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En Lemuria se conservaba dentro del Templo de la Luz Divina, un enorme Disco Solar de Oro que era usado por los sacerdotes-iniciados Lemures como instrumento mágico tremendamente poderoso. Antes de sucumbir en la aguas del Pacífico, los Maestros lemurianos se encargaron de conservar las enseñanzas en dos puntos distantes y elevados del globo terrestre: el Tibet y los Andes. Junto con sus enseñanzas esotéricas los sacerdote lemurianos llevaron con ellos el Disco Solar de Oro hacia el Este, a la parte sur del continente americano, a una ciudad situada entonces a orillas del océano y cuyas ruinas están situadas hoy día al lado del lago Titicaca.
En aquella ciudad fue donde se erigió el
primer asentamiento del Monasterio de los Siete Rayos, donde fue guardado el
sagrado Disco Solar de Oro de Mu. Con el transcurso de los años, debió ser
trasladado al Templo inca de Cuzco, llamado Amarucancha, debido a que la
ciudad al lado del lago Titicaca, Tiahuanaco, se había ido haciendo inaccesible
para las adoraciones, debido a su altitud.
Después de la llegada de los españoles al Perú, el Disco Solar de Oro y el Monasterio de los Siete Rayos fueron escondidos de la vista de los profanos.
La élite de sacerdotes encargada de cuidar del Disco Solar de Mu, entró en contacto con su centro homólogo en el Tibet, por medios astrales, con objeto de preparar las enseñanzas que en el futuro debían ser dadas a la humanidad. Esta élite de sacerdotes, maestros del astral, tomaron el nombre de Cuidadores u Orden del Templo del Disco Solar. Ellos fueron los Maestros que se pusieron en contacto con distintos líderes de fraternidades iniciáticas y les revelaron sus enseñanzas. Ellos fueron también los que hicieron posible la perpetuación del sistema de enseñanzas del Monasterio de los Siete Rayos, absorbido posteriormente por la Antigua O.T.O. española.
En el año 1953 coincidiendo con el
descenso desde las Esferas Superiores del Espíritu de la GOAKA DE GOANAKAURI o
Cuerpo Místico de la Hermandad inca del Templo del Disco Solar, se puso en
marcha la preparación de las organizaciones y enseñanzas que prepararían a la
humanidad para la recuperación del Disco Solar de Mu.
A este respecto fueron surgiendo
en estas tres décadas pasadas diversas enseñanzas que conservaban la tradición
Lemuriana. Por último en el año 1986, el Gran Maestre de la Orden del Templo
del Disco Solar, decidió preparar un bloque de enseñanzas que proporcionasen a
los iniciados el arte de la proyección astral y les capacitasen para contactar
directamente con las inteligencias regentes del universo dentro de nuestro
sistema solar y más allá de Plutón.
Este cuerpo de enseñanzas
complementarias de las del Monasterio de los Siete Rayos, dadas por la Antigua
O.T.O. de España, son asequibles a los miembros de esta Orden a partir del
Grado Vº.