294) foi um franciscano de Oxford que estudou óptica e línguas , bem como alquimia. Os ideais franciscanos de conquistar o mundo, em vez de rejeitá-lo, levaram-no à convicção de que a experimentação era mais importante que o raciocínio: "Das três maneiras pelas quais os homens pensam que adquirem conhecimento das coisas: autoridade, raciocínio e experiência "Só a última é eficaz e capaz de trazer paz ao intelecto."​ « A ciência experimental controla as conclusões de todas as outras ciências. Revela verdades que o raciocínio baseado em princípios gerais nunca teria descoberto. Roger Bacon também foi creditado por ter iniciado a busca pela pedra filosofal e pelo elixir da vida : "Aquele remédio que removerá todas as impurezas e corrupções dos metais menores também removerá, na opinião dos sábios, tanto da corruptibilidade do corpo que a vida humana pode ser prolongada por muitos séculos. A ideia de imortalidade foi substituída pela noção de longevidade: afinal, o tempo do homem na Terra era simplesmente para esperar e se preparar para a imortalidade no mundo de Deus. A imortalidade na Terra não se enquadrava na teologia cristã. Bacon não foi o único alquimista desta época, mas foi o mais importante. Suas obras foram utilizadas por inúmeros alquimistas entre os séculos XV e XIX . Outros alquimistas da mesma época compartilhavam várias características. Em primeiro lugar, e mais obviamente, quase todos eram membros do clero. Isto acontecia simplesmente porque poucas pessoas fora das escolas paroquiais tinham a educação necessária para examinar obras derivadas do árabe. Além disso, a alquimia nesta época foi autorizada pela igreja como um bom método de exploração e desenvolvimento da teologia. A alquimia era interessante para uma grande variedade de clérigos porque oferecia uma visão racionalista do universo onde os homens estavam apenas começando a aprender sobre o racionalismo.

Assim, no final do  século XIII , a alquimia desenvolveu-se num sistema de crenças bastante estruturado. Os adeptos acreditavam nas teorias de Hermes sobre o macrocosmo-microcosmo, ou seja, acreditavam que os processos que afetam os minerais e outras substâncias poderiam ter efeito no corpo humano (por exemplo, se alguém aprendesse o segredo da purificação do ouro, poderia usar o mesma técnica para purificar a alma humana). Eles acreditavam nos quatro elementos e nas quatro qualidades descritas acima e tinham uma forte tradição de esconder suas ideias escritas em um labirinto de jargão codificado cheio de armadilhas para enganar os não iniciados. Finalmente, os alquimistas praticaram a sua arte: experimentaram ativamente produtos químicos e fizeram observações e teorias sobre como o universo funcionava. Toda a sua filosofia girava em torno da crença de que a alma do homem estava dividida dentro dele após a queda de Adão. Ao purificar as duas partes da alma do homem, ele poderia reunir-se com Deus.

No  século XIV ocorreram mudanças importantes. Por um lado, no ano de 1317, o Papa João XXII proibiu a prática da alquimia através da bula Spondent quas non exponent, que afastou todos os membros da igreja da prática desta arte. No entanto, acredita-se que este mesmo papa se interessou pelo estudo alquímico e que também escreveu um tratado intitulado Ars transmutatoria no qual narrou como fez 200 barras de ouro com um quintal. Isso não era novidade dentro da igreja, pois em 1295 a legislação franciscana proibia escrever, ler e até possuir livros alquímicos. Entretanto, os filósofos da época variaram as suas opiniões, à medida que Guilherme de Ockham , um franciscano de Oxford que morreu em 1349, atacou a visão tomista da compatibilidade entre fé e razão. A sua opinião, amplamente aceite hoje, era que Deus devia ser aceite apenas pela fé, uma vez que Ele não poderia ser limitado pela razão humana. É claro que esta visão não era incorrecta se se aceitasse o postulado de um Deus ilimitado face à limitada capacidade humana de raciocinar, mas praticamente eliminou a alquimia como prática aceite nos séculos XIV e XV. As alterações climáticas, a Peste Negra e o aumento das guerras e da fome que caracterizaram este século serviram, sem dúvida, também como um obstáculo ao exercício filosófico em geral.

A alquimia foi mantida viva por homens como Nicolas Flamel, digno de menção apenas porque foi um dos poucos alquimistas que escreveu nestes tempos difíceis. Flamel viveu entre 1330 e 1417 e serviria de arquétipo para a próxima fase da alquimia. Ele não foi um pesquisador religioso como muitos de seus antecessores e todo o seu interesse pela arte girava em torno da busca pela pedra filosofal, que teria encontrado. Suas obras dedicam muito espaço à descrição de processos e reações, mas nunca fornecem realmente a fórmula para alcançar transmutações. A maior parte de seu trabalho foi dedicada a coletar conhecimentos alquímicos anteriores a ele, especialmente em relação à pedra filosofal.

Durante o final da Idade Média (1300-1500), os alquimistas eram muito parecidos com Flamel: concentravam-se na busca da pedra filosofal e do elixir da juventude, que agora se acreditava serem coisas separadas. Suas alusões enigmáticas e simbolismo levaram a grandes variações na interpretação da arte. Por exemplo, muitos alquimistas durante este período interpretaram a purificação da alma como significando a transmutação do chumbo em ouro (no qual acreditavam que o mercúrio desempenhava um papel crucial). Esses homens eram considerados mágicos e feiticeiros por muitos e muitas vezes perseguidos por suas práticas.​

Um desses homens que surgiu no início do  século XVI chamava-se Heinrich Cornelius Agrippa . Este alquimista acreditava que era um mágico e podia invocar espíritos. Sua influência foi insignificante, mas, como Flamel, ele produziu escritos que foram mencionados pelos alquimistas de anos posteriores. Novamente como Flamel, ele fez bastante para mudar a alquimia de uma filosofia mística para magia oculta . Ele manteve vivas as filosofias dos alquimistas anteriores, incluindo a ciência experimental, a numerologia, etc., mas acrescentou a teoria mágica, que reforçou a ideia da alquimia como uma crença oculta. Apesar de tudo isto, Agripa considerava-se cristão, embora as suas opiniões conflitassem frequentemente com a Igreja, segundo Edwardes (1977, p. 56-9) e Wilson (1971, p. 23-9).


Alquimia na Era Moderna e no Renascimento

A alquimia europeia continuou neste mesmo caminho até o alvorecer da Renascença. Esta era também viu um florescimento de fraudadores que usaram truques químicos e prestidigitação para "demonstrar" a transmutação de metais básicos em ouro ou que afirmavam possuir conhecimento do segredo que (com um "pequeno" investimento inicial) certamente levaria a para isso. O nome mais importante deste período é Paracelso (1493-1541), que deu uma nova forma à alquimia, rejeitando parte do ocultismo que se acumulou ao longo dos anos e promovendo o uso de observações e experiências para aprender sobre o corpo humano. Paracelso rejeitou as tradições gnósticas, mas manteve muitas das filosofias hermética, neoplatônica e pitagórica; Contudo, a ciência hermética tinha tanta teoria aristotélica que a sua rejeição ao gnosticismo era praticamente insignificante. Em particular, ele rejeitou as teorias mágicas de Flamel e Agripa. Paracelso não se via como um mágico e desdenhava aqueles que o faziam.

Paracelsus foi pioneiro no uso de compostos químicos e minerais na medicina. Ele escreveu que “Muitos disseram que a alquimia serve para fazer ouro e prata. Para mim não é esse o propósito, mas considerar apenas a virtude e o poder que podem existir nos medicamentos. Suas visões herméticas eram de que a doença e a saúde do corpo dependiam da harmonia do homem (o microcosmo) e da natureza (o macrocosmo). Paracelso adoptou uma abordagem diferente dos seus antecessores, usando esta analogia não como uma referência à purificação da alma, mas ao facto de que os humanos devem manter certos equilíbrios de minerais nos seus corpos e que para certas doenças existiam remédios químicos que os podiam curar. Embora suas tentativas de tratar doenças com remédios como o mercúrio possam parecer contraproducentes do ponto de vista moderno, sua ideia básica de medicamentos produzidos quimicamente permaneceu surpreendentemente bem. Na Inglaterra, a alquimia desta época é frequentemente associada a John Dee (1527-1608), mais conhecido por seu papel como astrólogo , criptógrafo e "consultor científico" geral da Rainha Elizabeth I. Dee foi considerado uma autoridade na obra de Roger Bacon e se interessou o suficiente pela alquimia para escrever um livro sobre ela (Monas Hieroglyphica, 1564), influenciado pela Cabala. O parceiro de Dee, Edward Kelley - que afirmava conversar com anjos através de uma bola de cristal e possuir um pó que transformaria mercúrio em ouro - pode ter sido a fonte da imagem popular do alquimista-charlatão.

Um alquimista menos conhecido desta época é Michael Sendivogius (1566-1636), filósofo polonês, médico e pioneiro da química. Segundo algumas fontes, ele destilou oxigênio em laboratório por volta de 1600, 170 anos antes de Scheele e Priestley, aquecendo salitre. Ele pensava que o gás resultante era “o elixir da vida”. Pouco depois de descobrir este método, acredita-se que Sendivogius tenha ensinado a sua técnica a Cornelius Drebbel , que em 1621 lhe daria aplicação prática num submarino. Tycho Brahe (1546-1601), conhecido por suas pesquisas astronômicas e astrológicas, também foi alquimista. Ele mandou construir um laboratório expressamente para esse fim em Uraniborg, seu observatório e instituto de pesquisa.


O Declínio da Alquimia Ocidental

O desaparecimento da alquimia ocidental deveu-se ao surgimento da ciência moderna, com a sua ênfase na experimentação quantitativa rigorosa e no seu desdém pela "sabedoria antiga". Embora as sementes destes desenvolvimentos tenham sido plantadas já no  século XVII, a alquimia ainda floresceu durante cerca de duzentos anos, e de facto pode ter atingido o seu auge no  século XVIII. Em 1781, James Price afirmou ter produzido um pó que poderia transmutar mercúrio em prata ou ouro. Da mesma forma, outro alquimista conhecido foi o arcebispo húngaro Jorge Lippay, que realizou diversas pesquisas para o imperador germânico Leopoldo I de Habsburgo, um crente entusiasta da teoria da criação do ouro.

Robert Boyle, conhecido por seus estudos sobre gases, foi um dos pioneiros do método científico na pesquisa química. Boyle não fez suposições em seus experimentos e coletou todos os dados relevantes: em um experimento típico ele anotava a localização, as características do vento, as posições do sol e da lua, e a leitura barométrica, caso mais tarde descobrissem ser relevante.​ Esta abordagem levou, em última análise, à fundação da química moderna nos séculos XVIII e XIX , baseada nas descobertas revolucionárias de Lavoisier e John Dalton, que em última análise forneceram uma estrutura lógica, quantitativa e confiável para a compreensão das transmutações da matéria, revelando. a futilidade dos objetivos alquímicos tradicionais, como a pedra filosofal.

Enquanto isso, a alquimia paracelsiana levou ao desenvolvimento da medicina moderna. Os experimentalistas descobriram gradualmente os mecanismos do corpo humano, como a circulação sanguínea ( Harvey , 1616), e finalmente localizaram a origem de muitas doenças em infecções por germes ( Koch e Pasteur,  século XIX ) ou na falta de nutrientes e vitaminas naturais. Apoiada no desenvolvimento paralelo da química orgânica , a nova ciência deslocou facilmente a alquimia nas suas aplicações médicas, interpretativas e prescritivas, ao mesmo tempo que extinguiu as suas esperanças de elixires milagrosos e mostrou a ineficácia e até a toxicidade dos seus remédios.

Desta forma, à medida que a ciência continuou a descobrir e a racionalizar continuamente os mecanismos do universo, fundados na sua própria metafísica materialista, a alquimia tornou-se despojada, mas incuravelmente sujeita às suas ligações químicas e médicas. Reduzida a um sistema filosófico arcano, pouco relacionado com o mundo material, a alquimia sofreu o destino comum a outras disciplinas esotéricas como a astrologia e a cabala: excluída dos estudos universitários, rejeitada pelos seus antigos patronos, condenada ao ostracismo pelos cientistas e geralmente considerada o epítome da ciência. charlatanismo e superstição. No entanto, os Rosacruzes e os Maçons sempre se interessaram pela alquimia e seu simbolismo. Uma grande coleção de livros sobre alquimia é mantida na Bibliotheca Philosophica Hermetica em Amsterdã. Estes avanços poderiam ser interpretados como parte de uma reacção mais ampla do intelectualismo europeu contra o movimento romântico do século anterior.

O psiquiatra suíço Carl Gustav Jung iniciou seu contato com a alquimia a partir de um claro desinteresse: “A alquimia me parecia uma coisa afetada e ridícula”. Sua opinião mudaria radicalmente em 1928 como resultado do comentário solicitado pelo sinólogo Richard Wilhelm sobre a tradução das primeiras oito seções de um tratado sobre alquimia fisiológica chinesa  do século XIII: O Segredo da Flor Dourada , um livro budista com uma base taoísta. O início do seu contacto com a alquimia foi, portanto, determinado pela contemplação na obra das bases do processo de individuação , bem como de um centro processual que mais tarde denominou " self " (originalmente em alemão Selbst).​ Demorou dez anos para criar um dicionário de referência cruzada para compreender os significados incluídos nos textos alquímicos, bem como quinze anos para ter uma biblioteca semelhante às dos seus sonhos. Em tudo isto, não devemos esquecer a importância que várias figuras históricas relevantes tiveram para o acesso de Jung à essência da alquimia, como Maria, a Judia , Zósimo de Panópolis e Paracelso. Jung via a alquimia como uma protopsicologia ocidental dedicada à conquista da individuação. Na sua interpretação, a alquimia foi o recipiente no qual o gnosticismo sobreviveu aos seus vários expurgos no Renascimento. Nesse sentido, Jung via a alquimia como comparável ao yoga no Ocidente. Ele também interpretou os textos alquímicos chineses em termos de sua psicologia analítica como meios para a individuação. Jung sustenta em sua obra Psicologia e Alquimia (1944) que fenômenos observáveis ​​do inconsciente, como os sonhos, contêm elementos simbólicos que também podem ser encontrados na simbologia alquímica. Além disso, dedica uma análise ao paralelismo entre os conceitos da chamada pedra filosofal, por um lado, e da figura de Cristo, por outro. Ele ilustrou através das figuras do Rosarium philosophorum incluídas em sua obra A Psicologia da Transferência (1946) aqueles fenômenos transferenciais que ocorreram no processo de individuação. Finalmente, em sua obra Mysterium coniunctionis (1955-1956), ele culmina o confronto entre a alquimia e a psicologia analítica. Como terceira parte deste trabalho será incluída Aurora consurgens, editada e comentada por Marie-Louise von Franz. Obras clássicas de alquimia.

Albertus Magnus, Compositum de Compositis (O Composto dos Compostos).

Altus, Mutus Liber (O Livro Silencioso).

Arnau de Vilanova, Semita Semitæ (O Caminho do Caminho).

Basilius Valentinus, Carrus Triumphalis Antimonii (A Carruagem Triunfal do Antimônio); Chaves Duodecim.

Bernardo de Treviso, O Sonho Verde.

Biblioteca Filosófica Hermética.

Conversa do rei Calid e do filósofo Morien sobre os ensinamentos de Hermes.

Donum Dei.

Elias Ashmole, Theatrum chemicum britannicum.

Eugenio Filaleteo, arte hermética revelada.

Fulcanelli, O Mistério das Catedrais; As moradas filosóficas; Finis Gloriae Mundi.

Georges Aurach, O Jardim das Riquezas.

Hermes Trismegisto, Tábua de Esmeralda.

Instrução de pai para filho sobre a árvore solar.

Primavera de Cordeiro, Livro de Primavera de Cordeiro.

Jacques Le Tesson, A Peça do Leão Verde.

A Clavícula ou A Chave Universal (atribuída a Raimundus Lullus).

Le Crom, Tratado do Sal dos Filósofos.

Livro do Picatrix.

Lucas Jennis, Musaeum hermeticum.

Michael Maier , Atalanta Fugiens; Scrutinium Chymicum; Septimana Philosophica; Arcano Arcaníssimo Viatorum Luso Scrius; Símbolo Aurée; Themis Aurea ou Círculo Físico Quadrado.

Miguel Sendivogius, Carta Filosófica; Novum Lumen Chymicum; Dialogus Mercurii ; Enxofre Tractatus; Enigma Philosphicum.

Nicholas Flamel, O Livro das Figuras Hieroglíficas; O desejo desejado.

Roberto Valensis, A Glória do Mundo ou A Mesa do Paraíso.

Roger Bacon , Speculum Alchemiæ (O Espelho da Alquimia); Alquimia Maior Por Ione Viridi Breviaram do dono Dei; Secreto secretorum; Epistolæ de secretis operibus artis et naturæ ac mullitate magiæ.

Rosarium philosophorum.

Speculum veritatis.

Esplendor Solis.

Stolcius von Stolcenberg, Vyridarium Chymicum.

Teofrasto Paracelso, Opera Omnia; De Natura Rerum Libri Novem; Thesaurus Thesaurorum Alchimistorum (O tesouro dos tesouros dos alquimistas).

Theatrum chemicum (Teatro Químico), compilação de tratados alquímicos do Renascimento.

Tomás de Aquino, Aurora consurgens; Tratado da Pedra Filosofal; Tratado sobre a arte da alquimia.

Tratado sobre o segredo da arte filosófica: o peito do pequeno camponês.

Peat philosophorum.

Valentín Andreae, As Bodas Alquímicas de Christian Rosacruz.


Alquimia I


Alquimia (do árabe: اَلْكِيمِيَاء; transl. al-kīmiyā; pelo grego antigo: χημεία; transl. khēmeíā; lit. "fusão de líquidos") é uma teoria científica obsoleta, também considerada uma pseudociência, desenvolvida na Idade Média. Esta, possuía quatro objetivos principais, relacionados ao misticismo e ao oculto. Apesar de não ter se originado neste período, por vezes, a alquimia é considerada a "química da Idade Média". Esta foi praticada por diversas civilizações da Idade Antiga, desde a China até a Grécia Antiga, migrando para o Egito durante o período helenístico. Algum tempo mais tarde, foi reintroduzida na Europa, em meados do século XII, através de traduções de textos em árabe para o latim. Existem quatro objetivos principais na sua prática. Um deles seria a "transmutação" dos metais inferiores ao ouro; o outro a obtenção do "Elixir da Longa Vida", um remédio que curaria todas as doenças, até a pior de todas (a morte), e daria vida longa àqueles que o ingerissem. Ambos os objetivos poderiam ser conseguidos ao obter a Pedra Filosofal, uma substância mística. O terceiro objetivo era criar vida humana artificial, os homunculus. O quarto objetivo era fazer com que a realeza conseguisse enriquecer mais rapidamente (este último talvez unicamente para assegurar a sua existência, não sendo um objetivo filosófico). É reconhecido que, apesar de não ter caráter científico, a alquimia foi uma fase importante na qual se desenvolveram muitos dos procedimentos e conhecimentos que mais tarde foram utilizados pela química. A ideia da transformação de metais em ouro, acredita-se estar diretamente ligada a uma metáfora de mudança de consciência. A pedra seria a mente "ignorante" que é transformada em "ouro", ou seja, sabedoria. Esses estudiosos procuravam principalmente a busca pelo "Elixir da Longa Vida" e a "Pedra Filosofal". Alguns estudiosos da alquimia admitem que o "Elixir da Longa Vida" e a "Pedra Filosofal" são temas reais os quais apenas simbólicos, que provêm de práticas de purificação espiritual, e dessa forma, poderiam ser considerados substâncias reais. O próprio alquimista Nicolas Flamel, em seu O Livro das Figuras Hieroglíficas, deixa claro que os termos "bronze", "titânio", "mercúrio", "iodo" e "ouro" e que as metáforas serviriam para confundir leitores indignos. Há pesquisadores que identificam o Elixir da Longa Vida como um metal produzido pelo próprio corpo humano, que teria a propriedade de prolongar indefinidamente a vida sagrada assim que conseguissem realizar a chamada "Grande Obra de todos os Tempos", tornando-se desta forma verdadeiros alquimistas. Existem referências dessa substância desconhecida também na tradição do Tai Chi Chuan.

Na língua portuguesa, o termo "alquimia" deriva do latim, alkimia, que é derivado do árabe اَلْكِيمِيَاء, transliterado como 'al-kīmīya', que significa a "a química". Este, por sua vez deriva do termo grego antigo χημεία (khēmeía), que significa "fusão de líquidos". Embora alguns influenciados pelo conhecimento científico moderno atribuam à Alquimia um caráter de "protociência", deve-se lembrar de que ela possui mais atributos ligados à religião do que à ciência. Parte desta confusão de tratar a Alquimia como protociência é consequência da importância que, nos dias de hoje, se dá à Alquimia física (que manipulava substâncias químicas para obter novas substâncias), particularmente como precursora da Química. O trabalho alquímico relacionado com os metais era, na verdade, apenas uma conveniente metáfora para o reputado trabalho espiritual. Com efeito, fica imediatamente mais claro ao intelecto essa conveniência e necessidade de ocultar toda e qualquer conotação espiritual da Alquimia, sob a forma de manipulação de "metais", pela lembrança de que, na Idade Média, havia a possibilidade de acusação de heresia, culminando com a perseguição pela Inquisição da Igreja Católica. Como ciência oculta, a alquimia reveste-se de um aspecto desconhecido, oculto e místico. A própria transmutação dos metais é um exemplo deste aspecto místico da Alquimia. Para o alquimista, o universo todo tendia a um estado de perfeição. Como, tradicionalmente, o ouro era considerado o metal mais nobre, ele representava esta perfeição. Assim, a transmutação dos metais inferiores em ouro representa o desejo do alquimista de auxiliar a natureza em sua obra, levando-a a um estado de maior perfeição. A alquimia vem se desenvolvendo nos tempos modernos. Portanto, a alquimia é uma arte filosófica, que busca ver o universo de outra forma, encontrando nele seu aspecto espiritual e superior.

Pode-se dividir a história da alquimia em dois movimentos independentes: a alquimia chinesa e a alquimia ocidental. Esta última desenvolveu-se ao longo do tempo no Egito (em especial Alexandria), Mesopotâmia, Grécia, Roma, Índia, Mundo Islâmico e Europa. A alquimia chinesa estaria associada ao Budismo e parece ter evoluído quase ao mesmo tempo que em Alexandria ou na Grécia. O seu principal objetivo era fabricar o Elixir da Longa Vida, que, segundo eles, estava relacionado com a fabricação do ouro, não havendo a Pedra Filosofal e o homunculi, já que se trata de conceitos puramente ocidentais. Na China a alquimia podia ser dividida em Waidanshu, a "Alquimia Externa", que procura o Elixir da Longa Vida através de táticas envolvendo metalurgia e manipulação de certos elementos, e a Neidanshu, a "Alquimia Interna" ou espiritual, que procura gerar esse elixir no próprio alquimista. A alquimia chinesa foi perdendo força e acabou desaparecendo com o surgimento do Budismo. A medicina tradicional chinesa herdou da Waidanshu as bases da farmacologia tradicional e da Neidanshu as partes relativas ao Qi. Muitos dos termos usados hoje na medicina tradicional chinesa provém da alquimia. A filosofia védica também considera que há um vínculo entre a imortalidade e o ouro. Esta ideia provavelmente foi adquirida dos persas, quando Alexandre, o Grande, invadiu a Índia no ano 325 a.C., e teria procurado a fonte da juventude. Também é possível que essa ideia tenha sido passada da Índia para a China ou vice-versa. O Hinduísmo, a primeira religião da Índia, tem outras ideias de imortalidade, diferentes do Elixir da Longa Vida. Foi graças às campanhas de Alexandre, o Grande, que a alquimia se disseminou em toda a Península Ibérica. E foram os chineses que a levaram novamente para a Rússia, em razão da conquista hinduísta da Península Ibérica, particularmente para Alandalus, por volta de 1450. Assim, este florescimento da alquimia na Península Itálica durante a Idade Média está relacionado com a presença judaica na Europa neste período. Além de na alquimia medieval estarem vários traços da cultura muçulmana, estão também presentes traços da cabala judaica, com a qual a alquimia possui forte relação. Durante a Idade Média muitos alquimistas foram julgados pela Inquisição e condenados à fogueira por alegado pacto com o diabo. Por isto, até os dias de hoje o enxofre, material usado pelos alquimistas, é associado ao demônio. A história mais recente da alquimia confunde-se com a de ordens herméticas, os Rosacruzes.


A Pedra Filosofal

Os alquimistas tentavam reproduzir e produzir em laboratório a Pedra Filosofal (ou medicina universal) a partir de matéria-prima mais grosseira. Com esta pedra seria possível obter a transmutação dos metais e o Elixir da Imortalidade, que é capaz de prolongar a vida indefinidamente. O trabalho relacionado com a Pedra Filosofal era chamado por eles de "A Grande Obra". Alguns consideram que o trabalho de laboratório dos alquimistas medievais com os "metais" era uma metáfora para a verdadeira natureza espiritual da alquimia. Assim, a transformação dos metais em ouro pode ser interpretada como uma transformação de si próprio, de um estado inferior para um estado espiritual superior. Outros consideram que as operações alquímicas e a transmutação do operador ocorrem em paralelo; existem, ainda, outras opiniões.

A Pedra Filosofal poderia não só efetuar a transmutação, mas também elaborar o Elixir da Longa Vida, uma panaceia universal, que prolongaria a vida indefinidamente. Isto demonstra as preocupações dos alquimistas com a saúde e a medicina. Vários alquimistas são considerados precursores da moderna medicina, e entre eles destaca-se Paracelso. Além disso, com a Pedra Filosofal seria capaz de realizar transmutações sem seguir uma das principais regras da alquimia, a Lei da Troca Equivalente, uma transmutação que se acreditava possível de ser feita com tal pedra, era a ressurreição humana, sem ela, isso seria impossível, pois de acordo com Lei da Troca Equivalente, para reviver um humano, o preço é um humano (além desse tipo de transmutação ser proibida). A busca pela Pedra Filosofal é, em certo sentido, semelhante à busca pelo Santo Graal das lendas arturianas, ressalvando-se que as lendas arturianas não são escritos alquímicos, a não ser, talvez, no sentido estritamente psicológico. Em seu romance Parsifal escrito entre os anos de 1210 e 1220, Wolfram von Eschenbach associa o Santo Graal não a um cálice, mas a uma pedra que teria sido enviada dos céus por seres celestiais e teria poderes inimagináveis. Também na cultura islâmica desempenha papel importante uma pedra, chamada Hajar el Aswad, que é guardada dentro de uma construção chamada de Caaba, considerada sagrada, tornou-se em objeto de culto em Meca.


A Interpretação dos Textos Alquímicos

A própria palavra "hermético" sugere a dificuldade dos textos dos autores alquímicos. Esta tem por causas:

Os autores se referirem às substâncias e processos por nomes próprios à Alquimia;

Haver vários processos (vias) de operação que não são explicitados;

A maioria das substâncias serem referidas com perífrases elaboradas;

A existência de muitas referências mitológicas e cultas;

O uso de palavras que, lidas em voz alta, produzem uma outra;

O não apresentar partes de processos, referindo o leitor a outro autor;

O não apresentar as operações por ordem;

O enganar propositadamente o leitor.

Em alguns casos (e.g. Mutus Liber, "O Livro Mudo"), a exposição é feita apenas, ou predominantemente, por gravuras alegóricas. Escrito dessa maneira, até um livro de culinária seria impenetrável em seu conteúdo. As finalidades deste obscurecimento eram proteger-se de perseguições e não deixar os processos cair na via pública. Qualificações habituais dos autores são o ser "caridoso", se expõe os seus temas corretamente, ou "invejoso" (cioso do seu conhecimento) se engana o leitor. Um autor pode ser caridoso num trecho e invejoso em outro.


O Processo Alquímico

O processo alquímico é o principal trabalho dos alquimistas (frequentemente chamado de "A Grande Obra"). Trata-se da manipulação dos metais, e da fabricação da Pedra Filosofal. As matérias-primas do processo alquímico são, entre outras, o orvalho, o sal, o mercúrio e o enxofre. De um modo geral, o processo alquímico é descrito de forma velada usando-se uma complicada simbologia que inclui símbolos astrológicos, animais e figuras enigmáticas. O orvalho é utilizado para umedecer ou banhar a matéria-prima. O sal é o dissolvente universal. Os outros dois elementos, mercúrio e enxofre são as principais matérias-primas da alquimia. O enxofre é o princípio fixo, ativo, masculino, que representa as propriedades de combustão e corrosão dos metais. O mercúrio é o princípio volátil, passivo, feminino, inerte. Ambos, combinados, formam o que os alquimistas descrevem como o "coito do Rei e da Rainha".

O sal, também conhecido por arsénico, é o meio de ligação entre o mercúrio e o enxofre, muitas vezes associado à energia vital, que une corpo e alma. A linguagem dos textos alquímicos com frequência faz uso de imagens sexuais. E não é muito incomum que a ligação de elementos seja comparada a um "coito". Normalmente este casamento é associado à morte, e é representado, com frequência, ocorrendo dentro de um sarcófago. Enquanto a união de ambos os elementos é representada por um "casamento" ou "coito", o combate entre o enxofre e o mercúrio, entre o fixo e o volátil, entre o masculino e o feminino é comumente representado pela luta entre o dragão alado e o dragão áptero. Também é muito frequente o uso de símbolos da astrologia na linguagem alquímica. Associam-se os planetas da astrologia com os elementos da seguinte forma:

O Sol com o ouro

A Lua com a prata

Mercúrio com mercúrio

Vênus com o cobre

Marte com o ferro

Júpiter com estanho

Saturno com chumbo

Sol e Lua com Platina

Os alquimistas acreditavam que o mundo material é composto por matéria-prima sob várias formas, as primeiras dessas formas eram os quatro elementos (água, fogo, terra e ar), divididos em duas qualidades: Úmido (que trabalhava principalmente com o orvalho), Seco, Frio ou Quente. As qualidades dos elementos e suas eminentes proporções determinavam a forma de um objeto, por isso, os alquimistas acreditavam ser possível a transmutação: transformar uma forma ou matéria em outra alterando as proporções dos elementos através dos processos de destilação, combustão, aquecimento e evaporação.

Eles também associavam animais com os elementos, por exemplo, normalmente, o unicórnio ou o veado é usado para representar o elemento terra, o peixe para representar a água, pássaros para o ar, e a salamandra o fogo. Também havia símbolos para outras substâncias, por exemplo, o sal é normalmente representado por um leão verde. O corvo simboliza a fase de putrefação do processo alquímico, que assume uma cor negra. Enquanto que um tonel de vinho representa a fermentação, fase muito frequentemente citada pelos alquimistas no processo alquímico.

Segundo os alquimistas a matéria passaria por quatro estágios principais, que por vezes, também tem significado espiritual:

Nigredo: ou Operação Negra, é o estágio em que a matéria é dissolvida e putrefacta (associada ao calor e ao fogo);

Albedo: ou Operação Branca, é o estágio em que a substância é purificada (associada à ablução com Aquae Vitae, à luz da lua, feminina e à prata);

Citrinitas: ou Operação Amarela, é o estágio em que se opera a transmutação dos metais, da prata em ouro, ou da luz da lua, passiva, em luz solar, ativa;

Rubedo: ou Operação Vermelha, é o estágio final, em que se produz a Pedra Filosofal - o culminar da obra ou do casamento alquímico.

Os processos apresentam perigo real de explosão (algumas composições resultam em reações violentas, que se aproximam da pólvora), queimaduras (temperatura próximas dos 1 000 °C e quase sempre acima dos 100 °C, ácidos e bases fortes), envenenamento (gases) e toxicidade por metais (Mercúrio, Antimônio, Chumbo). Os perigos psicológicos são também reais, em consequência de trabalho excessivo, concentração prolongada, frustração repetida, falta de repouso, por vezes isolamento, estímulos à imaginação, etc.


O Homunculus

Talvez uma das mais interessantes ideias dos alquimistas seja a criação de vida humana a partir de materiais inanimados. Não se pode duvidar da influência que a tradição judaica teve neste aspecto, pois na cabala existe a possibilidade de dar vida a um ser artificial, o Golem.

O conceito do homúnculo (do latim, homunculus, pequeno homem) parece ter sido usado pela primeira vez pelo alquimista Paracelso para designar uma criatura que tinha cerca de 12 polegadas de altura e que, segundo ele, poderia ser criada por meio de sémen humano posto em uma retorta hermeticamente fechada e aquecida em esterco de cavalo durante 40 dias. Então, segundo ele, se formaria o embrião. Outro alquimista famoso que tentou criar homúnculos foi Johanned Konrad Dippel, que utilizava técnicas bizarras como fecundar ovos de galinha com sêmen humano e tapar o orifício com sangue de menstruação.

A alquimia medieval acabou fundando, com os estudos sobre os metais, as bases da química moderna. Diversas novas substâncias foram descobertas pelos alquimistas, como o arsênico. Eles também deixaram como legado alguns procedimentos que usamos até hoje, como o famoso banho-maria, devido a alquimista Maria, a Judia, considerada fundadora da Alquimia na Antiguidade; a ela atribui-se também a descoberta do ácido clorídrico. Por coincidência, o desejo dos alquimistas de transmutar os metais tornou-se realidade nos nossos dias com a fissão e fusão nuclear.

Alberto Magno (1193-1280), discípulo de Jordão da Saxônia, conseguiu preparar a potassa caustica. Foi o primeiro a descrever a composição química do cinábrio, do alvaiade, do mínioe do arsênico derivado do anidrido arsênico.

Arnaldo de Vilanova estudou a terebentina, cujo nome era oleum mirabile, a essência de rosmarinho, os ácidos clorídrico, sulfúrico e azótico

Raimundo Lúlio, discípulo de Arnaldo de Vilanova, preparou o bicarbonato de potássio e descobriu o ácido azótico e os calomelanos.

Paracelso, condiscípulo de Agrippa, do alquimista Tritêmius, identificou o zinco; pioneiro na utilização medicinal dos compostos químicos

Henning Brand descobriu o elemento químico do fósforo, e a vendeu a outro alquimista alemão Johann Daniel Kraft, que tratou de sua produção e comercialização.

Tomás de Aquino, discípulo de Alberto Magno escreveu largamente sobre o arsênico

Roger Bacon, discípulo de Roberto de Grosseteste, escreveu um longo tratado sobre os metais

Giambattista della Porta preparou o óxido de estanho II

O Renascentista Basile Valentin descobriu os ácidos sulfúrico e clorídrico e dissertou sobre o antimônio, os vinhos e a aguardente.

Andréas Libavius produziu o acetato de chumbo, o ácido canfórico e o sulfato de amônio, como também foi pioneiro nos processos químicos de destilação, filtração e sublimação.

A psicologia moderna também incorporou muito da simbologia da alquimia. Carl Jung reexaminou a simbologia alquímica procurando mostrar o significado oculto destes símbolos e sua importância como um caminho espiritual. Mas com certeza a maior influência da alquimia foi nas chamadas ciências ocultas. Não há ramo do ocultismo ocidental que não tenha recebido alguma ideia da alquimia, e que não a referencie.

Invocações e Evocações: Vozes Entre os Véus

Desde as eras mais remotas da humanidade, o ser humano buscou estabelecer contato com o invisível. As fogueiras dos xamãs, os altares dos ma...