La conciencia (del latín conscientia 'conocimiento compartido', pero diferente de la definición de consciencia, ser conscientes de ello) se define, en términos generales, como el conocimiento que un ser tiene de sí mismo y de su entorno, pero también se refiere a la moral o bien a la recepción normal de los estímulos del interior y el exterior. Conscientĭa significa, literalmente, «con conocimiento» (del latín cum scientĭa).
Existen dudas profundas sobre en qué consiste exactamente la conciencia. Por ejemplo, en inteligencia artificial se ha trabajado ampliamente el asunto de crear máquinas o software suficientemente complejos para dar lugar a la conciencia. Incluso se ha negado la posibilidad de que un núcleo algorítmico como el de una computadora pueda dar lugar a algo genuinamente indistinguible de una conciencia. El test de Turing propuesto en 1950 aborda ese problema, hasta la actualidad (2016) ningún programador ha conseguido con éxito superar satisfactoriamente dicho test (si bien un bot conversacional bautizado como Eugene Goostman de 2014, logró engañar gran parte de un jurado de humanos que fueron usados para dicho test).
Conciencia en humanos
En la especie Homo sapiens, la conciencia implica varios procesos cognitivos interrelacionados. Se traduce del griego sy‧néi‧dē‧sis, de syn -'con'- y éi‧dē‧sis -'conocimiento'-, de modo que significa co-conocimiento, o conocimiento con uno mismo. Conciencia se refiere al saber de sí mismo, al conocimiento que el humano tiene de su propia existencia, estados o actos. Conciencia se aplica a lo ético, a los juicios sobre el bien y el mal de nuestras acciones. Una persona cloroformizada recobra la conciencia al cesar los efectos del anestésico. Una persona "de conciencia recta" no comete actos socialmente reprobables.
La conciencia en psiquiatría puede también definirse como el estado cognitivo no abstracto que permite la interactuación, interpretación y asociación con los estímulos externos, denominados realidad. La conciencia requiere del uso de los sentidos como medio de conectividad entre los estímulos externos y sus asociaciones.
Los humanos adultos sanos tienen conciencia sensitiva y conciencia abstracta, aunque también el pensamiento abstracto se presentaría en otras especies animales, hasta un punto que debe clarificarse. Filósofos como Aristóteles afirmaron y trataron de demostra que el ser humano es un animal racional a diferencia de los demás.
Conciencia en animales no humanos
El 7 de julio de 2012, científicos prominentes de diferentes ramas de las neurociencias se dieron cita en la Universidad de Cambridge para celebrar la Francis Crick Memorial Conference, la cual trató sobre conciencia en animales humanos y no humanos. Al finalizar las conferencias se firmó, en presencia de Stephen Hawking, la Cambridge Declaration On Consciousness (Declaración de Cambridge sobre la Conciencia ), la cual resumió los hallazgos más importantes de la investigación allí expuesta y discutida:
"Decidimos llegar a un consenso y hacer una declaración para el público que no es científico. Es obvio para todos en este salón que los animales tienen conciencia, pero no es obvio para el resto del mundo. No es obvio para el resto del mundo occidental ni el lejano Oriente. No es algo obvio para la sociedad."
Philip Low, en la presentación de la Declaración de Cambridge sobre la Conciencia, 7 de julio de 2012
Algunos estudios han hablado de altos niveles de conciencia en algunas especies de animales no humanos, comparándolos con niveles humanos.
Conciencia en la inteligencia artificial
Existen dudas sobre la naturaleza de la conciencia y como se relaciona ella con la inteligencia artificial; y no se sabe con seguridad si la conciencia como fenómeno cognitivo es sólo el resultado de la complejidad computacional (o neuronal en los seres vivos), y/o es un fenómeno emergente de la interacción de la materia.
Roger Penrose se ha ocupado del problema de la realidad física de la inteligencia y ha analizado diversas pretensiones teóricas por parte de la inteligencia artificial de simular o construir artefactos que posean algún tipo de conciencia.Penrose clasifica las posturas actuales ante la cuestión de si la conciencia es o no computable algorítmicamente:
A. Todo pensamiento es un proceso de computación, es decir, en particular la percepción de uno mismo y la autoconciencia son procesos emergentes que son resultado directo de la computación o algoritmo adecuados.
B. La conciencia es una consecuencia del tipo de acción física que ocurre en el cerebro, y aunque cualquier acción física puede simularse apropiada a través de medios computacionales, el hecho de que se lleve a cabo un proceso de simulación computacional del cerebro no comportaría, por sí mismo, la aparición auténtica de la autoconciencia.
C. La realización de cierta actividad física en el cerebro es lo que lleva a la aparición de la autoconciencia en el ser humano; sin embargo, aunque puede ser reproducida artificialmente, dicha acción no puede simularse algorítmicamente.
D. La conciencia de tipo humano no puede entenderse propiamente en términos físicos, computacionales o científicos de otro tipo.
El punto de vista D claramente niega la posibilidad de comprensión científica de la conciencia. Muchos investigadores del campo de la inteligencia artificial, en particular los más optimistas sobre sus logros, se adhieren a la postura A. John Searle sería más bien un partidario de la postura B, y el propio Penrose ha argumentado fuertemente en su trabajo por la postura C, relacionándola con varios otros problemas abiertos de la física como la teoría cuántica de la gravedad.
La conciencia es la cualidad o el estado de conocimiento de objetos externos o de algo interno a uno mismo. Puede ser definida como: capacidad para sentir, subjetividad, habilidad de experimentar o sentir, o como control ejecutivo de la mente. A pesar de la dificultad al definirla, algunos filósofos consideran que hay una intuición generalizada sobre qué es.
Desde Descartes y Locke, varios filósofos lucharon por comprender la naturaleza de la conciencia y aislar sus propiedades esenciales. Problemas que ocupan a la filosofía de la conciencia son: Si el concepto en sí es fundamentalmente coherente, si la conciencia puede ser explicada en términos mecanicistas, si existe la conciencia no humana, si se puede reconocer y de qué forma, cómo se relacionan la conciencia y el lenguaje, si la conciencia puede ser entendida en términos que no requieran una distinción dualista entre estados o propiedades mentales o físicos, y si es posible que máquinas computacionales como computadoras o robots sean conscientes, un tema estudiado en el área de la inteligencia artificial.
Definición
La conciencia es el estado de cognición. Se representa el medio en el que uno vive, conformando una verdad subjetiva que se refiere tanto a lo exterior como lo interior a uno. Se puede definir como el conocimiento percibido intuitivamente de algo en uno mismo.
Estudios y trabajos de laboratorio sobre la conciencia
Primeros estudios sobre la conciencia
Durante varias décadas, la conciencia fue evitada como tema de investigación por la mayoría de los científicos por una concepción generalizada de que un fenómeno definido en términos subjetivos no podría ser estudiado con propiedad usando métodos experimentales objetivos.
Los Estados Unidos, donde el psicoanálisis no hizo escuela tan fuertemente como en otras partes del mundo, fueron la cuna de estudios científicos sobre la conciencia. Incluso predominaron posturas que desdeñaban la oposición conciencia-inconsciente y la idea general de conciencia. En las primeras décadas del siglo XX, algunos psicólogos se volcaron sobre la conducta como objeto de estudio. Para John B. Watson, lo cognoscible de la psicología está en el comportamiento. De hecho escribió que se podría estudiar la psicología humana sin hacer una sola mención a la conciencia. Watson creó la escuela de psicología conocida como conductismo.
Hacia la década de 1950, el estudio científico del sueño descubrió que éste no implica la desaparición de la conciencia, sino otro tipo de actividad cerebral cercana a aquella. Los movimientos oculares rápidos (REM, por las siglas de las palabras inglesas Rapid Eye Movement) se producen durante el sueño con intervalos de unos 90 minutos. El estudio de esta fase reveló que en esos momentos las ondas registradas por un encefalograma son similares a las de la vigilia. Esto sugirió la posibilidad de ampliar el concepto de conciencia. En esos años, apareció la idea de "estados alterados" de conciencia, que se difundió rápidamente en la cultura estadounidense.
En 1975, George Mandler publicó un estudio en psicología en el que distinguió procesos conscientes lentos, seriales y limitados, y procesos inconscientes rápidos, paralelos y extensivos. En la década de 1980, una comunidad creciente de neurocientíficos y psicólogos se había asociado a un campo llamado "Estudios de la conciencia", dando lugar a una serie de trabajos experimentales publicados tanto en libros como en periódicos como "Consciousness and cognition" (conciencia y cognición) y trabajo metodológico publicado en periódicos y conferencias.
Investigaciones médicas y psicológicas actuales sobre la conciencia se basan en experimentos psicológicos (incluyendo, por ejemplo, el estudio de efectos de primado usando estímulos subliminales) y en estudios de casos de alteraciones de la conciencia producidas por traumas, enfermedades o drogas. A grandes rasgos, las aproximaciones científicas se basan en dos conceptos centrales. El primero identifica las experiencias conscientes con el contenido de lo que reporta el sujeto y el segundo hace uso del concepto de conciencia que fue desarrollado por neurólogos y otros profesionales de la salud que tratan pacientes con trastornos de la conducta. El fin de estos estudios es definir la conciencia y describir los mecanismos que la subyacen.
Últimos estudios y Trabajos de laboratorio
Los trabajos de laboratorio durante las últimas décadas del siglo XX, con nuevas tecnologías, sobre todo la resonancia magnética, mostraron de qué modo se organiza la memoria, en qué zonas del cerebro se producen las imágenes, cómo los individuos reconocen unos objetos de otros, cuál es la región cerebral de las decisiones, cómo se comportan los neurotransmisores, el papel de procesos fisiológicos en el desarrollo de trastornos mentales y, en general, las bases biológicas de la psiquis humana, incluyendo la ética, que parece tener su lugar en la corteza cerebral.
Las neurociencias, observando los cerebros en actividad, comenzaron así a librar una batalla con las ideas de Freud y el psicoanálisis, en especial la de la existencia del inconsciente y el trauma infantil como explicación dogmática del malestar neurótico. En el terreno de los medios de difusión, esta polémica se expresó en la oposición maniquea entre el uso de psicofármacos y los métodos del psicoanálisis.
En el congreso "Quantum Mind 2003", realizado por personas interesadas en el conocimiento acerca de la comprensión de la conciencia. Se centró en estudio de la teoría de la consciencia cuántica (no confundir con el Misticismo cuántico); en el que los procesos cuánticos como la superposición de estados, la no localización, el entrelazado de partículas, pueden llevar a cabo la eventual explicación de la conciencia como una manifestación más de los procesos cuánticos de la materia. Se cree que la conciencia se comporta de igual manera que las partículas cuánticas; al igual que algunas de las funciones presentes en la biología molecular, que presentan procesos cuánticos; siendo su principal hipótesis, la hipotesis de la Reducción Objetiva Orquestada, relacionada con las estructuras celulares denominadas Microtúbulos.
Características y propiedades de la conciencia
Estados de conciencia
Hay diferentes desarrollos de esta función cerebral:
Conciencia individual: se refiere a la conciencia de uno mismo y de cómo el entorno lo puede perjudicar o favorecer. Se establece lo que es bueno y malo para uno mismo. El ejercicio acertado de esta función mental se llama instinto de supervivencia. En el hombre, el resultado de su racionalización le dota de mayor capacidad de autodominarse, de una mayor creatividad y de esto nace la Inteligencia preconsciente.
Conciencia social: se refiere a la conciencia del estado de los demás miembros de su comunidad y de cómo el entorno los puede perjudicar o favorecer. Se establece lo que es bueno y malo para una comunidad. El ejercicio acertado de esta función mental se llama instinto de protección. En el hombre, el resultado de su racionalización le dota de capacidad cooperacional, y de esto nace la Inteligencia social.
Conciencia temporal o competente: se refiere a la conciencia del medio que le rodea y de cómo afecta a uno mismo y a los demás en la línea del tiempo. Se establece lo que es bueno y malo para el futuro de la comunidad. El ejercicio acertado de esta función mental se llama inteligencia racional.
Conciencia emocional o empatía: Se establece lo que es bueno y malo en función de datos emocionales, y de cómo el entorno y la forma de actuar de uno mismo, afecta al estado emocional de su comunidad. El ejercicio acertado de esta función mental se llama inteligencia emocional.
La conciencia puede funcionar en 'piloto automático', es decir, sin necesidad de ejercitar inteligencia alguna, únicamente basándose en los instintos. El individuo es consciente de lo que está haciendo, pero no se plantea si es bueno o malo.
Nota: Actualmente, esta área está en investigación por John Kounios y Mark Jung-Beeman, neurólogos de la Universidad estadounidense de Drexden y Universidad Northwestern respectivamente. Se la ha calificado como creativa, a este tipo de inteligencia. De forma general, son catalogadas como artistas y genios las personas capaces de usar la creatividad en sus métodos de resolución de problemas, dicha capacidad creativa procede del lóbulo temporal derecho de nuestro cerebro.
Interrelación
Las tres primeras no son exclusivas del hombre, sólo la última. Como especie animal no nos cuesta concienciarnos de las dos primeras, pues no depende de la educación o datos externos, va con la propia naturaleza de la conservación de la especie. El ejercicio más o menos acertado de la tercera dependerá de la educación recibida (los hay autodidactas), también es innata a la supervivencia y la cuarta no todo humano logra concienciarse en su mayor exponente (o sea, equipararla al uso que le damos a las otras tres), sino que son dependientes de la educación, costumbres y moral local. No suele manifestarse de forma consciente, sino como una imagen de lo que podríamos estar sintiendo nosotros en piel ajena. Ello motiva a actuar pensando que eso es lo bueno y lo malo, sin cuestionarlo ni racionalizarlo; las personas que lo han intentado han acabado convirtiéndose en líderes.
Estados alterados
Artículo principal: Estados alterados de conciencia
Se entiende como estado alterado de conciencia a los estados de conciencia distintos de:
La vigilia, activo.
El sueño, lento.
El sueño REM, con movimientos oculares rápidos y excitación de los órganos sexuales.
A estos estados alterados se les asocia a veces, cierta capacidad terapéutica para sanar ciertos trastornos psicológicos y/o psiquiátricos.
La conciencia está además íntimamente relacionada con el lenguaje.
"Darse cuenta" (awareness)
Los autores de Gestalt Therapy: Excitement and Growth in the Human Personality, Paul Goodman y Ralph Hefferline (a partir de un manuscrito de Fritz Perls), al explorar los fundamentos teóricos para la práctica de la terapia Gestalt, concibieron la conciencia como un fluir dinámico, por lo cual desecharon, al igual que otros autores humanistas, el concepto psicoanalítico de consciente/inconsciente, el cual resulta ser excesivamente rígido e inadecuado para describir y trabajar con los fenómenos que se observan en la clínica. Los términos consistentemente utilizados son «aware», «be aware» y "awareness", que se han traducido al español como "darse cuenta", denominación la cual, al ser un verbo, expresa esa idea de fluidez y dinamismo.
Aún desde los trabajos experimentales de la escuela alemana de psicología Gestalt, la relación entre figura y fondo, lo que se apercibe y lo que no, es decir, lo que el individuo se da cuenta versus lo que no forma parte de su campo de conciencia, es siempre fluido y dinámicamente interrelacionado. En la clínica actual, el proceso de darse cuenta, es decir, de la formación de Gestalten en la apercepción del sujeto, es el punto primario, aunque no exclusivo, sobre lo que se trabaja en el proceso de terapia.
Potencial en psicoanálisis
Absolutamente todas las especies desarrollan su potencial ontogénico, incluyendo hombre. La diferencia es el estado de la conciencia. Hay tres estados diferentes, al menos en la especie humana:
consciente, es la región de la mente en donde se establecen las prioridades.
preconsciente, es dependiente del objetivo a cumplir y relativo a su importancia en el desarrollo.
inconsciente, no se racionaliza el impulso, pasa inadvertido condicionando los resultados obtenidos. Como norma general son sensaciones que damos por buenas.
La ontogénesis del cerebro humano le capacita para poder alterar las funciones mentales sobre la base de la educación e información exterior, incorporando esos datos como condicionantes en su forma de relacionarse con su medio y su comunidad.
Los datos aportan nuevos enlaces que permiten ir extrayendo del inconsciente elementos necesarios para estructurar la conciencia. En la práctica podemos dar por buenos ciertos datos que nos satisfacen, pasarlos por alto y no entender desde nuestra parte consciente como es posible que el resultado final no sea el planteado en su origen. La razón: deseamos desde nuestro inconsciente que lo bueno se cumpla.
Interrelación: Conciencia - inconsciente
Johann Herbart fue el primero en plantear que algunas ideas pueden estar en estado latente, mientras otras están activas. Esas ideas en estado larvario o de "tendencia" fueron estudiadas a fondo por Sigmund Freud, que abrió el campo de lo que llamó "lo inconsciente" o el inconsciente, a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, lo que significó un viraje sobre el discurso científico que se venía desarrollando. Freud llevó los estudios hacia el aspecto menos conocido por el sujeto. Para Freud, la actividad inconsciente determina la conducta de los individuos tanto o más que las ideas conscientes. Y las ideas inconscientes a su vez son modeladas por las experiencias infantiles. Cuando éstas producen trauma (herida), la conciencia las sepulta en el inconsciente, desde donde siguen sin embargo influyendo en la conducta. Para explorar el inconsciente, Freud desarrolló el método llamado psicoanálisis. Esa exploración tenía al mismo tiempo dos objetivos: el autoconocimiento y el alivio o curación de trastornos de conducta e incluso de patologías mentales severas.
Ondas cerebrais são formas de ondas eletromagnéticas produzidas pela atividade elétrica das células cerebrais. Elas podem ser medidas com aparelhos eletrônicos como o Eletroencéfalogramo ou EEG. As freqüências dessas ondas elétricas são medidas em ciclos por segundo ou HZ(Hertz). As ondas cerebrais mudam de freqüência baseadas na atividade elétrica dos neurônios e estão relacionadas com mudanças de estados de consciência(concentração, relaxamento, meditação, etc.)
Ela tem um padrão e um ritmo - e incorpora as freqüências Beta, Alfa, Teta, e Delta em vários níveis através das atividades diárias a medida que o cérebro as modula para se adequar à determinadas tarefas.
Beta
Atenção
Concentração
Cognição
Você está bem desperto e alerta. Sua mente está concentrada, e você está pronto para trabalhos que requerem atenção total. No estado Beta, os neurônios transmitem as informações muito rápido, permitindo a você atingir estados de concentração. O treinamento das ondas Beta é usado por terapeutas de biofeedback para tratar um problema de aprendizagem e concentração chamada de transtorno de déficit de atenção(TDA).
Os programas que induzem ondas Beta ajudam nos estudos, nas praticas esportivas, a preparar uma apresentação em público, ou seja, analisar e organizar informações onde a concentração mental é a chave para um bom desempenho.
A faixa de ondas Beta está entre 13-30 HZ. O estado Beta está associado com concentração, atenção aumentada, melhor acuidade visual e coordenação. Os cientistas tem descoberto que as freqüências Beta 18HZ e 13HZ, Gama 40HZ usadas em muitos dos programas de áudio Holosonic, atuam em funções cognitivas complexas.
Alfa
Relaxamento
Visualização
Meditação
Quando você está relaxado, sua atividade cerebral baixa do rápido padrão Beta para as ondas Alfa mais lentas. Sua consciência interna expande. Sua energia creativa começa a fluir e a ansiedade desaparece. Você experimenta uma sensação de paz e bem-estar. O treinamento Alfa é muito indicado para tratamento do estresse.
Os programas que contém Alfa são excelentes para a solução serena de problemas, memorização, relaxar e praticar visualização.
A faixa de ondas Alfa está entre 7-12 HZ. Em Alfa, nós acessamos mais facilmente nossa capacidade dormente - ela funciona como um portal para estados de consciência mais profundos. Dentro da faixa Alfa, está a Schuman Resonance - a freqüência do campo eletromagnético da Terra, essa freqüência tem chamado muita atenção dos cientistas da área de neuroacústica pelos seus imensos benefícios.
Teta
Meditação
Intuição/Creatividade
Memória
Aprofundando ainda mais o relaxamento, você entra no misterioso estado Teta onde a atividade cerebral baixa quase ao ponto do sono. Teta é o estado cerebral onde incríveis capacidades mentais ocorrem. O estado Teta propicia flashes de imagens do inconsciente, creatividade e acesso a memórias a muito tempo esquecidas. Teta leva você a estados profundos de meditação. Você pode sentir a sua mente expandir além dos limites do seu corpo.
As ondas Teta têm um importante papel em programas de modificação de comportamento e têm sido usado no tratamento do vício de drogas e álcool. Teta é também o estado ideal para aprendizagem acelerada, reprogramação mental, lembrança de sonhos, creatividade e aumento da memória.
A faixa das ondas Teta está entre 4-7 HZ.. Em Teta, nós estamos como num "sonho acordado", ficamos receptivos a informações que estão além do nosso estado normal de consciência, ativando estados mentais extrasensoriais.
Delta
Consciência expandida
Cura e Recuperação
Sono
Delta é a mais baixa de todas as freqüências de ondas cerebrais. Está associada com o sono profundo, algumas freqüências na faixa Delta liberam o hormônio do crescimento humano( HGH ) que é muito benéfico para a regeneração celular e a cura.
Delta é a onda cerebral para o acesso ao inconsciente, onde a intuição pode aflorar facilmente.Os programas que contém Delta são ideais para o sono, a recuperação física/mental e meditação profunda. A faixa Delta está entre 0.1 - 4 HZ.
Parapsicologia é uma pseudociência dedicada à investigação de supostos fenômenos paranormais e psíquicos. Seu propósito é a pesquisa científica de telepatia, precognição, retrocognição, clarividência, telecinésia, projeção da consciência, experiências de quase morte, reencarnação, mediunidade e outras reivindicações paranormais e sobrenaturais.
Pode ser compreendida como o estudo de alegações paranormais associadas à experiência humana, ou seja, as interações sensoriais e motoras que aparentemente não são geradas por nenhum mecanismo ou agente físico conhecido. Esses fenômenos também são conhecidos como fenômenos paranormais ou fenômenos Psi. O termo "Parapsicologia", criado em 1889 pelo psicólogo Max Dessoir , foi adotado pelo pesquisador Joseph Banks Rhine em 1930 como um substituto para os termos Metapsíquica e "Pesquisa Psíquica".
A posição da parapsicologia como um ramo da ciência é contestada sendo que a maioria dos cientistas classificam-na como pseudociência, porque a parapsicologia continua suas investigações sem ter corroborado os resultados defendidos através do método científico, mesmo já decorridos mais de um século dessas pesquisas.
A parapsicologia está presente em cerca de pelo menos 30 países e encontra aceitação acadêmica em algumas instituições de caráter científico reconhecido como a Universidade da Virginia e a Universidade de Edimburgo, além disso a Associação Parapsicológica, criada em 1959, é associada à Associação Americana para o Avanço da Ciência.
Definição e abrangência
Há uma tradição dentro do senso comum que sustenta que os mundos subjetivo e objetivo são completamente distintos, sem que haja qualquer implicação entre eles. O subjetivo existe “aqui, dentro da cabeça”, enquanto que o objetivo existe “lá, no mundo externo”. A Parapsicologia é o estudo de fenômenos que sugerem que a dicotomia estrita entre objetivo/subjetivo pode ser, ao contrário, parte de um conjunto, com alguns fenômenos entremeando ocasionalmente o que é puramente subjetivo e o que é puramente objetivo. Parapsicólogos chamam tais fenômenos de “anômalos” porque são difíceis de serem explicados pelos modelos científicos tradicionais.
A Parapsicologia estuda os seguintes aspectos:
A hipótese da existência de uma forma de obtenção de informações (comunicação) que prescinda da utilização dos sentidos humanos conhecidos (percepção extrassensorial), tais como telepatia, clarividência e precognição.
A hipótese da existência de uma forma de ação física sobre o meio físico em que não seriam utilizados qualquer mediadores ou agentes (músculos ou forças físicas) conhecidos, como a telecinese.
Os fenômenos associados a memória extra-cerebral (retrocognição) e a experiências multidimensionais, como a experiência de quase-morte, projeção da consciência, mediunidade, agente theta, etc.
Contribuição em fenômenos científicos
Apesar dos fenômenos paranormais por definição serem supostamente fenômenos não explicados cientificamente, as historiografias da psicologia e da psiquiatria em geral sustentam que a parapsicologia trouxe grande contribuição à formação e desenvolvimento de diversos conceitos científicos, principalmente conceitos ligados ao funcionamento da mente, como o subconsciente, a dissociação, o transtorno dissociativo de identidade, a histeria, a escrita automática e a hipnose. Pesquisas sobre fenômenos paranormais, principalmente sobre a mediunidade, foram importantes no desenvolvimento da psicologia e da psiquiatria científicas por parte de alguns pioneiros no estudo científico da mente, como Sigmund Freud, Carl Jung, Pierre Janet, Frederic Myers e mais notoriamente William James.
O início
A Parapsicologia (inicialmente designada como "Pesquisa Psíquica") surgiu sistematicamente no último quarto do século XIX, altamente relacionada com o então grande crescimento recente dos movimentos Moderno Espiritualismo e Mesmerismo, quando em 1882 foi fundada em Londres a Society for Psychical Research (Sociedade de Pesquisa Psíquica) com a proposta de apresentar "uma tentativa organizada e sistemática de investigar o grande grupo de fenômenos controversos designados por termos como mesmérico, psíquico e espiritualista" e com a associação de diversos membros acadêmicos proeminentes. Isto incluía acadêmicos da Universidade de Cambridge, tais como o filósofo Henry Sidgwick e o ensaísta Frederic W. H. Myers. Além desses, a SPR também contava com os físicos Sir William Fletcher Barrett e Balfour Stewart e o político KG Arthur Balfour, que mais tarde se tornou primeiro ministro. Nas primeiras décadas seguintes, diversos intelectuais de renome mundial se tornaram presidentes da SPR, incluindo como exemplos o psicólogo e filósofo americano William James, o químico e físico inglês Sir William Crookes, o físico inglês Sir Oliver Lodge, o astrônomo francês Camille Flammarion, o Nobel em Medicina francês Charles Richet e o Nobel em Literatura francês Henri Bergson.
A SPR logo se tornou o modelo para as sociedades similares em outros países europeus e nos Estados Unidos, tanto que William James, junto ao astrônomo Simon Newcomb e outros cientistas, fundaram em 1885 a American Society for Psychical Research (Sociedade Americana de Pesquisa Psíquica), organização a qual também se associaram muitos intelectuais renomados.
Na década de 40, J.B. Rhine, da Universidade Duke, realizou experimentos sobre percepção extrasensorial em 50 crianças que estudavam numa escola para nativos norte-americanos. O estudo, recentemente descoberto, foi considerado uma afronta à dignidade das crianças.
Referências
Sven Ove Hansson, Science and Pseudo-Science, Stanford Encyclopedia of Philosophy, 18 de maio de 2015, (em inglês)
Parapsychology. Cambridge Dictionary. Página visitada em 27/11/2014.
Harvey J. Irwin and Caroline Watt. An introduction to parapsychology, McFarland, 2007.
La psicotrónica es el término bajo el que se agrupan algunas de las técnicas utilizadas en la parapsicología para interpretar algunos fenómenos paranormales de acuerdo con las teorías del bioelectromagnetismo. Se basa en la utilización de un tipo de energía que se produce supuestamente por la interacción de energías psíquicas y atómicas. Las primeras provenientes del psiquismo de los seres vivos y las segundas del bioplasma o campo estructurados de las formas. En la actualidad el término es usado principalmente por grupos teosóficos y de aficionados a las ciencias ocultas y el esoterismo.
Los comienzos teóricos de la investigación psicotrónica se remontan a finales del siglo XIX.Paralelamente a lo que en Europa se denominó metapsíquica, varios investigadores checoslovacos comenzaron a experimentar con percepción extrasensorial, psicoquinesia y otros fenómenos similares.
La palabra «psicotrónica» habría sido usada por primera vez con su acepción moderna por el parapsicólogo francés Fernan Clerc en 1955, quien la definió asimilándola al fenómeno de la telepatía y la telequinesia, como «les phénomènes dans lesquels l’énergie est dégagée par le processus de la pensée ou par la pulsion de la volonté humaine»(los fenómenos en que la energía se libera en el proceso de pensamiento o por el impulso de la voluntad humana).
Entre 1967 y 1968 se organizó en Praga un grupo de parapsicólogos que popularizarían el uso de la palabra "psicotrónica" como sinónimo de parapsicología en los países del Este de Europa, bajo la dirección de Zdnek Rejdak y Jaroslav Stuchlik entre otros.
En 1973 se realizó en la misma ciudad un Congreso de Psicotrónica, en el que se constituyó una sociedad de investigación psicotrónica.En esta sociedad la psicotrónica fue definida como «la ciencia que, de manera interdisciplinar, estudia las áreas de interacción entre los individuos y su medio interno y externo así como los procesos energéticos relacionados. La psicotrónica considera que la materia, la energía y la conciencia están ligadas entre ellas. El estudio de esta interconexión contribuye a una nueva comprensión de las capacidades energéticas del ser humano, de los procesos vitales así como de la materia en su sentido más amplio».
Un supuesto estudio realizado durante la Guerra Fría por el ejército estadounidense sobre los «factores que pueden influenciar la vitalidad y actuación de los artilleros», define a la psicotrónica como la proyección o transmisión de energía mediante disciplina y control mental individual o colectivo, o bien a través de un dispositivo emisor, una especie de perturbador mental. El informe añade que «la URSS parece haber hecho logros significativos en el desarrollo de armas psicotrónicas que pueden afectar seriamente la capacidad combativa».
En los años ochenta, tras la aparición de la película The psychotronic man y del fancine Psychotronic Video, el término empezó a ser utilizado en Occidente también como sinónimo de película de serie B.
Descripción
La unidad de energía considerada es el «psicotrón», inspirado en el concepto dual de Louis de Broglie con respecto al electrón, el que según el científico tiene existencia dual: como onda y como partícula.Pasa a ser un concepto triádico representativo de las interacciones de la mente con el cuerpo y la energía que éste produce. Para la psicotrónica, la mente, la conciencia y la energía están interligadas y se interfieren mutuamente.
Esta energía teórica microcósmica no ha sido definida claramente, pero algunos autores vinculados al esoterismo han realizado diversas propuestas.
El desarrollo de la psicotrónica se fundamentaría en el positrón como partícula contraria al electrón al tener carga positiva. Pares de electrones y positrones pueden ser creados espontáneamente por un fotón.
Bibliografía
Sheila Ostrander y Lynn Schroeder: Fantastiques recherches parapsychologiques en URSS. París: Robert Laffont, 1973.
ESPIONAJE ASTRAL, MANIPULACIÓN PSÍQUICA, SUPUESTAS ABDUCCIONES, HISTERIAS COLECTIVAS, ESTUPIDIZACIÓN DE MASAS, FENÓMENOS PARANORMALES DE DIFERENTES ORÍGENES Y ETIOLOGÍAS...
Abducciones extraterrestres y Psicotrónica
Si no vienes desde este artículo, vísitalo primero y luego continúa con esta parte.
Aquí no se enseña a fabricar un psicotrón, sino sólo su concepto básico y cómo defenderse de ataques psicotrónicos.
Han pasado veinte años y ya no existen los estamentos que me ligaban a secreto jurídica, ética y fácticamente, así que contaré -por fin- sobre los experimentos de psicotrónica (después de la investigación piramidal, el más importante en el que he trabajado en grupo). Aún así omitiré datos que puedan revelar identidades o comprometer a personas de las cuales no tengo su consentimiento para esta revelación. Por mi parte, estoy harto de callar cosas, a veces por precaución personal, otras por secreto impuesto, pero veo que lo peor que hay en estos tiempos, es la desinformación y confusión sobre temas que atañen a todos, tengan o no consciencia de lo que ocurre.
Eramos en principio, amigos reunidos sin nuestro conocimiento de que las cosas no eran «casuales», con las mismas inquietudes y diversos conocimientos. Juan y yo, bastante formados en parapsicología científica; Alberto es ingeniero técnico en electrónica y radioaficionado por herencia (hijo y nieto de radioaficionados), que en ese tiempo tenía casi 50 años. Otro, militar de carrera, Mayor, con cultura general muy amplia y algunos conocimientos de psicología social y guerra psicológica. Pedro era informático, agente de inteligencia militar y se incorporó porque necesitábamos un experto en electrónica e informática, arreglaba todo tipo de aparatos de medicina nuclear y ordenadores, que en aquellos años funcionaban con tarjetas y los más modernos con fósforo amarillo. Estos últimos no estaban en el mercado, sino que los tenían las F.F.A.A.
El equipo fue reunido por el Coronel Aldo, por orden del Estado Mayor Conjunto.
Todos teníamos alguna base teórica de psicotrónica, los modos de aplicación y referencias históricas, como la guerra de Vietnam y algunas avanzadillas experimentales de USA, sobre poblaciones latinoamericanas, especialmente con aparentes fines comerciales. En principio, el grupo no parecía oficial, pues nos reuníamos dos o tres veces por semana para conversar el asunto y analizar las posibilidades de hacer cosas en un orden que el Mayor iba planteando. Yo había sido contratado por el ejército con la aparente misión de evaluar las capacidades psicológicas de oficiales y suboficiales (y con una tapadera de jardinero), pero tampoco sabía que el verdadero propósito era formar parte de ese equipo, destinado a estudiar, desarrollar y experimentar con armas psicotrónicas. Había estudiado en el Panamerican Parapsicology Institute of Canadá, donde además de la licenciatura en psicología se daba la primera licenciatura en parapsicología. Aunque tenía mis títulos «ad referendum» en mi país, el interés estaba en que la inteligencia militar sabía que ese instituto, con una tapadera oficial canadiense, preparaba psíquicos para experimentos al servicio de USA.
Estaba terriblemente ansioso -más que los demás- por pasar a la práctica, así que «pisando el palito» propuse que intentáramos construir un psicotrón, porque no tenía ganas de perder el tiempo en charlas infértiles. Como en realidad el sentimiento de los demás era idéntico, comenzamos esa misma semana con un diseño teórico de un psicotrón. Pero nos faltaban elementos o eslabones en la cadena de aplicación práctica: No sabíamos cómo controlar o estar seguros de estar en estado alfa o cómo entrenarnos para ello de modo fiable, y no teníamos idea de cómo convertir una onda cerebral en una onda de radio que se pudiera emitir con efecto sobre otros cerebros. Lo había estudiado en la teoría, pero la práctica planteaba problemas que se fueron resolviendo rápidamente, gracias a la perfecta composición del equipo humano.
Nuestro Mayor y jefe del equipo consiguió lo que nos faltaba: Un médico; Pablo es neurocirujano y psiquiatra. Después de unas cuantas reuniones estuvo listo el psicotrón teórico y más o menos diseñado el método de entrenamiento. El aparaterío práctico demoró algunas semanas más, porque hubo que conseguir dos electroenfalógrafos, una radioemisora de gran potencia y algunos instrumentos más. Surgió entonces una cuestión en la que mis experimentos con pirámides fueron muy útiles. El campo magnético de la pirámide abarca un espectro muy amplio dentro del magnetismo sutil y además es estabilizante de la actividad cerebral, de modo espontáneo y natural, sin perjuicio alguno para el sujeto. Se me encargó la construcción de una antena piramidal, con una función que yo desconocía hasta ese entonces. Eso me demostró cuán avanzados suelen estar algunas investigaciones en el ámbito científico-militar. Los militares también habían experimentado con pirámides, pero no hallándoles aplicaciones destructivas, todo quedó archivado.
Cuando estuvo todo listo, nuestro jefe propuso poner el asunto bajo "secreto militar", cosa que aceptamos en vista a la importancia y potenciales peligros del caso.
El Mayor consiguió una radio de 5.000 vatios de salida, en un lugar bastante alejado, y cinco militares más (desconocedores del experimento) formando nuestro «cerco preventivo».
Tras cerca de dos meses intensivos de entrenamientos y ensayos menores, se hizo la primera experiencia en un campo de trigo del que la mitad -longitudinal- fue arado. Como en la zona hay -al menos hasta aquellos años- plagas de langostas, que suelen arrasar los cultivos, estuvimos dos días de guardia permanente, durmiendo en el lugar, hasta que se dio la ocasión. Los mejor entrenados (Juan y yo) debíamos hacer que las langostas entraran al campo, que se fueran hacia el terreno arado, y volvieran luego al campo cultivado, alternativamente, describiendo un zig-zag. Esto no es posible por causas naturales, que las langostas lo hagan, así que comencé el experimento poniéndome en alfa, conectado al psicotrón y con un mapa-croquis sobre la mesa. Tenía algunos bolígrafos de diversos colores, para hacer marcas de intensidad si fuera necesario, etc.. El técnico controlaba mis ondas cerebrales y Juan me ayudaba a relajarme, concentrarme y dirigir el pensamiento, mientras los otros observaban desde la torre de la radio.
En pocos minutos, la manga de langostas se dirigía hacia el centro del campo, transversalmente, así que la indicación del Mayor fue que la dirigiera hacia el extremo más cercano. Así lo hice, convirtiéndome mentalmente en un »yo langosta», centrando mi pensamiento en ser una langosta dirigente, afinándome con el espíritu grupal, cosa para la cual el entrenamiento fue imprescindible. Creo que llegué a «sentir-pensar» como langosta. Cuando escuché al Mayor decir, «¡Increíble!, esto es Increíble», me distraje, pero ya la manga había entrado por el extremo y no por el medio. Mi compañero, en diez segundos, quedó en relevo, y yo en su lugar, ayudándole a concentrarse, induciéndolo a sentir-pensar como langosta. Juan tomó el bolígrafo rojo y fue llevándolo hacia el campo arado, donde no había una brizna de vegetal comestible, salvo algunas hojarascas secas que raramente come la langosta. Otra vez el Mayor diciendo por el interfono, «¡Es increíble!... Pero ahora que vuelvan al campo». Así lo hizo «Juan-langosta» y medio minuto después tomé el relevo, repitiendo el proceso, con el agregado de hacer permanecer a las langostas «estacionarias» en el campo arado, hasta nueva orden. Lo conseguí por casi diez minutos, hasta que perdí la concentración, con lo que las langostas se avalanzaron sobre el cultivo.
El Mayor gritó «¡Que vuelvan al campo arado, que vuelvan al campo arado, no las quiero en el cultivo!» y «yo-langosta» volví a concentrarme. Las retuve unos minutos más allí, hasta que me ordenó nuevamente el Mayor, llevarlas «disciplinadamente» al campo cultivado, sin comer nada. Las hice formar una fila cuadrada, las llevé al cultivo y las hice avanzar un tramo de unos veinte metros sin comer nada, hasta el nuevo reemplazo. Juan estaba cansado y tenso, pero volvió a llevar a las langostas al terreno yermo, y también las mantuvo por varios minutos. Al Mayor se le ocurrió que las volviera a llevar al principio del terreno, en vez que hacia el extremo opuesto, pero el grupo se le dividió y la manga se dispersó bastante, así que sacudió la cabeza y se sacó los cables, y me puse nuevamente en su lugar. Yo también estaba cansado, pero logré reunirlas imperativamente, amenazándolas conque serían quemadas (cosa que era cierto porque al final del campo, uno de los militares estaba con el lanzallamas preparado para combatir la plaga).
Las llevé al inicio del terreno, y Juan, ofuscado consigo mismo, me pidió el relevo nuevamente. El Mayor dijo que si estábamos cansados podíamos dar por terminado el experimento llevándolas hacia el extremo opuesto. Una vez en su sitio, llevó las langostas a lo largo de todo el terreno yermo, hacia donde el soldado esperaba para quemarlas. Pero tuvo que «convencerlas» que no les pasaría nada, porque evolucionarían espiritualmente y otros rollos mentales por el estilo, ya que mi amenaza anterior estaba presente en la memoria colectiva de las langostas. Ese fue el primero de los experimentos y ya pueden deducir los lectores lo que a partir de eso (con material relativamente precario y siendo unos pocos) puede hacerse con más personal entrenado y medios técnicos como los de hoy. El segundo experimento fue bastante más escalofriante, pero es importante tanto saber cómo funcionan estas cosas, así como las reglas de vida para estar realmente a salvo de influencias psicotrónicas.
EL SEGUNDO EXPERIMENTO
Tuvo una fase de preparación de unas diez semanas, en que, entre contentos y asustados por los logros del anterior, debíamos rumiar bien lo ocurrido, porque lo que habíamos demostrado era muy fuerte. El cerebro humano con un entrenamiento bastante más simple de lo que parece -aunque no tan fácil-, y con unos pocos medios técnicos, puede controlar una plaga como las langostas, enviarla a cualquier parte o facilitar su eliminación. Al experimento lo llamamos simplemente «Langosta», pero el archivo militar fue bautizado «Hamelin», que seguramente la mayoría conocerá la ¿Fábula? del flautista. Teníamos un pequeño problema Juan y yo, que comentamos casi como anécdota en el informe oficial, pero unos días después debimos conversarlo porque nos preocupaba. Esto puede parecer una ridiculez, pero os ruego no hacer como los idiotas, que se suelen reír de lo que no conocen... Nos sentíamos langostas.
Si, teníamos sueños, que nos los empezamos a contar sólo él y yo, y nos empezamos a afinar de tal manera, que casi nos hablábamos sin palabras. Se había establecido entre Juan y yo un lazo telepático, pero con algunos elementos muy desagradables. Soñábamos que éramos langostas, y en muchos momentos hasta temimos convertirnos en langostas. Era una especie de obsesión psicótica, y cuando pensábamos racionalmente, sabíamos que a lo sumo terminaríamos en un manicomio, y hasta esa posibilidad era un alivio. No nos sentíamos mal sintiendo como langostas. Era algo simple, difícil de explicar, pero que entraba en conflicto con cosas cotidianas. Juan empezó a temer al fuego, cuando le encantaba sentarse frente a los fogones, y yo le tomé asco al trigo, que antes me daba igual que el arroz. Eso era lo más «objetivo», pero los sueños, imágenes y otras sensaciones durante la vigilia y especialmente poco antes de dormirnos, eran -si bien «subjetivas» e indescriptibles- sensaciones de langosta.
Ambos teníamos ya, mucho más conocimiento de psicología que los freudianos, así que era absurdo pensar en contar con apoyo psicológico, cuando para colmo, estábamos bajo secreto militar. Así que lo hablamos en el grupo, al que se habían sumado tres de los militares que siendo testigos del «Hamelin», era conveniente incluir, y afortunadamente, tras varias charlas, en que contábamos lo que nos ocurría, todo volvió a la normalidad.
Creo que lo más acertado fue hacer una especie de «ritual», en que por medio del psicodrama nos «convertimos en langostas» (incluso tomé dos capas impermeables verdes para asemejarnos más a las langostas) e hicimos una representación entre ridícula, muy humorística y divertida, pero también muy seria.
A las indicaciones del Mayor nos fuimos convirtiendo en humanos nuevamente, despidiéndonos para siempre de la vida de langosta. Yo tuve algún que otro sueño relacionado, pero Juan ninguno, posteriormente. Así que tras un tiempo de charlas y análisis de conveniencia y método, diseñamos el experimento «Visitante Nocturno».
El Mayor diseñó un método por el cual sólo él y uno cualquiera -elegido por él- del grupo sabría quién sería el «conejito de indias» del experimento. Sólo sabíamos que alguien sería «visitado por alguien en la noche», pero el único que conocía el «libreto» de lo que ocurriría, era el Mayor que lo había diseñado con conocimiento de los casos de abducción que ya ocurrían en USA, y que nosotros desconocíamos completamente por esos años, salvo por unos artículos de la extinta revista Cuarta Dimensión.
El primer «visitante» que eligió, fui yo, y la víctima -el «visitado»- fue la persona supuestamente más cuerda y escéptica del equipo: El técnico en electrónica, Pedro. Y Alberto -el radioaficionado- tuvo que apañárselas para reemplazarlo en algunas funciones con apoyo de uno de los nuevos, que tiene algunos conocimientos más sobre aparatos, y es médico militar.
Me tuve que estudiar el libreto -muy similar a los que desde hace algunos años es de pública difusión televisiva- y convertirme en Pedro, viviendo la visita de un «hermanito extraterrestre». La noche elegida, los «abductores» fuimos a nuestra central, donde usamos una radio militar de sólo 1000 vatios y me conectaron a las dos y media de la mañana, a los aparatos. Me concentré en el dormitorio de Pedro (la «víctima») y finalmente era -mentalmente- yo mismo, el propio Pedro. Es decir que cuando me dijo el médico que estaba en alfa, me convertí imaginaria y mentalmente en él. Asumí todos los caracteres que recordaba de él, y comencé a «soñar» según el guión estudiado. La sesión de abducción duró unos doce minutos, y le modifiqué algunas cosas que a mi parecer, le harían a Pedro -si resultaba- más llevadera la cosa, y menos traumática. Luego le informé de los cambios al Mayor, lo que le pareció muy bien.
Al día siguiente, la esposa de Pedro -también empleada del ejército- llamó al Comando porque no podían ir a trabajar. El Mayor me avisó y fuimos inmediatamente a su casa. Estuvimos más de tres horas para tranquilizar a la esposa y convencerle a él de que era parte del experimento según las pautas acordadas.
Cuando llegamos a media mañana, acababa de salir de la ducha, envuelto en un albornoz. Pero estaba muy demacrado y asustado. Le mostramos el libreto escrito por el Mayor, y yo le describí el «sueño» que yo mismo hice, con sus modificaciones correspondientes. Así y todo no podía comprenderlo.
«¡Me han dicho que tengo una gran misión!, ¡Y es así!. Ellos saben todo lo que hacemos...!!, pero yo no se qué hacer, ni por dónde empezar...»
Y tras nuestras pacientes explicaciones nos miraba incrédulo y nos decía que lo que había vivido él, no tenía nada que ver con el experimento. Mientras tanto la mujer nos confirmaba que efectivamente, lo que le había contado en la madrugada, era exactamente lo que nosotros decíamos. Pero él estaba empezando a mentir agregando cosas; buscaba llenar un hueco psicológico, necesitaba que aquello fuese verdad. Se lo pedía su «arquetipo redentor». Porque a muchos -y creo que a la mayor parte de los mortales- nos gustaría salvar al mundo. Y nos gustaría con delirio (nunca mejor dicho), que una civilización extraterrestre nos protegiera, nos sacara de la miseria moral, espiritual y económica en que se debate nuestro mundo; de la misma manera que un náufrago en una isla llena de peligros y sin sentidos, sueña con la llegada de un barco que lo rescate.
Pero la realidad -al menos en ese momento- era muy diferente. Habíamos hecho un experimento y el peligro se ponía en evidencia. Yo empecé a sentir en ese mismo momento, una identificación con Pedro, como pocas veces la he sentido con un compañero o amigo. Me pasaba lo mismo que con Juan tras el «Hamelin», pero más intenso. Incluso me di cuenta que hablaba con su mujer como si fuera la mía, aunque el sentimiento era fraternal y no marital (quizá por el hecho de que yo estaba enamorado de mi esposa).
En un momento de la charla, sentí ganas de llorar y Pedro empezó a hacerlo desconsoladamente. Creo que la causa fue su angustia y me la trasmitió, porque yo estaba sereno, a pesar de todo. Pero en varios momentos, los argumentos de Pedro parecían convencerme. Y lo dije, así que el Mayor hizo un gesto de preocupación y con la mirada me mandó a callar. Cuando entendimos que Pedro tenía ya claro que había sido el sujeto de nuestro experimento y su vivencia un sueño inducido, nos fuimos, pero estuvimos preocupados hasta el día siguiente, en que Pedro fue a la reunión normalmente. Me encontré con él en un pasillo y me dijo, medio en broma, medio en serio: «Si no fuera que te siento como a un hermano, te rompería los huesos».
Después nos fuimos a la cafetería y conversando pude quedarme completamente tranquilo porque él lo había asumido. Recordando lo hecho, analizándolo, catartizábamos todo para volver a la normalidad y sacar conclusiones.
El Mayor me dijo en esos días, que me prepara porque a la semana siguiente había que «abducir a Juan». Porque era importante saber la diferencia de reacción de una persona con un entrenamiento psíquico mejor. Todos fueron entrenados por nosotros, pero ellos -como Pedro- llevaban sólo unos meses de trabajo. Juan era el mejor entrenado de todos; con menos tiempo de resistencia en concentración, pero con más intensidad y estabilidad. Es decir que se mantenía en alfa menos tiempo, pero con una onda muy estable y el pensamiento muy concentrado.
Pero a la noche siguiente, yo fui abducido. Eso, aunque nadie -ni mi esposa- estaría dispuesta a creerme, fue lo que me ocurrió y tuve la vivencia que han tenido miles de personas desde hace poco menos de medio siglo. El hecho fue en algunas cosas, parecido a lo del guión que habíamos usado con Pedro, pero yo no podía haber sido la siguiente víctima del experimento, que era Juan, y para una semana en adelante...
Llamé a las cinco de la mañana al centro de emisión psicotrónica, y nadie contestó, lo que confirmaba la realidad de mi vivencia, a pesar de que desde el hecho habían transcurrido casi dos horas y diez cigarros. Fui hasta el Comando y me dijeron en la guardia que el Mayor había llegado hacía un rato y se había ido otra vez, y que seguramente estaría en su casa. Así que fui para allá, porque también estaba cerca, pero su mujer, -lógicamente muy molesta- me dijo que no estaba. Volví a mi casa, tratando de mantenerme neutral, sin pensar, porque cada vez más me convencía de haber sido abducido realmente, y habían elementos en la vivencia, como un moretón en el brazo, que me indicaban que aquello no era un sueño. El extraterrestre me había apretado el brazo con su enorme fuerza, y luego me había pedido disculpas, al comprender mi fragilidad. Cuando llegué a casa me preparé un café, porque ya no volvería a dormir, y en eso estaba cuando llegó el Mayor, junto con Juan, y me fui con ellos porque no quería involucrar a mi mujer, ya bastante enojada con los habituales «secretillos militares y horarios dudosos» y no sabía si debía aguantar o ponerse celosa.
Así que estuvimos conversando el Mayor, Juan y yo hasta media mañana, y supe -más que nunca- por lo que había pasado Pedro. ¡Aún sabiéndolo todo!.
Yo me había tragado el anzuelo de que el próximo era Juan. Y a pesar de saber todo el asunto -al guión evidentemente se le habían cambiado unas cuantas cosas- estaba seguro de que había sido abducido, y que los extraterrestres, sabiendo lo que estábamos haciendo, habían decidido intervenir.
Me mostraron el «nuevo libreto», exactamente como me habían ocurrido las cosas. Pero yo no estaba dispuesto a reconocer que se trataba de un sueño inducido. Me quedaban dudas. Especialmente porque tenía una marca física, el moretón. Eso quedó sin explicación hasta que volví a mi casa, y le mostré a mi mujer el brazo, porque no terminaba de aceptar que ella no se hubiera despertado cuando me estaban «visitando». Me dijo «A quien se le ocurre tratar de sostener esa moto...»
Y la mente dio un salto, como si se iluminara. Un par de días atrás iba con un cubo de agua y toqué mi moto que la tenía sobre unos tacos de madera para cambiar la cadena, y cuando me di cuenta que se caía, puse el brazo, que se encajó entre el manillar y la palanca del embrague. Había olvidado completamente aquello, y allí me di cuenta a nivel vivencial, como la mente tiende a «llenar agujeros» para sostener lo que un factor emocional desea hacer «real».
La verdad es que el libreto nuevo era mas agresivo y desagradable que el redentorista guión que usamos con Pedro, pero así y todo, yo quería que fuera real, o no podía creer que no lo fuera. Hicimos dos «abducciones» más y finalizamos esa etapa. Porque si bien nadie salió demasiado afectado, el peligro es muy grande. Además, se crea un estado psicótico que se suma a la afinidad telepática, lo cual pasa a ser muy comprometido en medio de esta civilización tan grotesca e injusta.
Pero dos años antes yo había recibido una oferta de trabajo en proyectos de investigación paranormal en EE.UU.., que rechacé de plano, al comprender que sabían absolutamente todo de mi. Y semejante interés -además de la gran limosna- me hizo desconfiar. Así que pregunté al Mayor si podía averiguar algo, ya que la mayoría de mis compañeros de estudio, habían aceptado aquella propuesta. Le di al Mayor un par de nombres y su posible lugar de residencia. Unos días después me dio la nómina casi completa de mis compañeros y su actual paradero: dos en manicomios y catorce en el cementerio, una en México y otro en Argentina (aparte mío), y los demás, desaparecidos buscados. En total éramos cuarenta y dos. Los treinta y nueve que aceptaron fueron quizá, las primeras víctimas de la Guerra Psicotrónica -al menos en Occidente-.
Podrán decirme todo lo que quieran los «hermanitos extraterrestres», a través de sus contactados, pero hasta la fecha, el único grupo cuya seriedad y pruebas de contacto me ha llamado la atención, es un pequeño grupo catalán que parecen tener contacto con los Intra-terrestres, y no con los «extra». Y por sus arquetipos y función, detecto que no hay tras ellos otro interés que el de curar algunos casos psicosomáticos de allegados, e investigar objetivamente los fenómenos. Aclaro que no estoy negando con ésto, la existencia extraterrestre o esporádicas visitas, pero como ya he dicho antes, ni deben ni pueden inmiscuirse en nuestros asuntos. Porque adentro de la Tierra y en los polos, están los dueños verdaderos del planeta. Nosotros somos habitantes circunstanciales a los que en cualquier momento nos echan de casa por inadaptados.
Todo lo demás que he visto sobre el tema, incluso entre personas de buena voluntad, pasa por la evidente manipulación psicotrónica, cuando no directamente psicológica por parte de pseudocontactados, como George Adamsky, Tuella, Eugenio Siragusa y Sixto Paz Wells, que no sólo no han dado prueba alguna jamás de sus contactos (ni siquiera una mísera profesía o al menos una cita que asegure la presencia extraterrestre en tal parte, tal día, a tal hora). Hay casos en que la cuestión arquetípica religiosa es más evidente, como el de Verónica Lizana (Mendoza, Argentina) donde presenta en su libro «Isidris» una ciudad subterránea así llamada desde el tiempo de los Huarpes. Pero aparte de varias infantilidades y contrasentidos, dibuja la Estrella de David en las puertas de las naves de los intraterrenos.
La ciudad es posible que exista. Aparte de que según estudios de YPF en la región, hay una vacuoide enorme a gran profundidad, he sido testigo, junto a varias personas, de la circulación de luces (posibles vehículos), aparición de Hombres de Negro y otros fenómenos anómalos. Pero el agregado de la estrellita judía -igual daría que lleven la cara de cristo, la cruz, o la media luna y la estrella musulmana- indica una infiltración arquetípica, una manipulación ideológica-religiosa. Así se ha ido elaborando una «religión platillista», redentorista y mesiánica, como la de Ashtar Geran y diversos personajes de ficción.
Cabe reseñar que en USA hay una cifra monumental de «abducidos»: 4.850.000. La casi totalidad son gente de ciudad o de pueblos grandes... ¿Cómo es posible que nadie vea un vehículo y un rayo de luz llevándose a los secuestrados?... Salvo en la películas, claro... El mejor método para apoyar un montaje psicotrónico o cualquier gran mentira, es combinación de arte, imagen, sonido, que enlaza lo que se nos quiere hacer ver, con nuestras propias emociones, que nos manipula haciéndonos llorar o reír, sufrir por millones de muertos sin diferenciar la ficción de la realidad, o volar con las hadas y oír hablar a los animales... El Cine.
Hay sistemas o diseños psicotrónicos que se emiten sin ser percibidos en el momento, pero se activan en la mente cuando las víctimas ven una «imagen llave» o determinadas palabras. Entonces no son uno o dos los afectados, porque eso da tiempo a emitir en una amplísima gama de frecuencias cerebrales y bajo una amplia variedad de arquetipos. Una película taquillera es el mejor vehículo para detonar esa psicosis aumentada, diseñada e inducida con anterioridad.
Lo más lamentable en este rollo político, es que la Iglesia cada dos por tres está metida en los asuntos, aunque de manera ambigua hasta que decidan «meterse hasta el cuello», tal como parece que están haciéndolo últimamente. No nos extrañe que en su momento aparezca la Virgen o Jesús en el cielo, a la vista de todo el mundo; porque ya en 1943 los ingleses ensayaron un sistema de holografía atmosférica, y esa tecnología debe haber avanzado bastante en el lógico «top secret».
Quien haya sondeado la historia de la Iglesia Mormona habrá visto como algún «dios» proyectaba a Joseph Smit la imagen de un ángel (Moroni), que se le cortó tres veces y tuvo que recomenzar desde el principio. O sea que a la par de la psicotrónica pura, se suman los «efectos especiales» de las holografías y otras técnicas muy avanzadas y secretas, como la electro-magnetodinámica, con la que hacen pequeños «ovnis» para producir los dibujos de los Círculos de las Cosechas... Ya les contaremos más en próximos artículos, porque ciertamente, la Realidad, aún dentro sus Límites, es mucho más increíble que la ficción.
La manera de ponerse a salvo de ataques o manipulaciones psicotrónicas, psicológicas y engaños con «efectos especiales», irá en otros documentos, puedes empezar por separar tus propios pensamientos, de los producidos por tus falsos egos. Ese es el primer paso y puedes ir viéndolo
PSICOTRÓNICA: LA PEOR ARMA DE LA
GUERRA KAMAMANÁSICA y GUERRA ESCALAR
Parte II
ESPIONAJE ASTRAL, MANIPULACIÓN PSÍQUICA, SUPUESTAS ABDUCCIONES, HISTERIAS COLECTIVAS, ESTUPIDIZACIÓN DE MASAS, FENÓMENOS PARANORMALES DE DIFERENTES ORÍGENES Y ETIOLOGÍAS...
Kama = Estrato; Manas = Alma. La Guerra Kamamanásica es la Guerra entre dos arquetipos o valor y contravalor máximo, que podemos comprender como la intención raíz o causa fundamental del mal y del bien: Esclavitud y Libertad.
En enero de 1978 me llegó una carta del Panamerican Parapsicology Institute, adjunto a un certificado de calificaciones en que constaba que había aprobado con excelentes notas, todas las asignaturas de la licenciatura en psicología con especialización en parapsicología. Debía ir a retirar mi título tras cuatro años de intensísimos estudios...
Fue una de las alegrías más grandes de mi vida, que pocos días después representó, como contrapartida, una de las más dolorosas decepciones. No por la calidad de los estudios, que era excepcional, sino por las intenciones políticas con que fue creado el instituto y lo que se pretendía de sus egresados.
Una de las más exigentes asignaturas durante 3º y 4º año era Arqueometría, y en ella se conjugaban tres materias de estudio aparentemente incompatibles: Física, Matemáticas y Proyecciones Psíquicas. Estas últimas no tenían una clasificación en la parte práctica, sino que se pretendía que al menos se conociera la teoría ( impecable, y muy comprobada después). Pero... ¿Qué tenían que ver la matemática y la física con una experiencia como el viaje astral, el sueño, la proyección mental o fenómenos tan «psíquicos» como la bilocación?.
Pues mucho. No es posible separar la física y la matemática de ningún fenómeno. Muy a mi pesar, porque soy de los que cuentan con los dedos, tuve que encarar el aprendizaje teórico de lo psíquico, montado en números y fórmulas.
La Arqueometría estudia la relación y fenómenos entre materia y energía, y sin esa comprensión es imposible entender los fenómenos psíquicos. Lo malo es que tras toda esta cuestión científica, hay una realidad POLÍTICA, que todo lo tiende a monopolizar, en manos de gente carente de valores espirituales y éticos.
Como había logrado saltar de la teoría a la práctica, realizando algunos viajes astrales, proyecciones mentales perceptibles y otros efectos, me visitaron dos señores para ofrecerme un trabajo extraordinario: Seguir «estudiando» en un laboratorio más especializado aún, con un sueldo equivalente a diez veces el de mi padre, con ventajas diversas y sólo debía aceptar algunas pautas aparentemente «lógicas», como irme a vivir definitivamente a USA. Me preguntaba porqué a USA, si el Instituto era canadiense; porqué los visitantes portadores de tan interesante ofrecimiento eran yanquis; porqué la invitación vino apenas días después de informárseme sobre mis calificaciones...
En una conversación, en la que debía ser «secreta», puse como condición que se me permitiera la compañía de mi padre, que además de buen consejero toda la vida, era muy perspicaz y dos mentes compatibles piensan mejor que una. Luego de una media hora, nos miramos con mi padre y dijimos al unísono «saben demasiado sobre nosotros».
Los dos sujetos se miraron entre ellos y se dieron cuenta que «habían metido la pata». Se les escaparon detalles que sólo podían conocer en un contexto de investigación personal muy profundo; así que inmediatamente les dije que no me interesaba la propuesta. Hubieron otros intentos de convencerme, pero yo ya tenía claro que no quería formar parte de ese «algo» que me olía muy mal.
Cuando unos pocos años después pude conocer, gracias a gestiones de inteligencia militar de mi país, lo ocurrido con mis compañeros de estudio, me horroricé de pensar lo que me habría ocurrido si me hubiera dejado tentar: De cuarenta y dos alumnos, dos estaban con camisa de fuerza, catorce muertos, veintitrés en paradero desconocido, buscados por sus familiares, y sólo tres vivos y hallables: una mexicana, otro argentino y yo... Los tres que no aceptamos el dulce.
Analizando nuestros avances en un equipo científico militar, y mis propios desarrollos, no me cabe duda del potencial que significa para una nación dominadora como USA, contar con un grupo de gente que puede salir en astral y meterse conscientemente en casi cualquier parte sin ser percibido. Es, simplemente, ser un fantasma invisible, consciente, con clara memoria de lo que se ve y oye. Si se sale diariamente, en un par de meses es posible permanecer consciente más de media hora en astral. Ello significa -con algún entrenamiento más- poder meterse en una caja fuerte de cualquier tamaño y leer los libros o documentos que hayan allí aunque estén cerrados.
Más fácil aún resulta pasear por instalaciones bélicas, silos nucleares y todos los etcéteras que fueran necesarios para un espía psíquico. Hay una serie de condicionamientos, como el hecho de que es muy fácil viajar en astral de norte a sur o de sur norte, pero es muy difícil cubrir grandes distancias transversalmente a las líneas magnéticas del planeta.
Salir en astral en Buenos Aires para ir a Georgetown, 4.600 kilómetros al norte, o desde Quebec (Canadá) hacer 11.100 kilómetros hasta Punta Arenas (al sur de Chile), es más fácil que ir desde Barcelona a Lisboa, porque los casi mil kilómetros de Este a Oeste son durísimos. Ir en astral sobre el agua (para aquellos que pretenden cruzar el océano), es más difícil aún. A favor de los meridianos el asunto es menos problemático, pero aún así, para cruzar extensiones de agua hay problemas.
En 1985, un grupo internacional independiente, liderado por el psíquico brasileño Mauricio Boraldo, me invitó a formar parte de un proyecto en el que no pude participar por cuestiones económicas. Intentaron cuatro viajeros en astral, cruzar desde la ciudad turca de Ordu hasta Moscú, a fin de probar la posibilidad de hacer espionaje psíquico y conocer si existiría por parte de la URSS algún tipo de defensa en tal sentido; pero los cuatro viajeros astrales no podían mantenerse «en vuelo» sobre el Mar Negro y volvían al cuerpo con cierta violencia. Ante los repetidos fracasos, consiguieron ir semanas después a la ciudad rusa de Mariúpol, a 960 kilómetros al sur de Moscú.
Allí no tuvieron inconvenientes con el viaje astral, pero si en el lugar de destino. Pudieron entrar sin problemas a algunas instalaciones militares, pero cuando ingresaron a cierta dependencia de gobierno, se encontraron con una «patrulla psíquica» compuesta de algunas decenas de hombres y mujeres muy entrenados que les persiguieron hasta su lugar de origen. Uno de los osados viajeros no lograba entrar a su cuerpo y quedó en aparente shock cataléptico. Intentaron sin resultado, reanimarlo con masaje cardíaco, hasta que dos de los regresados volvieron a salir en astral, para encontrarse conque varios de los perseguidores le retenían al «shockeado» y no le permitían entrar a su cuerpo. Tras una pequeña y confusa pelea consiguieron liberarle y volver todos a sus cuerpos físicos.
Media hora después, justo cuando abandonaban en un taxi el hotel en que se alojaban, vieron llegar varios camiones militares y lograron salir del país porque consiguieron de inmediato un charter privado a Bulgaria.
Los viajes astrales, lejos de lo que mucha gente cree hacer, son viajes físicos en cierto sentido. El cuerpo astral de un adulto de ochenta kilos, pesa 2,7 gramos. No resulta visible en condiciones normales para la vista física de la mayoría de las personas, porque su tasa vibratoria está sobre los trillones de ciclos por segundo, pero su peso se ha comprobado colocando a los viajeros astrales sobre una camilla-balanza. Al abandonar el cuerpo físico, la balanza acusa inmediatamente la diferencia. En el caso de muerte, el peso perdido es algo mayor, porque también se desprende y disuelve una parte del cuerpo mental (áurea Kirliam).
Mucha gente cree hacer viajes astrales, utilizando un proceso de relajación y visualización, pero ello no es más que una «oniria», un viaje absolutamente imaginario. Algo así como una película autoproyectada.
Los riesgos del viaje astral no son despreciables, y conviene conocerlos antes de intentarlo:
1) Un ruido estridente o un movimiento brusco que afecte al físico, puede hacer volver violentamente al astral, causando daños cerebrales o en el mismo cuerpo astral.
2) La hipotermia es otro problema. Es algo mayor que durante un desmayo o un shock. Mientras mayor es el estado de consciencia en astral, mayor es la hipotermia. Aunque haga calor, es necesario dejar el cuerpo físico bien abrigado.
3) El mayor de todos los peligros, es el MIEDO. Una persona que puede asustarse o sentir cosas desagradables cuando ve una imagen monstruosa, hará muy bien en no intentar una experiencia astral, porque ese plano vibracional abarca un espectro muchísimo más amplio que el plano percibido físicamente. Por lo general, las primeras salidas no son al nivel que permite ver, desde el astral, el plano físico. El viajero que sale por primera vez conscientemente, suele hallarse en «cualquier lugar», aunque no «lejos» físicamente, no ve su entorno físico, sino lo que haya alrededor en una determinada tasa vibratoria. Las imágenes, objetos, seres y proyecciones mentales difusas que puede encontrar son tan variadas que abarcan desde cosas hermosas hasta las más monstruosas que pueda imaginarse. Muchas de esas cosas reaccionarán de acuerdo a la actividad mental del sujeto.
Dada la plasticidad enorme de la materia astral, si el sujeto ve un monstruo (que puede ser una proyección mental elaborada por un dibujante de comics o por un cineasta), y se imagina por una fracción de segundo que el monstruo le atacará, pues eso mismo ocurrirá. Su pensamiento, aparentemente innocuo en el plano físico, resulta miles de veces más potente con relación a la materia astral.
Suele costar bastante a casi todas las personas, y casi nada a unas pocas, lograr permanecer en el astral sin apenas contacto con elementos de ese plano. Cuando se adquiere la práctica suficiente, es posible moverse en astral viendo, oliendo y oyendo sólo el entorno físico, caminar, volar o trasladarse muchos kilómetros en un instante. El gusto y el tacto quedan completamente anulados respecto al físico. Cuando se tiene ese dominio de la situación y se aprenden unos cuántos trucos, es cuando el viajero puede ser un «espía psíquico» apto. No obstante, las cuestiones de ética también generan karma, de modo que quien use esa capacidad, no tiene modo de librarse de sus consecuencias, buenas, malas o innocuas, según su intencionalidad.
TULPAS Y PROYECCIONES:
Otra de las técnicas aplicadas a la Guerra Kamamanásica, son las proyecciones y los Tulpas. Esencialmente son la misma cosa, pero con una gran diferencia de intensidad y densidad:
a) LAS PROYECCIONES MENTALES se utilizan para imprimir en una atmósfera o un lugar determinado, una imagen. Esa imagen, si posee además de la densidad propia de la materia mental adecuadamente programada, una carga emocional y arquetípica, es algo que tiene mucha influencia sobre las personas que frecuentan el lugar. Un Ejemplo: Si en un sitio donde habitualmente hay desarmonía imprimimos mentalmente una imagen bella, armónica, que invite a la mente a armonizarse, bajaremos -por contrapolación- la intensidad de los factores desarmónicos.
Si en un templo de una religión determinada imponemos así los símbolos de otra, estaríamos haciendo una infiltración arquetípica «psiónica» (Psiónica es el uso directo de la influencia mental, y «psicotrónica» cuando es ayudada por la electrónica). Las «Oraciones de Misión» que hicieron los jesuitas en Sudamérica, donde el grupo de misioneros imaginaba mientras rezaba, que el templo aborigen e convertía en iglesia, dio en la realidad resultados muy concretos. Allí operan dos fenómenos: a) La imposición y precipitación de la proyección en el lugar, y b) La predisposición personal de los visualizadores, que quedan más ligados karmáticamente a dicha precipitación.
b) EL TULPA es una imagen que tiende a permanecer en el plano en que se la crea, pero puede moverse, programarse... Es, por ejemplo, la imagen del propio visualizador; un «doble etérico» falso. En vez de materia mental sola, tiene una proporción de materia astral, proveniente del propio cuerpo astral del visualizador. El Tulpa es una réplica casi exacta del conjunto astral-mental del sujeto. Si se hace bien, puede tener un peso de entre tres y cinco gramos, con un volumen idéntico al del cuerpo físico, y ser visto con la misma nitidez, a pesar del escaso peso e impalpable densidad.
Es posible generar cualquier tipo de imagen: Un animal, un monstruo, etc.. Y de hecho, existen cantidades enormes de proyecciones mentales que podrían convertirse en Tulpas si se los dotara de la densidad astral adecuada. Las proyecciones mentales de los cineastas son dotadas muchas veces, de cierto grado de poder por los millones de personas que replican mentalmente la proyección cinematográfica. Por fortuna no existe una coherencia interpretativa en las imágenes, y ésto hace que queden «borroneadas» e inefectivas. Pero un psíquico bien entrenado, que practique el Tantra (que no derrame su energía seminal), que practique la yoga propia de su raza diariamente, puede hacer Tulpas muy potentes y con duración de varios años. Hacerlos palpables ya es otra cosa. El tipo de materia requerida sería plasmática (psicoplasma) y la cantidad requerida sería enorme. En las crónicas tibetanas hay sólo un par de casos de este logro tan impresionante, respecto a Tulpas de la propia persona, aunque hay varias narraciones -e incluso técnicas- sobre dotar de materialidad a objetos simples, como vasos, puñales, etc.. Cabe aclarar que sin la formación adecuada, es decir la práctica ininterrumpida por muchos años del Tantra y la Yoga, no hay técnica que valga. Quien derrame su energía sexual en vez de transmutarla, jamás logrará hacer más que inconsistentes proyecciones mentales.
El Milagro de los Panes y los Peces, de Jesús, pudo haber sido un tipo de «precipitación» similar, digamos que hizo Tulpas de panes y peces, pero en el máximo del fenómeno de precipitación, con los que el objeto precipitado adquiere densidad completamente material, molecularmente idéntica al «molde» empleado. Actualmente -y como lo han hecho muchos maestros a lo largo de la historia- Sai Baba, en la India, produce los mismos fenómenos, que mucha gente escéptica ha intentado desmitificar con filmaciones en cámara lenta y otros recursos, para concluir en que tanto el «bibuti» (cenizas astrales, similares a la de los inciensos), como algunas joyas, son auténticas precipitaciones. De todos modos, para los investigadores escépticos como el autor de este artículo -y a pesar de conocer por práctica y experiencia la producción de Tulpas- todavía no es posible afirmar la veracidad de los fenómenos de Sai Baba, por falta de contacto personal con él y comprobación directa.
Al margen de los fenómenos que podemos llamar «paranormales», que de por si pueden tener muchas veces igual apariencia pero diversos orígenes o métodos, existe otra faz de la Guerra Kamamanásica, más sutil, más simple si se quiere, pero no menos importante. Si bien la Psicotrónica y sus variantes (así como los fenómenos relacionados) son el arma -o conjunto de armas- más sofisticada en esta Guerra, la INDUCCIÓN DE IDEAS Y EMOCIONES es sin duda la mayor arma en cuanto a uso masivo.