sábado, 11 de janeiro de 2025

Aura y Ectoplasma


Según creencias espirituales y en el ámbito de la parapsicología, un aura o campo de energía humana es una emanación de color que se dice que envuelve o rodea al cuerpo humano así como a cualquier animal u objeto,​ la cual sería invisible para la gran mayoría de los seres humanos.​ En algunas variantes esotéricas, el aura se describe como un cuerpo sutil.​ Los psíquicos y los practicantes de la medicina holística a menudo afirman tener la capacidad de ver el tamaño, color y el tipo de vibración de un aura. El aura es mencionada a veces como el arcoíris humano y por esta razón, desde la perspectiva religiosa, estaría en relación con la diosa griega Iris o el Bifrost de los cultos nórdicos.

En la medicina alternativa espiritual, se suele considerar al aura como parte de una anatomía oculta que refleja el estado del ser y la salud de un sujeto, y a menudo se postula que incorpora centros de fuerza vital llamados chakras. Estas afirmaciones no están respaldadas por evidencia científica y, por lo tanto, son consideradas pseudociencia. Cuando se han realizado experimentos científicos controlados al respecto, ha sido imposible demostrar que exista la capacidad de ver auras.

En latín y griego antiguo, aura significa viento, brisa o aliento. Se usó en inglés medio para significar "brisa suave". A fines del siglo XIX, la palabra se usó en algunos círculos espiritualistas para describir una supuesta emanación sutil alrededor del cuerpo.

El concepto de las auras fue popularizado por primera vez por Charles Webster Leadbeater, un ex sacerdote de la Iglesia de Inglaterra y miembro de la Sociedad Teosófica mística.​ Leadbeater había estudiado teosofía en la India y creía que tenía la capacidad de usar poderes de clarividencia para realizar investigaciones científicas.​ Afirmaba haber descubierto que la mayoría de los hombres provienen de Marte, pero que los hombres más avanzados provenían de la Luna. También que los átomos de hidrógeno están formados por seis cuerpos contenidos en forma de huevo.​ En su libro "Man Visible and Invisible" publicado en 1903, Leadbeater ilustró el aura del hombre en varias etapas de su "evolución moral", desde el "salvaje" hasta el santo.

En 1910, Leadbeater introdujo la concepción moderna de las auras incorporando la noción tántrica de los chakras en su libro "The Inner Life" .​ Leadbeater no se limitó a presentar las creencias tántricas a Occidente, sino que las reconstruyó y reinterpretó mezclándolas con sus propias ideas, sin dar reconocimiento a las fuentes de estas innovaciones. Algunas de las innovaciones de Leadbeater describen los chakras como vórtices de energía y asocian cada uno de ellos con una glándula, un órgano y otras partes del cuerpo.

En los años siguientes, las ideas de Leadbeater sobre el aura y los chakras fueron adoptadas y reinterpretadas por otros teósofos como Rudolf Steiner​ y Edgar Cayce, pero su anatomía oculta siguió siendo de menor interés dentro de la contracultura esotérica hasta la década de 1980, cuando fue retomada por el movimiento de la Nueva Era.

En 1977, el esoterista estadounidense Christopher Hills publicó el libro Nuclear Evolution: The Rainbow Body, que presentaba una versión modificada de la anatomía oculta de Leadbeater.​ Mientras que Leadbeater había dibujado cada chakra con formas intrincadamente detalladas y múltiples colores, Hills los presentó como una secuencia de centros, cada uno asociado con un color del arcoíris. La mayoría de los escritores posteriores de la Nueva Era basaron sus representaciones del aura en la interpretación de Hill de las ideas de Leadbeater.​ Los chakras se convirtieron en parte de las principales especulaciones esotéricas en las décadas de 1980 y 1990. Durante esos años se desarrollaron muchas técnicas de la Nueva Era que tienen como objetivo eliminar los "bloqueos" de los chakras, como la curación con cristales y el aura-soma.​ Los chakras estaban, a fines de la década de 1990, menos conectados con su raíz teosófica e hinduista, y más infundidos con las ideas de la Nueva Era. Una variedad de libros de la Nueva Era propusieron diferentes vínculos entre cada chakra y colores, rasgos de personalidad, enfermedades, sacramentos cristianos, etc.

Varios tipos de sanación holística dentro del movimiento de la Nueva Era afirman utilizar técnicas de lectura o visualización del aura, como la terapia bioenergética, energía espiritual y medicina energética.


Fotografía de Auras

Se han realizado numerosos intentos de capturar un campo de energía alrededor del cuerpo humano. Los cuales se remontan a fotografías del médico francés Hippolyte Baraduc en la década de 1890. La fotografía de aparentes "auras" es posible debido al calor que emana del cuerpo de un organismo, el cual es observable en forma de radiación infrarroja. En 1939, Semyon Kirlian descubrió que al colocar un objeto o parte del cuerpo directamente sobre papel fotográfico y luego hacer pasar una corriente eléctrica de alto voltaje a través del objeto, se obtenía la imagen de un contorno brillante que rodea al objeto. Este proceso pasó a conocerse como fotografía Kirlian.

Algunos parapsicólogos, como Thelma Moss de UCLA, han propuesto que estas imágenes muestran niveles de poderes psíquicos y bioenergías. Sin embargo, los estudios científicos han encontrado que el efecto Kirlian es simplemente un fenómeno causado por la presencia de humedad en el objeto fotografiado. La electricidad produce un área de ionización de gas alrededor del objeto si está húmedo, (lo cual que es el caso de todos los seres vivos) y esto provoca una alternancia del patrón de cargas eléctricas en la película fotográfica. En ausencia de electricidad o aire (o cualquier elemento gaseoso) no se produce ningún efecto corona. Por tanto, el efecto no es inherente al ser humano, y no muestra ninguna característica de este ni otras atribuciones que se han hecho desde diferentes sectores de lo paranormal, sucediendo lo mismo con otros organismos vivos y seres inertes.Para probar lo anterior, se tomaron fotografías Kirlian en el vacío. En ninguna de las fotografías apareció ningún aura.

Después de rigurosas experimentaciones, no se ha descubierto ningún "proceso misterioso" o esotérico en relación con la fotografía kirlian.

Los intentos más recientes de capturar auras incluyen las cámaras y el software "Aura Imaging" introducido por Guy Coggins en 1992. Coggins afirma que su software utiliza datos de biorretroalimentación para colorear la imagen del sujeto. La técnica no ha dado resultados reproducibles.


Pruebas, demostraciones y críticas

Cuando las supuestas habilidades psíquicas para observar auras o sus "emanaciones" han sido puestas a prueba, el resultado ha sido que dichas "habilidades" fallan repetidamente las pruebas.

Una de dichas pruebas implicó colocar a las personas en una habitación oscura y pedirle al psíquico que indicara cuántas auras podía observar. Solo se obtuvieron resultados similares a los que se obtendrían adivinando al azar.

El "reconocimiento de auras" ha sido ocasionalmente puesto a prueba en programas de televisión. Una prueba realizada frente a una audiencia en vivo involucró a una "lectora de aura" del Berkeley Psychic Institute (BPI) de pie en un lado de una habitación con una partición opaca que la separaba de varios compartimentos que podrían contener personas reales o maniquíes. La lectora de auras no fue capaz de identificar los compartimentos que contenían personas y afirmó -incorrectamente- que todos contenían personas, cuando solo 6 de los 20 compartimientos tenían personas, siendo los demás maniquíes.

En otra prueba televisada, se colocó otro lector de aura frente a una partición donde estaban paradas cinco personas. El lector de auras afirmó que podía ver sus auras desde detrás de la partición. A medida que cada persona salía de la partición, se le pidió al lector que identificara dónde estaba parada esa persona detrás de la partición. Identificó correctamente a 2 de 5, lo cual es consistente con lo que se puede adivinar al azar.

Los intentos de probar científicamente la existencia de auras han fracasado repetidamente. Por ejemplo, las personas no pueden ver las auras en completa oscuridad, y las auras nunca se han utilizado con éxito para identificar a las personas cuando sus características identificatorias físicas (altura, color de piel, tono de voz, silueta, etc.) se ocultan de otra manera en las pruebas controladas.

En 1996, la Fundación James Randi y la Asociación de Filadelfia para el Pensamiento Crítico realizaron una invitación a más de 60 "enfermeras del toque terapéutico" ―incluyendo a Dolores Krieger (profesora de enfermería en la Universidad de Nueva York, e inventora del toque terapéutico en los años setenta)―, y ofrecieron 742 000 dólares a cualquiera que pudiera demostrar su habilidad para detectar el aura. Solo una enfermera aceptó la invitación, pero obtuvo resultados no significativos estadísticamente. Su rendimiento fue del 55 %, ya que solo identificó correctamente a 11 sujetos de 20 como enfermos o sanos.

En 1998, Emily Rosa, una niña de 11 años, se convirtió en la persona más joven que ha publicado un artículo en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA). Su trabajo sobre el toque terapéutico desmontó las afirmaciones de sus practicantes de que son capaces de detectar el aura de una persona. En su experimento participaron practicantes del toque terapéutico. Cada uno de ellos se sentó al lado de una pantalla opaca introduciendo sus manos a través de unos agujeros. Emily lanzó en cada ocasión una moneda al aire para decidir a cuál de las dos manos del enfermero acercaba las suyas. El enfermero debía detectar su aura y decir a qué mano se había acercado. Aunque todos los participantes afirmaron ser capaces de realizar correctamente la prueba, los resultados estuvieron en contra de tales afirmaciones, ya que acertaron un 44 % de las veces, ligeramente peor que por puro azar.

Un estudio de 1999 concluyó que las señales sensoriales convencionales, como el calor corporal irradiado, podrían confundirse con la evidencia de este supuesto fenómeno metafísico.


Explicaciones Científicas

Los científicos han concluido repetidamente que no existe la capacidad de ver auras.

Los estudios en condiciones de laboratorio han demostrado que, en cambio, las aparentes percepciones de auras son mejor explicadas como ilusiones visuales conocidas como imágenes residuales.

Los neurólogos sostienen que las personas pueden creer percibir auras debido a efectos dentro del cerebro: epilepsia, migrañas o la influencia de drogas psicodélicas como el LSD.

Se ha sugerido que la aparente percepción de auras puede resultar de los efectos de la sinestesia. Sin embargo, un estudio de 2012 no descubrió ningún vínculo entre las auras y la sinestesia, y concluyó que "las discrepancias encontradas sugieren que ambos fenómenos son fenomenologicamente y comportamentalmente disimilares".​ El neurólogo clínico Steven Novella ha escrito: "Dado el peso de la evidencia, parece que la conexión entre las auras y la sinestesia es especulativa y se basa en similitudes superficiales que probablemente sean coincidencias".

Bridgette Perez, en una reseña del Skeptical Inquirer, escribió: "Las distorsiones perceptivas, las ilusiones y las alucinaciones pueden promover la creencia en las auras. . . Factores psicológicos, incluida la absorción, la propensión a la fantasía, la viveza de las imágenes visuales y las imágenes residuales, también pueden ser responsables de los fenómenos del aura"

El psicólogo Andrew Neher ha escrito que "no hay buena evidencia para apoyar la noción de que las auras sean, de alguna manera, un fenómeno de origen psíquico".

Algunos autores encuentran incoherente la impercepción sensitiva con su relación con la percepción física del ojo y el espectro de frecuencias visible.


En la cultura popular

El libro El tercer ojo, escrito por Cyril Henry Hoskin bajo el seudónimo de Lobsang Rampa, afirma que los monjes tibetanos abrían el tercer ojo espiritual usando trepanación para acelerar el desarrollo de la clarividencia y permitirles ver el aura. También incluye técnicas de observación del cuerpo que pretenden ayudar a lograr la visualización del aura.53​ El libro es considerado una farsa.


Ectoplasma

El ectoplasma (también llamado simplemente ecto) es una materia viva hipotética presente en el cuerpo físico de todo ser vivo, capaz de asumir estados líquidos o sólidos y sus propiedades. La denominación "ectoplasma" fue propuesta por Charles Richet. Es generalmente descrita por los médiums físicos. El ectoplasma fluiría en la oscuridad a través de los poros y los distintos orificios del cuerpo, teniendo normalmente un aspecto luminoso. En general es un intento de respaldo científico a algunos conceptos metafísicos, en especial apariciones de fantasmas, espíritus y otros entes de estilo paranormales.

La palabra ectoplasma fue acuñada en 1894 por el investigador psíquico Charles Richet. Aunque el término está muy extendido en la cultura popular​, no hay evidencia científica de que el ectoplasma exista​ y muchos supuestos ejemplos fueron expuestos como engaños fabricados con gasa , estopilla u otras sustancias naturales.

Sería un fluido etérico semimaterial que emana supuestamente de los médiums en el trance. Estos detallan que cuando el ectoplasma ocurre (en general) baja la temperatura del lugar. Tendría un olor característico y sería frío al tacto.

Los médiums afirman que en ocasiones podría llegar a conformar cuerpos enteros, y en estos casos se moverían con vida propia, hablando o caminando con una total independencia. Afirman que poseen funciones fisiológicas como pulso, tensión arterial, temperatura corporal, y respiran. Todo ello, mesurable y asimilable a los valores normales del ser humano.

El médium, en la supuesta producción, afirma que experimenta (o registra) una disminución de masa; la recupera una vez absorbido de nuevo el ectoplasma. De querer tomar una sustracción con fin de análisis científico infligiría al médium un supuesto "sufrimiento intolerable".

Energía no Esoterismo


El término "energía" es usado por escritores y practicantes de varias formas esotéricas de espiritualidad y medicina alternativa para referirse a una variedad de fenómenos.​ No hay evidencia científica de que esta energía exista. Aquellas terapias que pretenden usar, modificar o manipular energías desconocidas se encuentran entre las más contenciosas de todas las medicinas complementarias y alternativas. Las afirmaciones relacionadas con las terapias energéticas son a menudo anecdóticas (provenientes de historias individuales), y no basadas en pruebas empíricas repetibles y comprobables.

Conceptos como "fuerza vital" y "élan vital" existen desde la antigüedad y resurgieron a partir del debate sobre el vitalismo en los siglos XVIII y XIX con Mesmer y su concepto del magnetismo animal. Los mismos continuaron siendo discutidos en el siglo XX por algunos pensadores y practicantes del movimiento de la Nueva era.

A medida que los biólogos estudiaban la embriología y la biología del desarrollo, particularmente antes del descubrimiento de los genes, se postuló una variedad de fuerzas organizativas para explicar sus observaciones. El biólogo alemán Hans Driesch (1867–1941) propuso la entelequia, una energía que creía controlaba los procesos orgánicos relacionados con las enzimas. Sin embargo, tales ideas están desacreditadas y la ciencia moderna ha abandonado el intento de asociar propiedades energéticas adicionales con la vida.

Según Brian Dunning, el término científico "energía" es, de hecho, mal utilizado en el contexto de la espiritualidad y la medicina alternativa:

Eso es todo lo que la energía es: Una medida de capacidad de trabajo. Pero en la cultura popular, "energía" se ha convertido en un sustantivo. Con frecuencia se habla de "energía" como si fuera una cosa en sí misma, como una región de poder resplandeciente, que puede ser contenida y utilizada. Aquí hay una buena prueba: Cuando escuche el uso de la palabra "energía", sustitúyala con la frase "capacidad medible de trabajo". ¿El uso de la palabra todavía tiene sentido? Recuerde, la energía misma no es lo que se mide: la energía es la medición del trabajo realizado o de la capacidad de trabajo potencial... Por lo tanto, este concepto de la Nueva Era de que el cuerpo tiene un "campo de energía" está fatalmente condenado. No existe tal cosa como un campo de energía; son dos conceptos no relacionados

Brian Dunning.


A pesar de la falta de apoyo científico, los escritores y pensadores espirituales han mantenido sus ideas sobre la energía y continúan promoviéndolas como alegorías útiles o como hechos reales.9​ El campo de la medicina energética pretende manipular la energía, pero no hay evidencia creíble que lo respalde.

El concepto de la energía del "qi" aparece en toda la cultura tradicional de Asia oriental, como en el feng shui y las artes marciales chinas.​ La filosofía del Qi también incluye la noción de "qi negativo", entendido típicamente como la introducción de estados de ánimo negativos como el miedo absoluto o expresiones más moderadas como la ansiedad social o la incomodidad. Desviar este qi negativo a través de la geomancia es una preocupación en el feng shui. La explicación tradicional de la acupuntura afirma que funciona mediante la manipulación de la circulación del qi a través de una red de meridianos. De forma similar, en el marco del hinduismo, se encuentra el concepto del prana (prāṇa), cuya palabra en sánscrito significa 'aliento' o ‘aire inspirado’; y que es usada para describir la fuerza o energía vital que impregna la realidad en todos los niveles, incluidos los objetos inanimados.


Ubicaciones

Hay varios sitios naturales sagrados que las personas de varios sistemas de creencias encuentran numinosos o que tienen una "energía" significativa para los humanos.​ La noción de que algún tipo de "energía negativa" es responsable de crear o atraer fantasmas o demonios es común en la cultura paranormal contemporánea, tal como se ejemplifica en los programas de televisión Estado paranormal y Cazadores de fantasmas.

Prana y Pranayama


En el marco del hinduismo, el praná o prāṇa es una palabra en sánscrito que significa 'aliento' o ‘aire inspirado’, y que representa la fuerza o energía vital; la cual impregna la realidad en todos los niveles, incluidos los objetos inanimados. Su concepto sería similar al concepto griego de Pneuma.


Etimología

prāṇa, en el sistema AITS (alfabeto internacional para la transliteración del sánscrito), en escritura devanagari del sánscrito.

Pronunciación: /praná/.

No se pronuncia /prána/, que significa ‘lleno, completo’, siendo prā: ‘cumplimiento’ (como en kama pra: ‘el cumplimiento de un deseo’).

Etimología: el sustantivo prāṇá proviene del verbo prāṇ: ‘aspirar’, que está relacionado con pra-an, siendo pra: ‘completar’; y an (ā́nīt en el Rig-veda 10, 129, 2), ‘respirar, jadear, boquear, respirar con dificultad’.


Significado

La primera mención de la palabra praná aparece en el Rigveda (el texto más antiguo de la India, de mediados del II milenio a. C.), donde significa ‘respiración’ en el sentido de ‘vida’.

"El aire y el oxígeno que hay en el prana pueden considerarse como sus manifestaciones, pero no constituyen el prana en sí mismo. El prana es más sutil, más fundamental que cualquier tipo de gas".

praná já: ‘matar la vida’.

praná niján: ‘destruir la vida’, matar.

praná much: ‘privar de la vida’, matar.

praná paritiash: abandonar la vida, morir.

praná raksa: ‘salvar la vida’.

tuam me praná: ‘tú, para mí, la vida’.

Otras combinaciones de palabras:

pati-praná: una mujer cuyo esposo es tan querido como su propia vida; en el Jitopadesa.

praná-grajá: ‘captador de respiración’, ‘agarrador de aire’, la nariz (término masculino, en sánscrito); en The practical sanskrit-english dictionary, de V. S. Apte.

praná-grajá: ‘captador de vida’, un tipo de recipiente para la droga alucinógena soma; en el Taitiríia-samjita.


Canales de praná

Según la medicina del Ayurveda y el yoga, el praná (la fuerza vital representada en el ‘aire inspirado’) fluye a través de una red de canales llamados Nadís, que están distribuidos por todo el cuerpo, se dice que está asociado con la red de arterias y venas aunque esto no ha sido comprobado

Según la Chāndogya Upaniṣad (texto en sánscrito de mediados del I milenio a. C.), el aire inspirado ―no se habla allí de «fluido magnético»― circula por tres nadís (‘tubos’ en idioma sánscrito):

Susumná: tubo central, este canal va desde el Mūlādhāra (el primer chakra ubicado entre los genitales y el ano) hasta el Sahasrara (el séptimo y último chakra ubicado en la coronilla).

Ida: es el canal que va desde el lado izquierdo del cuerpo, y a su vez del Susumná, pasa por cada chakra alternando de lado a lado, y llega hasta el Sahasrara.

Pingalá: es el canal que va desde el lado derecho del cuerpo, y a su vez del Susumná, pasa también por cada chakra alternando de lado a lado, y llega hasta el Sahasrara.

En las prácticas del pranayama, el "Nadi Shodan" (que consiste en ir tapando con el dedo anular y pulgar consecutivamente una y otra fosa nasal, mientras se inspira y espira) permite que el praná fluya mejor por el cuerpo, y se eliminan los bloqueos en los Nadis, así como la eliminación de toxinas de la sangre. Con la aparición de la medicina Ayurveda (hacia el siglo IV a. C.) se pudo conocer más del interior del cuerpo humano.

La tradición define Pranotthana como aquella situación en que el Praná entra en un período de intensa actividad.


Cinco pranás

Hay cinco tipos de praná (aire):

praná propiamente dicho: el aire (fuerza vital) que se inspira.

udana: el prana que está en la garganta y sube (no especifica si sube para salir al exterior por la boca o la nariz, o si sube a la cabeza para llevarle vida). Aparece ya en el Atharvaveda (11, 8, 4), el cuarto libro más antiguo de la India, de fines del II milenio a. C.

viana: el prana que circula o se difunde por todo el cuerpo. En el Atharvaveda aparece personificado como hijo de Apaná (personificación del flato).

samaná: es el prana que hace ruido en el estómago (ventris crépitus o ‘crepitar del vientre’ en latín). Circula al nivel del ombligo y es esencial para la digestión de los alimentos. En Átharva-veda aparece personificado como hijo de Sadhia.

apaná:el prana hacia abajo, asociado al flato (aire intestinal), aire especial para empujar el excremento (cuando se cierra la garganta y se hace fuerza hacia abajo, en realidad no es un aire especial, sino que los músculos del tórax empujan los pulmones hacia abajo, oprimiendo el diafragma y los intestinos que este cubre).

El Praná en el Yoga

El praná como uno de los koshas

Kosha en sánscrito, quiere decir funda o envoltura, del ser, del alma. Son representaciones para entender como somos. El humano tiene 5 koshas y el praná-maya-kosha constituye la cuarta ‘funda o envoltura’


El atman (el "alma") está cubierta por cinco koshas:

Ananda-Maya-Kosha (funda o envoltura de la felicidad) Cuerpo causal, en el que se trasciende y se tiene felicidad plena.

Vigñana-Maya-Kosha (funda o envoltura del conocimiento) La envoltura intelectual, cuando el aprendizaje de mano maya kosha se convierte en conocimiento.

Mano-Maya-Kosha (funda o envoltura de los sentidos) es el uso de los sentidos del exterior hacia el interior del ser, es decir, como se absorbe y digiere la información externa en aprendizaje útil.

Praná-Maya-Kosha (funda o envoltura del prana) energética, compuesta por el prana o energía vital.

Anna-Maya-Kosha (funda o envoltura de la energía manifestada), la más burda, es la envoltura del cuerpo físico, el que se puede palpar y con el que se es visto.


Prāṇāyāma

Prāṇāyāma es un término común para varias técnicas de yoga que tienen como objetivo acumular, expandir y trabajar con prana.

Pranayama es una de las ocho ramas del yoga y es una práctica de técnicas de control de la respiración específicas y, a menudo, intrincadas. La dinámica y las leyes de Prana se entendieron a través de la práctica sistemática de Pranayama para obtener dominio sobre Prana.


El Praná en el Ocultismo europeo

Según el ocultismo occidental, y el yoga, el praná no sería el significado literal de 'aire inspirado' sino corresponde a una energía universal invisible e inmedible que se encuentra en todo el cosmos, tanto en las cosas animadas como inanimadas, este ingresa en el cuerpo a través de la respiración. Los nadís no serían entonces los tubos por donde corre el prana dentro del cuerpo, sino canales akásicos o etéricos (siendo akasha ‘éter’ en sánscrito) por donde fluye la energía, penetrando de esta manera todas y cada una de las partes del cuerpo, renovándolas, y rejuveneciendolas. Esos canales estarían distribuidos y entretejidos en todo el cuerpo, y a través de ellos fluiría la energía praná.

Según la escritora ucraniana Helena Blavatsky (1831-1891) la interrelación de los canales energéticos susumná, ida y pingalá se simboliza con el caduceo del dios romano Mercurio. Igualmente postuló que el ser humano posee una constitución septenaria, de la que el praná sería el sexto principio:

"brahman (divinidad)

atman (alma).

buddhi (inteligencia).

manas (mente).

kama-manas (mente deseante).

cuerpo astral.

""Praná"".

cuerpo físico.


El escritor ocultista británico C. W. Leadbeater (1854-1934) escribió que el praná sería una energía que viene dentro del aire inspirado, que corre por los nadís y es utilizada por medio del aparato circulatorio y el sistema nervioso. ​Él diferenciaba el praná del mesmerismo o "magnetismo humano", que es el «fluido peculiar» de los nervios, especializado en la médula espinal y constituido por la energía vital entremezclada con la kundalini.


Equivalencia del praná ocultista en la medicina china

En la medicina china tradicional, especialmente en la acupuntura y sus derivaciones, el equivalente al praná ― es el qui.


Pranayama

El término sánscrito prāṇāyāma o pranaiama o pranayama (‘control de la respiración’) designa los ejercicios respiratorios del yoga que conducen a la concentración y control del prana (energía vital o sutil que circula por los nadis y está contenida en la respiración dentro del organismo).​ Los pranāyāma​ se describen en textos hindúes como el Bhagavad Gita y los Yoga-sutra de Patañjali. Más tarde, en los textos del Hatha-yoga-pradípika, significó la suspensión completa de la respiración.

En chino, el término chi, es el equivalente al prana que describieron los rishis de la civilización védica.


Nombre

prāṇāyāma, en el sistema AITS (alfabeto internacional para la transliteración del sánscrito), en escritura devanagari del sánscrito.

Pronunciación: /pranáiama/ o /pranaiáma/.


El término sánscrito pranaiama significa ‘control de la respiración’ o ´dirigir la respiración´.


prāṇá: aire, respiración, vida, aire inspirado, fuerza vital

iāma: controlar o dirigir.

Según algunos grupos de yoga, pranaiama significaría ‘expansión de la respiración’:


prāṇá: respiración;

āiāma: estirar, extender; detener; expandir la longitud (ya sea en el espacio o en el tiempo), la duración de una respiración


Prana

Práctica

Durante el momento del sandhiá (las divisiones del día: el amanecer, el mediodía y el atardecer) se realizan tres ‘ejercicios de respiración’ que son:


pūraka

rechaka

kumbhaka


Chakra


Según la doctrina hinduista,​ los chakras​ son centros de energía inconmensurable (no medible) situados en el cuerpo humano. Según los libros sagrados del hinduismo, los chakras que concentran el prana son seis o siete dependiendo de las diferentes tradiciones hinduistas, y siete según la teosofía5​ de fines del siglo XIX, el gnosticismo6​ de mediados del siglo XX y la nueva era de fines del siglo XX.


Etimología

La palabra sánscrita cakra (aprox. "chakra") significa ‘círculo’ o ‘disco’.

cakra, en el sistema AITS (alfabeto internacional para la transliteración del sánscrito), en escritura devanāgarī del sánscrito.

Pronunciación:

/chakrá/ o /chakrám/ en sánscrito védico.

[ˈʨʌkrə̃] en AFI (alfabeto fonético internacional).

/chákra/, en inglés y en otros idiomas influidos por este, como el español.

/chákr/ o /chókr/, en idiomas modernos de la India.

Etimología: ‘círculo, disco, rueda’; proviene posiblemente de la raíz sánscrita char: ‘moverse [las personas, los animales, el agua, los barcos, los astros]’; o de la raíz sánscrita kri (según Panini, en el Nirukta, 6.1.12) y el Kashiká-vritti).​ A su vez, el término chakra deriva del idioma protoindoeuropeo *kweklos (/kuéklos/), de la que también derivaron:

el griego antiguo κύκλος (/kíklos/)

de esta palabra griega deriva la española «ciclo»

el latín circus (/kírkus/) y su diminutivo circulus (/kírkulus/)

de esta palabra latina deriva las españolas «circo» y «círculo».

el protogermánico *hwel- (/juél/): ‘rueda’.

de esta palabra germánica deriva la inglesa wheel (/uíil/).

Desde el siglo III a. C. (en el texto epicorreligioso Majabhárata), el dios Visnú sostiene en una de sus cuatro manos un disco llamado Súdarsan chakra.


Historia de los Chakras Hinduistas

La Yoga-kundalini-upanishad (uno de los más de cien antiguos textos hinduistas Upanishad) menciona brevemente el nombre de los seis chakras:

muladara​ (‘sostén de la raíz’), la zona entre el ano y los genitales, justo donde se apoya el cuerpo al sentarse con las piernas cruzadas.

suadishtana (‘su-propio lugar-de-estar’), la región umbilical, junto al ombligo.

manipura (‘joya-ciudad’), la punta del estómago o epigastrio, junto al bazo.

anajata (‘no-herido’ o ‘no-golpeado’), en el centro del pecho, junto al esternón.

vishuda (‘muy puro’), en la laringe, a la altura de la garganta.

añakia (‘conocer por el entendimiento’), que se ubica en el entrecejo.

En la creencia vajrayāna del budismo tibetano (a lo largo del I milenio d. C.) también se menciona a los seis chakras por sus nombres en sánscrito, y se los describe meramente como «centros de energía».

En el siglo XV, el Yoga-tattua-upanisad menciona que cuando la Chitta (mente) del yogui despierta, esta entra en el canal sushumná y en los chakras.

En la India se creía que el aire aspirado (prana) recorría el cuerpo, dándole fuerza. La función de los chakras era la de recibir, acumular y distribuir esos aires.

Los chakras se describen alineados desde la base de la columna vertebral, o, más exactamente, en un nadi central a lo largo del raquis y hasta la mollera o vértex, llamada abadhuti. En el chakra muladhara (en el perineo), yacería dormida la energía kundalini, la cual se representa mediante la imagen de una serpiente enroscada.

El propósito del yoga es despertar y elevar esta serpiente a través del canal central sushumna pasando por todos los chakras, hasta lograr, según la doctrina a seguir, que se una con Brahman (el dios abstracto que representa lo absoluto), y/o con Shivá (la conciencia); lo que se logra en el chakra superior sahasrara (para las doctrinas que consideran la existencia de este séptimo chakra).


Los Chakras en la Teosofía

A fines del siglo XIX, la teosofía ―en su acercamiento al hinduismo― mostró un creciente interés por los chakras.

En la creencia teosófica tántrica, tiene importancia un libro, publicado en 1918 por el británico Arthur Avalon (sir John Woodroffe, 1865-1936), titulado The serpent power (El poder de la serpiente, en español),​ que Avalon afirmaba que era la traducción de dos textos sánscritos: el Shat-chakra-nirupana (‘apariencia de los seis chakras’) y el Padaka-pañchaka.

A fines del siglo XIX, Avalon ―pese a sus posturas preternaturalistas― suponía que los chakras se correspondían en gran medida con los plexos nerviosos. Él suponía que los chakras tienen alguna relación con las glándulas endocrinas, por lo que sostenía que la ejercitación de los chakras generaría algunas hormonas.

Algunos autores y seguidores de esta creencia consideran que estos elementos tienen existencia real, aunque espiritual. Mircea Eliade (1907-1986) le llamaba «fisiología sutil», y afirmaba que los chakras serían alegorías para practicar una autohipnosis yóguica, a fin de lograr el samadhi, la ‘absorción completa’, a la que Mircea Elíade llama también «enstasis», y Paul Masson-Oursel (1882-1956) «isolación».

Estas ideas fueron desarrolladas por el obispo británico C. W. Leadbeater (1854-1934), en su libro Los chakras (1927), que se refiere a sus propios descubrimientos acerca del tema. Después, escritores contemporáneos han escrito su opinión acerca de los chakras con detalles, incluyendo su color y sus variadas funciones.

Según Leadbeater, los chakras se encuentran en los cuerpos sutiles del ser humano, llamados kama-rupa (‘forma del deseo’) o linga sharira (‘cuerpo simbólico’).


Los Siete Chakras

Los escritores de la teosofía (creencia esotérica occidental de fines del siglo XIX) consideraban que los chakras no debían ser solo los seis descritos dentro del cuerpo del individuo en la tradición hinduistas, sino los siete descritos.

Así, según la Teosofía un séptimo chakra, el sajasra-ara (‘mil-rayos de una rueda’), presentaría la forma de una flor de loto invertida, que sería invisible y se encontraría en la cabeza. Por ser el último chakra en orden cronológico de creación, algunos lo consideraron el más importante, y otros el menos importante.

Actualmente, los creyentes en esta doctrina de los chakras afirman que en realidad el número de chakras no es seis (como afirmaban los textos sagrados hinduistas) sino mucho mayor, ya que dicen que existiría un chakra en cada punto donde se cruzan dos o más canales energéticos, y estos serían innumerables. Sin embargo la creencia principal es que existirían siete chakras (el número propuesto por los británicos).


Descripción moderna de los siete chakras

Si bien los textos tradicionales hinduistas no atribuyen un color a los chacras, la siguiente descripción más popular se puede encontrar en todos los sitios web sobre este tema. Ninguno aporta evidencia alguna acerca de quién fue la primera persona que adjudicó colores a los chakras; si bien se puede postular que se les asignó a partir de la tradiciones más modernas presentes en las creencias de la nueva era o de grupos ocultistas, referente a los diferentes colores que se le asignan al aura según las diferentes emociones o personalidades del individuo. Asignándoles los siguientes colores:


muladhara. De color rojo, es el chakra raíz y se relaciona con todos los aspectos de la existencia física del ser humano.

swadishtana. De color anaranjado, es el chakra del hueso sacro y rige nuestras emociones, creatividad y placer.

manipura. De color amarillo, es el chakra del plexo solar y acoge el «poder» personal.

anahata. De color verde, es el centro del corazón y está asociado al amor.

vishudha. De color azul turquesa, es el chakra de la garganta y es el responsable de la comunicación.

ajna. De color azul índigo, es el tercer ojo y es el centro de la intuición.

sahasrara. De color blanco o morado, es el chakra corona y es el centro de conexión espiritual.

Sortilegio


El sortilegio era la práctica de la adivinación del futuro mediante artes mágicas (la palabra se deriva del latín sortis, suerte, y legĕre, leer). No obstante, en la época moderna y contemporánea, el término sortilegio se ha convertido generalmente en sinónimo de hechizo o hechizamiento, mientras que para la adivinación en sus distintas formas se ha adoptado el término videncia.

El término "sortilegio" proviene de "sortis" (suerte) y "legis" (lectura), o sea el arte de leer las señales que aparentemente suceden antes de un evento, conocido no como el arte adivinatorio, sino como el arte de interpretar los sucesos futuros mediante las señales que actúan en el presente.

Así pues, en el concepto de sortilegio se incluyen todas las mancias. Entre ellas cabe destacar, por su relevancia social, la cartomancia o tarotismo —adivinación mediante el uso de naipes de juego u otros diseñados a tal efecto—; la quiromancia o lectura de la palma de la mano; la cafemancia o adivinación mediante la lectura de los posos del café u otras infusiones, y la cleromancia en el carácter o personalidad del autor de un manuscrito, puede también considerarse una forma de sortilegio.

Algunas variantes del espiritismo actual, así como el juego de la ouija, podrían considerarse una forma de psicomancia o nigromancia (adivinación invocando a los espíritus de los muertos). Cuando para la adivinación se invoca a espíritus malignos o demonios, entonces se denomina demonomancia.

Se han perdido, pero están bien documentadas, las prácticas de adivinación mediante el oráculo, la observación de los fenómenos atmosféricos (como la aeromancia) y el estudio de las entrañas de peces o aves e incluso de personas, tal como refiere Heródoto respecto de Menelao.

Algunas religiones, como el Cristianismo, prohíben específicamente a sus seguidores el uso de los sortilegios, si bien admiten como parte de su cuerpo de creencias la existencia de videntes de inspiración divina, llamados profetas.

En general, las diversas culturas han practicado la adivinación o sortilegio mediante casi todos los métodos a su alcance, incluyendo los más mundanos y singulares. Para la práctica de las mancias, casi todos los grupos humanos han recurrido a personas revestidas de alguna cualidad de corte sacerdotal o de algún otro modo iniciática o especial ("poseer don", etcétera), desde los hechiceros neolíticos a los modernos videntes telefónicos.

Con toda probabilidad, el concepto de sortilegio surge ante la necesidad de interpretar relaciones causales no evidentes por sí mismas milenios antes de que apareciera el método científico. El color de las entrañas de un pez, por ejemplo, puede estar vinculado con los resultados de la cosecha del año próximo debido a la calidad de las aguas del río. En ausencia del método científico, se establece una relación directa entrañas del pez -> cosecha del año próximo aparentemente adivinatoria y de carácter mágico, que se va envolviendo en una liturgia hasta que pierde su sentido originario y, por asociación, surgen relaciones nuevas de carácter supersticioso que conforman nuevos sortilegios.


Ente las definiciones dadas en el análisis de la palabra “sortilegio”, dos se refieren:

-a la lectura inteligente (no como adivinación), es decir, al análisis de los acontecimientos que derivan en un hecho evidente; -a la manipulación inteligente de los hechos o acontecimientos mediáticos que propicien resultados beneficiosos.

No debe olvidarse que la palabra proviene del latín culto, es decir, de la clase dominante de tan vasto imperio.

Adivinación


La videncia o adivinación es la habilidad de quienes afirman poder predecir hechos venideros por sí mismos o mediante el uso de sortilegios. Históricamente esta presunta habilidad ha sido compensada por algún tipo de retribución económica aunque hay quienes dicen practicarla sin ánimo de lucro. Videncia o clarividencia, también llamada adivinación es la cualidad que poseerían.

La capacidad atribuida de adivinar el futuro es una creencia que se pierde en la noche de los tiempos indudablemente asociada a la ansiedad que siente el ser humano por su futuro y por lo impredecible. Abierta o clandestinamente, está presente en todas las sociedades y culturas sin excepción alguna, desde el neolítico hasta nuestros días y a pesar del triunfo del empirismo científico como única visión cosmológica dominante.

Las personas a las que se atribuye tal habilidad suelen estar revestidas, según parte de la sociedad, con alguna cualidad especial, bien sea innata («tener don», «venir de familia», etcétera) o adquirida mediante iniciación u ordenación sacerdotal o de cualquier otro tipo, incluida la «superioridad» que proporciona el hecho de aparecer, por ejemplo, en televisión.

Hoy por hoy, la videncia se practica abiertamente en la mayoría de sociedades occidentales a través de consultas o mediante medios telefónicos, casi siempre apoyándose en algún sortilegio como la cartomancia, astrología, runas, etc; que parece dotar al vidente de mayor autoridad. Jurídicamente se considera bajo el amparo de la libertad de creencias protegida como derecho fundamental por la mayor parte de legislaciones democráticas, si bien ello no impide que se persigan las estafas de importancia cometidas por videntes.

Las adivinaciones se hacían antiguamente de mil maneras diferentes: invocando a los muertos, examinando las entrañas de los animales y hasta de los hombres sacrificados para dicho fin, el canto y vuelo de las aves, las líneas de las manos, las oscilaciones de una lámpara, la dirección que tomaba el humo de los sacrificios, el reflejo y movimiento del agua en un cuenco, la interpretación de los sueños, etc.

Los medios que se han empleado para poder averiguar los sucesos futuros son innumerables. Los astros, ciertas bebidas y hierbas, palabras extrañas proferidas con cierto entusiasmo o por los que ahora llamamos ventrílocuos, han sido medios de que se han valido comúnmente los impostores. La Escritura habla de nueve especies de adivinación. Los judíos habían tomado todas estas supersticiones de los egipcios, de los que se comunicaron a los griegos, y estos las trasmitieron a los romanos.

Entre los paganos la adivinación era parte de su religión. Cicerón dice que el arte de la adivinación romana tuvo origen entre los pueblos melancólicos de Etruria, por lo que llama a esta provincia de Italia en su libro de Divinatione madre de la superstición. En el mismo, examinando si verdaderamente puede haber adivinación, dice que eran tres las opiniones de los filósofos acerca de esto:

unos creían que admitiendo la existencia de los dioses, precisamente debía admitirse la adivinación.

otros sostenían que podían existir los dioses sin ninguna adivinación.

otros finalmente decían que aunque no existiesen los dioses, podría haber la adivinación.

Entre los romanos, al paso que generalmente se reían de esta ciencia quimérica los hombres ilustrados, no por esto dejaba de haber entre los mismos algunos que creían en todas sus supersticiones. No así Catón, que consultado con misterio qué opinaba acerca de haberle los ratones roído y medio comido su calzado, contestó que no veía en esto nada de particular, y sí una cosa muy natural; que lo que le habría sobresaltado hubiera sido si el calzado se hubiere comido a los ratones.

En América había también adivinos: Moctezuma hizo salir a los habitantes de tenochtitlan para conjurar a los españoles cuando Hernán Cortés se dirigía a esta ciudad y el Senado de Tlascala castigó a los suyos por su impotencia.


Artes Adivinatorias

Tanto Platón como Cicerón concebían dos formas de adivinación: una inductiva considerada arte y otra natural, deductiva e intuitiva. Con la inspiración, se consideraba que el adivino era poseído por un genio o demonio, que le sumía en un trance o manía, palabra de la cual deriva mantike: mancias o artes adivinatorias.

Los antiguos veían los elementos de la naturaleza como algo sagrado, y los utilizaban para fines adivinatorios:

Adivinación mediante el aire: austromancia, ceraunomancia, caomancia, eromancia, meteoromancia

Adivinación mediante el agua: hidromancia.

Adivinación mediante el café o té: cafetomancia o tasomancia o taseografía

Adivinación a través del fuego: calcinomancia, capnomancia, ceraunioscopia, ceromancia, libanomancia, molibdomancia, sideromancia, teframancia y la piromancia que agrupa la capnomancia y la piroscopia

Adivinación a través de la tierra: geomancia, lecanomancia, adivinación a través de las piedras preciosas: cristalomancia

Adivinación por alguna parte del cuerpo: amniomancia, antropomancia, metoposcopia, onicomancia, quiromancia

Adivinación a través de los animales: alectomancia, cefalomancia, ictiomancia, osteomancia, ornitomancia, hipomancia, shoqma

Adivinación a través de las plantas: hojas de coca

Adivinación a través del éter: astrología

Otras técnicas de adivinación: axinomancia, cartomancia, runomancia, ovomancia, acromancia, alfitomancia, aluromancia, bibliomancia, critomancia, giromancia, lampadomancia, ololignomancia, rapsodomancia, xilomancia, grafomancia, botanomancia, cleromancia, pesomancia, rabdomancia, catoptromancia, enomancia, geromancia, bolomancia, dactilomancia, cleidomancia, cledonismancia, gastromancia

Además, eran muy populares

La oniromancia o interpretación de los sueños.

Los augurios o adivinación con base en el vuelo de las aves.

Los presagios como origen de la observación deductiva de los antepasados.


Clarividencia


La clarividencia es la capacidad de obtener información sobre un objeto, una persona, un lugar o un acontecimiento físico mediante la percepción extrasensorial.​ Cualquier persona que afirme tener esta capacidad se considera clarividente.

Las afirmaciones sobre la existencia de habilidades paranormales y psíquicas, como la clarividencia, no han sido respaldadas por pruebas científicas. La parapsicología explora esta posibilidad, pero la comunidad científica no acepta la existencia de lo paranormal basándose en su ausencia de evidencia.6​ La comunidad científica considera ampliamente que la parapsicología, incluido el estudio de la clarividencia, es una pseudociencia.

Los intentos de comunicarse con los muertos o espíritus, se han documentado desde la historia temprana, habitualmente a través de mitos religiosos o paganos. Esta hipotética capacidad se ha relacionado, en muchos casos, con la clarividencia. La historia de la Bruja de Endor habla de alguien que levantó el espíritu del profeta fallecido Samuel para permitir que el rey hebreo Saúl cuestione a su antiguo mentor sobre una próxima batalla, como se relata en los Libros de Samuel.

El concepto de médium se hizo bastante popular en los Estados Unidos del siglo XIX y en Reino Unido después del surgimiento del espiritismo como movimiento religioso. Se dice que el espiritismo moderno data de prácticas y conferencias de las hermanas Fox en el estado Nueva York en 1848. Los médiums en trance Pascual Beverly Randolph y Emma Hardinge Britten estaban entre los conferencistas y autores más célebres sobre el tema a mediados del siglo XIX.

Allan Kardec acuñó el término Espiritismo alrededor de 1860. Kardec afirmó que las conversaciones con espíritus por médiums seleccionados fueron la base de su "El libro de los espíritus" y más tarde, su colección de cinco libros, "Codificación de los espíritus.


Clarividente

Uno de los significados más populares de clarividente lo describe como aquella persona que ha desarrollado la videncia, clarividencia o adivinación de hechos pasados o futuros. Sin embargo, un clarividente es una persona con la capacidad de poseer una percepción que va más allá del potencial común. El clarividente obtiene información usando métodos de percepción extrasensorial.

Otro nombre habitual con el que se relaciona a un clarividente es el de vidente. Las personas que desarrollan las capacidades de clarividencia pueden utilizar, aunque no siempre como requisito indispensable, herramientas complementarias como cartas de tarot, oráculos, bolas de cristal o variados artefactos que, supuestamente, actuarían como canales que les permitirían expresar su capacidad innata.

Es importante señalar que los conceptos de clarividente y vidente suelen presentarse, en algunos casos, como distintos. A veces, señalando que uno de ellos tiene capacidades superiores al otro. Sin embargo, estas discusiones no tienen base racional ni empírica, considerando que ambos conceptos refieren de manera general y popular a personas que pueden ver más allá de lo aparente. También a personas que pueden prever situaciones de futuro y que también pueden intuir aspectos del pasado de una persona, sin necesidad de conocerla previamente.

Otra definición muy unida al concepto de clarividente es la de oráculo, aunque este concepto tiene una connotación histórica más clara, relacionada con los conceptos de adivinación y profecía en la antigua Grecia. En este caso, la función del oráculo es la de transmitir el mensaje de los dioses a personas que requieren de dicha información. El mensaje recibido podía o no tener características predictivas. En la mayoría de los casos, los mensajes del oráculo eran inconexos y necesitaban ser interpretados para su correcta aplicación.

Desde esta perspectiva, la función de la Pitonisa, canal humano del oráculo, representaría el vestigio más antiguo de lo que hoy se define de manera popular vidente o clarividente. Cabe recordar, además, que estos conceptos suelen estar muy conectados con la parapsicología, que desarrolla la idea de la percepción extrasensorial como explicación al tipo de fenómenos referidos con cualidades de la mente que aún se encuentran en proceso de investigación.


Problemas Físicos

Existen numerosos argumentos físicos que sugieren que la clarividencia es muy poco plausible:

Medio de transmisión, de acuerdo con el principio de causalidad, para que un evento sea observado se requiere que algún tipo de entidad material sea transmitida desde la fuente al observador. La clarividencia requeriría que algún tipo de partícula material o señal fuese propagada desde el futuro hacia el presente. Ese tipo de partículas tendrían una componente temporal de su vector cuadrimomento negativa, y de acuerdo con el teorema CPT de ser partículas másicas serían de tipo antipartículas que sufrirían aniquilación con partículas del mismo tipo, impidiéndose su propagación al pasado. Naturalmente el argumento no se aplica a partículas sin masa como fotones moviéndose hacia el pasado.

Medio de percepción, aun asumiendo que algún tipo de partícula o entidad material se propagase en el espacio-tiempo hacia el pasado, queda el problema de como detectar dicha partícula y de como reconstruir esas señales de manera coherente. La vista y el olfato han evolucionado para detectar partículas materiales y traducirlas a señales nerviosas mediante órganos sensoriales complejos. Ninguna estructura cerebral o de otro tipo parece que pudiera detectar partículas o señales que se mueven hacia atrás en el tiempo. Tampoco existe ninguna estructura cerebral que se parezca lo más mínimo a un órgano sensorial complejo capaz de convertir señales de ese tipo en corrientes nerviosas interpretables por el cerebro.


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