Enseñanzas y aplicaciones de las leyes que conducen al éxito en los planos de acción, materiales y espirituales. La vida, para lograr su más alto grado, debe ser una combinación equilibrada de lo material y de lo espiritual.
El ordenamiento de las leyes enseñadas por los iniciados, maestros y adeptos que pertenecen a la Escuela Hermética; la aplicación de estas leyes a la condiciones ya los problemas modernos; su interpretación para hacerlas aplicables y todas las notas del texto por R. SWINBURNE CLYMER, M. D. Soberano Gran Maestro de la CONFEDERACION DE INICIADOS
LA RESTAURACIÓN DEL HOMBRE
Axioma
Toda pasión, hábito o debilidad indeseable a la
cual está sujeto el ser humano y que mantiene al
hombre en un estado de esclavitud, impidiendo que
logre su debido y alto puesto puede dejarse en suspenso
o, aún mejor, conquistarse y transformarse
en algo útil, siempre que sea substituido por un
deseo, emoción motivo o ideal más fuerte que se
anteponga a la visión mental y se incorpore a la
vida. De la debilidad a la fuerza ese es el Concepto Oculto.
POSTULADO
La mente humana, no importa cual sea su alcance intelectual, es capaz de razonar sólo por analogías. También es verdad que entre más avanzado sea el alcance científico e intelectual del individuo, se encuentra menos dispuesto y capaz de reconocer o entender la Ley Divina en sus relaciones con los asuntos de la vida cotidiana y el desarrollo del individuo dentro de las varias fases o actividades del hombre en la esfera mundana.
Aunque a muchos les parezca increíble, llega el momento en que la persona que ha avanzado mucho por los caminos de la actividad científica e intelectual no puede concebir o creer que existen otras leyes aparte de las que rigen la vida y los objetos materiales. Niega la existencia de Dios ó de una Ley dirigente que es de orden espiritual en su naturaleza y, por consiguiente, es la fuerza que gobierna todo lo que existe.
Debido a lo materialista de nuestra época, es esencial trazar comparaciones entre lo aparente y lo real. Aquéllos que buscan el Misterio de la vida y el dinamo secreto de las energías vitales tienen que llegar a entender que lo aparente, y a sea relativo al cuerpo o a la mente, no es más que un reflejo, una manifestación de lo real, lo cual el hombre no puede conocer ni comprender, salvo en la medida de su reflejo que es lo manifiesto.
LAS ENSEÑANZAS HERMÉTICAS
Las Leyes del Exito Espiritual y Material.
El hombre reconoce, universalmente, la dualidad de la naturaleza. Sin embargo, a pesar de ser una contradicción, acepta el cuerpo, que es una apariencia, como un hecho, una realidad; pero, frecuentemente, niega la existencia del Alma, que es invisible, porque no puede percibirse ni manifestarse como una entidad aparte.
Mientras el hombre se encuentre así de ciego, aún para lo que sería para su provecho y eterno beneficio, es esencial dar ejemplos y probar por analogías que él es una criatura dual. El principio activo, poder y energía creadores que hacen posible el devenir, no es el hombre físico, que él incansablemente insiste en identificar como la realidad, sino el ser espiritual, invisible e incorpóreo, que domina y dirige el ser material.
Un Ejemplo que Merece Consideración.
Al reunirnos por última vez, tristes y sollozantes, alrededor del féretro que hospeda el cuerpo inerte de algún ser querido, ni siquiera nos figuramos que sea ya capaz de sentir nada. Sabemos que todos sus órganos necesarios para comunicarse están aún ahí, más, también sabemos que sus facultades, fuerzas y energías han cesado o están inertes. ¿Cuál es el cambio? ¿Acaso no está allí el ser material, el cual estamos convencidos representa la única existencia verdadera? ¿Entonces, por qué estando todavía ante nosotros no es capaz de responder a nuestro cariño y nuestro duelo? Porque no es el VERDADERO, a pesar de que podemos verlo y tocarlo; no es más que la expresión exterior, el vehículo, de ilimitados poderes y fuerzas que moraron allí e hicieron uso de él mientras sirvió sus propósitos (1).
El cuerpo, esa realidad de la que se hace tanto alarde, está aún presente, pero, no importa qué hagamos y no importa cuánto lo amemos, ya ha dado el primer paso hacia su disolución y pronto habrá vuelto a sus elementos originales - polvo al polvo y ceniza a la ceniza. . . . Eso que de hecho hemos amado y nos ha amado, lo que por error creímos que era el cuerpo o la expresión física, ha desaparecido. Lo aparente e irreal todavía yace ante nosotros, a pesar de que ahora nos encontramos ansiosos de apartar de nuestra vista su creciente repugnancia, olvidando el hecho de que eso precisamente era lo que siempre habíamos creído amar. Lo verdadero, el Espíritu y Alma, la fuente de la Vida, Luz, Amor, de energía, poder y facultad creadora; la individualidad, lo que no habíamos reconocido, aunque siempre había estado con nosotros, ha dado el primer paso hacia los dominios de la Luz que no está en la tierra ni en el mar.
El Más Grande de Todos los Misterios - el Alma
La humanidad, por siglos, bajo el engaño de las burdas apariencias y el contacto material, ha sido cegada por lo que está más próximo; ha atribuido todas las cosas a lo físico, y ha perdido de vista el hecho que lo material no tiene ni puede tener, por si misma, vida, poder, fuerza o energía. Lo físico depende por completo de aquello que se manifiesta a través de él, así como el magneto no es más que una pieza de acero especialmente preparada a través de la cual se pasa una corriente eléctrica para cargarla, y la fuerza imanadora y retenedora es la energía eléctrica que se ha convertido en fuerza magnética.
Al tratarse del hombre se le dan varios nombres a esta fuerza y energía. Se dice que fue emitida por Dios, Fuente eterna de todo lo que existe, y de que es esencialmente buena, ya que el mal no existe por si solo. Puede manifestarse sólo por medio de algo material como el hombre. El hombre, siendo de carne, es por fuerza más del orden terrenal que de los planos superiores.
Aunque este espíritu, fuerza o energía es fundamentalmente bueno y constructivo, habiendo irradiado de la fuente y el dominio de todo lo bueno, queda gobernado por el vehículo, la criatura humana, en la cual mora y mediante la cual se manifiesta. Esta fuerza espiritual deberá actuar de acuerdo a los dictados del cuerpo y la mente humana hasta el momento en que se ilumina la mente, reconoce sus potencialidades espirituales y trasmuta los rústicos poderes mentales y físicos, pasiones, energías y debilidades, en refinadas y elevadas energías espirituales que pueden ser dirigidas por el ser verdadero, el Alma individualizada.
Aquéllos que así despiertan (2), viven y actúan en armonía, son los Iniciados y Maestros Ocultos. Mediante sus mentes iluminadas, sus Almas despertadas y sus fuerzas dilatadas y desarrolladas, se convierten en Maestros de sí mismos y de sus prójimos, capaces de hazañas consideradas como milagros por aquellos que siguen aceptando lo material aparente como lo real.
El Ciclo de la Ley Absoluta Gobierna al Hombre y a la Naturaleza. Todas las obras naturales (hechos cotidianos) se mueven en círculos o ciclos o son los resultados de tales movimientos. La salida del sol anuncia el día. La puesta del sol trae consigo un período de descanso. La sucesión de las estaciones son movimientos cíclicos progresivos, todos bajo la acción operante de una Ley absoluta. El desarrollo del hombre está regido también por ciclos similares llamados encarnaciones. Podría requerir un tiempo incalculable y muchas encarnaciones antes de que el hombre acepte la ley y armonice con ella. El Alma, relámpago o chispa de la Esencia Divina o Súper - Alma, busca una encarnación tras otra con el solo propósito de transformarse en una Individualidad Consciente, libre de toda confusión, mediante la sabiduría derivada de la experiencia durante sus varias vidas planetarias.
El Hombre Debe Despertar su Propia Alma
En todo cambio de movimiento de lo horizontal a lo circular hay dos puntos muertos o puntos de descanso. En la estación florida la naturaleza entera manifiesta una vida vigorosa; luego hay descanso. Así el Alma humana asume un cuerpo carnal, hace todo esfuerzo por despertar ese cuerpo para que satisfaga sus propias necesidades, obtenga experiencia y entonces descanse, por un tiempo. Desde que emanó del Padre, Dios (3), su Fuente, el alma ha avanzado o retrocedido continuamente de acuerdo con las circunstancias en el ciclo de lo infinito. Nadie sabe cuantos años o millones de años ha viajado de la tierra a los planos superiores y el número de encarnaciones necesarias para lograr plena conciencia, dependerá totalmente de la selección de los medios a través de los cuales manifestarse. Afortunadamente para su bien, el Alma tiene derecho a tal selección, siempre que la haga en la vida terrena y como resultado de una conciencia despierta y un exaltado deseo.
Por muchos años antes de su vida presente el hombre se ha sometido voluntariamente a la tiranía de la naturaleza animal, creyendo que era para su bien, buscando sólo la satisfacción de sus apetitos, la lujuria carnal y los intereses personales propios. Mas al fin las fuerzas espirituales (4) se han despertado para combatir al usurpador del trono, negándole el derecho a gobernar y exigiendo la lealtad de su súbdito legítimo. La dominación pertenece al espíritu (5), y tarde o temprano el hombre habrá (deberá) de reconocer que es un ser espiritual y obrará como tal. Por el contrario, el éxito que enseñan las Escuelas de Iniciados y la ciencia Hermética se funda en la filosofía eterna: para el máximo bienestar del hombre o mejor para todo su bienestar comprender la Ley Divina o espiritual y reconocer que todos los poderes, fuerzas y éxitos materiales son transitorios; que debe organizar su vida de modo que todos sus esfuerzos se basen en leyes espirituales y el deseo de beneficiar a los demás,
como así mismo aunque su deber primordial sea para consigo. De esta manera la Ciencia Arcana permite que el hombre triunfe materialmente como cualquiera que haya existido y al mismo tiempo edificar una estructura eterna que continuará existiendo en la gloria y en el reino de la Luz después de que haya abandonado la vestimenta de la carne. He aquí la oportunidad de tener un doble éxito, uno temporal y, sin embargo, de beneficio para todos; eterno el otro y vinculado a su Inmortalidad.
Dios es la Ley Universal
Dios es Omnipresente, Omnipotente y Omnisciente. Si él lo es todo, luego, no puede existir nada más que Dios. Esta afirmación es desafiada a menudo por un retador - "Dios no existe". Admitamos que hoy día existen millones de personas que opinan con toda sinceridad y honestidad que no puede haber un Dios. Esto se debe al fracaso parcial de la iglesia y de la sociedad. Ambas son evidentemente poderosas, y sin embargo han fracasado rotundamente en no impedir y, a veces, hasta en no querer impedir la matanza que ahora mismo ocurre en muchas partes del mundo. Semejante verdad, aunque lamentable, no significa que, porque el hombre ha fracasado en su deber, primeramente, para consigo mismo y, en segundo término, para con su prójimo, Dios también haya fracasado.
La afirmación "Dios es Omnipresente, Omnipotente y Omnisciente" es sólo otro modo de decir que hay una Ley universal, o sea, una Ley Divina que lo gobierna todo. Nadie podría negar que existe una ley imperante, pues de otra manera la noche no vendría después del día, ó las estaciones del año una tras otra, todas sin interrupción. Que le llamemos la Ley, la Ley Divina, la Ley Natural, o con cualquier otro nombre no tiene importancia en absoluto.
Hay un cuerpo que lo gobierna todo, y es universal, continuo e ininterrumpible, a la vez que eterno y omnímodo. Esto que llamamos Dios o Ley ha dotado al hombre de libre albedrío, el derecho de hacer lo que quiera, de ser esclavo o de defenderse y defender sus derechos. El hecho de que el mal exista es sólo un reflejo de que el mal existe en todos los hombres, y es sólo en la medida que los hombres se libran del mal que se hallarán libres del mal de otros. Con más razón, pues, se verá por qué la consagración a la filosofía de las Escuelas Secretas es tan necesaria. Por medio de esta filosofía los hombres pueden librarse del elemento que dentro de ellos produce el mal y pueden protegerse del mal que está en manos de sus prójimos.
Nada es Malo en Sí Mismo
Dios, v.g., la Ley operante, dominante y constante, es bueno. Por consiguiente, todo es bueno, y no hay sitio para que exista el mal por sí mismo. Se ha abusado muchísimo del vocablo "bueno" que ha venido a significar una inactividad negativa. Pero en realidad la palabra no significa debilidad o falta de defensa propia al ser alguien acometido o agredido, sino que significa una actividad constructiva, una actividad constante cuya meta es la eliminación de todo lo que es débil y destructivo. Nada es malo en sí mismo.
El veneno más terrible si se emplea correctamente puede convertirse en remedio que salve la vida. El dinero, llamado tan a menudo "La raíz de todo mal", no es más que un medio de intercambio y de dar paz mental a hombre, ya que le brinda placeres que son para su bien. Es sólo cuando el dinero se emplea para ejecutar abusos que se convierte en instrumento o raíz del mal. No hay nada que sea intrínsecamente malo. Es de su uso indebido, de su abuso, que surge el mal.Dios es el Amor Manifiesto Dios es la existencia. Sin El nada ha existido ni puede existir. Por lo tanto, Dios es Luz, Amor, Realidad, Substancia e Inteligencia. Esto quiere decir que todo eso pertenece al dominio de la Luz, del que el Alma, la parte Inmortal del hombre, es la más elevada y perfecta forma personificada o Individualizada. Dios es el Amor manifiesto - pero no ese amor que exige mucho y devuelve poco o nada, sino el amor desinteresado que se hace evidente entre amantes, siempre que se halle libre de las tentaciones del impulso procreador o del aspecto físico; el amor de la madre por su hijo; el cariño entre amigos verdaderos, y el compromiso altruista que mueve a un individuo a ayudar a otro. Dios, o llamémosle aquí la Naturaleza Divina, tanto en el hombre como en el universo, combina y comprende la Luz, el Amor, la Mente, la Actividad Creadora y la existencia misma; la Existencia, porque solo mediante el ser se puede hacer manifiestas las varias potencialidades y transformar el grosero elemento físico en un ente espiritual más puro.
La Dualidad de Dios, Hombre y Naturaleza
Dios (o llamémosle la expresión externa de la Ley) es dual en orden y manifestación.(6) Esto se entiende mejor por medio de la expresión finita de lo externo y lo interno, lo alto y lo bajo, o quizá, lo positivo y lo negativo. Sostenemos que la Vida, la Luz y el Movimiento son atributos de la existencia o vida manifestada. Donde no existen, la oscuridad, la muerte y la inercia aparecen como sus contrarios, mas no son atributos; su presencia aparente es sólo la ausencia de atributos.
La Palabra de Poder
La Luz, tanto la Luz del Alma en el individuo como la Luz material del día (la una es el complemento de la otra), procede de la Suprema Inteligencia (7). La luz es el Cetro simbólico del Universo, la manifestación del pensamiento Creador, que precede a la percepción por medio de un sentido personal. "Hágase" fue y todavía es la palabra del poder, la pequeña voz que brota del Silencio y une la Infinidad con la Eternidad, igualmente lo finito con el Infinito, y el hombre, la criatura, con Dios, el Creador.
La creación sigue existiendo. Los hombres nacen sólo para ser obligados a volver a renacer, y todo porque se dan demasiada importancia a si mismos en vez de percibir, aceptar y aplicar la Ley, relacionando lo infinitamente pequeño con lo Infinitamente Grande, completando así la Ley dual.
El Hombre Atado a la Ley
El Amor, el cariño independiente del sexo, no es una cualidad de lo físico. La ley de compensación, es estricta justicia no mitigada por la compasión, gobierna y dirige las funciones naturales de toda La Naturaleza (8) . La avalancha o torrente de lava hirviente que desciende precipitadamente por la vertiente de una montaña no desvía su curso ni un pelo para evitar destruir a la inocente criatura o a la delicada moza. Tampoco cambia su curso para evitar las aldeas que yacen a su paso, sino que sigue su marcha dejando detrás la desolación. Las aguas incontenibles de una inundación no se detienen ante los seres indefensos y débiles; barren con la destrucción tanto a los niños que comienzan a caminar como a los ancianos vacilantes en el andar.
El hombre, ciego, sin ver ni percibir más que la manifestación exterior de una fuerza absoluta en función, no hace esfuerzo por indagar debajo de la superficie para buscar la causa. Acepta lo aparente como lo real, e imita mediante sus actos las operaciones exteriores de la Naturaleza al efectuar su balance, convirtiéndose luego en el factor causativo de una avalancha destructora.
El hombre razona con falsedad. El egomaníaco y el tirano llegan al poder por la estrategia y no por la aptitud o derecho Divino. Se percata de las manifestaciones de la Naturaleza e, ignorante de la Ley Divina, decide que si la Naturaleza, madre de todas las cosas, tiene el derecho o asume el privilegio de quitar del paso lo que impide producir el equilibrio, él, hombre soberbio, habiendo logrado un puesto de poder pasajero, tiene los mismos o iguales derechos que la Naturaleza y, como Josué, querrá mandar al sol que se detenga. Pero ni siquiera piensa en que quizás otro, igual de orgulloso y soberbio, puede haber razonado de igual manera y haber llevado la destrucción a una gran multitud, y que esto no es más que un ajuste de cuentas. (9)
Amor es la Ley
Tan pronto como aceptemos la Ley de la Compensación, que también abarca la Responsabilidad Personal, comenzamos a obrar bajo una Ley muy distinta de la que hoy rige al hombre en todo el mundo. Nos encomendamos a la Ley Universal que tiende hacia la Libertad Universal, y comenzamos a subir a un plano más elevado del ser. La justicia comienza a ser templada por la compasión, nacida del amor, un atributo de compasión infinita, un atributo del Supremo, que se dice ser la esencia del amor, como lo esencial de su existencia; y según progresamos el equilibrio se hace completo (10).
Lo que de veras existe (aquello que continúa después de la vida terrenal) y lo que aparenta existir (lo temporal y efímero) nos trae a duda lo real y lo irreal, lo uno siendo la verdad, mientras que lo otro no es más que una semejanza. Como Dios (el auto existente y omni-existente) es la única existencia, El debe ser la única realidad. Si queremos un conocimiento de lo real, debemos contemplar lo que fue antes de nosotros y continuará siendo después de nosotros; lo que fue quizá cambie, pero sigue siendo, y formará parte del conocimiento de El o de esta Ley del crecimiento. Los dos son lo mismo, "así como la flor crece (cambia) inconscientemente, mas ansiosa de abrir su alma al aire y dar su belleza libremente y sin reserva a todo el que la mire, sin perder nada ella misma". El amor y la verdad pertenecen al espíritu, parte del Alma, el hombre verdadero, a diferencia del físico que es groseramente egoísta hasta que acepta la Ley y vuelve hacia el curso de la reconstrucción y la transmutación.
El Hombre está Destinado a Ser un Colaborador de Dios
Dios es substancia, en el sentido de que El es poder y la fuerza que sostiene todo el universo de mundos cíclicos, sus condiciones individuales y los accesorios de su desarrollo. Todo emana de El, en el sentido de que es El la fuente de todo lo que existe, y se sostienen y dependen de la potencia que fluye de El como Creador y Guardián.
Esto es verdad sólo en la medida en que el hombre, su Creación, acepta la Ley Divina y la aplica a lo que concierne a él y sus actividades. Así el hombre se convierte en el colaborador de Dios y como tal está destinado a liberar el mundo y la humanidad del peso oneroso que llamamos "pecado".
El Acólito Puede Comunicarse y en efecto, Se Comunica Conscientemente con Dios
Dios es inteligencia debido a que es también la Ley directiva mediante la cual se rigen todas las operaciones de la Naturaleza. Toda percepción, potencia y conocimiento está comprendida en la Divinidad, a veces llamada erróneamente la "Astral". Esto es verdadero y demostrable por el hecho de que, a pesar de que la humanidad fuera destruida y naciera una nueva creación, se recuperaría la sabiduría sin la necesidad de preceptores mortales, pues sólo Dios posee la inteligencia que puede transformar la experiencia en conocimiento y éste en el dominio de la Ley. Es, pues, mediante la experiencia, y no necesariamente por los preceptos del hombre, que se logra la sabiduría. Es verdad que la sabiduría y el entendimiento nacen de la experiencia.
Los inculcadores religiosos que primero formularon el lema "No hay más Dios que Dios" poseían una clara comprensión de la Ley de la existencia. Los hombre van y vienen, pero aunque todos se fueran y sólo uno volviera, ése sería nuevamente consciente de su inteligencia, por la simple razón de que la fuente de que todos bebieron sigue fluyendo accesible para todos. No importa cómo neguemos a Dios, permanece aún lo existente, lo que cambia pero continúa. Es este continuo existir, que se denomina con diversos nombres, que el Acólito con todos sus recursos se esfuerza por comunicarle y lograr una unión consciente, ya través del cual se logra el éxito espiritual y material y cumplir con la Ley de la Dualidad.
"Hágase Tu Voluntad en la Tierra como en el Cielo"
La dualidad del hombre no es más que un reflejo de la dualidad de Dios y de la Ley que rige todas las cosas. Esto es tan patente como latente. Lo que está manifestado es también dual y consiste en el orden superior llamado Macrocosmo y el orden inferior llamado Microcosmo (11).
En verdad dijo el Maestro: "Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo", que es como si hubiera dicho: "Hágase tu voluntad en el Microcosmo como la Mía se hace en el Macrocosmo, y ambas manifestarán tu gloria".
El mundo inferior o Microcosmo es, a través de toda su existencia y actividad, sólo un reflejo del mundo superior o Macrocosmo y constituye nuestro medio ambiente. La vida del hombre consis te en su inhalación y exhalación. Puesto que es un ser finito, ambos actos tienen sólo una duración instantánea. Mas la inhalación y exhalación del Ser Divino requiere millones de años. Su inhalación consiste en remover la manifestación de lo Constructivo; de ahí el primer capítulo del Génesis: ". . . y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo".
Así, inspirado y latente, alcanza el momento en la eternidad en que comienza su exhalación, cuando El, que se escondía en la oscuridad, se revelará visiblemente en Sus obras. y así como el hombre, en un grado inferior, se despierta del sueño o de la inercia, así también el Ser Infinito se mueve dentro de Sí mismo en el espacio eternamente; y brotan nuevas condiciones que el hombre tiene que aceptar y aplicar a las cuales tiene que adaptarse si no quiere ser molido en el polvo.
El Hombre un Creador
Aquello que es manifiesto a nosotros en el universo o Macrocosmo es el pensamiento de Dios - la actividad de la Ley de la Casualidad. Aquí también opera la Ley de la Dualidad. El hombre creado a la imagen y semejanza de Dios, es un creador quiera él o no (12) .
Todos los elementos del ambiente personal del hombre fueron primero, imaginados o deseados por él, fueron concebidos en su pensamiento y dados a luz mediante la elaboración que hizo visible el pensamiento.
Sólo en la medida que los pensamientos del hombre se perfeccionan y se libran de los aspectos puramente personales y egoístas coincidirán con los pensamientos de Dios y se parecerán a Sus creaciones. El universo o Macrocosmo se puede comparar con el cuerpo de Dios, que porta Sus pensamientos y deseos. Mas no hay una tercera fuerza que intervenga en ellos como causa ni en su fruición como resultado. De igual manera el influjo del pensamiento del hombre sobre su cuerpo es directo, como también lo es en otros seres. Su influencia en la grande y sensible corriente mental del universo, mediante la proyección de su propio pensamiento, tiene siempre su influencia, ya sea de modo constructivo o perverso.
Si todo fuera bueno, el hombre no podría hacer el mal per se. Lo bueno existe de modo perfecto e imperfecto, según su manifestación. Si nos imaginamos una serie de metales en orden de su propiedad como conductores eléctricos, el mejor colocado en un extremo y el peor colocado en el extremo opuesto, luego, si el mejor fuese positivo, el opuesto resultaría negativo con respecto a los superiores y positivo con respecto a lo inferiores (13) .
Todas las condiciones del manifestarse en sus diferentes etapas de su desarrollo son negativas al bien, la Suprema Inteligencia, pero positivas a todo lo rudimentario que yace debajo. Lo que parece malo, porque choca con nuestros deseos personales, no es más que un bien rudimentario en su camino hacia la perfección. De aquí la Ley del Karma.
Aquello que vemos y calificamos de malo puede ser en realidad algo bueno pero disfrazado. Ejemplo: a un hombre le va muy bien, más de pronto ocurre algo inesperado, y su empresa, antes en ascendencia, fracasa. Claro que en seguida califica de malévolo ese facto imprevisto. Pero, ¿lo es en verdad? Si investiga la situación justa e imparcialmente, quizás se dará cuenta de que los métodos que había empleado eran fundamentalmente deshonestos y que, de haber seguido así, no sólo habría fracasado sino que habría acabado en la deshonra. Por el contrario, si acepta la interrupción, puede modificar sus planes y métodos y evitar semejante fracaso y deshonra, sufriendo solamente una pérdida provisional. Luego lo que a primera vista parecía malo resultó ser un agente del bien. Se podrían citar infinitos ejemplos como el anterior.
El Ambiente del Hombre es su Propia Obra
¿Qué objeto tiene el ambiente? Sin duda existe por la sencilla razón de que no puede
menos que existir. Todos los aspectos del ambiente existen con objeto de cumplir los
requisitos eternos del Alma o, si negamos la existencia del Alma, entonces de la
persona. De acuerdo con leyes materiales fáciles de comprender, para cada demanda
hay una oferta. La oferta está naturalmente de acuerdo con la demanda. Por lo tanto, el
ambiente en que nos encontramos y del que sólo nosotros nos podemos librar responde a nuestra condición, a nuestra necesidad de progresar. El ambiente, no importa qué tan
inferior o indeseable, no es ni un castigo ni un motivo de desaliento. Es motivo de
meditación y análisis, de investigación de las causas. Nuestra mayor debilidad se puede
convertir en nuestra mayor fuerza. Todo depende de la dedicación. Metafóricamente,
Dios debe pensar, y los cielos (el espacio entero) sobre la tierra, así como ésta, están
llenos de sus pensamientos. El solo hecho de que piensa equivale a la creación y el
hombre, siendo el Microcosmo del Macrocosmo, se comporta de igual manera, pero en
un grado inferior. Desde luego, el hombre no puede igualar a la Inteligencia Suprema,
puesto que una fracción nunca puede igualar el todo. En el transcurso de todas sus
vidas, en todos los estados y condiciones de su existencia, el hombre se desarrolla y
evoluciona hasta alcanzar una individualidad consumada como pensamiento y parte de
Dios. Esta es la razón del porqué de la existencia terrestre del hombre. y ésta es
la misión de las Escuelas Secretas.
Es preciso que el hombre acepte la Ley y que, sometiéndose a ella, se desarrolle en una
Individualidad Consciente, un Iniciado, alcanzando a ser parte de, aunque no del todo,
Dios.
La Doble Tarea de las Escuelas Secretas
El hombre está separado de Dios, el Núcleo Creador o la Energía, de la misma manera
que el átomo de arena en la montaña está separada de la mole total. Es un fragmento de
la mole, por decirlo así, sin embargo no puede evitar la unidad de su condición y la
semejanza de su estructura. El hombre se adhiere a su lugar en el mundo, preso en la red
de su existenc ia, de modo que el talento que le fue dado se convierte, mediante su
actuación voluntaria, en diez o cinco talentos (14) .
Así es que el núcleo del Alma se cubre con consumación y aptitud, permitiendo que el
hombre more para siempre en la Luz interior de la inspiración, que es a donde lo
manifiesto volverá sobre sí mismo. Esta es la perfección del pensamiento de Dios en el
hombre.
La tarea de las Escuelas Secretas es doble. Por un lado, el desarrollo del ser material o
físico con todos su poderes y energías potenciales y todas sus posibilidades. Al
contrario de la opinión común, este aspecto afecta el Alma directamente. Por otro lado,
su tarea principal no es el éxito material del hombre, que al fin de cuentas no dura más
que un tiempo muy breve, o sea, la duración de la vida terrena. Su misión primordial es
ayudar al Alma a vestirse de la Luz Eterna, la Luz que llamamos Dios o Conciencia
Cósmica, la meta y fin de la vida, lo último que puede aspirar el hombre.
¿Cuál es el Objeto del Hombre en la Tierra?
El hombre pregunta sin recibir una respuesta satisfactoria: "¿De dónde vengo? ¿A
dónde voy? ¿Para qué estoy aquí?"
Acerca de estos asuntos, muchos inventan teorías elaboradas, escuchan alegatos
interminables y luego, desesperados por la falta de demostraciones prácticas (15) o de
certeros fundamentos para todo o parte de lo discutido, se entregan a las complejidades
del ambiente, contentos de supeditar todo a la actividad del presente.
Teniendo en cuenta el promedio de la vida humana, si no hay otra vida má s allá de esta
mundanal esfera, entonces el Creador Infinito o la Ley de la Causalidad habrá incurrido
en un error desastroso y carecerá de razón para su experimento. El dolor, la miseria y el
pesar que se experimenta en la vida más próspera y feliz no pueden compensarse de
ninguna manera con el goce que pueden esperar los mortales, si esos son y nada más.
El Omnisapiente, el Alma Suprema, no erró ni yerra. Si errara, no saldría el sol
puntualmente a lo largo de un millón de años, ni tan puntualmente se pondría. Por
consiguiente, tiene que haber algo más que aguarde al hombre verdadero después que
haya abandonado su manifestación mortal y se halle libre de su presente impedimento.
Todo hombre pensante percibe esta verdad y la incorpora de alguna manera a las varias
religiones del mundo.
Semejante vislumbre de la verdad tiene que haber sido un reflejo lo suficientemente
fuerte para suscitar una búsqueda de conocimiento y realidad, basada en el sentimiento
inherente producido por encarnaciones previas.
Lo Eterno no puede ser Más que Eterno
Si el hombre ha de existir siempre, entonces siempre ha existido, no posible o
necesariamente como una entidad aparte, sino en la Divinidad o Núcleo Creador. No
puede haber una eternidad con un fin visible. y si hay un fin, tiene que haber dos. He
aquí otra vez la Ley de la Dualidad. Es absurdo suponer que la Justicia Infinita hubiera
de insistir en que los cincuenta años que dura la vida del hombre, aproximadamente,
deben decidir la cuestión de una subsiguiente duración eterna. El hombre, habiendo
venido del Pasado Eterno a través del hoy presente, pasa al Futuro Eterno para vivir de
nuevo en el hoy existente. Como pensamiento y chispa divina tiene que ser, en su
aspecto espiritual y verdadero, parte de Dios, así como el pensamiento es parte del
pensamiento total y sin embargo separado de todos los demás pensamientos.
De todo lo que tiene la vida brota al fin de su existencia mundanal y visible el último y
exaltado incremento o vitalidad - el suspiro final (16).
Este factor universal no muere. Continúa existiendo, puesto que es la base, fuente y
abastecimiento de toda vida física o manifestación. Esta vitalidad es común en el
hombre, las bestias, los pájaros y las plantas. Es como un hilo que ensarta muchas
cuentas de todos tamaños y colores; el hilo es el mismo, pero las cuentas son distintas.
Esta gran corriente de fuerza vital brota constantemente de la tierra y la envuelve como
un enorme mar, siempre lista a ser inhalada en la primera respiración de los recién
nacidos.
En esta se precipita el espíritu (17) hacia su manifestación y es así como recibe su
vestimenta y animación con las fuerzas necesarias para poder fijarse en el cuerpo físico
(18). Una vez asegurado en su lugar, comienza a edificar su Alma, que es el objetivo y
meta de todas las vidas.
La Edificación del Alma
La experiencia nos da conocimientos y sabiduría, y de estos conocimientos se edifica el
Alma (19) a la cual aspiramos; esta verdad se conserva en el adagio: "Saber es poder".
La entidad así formada podrá o no perfeccionarse hasta el límite de sus posibilidades
durante una sola vida planetaria, mas al dirigirse hacia el más allá en el tiempo se
desvanece en la eternidad y se coloca en lo infinito. El continuar existiendo es asunto de
elección mientras se está en la vida terrena y depende de cómo el individuo ha
empleado su tiempo, energías y conocimientos. En algunos pocos casos como aquellos
en que la vida carnal se abandona aún cuando joven a cambio de la utilidad
desinteresada y progreso personal, la duración de la vida presente puede ser suficiente
para transformar lo mortal en lo inmortal, haciendo innecesarias otras encarnaciones.
Por lo general una vida no es más que un año escolar, y se requieren muchas vidas para
llegar a la graduación. Mas esto no es motivo de desesperación. Una vez que vemos la
verdadera Luz y reconocemos totalmente la razón de nuestra existencia terrenal
entonces, hasta las penas, pérdidas y sacrificios se convierten en peones de ajedrez, y
aunque debemos arrancarlos de nosotros mismos, con el dolor que los acompaña, el
resultado será paz y satisfacción de igual manera que cuando se hace un sacrificio
personal en ayuda de algún ser querido.
El Alma en el Otro Lado del Límite
Es evidente que cuanto más espirituales sean las acumulaciones - las experiencias de la
vida - tanto más se convertirán en parte del Alma y la moverán hacia su elevado destino
final. Además puede ocurrir, y desafortunadamente sucede con mucha frecuencia que
estas experiencias son tan groseras y limitadas a la tierra que el Alma, en el momento
supremo en que se separa del cuerpo, es incapaz de levantar su carga. En tales casos el
Alma tiene necesariamente que permanecer en la tierra por más tiempo, hasta que el
dominio que sobre ella ejerce lo material se debilite lo suficiente para que ella pueda
remontarse. Después tiene que pasar al reino de la oscuridad, y posee tan poca luz - esa
luz que no se halla ni en la tierra ni en el mar - que se pierde y permanece medio
dormida, sin el poder de la voluntad propia, hasta que la Ley operante que rige todas las
Almas, la llame a ser reencarnada y le proporcione otra oportunidad de perfeccionarse o
sumirse más en el reino de la destrucción.
Al lograr reencarnación un Alma semejante, a pesar de ser poco más que una chispa de
la Súper-Alma, su propia densidad y lo denso de su cuerpo físico son tales que cubren
con un velo la vida o vidas pasadas de su vista presente; pero solo las cubren; no pueden
destruir o deshacer lo que es su herencia. Es solo cuando la última vida terrena se ha
vivido y la perfección o Conciencia del Alma se ha logrado cuando se recordará lo
bueno y constructivo del pasado y formará parte del ser individualizado o Alma. Todo
lo que fue en su día malo y destructivo se ha transformado y su fuerza se ha usado en el
nuevo y alto estado de la consumación.
El Hombre tiene el Poder para ser lo que Desea Ser
Todo esto nos viene a demostrar el hecho que, aunque nuestra parte material tiene su
origen en nuestros padres y la parte espiritual es una chispa del Ser Divino, sin
embargo, nosotros SOMOS NUESTROS PROPIOS CREADORES. Somos enteramente
responsables de todo lo que hemos de ser; llevamos dentro la substancia y la capacidad
para devenir EXACTAMENTE LO QUE DESEAMOS SER, yeso, ya sea que el
resultado sea para gloria de Dios o sea tal que dé vergüenza al diablo, NOSOTROS
LO CREAMOS y SOLO NOSOTROS SOMOS LOS RESPONSABLES de ello. Ni el
medio ambiente, ni el origen ni las tentaciones tienen la culpa. NUESTRA PROPIA
ELECCION puede hacer de éstos lo que queramos nosotros; Un inmenso y casi
inconcebible éxito material, el honor y una elevada consumación espiritual (el Alma) , o
lo contrario: el fracaso, la degradación física y mental, y finalmente la destrucción de
nuestra naturalidad espiritual, la Inmortalidad.
Esta filosofía pone fin eficazmente al cargo de injusticia de Dios, Quien, en último
término, no hace más que permitirnos ser; bondadosa y libremente nos ofrece todas las
fuerzas del universo para que hagamos con ellas lo que queramos. Todo hombre
recibe la misma oportunidad a aquella poseída por otro hombre.
Es igualmente cierto que no todos los hombres están igualmente dotados al nacer,
debido al uso obtenido de sus oportunidades en sus encarnaciones anteriores , ni estarán
igualmente dotados en la próxima encarnación; y por las mismas razones algunos
abusarán y disiparán sus talentos y poderes, mientras que otros los emplearán
correctamente. He aquí el secreto de la desigualdad de los hombres, y no hay legislación
mundana o humana que la pueda remediar. La doctrina de los actos de un ser finito
esclavizado por las circunstancias deciden su estado y su destino por anticipado y por
un término inacabable de millones y millones de años sólo puede ser contradictoria a la
omnisciencia y omnipotencia de Dios o la Ley de la Justicia exacta.
Aceptada la reencarnación como un hecho, síguese que en ciertos períodos de la historia
de la tierra aquéllos que en vida previa fueron formados bajo cierta dispensación de
pensamiento y actividad probablemente hallarán reencarnación alrededor del mismo
tiempo, dando así un magnífico ímpetu y dirección de pensamiento que influyó en su
vida previa (20).
Confirmando lo antes dicho, los expertos en la ciencia y leyes ocultas opinan que los
moradores de los grandes Templos de Luxor, en Egipto, durante su época de gloria
culminante, se hallan nuevamente en la tierra, ya esto se atribuye el gran interés que
existe por todas partes en las fuerzas secretas del universo y de su aplicación al
desarrollo y progreso, primero del individuo y luego para el beneficio de todos los
hombres.
La Ley del Karma
La memoria, salvo en casos muy raros, es incapaz de volver sobre sus pasos o de
recoger los hilos de previas vidas y los eslabones que unen una encarnación a otra. Sin
embargo, hay un poder que es en sí el funcionamiento de la secuencia y que comprende
las fuerzas in agotadas de todas las anteriores experiencias.
Se llama la Doctrina de Karma.
La palabra que mejor traduce la significación del Karma es "carácter", pero no a un
carácter individual si no un carácter continuo, que acciona y reacciona sobre sí mismo a
través de los inacabables ciclos progresivos. No sólo representa la vida actual sino que
se extiende hasta la vida futura. Extrae del almacén del pasado las causas de las
apariencias actuales de muchas cosas que mistifican el entendimiento de aquellos que
viven solamente de las ilusiones de lo irreal. Lo exterior no crea lo interior, sino que
mediante sus actos edifica lo interior, lo cual a su vez se vuelve a manifestar por medio
de lo exterior.
El genio, como el carácter, es una manifestación del pasado mediante la actividad o los
logros del presente. El genio de una época, la criatura de una presunta buena fortuna,
quien sin la menor dificultad, según parece, llega a ser un músico magistral, un gran
artista, un inventor o maestro de la mecánica, no es, como muchos tontos creen, el
favorito de un Dios injusto. Su condición se debe a que por fin cosecha los frutos de sus
esfuerzos, sacrificios y sufrimientos pasados y quizá hasta persecución y acusación a
manos de quienes se declararon jueces y condenaron a morir en la horca o la hoguera a
todos los que no compartían sus creencias. Es así que un Galileo puede haber sido el
padre de un Edison.
No hay hombre ni poder en la tierra o en el cielo que pueda escudar a un prójimo de las
operaciones inviolables de las Leyes que gobiernan el universo, Leyes que rigen el
Macrocosmo o mundo grande con la misma seguridad y puntualidad con que rigen el
Microcosmo o mundo pequeño. Una vez creadas o establecidas por la acción del Pensamiento Creador, las Leyes no pueden ser abolidas, abrogadas o rotas ni por el
hombre ni por Dios. El hombre puede tratar de evadir una Ley, pero no puede
romperla o abolirla; y si Dios optara por hacerlo, devendría voluble y, en consecuencia,
finito. Aun alguien tan egregio como el Maestro dijo: "Hasta que perezca el cielo y la
tierra, ni una jota ni una tilde perecerá de la Ley, hasta que todas las cosas sean hechas".
Si se rompiera una partícula de la Ley, cualquiera Ley, estando Dios de acuerdo, luego
todas se podrían romper y el universo volvería de nuevo al caos, al tumulto espantoso y
negro de la desolación.
"Vencer el Mal Haciendo el Bien"
Aquel que quebrante la Ley tiene que recibir el castigo (21) cada quien por sí mismo, y
ningún otro en su lugar.
Cada individuo recibe la Ley y tiene que elaborar su propio destino y su propio Karma.
y no debe aceptar el mal como si fuera el bien, sino que debe convertir el mal en el bien
aplicando la Ley constructiva. El mal, ya sea kármico o debido a la naturaleza del
hombre, es el combustible que se puede inflamar con objeto de librar el oro de la
escoria, despertar el Fuego Divino que está dentro y producir la Inmortalidad, así como
el fango en el fondo de un lago proporciona el alimento que hace brotar el lirio
inmaculado.
La diferentes etapas del crecimiento, comenzando por el más bajo criminal y acabando
con el Salvador del mundo, son a la vez la causa y el efecto de la acción o reacción
kármicas. El Alma, que lucha con la experiencia durante su vida mundana y planetaria
por transformarse en una conciencia y una individualidad a menudo, debido a juicio
erróneo, frecuentemente comete errores graves en proporción a su intención. Estos
errores, al hacer impacto en la Ley del desarrollo, producen más o menos efectos
latentes que deben reducirse a cero.
Si yo, como un individuo envanecido por la opulencia, en mi Alma, desprecié y
atropellé a uno quien por su humilde condición esperaba auxilio y compasión de mi
entonces sufriré la pena de la regla áurea y se me hará como he hecho a los otros, hasta
que el cautivante egoísmo de mi carácter se haya sometido y rendido por completo y se
haya efectuado una entera compensación. Así el tirano de hoy puede resultar fácilmente
el mendigo de la siguiente encarnación.
No hay Manera de Escapar de la Ley
Las religiones han chocado y han aplastado millones de Almas inocentes, y todo porque
se han adherido a la letra y no han podido hallar, mediante análisis, el espíritu de sus
doctrinas. El calvinismo y el arminianismo han medido armas con alegatos opuestos.
Los que creen que el hombre es un ser predestinado no se pueden resignar a la doctrina
del Libre Albedrío. Y sin embargo ambas doctrinas existen y ambas son verdad. Debido
a la seguridad de la expiación, ya sea mediante el sufrimiento o al revés, de los actos
realizados en cualquier vida, el hombre está predestinado a seguir cierta línea de acción.
De esto no hay manera de escapar. La ley exige de él una completa compensación. Esta
es la predestinación del Karma previo. y mientras resuelve así "su propia salvación con
temor y temblor", quizá resista y luche y, por así decirlo, se arroje con furia ciega contra
los muros invisibles que lo retiene para su castigo y detrimento. Mediante tal resistencia
crea para sí una situación indeseable en el ciclo de la vida actual y, a la vez, un Karma
indeseable que requerirá más encarnaciones a fin de librarse de su cautiverio.
El Hombre es Pesado en la Balanza
Si aceptamos la vida tan placentera como humana mente sea posible aún cuando las
condiciones y circunstancias son decididamente desagradables e indeseables, siempre
que la meta sea elevada y con propósito, y se aprovechen las oportunidades según
se presentan hasta el punto de cosechar dulzura de las experiencias amargas, la próxima
encarnación será ampliamente distinta en todos sentidos y cada individuo será
compensado por todo lo que se ha hecho injustamente.
Además, no es siempre cierto que haya que esperar hasta la próxima encarnación para
recibir sus premios y ganancias. A menudo la prueba, la experiencia y la rendición de
cuentas ocurren en la vida actual y se siguen en rápida sucesión. ¡Con cuánta frecuencia
notamos los distintos caracteres de los hombres al ver cómo reaccionan ante una
condición semejante! Por esta parte, vemos cómo un hombre acepta un problema
personal indeseable como una cosa natural. Puede ser que lo considere completamente
injusto e inmerecido, pero reconoce que se le debe hacer frente con el objeto de
resolverlo y luego proceder otra vez de un modo normal. Sin malicia y con clara visión
emprende la solución al problema. Ni se irrita ni maldice. Tampoco jura venganza sobre
los demás que están relacionados. Tal cosa es para él una pérdida de tiempo. Hay una
tarea por hacer y la hace. Ese hombre no sólo ha preparado una condición kármica
favorable para el porvenir, sino que de hecho ha puesto en movimiento las fuerzas que
habrán de ayudarle hacia el éxito espiritual o material, sea cual fuere, y lo aprovechará
en el futuro próximo.
El otro, de temperamento totalmente distinto, reconocerá sólo la mano de la fatalidad y
la malicia de sus prójimos en el asunto.
No puede concebir que sea algo para probar su valía. No puede percibir que una Ley
justa esté en función. Lo único que comprende es que aparentemente es una injusticia.
Como tal, no se debe esperar que le haga frente. Su falta de razonamiento es la causa de
que desempeñe su trabajo de un modo negligente y con ganas de fracasar. Se debilita
mental y físicamente debido a la mala voluntad que experimenta durante toda la
operación, y al terminar no sólo ha fracasado en darse crédito sino que también
se ha hecho indigno de algo mejor. No ha compensado un buen Karma porque ha
obrado a desgano y toda su mala voluntad, la amargura, y la condenación de sus
pensamientos y palabras han creado una cantidad proporcionada de mal Karma para el
porvenir.
"Bienaventurados son los Mansos"
El Karma es, a la vez, la Ley de la predestinación y el Libre Albedrío. El hombre se
halla atado a sus actos pasados, a sus actos presentes y a sus actos futuros. Nuestro
presente queda en rehenes para el futuro para edificar ese templo que "no se hace
con las manos", así como es en el logro del éxito material. Bienaventurados los que
edifican de una encarnació n a otra, o como dijo el Maestro, "bienaventurados los
mansos (los que cumplen con su deber según los afrontan) porque de ellos será el reino
de los cielos". Es decir, conocerán la paz, la felicidad y el provecho; y no es sacrilegio
mencionar provecho conj untamente con la paz, la felicidad y Dios. Uno es la reacción
de la Ley de la Dualidad, y aunque sean opuestos son del mismo orden.
"Un Día es como Mil Años, y Mil Años como un Día"
Si salimos al aire libre en una noche clara y estrellada y levantamos los ojos hacia las
bóvedas azules de aquello que llamamos cielo, veremos la luz de innumerables estrellas
tan lejanas de nosotros que exigen un máximo esfuerzo del genio matemático para
calcular su distancia. Con una velocidad inconcebible, ese rayo de luz que penetra
nuestras pupilas ha viajado por muchos años antes de cubrir la distancia que media entre
el observador y aquel mundo de que es parte.
En cualquier momento de todo ese tiempo inmensurable un ojo que percibiera este rayo
de luz podría ver la estrella más o menos claramente según su propia fuerza y poder de
percepción.
Así es que en algún punto de ese espacio ha habido y habrá siempre una imagen de esa
estrella, vista debido a la luz emitida por su superficie.
Teniendo percepción de todo lo manifestado y no manifestado, Dios, la Ley, o el Rollo
de Pergamino Eterno puede mirar a un tiempo en este registro de sucesos pasados y
presentes, y de ese modo "a Su vista un día es como mil años y mil años como un día."
Este es el libro que, según el Apocalipsis, San Juan vio abrirse ante él y significa, ni
más ni menos eso, puesto que, así como la luz de cada estrella puede verse por
separado, así todo acto humano se registra en el registro del tiempo y queda expuesto
a la Ley operante para inmediata inspección y, asimismo, hay que revivir y reemplazar
cada acto no constructivo por fuerza de la Ley misma, o borrarlo voluntariamente con
actos de bondad y motivos humanitarios.
"La Vibración Más Fuerte Siempre Domina"
Las enseñanzas de los Iniciados del pasado, así como las investigaciones del presente
coinciden al final de que existe un medio de comunicación permeable a la atmósfera de
la misma manera que el agua en una esponja. Así como la luz actúa en la atmósfera, así
el pensamiento actúa sobre esta superficie más fina que se llama de varios modos:
"Akasa", la "Luz Astral", o sencillamente la "Astral" (23) .
La analogía entre la Astral y la atmósfera, en cuanto a la recepción y retención de
impresiones, es muy notable, pues la una vibra debido a la luz y la otra debido al
pensamiento.
Ejemplo: desde su tribuna un orador mueve a su público, produciendo en ellos sonrisas,
lágrimas, graves pensamientos y expresiones de cólera. ¿Cómo lo logra? No les toca
con la mano; sus palabras no son más que vibraciones en el aire vacío. ¿Cuál es la
fuerza invisible que ejerce semejante poder? ¿Cuál sino el impacto de la potencia
individual en la corriente cósmica del Universo, potencia que tiene su origen en la
emoción, pasión o fe innata que siente el orador, que eleva sus vibraciones muy por
encima de las masas, abre el camino a su influjo y excita los sentimientos de las masas
de igual manera que, cuando se establece en un circuito la corriente eléctrica que
proviene de un generador, toda la maquinaria que se halla conexo entra en movimiento?
Las masas o están pasivas o están menos afinadas que las fuerzas de vibración del
orador, y en consecuencia, éste no encuentra resistencia. He aquí el secreto del
hipnotismo y de todas las Fuerzas Ocultas en general.
En la Astral, pues, se hallan guardadas las impresiones mentales y actuales del
Universo, así como las impresiones actuales de nuestra vida individual y nuestro
ambiente se hallan en nuestra memoria.
Se ha dicho bien y con razón que, de igual manera que la memoria de un ho mbre es el
historial de su vida, así la Astral es el historial del mundo. Lo que la memoria humana,completamente despierta, es para el hombre, la Astral es para Dios. Es, en efecto, la
memoria divina.
Toda Sabiduría y Todo Conocimiento están en el Eter
Hay que vivificar la memoria con objeto de que pueda funcionar como es debido. El
Alma del hombre, su pleno y verdadero ser, al despertar vivifica su memoria. La
memoria de Dios se hace activa gracias a Su aura o Sus efluvios, que es lo más refinado,
impalpable e irresistible del Universo. Se conoce con el nombre de éter, y su relación
con la Astral es semejante a la relación del Alma con el cuerpo. Es el tercero de "los
libros que fueron abiertos", o sea el libro de la percepción. Gracias a él, una percepción
clara o sexto sentido, conocido con el nombre de la "clarividencia " recibe y transmite
impresiones de tal modo que logra ponerse "en contacto" con la Suprema Inteligencia y
toda la creación. El Universo está singular e íntimamente ligado por esta, tranquila e
impalpable aura, que hace vibrar a cada impulso y germina el pensamiento. También
gracias a ella se acrecientan la sabiduría y la gloria de Dios, cuyas manifestaciones con
el Amor, la Sabiduría, el Entendimiento y la Inteligencia, elementos cuya existencia no
dudamos aunque no queramos creer en Dios, a Quien estos atributos constantemente
manifiestan. Este éter es el Alma del Orden Cósmico.
En el Dominio Cósmico el éter se manifiesta con el objeto de formular la configuración
de todo pensamiento, toda palabra, todo deseo y todo acto que pueda adquirir
manifestación física. Por consiguiente, el éter o aeth contiene todo conocimiento y toda
sabiduría, y aquellos que tengan el don o que cultiven esta visión anímica o
clarividencia pueden, si acaso luchan por comprender lo que constantemente se
desenvuelve ante sus ojos, lograr aquello que en verdad y con sinceridad buscan. Todo
lo que ha existido en el pensamiento de otros hombres o en el pensamiento Divino o
Creador puede ser visto, leído, estudiado y entendido. Es el Libro de la Vida, el
Historial de la Sabiduría, La Memoria de Dios. Luego, la tarea de todas las Cofradías
Ocultas fieles a su misión es despertar al Neófito de manera que pueda participar en esa
lectura durante el curso de su vida.
Recapitulación
Los hombres se rebelan contra lo que consideran sus limitaciones de igual manera que
los perros llenos de vida tiran de la traílla con ansia de libertad. La limitación es un
factor necesario del crecimiento, el conocimiento y la experiencia; y es sólo mediante el
conocimiento, obtenido por experiencia y el crecimiento que se puede adquirir el
conocimiento adecuado para proseguir desde cualquier punto y en cualesquier
circunstancias. De no ser así, no habría necesidad de que retornara el ego a la vida
terrena una vez que la ha dejado. Si fuera posible para el Alma crecer, acumular sus
conocimientos y aumentar su potencia y la fuerza de su voluntad en el dominio en que
haya entrado después de abandonar el plano terrenal, sería de veras absurdo que
descendiera una vez tras otra a las aflicciones y adversas condiciones de la vida terrena.
El hecho de que millones de seres vivientes en la actualidad, así como indecibles
millones en el pasado, no han podido desarrollar ni la centésima parte de un solo talento
de los muchos que poseen es prueba patente de que las repetidas encarnaciones son
necesarias. Sólo de vez en cuando, quizá una sola entre cinco millones de Almas,
realmente desarrolla cuando menos uno o más talentos hasta un grado notable. Téngase
como ejemplos: Edison (1847-1931; inventor de numerosos aparatos eléctricos, en particular del fonógrafo y de la lámpara de incandescencia que lleva su nombre); Luther
Burbank (1849-1926; famoso horticultor norteamericano); Charles Proteus Steinmetz
(1865-1923; ingeniero eléctrico norteamericano, nacido en Alemania) ; y algunos otros.
La casi increíble multitud de los restantes apenas logran estar conscientes de que poseen
un cuerpo físico, un cerebro con que pensar, y unos cuantos acaban por desarrollar su
facultad mental, pero hasta un grado muy inferior.
Hermes - La Sabiduría Colectiva
Se ha hablado de las Escuelas Arcanas, las Cofradías Ocultas, las Escuelas de Iniciados.
Todas ellas se fundan primordialmente en lo que se conoce genéricamente como las
enseñanzas o filosofía de Hermes. Hermes es un personaje o nombre simbólico que
significa sabiduría colectiva, es decir, la sabiduría acumulada por los indagadores o
Acólitos de la Sabiduría a través de los siglos.
Las Escuelas de Iniciados han existido desde el momento en que el primer hombre de
mente racional tuvo la idea de que el cuerpo y la mente humana tiene otra razón de ser
que la mera duración de unos cuantos años, en el curso de los cuales el hombre habrá de
gozar un poco, sufrir mucho y luego morir.
Dicha idea dió lugar a la convicción de que el pensamiento, que puede atisbar el
porvenir, también es capaz de dar manifestación al ser anímico que está dentro.
Teniendo eso en cuenta, puso manos a la obra y después de mucho tiempo logró
adquirir conciencia de su propia Alma, un conocimiento de su participación en Dios, y
creó la primera Hermandad Espiritual, o sea, la primera Escuela de Iniciados.
El fue el origen de la Escuela Hermética de Sabiduría. Ese hombre que logró
comunicarse con la Divinidad por vía de su Conciencia anímica o Iluminación,
consciente de que todo logro depende de la armonía de unidad que es el solo
instrumento para adquirir y poseer el conocimiento, decidió establecer una hermandad
de sabiduría. Los miembros de esta sociedad buscan todos una perfecta y total armonía,
y saben que al ayudarse el uno al otro a encontrarla se ayudan a sí mismos a reforzar su
situación en el dominio espiritual. Las vibraciones que se producen deliberadamente por
el anhelo espiritual y que fluyen en el mismo plano se juntan y conllevan una fuerza
igual en proporción al número de corrientes individuales que fluyen en la misma
dirección; de ahí la potencia de muchas unidades singulares que obran con la misma
meta, en armonía y unidad entre ellas.
"Mi Palabra no volverá a mí Vacía"
Se ha dicho que el primer rey de la Atlántida, quien se convirtió en el primer Iniciado al
llegar a tener una conciencia anímica de la Deidad, fue quien estableció la primera
Cofradía Oculta. No tiene importancia que esto sea verdad o leyenda.
Como resultado de sus esfuerzos y del poder que los miembros de esa primera Cofradía
supieron adquirir y manejar floreció una gran civilización que llegó a establecer
relaciones con las entidades y jerarquías espirituales de los planos invisibles.
Su templo, con su gran torre blanca siempre apuntando hacia los cielos como fuente de
la Luz, la fuerza y el poder, tanto visibles como espirituales, era un símbolo de las
aspiraciones de los hermanos, unidos en la obligación y el común anhelo de encontrar,
poseer, proteger y desplegar todos los conocimientos y todo aquello que pertenece al conocimiento, fuerza y poder otorgados a los hombres, hecho que sigue siendo verdad
hoy día con respecto a la Gran y Silenciosa Cofradía.
Y este ideal se manifestó por medio de las fuerzas individualizadas de las leyes
naturales, puesto que no puede haber una Ley sobrenatural. La llamada ley sobrenatural
es el Divino Omnipotente en función, y de EL y de su actividad procede toda ley.
El está sobre la ley, y sin embargo es la ley; y en cuanto a la consistencia requerida para
la armonía, es la unidad que nace de la armonía. Una vez que ha creado o puesto en
movimiento una ley; no puede interferir en ella o modificarla. Una vez que la ley
procede de El, trae con ella el complemento y el fin. "Mi palabra no volverá a mi vacía"
es el mandamiento eterno. Aquellos que armonicen con la Ley, lo cual no estorba en el
éxito material y los compromisos terrenos, obtendrán un beneficio en proporción exacta
a su armonía y unidad con la Ley.
El Hombre está Destinado a Reinar sobre su Ambiente
La Gran Cofradía, hermética de nacimiento, intenta continuar su total labor de prevenir
la enorme catástrofe que lo físico ha traído sobre sí mismo; se ha producido una
condición desastrosa debido a que el ser espiritual, el Alma, ha ido cediendo poco a
poco a la dominación física. Lo físico goza mil veces más cuando el espíritu está bajo su
dominación, ya que de sí no puede darse ningún placer ni lujuria. En caso semejante el
espíritu, que está al servicio de lo físico, crea la atmósfera circundante y el ambiente
de todo aquello que es holgura para lo físico. Mas cuando lo físico le está subordinado,
entonces el espíritu es muchas veces más fuerte porque puede manifestarse mediante su
dominio sobre todo lo que es terrenal; y no hay que olvidar que la primera promesa que
se hizo al hombre fue que reinaría sobre su ambiente.
El hombre, individual y colectivamente, cometió el error de permitir que ambientes
materiales esclavizaran su ser espiritual, y desde entonces nunca ha sido libre. Es
porque al fin comienza a darse cuenta de lo pernicioso de su situación, que las
Jerarquías Espirituales junto con los Maestros Ocultistas y la Augusta Cofradía
nuevamente han podido organizarse y unir se para llevar a cabo la gran tarea que tienen
por delante. Todo aquello que tiene que ver con el mejoramiento de la condición
humana, todo aquello que ayude a levantar al hombre de la bajeza de la tierra y
posiblemente elevarlo hacia una vida superior y más noble y realmente efectiva es de la
incumbencia de la Gran Orden, mas no es preciso ni conveniente que los miembros
salgan a la calle vestidos como para un baile de máscaras y al son de tambores y
platillos se conviertan en un espectáculo en medio de las fuerzas enemigas.
El Hombre Puede Ser Esclavo o Libre
El mundo comienza apenas a percibir como verdad divina el hecho de que El Reino
espiritual gobierna y controla lo físico y que, si se les da la oportunidad, las fuerzas
espirituales tienen el poder de hacer lo que quieran en el dominio de lo físico.
Cuando dichas fuerzas desean realizar mejores condiciones en el mundo material obran
en ese plano, siempre intentando lograr su objetivo a través del ambiente físico. No hay
que culpar al hombre por haber descubierto que es muy difícil librarse del dominio de la
carne que ha heredado desde la edad de piedra, cuando lo físico conquistó a lo espiritual
debido al peso superior de aquél ya las condiciones exteriores. Con los conocimientos
de que ahora dispone, se ha hecho al hombre responsable si continúa rehusar cambiar por completo su actitud hacia los problemas de vivir y dejar de aprovechar las fuerzas
que lo elevarán de una servil esclavitud al éxito, la libertad y la conciencia espiritual.
Todo aquello cuyo valor es más que fugaz yace en el tesoro de lo invisible y aguarda
nuestras órdenes de mando. Es vuestro si vuestro espíritu es bastante fuerte para
aprovecharlo y poseerlo, para controlarlo y hacer uso de ello.
NOTAS
(1) Aquí yace el secreto de los Iniciados, Magos y Maestros de lo Oculto. Ellos han
aprendido en el curso de sus estudios y enseñanzas que casi todo lo físico es tanto
temporal como limitado. Aunque el lado físico del hombre se puede desarrollar a un alto
grado, sigue siendo sólo un vehículo o medio para que las fuerzas invisibles puedan
operar. Los Maestros Ocultos han aprendido a reconocer que el poder, la energía y la
fuerza no están en el cuerpo, ni siquiera en el cerebro, sino en ese algo intangible que
recibe los nombres de Espíritu, Alma y Fuego Inefable, un dínamo espiritual capaz
de generar lo que se llama magnetismo o fuerza magnética hasta un grado
incomprensible para las ciencias físicas. Es mediante el despertar de esta fuerza que se
puede lograr hasta lo increíble.
(2) La tarea más difícil que afronta el Maestro Instructor es el despertar aquéllos que
buscan la solución de los Misterios, del hecho que todo progreso real, ya sea en el plano
material o el espiritual, se basa necesariamente en la aceptación de las Leyes de la
dualidad, reconociendo como es debido que la mente y el cuerpo del hombre son
vehículos o medios de actividad, mas, totalmente, consciente de que el poder radica
únicamente en lo invisible interior y que es capaz de desarrollarse, de impartir energía y
de convertirse en un poder universal para lograr los fines deseados.
(3) Estos vocablos se emplean alternativamente por la sencilla razón de que el hombre
moderno es decididamente materialista y tiene fe sólo en lo que ve y siente. Por
consiguiente, para él, Dios no existe. Sin embargo, todos los hombres reconocen que
debe existir una ley operante y una fuente del ser. Que le llamemos Dios, el Infinito o la
Fuente, no tiene importancia. Existe, y la misión del hombre es comunicarse con esa
Fuente y participar en todos sus beneficios.
(4) El vocablo "espiritual" se emplea alternativamente con el vocablo "Alma". Es una
lástima que nuestro vocabulario sea demasiado pobre para proporcionarnos palabras,
términos y frases verdaderamente adecuadas a nuestro propósito para definir no sólo
estados anímicos sino hasta los matices de la naturaleza espiritual. A pesar de que el
vocablo "espíritu", se usa en vez de "Alma" este se refiere a un estado de condición y no
a la persona verdadera en el hombre como tiene el término Alma. Nos referimos en este
instante, al despertar del hombre verdadero, la cual si se permite progresar, hará que el
alma se manifieste. Una vez despiertas las fuerzas espirituales, pasan a formar parte del
Alma, la parte Inmortal del Hombre, y lo llevan hacia un éxito verdadero, perdurable e
inmortal.
(5) Por el momento es un hecho y a través de toda esta obra tenemos en mente el éxito
perdurable del hombre y no el temporal. Es posible que un hombre tenga éxito en un
sentido material, pero tal éxito dura poco. Todos sus bienes, sean tierras, casa, dinero,
joyas, y hasta la fama, son fugaces. En su éxodo del plano terrenal todo lo que ha
acumulado pasa pronto a manos de otros, quienes no pocas veces son enemigos de
aquello por lo cual él trabajó y quiene s reñirán entre sí y disiparán rápidamente todo
aquello que él trabajó, sufrió y, a menudo, engañó. Podríamos repetir las palabras del
Maestro: "Cuál es el provecho para el hombre si conquistare el mundo y perdiere su
alma".
(6) Este es el más alto Arcano Oculto, el que, una vez atendido, cambiará las
costumbres de todas las gentes. El éxito material, no obstante deseable, es sólo una
expresión de una ley dual. Es pasajero, efímero y temporal porque no tiene equilibrio.
Sin embargo, cuando tal éxito se logra y se combina con la otra expresión de la Ley, el
desarrollo o promoción espiritual del ser, entonces la Ley dual ha sido satisfecha, y el
éxito es entonces verdadero y permanente.
No obstante cuanto censuremos las escrituras, sin embargo, citas como la siguiente
tienen su aplicación fundamental: "Buscad primero el reino del Cielo y todo lo demás
será añadido". Por consiguiente, si se obedece la Ley Hermética primero, o
concurrentemente se desarrolla el ser espiritual o anímico, se logrará el éxito en el plano
material y, lo que es más importante, se logrará el equilibrio de la Ley dual, con lo cual
se tendrá un éxito duradero.
(7) Un axioma de las Escuelas Secretas es: "Conoced las mentes de todos los hombres e
instruidlos de un modo propicio." Es decir, descended a ellos y poco a poco elevad los
al dominio de la Luz y del entendimiento. Es por eso que las Escuelas nunca exigen
términos especiales. Si el Acólito tiene tendencias contrarias, entonces dejadlo llamar a
esto la Causa Creadora o la Ley Operante. No importa como le llamemos, tenemos que
reconocer que hubo una causa primaria que fue el origen de toda la creación y que esa
causa continúa funcionando. Mientras que el hombre-pigmeo sigue creyéndose "el amo
de la creación", vive y actúa brevemente y pasa a la historia y al olvido, esta Suprema
Inteligencia, este Padre, Dios o como le llamemos, ha sido, es y seguirá siendo.
(8) La Ley universalmente aplicable que el hombre in toto ha rehusado aceptar, y
enteramente para su mal, es la Ley absoluta de la Compensación. La razón es evidente.
Aunque no lo queramos reconocer, es un hecho innegable el que nadie ha vivido
estrictamente, con honor, justicia y moralidad. Por consiguiente, todos estamos en
deuda y, por lo tanto, obligados. Reconocer la Ley de la Compensación es reconocer
esta condición. Es un reconocimiento del cual nadie puede considerarse libre. Sin
embargo, reconozcámoslo o no, toda deuda tiene que pagarse hasta "el último penique",
y hasta entonces no seremos libres. Aquellos que buscan la forma más elevada del éxito,
ya sea espiritual o material, deben reconocer la Ley y esforzarse por aplicarla a todos
sus actos, seguros de que no retardará su progreso, sino que avanzará.
(9) El hombre no puede razonar más que por analogías y por lo tanto se nos perdonará
el que citemos un ejemplo concreto. Millones de creyentes devotos y hombres de la
iglesia son incapaces de reconciliar a un Dios justo y compasivo, al Padre de niños, con
la despiadada, inhumana y ultra salvaje matanza de gentes inocentes en China, por
ejemplo, ¿Por qué lo permite la Ley Divina? Cerremos los ojos al presente y miremos
hacia el futuro, aceptando la Ley de la Compensación y Justicia Absoluta. En China,
todo hombre, del más alto mandatario al más humilde siervo, así como todos aquellos
que sancionan abierta o tácitamente esa matanza y la facilitan, son igualmente culpables
de la destrucción de vidas humanas. Todos estos deben pasar y pasarán más allá del
sepulcro de algún modo u otro. Todos deberán renacer y aún ahora están condenados a
morir por muerte violenta a cambio de sus presentes actos. Puesto que todos ellos son
de igual tipo, naturaleza y temperamento, ¿Qué cosa más natural que vuelvan a nacer en
un ambiente parecido y cuando esté a punto de llegar la hora de cobrar, cuando la Ley
de la Compensación exija ya, hambre, una guerra maldita como la que ahora libran, o
que un torrente los empuje a su destrucción?
La función de esta Ley no incluye a aquéllos que se encuentren obligados a pelear para
salvar sus propias vidas o la vida de algún ser amado o de su patria. El instinto de
conservación es la primera ley de la Naturaleza, y todo aquél que levante la espada para
destruir a otro debe esperar a ser destruido.
(10) La actual tendencia universal parece estar en contra de todo lo religioso, y
declaraciones como éstas parecieran ser fundamentalmente religiosas. El error está en
creer que el vocablo "religioso" es sinónimo de "espiritual" y éste de algo que no es de
esta tierra y demasiado impráctico para vérselas con las luchas terrenas. Esta es una
falsa interpretación. Cuanto más aceptemos las leyes espirituales, tantos más seguros
estaremos de lograr una comprensión de esas leyes en que se funda todo éxito humano,
mundano o material, el cual se debe obtener sin explotar al prójimo y sin causarle
privaciones por motivos egoístas. La misión de la Ciencia Hermética y Arcana es el
formar al hombre como un todo, un hombre de doble función, dual, equilibrado
espiritual y materialmente en armonía con el infinito y, como consecuencia, un hombre
Libre.
(11) La filosofía hermética siempre ha enseñado que el Universo es el Macrocosmo o
mundo superior, mientras que el hombre es el Microcosmo o mundo pequeño. Los dos
son idénticos y se rigen por la misma ley. Así como el sol visible es el Alma del
Universo y todo dejaría de existir si el sol se pusiera para siempre, así el Alma del
hombre es su sol ya menos que se despierte esa alma y "surja", es decir, se manifieste o
se torne consciente, el tránsito del hombre será corto, y pasará sin volver jamás. Así
como el Creador del Universo y del hombre ha decretado que el sol ha de salir o el
universo ha de perecer, también ha decretado que el hombre, si ha de ser
verdaderamente hombre e Inmortal, tiene que hacer que salga su Sol, que brille su
Alma, para que ilumine su mundo pequeño.
(12) La ley esencial más importante en lo que respecta a la elevación o la degradación
del hombre es aquella que gobierna el pensamiento creador. Por sus propios
pensamientos y no de otra manera es como el ser humano se reedifica y se regenera y su
estado social progresa. y es también de esta manera que SE ENTRA MENTALMENTE
en el progreso y éxito personales, así, igualmente en todos los poderes propios del
Maestro Ocultista o Iniciado. En razón inversa, debilita y degrada su cuerpo, se atrae el
fracaso y la miseria y se convierte en el esclavo de los que inteligentemente o
inconscientemente aplican la Ley. Es esta Ley del Pensamiento Constructivo que es de
primera importancia para el alumno Ocultista y que debe ser aplicada por él si ha de
avanzar hacia los grados superiores.
(13) Mucho se ha dicho con relación a la influencia del mal sobre la humanidad. Sin
duda debe admitirse que existe tal influencia, pero también debe reconocerse que tal
influencia causa impresión o efecto sólo cuando no se está alerta. Los malos
pensamientos más poderosos despedidos por una experta mente maligna no pueden
ganar entrada o causar impresión en una mente que está libre del mal. La atracción tiene
lugar entre semejantes. Como es lo alto, así es lo bajo - ambas son Leyes Herméticas y
deben ser aceptadas como tales por el Iniciado. Para percibir, hay que estarse preparado
o, cuando menos, pasivo. Aún la mente débil que esté dispuesta al bien no puede ser
influida por palabras o pensamientos ma los. Eso lo impide la velocidad de la vibración.
Los malos pensamientos son de lenta vibración.
Todo lo bueno y constructivo es de rápida vibración. Una vibración de baja velocidad
no puede penetrar en una esfera de rápida vibración. La recepción radial ha comprobado
esta ley.
(14) No hay hombre que haya nacido tan desprovisto que no posea cuando menos una
cualidad que debidamente cultivada le facilite el éxito. Hay mucho que lograr. Habiendo
vencido una desventaja y logrado un éxito, se pueden hallar otros medios de modo que
un "talento" se puede multiplicar en varios. El éxito tiene la forma de una escala.
Se tiene que subir por ella para llegar a lo alto. Lástima es que de tantos millones sólo
unos cuantos estén listos o dispuestos para dar el primer paso. Los que componen la masa no están satisfechos con lo que son o poseen, ni tienen el valor moral de esforzarse
para vencer su inercia. Les es más fácil contemplar con indolencia a los pocos que
hacen los esfuerzos necesarios y luego culparlos por que logran el éxito que podrían
compartir.
(15) La debilidad de la masa está en que siempre ha estado dispuesta a teorizar o hacer
caso de las teorías ajenas. Se compone de meros creyentes que, como tales, nunca
sabrán la verdad. Algunos quedan satisfechos con el alegato, mientras que otros
requieren pruebas físicas proporcionadas por otros y casi siempre con ganancias para sí.
Este no es el método que debe emplearse para encontrar las respuestas a esas preguntas.
H ay una manera, y ésta ha estado al alcance de todo verdadero buscador desde antes de
que el hombre se dedicara a escribir la historia.
Las Escuelas Secretas siempre han mantenido abierta la Puerta para aquellos que en
verdad han buscado la solución al enigma de la vida. Mas esa búsqueda tiene que ser
diligente; tiene que aceptarse una teoría como una ley y ponerla en práctica con objeto
de tener, al pasar el tiempo, la experiencia personal que es la sabiduría del secreto de la
vida - no la fe, salvo como estímulo de acción, sino el esfuerzo que es el resultado de la
fe.
(16) La enseñanza hermética ha denominado por medio de varios nombres este
principio de vida: vitalidad, fuerza vital y esencia. Esto se debe al hecho de que el
vocablo "espíritu" es confundido generalmente con el vocablo "alma" o como sinónimo
de "Alma". Las Escuelas Secretas y las Cofradías Arcanas han definido claramente el
principio de vida, que todas la cosas tienen en común, como el espíritu y la parte
inmortal del hombre, o bien esa parte de él que se podría inmortalizar, como el Alma.
No es fácil a veces impedir que los dos vocablos se confundan, por la sencilla razón que
muy a menudo lo que parece ser el Alma del hombre es en realidad poco más que el
espíritu o la vida animal y quizá no podrá ser más que eso a través de muchas
encarnaciones, hasta que alguna gran pena, sufrimiento o pérdida obligue al individuo
a percatarse de la superficialidad de la existencia carnal y comienza a buscar la
verdadera.
(17) El vocablo "espíritu" se confunde aquí o se emplea indiferentemente con el vocablo
"Alma". No es el espíritu que se precipita dentro del cuerpo, ni lo es tampoco el Alma.
Cuando el cuerpo está listo para nacer, el espíritu o principio de vida envuelve los
factores indispensables, en espera de ser inhalado en la primera respiración del niño. Al
mismo tiempo el Alma que aguarda es atraída y encuentra domicilio en nuevo cuerpo,
del mismo modo que un inquilino toma posesión de una nueva casa.
(18) Aquí también se piensa en el Alma al referirse al espíritu. Si no está presente el
espíritu el niño nace muerto, mas no es el espíritu que obra como ancla del Alma dentro
del nuevo cuerpo; es la unidad mental perfeccionada que acaba por ser el ancla. El Alma
y el espíritu, son entidades distintas e independientes. Cuando éstas son aspiradas, surge
la mente y comienza a funcionar. Si por algún motivo hubiera alguna interferencia en
cualquier momento de la gestación, de manera tal que el cerebro no pudiera
desarrollarse normalmente, el Alma no permanecerá anclada, y el niño resultará un
idiota, desprovisto de Alma aunque provisto de espíritu, y viviría pero como irracional.
(19) Este aserto es imperfecto. Un escritor más reciente ofrece una expresión más
perfecta: "El Alma es la acumulación de experiencia". Se podría considerar la siguiente
analogía: para preparar los cimientos de una casa un hombre acumula materiales -
piedra, madera, herramientas, etc., y luego se dispone a combinarlos hasta que al fin
construye una casa. De igual manera el hombre acumula los materiales de su Alma.
Cada experiencia es como una piedra, una pieza de madera o de hierro, etc., que se utiliza en la construcción de una casa, y el carácter de su Alma dependerá de las
experiencias que haya tenido.
(20) Las Escuelas Secretas aceptan esto como una doctrina fundamental de su filosofía.
La Atlántida renacida es la visión de todos los Acólitos de las Fraternidades Arcanas.
La Atlántida, luego Egipto y ahora América - la tierra cubierta con alas. Todo aquél que
se interese en este aspecto de la Enseñanza Oculta debe leer Our Story of Atlantis
(Nuestra historia de la Atlántida) de W. P. Phelon, M.D.
(21) Sólo hay una excepción a esta regla. El que se halla en entredicho bajo la Ley
Kármica o ha cometido un acto o actos en contra de la Ley Divina puede restablecerse
dentro de la Ley mediante un acto de bondad o piedad. Un ejemplo: un hombre ha
robado deliberadamente u obtenido con engaños dinero de otro que no puede soportar la
pérdida. La Ley del Karma exige que el culpable en alguna forma sufra una pérdida
semejante junto con un fuerte interés y cuando menos preparado esté para ello. Si está
consciente de esta Ley, tal persona puede anticipar la acción de la Ley Kármica
ayudando una causa meritoria o a alguna persona verdaderamente desgraciada en un
grado mayor que la cantidad que tomó ilegalmente. Esto obedece al precepto de "vencer
el mal haciendo el bien".
(22) Sería una bendición para indecibles millones de gentes y la salvación de naciones
enteras en el presente año de 1938 si los egomaníacos que ahora derraman muerte y
destrucción sobre indefensos fueran obligados a aceptar esta Ley. Entonces
comprenderían en seguida que para cada conquista, para cada "laurel" que añadirían a
su corona, crean condiciones y ponen en movimiento ciertas fuerzas que convertirán en
esclavos a ellos mismos y a sus secuaces por muchos siglos venideros; y cada victoria
traerá a ellos y sus seguidores diez veces más castigos, y los que quieren ganar la tierra
acabarán por perder sus propias Almas. El Infierno del Dante no es comparable con el
sitio que estos jefes ciegos están ahora preparando para sí y que han de habitar en un
futuro no muy distante.
(23) La mayoría de los que escriben sobre el Ocultismo emplean todavía el vocablo
"Astral" porque es difícil hallar otro que lo substituya. En términos generales, dicho
vocablo no corresponde a la Sala de Historiales, donde se hallan registradas todas las
acciones humanas, sino más bien a la esfera donde las Almas inconscientes moran
durante el período entre la vida terrena y su siguiente encarnación.
Las Escuelas de Iniciados aceptan y emplean el vocablo con ciertas reservas, sin
mantener que corresponda en corrección o en descripción al Historial del Alma.