sexta-feira, 15 de dezembro de 2023

Enseñanzas Secretas del Martinismo

Dentro del esoterismo emanado del siglo xvni y tan vivo aún en el pensamiento actual, pocos personajes han influido tanto como Martínez de Pasqually. Denostado por algunos y considerado como un maestro por otros, lo cierto es que sin su legado no podríamos entender la realidad presente del trabajo de ciertas órdenes iniciáticas de Occidente.

A él se debe la fundación en 1754 de la Orden de los Caballeros Masones Elus Cohén del Universo, o Sacerdotes Elegidos, y uno de sus principales discípulos, Louis Claude de Saint-Martin fue a su vez inspirador del Martinismo. Del mismo modo, otro discípulo suyo, Jean-Bap- tiste Willermoz, fundó en el seno de la masonería el Rito Escocés Rectificado.

Si al Martinismo se le añadió un fuerte contenido cristiano, en cambio la Orden de los Elus Cohén nació con una clara inspiración judeocristiana y un procedimiento teúrgico, características que definieron y diferenciaron los rituales de los Elus Cohén del trabajo tradicional de los talleres masónicos.

Poco se sabe de los orígenes de Martínez. Se cree que nació en Grenoble en 1727, pues hasta que inició su actividad pública dentro de la masonería, su pasado está bajo una niebla de incertidumbre, aunque sí se sabe que utilizó nombres y firmas diferentes. Otros le dan un origen español —incluso se cree que pudo nacer en España— y murió en Santo Domingo en 1779.

La base del pensamiento de Martínez de Pasqually la dejó escrita en su obra El tratado de la reintegración de los seres. En esta obra se suma a la idea judeocristiana de la caída y, por tanto, la tarea del ser humano consistiría en retornar a su condición primigenia divina previa a dicha caída.

Para lograr este fin, Martínez apeló a la teúrgia y a la oración como vías de trabajo. Debemos entender la teúrgia en su sentido más clásico; es decir, la invocación de fuerzas y presencias de corte angélico a fin de, primero, establecer contacto con ellas, y luego solicitarles sus beneficios y ayuda espiritual.

La teúrgia ceremonial lleva aparejada una compleja liturgia cargada de solemnidad. Desde los movimientos y gestos particulares y específicos, los objetos y símbolos precisos, hasta los nombres y fórmulas utilizadas, todo debe ser interpretado por los asistentes con esmero y dedicación a fin de obtener aquello a lo que aspiran.

¿Cuáles fueron las fuentes de Martínez para desarrollar su ritual? Es evidente que la masonería fue el terreno donde desarrolló su sistema, pero no es menos cierto que también se basó o tomó inspiración en otras fuentes. Usó mitos provenientes tanto de la masonería como de fuentes judaicas.

Algunos autores refieren que dichas fuentes hay que buscarlas en la cábala operativa que, según parece, aprendió de judíos en España. Esos mismos autores afirman que sus antepasados bien pudieron ser judíos sefardíes. Esta versión no sabemos si es cierta, pero puede tener sentido, ya que el perfume cabalístico empezó a impregnar por aquella época casi cualquier orden o escuela iniciática de Occidente y su Orden de los Elus Cohén no fue una excepción. Pero su mitología encaja igualmente entre las diferentes corrientes gnósticas, siempre ocupadas en mostrar distintas representaciones de la caída y reintegración humanas y de la totalidad de seres espirituales.

Pocas dudas ofrecen sus biógrafos sobre su bonhomía y la sinceridad de su trabajo, un trabajo que él siempre vinculó a la masonería, la cual consideraba que había perdido, en aquel tiempo, su naturaleza iniciática en aras de otras pretensiones.

Las páginas que van a leer a continuación, les introducirán en la vida y obra de este singular personaje de modo magistral, además de informarle de todas las vicisitudes que vivió su Orden, de las relaciones que mantuvo con otros ritos y obediencias, de sus principales discípulos como los mencionados Saint-Martin y Willermoz, y sus respectivas obras y fundaciones y, sobre todo, le permitirá reflexionar sobre el verdadero significado y naturaleza de su enseñanza y de su trabajo iniciático.

Un libro indispensable para entender a un hombre y un tiempo que marcaron de modo indeleble el devenir de las Ordenes iniciáticas de Occidente.

Respecto al autor, Franz von Baader (1765-1841), alemán de religión católica, conviene recordar su altura espiritual e intelectual. Fue médico, filósofo, místico y escritor. Admirador de Jacob Boheme, él fue a su vez uno de los inspiradores de su amigo Hegel, al que hizo conocer la obra del místico Meister Eckhart. Siendo médico, sintió una especial admiración por Paracelso. Sus obras tuvieron una marcada influencia en Kierkegaard.

El resto del texto es un completo estudio histórico sobre el Martinezismo y el Martinismo, y se debe a René Phili- pon, que lo firma bajo el nombre de Caballero de la Rosa Creciente. Destaca su aportación documental y la solidez de sus argumentos, por lo que ofrece al lector una impagable mirada a una época y a unos acontecimientos que marcaron el futuro de las más importantes Ordenes iniciá- ticas de Occidente.

Sirva esta resumida reseña para enfatizar aún más el calado de la obra que aquí se les presenta y que confiamos sirva para incrementar el acervo cultural de nuestro panorama editorial.