terça-feira, 6 de dezembro de 2016
sábado, 3 de dezembro de 2016
Fraternitas Rosae Crucis
Egipto
Egipto fue el lugar de nacimiento, no de la Fraternidad de los Rosacruces, pero si de los antiguos Misterios y de la doctrina secreta, que poco a poco, lenta y casi imperceptiblemente, a través de los siglos, desarrolló una filosofía que se convirtió oficialmente en la Fraternidad Rosae Crucis en el año 1614. Fue Herodoto quien afirmó que los egipcios fueron los primeros que enseñan claramente la inmortalidad del Alma humana, no como una entidad consciente, pero con la capacidad de convertirse, o de llegar a alcanzar la Conciencia.
Los misterios egipcios de Isis y Osiris fueron trasplantados a Grecia por Cadmus e Inachus; Zoroastro los introdujo en Persia; Orfeo en Tracia; Melapus en Argo; Trophonious en Boeotia; Minos en Creta; Cinyras en Chipre, y Erechtheus en Atenas. En los tiempos del Nazareno, la comunidad de los Esenios era la única Escuela de Misterios activa. Los gnósticos, los primeros iniciados cristianos, mantuvieron vivos los misterios después de la muerte del Nazareno.
Si bien es cierto las escuelas de los Misterios existieron en Egipto, India, Grecia y otros países y si bien es igualmente cierto que estas escuelas tenían en vista idénticos fines que los de la Fraternidad Rosacruz, el termino Rosacruces era desconocido antes de 1614.
Nacimiento de la Fraternidad
El nacimiento de la Fraternitas Rosae Crucis no puede ser entendido como el resultado de un repentino impulso de un hombre en particular, fue el fruto de estos misterios de la Antigüedad, de la labor y las enseñanzas de las ordenes pre-rosacruces como los Pitagóricos, Platónicos, Esenios, Cabalistas, Gnósticos, Magos, Alquimistas medievales, Hermetistas, ocultistas y Paracelsianos. Todos quienes eran miembros de las antiguas Escuelas de Misterio, tuvieron su parte en la gestación de la Fraternidad Rosae Crucis.
John Trithemius (1462-1516), Henry Cornelius Agrippa von Nettesheim (1486-1535) y Paracelso (1493-1541) fueron el trío de hombres que se convirtieron en los reformadores de la Ciencia, la Religión y la Medicina de su tiempo. Trithemius sentó las bases estructurales de la futura Hermandad, Agripa continuó el trabajo que dejó Tritemius y Paracelso forjo el producto final de lo que en el futuro iba a ser la Fraternitas Rosae Crucis.
Paracelso, también conocido como Christian Rosenkreutz, es a quien se conoce como el "Padre de la Fraternitas Rosae Crucis", a el le correspondió armonizar las enseñanzas de la muchas escuelas secretas pre-rosacrucianas, es además el autor del proyecto original de la Fama Fraternitas, que no se publico hasta 1614, 73 años después de la muerte de Paracelso.
Fundadores
Los co fundadores de la Fraternitas Rosae Crucis fueron siete, a saber: Berigard de Pisa (Francia, 1567-1664), Juan Baptista van Helmont (Bélgica, 1557-1644), Jean D'Aspagnet (Francia, 1566-1630 ), Michael Maier (Alemania ,1568-1622), Robert Fludd (Inglaterra, 1574-1637), Henricus Madathanas (Alemania, 1575-1639) y John Valentín Andrae (Alemania, 1586-1654). Michael Maier se convirtió en el primer Supremo Gran Maestro de la recién formada Fraternitas y mantuvo esta posición hasta su muerte. Juan Valentín Andrae, fue elegido el "vocero" de la naciente institución, y por tanto, edito y publico la Fama Fraternitas Confessio et Fratrum Rosae Crucis en Alemania, en diciembre de 1614. La Fama fue posteriormente reeditada en inglés en 1652 por Eugenio Philalethes, bajo el titulo de "Descubrimiento de la Fraternidad de la Orden de la mayoría de los encomiables Rosy Cruz". La Fraternidad creció y floreció en toda Europa y otros países.
En América
El primer Gran Concejo de la Fraternidad en América, se celebró en Filadelfia en 1772. Muchos de los padres fundadores de la Revolución Americana fueron miembros de la Fraternitas Rosae Crucis, el ideal de la libertad de la tiranía, con el fin de ejercer una vocación espiritual ha sido y es un principio fundamental y primordial de la Fraternidad. En 1774, el Gran Consejo de Tres (máxima autoridad administrativa de la Fraternidad) estaba compuesto por Benjamín Franklin, George Clymer y Thomas Paine. Thomas Paine fue posteriormente reemplazado por Lafayette, que, como Benjamín Franklin, fue miembro de la logia Humanidad de Paris. En 1842, el Gran Consejo de los Tres fue revitalizado por el novelista, George Lippard.
Durante el período comprendido entre 1854 y 1856, se decidió por el conde Guinotti y el Consejo Mundial de la Fraternidad, que había llegado el momento de una división de poderes, se decidió el establecer un Supremo Gran Maestro de Europa (Inglaterra, no estaba incluido) y otro para el mundo occidental. Así en 1858 la Suprema Gran Cúpula de la Fraternidad se reunió en París, y el Dr. Paschal Beverly Randolph fue investido en su cargo de primer Supremo Gran Maestro de la Fraternitas Rosae Crucis para el mundo occidental (Norte, Centro y Sur América) y las islas del mar. Durante la Guerra Civil, el Consejo de Tres estaba integrado por el Dr. Randolph, el General Ethan Allen Hitchcock y Abraham Lincoln.
En 1871 el Dr. Randolph selecciono a Freeman B. Dowd para que fuera su sucesor y después de la muerte de Randolph en 1875, el Sr. Dowd asumió su posición como el segundo Supremo Gran Maestro de la Fraternidad Rosae Crucis para el mundo occidental. Bajo la dirección del Sr. Dowd, James R. Phelps, MD (miembro del Consejo de Tres y Gran Maestre, Illuminatae Americanae) y la iniciadora Sorona realizaron la mayoría de la instrucción y la formación de los neófitos. Edward Brown fue uno de los acólitos, que se instruyo bajo la sabia dirección de Sorona. Dowd rápidamente reconoció en el sus capacidades innatas y sus cualidades espirituales y lo eligió para sucederlo. Debido a la edad y al estado de su salud, el 12 de abril de 1907 Dowd renunció a su posición y el 15 de abril de 1907 Edward Brown se convirtió en el tercer Supremo Gran Maestro de la Fraternidad Rosae Crucis para el mundo occidental con el título de Supremo Gran Maestro, del Templo de la Rosa Cruz y Jerarca de EULIS Imperial. El Sr. Brown mantuvo la posicion hasta su muerte en 1922.
Durante este mismo periodo, Reuben Swinburne Clymer, MD fue aceptado como un neófito en virtud de la autoridad de Freeman B. Dowd en 1897. Fue instruido y guiado por James R. Phelps, y luego fue aceptado en el primer grado en noviembre de 1899. Aún bajo la autoridad de Dowd, fue investido en el cargo de Gran Maestro de la Fraternitas Rosae Crucis en 1905. Luego fue elegido como el Supremo Gran Maestro del Sacerdocio de Aeth en 1907.
El 11 de mayo de 1922, Edward Brown hizo su transición y el Dr. Clymer asumió la posición de Supremo Gran Maestro hasta su muerte en 1966. Bajo su dirección se consolido la construcción de Beverly Hall un santuario dedicado al desarrollo espiritual, donde se realizan Convocaciones para todos los miembros de la Fraternidad desde junio de 1911.
Después de la transición del Dr. Clymer, el Reverendo Emerson M. Clymer fue envestido con el cargo de Supremo Gran Maestro hasta su transición en 1983, fue sucedido por el Dr. Gerard Poesnecker quien preparo a la Fraternidad para el advenimiento de la Nueva Edad, desde su muerte en el año 2003 la Fraternidad ha sido dirigida por Colonous VIII.
The Book of the Rosicruciae – R. Clymer
Manifiestos
La Fraternidad en América ha publicado varios manifiestos desde su fundación, esto se encuentran publicados en el libro La Rosa-Cruz, sus Enseñanzas del doctor R. Swinburne Clymer, a continuación entregamos una reseña del propósito de cada uno de ellos:
Primer Manifiesto:
Vio la luz en 1859, después del regreso de Paschal B Randolph desde Francia, trata sobre le origen de la Fraternidad e introduce el lema de todo verdadero iniciado o buscador TRY, en español INTENTALO.
Segundo Manifiesto:
Enseña los principios de la Orden y se publico por primera vez en 1864, se reimprimió en numerosas oportunidades, pareciendo en Eulis en 1871.
Tercer Manifiesto:
Después de la transición de Paschal B Randolph desde el plano terrestre, Freeman B Dowd fue el Supremo Gran Maestro de la Rosa Cruz. Su primera obra de importancia fue el Templo de la Rosa Cruz, The Temple of the Rosy-Cross, publicada en 1882.
El capitulo final del libro, llamado Rosicruciae, fue el tercer manifiesto de la Fraternidad y primero bajo la jurisdicción del nuevo Supremo Gran maestro.
Cuarto Manifiesto:
El cuarto manifiesto Rosacruz en América, pareció en 1897, en The Temple, revista publicada por le doctor Paul Tyner, miembro del Consejo de Tres. Bajo la dirección de Freeman B Dowd, Supremo Gran Maestro de la Fraternidad. Se publico bajo la firma de Rosicruciae y por orden de La que No Tiene Nombre. En la época apareció como un folleto y gozo de amplia circulación.
Quinto Manifiesto:
Una de las sociedades humanitarias más activas e influyentes que el mundo conoció fue la Orden de la Edad de Oro, con sede en Paigton, Inglaterra. Fueron muy pocos, excepto los del circulo más interno, quienes conocieron que esta sociedad era la expresión exotérica de la Fraternitas Rosae Crucis y que el editor del Heraldo de la Edad Dorada, Sydney H. Beard, ocupaba el puesto de Gran Maestro en Inglaterra y el de Gran Maestro Excelso de la Orden de la Rosa en la jurisdicción americana.
Este quinto manifiesto se publico en 1901 en el Heraldo de la Edad Dorada.
Sexto Manifiesto:
El sexto manifiesto fue conocido como la Palabra o la Señal del Equilibrio, breve escrito de gran significado esotérico, fue uno de los muy pocos escritos de Edgard H. Brown, medico, abogado, filósofo, industrial y conferenciante, quien fue designado Jerarca de Eulis por Freeman B. Dowd en 1907.
Séptimo Manifiesto:
Este manifiesto, publicado en 1930 aclara la diferencia entre la Rosa Cruz filosófica y el grado masónico de Rose Croix, diciendo textualmente:
“La Sociedad de Hermanos de la Rosa Cruz es totalmente independiente estando establecida sobre su propia base y como cuerpo no esta conectada de modo alguno con la Orden Masónica ni sus miembros han sido seleccionados desde esa Fraternidad”
Octavo Manifiesto:
Es la publicaron de la maravillosa carta publicada en el libro de Eugenius Philalethes, en 1651. El Manifiesto fue titulado Una Carta Rosa Cruz y contiene la Leyenda del sendero del Alma, la ley y el Arcano para la preparación que se requiere para encontrar la Luz en le Centro y si producir la Iluminación del Alma.
Noveno Manifiesto:
El noveno manifiesto esta dedicado a los principios básicos de la Gran Obra y de la Fraternidad, abre una puerta a los buscadores, explica la Ciencia del Alma a través del desarrollo del hombre integro, reforzando la importancia del buen estado físico, mental, económico y espiritual. Resalta la importancia del proceso de transmutación como una llave para el avance espiritual.
Décimo Manifiesto:
Esta manifiesto esta dedicado a las Grandes Escuelas, remontándose a los Gnósticos, a los Misterios de Eleusis, Los Esenios, Terapeutas, Herméticos. Los Caldeos y sus descendientes los Magos, los Casidianos, Orfitas y a los Sacerdotes de Melquizedek.
Gran atención se presta al trabajo de estas escuelas y al propósito del hombre en la tierra.
Undécimo Manifiesto:
Es un resumen de los principios fundamentales, conceptos, intenciones y finalidades, y en la medida de los posible, la filosofía básica de la Fraternidad Rosa Cruz, la Augusta Fraternidad y la Gran Obra.
Duodécimo Manifiesto:
Trata sobre la resurrección de las escuelas secretas y sobre el objetivo primordial de cada una de ellas la INICIACION:
Maestros
El Libro de los Rosacruces ha rescatado la historia personal y espiritual de los Grandes maestros e Iniciados Filosóficos de nuestra Fraternidad, a continuación entregamos una lista de algunos de estos hombres que han hecho posible la existencia de la Orden o la han mantenido a través de los siglos.
Heinrich Albrecht,
1746, Alemania
Elias Ashmole,
1617-1692, Inglaterra
John Valentin Andréa,
1568-1654, Alemania
William Backhouse,
1539-1662, Inglaterra
Francis Barret,
1765-1825, Inglaterra
Jean Baptiste Bricaud,
1881-1934, Francia
Edward H. Brown,
1868- 1922, Estados Unidos
John Brown,
1800-1859, Estados Unidos
Robert Boyle,
1727-1791, Inglaterra
Julian Elias Buchelli,
1893-1947, Colombia
Constant Martin Chevillon,
1880-1944, Francia
Reuben S Clymer,
1878-1966, Estados Unidos
Emerson M. Clymer,
1909-1983, Estados Unidos
John Comenius,
1592-1670, Austria
Peter Davison,
1837-1915, Escocia
Joao Soares de Oliveira,
1899-1946, Brasil
Freeman B. Dowd,
1812-1907, Estados Unidos
Gerard Encausse,
1865-1916, Francia
Benajamin Franklin,
1706-1790, Estados Unidos
John Baptista van Helmont,
1557-1644, Holanda
Hargrave Jennings,
1817-1890, Inglaterra
Marie Joseph La Fayette,
1757-1834, Francia
Abraham Lincoln,
1800-1865, Estados Unidos
George Lippard,
1822-1854, Estados Unidos
Henricus Madathanas,
1575-1639, Alemania
Michael Maier,
1568-1622, Dinamarca
Thomas Paine,
1737-1809, Estados Unidos
James Phelps,
1837-1912, Estados Unidos
Gerard Poesnecker, ….
1930-2003, Estados Unidos
Paschal Beverly Randolph,
1825-1875, Estados Unidos
Conde de Saint Germain,
1710-1784, Francia
Víctor Camile Savoire,
Francia
Thomas Vaughan,
1621-1678, Inglaterra
Francis van Helmont,
1618-1699, Bélgica
George Washington,
1732-1799, Estados Unidos
Eliphas Levi Zahed,
1810-1875, Francia
quarta-feira, 30 de novembro de 2016
Glossário Teosófico e Livros Teosoficos
O Glossário Teosófico é uma obra iniciada por Helena Petrovna Blavatsky com o intuito de facilitar a pesquisa sobre a Teosofia, especialmente envolvendo as idéias apresentadas no livro A Doutrina Secreta.
É uma obra póstuma, já que foi publicado em 1892, uma ano após a morte da autora, que só pôde ver as primeiras trinta e duas páginas das provas tipográficas. Alguns verbetes foram acrescentados segundo suas anotações, mas, evidentemente, não puderam contar com a sua revisão.
O texto apresenta a descrição e o significado de termos em sânscrito, pahlavis, tibetano, páli, caldeu, persa, escandinavo, hebraico, grego e latim, além de termos cabalísticos, gnósticos, ocultistas, herméticos e de outras línguas e tradições.
A Chave para a Teosofia
A Chave para a Teosofia (título original: The Key to Theosophy) é um livro escrito por Helena Petrovna Blavatsky como uma síntese do que havia revelado até então nas suas obras anteriores. Foi lançado em 1889 na Inglaterra.
Usando o formato de perguntas e respostas, o livro trata de assuntos pertinentes à Teosofia. É explicado o funcionamento da Sociedade Teosófica, a visão teosófica de Deus, do karma, da alma, da morte, da reencarnação, da evolução espiritual e dos fenômenos espiritualistas (muito em voga na época); a constituição do universo e do homem segundo sete princípios; quem são os Mahatmas e o que é a Teosofia prática, ou iniciação ao ocultismo.
A Doutrina Secreta
A Doutrina Secreta, Síntese da Ciência, Religião e Filosofia (título original: The Secret Doctrine, The Synthesis of Science, Religion, and Philosophy) é uma das principais obras de Helena Petrovna Blavatsky. O livro pretende ser uma coletânea de pensamento científico, filosófico e religioso.
A obra original foi publicada em 1888 e é composta de dois volumes. O volume I é dedicado à cosmogénese, e é basicamente composto sobre estudos relativos à evolução do universo, enquanto o volume II é dedicado à antropogênese, a origem e evolução da humanidade. Os dois volumes apresentam um resumo das ideias da Teosofia, movimento que Blavatsky ajudou a fundar. Um terceiro volume foi publicado pela Sociedade Teosófica após o falecimento de Blavatsky. Ele é composto de uma coletânea de vários artigos de Blavatsky.
Edição em português
Em português, a obra teve sua primeira edição em 1973, e foi publicada pela Editora Pensamento (Brasil) em seis volumes, com tradução de Raymundo Mendes Sobral. Os títulos dos seis volumes da edição em português são:
Volume I - Cosmogênese
Volume II - Simbolismo Arcaico Universal
Volume III - Antropogênese
Volume IV - O Simbolismo Arcaico das Religiões do Mundo e da Ciência
Volume V - Ciência, Religião e Filosofia
Volume VI - Objeto dos Mistérios e Prática da Filosofia Oculta
Os volumes I e II correspondem ao primeiro volume da edição original em inglês e os Volumes III e IV correspondem ao segundo volume da edição original. Os Volumes V e VI correspondem ao volume póstumo publicado pela Sociedade Teosófica.
Como a obra foi escrita
Blavatsky alegava que não era a autora do livro, mas que este teria sido escrito pelos Mahatmas, a exemplo de Djwal Khull, [2] Kut Humi e Morya, utilizando o seu corpo físico, em um processo denominado Tulku, que, segundo a autora, não era um processo mediúnico.
Em janeiro de 1884 foi publicado no "The Theosophist" (periódico oficial da Sociedade Teosófica) a notícia de que Blavatsky iria escrever uma obra que ampliaria as informações contidas em sua grande obra anterior, Ísis Sem Véu. O trabalho de escrita foi desenvolvido entre os anos de 1884 e 1885. No início de 1886, em carta a Alfred Sinnett, Blavatsky dizia que a obra seria ampliada em relação ao plano inicial, o que implicou a reescrita de alguns dos seus capítulos.
Em setembro de 1886, remeteu da Europa para a Índia o que seria o volume I, mas resolveu reescrevê-lo logo em seguida, com acréscimos e alterações.
Em 1887, Blavatsky esteve bastante doente, à beira da morte. Recebeu, então, a visita de um de seus instrutores tibetanos que lhe deu, segundo ela, a seguinte opção: ou morrer, libertando-me (do corpo doente), ou continuar viva para terminar A Doutrina Secreta. Recuperou-se e continuou a escrever a obra.
Na primavera de 1887, passou a residir em Londres, onde concluiu a obra, que foi publicada simultaneamente em Londres e Nova Iorque, no final do mês de outubro de 1888. As palavras finais de Blavatsky sobre a obra foram: esta obra é dedicada a todos os verdadeiros teosofistas.
Influências e ideias fundamentais
Blavatsky alegava que a obra era baseada em pergaminhos antigos (as Estâncias de Dzyan), a que teria tido acesso e estudado. Segundo Blavatsky, as "Estâncias de Dzyan" seriam um manuscrito arcaico, escrito em uma coleção de folhas de palma, resistentes à água, ao fogo e ao ar, devido a um processo de fabricação desconhecido, e que conteriam registros de toda a evolução da humanidade, em uma língua desconhecida pelos filólogos denominada Senzar. Foram feitas várias tentativas, sem sucesso, de descobrir este manuscrito, durante o século XX. Assim, permanece sem resposta se estes manuscritos realmente existiram ou não.
As "Estâncias de Dzyan", segundo Blavatsky, estão relacionadas com o "Livro dos Preceitos de Ouro" e com os "livros de Kiu-te", que são uma série de tratados do budismo esotérico.
Outros textos usados como referência por Blavatsky são os Livros Mosaicos, os textos sagrados hindus (como os Vedas, Brahmanas, Upanishads, e Puranas) e arianos (como o Vendidad), e a cabala caldeia e judaica. Blavatsky também foi influenciada pela mitologia antiga.
A Doutrina Secreta pretende ser uma síntese do pensamento científico, metafísico e religioso, contendo um conhecimento esotérico e secreto das religiões de mistérios e dos sábios de antigas civilizações, como Índia, Tibete e China.
Para Blavatsky, existiu uma Religião-Verdade, que é a raiz de todas as religiões e mitos da humanidade. Todas as religiões autênticas atuais contêm ecos desta religião original da humanidade.
A Doutrina Secreta apresenta três proposições fundamentais:
A existência de um Princípio Onipresente (a Deidade Una, Absoluto ou Raiz Sem Raiz), eterno, sem limites, imutável e incognoscível, pois sua compreensão escapa à capacidade da inteligência humana, e que permanece não-manifestado;
A eternidade do universo (e portanto a eternidade da matéria), que passa por ciclos de atividade e inatividade que se repetem em sucessão sem início nem fim;
A identidade de todas as almas com a alma universal, sendo esta última um aspecto da raiz desconhecida.
Resumo da obra
Cosmogênese
A cosmogênese descreve a origem do cosmo, e de tudo que existe nele, a partir do Princípio Uno, e a sua posterior evolução.
Segundo Blavatsky, o Princípio Uno (a Deidade Una ou Absoluto) é idêntico ao conceito de Parabrahman dos vedantinos (assim como esta palavra, muitas expressões no livro aparecem escritas em sânscrito) e ao Ain Soph dos cabalistas. A Deidade Una é, ao mesmo tempo, Existência Absoluta e Não-Existência Absoluta. A única percepção que nossa limitada consciência pode ter do Princípio Uno é entendê-lo como sendo o Espaço Absoluto Abstrato.
Importante observar que, para Blavatsky, este Princípio Uno não é o Deus criador das religiões monoteístas, pois sendo Absoluto e Não-Manifestado não pode criar. De acordo com o livro, o Deus "criador" é um coletivo de seres intra-cósmicos, emanados do Princípio Uno, que trabalhou sobre a matéria, ordenando-a. Blavatsky chama os seres divinos desta hierarquia de Dhyan-Chohans. Segundo ela, estes seres são chamados no livro do Gênesis e na cabala judaica de Elohim.
Segundo a autora, a existência e evolução do Universo e dos planetas é uma alternância de períodos de atividade e inatividade, que ela chama de "Dias e Noites de Brahman".
No livro, a cosmogênese é descrita iniciando com a emanação de um Princípio da Deidade Una. Este Princípio, que Blavatsky chama de Brahman, diferencia-se em duas Forças opostas, Masculino-Feminino, Positivo-Negativo, que ela chama de Brahmâ. Esta Potência é a força "criadora" que, no início de um período de atividade (chamado por Blavatsky de manvantárico), acorda o universo e inicia um novo ciclo.
Segundo a cosmogênese apresentada no livro, dois elementos inseparáveis formam o universo: a Ideação Cósmica e a Substância Primordial (chamada por Blavatsky de Mulaprakriti e, segundo ela, referenciada no livro do Gênesis como sendo o "Caos primordial"). Uma, positiva e ativa, a outra, negativa e passiva. A ideação pré-cósmica é a raiz de toda a consciência individual, e a substância pré-cósmica é o substrato da matéria em seus vários graus de manifestação.
Esta cosmogênese é descrita por Blavatsky como uma "fertilização imaculada" da natureza primordial pelo Espírito Universal. Ela descreve geometricamente isto por meio de um ponto inscrito em um círculo (formando, segundo ela, a década pitagórica, o ponto representando o "1" e o círculo o "0"), e diz que "O Uno é um círculo não interrompido (anel) e sem circunferência, porque não está em parte alguma e está em toda a parte; o Uno é o plano sem limites do círculo, que manifesta um diâmetro somente durante os períodos manvantáricos; o Uno é o ponto indivisível, que não está situado em parte alguma, e percebido em toda parte durante aqueles períodos." (A Doutrina Secreta).
Uma força importante na formação do universo é Fohat, o "incessante poder formador e destruidor". Durante um período de inatividade do universo, no imanifestado antes da formação do cosmos objetivo, Fohat permanece latente e coeterno com Parabrahman e Mulaprakriti. Ele é o aglutinador de ambos, que liga e separa, sendo assim o desejo criador. No período de atividade, de manifestação do universo, Fohat torna-se o raio divino da criação que aplica a Ideação Cósmica no seio da Substância Primordial.
Interessante observar que a descrição feita por Blavatsky quanto à formação de estrelas e planetas por Fohat, no final do século XIX, é, por vezes, comparada à moderna teoria de formação das estrelas da astrofísica, confirmada cientificamente apenas no século XX, ainda que se assemelhe profundamente à teoria de Kant-Laplace, que já fora formulada na altura. Numa perspectiva teosófica, contudo, tanto a cosmogênese de Blavatsky quanto as teorias de Laplace, Pitágoras, Amônio Sacas e outras semelhantes, partilham a sua origem na tradição esotérica. Nas Estâncias de Dzyan diz-se que "[Fohat] Ao iniciar a sua obra, separa as Centelhas do Reino Inferior, que se agitam e vibram [tal como a energia de uma proto-estrela] de alegria em suas radiantes moradas, e com elas forma os Germes das Rodas [a proto-estrela e os proto-planetas]. Colocando-as nas seis Direções do Espaço, deixa uma no Centro: a Roda Central [a estrela que nasce]." (Stanza V,3) e "Ele [Fohat] as constrói [os sistemas planetários] à semelhança das Rodas mais antigas [com material resultante da morte de estrelas mais antigas] ... Ele junta a Poeira de Fogo [poeira cósmica]. Forma Esferas de Fogo [proto-estrelas], corre através delas e em seu derredor, insuflando-lhes vida e, em seguida, as põe em movimento [rotação]: umas nesta direção, outras naquela" (Stanza VI,4). Observe-se que as partes entre colchetes não fazem parte das Estâncias, mas são comentários introduzidos para mostrar a semelhança entre as duas teorias.
Ciclos e suas durações
No esquema apresentado no livro, toda a história da existência e evolução do universo e dos planetas desenvolve-se em ciclos ou períodos de tempo. Existem períodos de atividade e inatividade, chamados de Manvantaras e Pralayas, ou "Dias e Noites de Brahman". Os Manvantaras também são chamados de Kalpas.
Um período de 360 Dias e Noites de Brahman forma um "Ano de Brahman". Finalmente, 100 "Anos de Brahman" formam uma "Vida de Brahman", também chamada de Mahamanvantara (ou Mahâ Kalpa). A cada Mahamanvantara segue-se um período de igual duração em que o universo "dorme" até ser despertado no início de um novo ciclo. Este período de inatividade é chamado de Mahapralaya. Segundo o computo dos Brâmanes, um Mahamanvantara dura cerca de {\displaystyle 311.040.000.000.000} {\displaystyle 311.040.000.000.000} de anos.
Segundo "A Doutrina Secreta", todo corpo cósmico (planeta, estrela, cometa, etc.), é uma entidade formada por uma estrutura interna invisível e uma estrutura externa, frequentemente visível, chamada veículo físico ou corpo. Estes elementos, em número de sete (doze, se incluirmos os planos não manifestados, Rupa-Dathu), são os princípios da entidade, que Blavatsky chama de Globos. A evolução em um corpo cósmico processa-se desde o primeiro Globo (Globo A), mais etéreo, descendo até o quarto Globo (Globo D), o mais denso de todos, e daí subindo até o sétimo (Globo G), novamente etéreo. Este ciclo que percorre os sete Globos é chamado de cadeia planetária.
A evolução da cadeia planetária é composta por períodos chamados de Rondas. Quando um Globo passa por sete Raças-raiz diz-se que ocorreu uma Ronda de Globo. Quando a evolução passa por todos os sete Globos (ou doze se incluirmos os Globos localizados em planos não manifestados) de uma cadeia planetária, diz-se que ocorreu uma Ronda planetária. Segundo Blavatsky, sete Rondas planetárias formam um Kalpa (ou Manvantara).
O livro ainda apresenta ciclos menores chamados de Yugas, que se sucedem na ordem: Krita Yuga; Tetrâ Yuga; Dvâpara Yuga; e Kali Yuga.
Um resumo dos diversos ciclos apresentados em "A Doutrina Secreta" foi publicado no "The Theosophist" em novembro de 1885 (e reproduzido no livro), e é mostrado na seguinte tabela:
Anos mortais
360 dias mortais fazem 1
O Krita Yuga 1.728.000
O Tetrâ Yuga 1.296.000
O Dvâpara Yuga 864.000
O Kali Yuga 432.000
A soma destes 4 Yugas constitui um Mahâ Yuga 4.320.000
Setenta e um Mahâ Yugas formam o período do reinado de um Manu 360.720.000
Os reinados de quatorze Manus compreendem a duração de 994 Mahâ Yugas 4.294.808.000
Acrescentem-se os Sandhis, ou seja, os intervalos entre os reinados dos Manus, intervalos equivalentes a seis Mahâ Yugas 25.920.000
O total dos reinados e interregnos dos quatorze Manus é de 1 . 000 Mahâ Yugas, perfazendo um Kalpa, isto é, um Dia de Brahman 4.320.000.000
Como uma Noite de Brahman tem igual duração, um Dia e uma Noite de Brahman contém 8.640.000.000
360 de tais Dias e Noites de Brahman constituem um Ano de Brahman, que se eleva a 3.110.400.000.000
100 destes Anos formam o período completo da Idade de Brahman, isto é, o Mahâ Kalpa 311.040.000.000.000
Antropogênese
A antropogênese descreve a origem e evolução da humanidade. Nela são descritas as diversas raças humanas (chamadas Raças-raiz) que já evoluíram neste planeta na atual Ronda.
Para Blavatsky, um mesmo elenco de almas evoluem no teatro da existência desde o início do Manvantara, até o seu final, quando então estas almas atingirão a perfeição espiritual. Assim, a Teosofia adota o conceito de transmigração das almas.
O livro afirma que evoluem em nosso Globo sete grupos humanos em sete regiões diferentes do Globo. Assim, Blavatsky defende uma origem poligenética do Homem.
A tese revolucionária de Blavatsky é, em uma época que não se supunha o Homem mais antigo que 100 mil anos, afirmar que o Homem físico tem mais de 18 milhões de anos de existência.
A antropogênese, descrita em "A Doutrina Secreta", opõe-se à evolução darwinista que era largamente aceita na época. Blavatsky não nega o mecanismo da evolução, mas não aceita que uma "força cega e sem objetivo" possa ter resultado no aparecimento do Homem. Para ela, a criação do Homem deu-se por meio de esforços conscientes de seres divinos, que ela chama de Dhyan-Chohans, que são a origem da Mônada que habita todo ser humano.
Blavatsky não nega que a evolução dos animais e do Homem estão relacionadas. No entanto, ela alega que os homens não são primatas, como afirma a teoria da evolução. Ao contrário, para Blavatsky, os primatas são descendentes de antigas raças humanas que se degeneraram, ou seja, os primatas descendem do homem.
Segundo o livro, a criação e evolução do Homem ocorre de forma semelhante à cosmogênese. Então, cada evento que ocorreu na cosmogênese tem seu equivalente na antropogênese. Assim, por exemplo, também o Homem é hermafrodita em seus primeiros estágios (como o Brahmâ Masculino-Feminino da cosmogênese), até que se divide em Macho e Fêmea no final da terceira Raça-raiz (Lemuriana) e início da quarta raça, que Blavatsky chamou de Atlante. Segundo a autora, este fato está relatado de forma alegórica no livro do Gênesis, quando ele relata o momento em que Deus retira a mulher da costela de Adão.
Como no caso da cadeia planetária, em que o ciclo de existência e evolução desce desde o primeiro Globo, mais etéreo, até o quarto Globo, o mais denso, para então retornar até o sétimo, novamente etéreo, também a evolução humana se processa em um ciclo que inicia com a primeira raça que era etérea, até a Lemuriana (a terceira raça), a primeira raça a possuir corpo físico, e então retornando até a sétima raça que será novamente etérea.
A criação do Homem é apresentada como uma "queda na matéria". Blavatsky inspira-se nos mitos de "rebelião nos céus" do Catolicismo e na mitologia grega, com Prometeu, que rouba o fogo de Vulcano para dar vida aos homens (que haviam sido criados por seu irmão Epimeteu, que não fora capaz de lhes dar a consciência) e é condenado por Zeus a ficar acorrentado no Cáucaso. Para Blavatsky, estes mitos são ecos de antigas tradições sobre a queda dos seres divinos na humanidade primitiva, para dar aos homens a alma imortal, a consciência divina.
Para Blavatsky, a criação do Homem é dual. Primeiro foram feitos seus princípios inferiores (pelos Elohim inferiores), depois lhe foi infundido o "sopro de vida", sua Alma Imortal, sua consciência.
Seres divinos mais avançados, chamados, no livro, de Kumaras, foram incumbidos com a tarefa de criar o Homem: no entanto, eles se negaram a fazê-lo pois, sendo demasiadamente espirituais, eram incapazes de criar o Homem físico. Assim, hierarquias de seres menos avançados (os Pitris lunares) criaram o Homem, emanando-o a partir de seu próprio corpo astral (que serviu como molde). Eram, contudo, incapazes de lhe dar sua Alma Imortal, a consciência. Então, os Kumaras, associando-se a estes seres humanos primitivos, forneceram o sopro divino (como no Gênesis, quando Deus coloca o sopro de vida no Adão "feito de barro"), a Alma Imortal do Homem. Acabaram condenados a ficar presos na matéria, como o Prometeu acorrentado no Cáucaso.
Ecos destes eventos aparecem de forma alegórica, segundo Blavatsky, no mito Católico da "rebelião nos céus" e na "expulsão dos anjos maus". Estes "anjos maus" ou "rebeldes" são aqueles que se recusaram a criar e foram "expulsos dos céus" e "lançados no abismo" (a matéria). Então, no dizer de Blavatsky, os deuses tornaram-se não-deuses, os suras tornaram-se asuras.
Os sete princípios do Homem
Um princípio, para a Teosofia, é um começo, um fundamento, uma fonte e uma essência de onde as coisas procedem. Princípios são assim as essências fundamentais das coisas. Estes princípios, tanto no Homem quanto na natureza, são teosoficamente enumerados como sete.
Segundo a Teosofia, o sete é o número fundamental da manifestação, frequentemente encontrado em diferentes cosmogonias, assim como nos dogmas de diversas religiões e na tradição de muitos povos antigos.
O Homem, assim como a natureza, é chamado de saptaparna (planta de sete folhas), simbolizado geometricamente por um triângulo sobre um quadrado. Nesta constituição setenária, podemos entender o Atman como a coroa que encima a constituição humana (a ponta superior do triângulo), fornecendo-lhe o seu espírito imortal.
Segundo Blavatsky, o Absoluto emana de si raios, que são chamados, no livro, de Mônadas ou Atman. Estas Mônadas são a Essência Imortal do Homem. Assim, a Essência que forma o Homem, o seu Espírito, é da mesma natureza do Absoluto, a Deidade Una.
O Atman, com o objetivo de individualizar-se, emana de si um princípio mais denso chamado Budhi. Esta díade Atman-Budhi reveste-se de princípios cada vez mais densos, e em número de sete:
Sthula Sharira - O corpo físico, corpo denso;
Linga Sharira - O corpo astral, duplo etérico;
Prâna - O corpo vital;
Kâma-Manas - Mente dominada pelo desejo.
Manas - Nossa Alma Humana, tendo relação com Mahat, Mente Universal. É o elo entre a Díade Atman-Budhi e nossos princípios inferiores;
Budhi - Nossa Alma Espiritual;
Atman - Primeira irradiação de Atman ou Ovo Áurico. Puro Espírito, Monada, Essência Divina.
Para Blavatsky os homens das primeiras Raças não possuíam o corpo denso, apenas um corpo etéreo. A proposição revolucionária de Blavatsky é a formação do corpo denso a partir do molde astral.
Raças-raiz
Segundo a autora, os primeiros homens não possuíam um corpo denso. As primeiras raças tinham um corpo sutil, etéreo, imenso e ainda sem forma bem definida. À medida que avançou a evolução do Homem, o seu corpo tornou-se mais denso em uma sucessão de estágios, assumindo a forma que tem hoje.
Segundo a Doutrina Secreta, a evolução do Homem nesta Ronda é composta de sete Raças-raiz, cada uma delas composta de sete sub-raças, que são ramos derivados da Raça. Na atualidade estamos vivendo o período da Quinta Raça-raiz, a Raça Ariana.
É importante observar que o uso do termo "ariano" no livro não recebeu nenhuma influência das ideias racistas do nazismo. O livro foi escrito quase meio século antes do partido nazista ter sido fundado. Mas terá acontecido o contrário: o nazismo foi muito influenciado por ideias ocultistas, e Blavatsky era sobejamente conhecida entre os principais dirigentes nazis (o que não significa que as teorias de Blavatsky propusessem algo semelhante à acção do Partido Nazi - de facto, textos místicos, deste cariz, podem facilmente ser entendidos e interpretados para defender as doutrinas políticas mais contraditórias como acontece, por exemplo, com as escrituras consideradas "sagradas"). No contexto do livro, por ariano pode-se entender a formação do homem atual a partir do berço indiano (Aryavarta).
As cinco Raças-raiz apresentadas no livro que já evoluíram nesta Ronda são:
"Nascidos por Si Mesmos" ou "Sem Mente" - Esta raça apareceu há 300 milhões de anos e viveu em um continente que Blavatsky chamou de "A Ilha Sagrada e Imperecível". Os homens desta raça (se é que podem ser chamados de "homens") eram imensos e não possuíam nem corpo físico (eram seres etéreos), nem mente. A reprodução ocorria por cissiparidade (algo semelhante ao que ocorre com as amebas). Como esta raça não era mortal, ela não desapareceu, apenas converteu-se na próxima, os "Nascidos do Suor";
"Nascidos do Suor" ou "Sem Ossos" - Eles viveram em um continente chamado "Hiperbóreo". Nesta raça apareceu um rudimento de mente, no entanto, ainda não havia uma ponte entre espírito e matéria para a mentalidade. Ao final do seu período de evolução, esta raça converteu-se na seguinte, a "Nascidos do Ovo". As duas primeiras raças são chamadas de raças semidivinas;
"Nascidos do Ovo" ou "Lemuriana" - Viveram em um continente chamado "Lemúria". Esta raça era inicialmente hermafrodita e reproduziam-se por meio de um ovo que se desprendia do corpo. Esta raça passou por grandes transformações durante o seu período evolutivo. Ao final do seu período, o Homem tornou-se mortal, consolidando-se o corpo físico e a reprodução sexuada como se conhece hoje (então esta raça desapareceu, convertendo-se na raça atlante);
"Atlante" - Eles são os gigantes que viveram há 18 milhões de anos, em um continente chamado "Atlântida". São os primeiros que podemos chamar de "Homens". A raça atlante representou o ponto mediano da evolução nesta atual Ronda. A Atlântida, assim como os seus habitantes, foi destruída por um cataclismo. Os sobreviventes deste desastre fundaram a nova raça-raiz, a ariana;
"Ariana" - Segundo Blavatsky, a raça Ariana, a atual raça-raiz, existe há aproximadamente 1 milhão de anos.
Ísis sem Véu
Isis Unveiled: A Master-Key to the Mysteries of Ancient and Modern Science and Theology (em português Ísis sem Véu: Uma Chave-Mestra para os Mistérios da Antiga e Moderna Ciência e Teologia) publicado em 1877, é um livro de filosofia esotérica e primeira grande obra de Helena Petrovna Blavatsky e um texto-chave em seu movimento teosófico.
O trabalho foi originalmente intitulado O Véu de Isis, um título que permanece no cabeçalho de cada página, mas teve que ser renomeado uma vez que Helena descobriu que este título já havia sido usado para um trabalho Rosa-cruz de W.W. Reade, em 1861. Ísis sem Véu é dividido em dois volumes. O volume I, A "Infalibilidade" da ciência moderna, discute Ciência Oculta, as forças ocultas e desconhecidas da natureza, explorando temas como forças, elementais, fenômenos psíquicos, e o homem interior e exterior. Volume II, Teologia, discute a semelhança da escritura cristã às religiões orientais, como o budismo, o hinduísmo, os Vedas, e o Zoroastrismo. Segue-se a noção renascentista de prisca theologia, em que todas essas religiões supostamente descendem de uma fonte comum; a antiga "Religião-Sabedoria".Helena escreve no prefácio que Ísis sem Véu é "um apelo para o reconhecimento da filosofia hermética, a antigamente universal Religião-Sabedoria, como a única chave possível para o absoluto na ciência e na teologia."
O trabalho é defendido por muitos estudiosos modernos, como Bruce F. Campbell e Nicholas Goodrick-Clarke como um marco na história do esoterismo ocidental.Ela reuniu uma série de temas centrais para a tradição da filosofia oculta—filosofia perene, um neoplatonismo emanacionista cosmológico, adeptos, cristianismo esotérico—e reinterpretou-los em relação com os desenvolvimentos correntes na ciência e novos conhecimentos sobre as religiões não-ocidentais. Ao fazê-lo, Ísis sem Véu refletiu muitas controvérsias contemporâneas, tais como as teorias de Darwin sobre a evolução e seu impacto sobre a religião, e envolvido em uma discussão que apelou para pessoas inteligentes interessadas em religião, mas alienadas de formas ocidentais convencionais. A combinação de Helena das percepções originais, apoiadas por fontes acadêmicas e científicas realizando uma grande demonstração de desafio à ciência materialista do ocultismo moderno. O trabalho também foi significativo como uma primeira declaração de idéias amplificadas nos escritos mais tarde Teosóficos, uma percepção comum sendo no entanto, que o trabalho oferece ensinamentos contraditórios em relação a trabalhos posteriores. Por exemplo, tem sido comumente percebido que não há nenhuma menção da reencarnação dentro de Ísis sem Véu e a obra ensina uma concepção tríplice do homem—corpo, alma e espírito—em linha com o pensamento neoplatônico e hermético. Este é contrastado com as obras de Helena, nomeadamente A Doutrina Secreta (1888), em que não só é a reencarnação destaque, mas o homem é concebido tendo sete vezes uma constituição. Essa mudança de pensamento é marcada por ela e o movimento da Sociedade Teosófica oriente para a Índia.No entanto, no que diz respeito às contradições percebidas Helena afirmava que além de contradições decorrentes de erros não há "discrepância", mas apenas incompletude — portanto, equívocos decorrentes de ensinamentos posteriores,[6] defendendo esta posição em mais de uma ocasião.
Detratores muitas vezes acusam o livro de um extenso plágio não atribuído, uma visão em primeira seriamente apresentada por William Emmette Coleman logo após a publicação. Com efeito, Ísis sem Véu faz uso de um grande número de fontes populares entre ocultistas da época. No entanto, ao invés de plágio, estudiosos argumentam que "era uma pessoa que tinha um conjunto original de ideias, mas que não tinham as habilidades literárias e conhecimentos de inglês suficientes para criar uma obra por conta própria. Baseando-se em fontes escritas e ajuda de amigos, ela formulou uma expressão única e poderosa de ideias ocultas".
A Voz do Silêncio
Voz do Silêncio (título original: The Voice of the Silence) é um livro escrito por Helena Blavatsky e publicado pela primeira vez em 1889. Reúne preceitos espirituais retirados do Livro dos Preceitos de Ouro, que tem uma origem comum com as célebres Estâncias de Dzyan, uma das fontes para a monumental A Doutrina Secreta. O texto traça, em linguagem poética e elevada, um panorama sucinto do Caminho que leva à santidade ou à iluminação, e faz diversas recomendações práticas para os aspirantes.
Foi escrito em Fontainebleau, quando Blavatsky descansava de suas intensas atividades.
Recebeu tradução para inúmeros idiomas. Em 1916, foi traduzido na língua portuguesa por Fernando Pessoa.
Annie Besant descreve as circunstâncias de sua escrita:
"Fui chamada a Paris para tomar parte num grande Congresso Trabalhista, ali realizado de 15 a 20 de julho, e passei um ou dois dias em Fontainebleau com H. P. B., que lá se encontrava para repousar por uma ou duas semanas. Encontrei-a traduzindo os maravilhosos fragmentos retirados do Livro dos Preceitos Áureos, agora tão bem conhecido como A Voz do Silêncio. Escrevia fluentemente sem qualquer cópia diante de si e, à noite, pediu-me que lesse o texto para ver se estava num inglês decente".
"... ela escrevia sem consultar qualquer livro. Escrevia incessantemente, hora após hora, exatamente como se estivesse escrevendo de memória ou lendo onde não havia qualquer livro. À noite o manuscrito estava pronto".
O livro foi considerado pelo 14º Dalai Lama como sendo uma positiva influência para muitos buscadores do Budismo, na Senda do Bodhisattva, tendo sido inclusive republicado, em 1927, numa edição especial por solicitação expressa sua. A "voz do silêncio" de que fala o título é uma alusão à inspiração verdadeiramente divina, à comunicação direta do devoto com sua alma imortal, condição obtida somente após um longo e árduo processo de treinamento, desenvolvimento e purificação pessoal, que pode levar diversas vidas para ser completado. Os seguintes trechos selecionados dão uma boa ideia do seu conteúdo:
"Há só uma senda até ao Caminho; só chegado bem ao fim se pode ouvir a Voz do Silêncio. A escada pela qual o candidato sobe é formada por degraus de sofrimento e de dor; estes só podem ser calados pela voz da virtude. Ai de ti, pois, discípulo, se há um único vício que não abandonaste; porque então a escada abaterá e far-te-á cair; a sua base assenta no lodo fundo dos teus pecados e defeitos, e antes que possas tentar atravessar esse largo abismo de matéria, tens de lavar os teus pés nas águas da renúncia. Acautela-te, não vás pousar um pé ainda sujo no primeiro degrau da escada. Ai daquele que ousa poluir um degrau com seus pés lamacentos. A lama vil e viscosa secará, tornar-se-á pegajosa, e acabara por colar-lhe o pé ao degrau; e, como uma ave presa no visco do caçador sutil, ele será afastado de todo o progresso ulterior. Os seus vícios tomarão forma e puxá-lo-ão para baixo. Os seus pecados erguerão a voz, como o riso e soluço do chacal depois do sol se por; os seus pensamentos tornar-se-ão um exército e levá-lo-ão consigo, como um escravo cativo."
" Lembra-te, tu que lutas pela libertação humana, que cada falência é um triunfo, e cada tentativa sincera ao seu tempo recebe o seu prêmio. Os santos germes que brotam e crescem invisíveis na Alma do discípulo, dobram como juncos mas não quebram, nem podem eles perder-se. Mas quando a hora soa, desabrocham."
Estâncias de Dzyan
As Estâncias de Dzyan são pergaminhos antigos de origem tibetana, citados por Helena Petrovna Blavatsky em seu livro A Doutrina Secreta, que é uma obra teosófica. Blavatsky alegava que teria tido acesso e estudado estes pergaminhos em sua estada no Tibete.
Segundo Blavatsky, as "Estâncias de Dzyan" seriam um manuscrito arcaico, escrito em uma coleção de folhas de palma, resistentes à água, ao fogo e ao ar, devido a um processo de fabricação desconhecido, e que conteriam registros de toda a evolução da humanidade, em uma língua desconhecida pelos filólogos denominada Senzar.
Foram feitas várias tentativas, sem sucesso, de descobrir este manuscrito, durante o século XX. Assim, permanece sem resposta se estes manuscritos realmente existiram ou não.
As "Estâncias de Dzyan", segundo Blavatsky, estão relacionadas com o "Livro dos Preceitos de Ouro" e com os "livros de Kiu-te", que são uma série de tratados do budismo esotérico
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