quinta-feira, 5 de abril de 2018

El Arqueometro Capitulo Primero



PRIMERA PARTE 
La Sabiduría del Hombre y el Paganismo 

CAPITULO PRIMERO 
LA REGRESION MENTAL 
De la Síntesis verbal universal a la Filosofía individual 
La Instrucción pagana y la Educación cristiana 

Definición del Paganismo. - Su carácter. - Su Esencia es la Anarquía. - La Voluntad humana erigida en Principio. La Trimurti de Krishna. - Los Sudras. - Mentalidad de la tercera casta. - Su rechazo por los Cuerpos religiosos. El milenario del Paganismo mediterráneo. - El Paganismo domina el Clero y la Instrucción desde hace cuatro siglos. - Instrucción exclusivamente pagana. - Educación religiosa reducida a la catequización. - Desequilibrio en favor del Paganismo. - El Ser y el Tener. -. Friné y el Areópago. - El Paganismo experimental en el Niño. - El Padre y la Madre: su rol. - La escuela de la Vida. - ¿Dónde encontrar el Espíritu de Vida? - La Riqueza. - Evolución pagana del Niño.- El Sacerdote; su rol. - El Catecismo. - La Universidad. - La Posesión pagana.

El Paganismo es un Estado mental y gubernamental que regresa del injerto al arbolillo silvestre. Su fórmula: Primo mihi et sequere naturam. Es siempre sintomático, no de una Evolución sino de una Revolución. Procede de una instrucción viciada, fruto de una educación viciosa. Una es a la otra como el Tener al Ser, y el ser viciado, sea por él mismo, sea por su medio, lo vicia todo, incluso un verdadero tener, y con mayor razón uno falso. 
Su carácter es el de ser filosofista y político, antirreligioso y antisocial. Es filosofista y antirreligioso porque subordina la Razón universal a la individual, los dos criterios objetivos de la primera al subjetivo de la segunda. Es político y antisocial porque esta subversión en el entendimiento deviene suplantación en la Voluntad, y porque tiende a apoderarse, por todos los medios, de la Legalidad para oponerla a la Legitimidad. 
Periódico en sus crisis históricas, crónico en su causa ontológica, este estado mórbido es natural al Espíritu humano decaído, privado de sus dos criterios verdaderos que estudiaremos más adelante: la Ciencia y la Vida. Ha osado erigir su propia Filomanía en sistema, bajo el nombre de Filosofía e incluso de Teosofía, su esencia es la Anarquía, y esta Anarquía es: Fiat voluntas mea! Es la Voluntad del Hombre. Hacer de ello un principio, y ponerlo en la balanza con uno o muchos otros decorados del nombre de Providencia y de Destino, es no reconocer principio alguno. Es crear tres Dioses, de los que dos sobran, y ésa es, verdaderamente, la Esencia intelectual del Paganismo, el Politeísmo como primer jefe. 
Fabre d'Olivet, sobre el que tendremos que volver, ha imputado, siguiendo a otros, esta doctrina a Pitágoras, pero-ella no ha sido nunca la de este gran hombre. El conocía demasiado a fondo la Trimurti por la que, bajo diversos nombres, en las Indias, en Kaldea, en Egipto, había substituido Krishna a la Trinidad patriarcal, la de la Proto-Síntesis referida por san Juan. Cualquiera que sea la concesión que el fundador del Brahmanismo actual haya querido hacer, hace cinco mil años, al Estado mental de los Letrados Sudras, nunca ha pretendido decir que Brahma, Siva y Vishnou fuesen otra cosa que la personificación de los tres Poderes de un solo y mismo Dios Creador, Transformador y Conservador. y esta Tríada misma no era más que la inversión deseada de la Trinidad anterior, abajada del Principio eterno al Origen temporal de los Seres y de las Cosas; del Universo divino al Universo astral; de la Biología a la Fisiología; del Mundo de las Especies a la Embriogenia de los Individuos; de la Involución a la Evolución. 
La mentalidad de esta tercera casta usurpadora, de los Sudras, no correspondía más que a la Enseñanza primaria antigua y a algunos desechos de la secundaria. Su codicia homicida había invadido y aniquilado el Estado social de las dos penínsulas, sus metrópolis contemporáneas de Ninive y de Babilonia. la Alianza Templaria de los Eslavos Arianos, Argianos, Aqueos y de los Pelasgos hindúes. reconstituida por Orfeo, el Ribhou de los Vedas. Ella se había pues cerrado, tanto en Derecho religioso como en Ontología, los sentidos correspondientes a los grados superiores de la Revelación. Únicamente las excepciones raras iban a expiar, de metrópoli en metrópoli, al precio de las más rudas pruebas. sus anatematizados orígenes de Yavanas, de Mlechtas, de Pinkshas, de Sudras y de Hyksos revolucionarios. Esto es lo que hizo Pitágoras, durante más de veinte años, otros dicen que cuarenta: E incluso entonces, después de todas las purificaciones físicas, morales, intelectuales, espirituales, los Cuerpos eruditos religiosos los mantenían en larga observación antes de reabrir en ellos los Sentidos íntimos de la Gracia y de su vida de lo Alto. En la mayor parte de los casos no revelan más que los internos. 
En cuanto a la masa letrada, degenerada del Verbo Orfico en su propia cháchara, estaba mas lejos de la Verdad, que es la Vida, que sus últimos esclavos. 
Es así que no vio nunca en la Filosofía más que su propia Filomanía de porfía, de casuística, de dialéctica sin fin, de anarquía mental y gubernamental. Y pese a todo, esta plebe intelectual erigida en clase dirigente permaneció siempre curiosa tanto como profanadora de la Sofía perdida. 
De Pitagoras a Hierocles se extiende casi toda la línea de horizonte de los Estudios grecolatinos secundarios y superiores, once siglos sobre sesenta que cuenta la Historia mejor documentada de nuestra Humanidad terrestre, ya que ella, salvo en los Libros sagrados, no va más allá de seis mil años. 
Hace cuatro siglos que este milenario de Paganismo esclavista, de Burguesía antisocial, es el único modelo mental y gubernamental de todas las Universidades europeas, tanto sacerdotales como laicas. 
El Clero y la Instrucción, de los que haremos en otro lugar la diferencia, sacan este mismo cliché de Anarquía en tantos ejemplares como educandos. 
Estos; a su vez, ponen su firma en todo: Ciencia, Arte y Vida, Legislación, Política y Costumbres. Pero, cuanto más lejos se va, más rebaja el moldeado la imitación, ya estéril y mortal, del genio cristiano de nuestras razas. 
Cada letrado diplomado de esta manera, desde el príncipe heredero de un trono hasta el último becario de seminario o de liceo, tiene la misma instrucción vulgar, la misma mentalidad banalizada. Sólo la educación difiere un poco, allá donde existe el hogar cristiano, y si le es posible a este hogar darla. Pero esta posibilidad deviene cada vez más rara, excepcional incluso, gracias al parcelamiento de las fortunas, al desarraigo de las existencias, a la anarquía económica, frutos de este mismo sistema clásico incapaz de regir el mundo que pretende gobernar. En todo caso, la instrucción y la educación religiosas se detienen para todos, indistintamente, en la catequización pura y simple. 
Estos hechos arrojados en la balanza muestran un peso enorme en favor del Paganismo y una enorme disminución en detrimento del Cristianismo. Es pues la demagogia cristiana quien se asienta sobre los tronos europeos. como sobre todas las cátedras de Instrucción, comprendidas en ellas las de los Altos Estudios y de las Religiones comparadas, punto culminante de esta Anarquía. 
No hace falta ser un gran clérigo para ver, en el resultado, que la Luz de los Misterios del Padre y del Espíritu Santo brilla. por su total ausencia, de arriba abajo de estas jerarquías laicas. Pero del mismo golpe, la misma Luz contenida en los Misterios del Hijo, Pontífice y Rey del Universo, Verbo creador, Encarnado, Resucitado y Glorificado, es completamente obnubilada por este Paganismo mental y gubernamental. 
Sin embargo, la Instrucción está hecha para la Vida y no al contrario, igual que la Ley está hecha para el Hombre y no el Hombre para la Ley, según la palabra de san Pablo. 
Es siempre el método del Verbo que formula en todas las cosas la Vida, y se trata aquí de la Vida social. La educación prima pues sobre la instrucción, por- que la primera apunta al Ser Y la segunda al Tener. Una es esencial, la otra es auxiliar. Mas el carácter del Espíritu clásico es el de substituir con su cháchara al Verbo, Y suplantar lo espiritual para usurpar lo, temporal. Quiere ser a la vez Razón enseñante y Razón de Estado, cabeza y brazo secular. Es pues exclusivo de la Educación, porque la imitación política de los paganos es exclusiva del Ser, y no conduce más que a una posesión demoníaca. 
Se pueden tener billones y no ser nada. Se puede no tener nada y ser de un valor sin precio. La instrucción no vale, pues, más que según el uso que se hace de ella, como la fortuna, el talento, la belleza. 
Cuando los helenistas del Areópago absuelven a Friné de todos sus crímenes, porque ella hace caer su camisa hasta los pies, Temis marca en la espalda estos verracos de la Venus terrestre para el carro de triunfo del chacinero romano. Es el sistema penitenciario que suple la ausencia de educación. Tal es el Misterio: es preciso que la Vida social devore la muerte o toda causa de mortalidad colectiva. Es así que, mil años después de Zoroastro, Moisés repite: "Nuestro Dios es un fuego devorador". La historia militar, desde Babilonia hasta nuestros días. no es sino el largo y penoso comentario de esta no menos terrible palabra. 
La observación práctica y la experiencia directa del Paganismo están cada día ante nuestros ojos. Es la infancia y la adolescencia que pasa de la familia. bajo el balancín del Estado político usurpador del Estado social y de su poder de Enseñanza. La Instrucción pública así desarraigada es el Árbol de la Muerte, raíces en el aire; su espíritu marcha con la cabeza baja. Toma a la Sociedad representada por la Familia una buena y verdadera moneda de oro viviente, marcada J. C., JesúsCristo y, por una transmutación a la inversa, rinde una falsa medalla en cobre marcada J. C., Julio César, Pontífice y Emperador de los paganos. 
El, niño es una página blanca sobre la que puede escribirse todo. el Cielo o el Infierno. Es un querido arbolillo salvaje humano sobre el que se pueden injertar todas las flores de los árboles del Paraíso. A su derecha, invisible, hay un Angel de Luz, pero a su izquierda hay un negro Demonio. El Angel aporta los siete Dones que irradian del Espíritu Santo. el Universal; el Demonio aporta..'" El niño es una página blanca sobre la que puede escribirse todo, el Cielo o el Infierno. Es un querido arbolillo salvaje humano sobre el que se pueden injertar todas las flores de los dos árboles del Paraíso. A su derecha, invisible, hay un Angel de Luz. pero a su izquierda hay un negro Demonio. El Angel aporta los siete Dones que irradian del Espiritu Santo, el Universal; el Demonio aporta los siete presentes tenebrosos del Auto-Espíritu individual. Hay pues. desde la cuna, lucha entre la Revolución Cristiana y la Reacción pagana, y esta invisible batalla entre la Luz y las Tmieblas es visible en, el niño pequeño. 
Apenas sobre sus proyectos de pies, es el tipo encantador del verdadero sans-culotte*. El único bueno y al que se puede amar. Hace ya, a su manera, la declaración de los derechos del hombre... in- dividual. Esto significaría pronto en su joven entendimiento que los deberes son para los padres; ¡pero el Angel está ahi! Cuán arrebatador ver eclosionar estas hermosas floraciones de la primera edad, estos ranúnculos del libre pensamiento de la libre conciencia, de la libre acción con todas sus consecuencias, desde el pote de confituras secretamente absorbido, hasta el cólico y los calcetines estropeados. Pero el Angel hace un signo: ¡la Religión y la Sociedad están ahí! Jesús es representado por el Padre, la Iglesia por la Madre! pues la profundidad del lazo conyugal mide toda la altura de la Vida eterna. Así, bienaventurada la madre, pues el santo Espíritu de Jesús vive en ella, gozosa de asumir todos los deberes de amor que ordenan todos estos jóvenes derechos nacientes. Y su amor no quiere ya alas, ¡cuán pesadas!, no quiere ya libertad, ni pensamiento, ni conciencia, ni acción, sino todas sus cadenas, todo su yugo, ¡cuán ligero! Igual que el divino Maestro lavando los pies de sus Apóstoles, ella se dedica por entero a su celeste servidumbre, al injerto del arbolillo salvaje bienamado. Jesús dijo: "El que quiera ser el primero entre vosotros, sea primero vuestro primer servidor". Palabras de gran señor del Cielo que sólo las madres pueden comprender porque ellas tienen el entendimiento celeste, el del Corazón. 
Insuflándole su espíritu y su alma con su vida, ella quiere que su ranúnculo devenga la más bella de las rosas del Paraíso humano y divino. Pero, en el alboroto actual de este mundo y sobre todo de su espíritu, cuán pocas jóvenes mujeres pueden librarse a esta seráfica esclavitud, cuán pocas pueden, saben, guardarle su clarividente amor con la venda de su propia idolatría. Es ahí que comienza el peligro que teme el Angel y que espera el Demonio. 
La cuna y después el pequeño lecho son el centro de la epopeya eterna, la de la Vida. Este pequeño ser sonriente es la más grande y la más grave cosa que pueda interesar a la vez al Cielo Y a la Tierra, todo el presente, todo el porvenir terrestre y celeste, no solamente de una familia sino de una Sociedad. 
Es por esto que el divino Maestro quiso que se dejasen venir a él a los niños, y es por esto que dijo; "El Reino de los Cielos es para los que se les parecen". Parecérseles es escuchar y entender. El niño, como la mujer, tiene el entendimiento verdadero: el del corazón; escucha todo lo que se dice, bajo pena de instruir sin educarlo que es peor que dejar en la ignorancia. Peor, pues la Escuela de la Vida es la única verdadera; todas las Universidades reunidas no valen lo que su humilde lección. 
El pequeño obrero tiene esta escuela entre sus pobres padres, y por este motivo el obrero sobrepasa corazón a todas las clases letradas de fábrica universitaria. De los siete dones negros del Auto-Espíritu, apenas tiene los dos últimos, y es por esto que no tiene nada propio, o pocas cosas, salvo sus afectos que son bienes de Ser, más que de Tener, y los únicos Verdaderos. 
Pero la educación no debe limitarse a saber vivir en el Mundo, pues entonces sería simplemente el saber de parecer y no el de Ser, que es el verdadero saber de la Vida. El último sin el primero embalsama las últimas profundidades; el primero sin el segundo es un tarro de pomada que, perfumado en la superficie. no es por debajo más que husmos. 
¿Se encuentra hoy en día esta esencia, este espíritu de la Vida? Raramente en el alma de los letrados; todavía un poco entre los seres de dedicación o de disciplina voluntaria, sacerdotes y soldados de vocación; mucho entre las gentes pobres, entre los que portan el peso del día, sin seguridad del mañana, entre los caballeros del trabajo, sobre las espaldas de los cuales carga tan pesadamente todo el Paganismo contemporáneo. Pero esto mismo no durará largo tiempo. gracias a los letrados mendicantes del sufragio universal, estos caballeros de industria políticos. 
"Le es más difícil a un rico entrar en el Reino de Dios, que a un camello por el Hueco de la Aguja", dijo Jesús. (El Hueco de la Aguja era una de las puertas bajas de Jerusalén.) La riqueza es todo lo que se tiene de propio, comenzando por la instrucción; y, cuando ella es falsa, cuando uno no se cree el simple detentor de ella responsable ante Dios, más vale nada, no sirviendo la riqueza, en este caso, más que para cargar de peso al Yo y volverlo ventrípeto. Cuando el Señor recomienda la simplicidad del espíritu, entiende la disponibilidad de la reflexión a la Vida, del corazón a la cabeza; pero sí la cabeza está escombrada de cosas inútiles o nocivas. es la más grande de los protestatarios y su Reflexión está cerrada a la Incidencia. 
Es por esto que, o nada de Instrucción salvo la elementaria, o toda la Instrucción posible conducida a la simplicidad, a la unidad, a la humildad de la razón individual ante la incidencia del Verbo-Díos en la reflexión universal del hombre. 
No se referirán así más que las tres razas de la verdadera jerarquía terrestre y celeste; pero no nos anticipemos sobre lo que debe seguir, y volvamos al pequeño niño mimado, al que la entrada al Reino de los Cielos le es difícil. La mujer en la Iglesia es la única educadora, el hombre en el Señor es el único educador. El niño que no siente este Señorío de amor y de sabiduría, deviene el amo de la idolatría paterna y materna. Poco a poco la pequeña razón subordina a la grande, la pequeña voluntad a la mediana, la pequeña suplantación a toda la jardinería y el jardinero del Edén conyugal. De año en año, la mente del nene se hará dentro de una caja de juguetes defendidos, un arca de Noé llena de ídolos, toda una filosofía pagana para su empleo, y habrá rápidamente transformado esta filosofía en querencia gubernamental, cortésmente primero, a continuación rompiéndolo todo. El presente se ensombrece, el porvenir es negro. El Demonio ríe, la mamá llora, pierde cada vez más la firme dirección y no sabe a qué recurrir. 
En vano invoca el brazo de justicia paternal; azotes, disciplinas, bofetones, todo el Arsenal de la Sabiduría de Salomón se muestra impotente ahí donde la sabiduría desarmada del Evangelio habría conducido ya todo a la perfección. 
El ángel ora; corifeo de las siete virtudes sociales, la piedad religiosa es la madre dela piedad filial. El sacerdote viene al socorro de la sacerdotisa maternal. 
Tiene de ella la ternura, pero le añade esa gravedad dulce de las dos primeras razas, las del sacrificio, la sacerdotal y la regia. Irradia de sí un aliento del Espíritu Santo que exorciza al Auto-Espíritu y en el que se rectifica la mentalidad del niño rebelde. De las rodillas de la madre sobre las de su modelo la Iglesia, la catequización retoma la obra indecisa si es que no comprometida. Comienza el injerto divino en el punto en que habría podido tener éxito cuando el Verbo, a través de los labios maternales, enseñaba la Palabra en su fuente divina: la Oración, y daba él mismo, a través de la joven mujer, la respuesta del Dios Vivo: sonrisas, caricias, besos, luz y calor de la Vida. 
El catecismo es la Enseñanza primaria del Evangelio, la mejor que puede existir. Mas, ¿dónde está, ¡ay!, la secundaria, la de la segunda raza; la superior a la primera? Son sin embargo indispensables a las edades viriles, a las fases iniciáticas de la vida, a la iniciación y a la conducción de los indi viduos, y, por sus Fraternidades, como por las Ordenes de sus razas, a la conducción de las Sociedades. 
El Evangelio no tiene más que una sola Luz, la de la Vida eterna, pero esta luz tiene muchos grados, de la mariposa a la lámpara, de la lámpara a la Luna, de la Luna al Sol viviente de las existencias y de sus espíritus. 
Apenas cumplida la primera comunión, apenas el infante sale de las puertas de oro de la Iglesia abiertas sobre la Ciudad de Dios, las puertas de bronce del Universo se abren, le engullen y se vuelven a cerrar. Acabada la educación de la Vida. Apenas está ella comenzada cuando la instrucción de la muerte va a soplar encima. Tras de las rejas que vigila Cerbero, el niño va a descender nuevamente el grado que acaba de ascender, a cambiar de alma y de espíritu. Después los otros grados del abismo se abren ante el hombre joven; de la pubertad hacia la virilidad, la mente del alma siente poco a poco pesar sobre ella el Espíritu glacial, la muerte, la política que enseña los mercenarios del Gobierno, en lugar del espíritu cálido de la Vida, lo social de todas las dedicaciones gratuitas. El injerto de nuevo se marchita, el arbolillo salvaje retoma sus derechos, la savia de los sentidos usurpa la del corazón, y, no siendo ya exorcizado, el joven espíritu se alza en la rebelión o se debilita en la constricción. 
Mas he aquí la linterna mágica del Paganismo que comienza sus proyecciones, sus evocaciones y, ¡ay!, sus reencarnaciones mortuorias, sobre un atento tropel de jóvenes médiums, almas vivientes. Hornero, Horacio, Virgilio, Demóstenes, Cicerón, y después todas las saturnales del individualismo filosófico y de los políticos, de los sofistas y de los retóricos, toda la licantropía burguesa de la Loba romana. toda la Aigotropía mediócrata del Macho Cabrio griego. 
¡Qué posesión infernal se abate sobre los niños! Y cómo resistirian ellos, ya que tiene la razón de los hombres hechos, falta de una educación completa, falta de una enseñanza integral, que controle una a una cada doctrina, para constatar de ella los errores o las verdades a la luz de los dos criterios objetivos de los que nos ocuparemos en la segunda parte de este libro. 

domingo, 25 de março de 2018

El Arqueometro Prefacio


El Arqueómetro 
CLAVE DE TODAS LAS RELIGIONES 
Y DE TODAS LAS CIENCIAS DE LA ANTIGÜEDAD Reforma sintética 
de todas las Artes Contemporáneas 
ACOMPAÑADO DE 5 LAMINAS EN COLORES 
DE 10 RETRATOS Y DE 100 FIGURAS Y CUADROS 

DEDICATORIA 
Mi querido Maestro. 
El implacable destino que ha puesto fin bruscamente a vuestros días terrestres, nos ha valido el peligroso honor de reemplazar, por la unión de vuestros amigos, la unidad de vuestra inteligencia, para la publicación del Arqueómetro. Si hubieseis vivido para asistir a este nacimiento de vuestra obra intelectual. la dedicatoria de esta obra hubiese sido hecha por vos al Angel que ha presidido, del otro lado, a su edificación. Es a vuestra querida mujer, es a este espíritu angélico descendido sobre la tierra para iluminar con toda la irradiación de su belleza y de su espiritualidad nuestro pobre infierno de aquí abajo, es a ella que vuestra obra habría rendido homenaje. 
Así pues, es un deber para nosotros evocar, a la cabeza de esta publicación que viene de un doble plano, la memoria de aquella que ha sido su inspiradora en el Mundo de la Palabra viviente. Dedicamos pues el Arqueómetro a Madame la Marquesa de Saint-Yves d'Alveydre, que está ahora unida eternamente a vos en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, y por la bondad de Maria. la Virgen de piedad  y de luz.

ADVERTENCIA 
Hace dos años apenas que nuestro venerado Maestro, abandonando el mundo visible, ha franqueado la Puerta de las Almas, para unirse por siempre en el Verbo divino al Alma angélica, que fue siempre, aun invisible, su sostén y su vida  aquí abajo. 
La desaparición de este luminoso genio le ha hecho surgir de todas partes una cantidad de discípulos, y no podríamos sino estar dichosos por ello, si ciertos de estos convencidos de ayer, exagerando un poco su celo de neófitos, no intentasen persuadirse a sí mismos, y persuadir a otros, de que son verdaderamente los depositarios de las confidencias supremas del Maestro, y de sus más íntimos pensamientos. Es inútil añadir que todos conocen a fondo el Arqueómetro, cuya descripción exacta, que nosotros tenemos de la mano misma de su Inventor, es sin embargo enteramente inédita todavía. 
Algunos no vacilan en dar interpretaciones cabalísticas de este Instrumento  de interpretación. Otros, que no se sonrojan de afirmar conocer los últimos secretos de la Ciencia arqueométrica, prometen iniciaciones grandiosas y fantasmagorías que no existirán jamás, a Dios gracias, más que en su imaginación exaltada. Otros, en fin, apelando a Saint-Yves, libran por todo pasto, a sus lectores, elucubraciones de un anticlericalismo y de un antipapismo verdaderamente demasiado rudimentarios e infantiles, dignos a lo sumo de un subcomité electoral de pueblo o de una Logia de décimo orden del G.'. O.'., y que hubiesen valido a sus autores, en vida del Maestro, para ser clavados en la picota por una de estas fustigantes palabras de las que él tenía el secreto. 
Entre los espíritus que leyeron y apreciaron sinceramente a Saínt-Yves, algunos han podido preguntarse por qué sus Amigos parecían poner tan poco empeño en defender su memoria. La razón de ello es simple. Un ser como el que no echaremos nunca lo bastante de menos, no tiene necesidad de ser defendido; aún cuando muerto en la Tierra, es lo bastante poderoso para defenderse solo, habiendo dejado tras de sí suficientes obras inéditas para cerrar la boca a todos los impostores. La que publicamos hoy es una magnífica prueba de ello. Ella llega en su momento, en el momento querido y escogido por el Maestro, y responde como un trueno a todas las demencias propaladas desde hace dos años bajo el abrigo de su nombre. 
Complemento y sello final de las "Misiones", este libro es la verdadera Introducción al Estudio del Arqueómetro. Nunca, en ninguna de sus obras anteriores, ha desvelado Saint-Yves, como aquí, el fondo de su pensamiento intimo; nunca, en ninguna, han sido los Misterios tan audazmente escrutados por él; nunca, como aquí, se ha revelado él tan completamente. 
No es solamente el genio cristiano, el Renovador inspirado de la Sinarquía el que reconocere- mos; es el verdadero sucesor de los Nabis antiguos, el último Profeta. Una Dama terrible corre en su obra de Isaías moderno, tan severa para los Fariseos y los Escribas contemporáneos como el hijo de Amós lo fue para los Letrados y los sacerdotes de Judá. Tan aterradoras son sus visiones tocantes al porvenir de Francia y de Europa, recaídas hoy en la peor Anarquía pagana; muchas, ¡ay!, se han realizado ya, otras están en vías de cumplimiento, y, si nosotros no hubiésemos escuchado, de la boca misma del Maestro la lectura de estas profecías hace más de siete años, ante el infinito de la Mar, que les daba, si es posible, aún más amplitud y majestad, podríamos creer que fueron escritas después. 
Mas, al mismo tiempo que muestra las catástrofes inminentes para los Pueblos sometidos a las Leyes implacables de los Ciclos históricos, su corazón se desangra ante esta Fatalidad que parece inevitable y que podría sin embargo no serio. Y exhorta a sus hermanos los humanos a abandonar la falsa vía para seguir la Vía verdadera, aquella que les ha indicado, desde hace ya veinte años, aquella que todavía les indica. Les suplica, en fin, que quieran hacer el ensayo leal de los únicos medios que pueden todavía oponerse al Destino y salvar a la Humanidad. Y en esto es verdaderamente hombre, hombre a quien "nada de lo que es humano le es extraño", y ése no es el menor de sus títulos en nuestra veneración y en nuestro afecto profundos. 
Es hacia 1903, tal como lo indican ciertas alusiones a los acontecimientos de entonces, que fue compuesta la Obra que libramos hoy en día al público. Notas dispersas y partes completas, las recolectamos piadosamente, y no quisimos ser de ellas, estrictamente, más que los simples ordenadores. Advertimos de ello al lector, que comprenderá así por qué hemos tenido que rechazar en apéndice, un fragmento escrito sobre un modo y en un estilo del todo diferentes al conjunto de la obra. Y si hemos conservado y publicado este fragmento inacabado, es en la convicción de que será leído con placer por todos aquellos que han conocido al Maestro y que le han frecuentado un poco; pues lo reconocerán ahí por entero con esta fina ironía, este espíritu chispeante y esta exquisita mezcla de sales atica y gala que ponían tanto encanto, originalidad, y a veces lo imprevisto, en sus conversaciones más elevadas y más serias. 
En cuanto a la forma y a la división de la obra, no hablaremos de ella; es lo bastante clara, sobre todo ahora que ciertas planchas del Arqueómetro han sido difundidas y reproducidas un poco por todas partes.

PREFACIO

Los estudios clásicos: su influencia. - Las jerarquías de los Pueblos. - La astronomía humana. - Atenienses y Romanos; su carácter anárquico. - Origen de los Griegos. - Los Ciclos antiguos. - Las Metrópolis. - La Proto-Síntesis verbal. - El Paganismo mediterráneo. - Las Invasiones. - Aparición de Pítágoras. - La época actual comparada con la de Pitágoras. - Por qué hemos escrito este libro.
Hace cinco siglos que han nacido los estudios clásicos, tres que usurpan cada vez más las Direcciones europeas y las conducen a su pérdida sucesiva, en provecho de América y de Asia. Desde los príncipes herederos, hasta los becarios de colegio, se entra cada vez menos cristiano en estas catacumbas al revés, y se sale cada vez más pagano.
Falta pues demasiado en ellas alguna cosa a la segunda salida de este descenso a los infiernos, a la salida de este país de las Sombras del que las jóvenes generaciones, que se hunden rosadas, vuelven a salir pálidas. Lo que falta es una comparación, un juicio, una iniciación en plena vida, una cura de verdadera Humanidad, de aire celeste, de luz divina.
Al salir de estos estudios, teníamos ya su espíritu en sospecha. Nuestros altos estudios nos han hecho descubrir a continuación, por encima de esta anarquía, las Enseñanzas, el Principio universal del Conocimiento y de la Sociología, de las que la Ley de Estado ha constituido más tarde el objeto de nuestras demostraciones históricas.
Hay jerarquías entre los pueblos; sobre todo entre sus guías, según su Esencia original y el injerto que estos pueblos puedan portar.
Como regulados por una Astronomía humana, estos guías reaparecen de edad en edad, de pueblo en pueblo, iluminando las tinieblas, las oleadas, los escollos y la dirección de las Colectividades. Desembrollan de ellas, por un tiempo más o menos largo según la naturaleza de los medios, las deformaciones enredadas, dándolas un sentido general y una recrudescencia de destinos. Vienen en su momento, a cumplir una de las funciones que hemos descrito (1), y que se atraen y se arrastran todas, como un sistema de gravitación.
Siendo la Teocracia el más alto grado, los pueblos son siempre visitados a tiempo, por uno de los tipos del primer Orden, que también tiene sus grados:
Orfeo, Numa, Pitágoras. Son convidados así al máximo de la Vida social y de la civilización, para su propia paz así como para ejemplo de la Humanidad.
Nuestras "Misiones" prueban que nadie ha admirado más que nosotros a los grandes hombres de todos los tiempos, y en consecuencia los de la Antigüedad greco-latina. No podemos por ello decir lo mismo de los Atenienses y de los Romanos, opositores municipales de estas notables individualidades.
Entre todos los medios históricos, en efecto, no los hubieron nunca más refractarios a este Organismo supremo, que los Atenienses y los Romanos. Nunca la calidad humana tuvo que vérselas con cantidad más caótica, más incoherente, más anarquista por esencia, más individualista en masa banal, y en consecuencia más rebelde a la individualidad.
Nunca la atomicidad trepidante fue menos susceptible de una cohesión molecular que no fuera otra que la compresión bajo la fuerza de las cosas, desnuda en la fuerza armada.
Es el atolladero civil permanente, dedicado al reglamento militar o a la invasión.
Es entonces que, para la salvaguarda momentánea de estos medios, reaparece un tipo del segundo Orden, una estrella secundaria de la Astronomía humana. Se llama Alejandro y César; y, para que el desorden civil no se devore él mismo, su jefe de Estado Mayor le hace devorar al Mundo.
El primer Orden era social, el segundo es político. Uno crea, el otro conserva lo que existe, pero no lo modifica sino exteriormente. La podredumbre intelectual y social permanece adentro.
Es por esto que todo se desploma en el Bajo Imperio romano-bizantino; es la continuación de los ajetreos de Babilonia. Europa está enfeudada a este recuerdo anciano pero no antiguo, animado como una novela de aventuras y de escándalo. A Dios gracias, no es ésta la Norma de la larga Historia universal, sino la serie evolutiva de una sucesión de decadencias, su ondulación de serpiente. Los Atenienses y los Romanos no eran ellos mismos, desde el origen, más que decadentes refugiados, casi extranjeros en estas ciudades, con más fuerte razón en Grecia y en Italia.
La Arqueología entre los modernos, la Mitología entre los antiguos, ya que sobre el orden de las Universidades Sacerdotales indo-egipcias la Historia, así como las otras Ciencias, no era escrita más que en enigmas; los Libros sagrados, en fin, nos han permitido abrir por otra parte los velos de las edades remotas .
No se tendrá jamás la suficiente veneración por las dos Penínsulas que atraen a nuestro Continente las cadenas de los Balcanes y de los Alpes. Es a cada paso que podemos decir: “Sta viator, heroem calcas!" Pero el viajero no holla ahí solamente un pobre héroe esparcido de la Historia anciana, casi reciente; son las necrópolis de las Edades heroicas y, más aún, las Metrópolis de los Ciclos patriarcales quienes yacen bajo sus pies.
Cuando Filipo de Macedonia respondía con una dulce ironía a la petulancia de los embajadores del Pe1oponeso: “¿Cuántos verdaderos Griegos hay entre vosotros?", les daba, sin aparentarlo, una pequeña lección de historia, sabiendo mejor que ellos que los Graios, o Totemistas de Gruya, eran Celto-Eslavos epirotas y que la Grecia antigua misma era Eslava y Pelasga, hasta la invasión de los explotadores revolucionarios de Asia: Yonijas y Yavanas de Manú, Yavanim de Moisés. Un Larto etrusco, un Numa, habría podido igualmente decir a los Levantinos del Tíber: ¿Cuántos verdaderos Italianos hay entre vosotros?
En efecto, los verdaderos Griegos eran Eslavos de los Balcanes; los verdaderos Italianos eran Celto-Eslavos descendidos también de las montañas, Alpes occidentales y orientales. Todos formaban parte de la inmensa confederación de los Pelasgos de Harakala, antes de ello del Rama de Moisés y de los Brahmines, el, Baco de los Greca-latinos, y antes todavía del primer Ciclo de los patriarcas.
Estos enderezadores de ríos, de mares, de tierras inundadas, estos domadores de la animalidad y de la naturaleza salvaje, eran sacerdotes sabios, ingenieros militares, labradores y fundadores de ciudades como ya no se han vuelto a ver.
Sus Aryas, agrupadas en dodecápolis, se extendían desde Italia hasta Grecia, desde los Balcanes hasta el Cáucaso, desde la Táurida hasta las planicies de la Tartaria, desde el Irán de los Ghiborim hasta el Hebyreh de los Nefilim, y de todo el Aryavarta.
"Oh Hebyreh, residencia de la Ley pura en el Aryavarta."
Así habla el primer Zoroastro, veintiocho siglos antes de nuestra era, doce siglos antes de Moisés. Este último señala fielmente el Heber del Hebyreh. Lo cita en su rango entre los Patriarcas que atribuye por ancestros a sus Hyksos, a los que Maneton llama los Pariahs de Egipto. Los Brahmines, en lo que concierne a la India, dicen la misma cosa que Maneton, pero Zoroastro lo explica todo.

Sólo en Italia. se pueden citar las Metrópolis de estos zodiacos de ciudades, las Argytas, tan grandiosamente bellas como Tebas y Memfis, tan antiguas como Babilonia y Nínive, y que testimonian la misma ciencia que ilumina las ciudades universitarias del norte de la India, tales como Kali, cara a los Caldeos, y Tirohita, la bienamada de los sacerdotes egipcios. Así, en Europa misma, el declive social antediluviano cae como un velo cada vez más opaco, hasta el advenimiento del Redentor.
Pero si se levanta pliegue a pliegue el velo desgarrado por Jesús, Verbo Encarnado, se atenúa y deja transparentar, y después resplandecer, la luz de la civilización primordial, el Imperio universal de los Aryas y de los Rutas, la Teocracia indo-europea y egipcia de Ishva-Ra y de Oshi-Ri, de Jesús, Verbo-Creador; Jesús Rex patriarcarum, dicen con razón nuestras letanías.
"En el comienzo era el Verbo", dice el discípulo que Jesús amaba y para el cual el Maestro no tenia nada oculto. No se puede designar más claramente el Ciclo de la Proto-Síntesis gubernamental, la era primordial en la que el Verbo-Creador, adorado bajo su verdadero nombre, fue profetizado como el Verbo encarnado, como Salvador del Estado social decaído.
Y cuando se produjo el Paganismo mediterráneo, el sabbat de los Burgueses esclavistas, las Sociedades regulares de Europa, de Asia, de Africa, sus Universidades, sus Templos, no dejaron de protestar contra los Sofistas, los falsos demócratas, los políticos, los retóricas rebeldes a todo orden y a toda paz social, Roma y Atenas han sido desterradas de la Humanidad, como Babilonia, Tiro, y toda la podredumbre intelectual y moral de la Jonia.
Druths celto-kímricos, Droths celto-eslavos, Volas escandinavos, Vellés germánicos, Lartos de Italia y de Iberia, Profetas de Egipto, Nabis de Israel, Magos de Persia y de Kaldea, Brathmas manávicos, Ráshis védicos, Lamas del Thibet, Chamanes tártaros y mongoles, por todas partes el mismo anatema contra el Edom y el Yavan de Moisés, contra los Yavanas y los Mlektas de Manú.
Finalmente se levanta el justiciero del Norte, el gran Ase de Asgard, Frighe hijo de Fridolf, y el furor secular de los Pueblos gruñe en él. Mitad druida, mitad buddhista, se eleva sobre su pavés Vodân portado sobre las doce espadas de sus Apóstoles. Toma el nombre de Trismegisto boreal, para reunir, en su deismo militante, toda la Europa del Norte, del Centro, del Este y sus reservas: Og, Gog y Magog, hasta el corazón de la Alta Asia.
Después, estos diluvios de hombres, lentamente amontonados, ruedan sobre la civilización de Satán. Realizando la profecía de Cristo, la Roma pagana, sin saberlo, ha vengado al cielo devorando Jerusalén: Europa venga a la Tierra dando Roma vacía a los Pontífices de Jesucristo.
Queda Bizancio, en donde todas las pestilencias de Roma y de Atenas se funden para viciar a Bárbaros y Cristianos. Entonces surge el Vodân del Sur, y Mahoma alienta el Korán, la Sunna y el Djehád en las trombas humanas del Islam.
Lo que la raza de las nieves no ha podido acabar, es cumplido por la de las llamas y los tizones: Arabes, Turanianos, Turcomanos y Osmanlis.
La Europa actual se expone a los mismos destinos. Los provoca todos a la vez, desde que rechaza al Espíritu viviente por el espíritu muerto, el Espíritu cristiano por el pagano.
Y si las energías humanas no bastan para conducirla a su Principio, Jehovah soltará las de los elementos sobre este nuevo Adamah y sobre su Atlántida.
De grado o por fuerza, por el Hijo o por el Padre, la Cristiandad volverá al Espíritu Santo.
Seis siglos antes de N. S. Jesucristo, en la sombría tiniebla del Paganismo mediterráneo, que sucede a la celeste claridad de la síntesis Orfica; en el periodo anárquico consecutivo a la revolución de los Sudras en provecho de la Burguesía esclavista y de la Clerecía agnóstica; con toda la altura de un Epopte, se erige un hombre, Pitágoras, que recuerda a un Patriarca del Antiguo Testamento; quien merece más aún y algo mucho mejor que todo lo que se ha dicho de él, y que, por esta razón, inscribimos a la cabeza de este libro, destinado a preparar la inteligencia a la comprensión y a la utilización del instrumento de precisión que vuelve experimental la Revelación universal del Verbo, la Sabiduría divina.
Sucede que, a veinticinco siglos de distancia, nuestra época, en cuanto al estado mental y gubernamental europeo, presenta una identidad notable con la de Pitágoras. En el momento, en efecto, en que Pitágoras emprendió la Misión de Europa, la Síntesis órfica, recuperación de la Proto-Síntesis patriarcal o verbal, había desaparecido o casi, anegada por la ola invasora del Paganismo de los Letrados asiáticos y jónicos. Del mismo modo, en nuestros días, el cristianismo obnubilado desde el Concordato del siglo IV, y completamente privado de su Maestría, desde el Renacimiento, cede por todas partes al Humanismo neopagano.
Pitágoras, su época, su obra y las conclusiones que comporta, nos ofrecen pues una base sólida para el estudio que hemos emprendido, y la exposición de los medios científicos a emplear, para levantar el Estado social decaído, y restablecer la síntesis que el gran filósofo emprendió vanamente reconstituir.
Ahora bien, desde nuestro vigésimo año, habíamos resuelto ser el Pitágoras del Cristianismo, suplantado desde el Renacimiento por el Espíritu pagano. De ahí, veinte años después, nuestras cuatro misiones entre los gentiles modernos, y nuestra acción en Paris, en Bruselas, en Roma y otros lugares, y, en este testimonio rendido a la verdad, contamos sólo con Dios, y con su ayuda de campo, el Tiempo.
Y ahora, en plena vejez, arrojando una mirada retrospectiva sobre la larga trayectoria de nuestro deber cumplido, vemos, con una gran paz de espíritu y de conciencia, que no se ha desviado ni en nuestros libros, ni en nuestros actos públicos o privados. Ella planea sobre el desconocimiento y sobre la calumnia, más alta que el desdeño, tan alta como la piedad divina, para estos desgraciados ciegos, conducidos por cegados al Infierno humano que va a engullirlos.
Es esta misma Caridad que, pese al más cruel de los duelos, pese a la edad, pese a la enfermedad, nos hace terminar la obra que habíamos prometido al divino  Maestro emprender, y dar cumplimiento con su ayuda.
La gloria de ello no debe volver sino a Jesucristo solo, y en El, al alma angélica a la que nos ha unido y de la que ha querido que la muerte misma no pueda separarnos. Así, antes de tener el indecible gozo de clavar sobre este planeta  nuestra tarjeta de visita con P. P. C., estamos encantados de saludar la gloriosa memoria de Pitágoras con el mismo respeto que en nuestra juventud.

El Dr C HA U VET (Saú)




LEBRETON 

W. BATILLAT

 DE LANNEAU 

terça-feira, 13 de março de 2018

Papus, Téder e a O.T.O. na França por Carlos Raposo

Um labirinto é uma casa edificada
para confundir os homens;
Sua arquitetura, pródiga em simetrias,
está subordinada a este fim.
(Jorge Luis Borges em O Aleph)

O presente post se encontra inserido exatamente no mesmo contexto dos artigos sobre Rudolf Steiner e Arnold Krumm-Heller, ou seja, diz respeito às tentativas de Frater Merlin Peregrinus (i.e. Theodor Reuss) de trazer um pouco de respeitabilidade e legitimidade para a sua então recém criada Ordo Templi Orientis. Como já visto nestes artigos, a estratégia de Reuss era deveras bem simples: atrair para a O.T.O. nomes de grande visibilidade no ocultismo internacional.

Posto isto, meu propósito aqui é avaliar a participação na O.T.O. do proeminente ocultista francês Dr. Gerard Encausse (1865-1916)[1], mais conhecido pelo cognome Papus. Concomitantemente, mesmo que rapidamente, apreciarei outros dois renomados ocultistas franceses que, de um modo ou de outro, costumam ser citados como expoentes confrades da Ordo Templi Orientis ao longo dos primeiros decênios do século XX.

Reuss contatou Papus em 1901, bem antes da fundação da O.T.O., que ocorreria apenas em 1906. Inicialmente, os objetivos de Reuss ao buscar se relacionar com aquele ilustre ocultista parecem ter sido dois: primeiro, aproximar-se de Papus; segundo, não medindo esforços para ser reconhecido como Maçom de prestígio, buscar representá-lo como líder na Alemanha do obscuro Rito Maçônico de Swedenborg[2]. Contudo, embora houvesse sido admitido no citado Rito naquele mesmo ano (Gilbert, 1996:135), Papus não possuía autoridade para conferir quaisquer tipos de representações em seu nome. Deste modo, coube ao francês apenas se limitar a orientar Reuss no sentido deste procurar conversar com o Supremo Grande Secretário do Rito em questão, função essa então exercida pelo famoso maçom inglês Dr. William Wynn Westcott (1848-1925)[3]. Por sua vez, na seqüência dos eventos, foi por intermédio de Westcott que Reuss chegaria ao personagem que detinha total autoridade para lhe dar a tão desejada representatividade relacionada ao Rito de Swedenborg: o polêmico Maçom John Yarker (1833-1913)[4].

O contato feito com Yarker logo se mostraria de grande proveito para Reuss (em breve o comentarei por aqui, em Orobas). Contudo, em relação a Encausse – tema principal do presente artigo –, somente um pouco mais tarde é que o líder mundial da O.T.O. veria na França uma promissora oportunidade para expandir as fronteiras de suas Ordens.

Na ocasião, Papus, também médico e escritor, já contava com a fama de ser um ocultista reconhecidamente consagrado e era membro de diversas organizações de caráter místico e iniciático. Apenas citando algumas, ele havia sido membro da Sociedade Teosófica (McIntosh, 1975:175) e um dos principais participantes do Conselho dos Doze, órgão responsável pela direção da preclara Ordem da Rosa Cruz Cabalística (Webb, 1989:216)[5], a qual o Dr. Encausse viria a liderar após a morte de seus fundadores. Ao mesmo tempo, credita-se a Papus a fundação (ou reativação, como alguns preferirão frisar) da Ordem dos Superiores Incógnitos, também chamada Ordem dos Martinistas. Ele também foi membro da Ordem Hermética da Aurora Dourada, fazendo parte do Templo de Ahathoor de Paris.[6] Além de tudo isso, em 1893 Papus também fora consagrado Bispo Gnóstico por Tau Valentin II (i.e. Jules Doniel, 1842-1903), Primaz da Igreja Gnóstica da França (Scriven, 2001b:217).

Apesar de não ser um maçom regular, em 1908, Papus organizou em Paris uma espécie de conferência internacional de Maçonaria. O evento, também chamado de “Congresso de Espiritualidade”, aconteceu no templo parisiense da Loja Maçônica Droit Humain. Reuss, que nesse período ansiava por constituir na França um braço de seu Rito de Memphis e Misraim, em 24 de junho daquele ano, aproveitou a ocasião proporcionada pelo Congresso e conferiu justamente a Papus uma Patente[7] que o autorizava a fundar algo não muito bem definido, denominado “Supremo Grande Conselho Geral dos Ritos Unificados da Maçonaria Antiga e Primitiva para o grande Oriente de França e suas Dependências em Paris” (Scriven, 2001b:217). No mesmo evento, outro nome oportunamente agraciado pelas patentes distribuídas por Reuss foi o notório Martinista francês Téder (Charles Détré, 1855-1918), que posteriormente viria a suceder Papus na liderança da Ordem Martinista (McIntosh, 1975:220). Conforme as referências consultadas, Papus fora patenteado como 33º, 90º, 96º, enquanto que Téder recebia o 33º, 97º e Xº (Koenig, 1994a:21)[8]. A partir das graduações mencionadas nessas referências, pode-se afirmar que embora Papus possuísse patente de Memphis e Misraim, o legítimo representante da O.T.O. de Reuss (o Xº) para a França na verdade seria Téder.

Porém, existe quem especule – sem muita convicção – sobre a possibilidade de que Papus também houvesse recebido, na mesma oportunidade, o Xº O.T.O. (Scriven, 2001a:8 e 2001b:218)[9], sendo ele, portanto, o real representante da Ordem na França. De todo modo, embora a sombra da dúvida ainda paire sobre a questão, note-se que a revelia de qualquer representatividade recebida por ambos, a sina dos famosos representantes de Reuss mais uma vez se repetiria: nem Téder nem Papus trabalharam no sentido de promover os imaginários braços franceses das Ordens de Merlin Peregrinus.

No que concerne a Papus, uma ressalva ainda deve ser feita. Como será visto agora, acredita-se que tudo que ele fez em relação a O.T.O. teria sido nomear outro representante para esta Ordem.

Assim, dentro do escopo pertinente a certa ramificação que teria origem na suposta O.T.O. francesa, outro nome a ser aqui citado é o do franco-haitiano Lucien-François Jean-Maine (1879-1960). Mesmo não sendo alguém hoje considerado famoso pela maioria dos não muito bem informados círculos ocultistas contemporâneos, Jean-Maine foi um conceituado representante das linhagens apostólicas das Igrejas Gnósticas operantes na Franca de sua época. Não há muita documentação que sustente uma história clara sobre sua participação como membro efetivo da Ordem Templária de Theodor Reuss. Porém, inicialmente, existem fontes que indicam Ordenações gnósticas conferidas a Jean-Maine tanto por Papus quanto por Jean Bricaud (1881-1934) (Koenig, 1994a:235)[10], o que pelo menos evidencia a grande possibilidade de haver alguma proximidade entre Jean-Maine e estes dois últimos. Assim sendo, segundo consta, acredita-se que em 1910 Papus – com ou sem permissão de Merlin Peregrinus – teria conferido autoridade de Xº da Ordem de Reuss justamente para Jean-Maine, fazendo-o representante da O.T.O. para o Haiti e às Ilhas Francesas (Koenig, 1994a:246).

De todo modo, com ou sem a patente de Xº da Ordem de Reuss, o franco-haitiano Jean-Maine foi mais um que jamais trabalhou como um membro ativo da O.T.O., no sentido de estabelecê-la devidamente seja no Haiti seja nas Ilhas Francesas, ou em qualquer outro lugar. No entanto, aqui é relevante citá-lo, pois, alguns anos mais tarde, será justamente ele o fundador daquela que é reconhecida como a primeira dissidência da O.T.O., ramificação esta conhecida como O.T.O.A., ou Ordo Templi Orientis Antiqua.

Em suma, a revelia da insistência de Theodor Reuss, até aproximadamente 1911, de todos os famosos nomes por vezes citados como Xº da O.T.O., não houve sequer um a se empenhar como seu represente de fato, divulgando adequadamente sua Ordem ou trabalhando no sentido de expandí-la. Todos eles, Steiner, Krumm-Heller, Papus, Téder e Jean-Maine, apenas deram continuidade aos movimentos nos quais já estavam engajados, relegando ao completo fracasso o plano de Reuss de tornar a O.T.O. uma organização com forte presença seja na Europa seja na América Latina.

Por último, naquilo relacionado ao Dr. Gerard Encausse, uma nota curiosa ainda poderá ser acrescentada. Acontece que a revelia de sua não participação como membro efetivo da O.T.O., hoje, Papus é considerado pelos membros do corpo Eclesiástico desta Ordem, a Ecclesiae Gnosticae Catholicae, como um Santo a ser sempre mencionado e adorado em suas Missas Gnósticas (em Liber XV).

Bibliografia
CROWLEY, Aleister. Liber XV – O.T.O. Ecclesiae Gnosticae Catholicae Canon Missae.
Versão em inglês em: http://www.hermetic.com/sabazius/gnostic_mass.htm; versão em português: http://www.otobr.com/egc.php
GILBERT, Robert. A. 1996: “Chaos out of Order: the Rise and Fall of the Swedenborgian Rite”. In: GILBERT, Robert A. (ed) Ars Quatuor Coronatorum – Transactions of Quatuor Coronati Lodge, Vol. 108 for the Year 1995. Frome and London: Butler & Tanner, pp 122-149.
Versão on-line: http://freemasonry.bcy.ca/aqc/swedenborg.html
HOWE, Ellic. 1972: The Magicians of the Golden Dawn. London: Routledge & Kegan Paul.
KOENIG, Peter-Robert. 1994: Das OTO-Phänomen. München: AWR.
McINTOSH, Christopher. 1975: Eliphas Levi and the French Occult Revival. London: Rider & Company.
SCRIVEN, David (i.e. Tau Apiryon ou Frater Sabazius). 2001a: “History of the Gnostic Catholic Church”. In: CORNELIUS, J. Edward (Ed) e CORNELIUS, Marlene (Ed). Red Flame – A Thelemic Research Journal, nº 2. Berkely: Red Flame Productions, pp 3-15.
_____. 2001b: “Portraits of the Saints of the Gnostic Catholic Church”. In: CORNELIUS, J. Edward (Ed) e CORNELIUS, Marlene (Ed). Red Flame – A Thelemic Research Journal, nº 2. Berkely: Red Flame Productions, pp 117-224.
_____. “History of the O.T.O.”. Versão on-line em inglês: http://www.hermetic.com/sabazius/gnostic_mass.htm. Versão em português: http://www.otobr.com/oto.php
WEBB, James. 1989a: “Rosicrucians”. In: CAVENDISH, Richard (ed.) e RHINE, J.B (cons.). Encyclopedia of the Unexplained. London: Arcana, pp 215-218.

Notas de Rodapé    
Embora seja considerado francês, Papus nasceu na Cidade de Corunha, na Espanha. 
A respeito das atividades do Rito de Swedenborg, consulte o excelente texto de nosso Ir. R. A. Gilbert, “Chaos out of Order: the Rise and Fall of the Swedenborgian Rite”, mencionado na bibliografia. 
Entre outras, Westcott também foi um dos fundadores da The Hermetic Order of the Golden Dawn, bem como Magus Supremus da S.R.I.A. (Societas Rosicruciana in Anglia). 
Após muito hesitar, em 21 de fevereiro de 1902 Yarker emite uma patente para Reuss, autorizando-o a fundar em Berlim a Loja Swedenborg do Santo Graal, nº 15 (Gilbert, 1996:135). Ressalte-se que dada à completa irregularidade do Rito de Swedenborg, obviamente esta patente não proporcionou a Reuss a tão almejada regularidade maçônica que ele tanto buscava. 
Ordem fundada em 1888 por Joséphin Péladan (1859-1918) e Stanislas De Guaita (1861-1897). 
Porém, conforme Howe (1972:295), Papus era apenas membro Honorário da Golden Dawn (Aurora Dourada). 
Na “História da O.T.O.”, escrita por David Scriven (i.e. Frater Sabazius, i.e. Bispo Tau Apyrion) e amplamente divulgada pelos sites da O.T.O. americana, há uma curiosa e muito reveladora observação a respeito dessa patente. Ali, o autor diz enfaticamente que “nesta conferência, Encausse recebeu, sem pagamento, uma patente de Reuss”. Certamente, em se tratando Theodor Reuss, o “sem pagamento” é algo tão inusitado que merece o justo destaque. 
Outra fonte indica Téder apenas como IXº O.T.O. (Scriven, 2001b:223).
É importante salientar que David Scriven hoje é conhecido como Frater Sabazius Xº da O.T.O. americana, Ordem estigmatizada pela alcunha “Califado”. Assim, ao procurar estabelecer Papus como membro efetivo da O.T.O., Scriven, na verdade, apenas corroborava a idéia da construção de um passado mítico. De todo modo, recentemente, com o que a historiografia tem demonstrado, Scriven refez o seu texto e pelo menos passou a admitir que a participação de Papus na O.T.O. é “incerta”. 
Jean Bricaud, ou Bispo Tau Jean III, um dos fundadores e primeiro Patriarca da Igreja Católica Gnóstica (Scriven, 2001a:8). 

Aleister Crowley: entra “a Grande Besta”! por Carlos Raposo


Que o Adepto seja armado com seu Crucifixo Mágico
e provido com sua Rosa Mística.
……..
O Crucifixo Mágico é o Bastão do Magista;
a Lança do Sacerdote; simbólica do Lingam.
Sua Rosa Mística é a Taça da Sacerdotisa, simbólica da Yoni.
(Aleister Crowley, em Liber XXXVI – A Safira Estrela)

Mesmo quando avaliado todo o retrospecto das articulações subterrâneas empreendidas por Theodor Reuss, no sentido de dar notoriedade e reconhecimento à Ordem por ele criada, nada estaria comparado à admissão em seus quadros da “grande Besta do Apocalipse”, cognome do afamado mago inglês Aleister Crowley (1875-1947).[1] De fato, Reuss tentou reunir entre seus patenteados diversos grandes nomes do cenário ocultista do início do século XX (ver artigos sobre Rudolf Steiner, Arnold Krumm-Heller e Papus), contudo, foi justamente Crowley o personagem que finalmente daria a Ordo Templi Orientis o renome que hoje ela tem.

O presente texto visa apresentar, em linhas gerais, como aconteceu a nomeação de Crowley como líder da Ordo Templi Orientis para a Inglaterra. Ao mesmo tempo, pretendo aqui explicar porque a Ordem passou a ter tanta importância para Aleister Crowley e quais eram os planos do mago inglês para a organização concebida por Reuss.

Conforme relata certa fonte (Scriven, 2001:219), Crowley haveria sido admitido à O.T.O. em 1910, sendo recebido diretamente no VIIº.[2] Dois anos mais tarde, em 1912, após um inusitado encontro com o O.H.O. Theodor Reuss, esse o aceitaria como IXº para, logo em seguida, nomeá-lo Rex Summus Sanctissimus, Xº, Grande Mestre Nacional para a Irlanda, Iona e toda a Bretanha. Exercendo a função de Rei Inglês da O.T.O., Crowley adota para si a denominação “Baphomet Xº”, nominativa esta que lhe serviria de insígnia mística, nome mágico e selo pessoal.[3] A seção inglesa da O.T.O., sob a liderança de Crowley, passaria a se chamar Mysteria Mystica Máxima, ou M∴ M∴ M∴ (King, 2002:102 e Symonds, 1989:161n).

As circunstâncias de sua posse, em 1912, como Rei da O.T.O. para a Bretanha às vezes são narradas como misteriosas, no mínimo pitorescas. No entanto, conforme descrito desdenhosamente pelo próprio Crowley (1979:709), nesta época ele apenas considerava a O.T.O. um conveniente compêndio de “algumas verdades maçônicas”.

Sua opinião, entretanto, mudaria radicalmente, resultado de um de seus encontros com o líder Merlin Peregrinus, Theodor Reuss. Na ocasião, Reuss visitara Crowley em Londres. Ali, o O.H.O. acusaria “a Grande Besta” de revelar publicamente o supremo segredo da Ordem, o Arcano dos Arcanos, seu Segredo Central, reservado exclusivamente aos sublimes iniciados do IXº. Enquanto de um lado o atônito Crowley se defendia daquilo que era considerado uma gravíssima e injusta acusação, dizendo que nem sabia qual era o tal segredo e nem sequer pertencia ao grau em questão, do outro, um enfurecido Reuss se dirigia até a estante, pegava um opúsculo e lhe apontava o Capítulo XXXVI do The Book of Lies, livro escrito por Crowley. A passagem que denunciaria o inglês dizia que: “…que ele beba do Sacramento e que comunique o mesmo” (Symonds, 1989:160).[4] Conforme o O.H.O. da O.T.O., ali estavam explicitamente descritas tanto a natureza quanto a fórmula do ultrassecreto Rito do IXº da Ordem (King, 2002:102).

O mistério acerca do evento acima descrito vem da especulação, também por parte do próprio Crowley, para o seguinte ponto: como de costume salientando as incomuns circunstâncias de sua vida, Crowley confessou ter ficado atordoado com fato de Reuss conhecer o conteúdo do The Book of Lies, uma vez que este livro só seria publicado no ano seguinte, em 1913. Como explicar, então, pergunta “a Grande Besta”, que seu superior hierárquico na Ordem tivesse ciência do conteúdo do daquele livro, mesmo antes de sua publicação? O próprio Crowley dá a espantosa resposta, insinuando uma espécie portal aberto num de lapso interdimensional de tempo, cuja conseqüência fora proporcionar aos dois Adeptos a extraordinária oportunidade de um encontro, por assim dizer, inteiramente deslocado no espaço-tempo, adiantando-se um ano em relação a 1912 (Symonds, 1989:161-162).[5]

No decorrer do encontro e após horas de colóquio entre os dois iniciados, Crowley finalmente seria aceito por Reuss como IXº da Ordo Templo Orientis. Logo depois, Reuss o convidaria para ir a Berlim, onde seria empossado como Rei da O.T.O. para todo o Reino Unido.[6] Conforme um de seus biógrafos, John Symonds (1989:161), como Crowley jamais recusava a oferta de um jantar, uma aventura ou um título, ele prontamente aceitaria o convite de Reuss e rapidamente seria transformado em Rex Summus Sanctissimus da Ordem de frater Merlin.

Todavia, é importante destacar que Crowley afirma (1979:710) que fora justamente aquele o misterioso evento que o arrebataria numa súbita iluminação, advinda da imediata e profunda compreensão acerca da natureza dos ditos mistérios velados e celebrados pelos graus superiores daquela Ordem Templária. A partir dessa afirmação, não é exagero concluir que nesse instante Crowley passou a considerar que toda a doutrina religiosa de sua Lei de Thelema casava perfeitamente com o Segredo Central da O.T.O., como se esta Ordem também guardasse a própria Chave Mestra dos mistérios de sua religião. Assim, se até então a O.T.O. era vista por ele apenas como uma coleção de “verdades maçônicas”, agora a Ordem passava a ser entendida tanto como detentora da própria chave do progresso futuro (sic) da humanidade quanto como um veículo da boa nova thelêmica.

Todavia, longe dessas especulações fantásticas sobre supostas aberturas de portais interdimensionais, mais importante é frisar que, já em 1912, tão logo percebeu a verdadeira natureza do dogma central da O.T.O.,[7] Crowley simplesmente passou a cobiçar a Ordem para si. Deste modo, dentro de sua concepção ágica do universo, não mais importava o fato da O.T.O. ser fruto do que ele considerava Éon do Deus Morto ou Sacrificado, ou seja, conforme apregoado pela crença thelêmica, uma Ordem concebida antes de 1904.[8] Mais do que um simples ajuntamento de verdades iniciáticas maçônicas, a O.T.O., Ordem que ele considerava possuir nada menos do que a Chave de todos os Mistérios, também seria escolhida para se transformar numa Ordem religiosa cuja tarefa principal passaria a ser a difusão de sua recém criada religião thelêmica.

Desse modo, pela concepção de Crowley a Ordo Templi Orientis logo haveria de se converter na primeira Ordem do Velho Éon a se submeter integralmente e incondicionalmente a Lei de Thelema.

Bibliografia
CROWLEY, Aleister. 1979: The Confessions of Aleister Crowley. Edited by John Symonds and Kenneth Grant. Londres: Arkana.
DUQUETTE, Lon Milo. 2007. A Magia de Aleister Crowley – Um manual dos Rituais de Thelema. São Paulo: Madras, tradução de Carlos Raposo.
GRANT, Kenneth. 1991: The Magical Revival. London: Skoob Books Publishing.
KING, Francis. 1989: Modern Ritual Magic. Dorset: Prism Press.
_____. 2002: Sexuality, Magic & Perversion. Los Angeles: Feral House.
KOENIG, Peter-Robert. 1994b: Materialien zum OTO. München: AWR.
_____. 1999: “Introduction”. In: NAYLOR, Anton R. (Ed). O.T.O. Rituals and Sex Magick. Thame: I-H-O Books; pp. 13-61.
SCRIVEN, David (aka Tau Apiryon). 2001a: “History of the Gnostic Catholic Church”. In: CORNELIUS, J. Edward (Ed) e CORNELIUS, Marlene (Ed). Red Flame – A Thelemic Research Journal, nº 2. Berkely: Red Flame Productions, pp 3-15.
SYMONDS, John. 1989. The King of the Shadow Realm.London: Duckworth.

Notas de Rodapé    
Uso de modo livro o termo “A Grande Besta”, por ser um designativo bem conhecido associado ao nome Aleister Crowley. Tecnicamente, esse título apenas seria adotado por Crowley alguns anos mais tarde, quando ele se autointitularia “Magus” de sua A∴ A∴ (com o mote mágico To Mega Therion, expressão grega para “A Grande Besta”).
Outra fonte sugere sem entrar em detalhes que Crowley já havia estabelecido contato com a O.T.O. desde 1907 (Koenig, 1999:17). 
Tanto como líder da Ordem na Inglaterra quanto, um pouco mais tarde, autointitulado O.H.O. da O.T.O., Crowley usaria o mote Baphomet XIº. Contudo, há também quem afirme que seu nome mágico secreto era Phoenix (Grant, 1991:15). 
O capítulo 36 corresponde ao Ritual Safira Estrela (The Star Sapphire Ritual – Liber XXXVI). Em português, consulte minha tradução para o Liber XXXVI (cit. Duquette, 2007:133-135). 
Longe desta bizarra explicação, melhor é a hipótese sustentada por Francis King (2002:102n) quando sugere que a data de publicação impressa no The Book of Lies estava simplesmente errada. 
A patente original de Xº O.T.O. de Crowley, assinada por Reuss, parece ter sido perdida. No entanto, antes disso ocorrer, ela foi fotografada e publicada como “apêndice”, em Occult Theocracy, escrito por Lady Queensborough (Koenig, 1994:4). 
O dogma maior, ou segredo central, da O.T.O., consiste na preparação ritualística do assim chamado Elixir da Vida, mistura de esperma com fluidos vaginais (Koenig, 1999:54). O Elixir também era denominado por Crowley e seus seguidores de Remédio Universal (King, 1989:123) ou ainda como Amrita (Koenig, 1999:55). 
Crowley acreditava, equivocadamente, que a O.T.O. havia sido fundada por volta de 1895, portanto, antes de 1904. Este último foi o ano de fundação da religião thelêmica e, conforme Crowley, representa o marco da passagem do Éon de Peixes para o Éon de Aquário (no linguajar thelêmico, do Velho Éon de Osíris, ou Éon do Deus Sacrificado, para o Novo Éon de Hórus). 

O Sistema de graus da O.T.O. de Reuss e suas aproximações Maçônicas por Carlos Raposo


A Glória é como um círculo na água,
que nunca cessa de se aumentar,
até que, de tanto se expandir,
no nada vai se dispersar.
(William Shakespeare, em Henrique VI)

Dentre os diversos temas relacionados às Ordens iniciáticas, o respectivo Sistema de Graus pertinente a cada uma delas sempre estará entre os tópicos que mais despertarão a atenção da pesquisa. Isso porque um Sistema de Graus tem muito a mostrar a respeito não somente de como a Ordem é iniciaticamente planejada, mas também desvelará bastante a respeito dos fitos e sentimentos daqueles que a conceberam.

No caso específico da Ordo Templi Orientis, desde sua fundação alguns foram os modelos propostos à sua estrutura iniciática de graus. Como os esquemas de graduação imaginados por Merlin Peregrinus (Theodor Reuss) não foram efetivamente postos em prática (pois muitos membros da sua O.T.O. foram diretamente admitidos aos graus superiores da Ordem), isso favoreceu constantes reajustes no diagrama inicial. Portanto, não existe um consenso que estabeleça uma estrutura definitiva e, por isso mesmo, facilmente poderão ser encontradas outras referências levemente distintas daquela estrutura que será delineada no presente artigo.

Entretanto, longe de meramente querer expor de modo preciso a estrutura de graus da Ordem, meus objetivos aqui são os seguintes: primeiro, apresentar uma proposição referencial conforme inicialmente idealizada por Reuss, para que o arcabouço iniciático da Ordem comece a ser percebido como uma seqüência lógica de graus. Deste modo, posteriormente, sua evolução poderá ser perfeitamente entendida, até se chegar aos modelos finalmente elaborados por Aleister Crowley e seus seguidores.[1] Depois, também pretendo mostrar a curiosa manobra de Reuss no sentido de tentar “aproximar” a estrutura da O.T.O. da estrutura de graus pertinente a alguns dos mais conhecidos Ritos Maçônicos do mundo. Concomitantemente a esse segundo objetivo, explicarei o porquê dessa tentativa de “aproximação”, por parte de Reuss, entre O.T.O. e Maçonaria. Por último, responderei a questão a respeito de como, de modo geral, a Maçonaria reagiu às manobras de Reuss.

Logo após a fundação da O.T.O., fato evidenciado por seu documento inaugural, qual seja, a Primeira Constituição da Ordem, datada de 22 de janeiro de 1906 (Reuss, 1999:69), Reuss ainda não havia definido muito bem qual seria a sua estrutura de graus que a comporia. Conforme Breeze (1995:10), foi somente alguns anos mais tarde, em 1912, na edição comemorativa do Jubileu do periódico The Oriflamme, que uma estrutura iniciática bem rudimentar calcada em dez graus lineares começou a ser esboçada. Na ocasião, o Sistema de graus da O.T.O. seguia conforme a seguinte tabela:

Grau – Título
Iº – Probacionista
IIº – Minerval
IIIº – Maçom – Loja de São João
IVº – Maçom Escocês
Vº – Maçom Rosacruz
VIº – Rosacruz Templário
VIIº – Místico Templário
VIIIº – Templário Oriental
IXº – Perfeito Iluminado
Xº – Rei Supremo ou O.H.O.

Seja acrescentado que, ainda segundo essa mesma fonte, alguns graus da estrutura acima possuíam duas subdivisões. Destarte, o grau VI era subdividido em dois estágios, chamados de Magus e Teoretikus; o grau VII em Praktikus e Adeptus; enquanto que o VIIIº se subdividia em Princeps e Illuminat.[2]

Apesar de aparentemente bem definida, considera-se essa estrutura rudimentar, pois nada mais consta a respeito da mesma. Assim, se por um lado temos tanto o esquema quanto a titulação dada para cada grau, por outro, nada mais existe a respeito dos graus propriamente ditos. Deste modo, questões hipotéticas do tipo, como esses graus eram constituídos, quais eram suas respectivas instruções, o que se fazia em cada um deles, etc., simplesmente não podem ser respondidas de forma apropriada. Até mesmo a existência de Rituais que os definissem adequadamente parece duvidosa. Em suma, a completa ausência de praticamente tudo a respeito desses graus leva fortemente a crer que nos primeiros anos da O.T.O. de Reuss, ela sequer funcionaria como uma Ordem bem definida e devidamente constituída. Conforme apregoa o jargão, era no máximo uma “Ordem de papel”.

Há de se dizer ainda que, despontando como previsível exceção dentro da pouca robusteza característica deste primeiro sistema de graus, praticamente só há notícias (e muitas) sobre a função daquele que ocuparia o Grau máximo da Ordem, o Xº O.T.O. (no caso, função exercida ad vitam pelo próprio Reuss). Apenas como ilustração, na mencionada Carta Constitutiva de 1906, entre várias outras atribuições, encontra-se no Artigo V, Seção II, que o “Frater Superior e Chefe Externo da Ordem (C.E.O. – do inglês Outer Head of the Order, O.H.O.) terá o Poder Único de preencher todos os cargos gerais, apontando pessoas para ocuparem os mesmos, e terá o poder de remover qualquer pessoa de um cargo geral de acordo com sua vontade” (Reuss, 1999:67). Ademais, não é exagero afirmar que grande parte da primeira Constituição da O.T.O. não passa de um adagiário que busca tão somente reforçar o O.H.O. como líder absoluto e total da Ordem.

Todavia, mais tarde o quadro dos graus da O.T.O. mudaria substancialmente. Na ocasião, enquanto as atrocidades e os horrores da Primeira Grande Guerra assolavam boa parte da Europa, Merlin Peregrinus tinha preocupações muito mais urgentes e importantes, como reformular o sistema de graus de sua Ordo Templi Orientis, por exemplo.

Na nova Constituição da O.T.O. publicada em 1917, Reuss alterou as subdivisões anteriormente propostas e, muito curiosamente, arriscou um estranho esquema comparativo e equiparativo entre os graus de sua Ordem e os 33 graus da Maçonaria, mais especificamente num modelo livremente inspirado nos graus do regular Rito Escocês Antigo e Aceito (R.E.A.A.), mas que também carregava traços do obscuro Rito de Memphis e Misraim (M.M.). Seguindo conforme sua proposta, o quadro pode ser resumido da seguinte forma:

Graus da O.T.O. e equivalência aos Graus Maçônicos (R.E.A.A. e M.M.)

Iº e II º
Círculo Externo:
Candidatos ainda em fase de
correspondência e preparação

IIIº
Maçons: 1º – Aprendiz
2º – Companheiro
3º – Mestre

IVº
4º ao 6º – Maçom Escocês
11º e 12º – Cavaleiro de Santo André
14º e 15º – Maçom do Real Arco

16º ao 18º – Cavaleiro Rosacruz

VIº
20º ao 30º – Cavaleiro Kadosh
31º ao 33º – Grande Inspetor Geral

VIIº
a) Teoreticus
b) Magus da Luz
c) Grande Mestre da Luz ou Grande Mestre de todas Lojas Maçônicas

VIIIº
a) Praticus
b) Adeptus
c) Princeps
d) Illuminatus

IXº
Alto Sacerdote do Sanctuarium Sanctum Sanctorum

Chefe Externo da Ordem (O.H.O.)

De imediato, duas peculiaridades são observados no quadro comparativo imaginado pelo O.H.O.: primeiro, uma nomenclatura bem atípica para os graus do R.E.A.A., não muito condizente com os títulos que normalmente lhes são creditados; depois, a incompreensível omissão dos graus 7, 8, 9, 10, 13 e 19. Não há qualquer explicação sensata que possa esclarecer tanto a atipicidade da nomenclatura usada quanto o sumiço dos graus, senão terem sido apenas equívocos cometidos por Merlin Peregrinus.

Algo que também salta aos olhos é que ao elaborar esse esquema, Theodor Reuss faz absoluta questão de lembrar o quão completo é o sistema iniciático que ali estava exposto. Para isso, na tabela original ele escreve a seguinte observação ao VIº O.T.O: “N.B.! O 33º é o último grau da Francomaçonaria” (Koenig 1994:22).[3] Assim, de acordo com o paralelismo iniciático arquitetado por Reuss, os seis primeiros graus da O.T.O. compreenderiam nada menos do que todos os 33 graus da Maçonaria regular (basicamente, conforme o R.E.A.A.). Os demais graus, do VIIº ao Xº O.T.O., estariam obviamente dispostos para além da via iniciática proposta pelos 33 graus maçônicos, conquanto que, de uma forma não suficientemente clara, resumiriam o restante de graus pertinentes ao Rito de Memphis e Misraim. Com isso, Merlin Peregrinus claramente pretendia dizer ao mundo que não somente a sua Ordem absorvera todo conhecimento maçônico existente, mas afirmava também que o conhecimento da sua O.T.O. compreenderia paragens muito superiores àquelas vislumbradas pela Maçonaria.[4]

Mesmo ao se levar em conta toda rebuscada onda comparativa entre a O.T.O. e a Maçonaria, também não é exagero algum afirmar que tal paralelismo jamais funcionou na prática, tendo existido apenas na fecunda e pomposa mentalidade de Reuss. Ademais, aqui fica patente mais uma tentativa pueril de Merlin Peregrinus de ser identificado como líder máximo de uma extraordinária estrutura maçônica, devidamente reconhecida como tal.

Todavia, levando em consideração ora o comportamento ora as ambições iniciáticas de Reuss,[5] pode-se facilmente concluir que seu plano, basicamente, consistia em propagar a O.T.O. como um organismo inteiramente de acordo, equiparado e em perfeita harmonia com a Maçonaria e seus ideais. Isso porque quando se pensa no Theodor Reuss dessa época não se pode deixar de lado a sua fixação em exaltar a glória de sua Ordem, expandindo-a a qualquer custo. Desta feita, ao “aproximar” idealisticamente a sua O.T.O. da Maçonaria, fica patente que o O.H.O. tencionava atrair maçons regulares à sua Ordem. Ao mesmo tempo, ao “equiparar” o VIº da O.T.O. ao grau 33 da Maçonaria, ele garantiria aos membros desta o livre acesso ao primeiro grau subseqüente de sua Ordem. Em palavras mais claras, maçons do grau 33 poderiam ser livremente e imediatamente admitidos na O.T.O., diretamente no VIIº. Concomitantemente, ao garantir entrada de maçons altamente ranqueados em sua Ordem, fica igualmente claro que Reuss nutria a vã esperança de que, com o tempo, tratados de amizade e de mútuo reconhecimento pudessem ser viabilizados até que, finalmente, o movimento inverso pudesse obviamente ser possível. Deste modo, uma vez aceita como uma Ordem maçônica constituída e inteiramente regular, a O.T.O. finalmente teria seus graus fraternalmente acolhidos e também equiparados pela Maçonaria, permitindo agora aos membros daquela a livre entrada nesta. Então, seguindo o mesmo exemplo, agora teríamos os membros a partir do VIº O.T.O. sendo diretamente aceitos como 33º da Maçonaria.[6]

Dentro desse contexto, à guisa de exemplos, alguns casos emblemáticos poderão ser citados. Primeiro, frequentemente é dito que, em 1910, o notavelmente afamado Aleister Crowley haveria entrado na O.T.O. diretamente em seu VIIº,[7] justamente por ele alegar ser maçom do grau 33 (Scriven, 2001a:10 e 2001a:219). Depois, em 1921, encontramos a mesma situação relacionada à figura extremamente conhecida do “Dr.” Harvey Spencer Lewis (1883-1939), o qual, uma vez reconhecido como maçom altamente graduado por Theodor Reuss, foi imediatamente admitido como membro honorário Soberano Santuário da O.T.O., entrando também diretamente em seu VIIº (Lewis, 1980:38).

Sobre os dois casos “maçônicos” acima relacionados, valerá ser observada, mesmo que brevemente, a seguinte questão: na verdade, quais eram as credencias maçônicas tanto de Crowley quanto de Lewis? Responder essa questão é importante, pois demonstrará como funcionava o processo de reconhecimento de autoridades Maçônicas por parte de Theodor Reuss. Inicialmente, quanto a Spencer Lewis, sabe-se que o Imperator da AMORC fora grau 2 da Maçonaria, ou seja, Companheiro Maçom.[8] Por sua vez, ressalta-se que Crowley – apesar de todas as suas alegações – simplesmente jamais possui o status de maçom regular.[9] Deste modo, conclui-se que Reuss não somente franqueou os graus superiores de sua O.T.O. para maçons devidamente investidos, mas também os deixou francamente abertos para qualquer pessoa que simplesmente se dissesse maçom de alto grau, mesmo que sem apresentar qualquer Garantia a respeito. Novamente, o que dirigia Reuss era, custe o que custar, expandir a sua Ordem, tanto em tamanho quanto em glória.

Todavia, a revelia dos esforços e da intenção de Reuss em expandir a O.T.O., registre-se que jamais qualquer autoridade associada à Maçonaria regular a aceitou como uma Ordem maçônica devidamente reconhecida. Por essa razão, acertadamente, afirma-se que os graus da O.T.O. não são considerados válidos como graus maçônicos (Breeze, 1995:3). Portanto, efetivamente, embora na época de Theodor Reuss Maçons graduados tenham sido diretamente admitidos aos graus superiores da Ordo Templi Orientis, jamais um membro da O.T.O. entrou para a Maçonaria regular com um grau superior ao de Aprendiz Maçom. Quanto ao próprio Theodor Reuss, a Maçonaria regular simplesmente o ignora.

Finalizando, Reuss faleceu em 1923, sem os reconhecimentos almejados e sem nomear qualquer herdeiro como líber absoluto de sua Ordem. Na ocasião, Merlin Peregrinus praticamente só despertava desconfiança. Na mesma época, tão anódina era a O.T.O. que toda sua pretensa glória e pompa pareciam condenadas a se dispersarem no nada…

Bibliografia
BREEZE, William (i.e. Hymenaeus Beta, Ed.). 1995: The Magickal Link- Vol. 9 nº I. Asheville: O.T.O.
CROWLEY, Aleister. 1979: The Confessions of Aleister Crowley. Edited by John Symonds and Kenneth Grant. Londres: Arkana
KOENIG, P. R., 1994: Materialien zum OTO. Muenchen: AWR.
LEWIS, Ralph M. (ed). 1980: Documentos Rosacruzes. Suprema Grande Loja da AMORC.
NAYLOR, Anton R. (Ed.). 1999: O.T.O. Rituals and Sex Magick. Thame: I-H-O Books.
REBISSE, Christian. 2005. Rosicrucian History and Mysteries. San Jose: AMORC.
REUSS, Theodor. 1999: “INRI – Constitution of the Ancient Order of Oriental Templars – OTO”. In: NAYLOR, Anton R. (Ed.). O.T.O. Rituals and Sex Magick. Thame: I-H-O Books, pp 65-69.
SCRIVEN, David (i.e. Tau Apiryon). 2001a: “History of the Gnostic Catholic Church”. In: CORNELIUS, J. Edward (Ed) e CORNELIUS, Marlene (Ed). Red Flame – A Thelemic Research Journal, nº 2. Berkely: Red Flame Productions, pp 3-15.
SUTIN, Lawrence. 2000: Do What Thou Wilt – A Life of Aleister Crowley. New York: St. Martin’s Press.

Notas de Rodapé   
Paralelamente aos modelos de graus estruturados por Reuss, outros também foram propostos por Crowley. No entanto, enquanto Reuss permaneceu como O.H.O., todas as proposições de Crowley foram rejeitadas. Apenas quando este tomou para si a liderança da O.T.O. é que, efetivamente, suas proposições passaram a valer. O esquema de graus da O.T.O., segundo idealização de Crowley, será apresentado num próximo artigo, aqui mesmo em Orobas. 
Mantenho aqui a grafia utilizada por Reuss. 
Em seu site, Peter Koenig reproduz (a qualidade da imagem não é boa) a tabela da sinopse dos graus da O.T.O. de Reuss, onde essa “observação” pode ser lida. O link para a página é http://www.parareligion.ch/synopsis.htm/synopsis.htm 
Observe-se que Reuss de fato possuía uma elevadíssima autoestima. Por exemplo, Merlin Peregrinus costumava se apresentar como “Soberano Grão Mestre Geral ad vitam das Ordens Maçônicas Unidas da Escócia, de Memphis e Misraim, e de todo Reich Alemão, Soberano Grande Comendador, Grande Absoluto Soberano, Pontífice Soberano, Soberano Grão Mestre dos maçons da O.T.O., Supremo Magus Soc. Frat. R.C., SI, 33º, Termaximus Regens I.O. (i.e., Illuminatorum Ordo), etc”. Ver meu artigo Origens Maçônicas da Ordo Templi Orientis. 
Para se conhecer um pouco sobre o perfil comportamental de Theodor Reuss, recomendo a leitura de meu artigo biográfico “Theodor Reuss (1855-1923)”. 
Mesmo desconsiderando a pouca engenhosidade de Reuss, previsivelmente, jamais existiu, por parte da Maçonaria regular, a mínima predisposição de aceitar a O.T.O. como um organismo maçônico devidamente constituído. 
A respeito da pitoresca entrada de Crowley na O.T.O, ver aqui mesmo em Orobas o meu artigo “Aleister Crowley: entra a Grande Besta”. 
Apesar de supostas alegações a seu respeito, conforme apurado e de acordo com uma publicação autorizada pela própria AMORC, Spencer Lewis, seu Imperator e fundador, fora tão somente Companheiro Maçom (Rebisse, 2005:179). 
Na ocasião, Crowley alegava ter sido elevado ao 33º por um ancião mexicano chamado Dom Jesus Medina, um dos “mais altos chefes do Rito Escocês” da Maçonaria do México (Crowley, 1979:202). Biografias mais recentes de Crowley, entretanto, apontam Medina como um curioso “personagem apócrifo”, ou seja, alguém que jamais existiu (Sutin, 2000:83). Enfim, tudo não passou de pura invenção de Crowley, que jamais foi maçom regular. 

A investidura Reuss-Crowley por Carlos Raposo


Na nuvem de desinformações que lança sombras sobre a pouco conhecida história da Ordo Templi Orientis, tornou-se mote um tanto corriqueiro propalar o “pior homem do mundo”, Aleister Crowley (i.e. Frater Baphomet), como o sucessor direto e legal de Theodor Reuss (i.e. Frater Merlin Peregrinus), fundador e primeiro Chefe Externo da Ordem (ou O.H.O. Outer Head of the Order). Rapidamente, refletir um pouco sobre esta sucessão será o propósito deste post.

Inicialmente, é relevante expor que, no caso da sucessão Reuss-Crowley, boa parte das mencionadas desinformações tem dupla origem. Primeiro, ela vem de ninguém menos do que o próprio Crowley; depois, vem daqueles que por alguma obscura motivação religiosa ainda precisam repetir o que ele disse.

No que diz respeito ao que foi dito por Frater Baphomet, por exemplo, especificamente relacionado a sua posição como líder absoluto da O.T.O., ele declarou abertamente em suas Confessions que em 1922 Reuss (após ter sofrido um ataque cardíaco) haveria meramente desistido da liderança da Ordem em seu favor. Nas suas palavras:

…uma corporação foi fundada sob o nome O.T.O. (Ordo Templi Orientis)… Seu propósito é comunicar em noves graus os segredos, não apenas da maçonaria (com os Ritos de 3º, 7º, 33º, 90º, 97º), mas também da Igreja Católica Gnóstica, dos Martinistas, dos Sat Bhai, dos Rosacruzes, dos Cavaleiros do Espírito Santo e assim por diante, com um décimo grau honorário para distinguir um “Rei Santo e Supremo” da Ordem, situado em cada país onde ela estiver estabelecida. O Chefe desses reis é o O.H.O. (Outer Head of the Order – Chefe Externo da Ordem, ou Frater Superior), que é um autocrata absoluto. Essa posição na ocasião era ocupada por Theodor Reuss, o Rei Santo e Supremo da Alemanha, que em 1922 se demitiu do cargo em meu favor… (Crowley, 1979:700)

Citar as Confessions tem sua razão de ser: ocorre que este livro – que de modo magistralmente cínico foi denominado por Crowley como sua “autohagiografia”[1] – passou a ser a principal fonte a partir da qual alguns grupos que hoje se denominam Ordo Templi Orientis, sobremodo os mais sectários, através da repetição de suas palavras procuram estabelecer que Frater Baphomet já servia como O.H.O. desde 1922, ainda antes da morte do fundador e verdadeiro dono da Ordem, Theodor Reuss.[2] Entretanto, longe da abdicação de Reuss ser verídica, o que ocorre aqui é a precipitada tentativa de Crowley, sem qualquer tipo de comprovação minimamente convincente, de legitimar uma investidura como se esta lhe houvesse sido diretamente outorgada por Reuss. Contudo, como sabido, simplesmente tal sucessão jamais existiu. Ademais, quando se considera os últimos anos de vida de Frater Merlin Peregrinus e sua completa antipatia e aversão tanto em relação à Aleister Crowley quanto à religião thelêmica criada pelo mago inglês, até mesmo a hipótese da citada abdicação soa como algo absurdamente tolo.[3]

O tema soa tão canhestro que nem sequer Karl Germer (1885-1962), fidelíssimo discípulo de Crowley (e seu legítimo herdeiro), acreditava nessa sucessão. Não foi por menos que ele afirmou não haver qualquer documento, carta ou sequer um módico registro nos diários de Crowley que comprovasse a suposta nomeação deste como líder máximo da Ordem (Koenig, 1994:43). Curiosamente, a lápide para o assunto, o esquife que encerra o caso de modo definitivo, vem do próprio Crowley, que findou por admitir por escrito a Heinrich Traenker (1880-1956), líder alemão da O.T.O., que Reuss jamais o havia escolhido como seu sucessor na Ordem (Koenig, 1999:18).[4]

Assim, hoje é praticamente um consenso entre os historiadores aceitar o fato de que Reuss simplesmente faleceu sem apontar qualquer nome para sucedê-lo na função de O.H.O., como líder internacional da sua Ordo Templi Orientis. Outrossim, tentar apresentar ou insinuar Crowley como sucessor legítimo e direto de Reuss, como se este houvesse intencionalmente transmitido seu cargo àquele, é algo considerado tanto primário quanto equivocado, e até mesmo tendencioso, visto ser uma alegação sem qualquer consistência ou sustentação histórica. Deste modo, qualquer afirmação não embasada, cuja pretensão seja sugerir uma nomeação sucessória de Reuss para Crowley (como o fazem Wasserman, 1990:94 e Scriven, 2001a:11)[5] deve ser apreciada com extrema desconfiança. Informações distorcidas de igual jaez, quando examinadas de modo criterioso, revelam, por parte de seus autores, ou um crasso erro histórico ou uma distorção premeditada da realidade.

Bibliografia
CROWLEY, 1979: The Confessions of Aleister Crowley. Edited by John Symonds and Kenneth Grant. Londres: Arkana.
KOENIG, Peter-Robert. 1994: Materialien zum OTO. München: AWR.
_____. 1999: “Introduction”. In: NAYLOR, Anton R (Ed.). O.T.O. Rituals and Sex Magick. Thame: I-H-O Books; pp. 13-61.
SCRIVEN, David (aka Tau Apiryon). 2001: “History of the Gnostic Catholic Church”. In: CORNELIUS, J. Edward (Ed) e CORNELIUS, Marlene (Ed). Red Flame – A Thelemic Research Journal, nº 2. Berkely: Red Flame Productions, pp 3-15.
WASSERMAN, James (aka Ad Veritatem). 1990: “An Introduction to the History of the OTO”. In: BETA, Hymenaeus (Ed.) The Equinox, Vol. III, nº X. Maine: Samuel Weiser, pp 87-99.

Notas de Rodapé    
Uma hagiografia é a biografia de um alguém considerado santo ou santa por uma religião qualquer. Crowley foi o primeiro autor, e até aqui o único autor, a escrever uma “autobiografia de um homem santo”, ou seja, uma autohagiografia. Aleister Crowley é considerado um homem santo, tanto por ele mesmo quanto pelos seguidores da religião thelêmica. 
e.g., ver “O.T.O. Under Crowley” – uma versão em português desse texto pode ser lida aqui. 
Relembrando, dentro desse contexto, no post “Uma reflexão sobre a questão da sucessão (I)”, escrevi que “nesse período Reuss passaria a desaprovar completamente qualquer ingerência de Aleister Crowley na sua O.T.O., indo ao extremo de considerar Thelema – a religião fundada por Crowley – uma ideologia nociva e comunista. Assim, Reuss purgaria de sua O.T.O. qualquer menção a Thelema, eliminado da Ordem todos os indícios da religião criada pelo afamado mago inglês. Como comprova a documentação disponível, de fato Reuss chegaria a romper qualquer contato com Crowley, dizendo inclusive que quaisquer ações do inglês não eram mais da conta nem dele e nem da Ordo Templi Orientis”. 
Não deixa de ser relevante observar que aquilo que Crowley declara em suas Confessions é bem posterior à data da carta enviada a Traenker. Em outras palavras, ao escrever as suas Confissões o “pior homem do mundo” de fato já sabia que Reuss jamais o havia nomeado chefe da Ordem. Dito de modo mais claro, em sua “autohagiografia” Crowley simplesmente mentiu sobre o assunto.
James Wasserman e David Scriven são destacados membros da facção da O.T.O. hoje conhecida como “Califado”. Atualmente, Scriven é o líder (Rex Summus Sanctissimus) da Grande Loja para os E.U.A., sob o mote de Sabazius Xº. 

Invocações e Evocações: Vozes Entre os Véus

Desde as eras mais remotas da humanidade, o ser humano buscou estabelecer contato com o invisível. As fogueiras dos xamãs, os altares dos ma...