quarta-feira, 4 de maio de 2016

Blazar



Un blazar es una fuente de energía muy compacta y altamente variable, asociada a un agujero negro situado en el centro de una galaxia. Los blazares están entre los fenómenos más violentos del Universo, y son un tema importante en la astronomía extragaláctica.

Los blazares son un tipo particular de núcleo activo galáctico (en inglés Active galactic nucleus o AGN), caracterizado por emitir un jet relativista. Actualmente se acepta que un blazar es un cuásar, con la salvedad de que su jet se encuentra apuntando en dirección a la Tierra. El hecho de que observemos el jet orientado directamente a nosotros, explica tanto la intensidad como la rápida variabilidad y rasgos de los distintos tipos de blazars. Muchos blazars parecen experimentar velocidades superlumínicas dentro de los primeros pársecs de sus jets, probablemente debido a los frentes de onda de choque relativísticos.

Los blazars no constituyen un grupo homogéneo, y se dividen en dos grupos:

cuásares altamente variables, (denominados también en inglés "OVV", de Optically Violent Variable quasars), que son un pequeño subgrupo dentro de los quásares.
objetos BL Lacertae, objetos «BL Lac» o simplemente «BL Lacs».
El nombre de "blazar" fue acuñado originalmente en 1978 por el astrónomo Edward Spiegel para indicar la combinación de estas dos clases. Algunos de estos objetos pueden ser blazares intermedios, los cuales parecen tener una mezcla de las propiedades de ambos.

El cuadro generalmente aceptado de estos quasares OVV es que son, intrínsecamente, potentes radio galaxias, mientras que los objetos BL Lac son, básicamente, galaxias de fuentes de radio débil. En ambos casos, los centros galácticos son de galaxias gigantes elípticas.

Los modelos alternativos, por ejemplo las microlentes gravitacionales, pueden responder a las observaciones de algunos blazars pero no son consistentes con las propiedades generales.

También se considera que los agujeros negros configuran blazares cuando los chorros de plasma que les pueden estar asociados son visibles. Se cree que los cuásares (y blázares) son propios de los primeros estadios de evolución de las galaxias; lo que explicaría por qué sólo los observamos a distancias de miles de millones de años luz (y por tanto muy antiguos) mientras tales objetos no se han encontrado en galaxias cercanas.

Las galaxias que contienen un núcleo activo (AGN) se denominan también galaxias activas.

Galaxia Activa



Una galaxia se dice activa cuando una fracción significativa de la radiación electromagnética que emite no es debida a los componentes "normales" de una galaxia (estrellas, polvo y gas interestelar).

El término núcleo activo de galaxia (AGN, por sus siglas en inglés) se usa frecuentemente para denominar este tipo de objeto, ya que la energía emitida por las galaxias activas se debe aparentemente a una región compacta en su centro. En algunos casos, esta región central emite chorros de partículas que se extienden por grandes distancias, provocando emisión desde regiones extendidas, si bien en todos los casos la fuente última de la energía emitida es la región central.

El modelo teórico más aceptado unifica distintos tipos de objetos, tales como galaxias seyfert, quasares y blazares, los que aparentan ser distintos debido al ángulo de inclinación en el cielo.

Según el modelo unificado, la energía se genera por materia (gas y polvo) que cae a un agujero negro supermasivo, de entre 10^6 y 10^9 masas solares. El material al caer forma un disco de acreción, debido a la conservación de momento angular. El calentamiento por fricción causa que el material se transforme en plasma y genere un campo magnético a través del mecanismo alfa. La acreción es altamente eficiente para transformar materia en energía, pudiendo convertir hasta la mitad de la masa en reposo de la materia en energía (en comparación, por ejemplo, al pequeño porcentaje de eficiencia de la fusión nuclear).

Se cree que cuando el agujero negro ha consumido todo el gas y polvo de su vecindad, la galaxia activa deja de emitir grandes cantidades de energía y se transforma en una galaxia normal. Este modelo se apoya en lo que parece ser un agujero negro supermasivo sin actividad en el centro de la Vía Láctea y otras galaxias cercanas. También este modelo explica el hecho de que los quasares sean mucho más frecuentes en el universo temprano.

Las galaxias activas se dividen en dos grupos: las que resultan muy brillantes al ser observadas con un radio-telescopio (radio-loud AGN) y las que no (radio-quiet AGN).

Historia

En 1909 Edward A. Fath descubre líneas de emisión en un espectro de la "nebulosa espiral" NGC 1068. El espectro se componía de líneas de absorción junto con líneas de emisión como las que se veían en las nebulosas gaseosas. Carl K. Seyfert descubre en 1943 que algunas galaxias tienen un núcleo, en apariencia puntual, que es el originario de estas líneas de emisión. Este es el primer trabajo sistemático en busca de este tipo especial de galaxias. La emisión de estas galaxias era muy parecida a las líneas de emisión de una nebulosa planetaria sobreimpresas a un espectro típico de una estrella como el Sol (tipo G). La anchura de las líneas es atribuida por Seyfert al desplazamiento Doppler, de esta manera se obtienen velocidades de hasta 8500 km/s en la zona nuclear. Esto se correspondería con un gas muy caliente que se mueve a alta velocidad, en contraste con los 300 km/s a los que se mueven como promedio las estrellas y el gas de una galaxia espiral normal. A este tipo de galaxias se les denomina galaxias Seyfert.

En los años 50 y 60 las galaxias activas adquieren un papel importante en la astronomía que llega hasta hoy día. Tras el desarrollo inicial de la radioastronomía por los pioneros en esta área como Jansky y Reber se empiezan a realizar las primeras exploraciones del cielo en radio, buscando posiciones precisas de las fuentes y la identificación óptica de éstas. Smith en 1951 obtiene posiciones precisas para Cyg A, Cas A y otras fuentes. Con estas posiciones, Baade y Minkowski en 1954 identifican ópticamente Cyg A y Cas A, pudiendo estimarse sus distancias a partir de sus espectros. Se observan galaxias muy distorsionadas como el origen de esta emisión. Estas fuentes presentaban luminosidades altísimas en radio, incluso más fuertes que en visible. Se descubren más tarde un tipo de galaxias con núcleos muy brillantes en longitudes de onda de radio, a las que llamarían "radio estrellas", que, tras comprobar que eran fuentes extragalácticas pasan a denominarse cuásares. Estos cuásares son galaxias del tipo de Cyg A situados a grandes distancias.

Sandage (1965) encuentra una gran población de objetos que, aún sin tener una emisión fuerte en radio, se asemeja en todos los demás aspectos a los cuásares. Estos objetos presentan una gran emisión en ultravioleta (UV) con respecto al óptico y son conocidos como QSO (de Quasi-Stellar Objets). Se encuentra un paralelismo entre estos objetos, situados en núcleos de galaxias muy lejanas, con las galaxias Seyfert. Más tarde se encuentran galaxias emisoras de radio de un tipo denominado BL Lac, galaxias con regiones nucleares emisoras de baja ionización (LINERs) y otras galaxias con una fenomenología parecida. Todas las características comunes llevaron a postular la idea de un origen común de todos estos diferentes objetos englobándolos dentro del concepto de AGN.

Radiación Cósmica



Los rayos cósmicos, también llamados radiación cósmica, son partículas subatómicas procedentes del espacio exterior cuya energía, debido a su gran velocidad, es muy elevada: cercana a la velocidad de la luz. Se descubrieron cuando se comprobó que la conductividad eléctrica de la atmósfera terrestre se debe a ionización causada por radiaciones de alta energía.

En 1911, Victor Franz Hess, físico austríaco, demostró que la ionización atmosférica aumenta proporcionalmente a la altitud. Concluyó que la radiación debía proceder del espacio exterior.
El descubrimiento de que la intensidad de radiación depende de la altitud indica que las partículas integrantes de la radiación están eléctricamente cargadas y que las desvía el campo magnético terrestre.
Ernest Rutherford y sus colaboradores, contraria y anteriormente a las experiencias de Hess, supusieron que la ionización observada por el espectroscopio se debía a la radiactividad terrestre, ya que, medidas realizadas en 1910 en la base y la cúspide de la Torre Eiffel, así lo detectaban.
Robert Andrews Millikan acuñó la expresión rayos cósmicos tras sus propias mediciones que concluyeron en que, efectivamente, eran de origen muy lejano, incluso exterior al Sistema Solar.

Historia

Tras el descubrimiento de la radiactividad por Henri Becquerel en 1896, se aceptaba que la electricidad atmosférica - ionización del aire - era provocada exclusivamente por la radiación generada a su vez por elementos radiactivos en el suelo y por los gases radiactivos o isótopos de radón que aquellos producen. La posterior medición, durante la década de 1900 a 1910, de la tasa de ionización (ritmo de ionización del aire) respecto a la altitud demostró un descenso que podía explicarse por la absorción de la radiación ionizante por el aire interpuesto.

Descubrimiento

En 1909, Theodor Wulf desarrolló el primer electrómetro. Éste era un instrumento diseñado para medir la tasa de producción de iones dentro de un contenedor sellado herméticamente. Wulf usó este instrumento para demostrar que los niveles de radiación ionizante en la cúspide de la Torre Eiffel eran mayores que en su base. Sin embargo, su artículo, publicado en Physikalische Zeitschrift, no encontró amplia aceptación. En 1911, Domenico Pacini observó variaciones simultáneas de la tasa de ionización sobre un lago, sobre el mar y a una profundidad de 3 metros bajo la superficie. Del descenso observado bajo el agua, Pacini concluyó que una parte de la ionización se debe a fuentes distintas de la radiactividad terrestre.

Más tarde, en 1912, Victor Hess elevó tres electrómetros Wulf de precisión mejorada a una altitud de 5300 metros usando un globo aerostático y encontró que la tasa de ionización se multiplicaba aproximadamente por cuatro en comparación con la que podía medirse a nivel del suelo.Hess también descartó al Sol como la fuente de radiación responsable mediante un nuevo ascenso en globo durante un eclipse de sol casi total. Cuando la Luna estaba bloqueando la mayor parte de la radiación solar visible, Hess todavía pudo medir una tasa de ionización en aumento con la altura,y concluyó: "La mejor explicación al resultado de mis observaciones viene dada por la suposición de que una radiación de un enorme poder de penetración entra en nuestra atmósfera desde arriba". En 1913-1914, Werner Kolhörster confirmó las primeras observaciones de Hess al medir el incremento de la tasa de ionización a 9 km de altitud.

Hess recibió el Premio Nobel de física en 1936, por su descubrimiento.

El vuelo del globo de Hess tuvo lugar el 7 de agosto de 1912. Exactamente 100 años después, el 7 de agosto de 2012, el vehículo Mars Science Laboratory midió los niveles de radiación ionizante por vez primera en otro planeta por medio de su Detector de Medida de Radiación (RAD, por las siglas en inglés de Radiation Assessment Detector).

Origen

Aún no está claro el origen de los rayos cósmicos. Se sabe que, en los períodos en que se emiten grandes erupciones solares, el Sol emite rayos cósmicos de baja energía, pero estos fenómenos estelares no son frecuentes. Por lo tanto, no son motivo de explicación del origen de esta radiación. Tampoco lo son las erupciones de otras estrellas semejantes al Sol. Las grandes explosiones de supernovas son, al menos, responsables de la aceleración inicial de gran parte de los rayos cósmicos, ya que los restos de dichas explosiones son potentes fuentes de radio, que implican presencia de electrones de alta energía.

En 2007, un grupo de científicos argentinos del Observatorio Pierre Auger realizó un espectacular descubrimiento que inauguró una nueva rama de la astronomía. Este grupo encontró evidencias de que la mayor parte de las partículas de rayos cósmicos proviene de una constelación cercana: Centaurus.Esta constelación contiene una galaxia de núcleo activo, cuyo núcleo se debe a existencia de un agujero negro (probablemente supermasivo), al caer la materia a la ergosfera del agujero negro y rotar velozmente.

A enormes velocidades, centrífugamente, se fuga parte de esa materia, constituida por protones y neutrones. Al alcanzar la Tierra (u otros planetas con atmósferas suficientemente densas) sólo llegan los protones, los cuales, tras chocar contra las capas superiores atmosféricas, caen en cascadas de rayos cósmicos. El descubrimiento observado en Centaurus parece ser extrapolable a todas las galaxias de núcleos activados por agujeros negros.

También se cree que, como resultado de las ondas de choque procedentes de las supernovas que se propagan hasta el espacio interestelar, en éste se genera aceleración adicional. No existen pruebas directas de que las supernovas contribuyan de manera significativa a los rayos cósmicos. Sin embargo, se sugiere que las estrellas binarias de rayos X pueden ser fuentes de rayos cósmicos. En esos sistemas, una estrella normal cede masa a su complementaria, a una estrella de neutrones o bien a un agujero negro.

Los estudios radioastronómicos de otras galaxias muestran que éstas también contienen electrones de alta energía. Los centros de algunas galaxias emiten ondas de radio de mucha mayor intensidad que la Vía Láctea. Esto indica que contienen fuentes de partículas de alta energía.

Componentes a nivel del mar

Los rayos cósmicos que alcanzan la atmósfera en su capa superior son principalmente (98%) protones y partículas alfa de alta energía. El resto está constituido por electrones y partículas pesadas ionizadas. A éstas se les denomina partículas primarias.

Estas partículas cargadas interaccionan con la atmósfera y el campo magnético terrestre, se convierten en partículas secundarias (son producto de la interacción de las partículas primarias con la atmósfera) y se distribuyen de tal modo que, debido al campo magnético, la mayor intensidad de las partículas que alcanzan el suelo ocurre en los polos.

Por tanto, la componente de partículas que alcanzan el suelo varía según la altitud (a mayor altura, menos atmósfera con la cual interaccionar) y por la latitud (a mayor latitud, mayor cantidad de partículas desviadas por el campo magnético), y propician cierta variación con el ciclo solar (de 11 años).

A nivel del mar y a una latitud de unos 45º N, los componentes importantes de estas partículas son:

muones: 72%
fotones: 15%
neutrones: 9%

Las dosis recibidas debido a los rayos cósmicos varían entre 300 μSv (microsieverts) y 2 000 μSv al año. Promediada por la población, datos de ocupación y otros factores, se encuentra un valor promedio de 380 μSv/año.

Cascadas de rayos cósmicos

Las lluvias o cascadas de partículas subatómicas se originan por acción de rayos cósmicos primarios, cuya energía puede ser superior a 1020 eV (electronvoltios): cien millones de veces superior a la que se puede impartir a una partícula subatómica en los más potentes aceleradores de partículas.

Cuando un rayo cósmico de alta energía llega a la atmósfera terrestre interactúa con átomos de ésta, choca contra los gases y libera electrones. Este proceso excita los átomos y genera nuevas partículas. Éstas, a su vez, colisionan contra otras y provocan una serie de reacciones nucleares, que originan nuevas partículas que repiten el proceso en cascada. Así, puede formarse una cascada de más de 1011 nuevas partículas. Los corpúsculos integrantes de las cascadas se pueden medir con distintos tipos de detectores de partículas, generalmente basados en la ionización de la materia o en el efecto Cherenkov.

Galaxia De Bajo Brillo Superficial


Las galaxias de bajo brillo superficial o galaxias LSB (de las siglas en inglés de Low Surface Brightness) son galaxias muy difusas que emiten mucha menos luz por unidad de área que las galaxias normales.

Las galaxias de bajo brillo superficial son difíciles de detectar porque su brillo es apenas algo mayor que la del fondo interestelar. La primera galaxia de este tipo descubierta fue Malin 1 en 1987. Esta galaxia es cinco veces mayor que la Vía Láctea pero sólo tiene el 1% de la luminosidad de una galaxia normal.Sin embargo, dentro de este tipo de galaxias, son más comunes las galaxias enanas.

Se piensa que las galaxias LSB pueden suponer el 50% de las galaxias existentes y que en su centro hay una gran cantidad de materia oscura, hasta el punto de que pueden suponer la mayor parte de la masa del universo.Su evolución parece ser mucho más lenta que la de galaxias normales, y aparecen todas ellas en un estado temprano de formación.Tienden a estar más aisladas y a contener más gas de baja densidad, lo que dificulta la formación estelar. Como la formación estelar es la fuente de producción de elementos pesados, estas galaxias se caracterizan por su baja metalicidad.

Principales galaxias de bajo brillo superficial

Enana Irregular de Sagitario (SagDIG)
Enana de Fénix
Enana de Sculptor
Enana de Pegaso
Wolf-Lundmark-Melotte (WLM)
Sextans A
Sextans B

Galaxia oscura

Una galaxia oscura es un objeto del tamaño de una galaxia que contiene muy pocas o ninguna estrella, por lo que apenas emite luz. Puede contener gas, polvo interestelar y materia oscura. Varios objetos son candidatos para ser considerados galaxias oscuras:

HE0450-2958
HVC 127-41-330
VIRGOHI21

Jet (Astronomía)

En astronomía, Jet (también llamado jet o chorro relativista) es un término usado en varios contextos para referirse a chorros de materia que se encuentran generalmente asociados a discos de acreción, tanto en formación estelar, donde el jet es formado por materia con exceso de momento angular que no es incorporado en la estrella que está formándose, como en agujeros negros.

En estos, el jet puede tener tal velocidad que desde la Tierra parece moverse a velocidad mayor que la de la luz. Algunos de estos agujeros con jets pueden ser muy masivos y encontrarse en el centro de galaxias activas formando quásares o radiogalaxias muy energéticas.

Las observaciones realizadas a los jets determinaron que, como desde hace mucho tiempo se sabía, son eléctricamente neutros a grandes escalas (mayores que la longitud de Debye), están formados de plasma, es decir el estado de la materia en que electrones y protones se encuentran por separado. Los jets también llevan mucha más energía de la que al principio se creía. Las medidas de rayos X alcanzaron su punto máximo en 10 000 electronvoltios. Se calcula que los jets alcanzan 99,9 % de la velocidad de la luz y pueden llevar tanta masa como el planeta Júpiter.

Jets similares, aunque a una más pequeña escala, pueden desarrollarse alrededor de los discos de acreción de estrellas de neutrones y agujeros negros. A menudo llaman microcuasares a estos sistemas. Un ejemplo famoso es SS433, cuyo jet se ha observado que tiene una velocidad de 0,23c, aunque otros microcuasares aparentan tener chorros a velocidades mayores. Incluso otros más débiles y más pequeños pueden ser asociados con muchos sistemas binarios; el mecanismo de acreción para estos jets puede ser similar a los procesos de reconección magnéticos observados en magnetosfera de la Tierra y el viento solar, que también son plasmas pero no resultan ser colimados ni viajan a velocidades tan altas.

La materia expulsada a través de los jets resulta ser colimada por el campo magnético de la fuente, produciendo que la trayectoria sea lineal en sectores cercanos a la fuente. El jet mismo lejos de la fuente queda determinado por la acción de su propio campo magnético (ecuaciones de magnetohidrodinámica) el cual para la mayoría de los casos se asume toroidal, aunque una buena aproximación se puede obtener con las ecuaciones electrodinámicas.

Bulbo Galáctico

En astronomía, se llama bulbo galáctico al grupo central de estrellas que se encuentra en la mayoría de las galaxias espirales. Su distribución espacial es más o menos elipsoidal en contraposición a la distribución plana del disco, y aunque en un principio se había pensado que todos eran estructuras viejas que recuerdan a una galaxia elíptica en mitad de un disco galáctico hoy se piensa que hay varios tipos de bulbo.

Bulbos clásicos

Estos bulbos reciben su nombre por corresponderse al concepto clásico de bulbo. Están compuestos normalmente por estrellas de Población II, pequeñas, rojas y viejas. Esto es así porque todas las estrellas nacieron juntas con la galaxia, hace varios miles de millones de años y sólo las estrellas pequeñas y rojizas pueden vivir tanto tiempo. Existe muy poca cantidad de gas y polvo en ellos en contraposición al disco galáctico. Esto explica la relativamente baja cantidad de estrellas jóvenes y azules que hay en el bulbo ya que éstas se forman a partir de este gas, y además las órbitas de las estrellas que lo componen son aleatorias comparadas con las del disco galáctico. Dos excelentes ejemplos de estos tipos de bulbo son los existentes en las galaxias M31 y M81.

Se cree que el origen de estos bulbos tiene lugar en las colisiones y fusiones entre galaxias acaecidas en los momentos iniciales de la historia de éstas. Dichas colisiones comprimen el gas y provocan que gran parte de él se gaste en formar nuevas estrellas además de destruir las estructuras de las galaxias que colisionaron, formando tales estructuras. El resto de las estrellas y el gas que no han participado en la colisión acaban alrededor del bulbo formando el disco galáctico alrededor de éste.

Pseudobulbos

Estos bulbos tienen propiedades más parecidas a las de las galaxias espirales. Sus estrellas orbitan como las del disco y además no sólo hay polvo en ellos -que forma a veces una estructura espiral (miniespirales)- sino también estrellas jóvenes y formación estelar, todo lo cual es raro de encontrar en un bulbo clásico. A veces, de hecho, hay anillos nucleares en los que existe abundante formación estelar. Ejemplos respectivos de esto (pseudobulbo y anillo nuclear) se hallan -entre otras- en las galaxias M63 y NGC 4314.

Se cree que el origen de estas estructuras son las barras presentes en numerosas galaxias espirales, que transportan en gas al centro galáctico, dónde se comprime y provoca, además de esas estructuras, formación estelar, a menudo en tales anillos donde, aunque la tasa de formación estelar parezca modesta comparada con la que tiene lugar en las regiones exteriores de las galaxias que las albergan en realidad es muy elevada debido a la en comparación área muy pequeña en la que tienen lugar, rivalizando en algunos casos con las densidades encontradas en algunas galaxias con brote estelar. Si la transferencia de gas a la región central de la galaxia se mantiene durante mucho tiempo, es posible formar de este modo un pseudobulbo de gran tamaño.

Se cree que nuestra galaxia tiene este tipo de bulbo.

Agujeros negros centrales

Se cree que la mayoría de los bulbos galácticos albergan un agujero negro supermasivo en su centro. Tales agujeros negros nunca han sido observados directamente, pero existen muchas pruebas indirectas.

Microcuásar

Un microcuásar o microquasar es un objeto galáctico que posee características similares a las observadas en los cuasares. Es decir, representa una réplica a pequeña escala de los últimos.

Características

Sus características comunes con los cuásares son la emisión variable en radio, a veces en forma de jets bipolares (es decir, chorros de materia simétricos y opuestos) y un disco de acrecimiento alrededor de un objeto compacto, por lo general una estrella de neutrones o un agujero negro. En los cuásares, el agujero negro es supermasivo, lo que significa que tiene una masa de millones de masas solares. En cambio, en el caso de los microcuásares el objeto compacto tiene solamente unas pocas masas solares.

Los microcuásares son en realidad una estrella binaria de Rayos X —una estrella normal muy masiva y un objeto compacto— que desde la Tierra se detecta también en radio. El sistema está ligado gravitacionalmente, orbitando un objeto alrededor del otro. Cuando ambas estrellas están suficientemente cerca entre sí se produce transferencia de materia de la estrella masiva hacia el objeto compacto, debido a la atracción gravitatoria. Parte de esta energía se libera en forma de haces de partículas que viajan a velocidades cercanas a la de la luz, produciendo espectaculares emisiones de radiación. En algunos, debido a un efecto óptico por la orientación del jet con respecto al observador, se observa un movimiento superlumínico, en el que la masa del jet aparenta moverse a una velocidad superior a la de la luz. El disco de acrecimiento es detectado con una luminosidad muy alta en luz visible y rayos X. La diferencia entre los discos de acrecimiento de estos objetos y de los cuásares está en que la masa acrecida procede de la estrella compañera, mientras que en el caso de los cuásares la masa procede de la galaxia que lo rodea.

Estudio de microcuásares

Los microcuásares son muy importantes para el estudio de los jets relativistas. Los jets se forman cerca del agujero negro, y las escalas temporales, es decir, el tiempo en que ocurren procesos cerca del mismo son proporcionales a la masa del agujero. De esta manera, procesos que duran del orden de siglos en los cuásares tienen lugar en escalas de días para los microcuásares.

Los microcuásares son también sospechosos de contribuir a la producción de rayos cósmicos cuyo origen, casi cien años después de su descubrimiento, sigue siendo un misterio.

La revista Nature anunciaba en la portada el descubrimiento de los microcuásares (1992)1 y de la primera fuente superlumínica en la galaxia (1994).La revista Science publicaba en el mes de junio de 2006 que el candidato a microcuásar llamado LS I +61 303 fue observado por el telescopio MAGIC, revelando emisión de rayos gamma. Esta radiación presentaba una propiedad muy interesante: la intensidad de la emisión de rayos gamma de LS I +61 303 varía con el tiempo.Los microcuásares son considerados laboratorios galácticos que permiten contrastar aspectos de la teoría de la relatividad general y comprensión de la física en el límite de los campos gravitacionales más intensos.

Jacques Bergier - Melquisedeque

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