sexta-feira, 8 de abril de 2016
Materia Oscura
En astrofísica y cosmología física se denomina materia oscura a la hipotética materia que no emite suficiente radiación electromagnética para ser detectada con los medios técnicos actuales, pero cuya existencia se puede deducir a partir de los efectos gravitacionales que causa en la materia visible, tales como las estrellas o las galaxias, así como en las anisotropías del fondo cósmico de microondas presente en el universo.
No se debe confundir la materia oscura con la energía oscura. De acuerdo con las observaciones actuales (2010) de estructuras mayores que una galaxia, así como la cosmología del Big Bang, la materia oscura constituye del orden del 21% de la masa-energía del Universo observable y la energía oscura el 70%.
La materia oscura fue propuesta por Fritz Zwicky en 1933 ante la evidencia de una "masa no visible"que influía en las velocidades orbitales de las galaxias en los cúmulos. Posteriormente, otras observaciones han indicado la presencia de materia oscura en el universo: estas observaciones incluyen la citada velocidad de rotación de las galaxias, las lentes gravitacionales de los objetos de fondo por los cúmulos de galaxias, tales como el Cúmulo Bala (1E 0657-56) y la distribución de la temperatura del gas caliente en galaxias y cúmulos de galaxias.
La materia oscura también desempeña un papel central en la formación de estructuras y la evolución de galaxias y tiene efectos medibles en la anisotropía de la radiación de fondo de microondas. Todas estas pruebas sugieren que las galaxias, los cúmulos de galaxias y todo el Universo contiene mucha más materia que la que interactúa con la radiación electromagnética: lo restante es llamado "el componente de materia oscura".
La composición de la materia oscura se desconoce, pero puede incluir neutrinos ordinarios y pesados, partículas elementales recientemente postuladas como los WIMPs y los axiones, cuerpos astronómicos como las estrellas enanas, los planetas (colectivamente llamados MACHO) y las nubes de gases no luminosos. Las pruebas actuales favorecen los modelos en que el componente primario de la materia oscura son las nuevas partículas elementales llamadas colectivamente materia oscura no bariónica.
El componente de materia oscura tiene bastante más masa que el componente "visible" del Universo.En el presente, la densidad de bariones ordinarios y la radiación en el Universo se estima que son equivalentes aproximadamente a un átomo de hidrógeno por metro cúbico de espacio. Sólo aproximadamente el 5% de la densidad de energía total en el Universo (inferido de los efectos gravitacionales) se puede observar directamente. Se estima que en torno al 23% está compuesto de materia oscura. El 72% restante se piensa que consiste de energía oscura, un componente incluso más extraño, distribuido difusamente en el espacio.Alguna materia bariónica difícil de detectar realiza una contribución a la materia oscura, aunque algunos autores defienden que constituye sólo una pequeña porción.5 6 Aun así, hay que tener en cuenta que del 5% de materia bariónica estimada (la mitad de ella todavía no se ha detectado) se puede considerar materia oscura bariónica: Todas las estrellas, galaxias y gas observable forman menos de la mitad de los bariones (que se supone debería haber) y se cree que toda esta materia puede estar distribuida en filamentos gaseosos de baja densidad formando una red por todo el universo y en cuyos nodos se encuentran los diversos cúmulos de galaxias. En mayo de 2008, el telescopio XMM-Newton de la agencia espacial europea ha encontrado pruebas de la existencia de dicha red de filamentos.
La determinación de la naturaleza de esta masa no visible es una de las cuestiones más importantes de la cosmología moderna y la física de partículas. Se ha puesto de manifiesto que los nombres "materia oscura" y la "energía oscura" sirven principalmente como expresiones de nuestra ignorancia, casi como los primeros mapas etiquetados como "Terra incógnita".
Pruebas de observaciones
La primera persona en proporcionar pruebas y deducir la existencia del fenómeno que se ha llamado "materia oscura" fue el astrofísico suizo Fritz Zwicky, del Instituto Tecnológico de California (Caltech) en 1933.8
Aplicó el teorema de virial al cúmulo de galaxias Coma y obtuvo pruebas de masa no visible. Zwicky estimó la masa total del cúmulo basándose en los movimientos de las galaxias cercanas a su borde. Cuando comparó esta masa estimada con la estimada en el número de galaxias y con el brillo total del cúmulo, encontró que había unas 400 veces más masa de la esperada. La gravedad de las galaxias visibles en el cúmulo resultaba ser muy poca para tal velocidad orbital, por lo que se necesita mucha más. Esto es conocido como el "problema de la masa desaparecida". Basándose en estas conclusiones, Zwicky dedujo que tendría que haber alguna forma de "materia no visible" que proporcionaría suficiente masa y gravedad constituyendo todo el cúmulo.
Muchas de las evidencias de la existencia de materia oscura provienen del estudio de los movimientos de las galaxias. Muchas de estas parecen ser bastante uniformes, con lo que el teorema de virial de la energía cinética total debería ser la mitad del total de la energía gravitacional de las galaxias. Sin embargo, se ha hallado experimentalmente que la energía cinética total es mucho mayor: en particular, asumiendo que la masa gravitacional es debida sólo a la materia visible de la galaxia, las estrellas alejadas del centro de las galaxias tienen velocidades mucho mayores que las predichas por el teorema de virial. La curva de rotación galáctica que muestra la velocidad de rotación frente a la distancia del centro de la galaxia, no se puede explicar sólo mediante la materia visible. Suponiendo que la materia visible conforma sólo una pequeña parte del cúmulo, es la manera más sencilla de tener en cuenta esto. Las galaxias muestran signos de estar compuestas principalmente de un halo de materia oscura concentrado en su centro, con simetría casi esférica, con la materia visible concentrada en un disco central. Las galaxias de brillo débil superficial son fuentes importantes de información para el estudio de la materia oscura, ya que tienen una baja proporción de materia visible respecto de la materia oscura, y tienen varias estrellas brillantes en el centro que facilita la observación de la curva de rotación de estrellas periféricas.
De acuerdo con los resultados publicados en agosto de 2006, la materia oscura se ha detectado por separado de la materia ordinaria9 10 a través de medidas del Cúmulo Bala, realmente dos cúmulos de galaxias cercanos que colisionaron hace unos 150 millones de años.Los investigadores analizaron los efectos de las lentes gravitacionales para determinar la masa total de la distribución ambas y la compararon con los mapas de rayos X de gases calientes, que se pensaba que constituían la mayor parte de la materia ordinaria en los cúmulos. Los gases calientes interactuaron durante la colisión y permanecieron cerca del centro. Las galaxias individuales y la materia oscura no interactuaron y están más alejadas del centro.
Curvas de rotación galáctica
Durante casi 40 años después de las observaciones iniciales de Zwicky, ninguna otra observación corroborando las observaciones indicó que la relación masa-luz era distinta de la unidad (una alta relación masa-luz indica la presencia de la materia oscura). Pero a finales de los años 1960 y 1970, Vera Rubin, una astrónoma del Departamento de Magnetismo Terrestre del Carnegie Institution of Washington presentó los hallazgos basados en un nuevo espectrógrafo muy sensible que podía medir la curva de velocidad de galaxias espirales con un grado de precisión mayor que cualquier otro conseguido anteriormente. Junto con su compañero de staff Kent Ford, Rubin anunció en un encuentro en 1975 de la American Astronomical Society el asombroso descubrimiento de que muchas estrellas en distintas órbitas de galaxias espirales giraban a casi la misma velocidad angular, lo que implicaba que sus densidades eran muy uniformes más allá de la localización de muchas de las estrellas (el bulbo galáctico). Este resultado sugiere que incluso la gravedad newtoniana no se aplica universalmente o que, conservativamente, más del 50% de la masa de las galaxias estaba contenida en el relativamente oscuro halo galáctico. Este descubrimiento fue inicialmente tomado con escepticismo pero Rubin insistió en que las observaciones eran correctas. Posteriormente, otros astrónomos empezaron a corroborar su trabajo y se logró determinar muy bien el hecho de que muchas galaxias estuvieran dominadas por "materia oscura", y las excepciones parecían ser las galaxias con relaciones masa-luz cercanas a las de las estrellas. Consecuencia de esto, numerosas observaciones han indicado la presencia de materia oscura en varias partes del cosmos. Junto con los hallazgos de Rubin para las galaxias espirales y el trabajo de Zwicky sobre los cúmulos de galaxias, se han estado recopilando más evidencias relacionadas con la materia oscura durante décadas hasta el punto de que hoy muchos astrofísicos aceptan su existencia. Como un concepto unificador, la materia oscura es una de las características dominantes consideradas en el análisis de estructuras a escala galáctica y mayores.
Velocidad de dispersión de galaxias
El trabajo pionero de Rubin ha resistido la prueba del tiempo. Las medidas de las curvas de velocidad en galaxias en espiral pronto continuaron con velocidades de dispersión de galaxias elípticas. Mientras algunas veces aparece con menores relaciones masa-luz, las medidas de elípticas siguen indicando un relativamente alto contenido en materia oscura. Así mismo, las medidas de los medios interestelares difusos encontrados en el borde de las galaxias indican no sólo las distribuciones de materia oscura que se extienden más allá del límite visible de las galaxias, sino también de que las galaxias son virializadas por encima de diez veces su radio visible. Esto supuso estimar la materia como una fracción de la suma total de masa de gravitación desde el 50% medido por Rubin hasta la actualmente estimada de casi el 95%.
Hay lugares donde la materia oscura parece ser un pequeño componente o estar totalmente ausente. Los cúmulos globulares no muestran evidencias de contener materia oscura, aunque sus interacciones orbitales con las galaxias muestran pruebas de materia oscura galáctica. Durante algún tiempo, las mediciones del rango de velocidad de las estrellas parecía indicar la concentración de la materia oscura en el disco galáctico de la Vía Láctea; sin embargo, ahora parece que la alta concentración de la materia bariónica en el disco de la galaxia (especialmente en el medio interestelar) puede influir en este movimiento. Los perfiles de las masas de las galaxias se piensa que parecen muy diferentes de los perfiles de la luz. El modelo típico para las galaxias de materia oscura es una distribución lisa y esférica en halos virializados. Ese tendría que ser el caso para evitar los efectos dinámicos a pequeña escala (estelar). Las investigaciones realizadas en enero de 2006 en la Universidad de Massachusetts, Amherst explicarían la previamente misteriosa curvatura en el disco de la Vía Láctea por la interacción de la Grande y la Pequeña Nube de Magallanes y la predicha de un incremento de 20 veces la masa de la Vía Láctea teniendo en cuenta la materia oscura.
En (2005), los astrónomos de la Universidad de Cardiff expusieron haber descubierto una galaxia compuesta casi enteramente de materia oscura, a 50 millones de años luz del Cúmulo de Virgo, que fue denominada VIRGOHI21.Inusualmente, VIRGOHI21 no parece contener ninguna estrella visible: fue vista con observaciones de radio-frecuencia de hidrógeno. Basada en los perfiles de rotación, los científicos estimaron que este objeto contiene aproximadamente 1000 veces más energía oscura que el hidrógeno y tiene una masa total de un décimo de la Vía Láctea. Por comparación, la Vía Láctea se cree que tiene unas diez veces más materia oscura que materia ordinaria. Los modelos del Big Bang y de la Estructura a gran escala del Universo han sugerido que tales galaxias oscuras deberían ser muy comunes en el Universo, pero no ha sido detectada ninguna. Si la existencia de estas galaxias oscuras se confirmase, proporcionará una gran prueba para la teoría de la formación de las galaxias y plantearía problemas para explicaciones alternativas a la materia oscura.
Materia oscura en cúmulos de galaxias
La materia oscura también afecta a las agrupaciones galácticas. Las medidas de Rayos X del caliente gas intracumular se corresponden íntimamente a las observaciones de Zwicky de las relaciones masa-luz para grandes cúmulos de casi 10 a 1. Muchos de los experimentos del Observatorio de rayos X Chandra utilizan esta técnica para determinar independientemente la masa de los cúmulos.
El cúmulo de galaxias Abell 2029 está compuesto de miles de galaxias envueltas en una nube de gas caliente y una cantidad de materia oscura equivalente a más de 1014 soles. En el centro de este cúmulo hay una enorme galaxia con forma elíptica que se piensa que se formó a partir de la unión de muchas galaxias más pequeñas.Las velocidades orbitales de las galaxias medidas dentro de los cúmulos de galaxias son consistentes con las observaciones de materia oscura.
Una importante herramienta para detectar la materia oscura son las lentes gravitacionales. Estas lentes son un efecto de la relatividad general que predice la dinámica que depende de las masas, siendo un medio completamente independiente de medir la energía oscura. En las lentes fuertes, la curvada distorsión observada de las galaxias de fondo, cuando la luz pasa a través de una lente gravitacional, ha sido observada alrededor de un cúmulo poco distante como el Abell 1689. Midiendo la distorsión geométrica, se puede obtener la masa del cúmulo que causa el fenómeno. En docenas de casos donde se ha hecho esta medición, las relaciones masa-luz obtenidas se corresponden a las medidas de materia oscura dinámica de los cúmulos.
Durante los últimos diez años se ha desarrollado una técnica —tal vez más convincente— llamada lentes débiles que mide las distorsiones de galaxias a una microescala en las grandes distancias debidas a objetos de fondo mediante análisis estadístico. Examinando la deformación de las galaxias de fondo adyacentes, los astrofísicos pueden obtener la distribución media de energía oscura por métodos estadísticos y encontrar las relaciones masa-luz que se corresponden con las densidades de materia oscura predichas por otras mediciones de estructuras a gran escala. La correspondencia de las dos técnicas: la de lentes gravitacionales junto con otras medidas de materia oscura, han convencido a casi todos los astrofísicos de que la materia oscura es realmente el mayor componente del Universo.
Formación de estructuras
La materia oscura es crucial para el modelo cosmológico del Big Bang como un componente que se corresponde directamente con las medidas de los parámetros asociados con la métrica FLRW a la relatividad general. En particular, las medidas de las anisotropías del fondo cósmico de microondas se corresponden a una cosmología donde gran parte de la materia interactúa con los fotones de forma más débil que las fuerzas fundamentales conocidas que acoplan las interacciones de la luz con la materia bariónica. Así mismo, se necesita una cantidad significativa de materia fría no-barionica para explicar la estructura a gran escala del universo.
Las observaciones sugieren que la formación de estructuras en el Universo procede jerárquicamente, con las estructuras más pequeñas uniéndose hasta formar galaxias y después cúmulos de galaxias. Según se unen las estructuras en la evolución del Universo, empiezan a "brillar" ya que la materia bariónica se calienta a través de la contracción gravitacional y los objetos se aproximan al equilibrio hidrostático. La materia barionica ordinaria tendría una temperatura demasiado alta y demasiada presión liberada desde el Big Bang para colapsar y formar estructuras más pequeñas, como estrellas, a través de la inestabilidad de Jeans. La materia oscura actúa como un compactador de estructuras. Este modelo no sólo se corresponde con investigaciones estadísticas de la estructura visible en el Universo sino también se corresponden de forma precisa con las predicciones de materia oscura de la radiación de fondo de microondas.
Este modelo inverso de formación de estructuras necesita algún tipo de la materia oscura para funcionar. Se han utilizado simulaciones por ordenador de miles de millones de partículas de materia oscura para confirmar que el modelo de materia oscura fría de la formación de estructuras es consistente con las estructuras observadas en el Universo mediante las observaciones de galaxias, como la Sloan Digital Sky Survey y la 2dF Galaxy Redshift Survey, así como las observaciones del bosque Lyman-alfa. Estos estudios han sido cruciales en la construcción del modelo Lambda-CDM que mide los parámetros cosmológicos, incluyendo la parte del Universo formada por bariones y la materia oscura.
Composición de la materia oscura
Aunque la materia oscura fue detectada por lentes gravitacionales en agosto de 2006, muchos aspectos de la materia oscura continúan siendo cuestionados. En el experimento DAMA/NaI se afirma haber detectado materia oscura pasando a través de la Tierra, aunque muchos científicos siguen siendo escépticos al respecto, ya que los resultados negativos de otros experimentos son (casi) incompatibles con los resultados del DAMA si la materia oscura consiste en neutralinos.
Los datos de varios tipos de pruebas, como el problema de la rotación de las galaxias, las lentes gravitacionales, la formación de estructuras y la fracción de bariones en cúmulos y la abundancia de cúmulos, combinada con pruebas independientes para la densidad bariónica, indican que el 85-90% de la masa en el Universo no interactúa con la fuerza electromagnética. Esta "materia oscura" se evidencia por su efecto gravitacional. Se han propuesto varias categorías de materia oscura:
Materia oscura bariónica.
Materia oscura no-bariónica que está dividida en tres tipos diferentes:
Materia oscura caliente: partículas no bariónicas que se mueven ultrarrelativistamente.
Materia oscura templada: partículas no bariónicas que se mueven relativistamente.
Materia oscura fría: partículas no bariónicas que no se mueven relativistamente.
Davis y otros escribieron en 1985:
Las partículas candidatas se pueden agrupar en tres categorías basándose en su efecto en las fluctuaciones del espectro (Bond et al. 1983). Si la materia oscura está compuesta de abundantes partículas ligeras que son relativistas hasta poco antes de la recombinación, entonces deberían ser denominadas "calientes". El mejor candidato para la materia oscura caliente es el neutrino [...]
Una segunda posibilidad es que las partículas de materia oscura interactúen más débilmente que los neutrinos, sean menos abundantes y tengan una masa del orden de 1eV. Tales partículas se denominan "materia oscura templada", porque tienen menos velocidad térmica que los neutrinos masivos [...] actualmente hay algunas partículas candidatas que cumplen esta descripción. Se han sugerido los gravitinos y los fotinos (Pagels y Primack 1982; Bond, Szalay y Turner 1982) [...]
Cualquier partícula que se convierta en no-relativista rápidamente y así pueda reflejarse a una distancia insignificante, es llamada materia oscura fría. Hay muchos candidatos para la materia oscura fría, como las partículas supersimétricas.
La materia oscura caliente consiste en partículas que viajan con velocidades relativistas. Se conoce un tipo de materia oscura caliente, el neutrino. Los neutrinos tienen una masa muy pequeña, no interactúan a través de fuerzas electromagnéticas o de la fuerza nuclear fuerte y son, por tanto, muy difíciles de detectar. Esto es lo que les hace atractivos como materia oscura. Sin embargo, los límites de los neutrinos indican que los neutrinos ordinarios sólo harían una pequeña contribución a la densidad de la materia oscura.
La materia oscura caliente no puede explicar cómo se formaron las galaxias desde el Big Bang. La radiación de fondo de microondas medida por el COBE y el WMAP, es increíblemente homogénea, indica que la materia se ha agrupado en escalas muy pequeñas. Las partículas de movimiento rápido, sin embargo, no pueden agruparse en tales pequeñas escalas y, de hecho, suprimen la agrupación de otra materia. La materia oscura caliente, aunque existe en nuestro Universo en forma de neutrinos es, por tanto, la única parte de la historia.
El Modelo de concordancia necesita que, para explicar la estructura en el Universo, es necesario invocar la materia oscura fría (no-relativista). Las grandes masas, como los agujeros negros del tamaño de galaxias pueden ser descartados con las bases de los datos de las lentes gravitacionales. Las posibilidades involucrando materia bariónica normal incluyen enanas marrones o tal vez pequeños y densos pedazos de elementos pesados que son conocidos como Objetos de tipo halo masivos compactos (massive compact halo object) o "MACHOs". Sin embargo, los estudios de la Nucleosíntesis del Big Bang han convencido a muchos científicos de que la materia bariónica como los MACHOs no pueden ser más que una pequeña fracción de la materia oscura total.
El punto de vista más aceptado es que la materia oscura es principalmente no-bariónica, compuesta de una o más partículas elementales distintas de las normales electrones, protones, neutrones y los neutrinos conocidos. Las partículas propuestas más comunes son los axiones, neutrinos estériles y WIMPs (partículas masivas de interacción débil, incluyendo neutralinos). Ninguna de éstas es parte del modelo estándar de física de partículas, pero pueden aparecer en ampliaciones del modelo estándar. Muchos modelos supersimétricos ocasionan naturalmente los WIMPs en forma de neutralinos. Los pesados, neutrinos estériles existen en ampliaciones del modelo estándar que explica la pequeña masa de los neutrinos a través del mecanismo del balancín.
Han sido llevadas a cabo búsquedas experimentales de estos candidatos a materia oscura y continúan. Estos esfuerzos se pueden dividir en dos grandes categorías: detección directa, en los que las partículas de materia oscuras se observan en un detector, y la detección indirecta que busca los productos de aniquilaciones de materia oscura. Los experimentos de detección de materia oscura han descartado algunos modelos de WIMP y axiones. También hay varios experimentos reclamando pruebas positivas de detección de materia oscura, como el DAMA/NaI y el Egret, pero están lejos de ser confirmados y difícilmente reconcilian los resultados negativos de otros experimentos. Varias búsquedas de materia oscura están actualmente en proceso, como la Cryogenic Dark Matter Search en la Mina de Soudan y el experimento XENON en Gran Sasso y otros que están en desarrollo, como el experimento ArDM.
En investigaciones publicadas en la primavera de 2006, los investigadores del Instituto de Astronomía de la Universidad de Cambridge afirman haber calculado que la energía oscura sólo está en cúmulos mayores de 1.000 años luz de radio, implicando una velocidad media para las partículas de materia oscura de 9 km/s, una densidad de 20 amu/cm³ y una temperatura de 10.000 kelvins.
La materia oscura y la antimateria
La materia oscura, la energía oscura y la antimateria son tres cosas absolutamente distintas. La antimateria es como la materia común de la que estamos hechos, pero conformada por partículas cuya carga eléctrica es de signo contrario. Por ejemplo, un anti-electrón (por razones históricas también conocido como positrón), es una partícula igual al electrón, con su misma masa y carga pero de signo eléctrico positivo (el electrón tiene carga negativa). Y un anti-protón es una partícula con la misma cantidad de masa y carga de un protón, pero con carga de signo eléctrico negativo. La antimateria se forma con antipartículas: del mismo modo que un átomo de hidrógeno consiste en un electrón orbitando alrededor de un protón, si juntáramos un anti-protón con un anti-electrón podríamos tener un átomo de anti-hidrógeno, lo cual ha sido logrado en el CERN, por fracciones de segundo.
Problema de la materia oscura
Estimaciones basadas en los efectos gravitacionales de la cantidad de materia presente en el Universo sugieren, consistentemente, que hay mucha más materia de la que es posible observar directamente. Además, la existencia de materia oscura resolvería varias inconsistencias en la teoría del Big Bang. Se cree que la mayoría de la masa del Universo existe en esta forma. Determinar cuál es la naturaleza de la materia oscura es el llamado "problema de la materia oscura" o "problema de la masa desaparecida" y es uno de los más importantes de la cosmología moderna.
La cuestión de la existencia de la materia oscura puede parecer irrelevante para nuestra existencia en la Tierra pero el hecho de que exista o no afecta al destino último del Universo. Se sabe que el Universo está expandiéndose, por el corrimiento al rojo que muestra la luz de los cuerpos celestes distantes. Si no hubiera materia oscura, esta expansión continuaría para siempre. Si la actual hipótesis de la materia oscura es correcta, y dependiendo de la cantidad de materia oscura que haya, la expansión del Universo podría ralentizarse, detenerse o incluso invertirse (lo que produciría el fenómeno conocido como Big Crunch). Sin embargo, la importancia de la materia oscura para el destino final del Universo se ha relativizado en los últimos años, en que la existencia de una constante cosmológica y de una energía oscura parece tener aún mayor importancia. Según las mediciones realizadas en 2003 y 2006 por el satélite WMAP, la expansión del Universo se está acelerando, y se seguirá acelerando debido a la existencia de la energía oscura, aunque sin causar un Big Rip.
Explicaciones alternativas
Modificaciones de la gravedad
Una explicación alternativa a las cuestiones planteadas por la materia oscura es suponer que las inconsistencias observadas son debidas a una incompleta comprensión de la gravedad. Para explicar las observaciones, a grandes distancias, las fuerzas gravitacionales son más fuertes de lo que nos indicarían la mecánica newtoniana. Por ejemplo, esto podría ocurrir si se toma un valor negativo para la constante cosmológica (valor que se estima positivo en función de recientes observaciones) o si se adopta la teoría de la Dinámica newtoniana modificada (MOND),que corrige las Leyes de Newton para aceleraciones pequeñas. Sin embargo, la construcción de una teoría MOND relativista ha sido problemática y no está claro como se puede reconciliar con las medidas de las lentes gravitacionales en la curvatura de la luz alrededor de las galaxias. La principal teoría MOND relativista, propuesta por Jacob Bekenstein en 2004 es llamada TeVeS (Tensor-Vector-Scalar) y resuelve muchos de los problemas de los primeros intentos. Una teoría de gravedad modificada (MOG) propuesta por John Moffat, basada en la Teoría gravitacional no-simétrica (NGT), es también una alternativa a la materia oscura.
Otra teoría discutida es la Expansión cósmica en escala (SEC) de C. Johan Masreliez.Otra aproximación, propuesta por Arrigo Finzi en 1963 y por Robert Sanders en 1984, es reemplazar el potencial gravitacional por la siguiente expresión:
donde B y \rho son parámetros ajustables. En cualquier caso, tales aproximaciones tienen dificultades explicando la diferencia en el comportamiento de las distintas galaxias y clústeres, en cambio, tales discordancias pueden ser fácilmente comprendidas tomando diferentes cantidades de materia oscura. Las observaciones sobre la rotación de las galaxias indican que alrededor del 90% de la masa de una galaxia no es visible y sólo puede ser detectada por sus efectos gravitacionales.
Alexander Mayer propone una hipótesis basada en las inconsistencias observadas en la sincronización del sistema GPS y otras anomalías. En dicha hipótesis, el aumento del corrimiento hacia el rojo observado en galaxias lejanas y el aparente exceso de masa del universo hace necesario que dicha materia oscura no sean más que errores de medida fruto de una incorrecta formulación de la Teoría de la Relatividad General. Según la nueva formulación de Alexander Mayer, el universo no precisa de la existencia ni de energía ni de materia oscura.
El problema principal de estas explicaciones alternativas es que no explican las anisotropías del fondo cósmico de microondas que, por otro lado, sí predicen la existencia de materia oscura no bariónica.
En agosto de 2006, un estudio de colisión de cúmulos de galaxias afirmaba demostrar que, incluso en una hipótesis de gravedad modificada, la mayoría de la masa tiene que ser alguna forma de materia oscura demostrando que cuando la materia regular es "barrida" de un cúmulo, los efectos gravitacionales de la materia oscura (que se pensaba que no interactuaba, aparte de su efecto gravitacional) permanecen.Un estudio afirma que TeVeS puede producir el efecto observado, pero esto continúa necesitando que la mayoría de la masa esté en forma de materia oscura, posiblemente en forma de neutrinos ordinarios.También en la Teoría gravitacional no-simétrica se afirma que cualitativamente encaja con las observaciones sin necesitar la exótica materia oscura.
Explicaciones de mecánica cuántica
En otra clase de teorías se intenta reconciliar la Gravedad con la Mecánica cuántica y se obtienen correcciones a la interacción gravitacional convencional. En teorías escalar-tensoriales, los campos escalares como el campo de Higgs se acopla a la curvatura dada a través del tensor de Riemann o sus trazas. En muchas de tales teorías, el campo escalar es igual al campo de inflación, que es necesario para explicar la inflación cósmica del Universo después del Big Bang, como el factor dominante de la quintaesencia o energía oscura. Utilizando una visión basada en el Grupo de Renormalización, M. Reuter y H. Weyer han demostrado que la constante de Newton y la constante cosmológica pueden ser funciones escalares en el espacio-tiempo si se asocian las escalas de renormalización a los puntos del espacio-tiempo.
En la teoría de la relatividad de escala Laurent Nottale, el espacio-tiempo es continuo pero no diferenciable, conduciendo a la aparición de una Ecuación de Schrödinger gravitacional. Como resultado, aparecen los efectos de cuantización a gran escala.Esto hace posible predecir correctamente las estructuras a gran escala del Universo sin la necesidad de las hipótesis de la materia oscura.
Coordenadas Galácticas
El sistema de coordenadas galácticas es un sistema de coordenadas celestes centrado en el sol y alineado con el centro aparente de la Vía Láctea. El "ecuador" está alineado con el plano de la galaxia. El sistema de referencia gira con el Sol alrededor de la galaxia.
Las coordenadas son la longitud galáctica (l) y la latitud galáctica (b).
La longitud galáctica se mide sobre el plano de la misma, en sentido antihorario a partir de la línea que une al Sol con el centro de la galaxia .
La latitud galáctica es el ángulo que forma el objeto con el plano de la galaxia.
El origen de coordenadas de este sistema se halla en las coordenadas ecuatoriales: ascensión recta = 17h 45m 37,224s, declinación = −28° 56′ 10,23″ (en la constelación de Sagitario, aunque el auténtico centro de la Vía Láctea —correspondiente a Sagittarius A*— se halla algo desplazado de este punto, en ascensión recta = 17h 45m 40.04s, declinación = −29° 00′ 28,1″ (coordenadas galácticas: l = 359° 56′ 39.5″, b = −0° 2′ 46,3″). El Polo Norte Galáctico se halla en las coordenadas: ascensión recta = 12h 51m 26,282s, declinación = +27° 07′ 42.01″ (en la constelación de Coma Berenices), y el Polo Sur Galáctico en las coordenadas: ascensión recta = 0h 51m 26,00s, declinación = -27° 7' 42,0" (en la constelación de Sculptor). Todas estas coordenadas se dan para J2000.
Si una noche cualquiera,se mira hacia la constelación de Sagitario, se estara mirando hacia el centro de la Vía Láctea. La banda blanquecina que cruza el cielo de un extremo a otro es la luz de miles de millones de estrellas del plano de la galaxia. Obviamente esta banda pasa por la constelación de Sagitario. Viendo Sagitario y esta banda podemos imaginar nuestra posición (la de nuestro cuerpo) respecto a la galaxia. Podemos estimar así las coordenadas galácticas de cualquier objeto celeste que veamos. Por ejemplo, si algo está en dirección opuesta a Sagitario, su longitud galáctica será 180 grados. Si algún objeto celeste está cerca de la mancha blanquecina tendrá unos pocos grados de latitud galáctica. Con un poco de práctica se puede estimar con un error de unos 5 ó 10 grados la longitud y latitud galáctica de cualquier objeto celeste.
A efectos observacionales, la latitud galáctica tiene una importancia fundamental. Cuanto más baja sea la de un objeto, más cerca estará del plano galáctico, por lo que estará más oscurecido por la materia interestelar y su estudio resultará más difícil. En los peores casos, de hecho, puede llegar a ser invisible o casi invisible en luz visible, y para su estudio hay que recurrir a otras longitudes de onda que no resulten tan afectadas por la materia interestelar. Esto explica la existencia de la zona vacía.
Además, en lo referido a galaxias exteriores a la nuestra, cuanto más alta sea la latitud galáctica de una galaxia, con un ángulo más abierto se verá la nuestra desde ella. Por ejemplo: desde las galaxias del Grupo Maffei —que se hallan muy próximas al ecuador galáctico—, la Vía Láctea se ve casi de canto, posiblemente no muy distinta a NGC 891. Desde el Cúmulo de Virgo o NGC 253 —muy cerca de los polos galácticos norte y sur, respectivamente—, nuestra galaxia se ve prácticamente de frente, con el aspecto que aparece en numerosas representaciones artísticas.
Las coordenadas son la longitud galáctica (l) y la latitud galáctica (b).
La longitud galáctica se mide sobre el plano de la misma, en sentido antihorario a partir de la línea que une al Sol con el centro de la galaxia .
La latitud galáctica es el ángulo que forma el objeto con el plano de la galaxia.
El origen de coordenadas de este sistema se halla en las coordenadas ecuatoriales: ascensión recta = 17h 45m 37,224s, declinación = −28° 56′ 10,23″ (en la constelación de Sagitario, aunque el auténtico centro de la Vía Láctea —correspondiente a Sagittarius A*— se halla algo desplazado de este punto, en ascensión recta = 17h 45m 40.04s, declinación = −29° 00′ 28,1″ (coordenadas galácticas: l = 359° 56′ 39.5″, b = −0° 2′ 46,3″). El Polo Norte Galáctico se halla en las coordenadas: ascensión recta = 12h 51m 26,282s, declinación = +27° 07′ 42.01″ (en la constelación de Coma Berenices), y el Polo Sur Galáctico en las coordenadas: ascensión recta = 0h 51m 26,00s, declinación = -27° 7' 42,0" (en la constelación de Sculptor). Todas estas coordenadas se dan para J2000.
Si una noche cualquiera,se mira hacia la constelación de Sagitario, se estara mirando hacia el centro de la Vía Láctea. La banda blanquecina que cruza el cielo de un extremo a otro es la luz de miles de millones de estrellas del plano de la galaxia. Obviamente esta banda pasa por la constelación de Sagitario. Viendo Sagitario y esta banda podemos imaginar nuestra posición (la de nuestro cuerpo) respecto a la galaxia. Podemos estimar así las coordenadas galácticas de cualquier objeto celeste que veamos. Por ejemplo, si algo está en dirección opuesta a Sagitario, su longitud galáctica será 180 grados. Si algún objeto celeste está cerca de la mancha blanquecina tendrá unos pocos grados de latitud galáctica. Con un poco de práctica se puede estimar con un error de unos 5 ó 10 grados la longitud y latitud galáctica de cualquier objeto celeste.
A efectos observacionales, la latitud galáctica tiene una importancia fundamental. Cuanto más baja sea la de un objeto, más cerca estará del plano galáctico, por lo que estará más oscurecido por la materia interestelar y su estudio resultará más difícil. En los peores casos, de hecho, puede llegar a ser invisible o casi invisible en luz visible, y para su estudio hay que recurrir a otras longitudes de onda que no resulten tan afectadas por la materia interestelar. Esto explica la existencia de la zona vacía.
Además, en lo referido a galaxias exteriores a la nuestra, cuanto más alta sea la latitud galáctica de una galaxia, con un ángulo más abierto se verá la nuestra desde ella. Por ejemplo: desde las galaxias del Grupo Maffei —que se hallan muy próximas al ecuador galáctico—, la Vía Láctea se ve casi de canto, posiblemente no muy distinta a NGC 891. Desde el Cúmulo de Virgo o NGC 253 —muy cerca de los polos galácticos norte y sur, respectivamente—, nuestra galaxia se ve prácticamente de frente, con el aspecto que aparece en numerosas representaciones artísticas.
Galaxia espiral barrada
Una galaxia espiral barrada es una galaxia espiral con una banda central de estrellas brillantes que abarca de un lado a otro de la galaxia. Los brazos espirales parecen surgir del final de la "barra" mientras en las galaxias espirales parecen surgir del núcleo galáctico. Las barras son relativamente comunes: hasta dos tercios de las galaxias espirales contienen una.Dichas barras generalmente afectan tanto al movimiento de las estrellas como al del gas interestelar dentro de la galaxia espiral, y pueden afectar también a los brazos espirales.
Edwin Hubble clasificó a este tipo de galaxias espirales como SB (Spiral Barred en inglés) en su Secuencia de Hubble, dividiéndolas en tres categorías dependiendo de lo abiertos que tengan los brazos espirales. Las de tipo SBa tienen los brazos fuertemente unidos y una gran protuberancia central, las galaxias de tipo SBb son intermedias entre las anteriores y las de tipo SBc -las cuales tienen los brazos muy sueltos-, y finalmente las SBd aún más, con un núcleo casi inexistente . Un quinto tipo (SBm) se creó posteriormente para describir una galaxia espiral irregular, como las Nubes de Magallanes, que inicialmente fueron clasificadas como galaxias irregulares pero en donde posteriormente se encontraron estructuras de espirales barradas.
La Vía Láctea es una galaxia de este tipo (tipo SBbc, intermedia entre una SBb y una SBc).
Las barras
La hipótesis actual sostiene que la estructura de barra actúa como una "guardería estelar", impulsando la formación estelar en su centro. Se piensa que la barra actúa como un mecanismo que canaliza el gas interestelar desde los brazos espirales hacia el centro a través de resonancia orbital, encauzando el flujo para crear estrellas nuevas.3 Este proceso explica también por qué tantas galaxias espirales barradas muestran un núcleo galáctico activo y/o un brote estelar central, como el que se observa en la Galaxia del Molinillo Austral (M83).
En general, se piensa que las barras se forman por una onda de densidad proveniente del centro de la galaxia cuyos efectos reorganizan las órbitas de las estrellas interiores.A lo largo del tiempo este efecto provoca que las estrellas orbiten a una distancia mayor, lo que hace que la estructura de barra permanezca en el tiempo. Otra posible causa de la formación de barras puede deberse a los efectos de la fuerza de marea originados por la interacción entre galaxias.
Las barras también modifican la estructura de la galaxia creando anillos tanto exteriores a la barra como interiores a ella, controlando su estructura espiral, y formando además otras estructuras presentes en las regiones centrales de éstas como miniespirales o barras menores e interiores a la principal; el resultado neto de la inyección de gas por parte de la barra a la región central de la galaxia y la formación estelar consecuente es el nacimiento de un pseudobulbo.
Se cree que las barras son un fenómeno temporal en la vida de las galaxias espirales, decayendo la estructura de barra con el tiempo, transformándose la galaxia desde una espiral barrada a una espiral "regular". Por encima de cierto tamaño, la masa acumulada en la barra compromete la estabilidad del conjunto de la barra; así, las galaxias espirales barradas con una gran cantidad de masa acumulada en su centro tienden a tener barras cortas y rechonchas. Además, numerosas galaxias espirales no barradas vistas en infrarrojos muestran una barra invisible en el óptico,6 calculándose que una galaxia espiral necesita alrededor de 2 mil millones de años para pasar de ser una espiral normal a una barrada.
Investigaciones muy recientes parecen confirmar el modelo según el cual la barra es una estructura que aparece en las galaxias espirales ya maduras y completamente formadas. De acuerdo con tales estudios, en el pasado del universo, el porcentaje de galaxias con barra central era de apenas un 20% comparado con el 70% actual.
Galaxia Espiral
Una galaxia espiral es un tipo de galaxia de la secuencia de Hubble que se caracteriza por las siguientes propiedades físicas:
Tiene un disco plano giratorio compuesto de estrellas y materia interestelar que suelen ser de nueva creación.
Está compuesta por una concentración de estrellas central (bulbo) rodeada por un disco.
El disco es plano (con posibilidades de alabeo) y está formado por materia interestelar (gas y polvo), estrellas jóvenes de Población I (alta metalicidad) y cúmulos abiertos.
El bulbo es similar a una galaxia elíptica, conteniendo numerosas estrellas antiguas, llamadas de Población II y con baja metalicidad, y normalmente un agujero negro supermasivo en el centro.
Las galaxias espirales deben su nombre de los brazos luminosos con formación estelar dentro del disco que se prolonga —más o menos logarítmicamente— desde el núcleo central. Aunque a veces son difíciles de percibir, estos brazos las distinguen de las galaxias lenticulares que presentan una estructura de disco pero sin brazos espirales. Son las más abundantes del universo constituyendo el 70 %.
El disco de las galaxias espirales suele estar rodeado por grandes aureolas esferoides de estrellas de Población II, muchas de las cuales se concentran en cúmulos globulares que orbitan alrededor del centro galáctico. Esta aureola es conocida como halo.
Nuestra galaxia, la Vía Láctea, es espiral, con una clasificación en la secuencia de Hubble Sbc (posiblemente SBbc; ver galaxia espiral barrada).
Los primeros estudios sobre la formación de los brazos espirales corresponden a Bertil Lindblad. Se dio cuenta de que las estrellas no pueden estar organizadas en forma de espiral de manera permanente. Puesto que la velocidad de rotación del disco galáctico varía con la distancia al centro de la galaxia, un brazo radial rápidamente se vería curvado al rotar la galaxia. El brazo, tras unas pocas rotaciones, incrementaría la curvatura enrollándose cada vez más en la galaxia. Esto no es lo que se observa.
La primera teoría admisible fue ideada por C. C. Lin y Frank Shu en 1964. Sugirieron que los brazos espirales eran manifestaciones de ondas de densidad espirales. Supusieron que las estrellas se desplazan en órbitas ligeramente elípticas y que la orientación de sus órbitas está correlacionada, esto es, las órbitas elípticas varían su orientación, unas de otras, ligeramente con el incremento de la distancia al centro galáctico, tal como se observa en el diagrama. Estas órbitas están más cercanas en algunas áreas presentando el efecto de parecer brazos. Las estrellas no permanecen siempre en la posición en que las vemos, sino que pasan por los brazos al desplazarse en sus órbitas.
Se han propuesto hipótesis alternativas que implican ondas de formación estelar desplazándose por la galaxia; las estrellas brillantes producidas en la formación estelar mueren rápidamente, dejando regiones más oscuras tras la onda y, por tanto, haciendo esta visible. Las galaxias espirales son colecciones enormes de miles de millones de estrellas, en las que muchas de ellas se agrupan en forma de disco, con un abultamiento esférico central con estrellas en su interior. En el disco existen brazos más luminosos donde se concentran las estrellas más jóvenes y brillantes.
Curva de rotación y materia oscura
La galaxias espirales presentan una curva de rotación (en adelante CR) experimental muy diferente a las curvas teóricas (fenómeno llamado Conspiración disco-halo). Para que las ecuaciones teóricas (CR keplerianas, como la de los planetas alrededor del Sol) puedan ajustarse a los datos observados, las galaxias espirales necesitarían una masa mucho mayor. Al no haber evidencias observables actualmente de esa masa invisible, se le denominó materia oscura. Este tipo de materia invisible llegaría a ser entre un 50 % y un 90 % de la masa total de la galaxia.
Las características generales de la curvas de rotación son las siguientes:
El pico de la CR varía entre 150 y 300 km/s.
Las galaxias mayores rotan más rápido.
CR sube más bruscamente para las Sa y Sb que para las Sd y Sm.
La mayoría de las galaxias de bajo brillo superficial rotan lentamente.
Proporción de materia oscura: 50 % en Sa y Sb; entre 80 y 90 % en Sd y Sm. Sólo un límite inferior.
El estudio de estas curvas de rotación es muy importantes porque pueden servir, mediante relaciones experimentales (como la relación Tully-Fisher) para conocer las distancias a la que se encuentran estas galaxias.
Clasificaciones
Además de mediante la secuencia de Hubble y la presencia ó no de una barra central, las galaxias espirales pueden clasificarse según el aspecto de sus brazos. Los astrónomos Debra Melloy Elmegreen y Bruce G. Elmegreen han desarrollado una clasificación de galaxias espirales que tiene doce clases, que van desde el grado 1 que incluye a galaxias espirales con estructura caótica y sin ningún orden hasta el 12, que incluye galaxias con dos brazos muy desarrollados y que dominan la imagen visible (cómo M81 ó M51), también conocidas cómo "espirales de gran diseño", pasando por galaxias cómo NGC 2841 (que se conocen cómo "galaxias espirales floculentas") en la que no existe ninguna estructura espiral bien definida, sino multitud de fragmentos de brazos espirales.
Otro sistema es mediante la tasa de formación estelar que presenten, un sistema introducido por el astrónomo Sydney Van den Bergh. Así se puede hablar de galaxias espirales normales en las cuales los brazos se resuelven en cúmulos estelares y nebulosas y están bien marcados, y galaxias anémicas, con brazos apenas resolubles y mal definidos al haber una tasa de formación estelar mucho menor.Investigaciones de cúmulos de galaxias a distancias moderadas han mostrado también un nuevo tipo de galaxia espiral con estructura espiral pero sin formación estelar ó casi nula conocida cómo galaxias espirales pasivas, que pueden ser en realidad galaxias anémicas a una distancia mucho mayor que éstas.En general estos dos tipos de galaxia espiral suelen hallarse en cúmulos de galaxias ricos.
Halo galáctico
El halo galáctico es la región del espacio que rodea las galaxias espirales, como por ejemplo nuestra galaxia, la Vía Láctea. Tiene un tamaño aproximado de más de 15 kiloparsecs. Se piensa que está formado por gas interestelar poco denso, estrellas viejas (enanas marrones y enanas rojas) y materia oscura (probablemente MACHO's, WIMP's, etc.).
Estrellas del halo
La mayor parte de las estrellas en una galaxia espiral se hallan situadas cerca de un único plano (el plano galáctico), en órbitas más o menos circulares en torno al centro de la galaxia (núcleo galáctico), o bien en una zona esferoidal que rodea el núcleo (bulbo galáctico). Sin embargo, algunas estrellas están situadas en un halo, también de forma esferoidal, que rodea la galaxia. El comportamiento orbital de algunas de estas estrellas no está claro, pero podría ser que describieran órbitas retrógradas y/o con una gran inclinación, o simplemente se movieran en órbitas irregulares. Las estrellas del halo pueden provenir de pequeñas galaxias que se fusionan con la galaxia espiral; por ejemplo, la galaxia Enana Elíptica de Sagitario está en proceso de fusión con la Vía Láctea y ciertas observaciones indican que algunas estrellas del halo de la Vía Láctea pueden provenir de dicha galaxia.
A diferencia del disco galáctico, el halo parece no contener polvo interestelar, y además las estrellas del halo son de Población II, mucho más viejas y con menor metalicidad que las de Población I del disco galáctico (pero similares a las del bulbo galáctico). El halo galáctico también cuenta con numerosos cúmulos globulares.
En ocasiones, el movimiento de las estrellas del halo las lleva a través del disco galáctico, y algunas enanas rojas próximas al Sol pertenecen al halo galáctico, como por ejemplo la Estrella de Kapteyn y Groombridge 1830. A causa de su movimiento irregular alrededor del centro de la galaxia, suponiendo que realmente realizan dicho movimiento, estas estrellas a menudo tienen un movimiento propio desacostumbradamente alto.
Materia oscura del halo
Más allá de la parte visible del halo galáctico, existe una región mucho más extensa, conocida bajo el nombre de halo sombrío, halo extenso o corona galáctica, que contiene grandes cantidades de materia oscura.
La presencia de materia oscura en el halo se detecta por su efecto gravitatorio en la curva de rotación de la galaxia espiral. Sin grandes cantidades de masa en el halo extenso, la velocidad de rotación de la galaxia debería disminuir a una gran distancia del núcleo galáctico. Sin embargo, observaciones de la línea de emisión del hidrógeno atómico (conocida en astronomía con el nombre de HI), muestran que la curva de rotación de muchas galaxias espirales sigue siendo plana más allá de donde acaba la materia visible. La ausencia de materia visible implica la presencia de materia no observada (es decir, oscura). Afirmar que esta materia oscura no existe significaría que la teoría de la relatividad general es falsa, lo que podría ser posible, pero la mayoría de los científicos necesitarían muchas más pruebas antes de considerar esta eventualidad.
La naturaleza de la materia oscura en el halo galáctico de las galaxias espirales es todavía indeterminada, pero las teorías más en boga predicen que el halo sombrío aloja un gran número de pequeños cuerpos conocidos como MACHOS y/o WIMPS. Observaciones del halo de la Vía láctea, en busca de sucesos de lente gravitacional, muestran que el número de MACHOS no es suficiente para explicar la masa requerida.
Estrellas del halo
La mayor parte de las estrellas en una galaxia espiral se hallan situadas cerca de un único plano (el plano galáctico), en órbitas más o menos circulares en torno al centro de la galaxia (núcleo galáctico), o bien en una zona esferoidal que rodea el núcleo (bulbo galáctico). Sin embargo, algunas estrellas están situadas en un halo, también de forma esferoidal, que rodea la galaxia. El comportamiento orbital de algunas de estas estrellas no está claro, pero podría ser que describieran órbitas retrógradas y/o con una gran inclinación, o simplemente se movieran en órbitas irregulares. Las estrellas del halo pueden provenir de pequeñas galaxias que se fusionan con la galaxia espiral; por ejemplo, la galaxia Enana Elíptica de Sagitario está en proceso de fusión con la Vía Láctea y ciertas observaciones indican que algunas estrellas del halo de la Vía Láctea pueden provenir de dicha galaxia.
A diferencia del disco galáctico, el halo parece no contener polvo interestelar, y además las estrellas del halo son de Población II, mucho más viejas y con menor metalicidad que las de Población I del disco galáctico (pero similares a las del bulbo galáctico). El halo galáctico también cuenta con numerosos cúmulos globulares.
En ocasiones, el movimiento de las estrellas del halo las lleva a través del disco galáctico, y algunas enanas rojas próximas al Sol pertenecen al halo galáctico, como por ejemplo la Estrella de Kapteyn y Groombridge 1830. A causa de su movimiento irregular alrededor del centro de la galaxia, suponiendo que realmente realizan dicho movimiento, estas estrellas a menudo tienen un movimiento propio desacostumbradamente alto.
Materia oscura del halo
Más allá de la parte visible del halo galáctico, existe una región mucho más extensa, conocida bajo el nombre de halo sombrío, halo extenso o corona galáctica, que contiene grandes cantidades de materia oscura.
La presencia de materia oscura en el halo se detecta por su efecto gravitatorio en la curva de rotación de la galaxia espiral. Sin grandes cantidades de masa en el halo extenso, la velocidad de rotación de la galaxia debería disminuir a una gran distancia del núcleo galáctico. Sin embargo, observaciones de la línea de emisión del hidrógeno atómico (conocida en astronomía con el nombre de HI), muestran que la curva de rotación de muchas galaxias espirales sigue siendo plana más allá de donde acaba la materia visible. La ausencia de materia visible implica la presencia de materia no observada (es decir, oscura). Afirmar que esta materia oscura no existe significaría que la teoría de la relatividad general es falsa, lo que podría ser posible, pero la mayoría de los científicos necesitarían muchas más pruebas antes de considerar esta eventualidad.
La naturaleza de la materia oscura en el halo galáctico de las galaxias espirales es todavía indeterminada, pero las teorías más en boga predicen que el halo sombrío aloja un gran número de pequeños cuerpos conocidos como MACHOS y/o WIMPS. Observaciones del halo de la Vía láctea, en busca de sucesos de lente gravitacional, muestran que el número de MACHOS no es suficiente para explicar la masa requerida.
Bulbo galáctico
En astronomía, se llama bulbo galáctico al grupo central de estrellas que se encuentra en la mayoría de las galaxias espirales. Su distribución espacial es más o menos elipsoidal en contraposición a la distribución plana del disco, y aunque en un principio se había pensado que todos eran estructuras viejas que recuerdan a una galaxia elíptica en mitad de un disco galáctico hoy se piensa que hay varios tipos de bulbo.
Bulbos clásicos
Estos bulbos reciben su nombre por corresponderse al concepto clásico de bulbo. Están compuestos normalmente por estrellas de Población II, pequeñas, rojas y viejas. Esto es así porque todas las estrellas nacieron juntas con la galaxia, hace varios miles de millones de años y sólo las estrellas pequeñas y rojizas pueden vivir tanto tiempo. Existe muy poca cantidad de gas y polvo en ellos en contraposición al disco galáctico. Esto explica la relativamente baja cantidad de estrellas jóvenes y azules que hay en el bulbo ya que éstas se forman a partir de este gas, y además las órbitas de las estrellas que lo componen son aleatorias comparadas con las del disco galáctico. Dos excelentes ejemplos de estos tipos de bulbo son los existentes en las galaxias M31 y M81.
Se cree que el origen de estos bulbos tiene lugar en las colisiones y fusiones entre galaxias acaecidas en los momentos iniciales de la historia de éstas. Dichas colisiones comprimen el gas y provocan que gran parte de él se gaste en formar nuevas estrellas además de destruir las estructuras de las galaxias que colisionaron, formando tales estructuras. El resto de las estrellas y el gas que no han participado en la colisión acaban alrededor del bulbo formando el disco galáctico alrededor de éste.
Pseudobulbos
Estos bulbos tienen propiedades más parecidas a las de las galaxias espirales. Sus estrellas orbitan como las del disco y además no sólo hay polvo en ellos -que forma a veces una estructura espiral (miniespirales)- sino también estrellas jóvenes y formación estelar, todo lo cual es raro de encontrar en un bulbo clásico. A veces, de hecho, hay anillos nucleares en los que existe abundante formación estelar. Ejemplos respectivos de esto (pseudobulbo y anillo nuclear) se hallan -entre otras- en las galaxias M63 y NGC 4314.
Se cree que el origen de estas estructuras son las barras presentes en numerosas galaxias espirales, que transportan en gas al centro galáctico, dónde se comprime y provoca, además de esas estructuras, formación estelar, a menudo en tales anillos donde, aunque la tasa de formación estelar parezca modesta comparada con la que tiene lugar en las regiones exteriores de las galaxias que las albergan en realidad es muy elevada debido a la en comparación área muy pequeña en la que tienen lugar, rivalizando en algunos casos con las densidades encontradas en algunas galaxias con brote estelar. Si la transferencia de gas a la región central de la galaxia se mantiene durante mucho tiempo, es posible formar de este modo un pseudobulbo de gran tamaño.
Se cree que nuestra galaxia tiene este tipo de bulbo.
Agujeros negros centrales
Se cree que la mayoría de los bulbos galácticos albergan un agujero negro supermasivo en su centro. Tales agujeros negros nunca han sido observados directamente, pero existen muchas pruebas indirectas.
Bulbos clásicos
Estos bulbos reciben su nombre por corresponderse al concepto clásico de bulbo. Están compuestos normalmente por estrellas de Población II, pequeñas, rojas y viejas. Esto es así porque todas las estrellas nacieron juntas con la galaxia, hace varios miles de millones de años y sólo las estrellas pequeñas y rojizas pueden vivir tanto tiempo. Existe muy poca cantidad de gas y polvo en ellos en contraposición al disco galáctico. Esto explica la relativamente baja cantidad de estrellas jóvenes y azules que hay en el bulbo ya que éstas se forman a partir de este gas, y además las órbitas de las estrellas que lo componen son aleatorias comparadas con las del disco galáctico. Dos excelentes ejemplos de estos tipos de bulbo son los existentes en las galaxias M31 y M81.
Se cree que el origen de estos bulbos tiene lugar en las colisiones y fusiones entre galaxias acaecidas en los momentos iniciales de la historia de éstas. Dichas colisiones comprimen el gas y provocan que gran parte de él se gaste en formar nuevas estrellas además de destruir las estructuras de las galaxias que colisionaron, formando tales estructuras. El resto de las estrellas y el gas que no han participado en la colisión acaban alrededor del bulbo formando el disco galáctico alrededor de éste.
Pseudobulbos
Estos bulbos tienen propiedades más parecidas a las de las galaxias espirales. Sus estrellas orbitan como las del disco y además no sólo hay polvo en ellos -que forma a veces una estructura espiral (miniespirales)- sino también estrellas jóvenes y formación estelar, todo lo cual es raro de encontrar en un bulbo clásico. A veces, de hecho, hay anillos nucleares en los que existe abundante formación estelar. Ejemplos respectivos de esto (pseudobulbo y anillo nuclear) se hallan -entre otras- en las galaxias M63 y NGC 4314.
Se cree que el origen de estas estructuras son las barras presentes en numerosas galaxias espirales, que transportan en gas al centro galáctico, dónde se comprime y provoca, además de esas estructuras, formación estelar, a menudo en tales anillos donde, aunque la tasa de formación estelar parezca modesta comparada con la que tiene lugar en las regiones exteriores de las galaxias que las albergan en realidad es muy elevada debido a la en comparación área muy pequeña en la que tienen lugar, rivalizando en algunos casos con las densidades encontradas en algunas galaxias con brote estelar. Si la transferencia de gas a la región central de la galaxia se mantiene durante mucho tiempo, es posible formar de este modo un pseudobulbo de gran tamaño.
Se cree que nuestra galaxia tiene este tipo de bulbo.
Agujeros negros centrales
Se cree que la mayoría de los bulbos galácticos albergan un agujero negro supermasivo en su centro. Tales agujeros negros nunca han sido observados directamente, pero existen muchas pruebas indirectas.
Galaxia de bajo brillo superficial
Las galaxias de bajo brillo superficial o galaxias LSB (de las siglas en inglés de Low Surface Brightness) son galaxias muy difusas que emiten mucha menos luz por unidad de área que las galaxias normales.
Las galaxias de bajo brillo superficial son difíciles de detectar porque su brillo es apenas algo mayor que la del fondo interestelar. La primera galaxia de este tipo descubierta fue Malin 1 en 1987. Esta galaxia es cinco veces mayor que la Vía Láctea pero sólo tiene el 1% de la luminosidad de una galaxia normal.Sin embargo, dentro de este tipo de galaxias, son más comunes las galaxias enanas.
Se piensa que las galaxias LSB pueden suponer el 50% de las galaxias existentes y que en su centro hay una gran cantidad de materia oscura, hasta el punto de que pueden suponer la mayor parte de la masa del universo.Su evolución parece ser mucho más lenta que la de galaxias normales, y aparecen todas ellas en un estado temprano de formación.Tienden a estar más aisladas y a contener más gas de baja densidad, lo que dificulta la formación estelar. Como la formación estelar es la fuente de producción de elementos pesados, estas galaxias se caracterizan por su baja metalicidad.
Principales galaxias de bajo brillo superficial
Enana Irregular de Sagitario (SagDIG)
Enana de Fénix
Enana de Sculptor
Enana de Pegaso
Wolf-Lundmark-Melotte (WLM)
Sextans A
Sextans B
Galaxia oscura
Una galaxia oscura es un objeto del tamaño de una galaxia que contiene muy pocas o ninguna estrella, por lo que apenas emite luz. Puede contener gas, polvo interestelar y materia oscura. Varios objetos son candidatos para ser considerados galaxias oscuras:
HE0450-2958
HVC 127-41-330
VIRGOHI21
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