domingo, 9 de janeiro de 2022

Los Orígenes del Movimiento Gnóstico

Uno de los problemas más desalentadores planteados por los escritos cópticos gnósticos es la pregunta de los orígenes.

¿Quién escribió estos documentos, y de dónde vinieron sus autores? Es enojoso explorar este material sin ninguna idea concreta de su origen humano en términos culturales, históricos o geográficos.

Incluso asumiendo que los códices egipcios son traducciones de "escrituras originales" de gnósticos que pertenecieron a cultos esparcidos por Egipto y el Cercano Oriente, seguimos confusos en cuanto a dónde se originó primeramente el movimiento gnóstico.


Un Cuento Enredado


Los tratados de Nag Hammadi son una manufactura tardía de los escribas, pobre y erráticamente ejecutados.

Ellos fueron copiados y traducidos - no escritos - por escribas coptos que usaron un lenguaje improvisado, por monjes del desierto que pueden haber entendido muy poco de lo que ellos estaban traduciendo. No sabemos nada sobre la condición de los textos griegos que ellos usaron, o por qué ellos estuvieron encargados de hacer esas traducciones.

Siendo esto así, mi erudita conjetura es probablemente tan buena como la de cualquiera: yo diría que los "originales" fueron toscos apuntes tomados por estudiantes en las escuelas de Misterios, o lo que quedaba de ellas.

Las notas pueden haber sido traducidas al copto - en mi opinión, una forma de taquigrafía de los escribas más que un lenguaje genuino - como un ejercicio de escritura para los escribas, más bien que la fijación fiel de los textos.

Esto es difícil de imaginar, quizás, y penoso admitirlo. Pero el hecho terrible es que estos preciosos documentos están consternadoramente mal hechos, y son defectuosos e incoherentes.

Sabemos dónde estaban ocultos los códices de Nag Hammadi, pero no quién los puso allí, ni por qué. (Sobre mi idea de que ellos pudieron haber estado relacionados con el templo de Hathor en Dendera, a muy corta distancia de Nag Hammadi, vea Cuando los Misterios Murieron).

No tenemos idea de dónde pudieron haber sido escritos y almacenados los originales, pero la Biblioteca Real de Alejandría es una posibilidad.

Hay alguna evidencia de artefactos y arquitectónica de que las sectas gnósticas estaban establecidas alrededor de la cuenca del Mediterráneo, incluyendo Palestina, cerca del campamento de los "justos" (zaddikim) en el Mar Muerto.

Los "originales" se pudieron haber originado en cientos de sitios.

Más allá de la pregunta sobre los orígenes textuales de los documentos gnósticos sobrevivientes, surge la pregunta mayor de los orígenes de los gnósticos mismos. Los académicos ignoran hoy este problema como insoluble e indigno para dedicarle tiempo.

Ellos sólo se interesan en los escritos coptos en tanto revelan algo sobre los orígenes del cristianismo, no del gnosticismo.

Ningún académico formal considera que el contenido de las enseñanzas gnósticas y la instrucción de las escuelas de Misterios como tales sean dignos de discusión.

Esta actitud de desatención se extiende también a los orígenes culturales, históricos y geográficos del movimiento gnóstico.

No siempre fue así, sin embargo. Hace cien años, medio siglo antes del descubrimiento de Nag Hammadi, algunos estudiosos que trabajaban en los códices Berlín, Askew y Ahkmin, y en las paráfrasis de la enseñanza gnóstica encontradas en la polémica de los padres de la Iglesia (es decir, el expediente del procesamiento), tomaron un profundo interés en los orígenes pre-cristianos del movimiento.

Cuando Doresse publicó The Secret Books of the Egyptian Gnostics en 1958, aún había algún debate acerca de dónde se había originado el movimiento gnóstico. Increíblemente, Doresse, un arqueólogo católico que era abiertamente hostil hacia los gnósticos, fue el único erudito post-Nag Hammadi que citó lo que los gnósticos mismos tuvieron para decir sobre las fuentes de su movimiento.

Y por tal motivo circula un cuento largo y enredado.

El cuento conduce desde Éfeso hacia el Este más allá de Hattusash, fría ciudadela de los hititas, y en la profunda Asia Menor: primero a Harrán, la bulliciosa encrucijada donde Abraham llegó en su último tramo de su exilio desde Ur de los caldeos.

Luego a Ctesifonte, proverbial por los suaves acopios de ámbar en su mercado, y a Partia, hogar de los mayores arqueros en el mundo, pasando por los dispersos campamentos de los sabeos, astrónomos que leyeron en sus trances místicos los secretos de los trece Eones celestiales.

Luego más profundo en Asia, más allá de Nínive, rica en cortesanas, y más allá de Ecbatana, ciudad llena de humo, de cien puertas, girando al norte hacia los escarpados montes Elbruz, y ascendiendo a la alta llanura delante del monte Hermón, la montaña blanca de Seir, no lejos del reluciente azul metálico del Mar Caspio.

Hablando en buen romance, esto conduce a Azerbaiyán, en la frontera noroccidental de Irán. Allí, delimitada al norte por el río Araxes, una alta meseta alimentada por el lago Urmia marca la matriz geográfica del movimiento gnóstico.


Doresse escribió:


"Allí encontramos leyendas anteriores al gnosticismo: aquellas, por ejemplo, que atribuían un carácter sagrado al monte Hermón, la supuesta residencia de los Hijos de Set, a principios de la existencia humana". (p. 255)


Sabiduría Estelar


"Hijos de Set" es el nombre legendario que los gnósticos asignaron a un linaje sagrado de phosters, o reveladores.

El nombre Set aparece en la Biblia, en Génesis 4:25:

"Y Adán tuvo sexo con su esposa otra vez, y ella engendró un hijo, y llamó su nombre Set. Porque Dios, dijo ella, me ha designado otra semilla en vez de Abel, a quien Caín quitó la vida".

Significativamente, ésta es la única vez en que es nombrado.

Set pertenece a "otra semilla", un linaje puesto aparte en la narrativa judeo-cristiana de la "historia sagrada". Desde el comienzo de su historia, los gnósticos están situados fuera de la narrativa convencional de la vida espiritual occidental.

Por el propio relato de los Setianos, una tradición de conocimiento secreto acerca de asuntos divinos fue transmitida desde tiempos remotos por una sucesión de hombres y mujeres que habían dominado el método iluminista, la Gnosis.

Los Reveladores eran un cuerpo de élite que funcionaba dentro de un único complejo cultural y espiritual que surgió en el Irán prehistórico: la Orden de los Magos (Magian Order).


Académicos alemanes como,

Gustav Widengren

Richard Reitzenstein

M. H. Schraeder,


...que son en gran parte ignorados hoy, ahondaron profundamente en las raíces prehistóricas de la religión irania conocida como zurvanismo.

Éste es el germen de la doctrina del dualismo cósmico atribuído al profeta persa Zoroastro, y esparcida a través del mundo por los miembros de su orden religiosa, los Magos.

Reitzenstein particularmente intuyó que las ideas gnósticas estaban bajo la influencia del dualismo persa, o zurvanismo, pero fue incapaz de señalar en qué manera. Nadie desde su época ha hecho algo mejor. La investigación es complicada por la lejanía temporal de la religión irania, datando del sexto milenio a.C.

El dualismo persa es el gran enigma en la historia de las religiones. Hasta ahora ningún erudito en el mundo, ni siquiera Mircea Eliade, ha cascado la nuez Zoroastriana.

"Se dice que Zaratustra es 6.000 años más antiguo que Platón. Él aprendió la sabiduría universal enseñado por el Espíritu Bueno, que es el entendimiento excelente.

Su nombre traducido al griego, Astrothutes, significa 'adorador de la estrella'."

(El Prehistoriador Platón, p. 211)


En su elegante pequeño libro sobre los gnósticos, Jacques Lacarriere afirma que la gnosis era un camino de iluminación basado en la antigua sabiduría acerca de las estrellas.

El historiador judío Josefo dice que los Hijos de Set fueron ampliamente reverenciados como videntes celestes que,

"descubrieron las ciencias de los cuerpos celestiales y sus estructuras".

(Antigüedades, I.68-72)


En todo el Cercano Oriente y en Europa, los sacerdotes-astrónomos de la Orden de los Magos fueron conocidos en tiempos posteriores como "caldeos", un apodo que más bien induce a error.

Este término es una derivación de sumerio kasdim, relacionado con el hebreo chesed (un sefirot del Árbol de la Vida) y chassidim, "los piadosos", una secta ultraconservadora vinculada con los zaddikim.

La tendencia de la edición bíblica es a confundir y mezclar los temas caldeos con la Orden de los Magos, confiriendo legitimidad a los patriarcas por vía de asociación.

El padre de Abraham, Taré, era un sacerdote del templo del dios lunar, Sin, en la ciudad de Ur. Hay muchos saberes astro-mitológicos codificados en el Antiguo Testamento, evidencia de influencias Setianas y de los Magos.

Y, por supuesto, los Magos figuran vivamente en la fábula del Nuevo Testamento sobre el nacimiento del salvador.

Una nota de un escriba puesta en el margen del Alcibiades, un escrito atribuído a Platón, da por cierta la leyenda de que Zoroastro vivió en el séptimo milenio a.C. Varias otras fuentes clásicas, incluyendo a Aristóteles, Plinio y Plutarco, también nos dicen que "el Mago" vivió 6.000 años antes de la muerte de Platón.

En su extraordinario y poco conocido libro, El Prehistoriador Platón (Plato Prehistorian), Mary Settegast sitúa el surgimiento de la Orden de los Magos, el sacerdocio original de la antigua religión irania, en la Era de los Gemelos, alrededor de 5.500 a.C., una fecha respaldada por las fuentes griegas.

Settegast se refiere aquí al orden temporal del Zodíaco basado en la precesión de los equinoccios. La Era de los Gemelos, o de Géminis, duró desde 6.200 a 4.300 a.C.

El tema del dualismo asociado con la constelación de los Gemelos es coherente con el tema central de la religión irania, el dualismo cósmico absoluto, el Bien contra el Mal. Pero este tipo de dualismo no es lo que encontramos en las enseñanzas gnósticas.

En Not in His Image, distingo entre el dualismo que proviene de una fuente y el dualismo de dos fuentes (el holograma de dos fuentes de Philip K. Dick).

Este último es típico de las escrituras gnósticas. En el mito de Sophia no hay ninguna división interna en la Divinidad (el Pleroma), pero hay una proyección anómala desde ella, estableciendo un escenario de dos mundos.

La mayoría de los historiadores no usan la sucesión zodiacal para enmarcar la investigación histórica y prehistórica, pero Settegast lo hace de manera sobresaliente. El indólogo y mitólogo Alain Danielou y el historiador de la cultura William Irwin Thompson también adoptan esta técnica.

Yo mismo la he aplicado extensamente durante más de treinta años.

El marco de las Eras es una herramienta heurística, no un timo astrológico.

La precesión se legitimó en la investigación académica en 1969, debido a la publicación de Hamlet’s Mill por Giorgio de Santillana y Herta von Dechend, pero el libro no aplica sistemáticamente la precesión al análisis de los acontecimientos históricos.

Settegast usa hábilmente la precesión para coordinar los antiguos testimonios sobre la Orden de los Magos con la investigación arqueológica, por una parte, y el análisis histórico y religioso, por otra.

En mis propias investigaciones con la herramienta maestra de la precesión, el Zodiaco de Dendera [bajorrelieve que estaba en un templo en Dendera, Egipto, y hoy secuestrado en el Louvre], he encontrado que las Eras zodiacales guardan correlación con conocidos acontecimientos históricos y arqueológicos con una coherencia impresionante, y a menudo en detalles asombrosos.

El Eje C del Zodiaco de Dendera, que data aproximadamente de 5.600 a.C., marca la Era de los Gemelos. Una figura en mármol blanco de la "diosa doble" de Çatal Hüyük VI presenta claramente el motivo de los Gemelos.

En Çatal Hüyük [en Turquía] los arqueólogos han encontrado doce capas sucesivas de construcciones, que representan distintas etapas de la ciudad y reflejan diferentes épocas de su historia.

Los estratos superiores del montículo, que contienen las edificaciones más recientes, están datadas como pertenecientes a 5.600 a.C., la fecha del Eje C y la reliquia de la diosa doble.

 Yo podría ofrecer docenas de ejemplos similares...


El Ombligo Oculto


Los sacerdotes astrónomos de la Orden de los Magos y otros videntes observadores de los cielos, desde Hibernia hasta el Valle del Indo, habrían usado el movimiento precesional para rastrear el curso de la experiencia humana en el largo plazo.

Los Magos llevaron consigo este método desde la Meseta Urmiana y lo esparcieron por toda la Fértil Media Luna. En Eridu (Ur entre los caldeos), directamente al Sur del oculto centro de origen del movimiento gnóstico, el desplazamiento precesional habría sido enseñado a los primeros teócratas sumerios.

Pero una vez que fue transmitido a sacerdotes y controladores sociales apoyados por el Estado de las tempranas teocracias del Cercano Oriente, la precesión perdió su valor como un instrumento para la planificación y la guía educacional.

Los telestai [del griego telos = finalidad] dedicados a guiar a la Humanidad entraron en conflicto con otros Magos cuyos objetivos eran políticos. La eventual división en la Orden de los Magos se traspasó a tales asuntos arcanos.

El período cuando el movimiento gnóstico surgió en la Prehistoria es identificado arqueológicamente por la cultura Hajji Firuz Tepe (5.500-5.000 a.C.) del Irán noroccidental.

Está centrado en la cuenca Urmiana, exactamente donde los gnósticos localizaron su hogar espiritual.

La cultura es nombrada por un sitio excavado al extremo sur del lago Urmia, directamente al Este del lago Van en Armenia. Al Norte del lago Van surge el monte Ararat, donde se dice que el arca de Noé llegó a reposar.

 Sobre el lago Urmia surge el monte Kuh-I-Khwaga [?], la "Montaña Blanca de Seir", considerada sagrada por los gnósticos durante un período aproximadamente de cinco mil o seis mil años después de que su tradición fuera fundada allí.

Una leyenda insinuada en los códices coptos dice que el linaje de los Reveladores [phosters, del griego phos = luz] comenzó en la Montaña de Seir con una pareja iluminada, Set y su consorte Norea.

Los mandeos de los pantanos de Iraq, cuyas creencias muestran muchas semejanzas con el gnosticismo, cuentan una leyenda paralela de una pareja fundadora, Anosh-Uthra y Yohanna, que establecieron su base en la Montaña Blanca.

Seir es una raíz indo-irania, del mismo origen que Syr y Shri, "santo, consagrado, sacro".

Urmia se deriva de la antigua palabra persa para agua. El lago Urmia es una Reserva de la Biósfera de la UNESCO.

Según una antigua leyenda que sobrevive localmente hasta este día, la ciudad a la orilla del lago Urmia fue el lugar de nacimiento de Zoroastro.

"Un muy antiguo centro de los Magos estuvo localizado en el lago Urmia", escribe Settegast. (p. 215)

Algunos rastros de este temprano establecimiento sobreviven en la zona.

Las excavaciones en Hajji Firuz Tepe han entregado una rica evidencia arqueológica, incluído un plato de cerámica quemada de la cultura halafiana de Palestina, contemporánea de ella, es decir, el plato fue llevado desde Palestina a Urmia.

El decorado muestra el motivo de los dieciséis pétalos, la firma de las células de Misterios (Settegast, fig. 121a)

Es probable que la organización de los cultos de Misterios en el Cercano Oriente, así como la técnica y enseñanza que ellos transmitieron, se derive de la remota matriz irania.

La Orden de los Magos se propagó desde la cuenca del lago Urmia en todas las direcciones:

hacia el Norte por las montañas del Cáucaso, hacia el Sur a Iraq, hacia el Este hacia India, y hacia el Oeste a Asia Menor y Europa.

Pero cuando la diseminación prosiguió, la Orden gradualmente se dividió en dos ramas distintas:

los gnósticos y los Illuminati, como podríamos llamarlos ahora.

Cada rama funcionó con motivos y métodos diferentes.


Maestros de la Enseñanza


"Los iranólogos han encontrado que el problema de los Magos es uno de los más apremiantes, así como uno de los más difíciles en la historia del mundo antiguo". (Settegast, p. 215)

Dentro de la Orden, a los gnósticos se les dio el título de vaedemna, "el vidente, el sabio", para diferenciarlos del sacerdote, el zoatar, que ejercía su cargo abiertamente en la sociedad y aconsejaba a los teócratas del Medio Oriente en asuntos de política y moralidad social, para no mencionar la planificación agrícola, pues Zoroastro fue, de acuerdo a todos los relatos, responsable de la introducción de la agricultura planeada y en gran escala.

Los iranólogos consideran que el problema de los Magos es uno de los más apremiantes, así como uno de los más difíciles, en la historia del mundo antiguo.

Sostengo que el problema puede ser esclarecido, aunque no completamente solucionado, distinguiendo a los Magos que permanecieron comprometidos con la educación y la iluminación espiritual, de aquellos otros que llegaron a involucrarse en política y administración social, aquellos que más tarde serían conocidos como los Illuminati.

La palabra parsi zoatar es el origen de la palabra griega soter = "salvador". La tradición judeo-cristiana-islámica presenta varias permutaciones de la figura del Redentor o soter.

La religión redentora, basada en un agente sobrehumano que pone en práctica la voluntad de la deidad paternal, es llamada soteriológica.

En la religión hebrea este agente es el mesías, concebido o bien como una persona humana - el rey de los judíos - o como una entidad sobrehumana como Melquisedec (culto de los zaddikim).

En el cristianismo, es Jesús como la encarnación del Cristo, el hijo unigénito de Dios, siguiendo la teología híbrida de Pablo. En el Islam, la figura redentora es plural, asumiendo la forma de varios Imanes y maestros ocultos.

El conflicto entre sunitas y chiítas es acerca de la sucesión de los Imanes después de Mahoma.

En todos los casos, el soter es una figura patriarcal, la autoridad central en un culto teocrático cuyo objetivo último - no se equivoque - es dominar el mundo entero imponiendo un orden social y espiritual basado en los dictados de un padre dios de fuera del planeta que habla exclusivamente a demagógicos varones blancos.

La soteriología (soteriology) persa es el origen del Orden Mundial Unificado compartido hoy por los complotadores neoconservadores y los fantasistas New Age por igual.

A lo largo de los siglos, ella produjo el plan maestro de los Magos que se involucraron en la ingeniería social, "los Illuminati", en contraste con los telestai o gnósticos que restringieron su trabajo a la dirección educativa y espiritual.

En los códices coptos la palabra soter aparece con frecuencia para designar al maestro o profesor gnóstico.

Pero otro término, phoster, es más cercano al sentido de vaedemna, una persona sabia o iluminada (similares: veda, vidya, wisdom = sabiduría, wit = ingenio).

No se desespere el lector creyendo que estoy hilando muy fino sobre términos. Debo señalar que un gran problema para la Humanidad radica en la diferencia entre un vidente y un sacerdote, especialmente un sacerdote patrocinado por el Estado.

Mary Settegast astutamente nota que los iranólogos,

"mantienen opiniones conflictivas en cuanto al entorno histórico del profeta".


El problema crucial es éste:


En un extremo Zaratustra ha sido descrito como un extático primitivo, una especie de "chamán"; en el otro, como un familiar mundano de los reyes corasmios [ss. XI-XIII] y la política de la corte (p. 215 y sigs.)

Aquí está la diferencia que ha desconcertado a todos los eruditos:

entre el chamán-vidente y el religioso sacerdotal que juega una mano en la política de la corte.

Para este último, la agricultura era parte de una vocación sagrada.

Puesto que el cultivo de la tierra era central en el mensaje de Zoroastro,

"los sacerdotes misioneros habrían sido probablemente tan experimentados en la técnica agrícola como en el dogma religioso... La irrigación, la fertilización, la cría de ganado, habrían sido parte de la sabiduría de un misionero". (p. 220)


¿Le suena esto inquietantemente familiar?

En la misión de los Magos zoroastrianos que tomaron el control de la organización social bajo el paradigma teocrático, tenemos el antiguo modelo del colonialismo invasivo y todo lo que esto implica, un modelo todavía en operación hoy.


Ahora considere el otro lado de la historia.


Según la opinión académica hoy y la tradición popular en la Antigüedad, los Magos fueron considerados no como misioneros con una agenda estatal a ejecutar, sino como,

"dedicados sirvientes de los Dioses" y "maestros de la enseñanza, acreditados con la iniciación en las "ciencias cosmológicas", el estudio no sólo de los cielos sino de los elementos y los reinos de la Tierra" (p. 215 y ss.)

¿A quiénes estamos describiendo aquí?

¿A misioneros o visionarios?

¿A iluminados emisarios de una alta cultura o a egoístas colonialistas?


Guías y Líderes


Dentro de los límites del presente artículo, no puedo hacer más que presentar el asunto de los Magos,

"uno de los más apremiantes, así como uno de los más difíciles, en la historia del mundo antiguo", como Mary Settegast observa.

No es sólo un problema para académicos, sin embargo; esto es un asunto que concierne al destino mismo de la Humanidad.

Determina el modo en que vemos el potencial humano y cómo enmarcamos los criterios morales y éticos por los cuales la sociedad es dirigida.

Este largo y enredado cuento del noroeste de Irán nos lleva a la cuestión principal de la experiencia social humana:

cómo definimos lo que es el mal, lo que trabaja contra la vida.


Para resumir:


los gnósticos se originaron en la Orden de los Magos, pero, de un modo crucial, ellos estuvieron en desacuerdo con ella también.

El movimiento gnóstico identificado por los eruditos a través de las escrituras coptas de Nag Hammadi y de otras partes, era un subproducto de la Orden de los Magos, incluso una suerte de apostasía.

El conflicto dentro de la Orden se debió principalmente a dos factores, uno ideológico y otro práctico. Ideológicamente, los videntes gnósticos rechazaron el conflictivo dualismo del sacerdocio zurvanista.

Reitzenstein y otros que situaron los orígenes del gnosticismo en el dualismo iranio no tuvieron bastante material original para reconocer que el dualismo gnóstico es un sistema de dos mundos, no un sistema de una fuente dividida.

Con "fuente dividida" quiero decir que el bien y el mal provienen de la misma fuente. Los gnósticos negaron rigurosamente esta opinión.

Ésta es, sin embargo, la doctrina zoroastriana central, heredada por una secta extremista de Palestina, los zaddikim del Mar Muerto, y absorbida en el cristianismo como un virus letal.

Hoy en día, entregando el discurso del estado de la Unión, el Presidente estadounidense confía fuertemente en la retórica del dualismo de la fuente dividida: nosotros los tipos buenos, ellos los tipos malos. Los gnósticos consideraban que el problema que enfrentaba la Humanidad no era el mal sino el error.

La absoluta oposición del bien y el mal era un concepto erróneo, y completamente ajeno a su cosmovisión. Las ideas gnósticas son maravillosa y diestramente manejadas, y sus enseñanzas son las más sutilmente matizadas cuando abordan los problemas del error y la responsabilidad humana.

Uno no encuentra nada de esta sofisticación en el rígido y conflictivo dualismo de Zoroastro.

En el segundo asunto, el aspecto práctico, el "extático primitivo, o chamán" no podría actuar como un animal político. Los chamanes son intermediarios entre la sociedad y el otro mundo, lo desconocido.

El vaedemna no entra en la política del control social, ni siquiera para ofrecer consejo, porque él o ella está consumido por otras prioridades.

Para los videntes gnósticos las prioridades eran mantener el linaje de los Reveladores, conservar el método sagrado de instrucción por la Luz Divina, y enseñar y transmitir al mundo de una manera amplia lo que ellos sabían.

Ellos estaban consagrados a un objetivo sagrado, un telos, que abarcaba dos dimensiones: el arte de la conducción y el trabajo de fabricación de cultura. Ellos guiaban a otros, pero no los manipulaban a la manera en que el zaotar o el sacerdote estatal lo hicieron.

Ellos dirigían a los individuos mediante la instrucción mística y el ejemplo del carácter. En suma, ellos delinearon una rigurosa frontera entre su objetivo consagrado (enseñar) y la ambición política de conducir.

Los mejores guías no son los líderes. Los mejores guías son como los espías, a quienes no les gusta ser seguidos.


Sabihondos

En su estudio definitivo, "La Historia del Término 'Gnostikos'," el historiador religioso Morton Smith escribió que,

"gnostikos no era una palabra común".

Él nota que respetados iniciados como el Emperador pagano Marco Aurelio no la usó. Tampoco era común en el judaísmo de lengua griega. ¡Parece haber sido usada por primera vez por Platón!


En el Politico 258e-267a, Platón se refiere al gnostike tejné,

"el arte de conocer", o quizás "el arte de administrar las cosas sabidas", a fin de sostener que "el político ideal es definido como el maestro del arte gnóstica".


Platón afirma que,

"si tal ser debiera aparecer, él sería un dios llegado para gobernar a la Humanidad".

Bien, aquí está, tan claro como el día: Platón juega la carta de la deificación.


Su noción de un gnostikos es la de un experto consejero en el gobierno teocrático; es decir, el gobierno de los dioses o de los que descienden de los dioses. Esto es pura basura, donde la haya.

Es sabido que Platón fue iniciado en Eleusis. Si él hubiera tenido contacto íntimo con los telestai, ¿cómo podría él haber abrazado y respaldado el programa de los Illuminati, los Magos que dirigen la agenda teocrática?.

Yo sugeriría que la respuesta está en la famosa analogía de la caverna de Platón. Según esta metáfora, los objetos en el mundo sensorial son meras sombras proyectadas por las Eidos, las Formas divinas, en el reino suprasensorial.

Pero la Luz Orgánica no proyecta ninguna sombra.

Concluyo que Platón, aunque iniciado, nunca fue testigo de la Luz Orgánica, el secreto medio de instrucción de los Misterios. Si él lo hubiera sido, nunca habría inventado la analogía de la Caverna.

Un fragmento del manifiesto de Platón de la política Illuminati, su libro "La República", se encuentra traducido en copto en Nag Hammadi (Códice VI, 5). Éste es el texto más antiguo en aquella biblioteca, datando de casi 700 años antes que los otros documentos.

Todavía ningún erudito ha comentado sobre el hecho altamente inusual de su inclusión en la recopilación. He advertido antes que los guardianes de los Misterios no se llamaban a sí mismos gnostikoi, sino telestai, "aquellos que tienen un propósito".

Es sabido que gnostokoi era el término dirigido a ellos en burla por los padres de la Iglesia: "sabelotodo, sabihondo".

Sostengo que los telestai renunciaron a este nombre ["gnósticos"] porque estaba asociado (vía Platón) con los ingenieros sociales y los consejeros especiales de la teocracia.

Es significativo que el único caso de una secta gnóstica conocida por haberse llamado sus miembros a sí mismos como gnostokoi era un grupo de carpocracianos conducido por una mujer llamada Marcellina.

Los carpocracianos tendieron a abrazar la doctrina hindú del descenso avatárico, es decir, la encarnación corporal de seres sobrehumanos, un elemento del escenario teocrático.


El grupo liderado por Marcelina,

"tenía cuadros y estatuas de muchos grandes profesores que fueron estimados con honor por su escuela, como Pitágoras, Platón y Aristóteles, y también un retrato de Jesús", según el informe de Orígenes.

(G. R. S. Mead, Fragmentos de una Fe Olvidada, p. 232 y ss.)


El culto de la personalidad era totalmente incompatible con la misión y el comportamiento de los telestai.

Ellos nunca habrían tolerado tales estatuas, pero la glorificación de "grandes hombres" es típica de la agenda teocrática.

Los telestai mantenían el anonimato dentro de su papel como místicos y guardianes de los Misterios, aunque como profesores que trabajaban abiertamente en la sociedad ellos por supuesto tenían nombres e identidades sociales.

En otras palabras, ellos no alardeaban de su conexión con los Misterios para lograr una posición social o prestigio.


Los nombres asignados a los gnósticos e iniciados eran realmente títulos más bien que nombres propios:

Asklepios (Æsculapius), por ejemplo.

Los nombres de muy pocos gnósticos - Simón Mago, Valentino, Basílides, Hypatia - han llegado hasta nosotros.

[A propósito de Esculapio], "El bondadoso y noble anciano con la serpiente sabia y benévola" es un arquetipo o el icono de un telestes, no un retrato verídico.

"Las estatuas de Cristo debían a veces algo a las estatuas de Asklepios. La consorte de los médicos era la Salud (Hygeia)... En cuanto a la serpiente, es la persona más importante en el santuario".

Statue from Epidauros, Roman period. Atlas of the Greek World, p. 162

Hoy usamos el insulto "gnóstico" para caracterizar al antiguo movimiento cuyos miembros se oponían, no sólo a su propia auto-glorificación, sino además al programa teocrático de grandes hombres y líderes masculinos establecidos e impuestos por Magos políticamente orientados.


Conclusión


La teocracia, el prototipo del gobierno patriarcal, es la carta de triunfo del juego de "víctima y criminal", como explico con mucho detalle en Not in His Image.

Si el tirano que aflige y recompensa a su pueblo puede convencerlo de que él ha sido designado para ello por un dios, o de que él mismo es un dios, entonces la autoridad divina es la que gobierna el día (como Constantino, el falso convertido, lo entendió tan bien).

Pero la teocracia, y el complejo dominador completo que ésta focaliza, era totalmente ajena a la misión teléstica de enseñar, aclarar, dirigir y enriquecer; en resumen, de estimular y cultivar el potencial humano. La voluntad para controlar y manipular el potencial humano nunca puede ser reconciliada con tal misión.

Esto es por qué los gnósticos originales, adeptos del éxtasis chamánico que enseñaban a partir de la instrucción recibida por la Luz, desertaron de la Orden de los Magos, la Orden alrededor de la meseta Urmiana en la Era de los Gemelos, alrededor de 6.000 a.C.

La división continuó después de 4.400 a.C., cuando el punto vernal estaba cambiando desde el Toro al Carnero. La Era del Carnero (c. 2.000–120 a.C.) es la era de Abraham y el ascenso del patriarcado, incluyendo el Imperio romano.

Alejandro el Grande gobernó el mundo antiguo cuando el equinoccio de primavera estaba localizado en las estrellas principales del Carnero [Aries], conocido como Amón entre los egipcios.

Por consiguiente, Alejandro se había hecho retratar en las monedas con los cuernos de Amón, y él organizó una iniciación en el santuario de Siwa [en Egipto] con el objetivo de elevarse a sí mismo a un status divino (otro ejemplo de verificación histórica y objetual del movimiento precesional).

Todo esto es totalmente consecuente con el progreso de la agenda teocrática en la Era de Aries.

Desde su tierra ancestral en el Irán noroccidental, los gnósticos habrían sido capaces de observar el desarrollo en la Fértil Media Luna, incluyendo el surgimiento de la agricultura y la urbanización en gran escala.

Su status como sabios nómades, los famosos "caldeos" de la Antigüedad, les habría dado todas las ventajas para observar tres desarrollos trascendentales:

el cambio desde el rey de sacrificio (el uso primario de una víctima propiciatoria, el método pharmakon)

al rey sagrado (rito modificado, requiriendo el hieros gamos, el acoplamiento sagrado con la Diosa, para asegurar el mérito humano del rey)

luego al rey redentor (varones ungiendo a varones, y al diablo con el ayuntamiento sagrado)

Ellos no podrían haber analizado estrechamente esta progresión, sin embargo, ni detectado la violencia patológica impulsada por las creencias redentoras tan profundamente como nosotros.

Al menos, no creo que hubieran podido. La absoluta contundencia de ella puede incluso haberlos tomado por sorpresa, sin contar la perfidia de las técnicas Illuminati, pervirtiendo los ritos regeneradores de los Misterios...

 

Os Heréticos Gnósticos


Heresia, segundo os modernos conceitos da língua portuguesa, é uma doutrina contrária aos dogmas estabelecidos pela Igreja. Em tempos mais remotos a palavra heresia longe de apontar uma aberração religiosa, como gostaria de nos fazer parecer aquela que a exemplo da humildade que promulga se auto-entitula Madre e Santa, apontava “um ato de escolha” , tendo evoluído este significado através dos tempos para “escolha de princípios filosóficos” e mais tarde para “uma escola ou seita”.

Foi somente no séc. IV, quando a formulação doutrinária da Igreja Católica Apostólica Romana passa a gerar sérias controvérsias em seu seio que o termo adquire um sentido pejorativo, passando a palavra heresia a designar “uma doutrina mantida dentro da Igreja, mas perturbadora de sua unidade”, uma verdadeira ofensa contra os ditames divinos, uma ameaça ao reino de Jesus, o qual, aliás, já havia dito que seu reino não era deste mundo. Bem, talvez o dele, mas não o do clero como podemos vivenciar até mesmo nos nossos dias…

A grande ameaça no séc. II ao reino da Igreja era chamada de gnosticismo e seus adeptos, os gnósticos, se diziam detentores de conhecimentos sublimes sobre a natureza e os atributos divinos. Conhecimentos estes que apenas eram revelados aos perfeitos e sempre através de um sistema iniciatório.

Considerados pelos ortodoxos da Igreja como loucos e perigosos representantes do demônio os gnósticos marcaram profundamente a história religiosa humana e, ironicamente, chegam ao nosso conhecimento através do relato de seus algozes, os quais, na tentativa de acabar com o poderoso magnetismo por eles exercido sobre a massa de fiéis, fazem relatos de suas práticas e crenças de forma a contrapor-lhes a “lógica” e a “sensatez” da ortodoxia. Desta forma, agradecemos aqui ao trabalho incansável de Ignácio de Antióquia, Irineu de Lion, Hipólito, Clemente de Alexandria e tantos outros bispos da Madre Igreja que na tentativa de expurgar o gnosticismo do seio cristão acabaram por torná-lo imortal através de suas depreciações deixando entrever, no meio a tantas censuras, o fio que levou os estudiosos do século atual até ao pensamento gnóstico. Deus escreve certo por linhas tortas!

Outra grande fonte de informações a respeito dos gnósticos e que vem elucidando muitas questões é a biblioteca de Nag Hammadi, descoberta em 1945. Esta biblioteca é composta de um grande número de textos gnósticos, os quais, foram cuidadosamente escondidos numa vasilha e enterrados com o objetivo de preservá-los das mãos destruidoras da Igreja, evitando assim que o conhecimento estivesse definitivamente perdido para as gerações futuras. Nossos agradecimentos a estes seres desconhecidos que com sua ação nos permitiram acesso a esta parte de nossa própria história.

O objetivo deste artigo é fornecer ao leitor um conhecimento geral sobre o Gnosticismo e suas diferentes seitas, em especial as cristãs, levando-o, quem sabe, a refletir sobre a grandeza de um passado que ainda está presente no coração de muitos e é futuro no espírito de outros tantos…


De volta ao passado

No séc. II o contexto religioso era composto pelo declínio da religião oficial do Império Romano, o paganismo, e a ascensão progressiva de religiões e seitas inspiradas nos ensinamentos orientais.

As guerras civis eram freqüentes, sendo consideradas um prenúncio da queda do Império de Roma. Esta velha obsessão em relação a queda do império, que era a esperança dos povos dominados e o temor do povo dominante, retratava-se nos Oráculos da época que anunciavam o apocalipse com a queda da Urbe.

A magia e a astrologia passam a fascinar tanto as classes populares quanto as elites, incluindo aqui não só os abastados em dinheiro e posses como também aqueles doutos em filosofia.

Todas estas confusões ideológicas e sociais tiveram uma trégua no reinado de Augusto , quando este, fundando novamente Roma, faz surgir a era da pax aeterna , atestada pela transição da idade do ferro para a idade do ouro que ocorre sem a tão decantada catástrofe cósmica prevista pelos oráculos orientais. Acabam-se os temores e Roma passa a ser novamente considerada invicta, a urbis aeterna, sendo Augusto considerado o segundo fundador da Urbe. A sua data natalícia, 23 de setembro, foi considerada “o ponto de partida do universo” ao qual o imperador havia salvo da apocalipse total.

Augusto mostra-se um verdadeiro romano e adota a religião pagã como a oficial, presta homenagens aos antigos deuses, manda reformar os velhos templos e erigir outros, respeita os sonhos como avisos e consulta oráculos em busca de diretrizes para o futuro. A pax realmente torna-se um fato, mas a história infelizmente atesta que ela não era aeterna. Com a morte de Augusto retornam a Roma as guerras civis e o Império volta a declinar.

O culto à persona do imperador torna-se mais popular após as glórias de Augusto e o velho hábito de deificar o imperador após a sua morte toma o espírito religioso popular com grande intensidade.

No séc. II, a recusa em celebrar o culto do imperador foi a principal causa de perseguição aos cristãos. Esta perseguição tinha o apoio da opinião pública que odiava a religião emergente considerando-a excêntrica e pessimista, visto que, estimulava a esperança no pós-morte. O cristianismo era uma religião clandestina, sujeitando aqueles que a praticavam às punições oficiais. Acreditava-se que ele estimulava o incesto, o infanticídio e a antropofagia, além de cometer o crime de lesa-majestade e de ser eminentemente ateísta. Ser cristão era ser um fora-da-lei!

Realizam-se perseguições sangrentas às seitas cristãs, sendo a última delas levada a cabo por Diocleciano, considerada também a mais longa e a mais violenta.

Façamos porém um parênteses em favor de Diocleciano que longe de ser o imperador cruel e maligno divulgado pela cristandade, foi um governante primoroso que conseguiu restabelecer a paz no império, eliminando o direito ao trono por herança e instituindo o sistema de co-regências. É fato realmente curioso que Diocleciano, “aquele que odiava os cristãos”, tivesse permitido que sua própria esposa e filha se tornassem adeptas desta nova religião e abandonassem de vez as adorações aos deuses pagãos de quem ele era fervoroso devoto. Curioso é também o fato de que em seu império os cristãos alcançaram grande prestígio como doutores, professores e até mesmo freqüentassem o seu palácio para prestar serviços como escribas, tesoureiros etc.

Nos relatos de historiadores menos influenciados por paixões religiosas encontramos descrições do interesse político dos cristãos em converter o imperador que, apesar das tentativas, se mantinha fiel às suas raízes. Surge então, após vários tipos de pressões políticas e sociais, a visível ameaça cristã ao Império, o incêndio do palácio de Diocleciano, considerado por muitos um ato criminoso contra a vida do chefe do estado praticado por adeptos do cristianismo. Diante da constatação de que a nova religião poderia constituir uma ameaça ao império Diocleciano inicia a sangrenta perseguição. Porém o cristianismo tinha uma grande arma, seus mártires, que se ofereciam à morte pela espada do inimigo com a mesma sede que estes desciam a espada sobre seus pescoços. Como salvaguardar uma boa imagem diante de tamanha abnegação e sacrifício ? Os cristãos seriam para sempre os pobres carneiros devorados pelo lobo mau…

Embora para a missão cristã as perseguições constituíssem um grande risco, estas não eram o único perigo que ameaçava a Igreja. Os mistérios de Isis e Mithra, o culto do Sol invictus e outros tantos cultos representavam também uma ameaça real à sua propagação, pois contavam para a sua divulgação com a proteção oficial. Além disso, havia um perigo muito maior que era acalentado em seu próprio ventre, ameaçando implodí-la: o Gnosticismo.


Gnosticismo: suas origens

A origem do gnosticismo parece ser um ponto altamente polêmico entre os estudiosos do assunto. Alguns julgam que este tenha surgido com os povos árabes, outros atestam a sua origem nas filosofias orientais, outros acreditam que ele tenha tido sua origem no judaísmo, mas a grande maioria é categórico em afirmar que ele é anterior ao cristianismo.

O movimento gnóstico original era um fenômeno independente do movimento cristão que, acrescido de alguns conceitos deste último, acabou por formar o que hoje é conhecido por seitas gnósticas cristãs. Esta simbiose entre os dois movimentos parece ter sido, a princípio, benéfica para as seitas gnósticas que alcançaram uma grande expansão. No entanto, este benefício carregava em si a semente da destruição, se é que se pode falar de destruição em relação a um movimento que promulga um processo de evolução individual e totalmente desprovido de uma estrutura mãe organizadora.

A grande confusão em relação às origens do movimento gnóstico talvez se deva à difícil diferenciação entre gnose e gnosticismo.

Na tentativa de esclarecer esta questão renomados investigadores da antigüidade se reuniram no ano de 1966 e.v. e chegaram à conclusão de que a palavra gnose denota um sentido muito mais abrangente do que a palavra gnosticismo. Assim, se preconizou que gnose é sinônimo de “conhecimento dos mistérios divinos reservado a uma elite”, um processo de auto-iluminação que não está subordinado a esta ou àquela corrente filosófica ou religiosa, não está delimitado a nenhum momento histórico em especial e está contido em todas as filosofias e religiões, sendo o conjunto de suas práticas e princípios dependente da criatividade do fundador de cada doutrina em questão. Deste modo, temos gnose no Budismo, no Hinduísmo, no Judaísmo, no Cristianismo e nos diversos sistemas de crenças que povoam o nosso planeta, quiçá o nosso universo…

Sutilmente diferente do significado acima descrito, gnosticismo é um termo utilizado para denominar um sistema de crenças e práticas que teve o seu apogeu num espaço de tempo compreendido entre o início do séc. II e a segunda metade do séc. III . O tipo de gnose que compreende o gnosticismo está condicionada por um certo número de fundamentos ontológicos, teológicos e antropológicos que caracterizam este sistema diferenciando-o dos demais.

A linha que permite a diferenciação entre gnose e gnosticismo é muito tênue, pois que o gnosticismo é gnose, mas nem toda gnose é gnosticismo.

A conclusão sobre as origens do sistema gnóstico é consecução que por enquanto dificilmente será alcançada, pois as únicas fontes que temos a respeito deste sistema sãos textos escritos em língua copta que falam sobre as suas crenças e parecem ter conexão com as diversas gnoses da antigüidade. O gnóstico acreditava que toda religião continha uma verdade que poderia levar ao plano divino, por isso, recolhia em cada uma aquilo que considerava mais precioso. A sua incerção no contexto cristão foi estimulada por este pensamento, buscando nos ensinamentos de Jesus aquilo que considerava indispensável ao aperfeiçoamento de uma filosofia que o levaria a seu objetivo final: a Libertação.


Gnosticismo: sua filosofia

Quem sou, de onde vim e para onde vou.

O gnóstico acredita que a salvação só pode ser alcançada através do conhecimento que desvenda a compreensão da origem da alma, bem como da sua condição neste mundo e da sua saída desta condição. Este conhecimento não pode ser apenas intelectual, mas precisa passar pelo sentir, sendo antes de mais nada o conhecimento do Eu, de sua natureza e de seu destino. A compreensão da origem da alma, assim como, da sua condição neste mundo, servem de base à tomada de consciência que traz a gnose superior em relação aquilo do qual o homem é legítimo representante, despertando no adepto o desejo de se libertar da rede de ilusões que compõem o mundo físico, alcançando finalmente a salvação tão desejada.

Segundo a visão gnóstica o mundo material é uma prisão na qual o homem se encontra e que foi criada por um demiurgo ignorante de patamares espirituais mais elevados que julga ser o supremo senhor do universo. O homem, dotado da centelha divina, encontra-se adormecido pelo fumo de ilusões gerado daquilo que entende como vida, ou seja, o mundo físico, impossibilitando a manifestação de sua nobre origem representada pela centelha de Deus. Para o gnóstico, a ignorância é a fonte de todo mal, tendo como único antídoto o conhecimento, sendo este o único meio possível para a libertação da centelha que habita em todos nós, ou seja, o único meio para voltarmos à nossa condição primordial, Deus, que diferente do demiurgo, representa a perfeição.

A questão em torno da qual giravam todas as seitas gnósticas dizia respeito a como Deus em toda a sua perfeição teria permitido que o mal penetra-se em sua criação. Com a finalidade de explicar as dualidades perfeição x imperfeição, bem x mal, matéria x espírito, incompreensíveis para a mente humana, pois se partia da premissa de que Deus era perfeito, as religiões criaram o mito da queda.

No sistema adotado pela maioria dos gnósticos, diferente do mito de Adão e Eva encontrado no Gênesis, a queda teria se dado antes da criação do mundo. O Princípio Primordial , Ser Eterno e Gerador de tudo, teria produzido emanações conhecidas como Eons que por sua vez teriam produzido mais Eons distanciando-se estes últimos cada vez mais do Pai, origem de todos eles. Conforme as emanações iam se afastando do Pai a ignorância quanto à fonte geradora ia surgindo, sendo o erro um fato inevitável e tendo como conseqüência a formação da matéria. Mais uma vez fica aqui atestado que para o gnóstico a ignorância é a raiz de todo o mal.

O sistema gnóstico defendia a existência de uma mesma verdade presente em todas as religiões e que, embora contada de modos diferentes, quando fosse descoberta pelo seu adepto acabaria por levá-lo ao mesmo lugar dos demais adeptos das diferentes crenças. Deste modo não havia preconceito em adotar ensinamentos de outras seitas, pois o que realmente importava não era a defesa de crenças pessoais, mas sim, a busca do ensinamento verdadeiro. Para os perfeitos, nome pelo qual eram conhecidos os iniciados, o caminho libertador era pessoal e portanto dotado de características individualizantes, qualquer experiência era válida. O que o sistema proporcionava aos seus adeptos era o conhecimento das verdades sutis por traz dos ensinamentos grosseiros, conhecimento necessário para a iniciação, sendo a mesma obtida pelo esforço próprio daquele que se dispunha a empreendê-la. Sendo assim, o gnosticismo, diferente da Madre igreja, não oferecia a salvação coletiva através de um messias, pois que esta não poderia ser dada, mas sim conquistada por esforço pessoal, sendo intransferível. Este foi um dos motivos de divergência entre os cristãos gnósticos e os cristãos ortodoxos que, dentre outros motivos, acabou por gerar a expulsão dos primeiros, os quais, acusavam a Igreja de se desviar dos objetivos sagrados em favor de sua própria expansão. Enquanto os gnósticos buscavam qualidade, os ortodoxos buscavam quantidade o que tornava impossível a sua conciliação, visto que, estes dois princípios são diametralmente opostos em se tratando de verdadeira gnose.

Outro fator que tornava perigosos os seus ensinamentos perante a Igreja era a sua concepção sobre o Cristo que, para o gnóstico, era uma presença espiritual e não um ser dotado de carne e osso, conceito docético e altamente combatido pela Igreja que desta forma veria seu líder transformado num mito. Para o gnóstico não só Cristo era uma presença espiritual como a sua morte na cruz não significava que a humanidade estava salva, mas sim que havia um caminho para a libertação. Mais uma vez seus ensinamentos chocavam-se com os da Igreja, para a qual Cristo teria morrido na cruz para salvar a humanidade.

Os gnósticos cristãos defendiam uma gnose oculta por traz das palavras de Jesus apenas compreensível àqueles que tinham “ouvidos para ouvir”, expressão utilizada para designar uma qualidade especial de homens que seriam os verdadeiros gnósticos, nascidos em condições diversas dos demais seres humanos.

Segundo a sua gnose os seres humanos não vinham ao mundo em condições básicas de igualdade, havendo três tipos básicos: os hilicos ou materiais, os psíquicos e os pneumáticos. Os hilicos eram aqueles de mentalidade carnal e terrena , ocupados somente com o mundo material. Os psíquicos eram aqueles que viviam pela fé e pelas boas obras, mas que ainda estavam muito presos a ilusão material. Os pneumos eram aqueles portadores da centelha divina e portanto os únicos capazes de entender a gnose e de, através do auto-conhecimento, abandonar a dualidade e alcançar a unidade com Deus. Pode parecer a princípio que os pneumos eram privilegiados, mas era deles que se exigia mais, muito mais do que das outras duas ordens inferiores. “Daquele a quem muito se deu, muito será pedido, e a quem muito se houver confiado, mais será reclamado” (Lucas 12,48.)

Resumindo, no entender dos gnósticos eles deveriam ampliar cada vez mais o auto-conhecimento, pois esta era a única forma de conhecer Deus. O objetivo final era a volta às origens ou, melhor dizendo, o retorno à Luz que nasce de si mesma. Daí partira o ser portador da fagulha divina, separando-se da Fonte primordial, ao passo que antes era um com Ela. Dividido e aprisionado no mundo material ele deve lutar para voltar à sua condição primeira, abandonando a dualidade e atingindo o estado de uno com a divindade, quando poderá ser chamado de Filho de Deus.


Seitas gnósticas

Nesta sessão do artigo faremos uma análise sobre as principais seitas gnósticas cristãs. Infelizmente o estudo é limitado pelo breve espaço que contem um artigo e não faz justiça a enorme riqueza de ensinamentos que são pertinazes ao assunto, além do que, o número de seitas que estarão inseridas aqui é infinitamente menor do que aquelas que povoaram o espaço cultural e social do séc. II.

Tentei, na medida do possível, selecionar as seitas que maior influência tiveram no pensamento religioso da época e das quais muitas das outras doutrinas derivaram. Deste modo, pretendo levar o leitor a um conhecimento geral sobre o assunto, não deixando de aconselhar uma pesquisa mais profunda aquele que pelo tema se apaixonar.

Antes de entrar no gnosticismo, propriamente dito, pretendo expor o pensamento de Simão, o mago, que fazia parte da gnose judaica e que serviu de alicerce à combinação de idéias e à formação daquilo que mais tarde viria a ser classificado como sistema gnóstico. Pretendo com isto oferecer ao leitor informações pré-gnósticas, buscando facilitar o entendimento da teologia das diversas seitas que são o objeto de nosso estudo.

A fonte de pesquisa principal deste assunto foram os escritos de diversos heresiologistas que, como citado anteriormente, na ânsia de destruir um sistema acabaram por perpetuá-lo até os nossos dias. É claro que se por um lado o perpetuaram, por outro, o rechearam de interpretações pessoais dificultando o nosso aprendizado. Por isso, que o leitor me desculpe se alguns pontos do discurso parecerem demasiado obscuros.


Simão, o mago

Simão era originário da Samaria e popularmente conhecido como um exímio praticante das artes mágicas. Sua fama como homem sábio correu mundo, sendo considerado a encarnação do Logus, tal como o Jesus dos católicos, sendo esta a provável origem de toda animosidade cristista em relação à sua pessoa.

Considerava que o mundo derivava de um Potência infinita que podia ser figurada pelo fogo e baseava sua premissa nos escritos de Moisés que afirmavam ser Deus fogo que arde e consome. A estrutura deste Fogo Supra-Celestial diferia da estrutura simples inerente aos quatro elementos. Sua natureza era dupla e continha na sua composição um lado oculto e outro manifesto que se entrelaçavam formando uma unidade . A parte manifesta continha a oculta e esta última era a responsável pela existência da primeira.

O mundo engendrado provém deste Fogo Inato. Para que a criação do mundo se torna-se uma realidade, o Princípio de todas as coisas emanou as seis primeiras raízes que são o princípio da criação. Simão chamou a estas raízes de Intelecto, cujo par é Intelecção, Voz, cujo consorte é Nome e Razão, cuja contraparte é Reflexão.

Toda a Potência infinita está contida nestas seis raízes, mas o seu estado é de potência e não de ato, ou seja, está na condição daquele que pode vir a ser, mas que ainda não o é, como a semente que contém todo o potencial do fruto, mas ainda é apenas a semente. Se aquilo que se encontra nas seis potências se converte na imagem exata , tanto em essência, quanto em potência, em magnitude e em perfeição da Potência Inata e infinita, passa a ser conhecido como aquele que permanece, permaneceu e permanecerá, ou seja, aquele que está firmemente de pé. As conotações temporais desta designação são mera alegoria que nada têm a ver com um sentido cronológico e expressam: no tempo presente, aquele que permanece, o elemento transcendente, o espírito perfeito que se encontra no Pleroma desde a sua origem; no tempo passado, aquele que permaneceu, o processo pelo qual o imperfeito alcança a perfeição gnóstica e, na condição futura, aquele que permanecerá, o ato final da elevação, o regresso aquele que está de pé, à imagem exata da Potência Infinita, também classificada como a sétima potência. As três expressões configuram uma história atemporal que é o paradigma da história da salvação do homem.

Da união entre as seis raízes primordiais e a sétima potência, imagem da Potência Infinita, surge o mundo como o conhecemos. Correlacionando-o com as seis potências ou raízes obtemos: Intelecto / Intelecção correspondendo a Céu e Terra; Voz / Nome se tornando Sol e Lua; Raciocínio / Reflexão se transformando em Ar e água.

Na filosofia simoniana todas as coisas criadas estão impregnadas do Fogo Supra-Celestial, embora este se encontre na forma da semente que pode vir a ser e não do fruto que já é.

Depois de criar o mundo, Deus criou o homem e fê-lo, segundo Simão, não à sua imagem e semelhança, mas à imagem e semelhança das realidades superiores, plasmando-o no paraíso. Trazendo este pensamento abstrato para uma realidade palpável, temos que o mago transpõe o paraíso para o útero materno. Para isto ele se sustenta nas escrituras que em Isai. 44, 2.24 afirmam: “Eu sou quem te transplantou para o útero de tua mãe”. Se Deus plasma o homem no útero de sua mãe podemos dizer que o útero é o paraíso e que o Éden é á placenta.

A passagem do Gênesis que diz haver um rio que brota do Éden e irriga o paraíso é correlacionada, no sistema simoniano, com o cordão umbilical. Este cordão se divide em quatro braços, duas artérias condutoras de pneuma, o princípio espiritual, e duas veias condutoras de sangue que, ao saírem do Éden (placenta), se ligam às portas do fígado do feto, alimentando o nascituro. O pneuma, desembocando na aorta que está próxima à coluna vertebral, dá o alento de vida ao corpo da criança que está para nascer e lhe proporciona o movimento. Os quatro braços do rio são os sentidos visão, audição, olfato e gustação que representam a Lei que Deus deu a Moisés e, portanto, relacionados com os livros Gênesis, Êxodo, Levítico e o Deuteronômio.

Em todos os seres o desejo de geração provém do fogo. É assim que nos dizemos “arder de desejo” diante daquele que é o objeto de nosso amor. Para Simão, o fogo é uno e, quando trazido ao gênero humano, sofre uma adequação que lhe permite estar contido tanto no homem quanto na mulher. No homem, o sangue vermelho e quente, portador do fogo se transforma em esperma. Na mulher, o mesmo sangue se torna leite. A transmutação do Fogo ocorrida no homem é potencialmente gerativa e na mulher esta mesma transmutação é nutritiva. As duas funções se complementam pois, enquanto um gera, o outro alimenta o pequeno ser que acaba de nascer. Através da semente do macho e do alimento na fêmea, o Logus ali contido encontra a via ideal para tornar-se Logus das almas e passar de pequena centelha divina a perfeita imagem da Potência Infinita.

Não se sabe se alegórico ou não, relata-se nos livros que Simão possuía uma companheira que era chamada Helena, a quem ele havia tirado de um prostíbulo na cidade de Tiro na Fenícia. Segundo os relatos, Simão considerava Helena como sendo a Intelecção, princípio passivo feminino e a si mesmo como sendo o Intelecto, princípio ativo masculino , ou seja, ambos representavam as potências primordiais que, quando em perfeita cópula, dão origem a um ser andrógino, imagem da Potência Infinita. Sendo assim, sua filosofia considera que pode se alcançar o estado de perfeição através do ato sexual, bem como, defendia que este poderia ser realizado de maneira espontânea com qualquer mulher. Este ponto de vista ia de encontro à rígida moral vigente e lhe acarretou o título de libertino.

O sistema do Princípio primordial e suas raízes que deram origem ao mundo influenciaram em muito as diversas seitas cristãs gnósticas, dentre estas, a que sofreu maior influência do pensamento simoniano foi a dos valentinianos, a mais importante seita gnóstica do séc. II. Além do mais, Simão divulga a presença da centelha do Pai no homem, levando-o, quando desenvolvida, ao estado de perfeição e divinização. Estas, dentre outras, são as razões que levam os estudiosos a considerar Simão o precursor do gnosticismo e, portanto, verdadeiramente importante para o estudo deste sistema.


Gnósticos cristãos

Os gnósticos cristãos eram membros das comunidades cristãs como atestado pelos próprios heresiólogos.

A teologia dos gnósticos se baseava numa interpretação do Novo Testamento e do Antigo Testamento, sendo suas questões doutrinais, a Trindade, a Criação, a Divinização do Homem, a Redenção, o Nascimento Virginal, a Crucificação, a Igreja e o Fim do Mundo.

Os gnósticos se mantiveram muito próximos da Grande Igreja na teologia trinitária, embora mantivessem posição divergente no que concerne à criação, ao Antigo Testamento, a antropologia e a cristologia. Para eles era necessário aprofundar o sentido dos textos revelados.

A constatação de que os gnósticos pertenciam a Igreja não afeta a originalidade de seu pensamento, o qual, apresentava como características um aprofundamento da exegese dos textos sagrados e uma maior abertura em direção ao helenismo, em particular, o platonismo.

Para organizar nosso estudo dividiremos os pensamentos gnósticos naqueles que se baseiam principalmente no Antigo Testamento e aquele outro grupo que toma como ponto de partida o Novo Testamento, ressaltando porém que ambos utilizam as duas fontes.


A) Exegese do Antigo Testamento

Satornilos

Stornilos, ensinou em Antióquia no período de 117-138, reinado de Adriano.

Seu pensamento sustentava a radical distinção entre o Deus supremo e o criador, Deus dos judeus, descrito de forma muito negativa. Desta forma angariava inimigos tanto judeus com judeus-cristãos, cujo principal centro era Antióquia.

A cosmogonia e a antropogonia satornilianas se baseavam em uma interpretação dos primeiros capítulos do Gênesis.

Sustenta que existe um Pai desconhecido por todos, que criou anjos, arcanjos e potências, sendo o mundo e o homem criados por sete anjos.

A criação do homem se deu quando das alturas desceu uma imagem luminosa que os anjos não puderam reter. Desejaram então criar o homem à sua imagem, mas por possuírem pouca destreza, sua obra não podia ficar de pé e se arrastava pelo mundo. A Potência superior se apiedou da criatura, pois havia sido feita à sua imagem e enviou uma centelha divina que o colocou de pé e o fez viver. Após a morte, a centelha divina volta à sua origem e tudo o mais se dissolve.

Ensina que o Salvador não nasceu de uma mulher, que é incorpóreo e sem forma, mas que se manifestou sob a forma de homem.

Parece ter presenciado a destruição de Jerusalém, após a qual não se ouve mais falar dele.


Os Ofitas

Este grupo venerava a serpente do Paraíso, símbolo de sabedoria, pelo fato de haver enfrentado o Deus da criação mosaica. Sua angeologia se remete ao esoterismo apocalíptico e especulam sobre as duas Igrejas, a celestial e a terrena, acreditando na ressurreição da carne.

Os Ofitas parecem ter sido um grupo alexandrino que adotava um sincretismo egípcio, mistura de judaísmo, magia e cristianismo com toques de platonismo.


Os Naasenos

O nome desta seita deriva de nahas, serpente, e têm as características dos ofitas, na mediada em que adoram a serpente.

Considera que a serpente é o princípio cosmogônico absoluto, cujos atributos são o bem e cuja obra é a beleza.


Os Peratas

Os Peratas partem de uma interpretação do Antigo Testamento, principalmente dos primeiros versículos do Gênesis, aqueles que se referem às águas, o mar Vermelho e a serpente do deserto, convertida em ponto principal de sua alegoria cristã. Seu sistema sofre influência de idéias astrológicas e platônicas.


Os Setianos

O sistema Setiano se baseia numa interpretação alegórica do Pentateuco.

A serpente é uma representação do Demiurgo e também o disfarce através do qual o Logus penetra no seio da Virgem.

São ecléticos, inspirados no dualismo cosmológico platônico, com superficiais elementos aristotélicos e estóicos.


Os Cainitas

Este grupo representa um caso extremo de oposição ao Deus do Antigo Testamento.

Sustentam que Judas era o único dos apóstolos que possuía gnose e por isso realizou o mistério da traição através do qual Cristo foi crucificado, salvando a humanidade.


B) Exegeses do Novo Testamento

Basílides

Basílides foi discípulo de Menandro e condiscípulo de Satornilo em Antióquia. A atividade de Basílides parece estar limitada ao Egito e está situada no período do imperador Adriano, 117-118, segundo informação de Clemente de Alexandria.

Sua gnose atestava que havia um Pai ingênito que havia engendrado em primeiro lugar o Intelecto. Do Intelecto veio o Logus, do Logus a Prudência, da Prudência a Sabedoria e a Potência. Os nomes destas três formas divinas são, respectivamente, Noús, Lógos, Phrónesis, Sophía e Dínamis. Os três primeiros Eons constituem o Pleroma que é o Filho Unigênito, forma através da qual o Pai, não engendrado, se comunica com o exterior. O Filho possui tripla perfeição: como Intelecto está destinado a ser a compreensão do Pai para todos os seres inferiores; como Logus é o conjunto das formas que realizará os planos divinos; como Phrónesis é a providência que velará pela consumação da economia. De Phrónesis derivam simultaneamente Sophía e Dínamis, estando a primeira relacionada com os homens, em particular os eleitos, e a segunda corresponde ao Logus na sua função criadora do mundo.

A partir de Sophía e Dínamis procederam as potestades, os arcontes e os anjos, chamados “primeiros”, os quais criaram o primeiro céu. Depois outros anjos procedentes dos primeiros fizeram um céu igual ao anterior e logo outros anjos surgiram, formando o terceiro céu e, assim por diante, até chegar a uma totalidade de 365 céus que se iguala aos 365 dias do ano. Os anjos que ocupam o último céu, que é o que pode ser visualizado pelos homens, formaram todas as coisas deste mundo e dividiram entre eles a Terra e todas as raças de homens que nela habitam. O príncipe de todos estes anjos, supostamente o Deus dos judeus, desejou tomar para si todas as outras raças o que debelou uma rebelião contra ele.

O Pai Inominado, ao presenciar a perversidade dos arcontes, enviou seu primogênito, Intelecto, chamado Cristo, a fim de libertar aqueles que estavam sob o domínio dos que haviam criado o mundo. Cristo, segundo Basílides, apareceu entre os arcontes como homem que operava milagres e, diferente do que se conta, não padeceu a paixão. Em seu lugar padeceu Simão de Cirene que, ao carregar a cruz, foi confundido com Jesus e crucificado em seu lugar. Jesus, como potência incorpórea, podia alterar sua forma física, tomando, naquele momento, a aparência de Simão e saindo incólume da crucificação. Desta forma, retornou ao Pai que o havia criado.

Aquele que conhece os mistérios e sabe quem são os anjos, bem como a forma pela qual se originam, se faz invisível diante das potestades e retorna ao Pai.

Os basilidianos são acusados de praticar magia, encantamentos, evocações e toda a classe de ritos extraordinários.

Situam a posição dos 365 céus em conformidade com os ensinamentos astrológicos.

Defendiam a existência de um ser onipotente, abaixo do Deus superior, que presidia todas as coisas e cujo nome era Abraxax.

O nome Abraxax tem o valor numérico de 365, igual ao número de dias no ano. O deus Abraxax era, portanto, o símbolo do ano, o símbolo da trajetória da Terra ao redor do Sol. Devido ao seu valor místico, a palavra Abraxax acabou sendo inscrita em várias pedras e jóias, passando a constituir amuletos que protegiam aqueles que os portavam.


Carpócrates

Cárpocrates e seus discípulos dizem que o mundo foi criado por anjos muito inferiores ao Pai Ingênito e que Jesus nasceu de José. Semelhante ao resto dos homens, foi superior a todos, pois sua alma conservava a recordação do que havia visto em seu movimento circular em torno do Deus Ingênito. Por isto, lhe foi enviada pelo Pai uma potência que o capacitou a escapar dos criadores do mundo. A alma, passando por eles e alcançando completa liberdade, ascendeu até ao Pai. O mesmo ocorre com todo homem que resolve abraçar a mesma disposição que Jesus teve de se libertar.


Valentino

O maior de todos os pensadores gnósticos do segundo século II foi Valentino, que ensinou por volta do ano 137 d.C.

Ele estabeleceu escolas no Egito, no Chipre e em Roma, sendo esta última a mais famosa de todas. Ptolomeu foi um de seus alunos mais dedicados e foi quem deu continuidade aos ensinamentos do grande pensador.

Valentino considerava-se cristão e sua premissa básica era elaborar uma filosofia cristã, na qual, um dos pontos mais importantes era a demonstração de como o mal havia penetrado no mundo. Este era o tema central da maioria das seitas gnósticas ditas cristãs, pois que era difícil ao coração e mente humanos compreenderem como um Deus perfeito poderia ter permitido que o mal penetra-se em sua criação. Da filosofia de Valentim derivam, com algumas variações, muitas das outras filosofias que vieram a constituir um corpo individual e a formar uma seita, por isso, explicaremos com maior riqueza de informações sua mitologia, procurando fornecer ao leitor um panorama geral do chamado “mito da queda”.


Para os valentinianos existia um Eon perfeito, chamado de Pré-Princípio, Pré-Pai ou Abismo que era eterno e não engendrado. Com ele vivia Pensamento, chamado de Graça e Silêncio.

O Eon perfeito pensou em emitir um princípio de todas as coisas e depositou sua intenção na forma de semente em Silêncio. Esta, ao engravidar, pariu Intelecto, semelhante ao emitente e por isso mesmo o único capaz de abarcar a magnitude do Pai. Este Intelecto também é conhecido como Unigênito, Pai e princípio de todas as coisas, tendo sido emitido junto com o Eon Verdade. Esta tétrada é a raiz do universo: Abismo e Silêncio, Intelecto e Verdade.

O Unigênito, compreendendo o motivo pelo qual fora criado, emitiu Logus e Vida que emitiram Homem e Igreja. Esta é a ogdoada, raiz e subsistência de todas as coisas. Cada uma destas raízes é andrógina: Abismo tem como conjugue Pensamento, o Intelecto tem como contraparte a Verdade, Logus tem como companheira a Vida e o Homem a Igreja. A ogdoada é então conhecida por quatro nomes, Abismo, Intelecto, Logus e Homem. Sendo UM na verdade são Dois, pois o andrógino contém, em si mesmo, a fêmea.

Logus e Vida, após emitirem Homem e Igreja, tendo testemunhando o poder do Pai, desejam glorificá-lo e, em sua homenagem, emitem outros dez Eons, Profundo e Mistura, Imarcescível e União, Genuíno e Prazer, Imóvel e Comunhão, Unigênito e Beata. Por sua vez, Homem e Igreja, também glorificam o Pai emitindo doze Eons, Paráclito e Fé, Paternal e Esperança, Maternal e Caridade, Intelecto Perdurável e Entendimento, Igreja e Beatitude, Desejado e Sabedoria (Sophia).

Este é o Pleroma invisível e espiritual dos valentinianos, composto de trinta Eons e dividido em ogdoada, década e duodécada.

De todos os Eons apenas Intelecto contempla e compreende o Pré-Pai, embora todos os demais desejem também se deleitar na sua contemplação.

Sophia, o último Eon, tomada de audácia, resolve se lançar à procura da Fonte Criadora e na ânsia de compreender sua grandeza, comete “adultério”, experimentando uma paixão sem o abraço de seu conjugue, Desejado. Se debate incessantemente diante da impossibilidade de seu empreendimento, tendendo sempre a ir mais longe sob a influência do amor que devotava ao Pré-Princípio. Não encontrando Limite, a força que mantém os Eons fora da inefável grandeza, finda por ser absorvida e dissolvida na substância universal. Reconhece, finalmente, que o Pai é incompreensível e abandona sua intenção, deixando também de lado a paixão que com ela sobreveio. Passa então a suplicar o seu retorno ao Pleroma.

A atitude de Sophia não deve ser compreendida como um erro, pois ela é o Eon mais perfeito da duodécada e representa o cume do processo de formação substancial do homem superior. Concluindo-se o trigésimo Eon, o Pleroma está agora disposto a receber a gnose, do mesmo modo que Jesus, aos trinta anos, está pronto para receber o Espírito Santo.

As súplicas de Sabedoria para voltar ao Pleroma são ouvidas pelo Pai que, através de Unigênito, emite Limite à sua própria imagem, o qual, é conhecido sob o nome de Cruz, Redentor, Emancipador, Limitador , Reintegrador. Limite então, pela graça do Pai, purifica, consolida e restabelece Sabedoria ao seu conjugue, expulsando a sua intenção e paixão para fora do Pleroma, crucificando-as.

Intenção, embora amorfa e desprovida de compreensão, constitui uma substância espiritual, pois possui o impulso natural do Eon.

De forma a que o ocorrido com Sophia nunca mais viesse a ocorrer com nenhum outro Eon, o Unigênito, sob a orientação do Pai, emite Cristo e Espírito Santo, destinados à fixação e consolidação do Pleroma. Cristo anuncia entre os Eons o conhecimento sobre o Pai, enquanto o Espírito Santo os ensina a praticar eucaristia, trazendo o verdadeiro repouso.

A conjunção de Cristo e Espírito Santo significa a unção do espírito. A nível gnoseológico significa que recebeu a gnose suprema, a visão de Deus. A nível ontológico, significa que passou a ser Deus.

O mito de Valentino desdobra a conjunção Cristo-Espírito Santo, pois enquanto o primeiro ensina, o segundo introduz ao repouso. Na vida de Jesus observamos duas épocas distintas, aquela que vai do batismo até à ressurreição, na qual, se dedica a ensinar, atividade do Cristo ; e outra que vai da ressurreição até a ascensão, durante a qual, os apóstolos são elevados à gnose pela ação do Espírito Santo.

O Logus divino, criado pela unção do espírito, corresponde ao Logus interno e delimita a intenção criadora e manifestadora do Pai, mas subsistindo ainda em seu próprio espírito, não tendo sido proferido.

Após a sua consolidação, os Eons, por sua própria vontade, emitiram juntos um ser de indescritível beleza que continha a essência mais bela e mais perfeita de cada Eon. Este ser é Jesus, também chamado de Salvador, Cristo, Logus e Todo, pois provém de todos.

Este ato comum dos Eons representa um estagio importante no nascimento do Logus que, ungido pelo Espírito Santo, está projetado ao exterior e à salvação, como fruto perfeito de todo o Pleroma: Jesus-Cristo-Salvador-Logus. Este é o meio através do qual, Deus, produz seu Logus, como pessoa subsistente, em um substrato pneumático próprio, ou seja, em um princípio espiritual próprio.

Fora do Pleroma, a intenção da Sabedoria superior, chamada de Achamot, entrou em ebulição nas regiões de sombra e de vazio, por ter saído da luz e do Pleroma informe e sem figura, como um aborto, não compreendendo nada. O Cristo se apiedou dela e estendendo-se através da Cruz, com sua própria potência lhe deu forma, mas somente em relação à substância e não em relação ao conhecimento, retornando logo após ao Pleroma.

Uma vez formada, mas vazia do Logus invisível que lhe ajudara, ou seja, Cristo, se lançou em busca da luz que a havia abandonado, não conseguindo alcançá-la devido ao impedimento de Limite.

Como não pudesse voltar ao Pleroma, pois ainda trazia acoplada a paixão, sofreu toda série de arrebatamentos, tristeza, temor pela própria vida, perplexidade etc. O sofrimento, ao contrário do que acontecera com a Sabedoria superior, sua genitora, não lhe acarretou transformação, mas sim, contrariedades e uma grande disposição para doar a vida. Esta foi a origem da matéria que constituiu o mundo e sua alma, bem como ao Demiurgo.

Depois que a paixão de Achmot havia sido superada, ela voltou-se para o Pleroma e suplicou que a salvassem. Cristo, apiedando-se mais uma vez, envia a Paráclito, o Salvador, ao qual o Pai outorgou toda a potência. Do mesmo modo fizeram os Eons, de forma a que nele tudo fora criado, o visível e o invisível.

O Salvador deu a Achmot a formação, desta feita, segundo o conhecimento, e a curou de suas paixões. Achmot, diante da visão dos anjos que acompanhavam Paráclito, engravidou e concebeu espíritos que eram a imagem daqueles anjos.

Segundo Valentino havia três substratos para a formação do mundo: o material, que procedia da paixão; o psíquico, que procedia da conversão de Achmot; e aquele que havia sido parido, o espiritual.

A partir da substância psíquica foi formado o Demiurgo que se tornou Pai e Rei de seus consubstanciais e daqueles procedentes da matéria. Os valentinianos sustentam que ele é a origem de todos os seres criados depois dele e, sendo ignorante, desconhece que tudo é criado através dele pelo estímulo da mãe, Achmot. Criou-se então, o céu e a terra.

O Demiurgo, uma vez criado o mundo, criou o homem terreno a partir da confusão e da fluidez da matéria, infundindo em alguns deles o homem psíquico e revestindo-o de pele, a carne sensível.

O broto espiritual, concebido por Achmot diante da contemplação dos anjos, passou desapercebido ao Demiurgo e foi ocultamente introduzido nele, de forma a que, quando este soprasse sobre o homem o hálito vital, lhe comunica-se também a centelha divina, de modo a que, crescendo dentro do homem, este se torna-se capaz de receber o Logus perfeito. Aqueles que recebem esta centelha divina, visto que não são todos, constituem o homem espiritual, o qual, recebe a alma do Demiurgo, o corpo do barro e o espírito da Mãe Achmot. Eis o que para os valentinianos constitui o homem gnóstico.

Estas três raças de homens, a saber, o material, o psíquico e o espiritual, representam três possibilidades distintas de salvação. A salvação, ao contrário da Igreja ortodoxa, vem determinada pela essência e não pela conduta.

O homem espiritual se salvará, ou seja, chegará à perfeita gnose no Pleroma, graças à semente espiritual que traz junto com ele. O homem material não pode se salvar, pois a essência material é incapaz de salvação. O homem psíquico não pode alcançar a perfeita gnose, mas receberá uma beatitude psíquica extrapleromática, se observar a boa conduta. O homem espiritual é livre na medida em que não está sujeito às potências deste mundo, as quais, determinam o destino do homem; o psíquico tem o seu destino vinculado ao seu libre arbítrio e o material não goza de liberdade, pois está irremediavelmente preso à matéria.

O espiritual possui apenas o germe do pneuma imperfeito, feminino. Este germe é passível de se desenvolver e alcançar a semelhança com seu correspondente masculino, o Salvador, que será seu esposo na consumação.

O ser espiritual é educado junto com o psíquico no que concerne à conduta. Isto indica, claramente, que não há concessões ao libertinismo, o espiritual está sujeito as mesmas regras morais que o psíquico. A única coisa que varia é a conseqüência da transgressão: o pneumático não pode perder nada, o psíquico perde tudo.

Quando todos os elegidos alcançarem a perfeição, Achmot entrará no Pleroma e receberá seu esposo, o Salvador, dando-se a consumação final. Os espirituais se despojarão de sua alma e matéria, ascendendo como espíritos puros ao Pleroma, onde se juntarão a seus conjugues masculinos, os anjos, à imagem dos quais foram gerados. O Demiurgo assumirá o lugar de Achmot e o fogo que se encontra oculto no mundo consumirá toda a matéria.

Este é o mito da queda, segundo Valentim, resumidamente demonstrado neste artigo, pois os seus ensinamentos prosseguem com a explicação docética a respeito do surgimento de Jesus Cristo, como salvador. Segundo o docetismo, Jesus não era dotado de corpo humano, mas sim uma aparência, uma presença espiritual. Para Valentino, seu corpo era etéreo e feito de substância celeste, totalmente diferente de nosso corpo material, pois era impossível para um Deus tornar-se homem, adotando a matéria impura. Esta reflexão a respeito de um Redentor etéreo que descia através das esferas do universo incomodava aos líderes da Igreja que, deste modo, viam a narrativa a respeito da vida de Jesus ser transformada em história mitológica.


Nag Hammadi, o passado está de volta…

No ano de 367 d.C., o mundo cristão estava em guerra consigo mesmo. Foi nesta época que chegou à comunidade monástica de Tabinnisi, próxima ao Nilo, a ordem para que Teodoro, diretor da comunidade, lê-se a 39a. Carta Festal de Athanasius, bispo de Alexandria, da qual passo a relatar alguns trechos.


[…] Mas desde então temos mencionado aos hereges como mortos e a nós como os possuidores das Divinas Escrituras para a salvação; e por isso temo menos, como escreveu Paulo aos corintos, que alguns dos simples se deixem enganar, por sua simplicidade e pureza, pela sutileza de certos homens, lendo outros livros, os chamados apócrifos, tomando-os, pela similaridade dos nomes, por livros autênticos; te suplico que tenhas paciência se escrevo também, de forma a recordar, sobre assuntos os quais já estás familiarizado, pois o faço levado pela necessidade e pelo maior proveito da Igreja. Ao mencionar estas coisas adotarei o que disse Lucas, o evangelista. Pois alguns hão tomado os apócrifos e os hão misturado com as Escrituras de inspiração divina, das quais temos sido plenamente persuadidos, como aquelas que desde o princípio foram testemunhos e ensinamentos da palavra entregue aos pais; também me parece bom, havendo sido apoiado a isto pelos irmãos, pôr diante de ti os livros incluídos no Canon, aqueles que foram entregues e acreditados como divinos; com a finalidade de que aquele que haja caído no erro possa corrigir àqueles que o hajam extraviado; e que aquele que permanece na pureza possa regozijar-se de novo, voltando estas coisas à sua lembrança…


Athanasius segue relatando os livros que serão aceitos como autorizados e divinos. Esta lista constitui o que hoje chega ao nosso conhecimento como Bíblia.


[…] Estas são a fontes da salvação, as que com as palavras nelas contidas podem satisfazer a quem tem sede. Somente nelas se proclama a doutrina da divindade. Que nenhum homem acrescente e nem retire nada delas. Pois neste ponto o Senhor envergonhou os saduceus dizendo-lhes: “Errais, não conhecendo as escrituras”. E reprovou aos judeus dizendo-lhes: “Busca as escrituras, pois estas dão testemunho de mim


Diante desta carta fica oficialmente decretado o esqueleto literário da Igreja, considerando-se tudo o que esteja além deste como apócrifo ou, melhor dizendo, não autêntico, duvidoso e, principalmente, fora da lei, constituindo uma heresia.

Nos nossos dias ser considerado herege, longe de uma depreciação, equivale a pensador independente e de arrojada intelecção. Mas, naqueles tempos, o termo herege era uma ofensa grave, tornando-se aquele a quem o termo era agregado, passível de excomunhão.

Aproximadamente no momento em que se transmitia a 39a carta de Athanasius, bispo de grande importância, conhecido por seu “dom” de introduzir o ódio e medo no coração dos não ortodoxos, um grupo de pessoas decidiu enterrar numa vasilha feita de argila vermelha 13 livros, atados com couro, que continham 46 textos diferentes e apócrifos.

Muitos, principalmente os da Igreja, têm afirmado que o objetivo de quem os enterrou era propiciar o seu desaparecimento, mas isto não condiz nem com a forma habitual de destruí-los que era queimando-os, nem com o cuidado com que foram guardados e que permitiu que se preservassem até ao nosso século. Quem quer que seja que os haja escondido demonstrou extremo carinho e extremo zelo na maneira como os escondeu na areia, demonstrando profundo amor pelas obras ali contidas.

A vasilha era como um pequeno útero que guardava, silenciosamente, um momento de nossa própria história.

Em dezembro de 1945, três filhos de Ali e Umm-Ahmad, do clã al-Samman, Mohammed, Khalifa e Abú al-Majd estavam trabalhando perto de al-Qasr, povoado situado a 6 km de Nag Hammadi, na estrada principal que conduz ao Cairo. O irmão mais novo, Abú, desenterrou a vasilha perto de uma pedra e o irmão Mohammed, dez anos mais velho, assumiu o descobrimento. A princípio não quiseram ver o conteúdo da vasilha com medo de que contivesse algum espírito maligno, mas depois retornaram ao local e a quebraram, tomando posse do seu conteúdo. Quando se aperceberam que seu conteúdo dizia respeito ao povo cristão se desinteressaram, queimando alguns e vendendo outros.

Por este motivo, somado a motivos políticos e religiosos, muitos dos documento contidos na vasilha, permaneceram em mãos de particulares e ocultos por muito tempo, levando um considerável tempo até a sua publicação. Somente em 1977, 32 anos após o descobrimento dos escritos, é que se publicou pela primeira vez a biblioteca de Nag Hammadi.

Se Mohammed Ali fosse capaz de ler copta, a língua do antigo Egito escrito em letras gregas, talvez tivesse atentado para o seguinte parágrafo, mudando, quem sabe, o destino dos apócrifos: “Te darei o que nenhum olho jamais viu, o que nenhum ouvido jamais escutou, o que nenhuma mão jamais tocou e o que nunca foi pensado por nenhuma mente humana.”


Conclusão

Apesar da diversidade de seitas gnósticas que divulgam uma infinidade de pensamentos, conforme a compreensão do universo alcançada por seu fundador, existe um núcleo que parece exercer forte poder sobre elas, mantendo-as orbitantes em torno deste ensinamento, assim como os planetas giram em torno do sol. Este núcleo exprime a natureza divina do homem, o portador da centelha do Pai, e a necessidade, quase instintiva, de se retornar à origem de tudo libertando-se da matéria, ou seja, retornar a Deus.

O método ensinado em todas as seitas para se alcançar esta libertação caminha pela senda do auto-conhecimento e pelo esforço pessoal. Não há uma fórmula salvadora e libertadora além do conhece-te a ti mesmo.

O que demarca a existência das diversas seitas gnósticas é a forma com que se exprime o mito da queda e o retorno à Luz Primordial, mas os gnósticos são os primeiros a afirmar que a verdade é universal seja qual for a forma por ela adotada para se manifestar. O fato de termos diversos planetas orbitando em torno do sol não invalida a veracidade da existência de cada um deles, do mesmo modo, a existência de inúmeras seitas gnósticas não invalida a veracidade de cada uma delas, principalmente se atentarmos para o fato de que seu ensinamento é único.

Semelhante ao que ocorria no séc. II, vemos nos nossos dias uma grande confusão política e social, levando a uma busca de novos valores e a uma conseqüente reinterpretação do mito divino com a formação de novas filosofias e religiões. O homem, indócil com sua condição, questiona suas origens e seu destino, buscando um caminho de libertação. As estruturas até agora vigentes se dizem herdeiras da sabedoria milenar e lutam pela manutenção do poder, acusando a sociedade emergente de herege e pecadora, passível de punição pela “bondade” divina. E ainda assim, mesmo sob a ameaça de excomunhão do reino de Deus, alguns homens e mulheres ousam erguer suas cabeças acima da ilusão moral criada e respirar outros mundos, criando outros pensamentos, outros conceitos de homem, de vida e de Deus. Estes homens e mulheres ousam pensar: a grande blasfêmia!

Estranho é que, justamente no atual contexto, a terra mãe comece a fazer ressurgir textos falando de outras realidades, outras possibilidades do ser, trazendo esperanças de um novo amanhecer. Estaríamos nós, em pleno séc. XX presenciando o ressurgimento do gnosticismo?

Não tenho resposta para esta questão. O fato é que ainda temos um longo caminho a percorrer. Somos como crianças que despertam de um longo sono, buscando ainda a coordenação de nossos próprios movimentos, tentando reaprender a andar e a pensar segundo nossa própria vontade. Despertos para uma realidade que ainda não compreendemos, buscamos reunir os retalhos que restaram do eclipse religioso a que inocentemente sucumbimos. O que é realmente válido é que estamos todos, de uma forma ou de outra, buscando reencontrar nosso elo perdido e, neste momento de caos, é importante que relembremos o ensinamento não só gnóstico, mas de todas as eras: Homem, conhece-te a ti mesmo.


Jacques Bergier - Melquisedeque

  Melquisedeque aparece pela primeira vez no livro Gênese, na Bíblia. Lá está escrito: “E Melquisedeque, rei de Salem, trouxe pão e vinho. E...